Partida Rol por web

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 06:56.

Aprovechando la salida de Julia Strophes Verios carraspeó un momento antes de rascarse el lateral de la cabeza con los nudillos y negar despacio. Algo le pesaba en la mente a ojos vista y, con labios apretados y suspiro pesaroso creyó poder expresárselo a quien opinaba mejor pudiera entenderle, Nataly.

- O nos esperaban o vigilan todas las entradas pero, desde luego, no estamos pasando desapercibidos -admitió con las manos abiertas-; aquí el gusto se viste, el vicio se exhibe y nuestro respetuoso silencio llama más la atención que si hubiésemos salido de la nave cantando y bailando.

Abrió las manos a ambos lados de su propia cabeza, abierto a opciones por parte de los demás. No perdía perspectiva ni por un segundo de la misión encomendada pero sin infiltración no lograrían llegar hasta donde necesitaban para esclarecer qué estaba ocurriendo allí.

- Por mucho que apreciaría nuestras sinergias, Nataly, creo que deberías juntarte con uno de nuestros compañeros más ortodoxos de la misma manera que procuraré hacer con Varius ¿Qué opináis? - con esto se acercó a la hornacina para ver qué bebercio había allí, sus ojos se iluminaron al reconocer algunos licores que sus labios jamás habían degustado pero que siempre se guardaban en las estanterías altas de los locales nocturnos- Me señor Annius Verna Strophes ¿Qué os pongo? ¿Y los demás?

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 06:56.

Valerius abrió los ojos como platos al comprender que aquella figura no solo no era Laurent... sino que era un cadáver extraordinariamente bien conservado. ¿Pero qué clase de costumbre era esa?

Él no era quien para juzgar a aquellos nobles... Bueno, sí... Sí que lo era. Pero ahora estaban en medio de una misión y debía comportarse acorde a lo que el Inquisidor requería de sus Acólitos. Observó la marcha de Julia y en cuanto la mujer salió de la sala se permitió un breve momento de relajación.

Giró la cabeza y observó con detenimiento la estancia mientras su supuesto hermano, Verius, se movía con presteza y sin vergüenza ninguna acudía a por las bebidas alcohólicas. Cierto era que la noble les había invitado, y que ellos tendrían que disimular... Pero dudaba que algún enemigo pudiera espiarles mientras estaban en esa estancia.

- Yo no quiero nada ahora mismo. Gracias. - Respondió a la pregunta de Tercio. Coincidía con él en que Renata - o Nataly - no pegaba como amante de ninguno de los dos. El amado tendría que ser Intius o quizá Xerxes...

Señaló al tío abuelo...

- Annius... ¿Conocías esta extraña costumbre de los nobles locales? - Preguntó. Todavía le turbaba la idea de estar ahí con un muerto disecado, o algo parecido. Usó el nombre en clave de Intius para acostumbrarse, pero realmente ahí no hacía mucha falta. Si alguien les escuchara, seguramente le sorprendería que Annius y su séquito no conocieran dicha costumbre entre los Strophes.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 06:56.

Vladymir intentaba estar siempre atento y vigilante, y por eso no se le pasó por alto que aquel "hombre" estaba muy quieto. Demasiado quieto. ¿Una estatua especialmente realista? No creía, parecía muy real, pero desde luego no apartó la mirada de aquella figura hasta que su anfitriona habló. 

"Sería más útil como servidor" pensó, aunque se cuidó mucho de decir nada. A los nobles siempre les gustaban los despliegues innecesarios. Tras asentir ante su anfitriona, decidió variar el foco de su atención, del cadáver disecado a la puerta. 

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 06:56.

Caminó siguiendo al grupo, pero algo más lento al ir más cargado. Los cambios de dirección y requiebro le molestaban, pero haciendo acopio de su energía y su buena voluntad reprimió las ganas de soltar algún improperio. Así se mantuvo hasta que se pudieron detener, y por ende, él pudo soltar su carga.

