Partida Rol por web

Ante las palabras del adepto Asclates, el vostroyano simplemente asintió y empezó a dirigirse hacia el garaje para salir a comprobar la denuncia del agente Biblos. 

"Más vale comprobar cualquier posible amenaza, y si ésta transmisión ha sido interceptada, será por algún motivo" pensó el guardia imperial, mientras sus pasos le conducían hacia el garaje. 

Valerius soltó los cubiertos sobre el plato, en el que apenas quedaba ya comida. Pintadas blasfemas... ¿no tienen suficiente con contaminar sus propias mentes? Además, en una Schola Manufacturis. El responsable debe ser detenido de inmediato. No venía a la mansión como agente de campo, pero afortunadamente había practicado tiro al blanco durante bastante tiempo antes de acceder al noviciado, y había adquirido algunas prendas protectoras con sus primero sueldos durante los meses pasados en la Catedral.

—Gracias, señor —dijo Valerius, poniéndose en pie y saliendo tras el vostroyano.

Su otro compañero sería Arlan Hex, el psíquico. Decir que no le gustaba nada era subestimar su desagrado por los de su calaña, pero en cierto modo, admiraba que alguien tocado de forma innata por la disformidad luchara contra su naturaleza para enfrentarse a la herejía. Por lo que tendría que soportarlo como un mal necesario.

Las cuatro semanas habían transcurrido con una celeridad inusitada, un tiempo en el que la vida se había dividido en entrenamiento y breves períodos de descanso para alimentarse y dormir. Y el entrenamiento se había dividido a su vez en largas horas de soledad, potenciando sus habilidades psíquicas, y otras en compañía de Asclates, quien le tutorizaba en algún tipo de poder psíquico de alcance indeterminado. Sí, su cuerpo era ahora un cuerpo herido, el de un tullido. No había esperanzas de mejora a corto plazo y solo su mente podía albergar las bazas de su progresión en el seno de la Inquisición. 

Y fue en uno de aquellos breves períodos de descanso, cuando Ostrogov y él recibieron una misión menor, una misión en la que el Maccabeus debía acompañarles. Hubiera preferido ser sumergido en aceite hirviendo antes que compartir con el novicio el mismo aire del vehículo que habría de transportarles.

Apuró su taza de tanna y se puso en pie para seguir al vostroyano quien parecía haber asumido el liderazgo de forma natural.

-Mamá Ostrogov, parece que por fin te ponen al cargo de los niños -comentó con un deje de ironía cuando le alcanzó-. ¿Superarás a los arbitradores?

- El equipo de misión compuesto por el Aspirante Hex, el Hombre de Armas Ostrogov y el Novicio Valerius sale de la mansión utilizando un vehículo terrestre que conduce el Guardia Imperial.

- Dos días después, regresan a la finca Specula Maris.

TRANSCURREN DOS DIAS:

346.810M41.

HORA LOCAL (COLMENA SIBELLUS): POR LA MAÑANA.

- El equipo de misión ha regresado. El coche que conduce Vladymir está dañado, resultado de un choque frontal con una farola.

- No hay, lamentablemente, tecnosacerdote asignado a la mansión para ocuparse de las necesarias reparaciones.

- Vladymir nota que en el garaje falta el otro vehículo terrestre.

EXCURSION DE TERCIO A LA CIUDAD PARA COMPRAR Y VENDER MATERIAL:

- Tercio Veridio salió solo en uno de los coches. Con encargos para él y para Titus Nihilius.

- Regresó un día después, agotado, demacrado y asustado. Y sin el coche.

Las últimas palabras del psíquico dentro de la mansión, hace dos días, aún resonaban en su cabeza mientras una leve sonrisa se reflejaba en su rostro, con una expresión satisfecha. Habían efectuado el trabajo de manera notable, sin un sólo herido, y toda la célula del maldito brujo había sido detenida, o como poco, decapitada.

-Creo que Mamá Ostrogov ha podido ocuparse más que adecuadamente-dijo satisfecho, mientras bajaba del vehículo. Pero era evidente que allí faltaba algo. Siendo más concretos, el otro vehículo. El rostro del vostroyano perdió la sonrisa, con razón, como se comprobó un día más tarde.

-¿Qué ha ocurrido exactamente, Tercio?

Un mes había pasado, un mes en el que el Cuestor no había salido de la biblioteca más que para lo estrictamente necesario, pero el esfuerzo había merecido la pena. Había resuelto los galimatías que había dejado en forma de pila de papeles el anterior responsable de la gestión de aquel lugar, tras lo cual había ordenado todos esos documentos para poder consultarlos con rapidez cuando fuera necesario necesario.

Revisar todos esos números, facturas, informes y formularios le proporcionó una mayor comprensión de la intrincada maquinaria burocrática del Administratum además de adquirir en el proceso mayor agilidad para el pensamiento lógico-matemático y una mayor atención a los detalles. Pero no solo eso, también había tenido tiempo para estudiar y aprobar el examen de códigos inquisitoriales, lo que finalmente lo situaba jerárquicamente al mismo nivel que los compañeros con los que había compartido su primera misión.

En un descanso entre página y página de un denso tomo que versaba sobre la guerra y sus repercusiones en la recaudación del diezmo imperial, Xerxes escapó de la biblioteca en busca de algo de cafeína y de camino encontró una pregunta formulada al embaucador por el guardia imperial. Tan abstraído había estado entre sus libros que no sabía a qué se refería, pero no queriendo sumar su duda a la ya presentada se limitó a esperar en silencio la respuesta que arrojaría luz sobre el asunto del que fuera que trataran.

-No, no lo has hecho mal, pero deberías ir a que te miraran esas heridas, salvo que me dejes hacerlo a mí. Puedo asegurarte que no es nada tan... traumático como mi más odiada habilidad -señaló con una sonrisa torcida y no exenta de humor ácido. No obstante, cualquier otro comentario quedó suspendido ante la pregunta del vostroyano dirigida a Tercio.

El Adepto Asclates sale al Patio, donde estáis todos en este momento y saluda a los recién llegados.

- "Bienhallados. Vaya, por lo que veo habéis tenido algún problema en vuestra misión. Espero poder leer mañana vuestros informes de misión. Estoy seguro de que serán interesantes.

Descansad, asearos y comed.

Debéis tener pronto un aspecto presentable. Esperamos para hoy la llegada de un nuevo miembro del equipo...

Y la nave en la que viaja el Inquisidor ha entrado en el sistema. Se espera su llegada en menos de dos días." -

Intius Varnias sale apresuradamente al patio.

- "Bienvenidos." - Dice dirigiéndose al grupo que acaba de regresar de la misión en la Espira Scorpia.

- "Adepto Asclates, estoy dirigiendo a un servidor-piloto del Mechanicus hacia este lugar. Ha transmitido los códigos de identificación inquisitoriales correctos. Según informa, trae consigo al Tecnógrafo Cerberus-v3.0, que ha sido puesto al servicio del Inquisidor Globus Varaak por orden del Adeptus Mechanicus de los Tornos, a solicitud del Sagrado Ordo Hereticus." -

Le pasa al Erudito Materium Asclates una placa de datos.

El Erudito Materium comprueba los códigos de la placa de datos que le tiende Varnias y se la devuelve.

- "Correcto, parece que el nuevo miembro de la célula está en camino algo antes de lo previsto. Llévale esto a la Agente Rais en la sala de control para que nuestros antiaéreos no derriben el aerodeslizador del Mechanicus cuando llegue." -

El Cadete Varnias obedece presto la orden del Erudito Materium.

Al poco rato comienza a escucharse el estruendoso sonido de los propulsores de un aerodeslizador que se aproxima deprisa. Por su aspecto está claro que pertenece al Adeptus Mechanicus.

Unos minutos después, el aparato se posa delante de la mansión.

Comienza a escucharse un horrible chirrido informático procedente de la cabina del servopiloto al tiempo que la portezuela del pasajero se abre y baja una escalerilla. Se ha levantado una nube de humo y polvo.

De entre la nube de polvo surge una oscura figura que avanza hacia Intius Varnias. A medida que abandona la zona su silueta se va dibujando, permitiendo reconocer la inconfundible túnica roja de los Tecnosacerdotes, bajo la cual se oculta el complejo entramado mecánico que permite la vida de los seguidores del Adeptus Mechanicus (si es que eso puede considerarse vida, como tal). Una esfera cristalina de color verde brilla en su rostro, moviéndose de un lado a otro y registrando todo lo que observa, mientras el otro ojo, el "humano", se mantiene inmóvil, fijo en el horizonte, como si no tuviese vida alguna.

- Saludos Intius Varnias - le dijo al arbitrador, proyectando su inhumana voz a través del respirador, no había atisbo de duda alguno en sus palabras, casi hubiera podido decirse que conocía a Intius.- Soy la unidad Cerberus-v3.0 del Adeptus Mechanicus, asignado temporalmente al servicio del Sagrado Ordo Hereticus, me he comunicado con usted hace escasos minutos cuando el servopiloto ha fracasado en la tarea de encontrar su posición - tras la retahila de presentación se hizo un silencio incómodo.- Espero órdenes.

- "Bienvenido, Cerberus-v3.0, a Specula Maris.

Esta mansión ha sido asignada por el Adeptus Administratus al Ordo Hereticus, el cual la ha asignado al Inquisidor Globus Varaak, quien desde ahora será tu único amo y señor, al que deberás obediencia total y absoluta.