Lanzó un profundo resoplido que remarcaba su cansancio por la tarea, sin embargo el resoplido se vio interrumpido por una imagen que le perturbó. ¿Era un muerto aquello? Su pregunta interior fue respondida por Julia Strophes de una forma que le hizo preocuparse más. ¿Qué clase de costumbres de locos eran esas? Sonrió con ligereza como respuesta y dando dos pasos cubrió la distancia que le separaba de su grupo para estar más cohesionados.

—Pues yo si voy a beber algo, que el ejercicio me ha resecado la garganta. ¿Alguien quiere algo más? —dijo lanzando un ofrecimiento al resto de sus compañeros.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 06:56.

Itsua dirigió una mirada vacua a aquella estrafalaria mujer, cuyos actos decían mucho acerca de su insipidez, desidia y estupidez. Alguien a quien el exceso de dinero y una vida muelle habían proporcionado una naturaleza tan vacua como la de aquel cadáver disecado por el cual demostraba tan poco respeto. No consideraba de especial buen gusto conservar una obra de taxidermia de aquel género en el hogar, pero no creía que aquella cáscara vacía mereciera aquel trato. En cualquier caso, no le correspondía a él juzgar.

Miró en dirección a la hornacina que Tercio y Kurt parecían más que dispuestos a esquilmar.

-Estamos trabajando -dijo sin dirigirse a nadie en especial. Beber y más aún servirse ellos mismos, por mayor invitación con la que contaran, no reflejaba demasiada profesionalidad.

Así que permaneciendo quieto y haciendo caso omiso a la oferta de sus compañeros, se dedicó a mirar en torno suyo.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 06:56.

Renata se aseguró de memorizar el trayecto hasta la estancia que los había llevado la “prima” Julia, buscando insertar en su memoria cada uno de los pequeños detalles tanto de los corredores que atravesaban como de la puerta metálica a la que finalmente llegaron.

Aún así, lo que no se esperaba para nada era un cadáver disecado, ¿en serio? Parpadeó sorprendida para finalmente cabecear y encogerse de hombros, ¿porque se sorprendía? Era una casa noble… si no tenían esas cosas raras por en medio no se divertían.

- Las capas grises nos señalaban como algo curioso a miles de kilómetros. - asintió hacia Tercio, - Realmente no entiendo de quien fue la idea de intentar “pasar desapercibido” con estas capas. - se encogió de hombros. - En cualquier caso, ya no hay vuelta atrás… será interesante saber hasta donde llega el chisme de los visitantes de la casa Strophes que quisieron pasar desapercibidos. - dijo toqueteándose el labio pensativa y con una sonrisa picara.

- Si, estamos trabajando… Pero la imagen vale más que mil palabras… - se encogió de hombros, - Si no queréis beber no lo hagáis, pero tened una copa de bebida en la mano y os tendrán por alguien menos sospechoso. - Añadió mientras observaba curiosa las bebidas expuestas y cogía algo dulce y poco alcohólico.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:00.

El tío-abuelo Thalus está sorprendentemente bien preservado. Sólo su falta de respiración y un toque a su piel dura como una roca revelan que no está vivo. Sus ropas han sido preservadas con algún tipo de sellante que ayuda a preservarlas del deterioro causado por el tiempo.

La estancia parece un gran estudio, con varios muebles lujosos análogos a sillones y sillas. Varios artefactos están situados en pequeñas mesas cerca de cada uno de los muebles. Una compleja maquinaria de relojería es una. Una desgastada copia forrada en cuero del Credo Imperial está en otra. El más impresionante es una figurita que parece hecha de luz y que lentamente gira en un patrón intrincado.

Cuando Renata Canaglia Garibaldi está estudiando la estatuilla con intensa curiosidad al percatarse de que se trata de tecnología alienígena, un brillante una voz profunda les dice a los Acólitos:

- “La mejor pieza de mi colección, una escultura de luz Jokaero. No está prohibida, se lo aseguro.” –

Laurent Strophes entra en la habitación con un asentimiento de cabeza hacia los Acólitos. Julia cierra las puertas entrando después de su padre.

El noble Strophes es un hombre ancho, que casi parece un gran tubo con piernas. Su brazo derecho y su ojo izquierdo son hermosas próstesis de adamantium y plata, que claramente valen una fortuna. Porta vestiduras amplias y mantiene su cabeza afeitada. Strophes habla con un fuerte tono de voz y se mantiene de pie en una postura erecta que inmediatamente le delatan como un antiguo oficial de la Armada Imperial.

Strophes se presenta con un apretón de manos a cada uno de los Acólitos Inquisitoriales. Se muestra profundamente respetuoso hacia Valerius, al reconocerlo como una figura religiosa, un Sacerdote Drusiano, nada menos. A él le da una bienvenida especial:

- “Nos sentimos honrados porque agraciéis nuestra casa con vuestra presencia, Padre.” –

Tras haber saludado a cada uno de los Acólitos, Strophes pregunta por el Inquisidor Vaarak.

- “¿Cómo está el viejo perro de guerra, eh?” –

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:00.

Hacerme pasar por el jefe de seguridad de Intius no es algo difícil pues mi conducta habitual ya consiste en vigilar el entorno constantemente en busca de peligros y amenazas. No me gustan las emboscadas cuando no soy yo el que las realiza, así que siempre me mantengo alerta de posibles riesgos a la seguridad. Es por tanto que fingir estar al servicio del noble "primo" de la familia Strophes es sumamente sencillo para mí.

La mujer que se identifica como Julia, quien es sin duda la hija de Laurent Strophes, el viejo amigo de nuestro inquisidor. Nos guía hasta una sala en la que llamará a su padre para que se entreviste con nosotros. Ignoro por completo el cadáver de su ancestro pues los cuerpos nunca han sido algo que me interese, a diferencia de aquella estatua de tecnología xenos, que sí me llama mucho la atención.

Cuando llega el hombre, nos saluda de forma muy educada. Respondo al saludo con calma, estrechando su mano de forma educada después de haberme quitado las gafas de espejo y colgarlas delante de mi pecho. Cuando pregunta por el Inquisidor, le respondo:

 - "El Inquisidor goza de buena salud"- pero caigo en la cuenta que no sería del todo exacto en su estado y lo apropiado habría sido decir "mantenimiento regular."

Pero no soy quién para meterme en más detalles pues tampoco me gustan mucho los chismes cuando no me sirven en beneficio propio. Con eso ya he realizado mi cuota de sociabilización y modales. El resto le toca a otros miembros del grupo, que de seguro disfrutan más de las palabras y la frivolidad.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:00.

Sumergido en su interpretación, Kurt estaba apoyado en el mueble bar observando los alrededores con un ligero y mal disimulado desagrado. Aquella idea casi mística de los antiguos familiares disecados y reinando por las estancias para otorgar empaque a la habitación, le seguía pareciendo carente de gusto en el mejor de los días. La copa que sujetaba en su mano estaba cercana a estar vacía, no era de esa clase de personas que desaprovechaba la oportunidad de beber gratis. El brebaje era algo suave para su gusto, seguro que en las fiestas de alto postín aquella era una bebida deliciosa pero a él se le escurría por la garganta dejando únicamente un regustillo a agua perfumada.

Con la llegada de Laurent, la atención de Kurt se centró en él. Cualquiera de las prótesis que llevaba aquel tipo valían más que él y todas las posesiones, pasadas, presentes y futuras, de Kurt. Su aspecto de primeras impactaba, aunque los había visto peores. Le devolvió el apretón de manos con fuerza y firmeza, para dejarle claro a aquel hombre poderoso que él era un hombre prematuramente canoso y con propensión a sufrir roturas de huesos, pero que no era de los que se echaban atrás. Tras las formalidades Kurt rebuscó de nuevo en el mueble en el que las bebidas estaban almacenadas y trató de conseguir algo más potente que le sirviera para templar el cuerpo.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:00.

La profunda voz del noble sacó a Valerius de sus cavilaciones. El tipo tenía actitud y porte nobles, aunque los dejes que todavía mostraba de oficial de la Armada hacían que no se convirtiera en un snob elitista como la mayoría de nobles que el sacerdote había conocido. Aquello eran buenas noticias, Laurent debía tener más de dos dedos de frente.

Asintió complacido ante la bienvenida.