Las personas que aquí ves son los miembros de esta célula al servicio del Inquisidor.

Yo soy el Erudito Materium Asclates, privisionalmente designado Director de Operaciones de esta célula, aunque en realidad formo parte del Séquito del Gran Inquisidor Anton Zerbe, líder de la Cábala Tiranista del Cónclave Calixiano de la Inquisición.

La Agente Rais es nuestra jefa de seguridad. El Aspirante Hex, psíquico imperial autorizado y encargado de nuestra biblioeca. El Cadete Varnias, a quien al parecer ya conoce, es nuestro encargado de comunicaciones. El Novicio Valerius, Capellán residente de la finca. Tercio Veridio, mercenario y forajido. Titus Nihilius, experto tirador. El Hombre de Armas Ostrogov, antiguo Guardia Imperial y responsable de las salas de entrenamiento de la mansión. Cuestor von Braun, del Munitorum, nuestro experto en logística y trámites administrativos.

Von Braun, enséñele a nuestro nuevo tecnosacerdote la finca y las habitaciones que quedan libres, para que escoja una.

Cerberus-v3.0, como tecnosacerdote, tu responsabilidad en Specula Maris será ocuparte del mantenimiento de la maquinaria de la finca, del taller mecánico, el mantenimiento y reparación de nuestros vehículos, servidores, armamento y sistemas de seguridad y de defensa de la casa.

También podrás ser llamado a participar activamente en misiones de investigación del Ordo Hereticus que te sean encomendadas por tu señor, el Inquisidor Varaak, o por cualquiera de sus Acólitos de rango superior, entre los que se me incluye hasta que sea relevado de mi actual función como Director de Operaciones de esta célula inquisitorial.

Para ello, será necesario que te conviertas en un Acólito de pleno derecho, lo cual requiere entre otras cosas superar un examen de códigos inquisitoriales.

El Acólito von Braun te facilitará los archivos que deberás estudiar y memorizar. Dentro de quince días deberás someterte a examen para evaluar si tu grado de conocimiento es suficiente como para nombrarte Acólito de la Inquisición.

¿Tienes alguna pregunta?" -

No entendía por qué tenía que ser él el encargado de pasear al nuevo por toda la finca. Entre sus compañeros había varios más apropiados para aquella tarea que el Cuestor, el embaucador al que Vladymir había dirigido su pregunta era uno de ellos. A Tercio se le daba bien socializar, el trato con las personas -si es que al recién llegado se le podía llamar persona-, sin olvidar que andar por todo el edificio seguramente le viniese bien para acostumbrarse aun más a su nueva pierna. Es más, precisamente esa pierna podía ser un tema de conversación perfecto. Podían intercambiar opiniones sobre diferentes miembros ortopédicos y prótesis de todo tipo, parlotear sobre tornillos, tuercas y arandelas… Seguro que eso fascinaba al nuevo. Además Tercio no tenía nada mejor que hacer que perder el tiempo, mientras que Cuestor sí tenía tareas que ultimar y que ahora debería aplazar.

- De acuerdo- confirmó al Adepto Asclates.- Si no tiene preguntas, cuando quiera, señor Cerberus.

- "Saludos, unidad Cerberus." -

- "Bienvenido a Specula Maris." -

La sensación de alivio fue momentánea, y rápidamente quedó eclipsada por la rabia y el cansancio. Cruzar a pie el umbral de la finca se me antojó un fracaso, pero aquello no iba a quedar así, volvería y recuperaría algo más que el vehículo. El último tramo antes de llegar a la mansión lo había pasado pensando en una excusa, porque era evidente que se iban a dar cuenta, pero fue demasiado corto y no fui capaz de inventarme nada. Improvisaría, como hacía siempre.

- He tenido un percance, Vladymir - respondí aún molesto.- Nadie me avisó de que había perros mutantes en los alrededores, quizás deberían enviarnos a limpiar la zona en lugar de... bueno, de lo que tengan pensando... Pero no pasa nada, no nos llevemos las manos a la cabeza todavía, sé dónde está el vehículo y en cuanto haya descansado volveré a por él y como me encuentre con uno de esos bichos te aseguro que le meteré mi rifle por el... - hice unos gestos como de aplastar algo invisible entre las manos y contuve mi lengua.- Bueno, ya sabes...

Después llegó el aerodeslizador con el nuevo Tecnosacerdote. Una llegada muy apropiada, teniendo en cuenta que el vehículo podría estar dañado, casi parecía que el destino se burlaba de mi... una vez más. Le saludé con una inclinación de cabeza cuando me presentaron pero enseguida me marché a mi habitación, no estaba de humor para recepciones.