- El honor es mío. - Respondió cuando el noble le saludó y le estrechó la mano. - Confío en que la luz del Emperador bañe vuestro hogar, y nos guíe para ayudaros en los próximos días. -

Titus se le adelantó a la hora de hablar sobre la salud del Inquisidor, pero no era algo que sentara más a Valerius. Asintió corroborando las palabras de su compañero.

- No solo está bien... está plenamente activo y, como casi siempre, muy ocupado. - Admitió sonriendo. - No es un hombre ocioso, como supongo que bien ya sabéis. - 

Por el momento se abstuvo de comentar nada más. Quizá Intius deseara añadir algo, o encaminar la conversación en alguna dirección... O quizá el propio Strophes preferiría escoger por dónde comenzar a ponerles en antecedentes.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

El noble Strophes asiente con una pequeña sonrisa, complacido de escuchar que el Inquisidor Vaarak se encuentra como siempre. Finalmente, se sienta en una gran silla y comienza a hablar:

- “Mi sobrina, Saia, era una chica de buen temperamento, fácil de manejar, no como otras, aquí presentes. Siempre fue dada a la melancolía, sin embargo. El último año entró en contacto con este grupo, el así llamado “Coro del Júbilo” y se unió poco después. En aquel momento pensé que era bastante inofensivo. Julia fue con ella una o dos veces, declarando después que eran unos simples, si no recuerdo mal, ¿verdad, querida?

Bien, Saia continuó asistiendo, diciendo que finalmente sentía que se estaba volviendo “fiel”, fuera lo que fuera que eso significara. Entonces un día, desapareció. Sin rastro. El Magistratum no pudo encontrar nada. No había señales de lucha en su apartamento; ninguno de sus amigos sabía a dónde había ido. Pasa todos los días en la Bajocolmena, pero no en la Espira. Desde entonces hemos escuchado acerca de otros desapareciendo silenciosamente.

Puse a un antiguo asociado mío a vigilar en los asuntos del Coro. Vino con esos medidores que le pasé a vuestro maestro. Quiero saber qué le pasó a mi sobrina. Sospecho que ha ido a reunirse con el Emperador, pero quiero saberlo con certeza. La Casa Strophes está a vuestra disposición. Julia y yo os ayudaremos en todo lo que podamos.” –

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

Annius se había limitado a negar con la cabeza ante la pregunta de Varius. (Así pensaba ya en su compañero para evitar poder equivocarse al decir el nombre en presencia de extraños). Fue una negativa discreta puesto que, aunque no dudaba que tanto la "prima" Julia como algunos miembros más de la familia sabían la verdad, no tenía ganas de verbalizar ni su ignorancia, ni sus dudas.

Aunque no tenía clara la conclusión de Verius y de Nataly, la misma era perfectamente posible: que esas capas no solo no hubieran servido para disimular su presencia sino que la hubieran vuelto más llamativa. Y si era así, ¿se debía a una imprudencia o a traición?

- No, Verius. No tomaré nada ahora mismo.

Quizás fuera a decir algo más, o tal vez referirse a la intrincada escultura alienígena de luz, pero justo en ese momento Laurent Strophes entra en la habitación, acompañado por su ya conocida "hija Julia". Al referirse a todos por su nombre real resulta evidente que Laurent (y ahora Julia) conocen perfectamente sus identidades reales, lo que no es lo más conveniente... pero sin duda no es algo que pueda evitar.

- Gracias por vuestra hospitalidad, Laurent Strophes. Y por la información que nos proporcionáis. Nuestro señor, el Inquisidor Vaarak nos ha hablado de vos y vuestra familia en elogiosos términos-  hace una pausa para luego continuar- Os indicaré las identidades tanto mías como de mis compañeros, y os ruego tanto a vos como a vuestra hija que sean las únicas que se usen. En asuntos como este la discrección es fundamental. Por otro lado, y dado que soy vuestro sobrino, y primo de Julia, ¿alguna idea sobre como construir mejor esa identidad para que vuestros cercanos no puedan considerarla falsa? El resto de mis compañeros son: mi secretario personal Arao Soil-  dijo señalando a Arlan Hex- el mozo y siervo para carga Kritus- señaló al decirlo a Kurt Brokenbone- mi amante oficial Nataly Surtova- hizo un gesto hacia Renata- el procurador de bienes y servicios Verius- dijo mientras miraba a Tercio Veridio- mi jefe de seguridad Titus Pullus- señalando a Titus Nihilius- Varius, procurador y persona de confianza- dijo mientras miraba a Valerius- y ya por último Vassily Olov, mi guardaespaldas, y el escriba Günther Blitz- dijo mientras hacía un gesto respectivamente a Vladymir y a Xerxes.

Tras las presentaciones guardó un instante silencio y luego miró a ambos nobles.

- ¿Alguna amiga o conocida de Saia que siga viva y a la que se pueda "preguntar" sobre lo sucedido? ¿hay algún registro de sus actividades y horarios en las últimas semanas antes de desaparecer? ¿ha habido algún altercado que involucre a los miembros del “Coro del Júbilo”?

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

Aquel hombre parecía un veterano, y seguramente lo era. Eso era algo que Vladymir, o Vassily, podía entender y respetar profundamente. Saludó militarmente al noble en cuanto entró, pues sin duda debía ostentar alguna clase de rango, y le estrechó la mano cuando le llegó el turno. Un apretón firme y sincero, como debía esperarse de un hijo de Vostroya. 

Más allá de eso, siguió fiel a su papel: observar y callar. En especial dado que nada tenía que añadir. De momento, aquello había sido un resumen de lo que ya sabían, con un par de detalles adicionales. No sabía si a alguno de sus compañeros se le ocurriría algo más que preguntar, pero él desde luego estaba en blanco. Salvo dos cosas.

-¿Las direcciones de las reuniones y de su apartamento? Puede que encontremos algo que el resto no. 

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

La explicación del noble parecía completa, aunque como bien indicó Intius, planteaba numerosos interrogantes que quizá el amable Strophes pudiera solucionar.

Los horarios de la joven Saia, si hubo algún otro cambio en su rutina adicional al hecho de acudir a las reuniones de los miembros del Coro, nuevas amistades... cualquier cosa sospechosa. Necesitaban comenzar la investigación contando con toda la información de que pudieran disponer.

Esperó a que Ostrogov formulara su pregunta también, y añadió sus cuestiones. Casi parecía que estaban interrogando a los Strophes al modo inquisitorial... pero no era así.

- También nos sería útil si usted, Julia, - dijo centrando su atención en la muchacha - nos pudiera explicar con todo el detalle que pueda cómo fue ese encuentro inicial... Esa primera vez que acompañó a Saia a una de las reuniones del Coro. - Comentó. - Quién les recibió, cómo... qué les preguntaron, si les obsequiaron con algo, cómo fue el procedimiento... Saber a qué atenernos es algo vital. -

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

Strophes ni sorprendió ni defraudó a Itsua. Era lo que se presuponía tenía que ser y actuaba como tal, un actor metido en su papel y posiblemente incapaz de desempeñar ningún otro. En definitiva, alguien notablemente aburrido y posiblemente predispuesto a contar batallitas de su pasado en la Armada Imperial al calor de un caro licor. Al menos, se lo podía permitir. Dudaba que en su propio caso alcanzara a cumplir sus años y aún menos que alguien estuviera dispuesto a escuchar sus historias en el inverosímil caso de alcanzar la senectud.

Palabras y más palabras. Preguntas tras preguntas. Algunas dignas de ser oídas, otras no tanto. Miró alrededor, con la vacuidad propia de sus implantes oculares y se movió ligeramente hasta situarse tras Xerxes. Se inclinó hacia él para susurrarle algo y permaneció a la espera de una respuesta. Mientras esta llegaba, formuló su pregunta.

-Afirma que Saia poseía buen carácter, amén de ser dócil y melancólica -no era el tipo de personalidad que aparentemente debiera agradar a Strophes, personalidad que la convertía en una víctima perfecta para cualquier secta dispuesta a conseguir nuevos adeptos-. ¿A qué respondía esa melancolía? ¿Y hay algo más destacable acerca de su sobrina? Padres, capacidades... ¿Y su estado de cuentas? ¿Hizo alguna donación? -no debían olvidar el tema de los psíquicos.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

¿Era necesario que todos y cada uno de los presentes respondieran a la pregunta del Señor Strophes sobre el estado del Inquisidor con el chascarrillo correspondiente? Xerxes no se molestó en negar con su cabeza. No lo necesitaba. Sabía muy bien lo que opinaba y no lo necesitaba exteriorizar.

Aquella forma de obrar dejaba entrever el afán de protagonismo en varios de los miembros de la misión. Querían hacerse notar, querían hacerse ver, y eso en lo que se suponía que era un equipo en el que cada miembro debía suplir con sus capacidades las carencias de los demás, no era buena señal. Demasiadas voces cantando a la vez la misma tonada se podía convertir en un problema si no se sabían armonizar.

Poco después uno de los miembros de aquel coro del que formaban parte se acercó para susurrarle. El cuestor apenas se inclinó hacia atrás para escuchar las palabras del señor Hex y, tras un momento de reflexión que aprovechó para sacar un pañuelo de tela y limpiar su oreja de aquello que podría haber arrastrado el aliento del psíquico, asintió con discreción.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

Las cosas que comenta Lord Strophes son datos útiles para la investigación aunque la mayoría ya era de nuestro conocimiento. Mis compañeros lanzan distintas preguntas que consideran pertinentes, acerca de la sobrina desaparecida, del Coro del Júbilo e incluso del acercamiento inicial a este. Todos datos relevantes, aunque me quedo con unas palabras pronunciadas por el noble y la duda siguiente que plantea:

 - "Lord Strophes, usted habló de un asociado. ¿Cual es su identidad y qué sucedió con él después de su investigación?"

Me parece que es alguien con quien deberíamos hablar pues puede aportar datos útiles, como la manera con la pudo recabar esa información y como hizo para acercarse al Coro del Júbilo, sirviendo así como precedente para nosotros acercarnos también.

Hay que tener mucho cuidado al intentar aproximarnos al culto pues si repetimos estrategias no solo pueden ser inefectivas, sino también levantar sospechas innecesarias.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:10.

Renata hizo una última mirada a la estatuilla, la escultura de luz Jokaero… hmmm… interesante, pensó mientras guardaba esa información. Sonrió levemente, haciendo un gesto de saludo con la cabeza tras esa introducción. Caminó hasta donde Annius y se quedó de pie a un paso detrás, haciendo un gesto de respeto cuando éste la presentó, sonriendo picara y medianamente divertida hacia Laurent y Julia.

Los demás comenzaron con el interrogatorio y Renata se quedó en silencio a la espera de las respuestas a esas preguntas. Algunas bastante interesantes que podían abrir a más debate y cuestiones.

Finalmente, añadió también una pregunta, pero esta fue hacia la “prima” Julia, - Julia, ¿cortaste totalmente el contacto con el Coro después de esa primera visita? ¿Fue a malas o a buenas? ¿Seria muy extraño si de repente te volvieras a presentar en una de sus reuniones junto a otra “prima”? - preguntó curiosa.

MANSIÓN STROPHES, COLMENA SIBELLUS, ESCINTILLA:

076.816M41.

HORA LOCAL: 07:12.

- "Sí, trabajaremos estos días en vuestras identidades y atuendos para hacerlos más acordes a lo que se espera en la Espira." - Asiente en dirección al noble Arbitrador.

Escucha al Sacerdote Drusiano y se queda un momento pensativa, tratando de recordar.

- "Me dieron la impresión de unos fatuos y pomposos bobalicones, impregnados de un ingenuo buenismo. Unos simples. Su mensaje se basaba en la idea de que el Emperador pretende que todos seamos felices. Aparte de eso, me parecieron completamente inofensivos. Allí había muchos jóvenes nobles, y parte de la idea era que los nobles se ayudasen unos a otros en sus diversos proyectos, por lo que no creí en ningún momento que fuese un lugar peligroso para mi pobre prima." -

Observa a Nataly con curiosidad.

- "No volví a asistir, y creo que no oculté en días posteriores mis impresiones, por lo que sí sería muy extraño." -