Partida Rol por web

COLMENA SIBELLUS: ESPIRA SUPERIOR: CASA STROPHES:

081.816M41.

HORA LOCAL: 12:30.

Tras el reparto del equipo -que por los agradecimientos de alguno de sus compañeros indicaban que habían hecho bien la elección de compra- solo quedaba ponerse en marcha. 

Yo por mi parte cuando queráis. Estoy listo- todos teníamos ya una nueva identidad para esta nueva misión.

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HORA LOCAL: 12:32.

Con el trabajo de los nuevos cognomens ya hecho, Renata se acercó a recibir su arma. ¡Ah! excelente, una pistola pequeña pero matona, con munición especial además. 

La cogió con soltura, y se la pasó de una mano a otra, haciéndola rodar como todos habían visto hacer tantas veces a los granujas contrabandistas. Luego la puso en su pistolera, a su izquierda, y cruzada con la pistolera de su otra pistola, a la derecha. Desenfundó ambas a la vez, y las calzó de nuevo. 

-Me encanta. Es ligera y suave, ágil, ni por asomo parece lo que es: una hija de puta mortal. No sé a quién me recuerda...

TRANSCURRE UN DÍA COMPLETO.

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HORA LOCAL: 13:00.

Tras un día completo de preparativos, la última vez que los Acólitos verán a Laurent Strophes será a través de un portalón inclinado, con su brazo potenciado en alto despidiéndose, al tiempo que vuestros dos ornitópteros despegan de una plataforma de lanzamiento de la torre y dirigiéndose al horizonte.

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HORA LOCAL: 06:00.

Ya amanecía cuando los dos ornitópteros se posaban finalmente, tras un largo vuelo de toda la noche, en una solitaria pista de aterrizaje barrida por vientos huracanados en lo alto de la Espira Superior de la colmena capital del planeta.

El equipo principal de investigación del Inquisidor Vaarak fue trasladado discretamente en un lento APC hasta una intersección, desde allí siguieron andando hasta un elevador, donde les esperaban unos servidores con grandes capotes grises para guiarles.

Poco después del alba, la célula inquisitorial se encontraba en la mansión de los Strophes.

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HORA LOCAL: 06:00.

Aún podía notar el dolor. Cerraba los ojos y los recuerdos regresaban. Las lúgubres y oscuras escaleras. Evitar los cables trampa que detonarían los explosivos... Entrar lanzando las granadas para lograr la distracción y buscar cobertura.

En su fuero interno estaba convencido de que había sido un error. Había sobrevivido por obra y gracia del Emperador. Pero lo más raro de todo es que la misión se había podido cumplir. El resto de miembros de la célula inquisitorial habían reducido a los mercenarios de Theodosia, y al mismo monje. Valerius no sabía cómo lo habían conseguido, pero lo habían hecho.

Él por su parte había tratado de ponerse en pie y moverse cuando le habían ayudado y se lo habían ordenado. Tampoco era muy consciente de cómo habían logrado escapar... pero al menos ahora reconocía la estancia de la mansión Strophes donde se encontraban.

Lo siguiente sería regresar a la base inquisitorial... Necesitaba descansar un poco y recuperarse de sus heridas. Solo eso.

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HORA LOCAL: 06:00.

Apoyada la espalda contra la pared, los brazos cruzados sobre el pecho y repiqueteando el suelo con el pie en un leve tic nervioso, Renata miraba a Kurt, tendido en una de las camas improvisadas que habían montado en una gran sala donde todos los miembros de la célula Inquisitorial esperaban noticias y ayuda médica.

La ayuda médica ya estaba en marcha, y los que habían salido peor parados, ahora, por lo menos, sentían el alivio que lo que fuera que les estaban inyectando les producía en sus cuerpos destrozados por el dolor.

Habían realizado una misión peligrosa y el resultado, si no tenían en cuenta el daño recibido, había sido excelente. Habían acabado con Theodosia, con el núcleo de fabricación de la farcosia, con la sede del Coro del Júbilo. Habían recuperado los restos de la joven Strophes para consuelo de su familia. No había muerto nadie del equipo. Lo malo no era eso, sino que estaban casi todos literalmente destrozados.

Inspiró y soltó el aire lentamente. Ella estaba bien, muy bien, esa era la verdad. Pero no estaba contenta, no era lo que quería. Era lo que quería el Emperador, sí, pero... aplacó sus propios pensamientos. Nunca había tenido claro hasta qué punto podían llegar a transparentarse. De pronto recordó al viejo de la capucha, en esa mesa, aquel día.

Se separó de la pared y se acercó a Kurt. Se inclinó y le dejó en los labios un beso suave y lento, lleno de ternura, algo que no cuadraba ni con ella ni con él.

-No te me mueras, osito.

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HORA LOCAL: 06:00.

Finalmente cruzamos el umbral de la mansión Strophes después de casi cuatro días desde que terminamos la operación de limpieza en el templo del Coro del Júbilo en Ambulón. Después del disparo que efectué y que incendió el laboratorio e hizo colapsar la estructura completa del edificio. Huimos lo más rápido que pudimos del lugar y gracias a los desarrollados sentidos de Renata que pudimos evitar desagradables y, muy probablemente letales, inconvenientes.

Afortunadamente, el joyero Kronis Estrun, aliado de Lord Strophes, nos protegió por tres días, mientras todos sanábamos parte de nuestras heridas, gracias también al servicio de un medicae que el hombre contrató para nuestro servicio. Esta célula le debe mucho a esa persona y al gremio de joyeros de Ambulón, cosa que no omitiré en mi informe final.

"Si no fuese por ese hombre, tendríamos que haber admitido nuestras identidades reales y, quizás ni con ello, habríamos salido de ahí con vida."

Pero ahora ya estamos seguros, después del viaje en los ornitópteros, hemos llegado a la mansión, cuya seguridad ya se ha puesto a prueba frente a nuestros ojos y que dudo, conociendo a su dueño, que no haya sido reforzada desde el ataque. Ahora, podemos descansar tranquilos y entregar la mala noticia de nuestros hallazgo, la que nos acompaña caminando como la criatura lobotomizada que ahora es.

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HORA LOCAL: 06:00.

No había permanecido mucho tiempo ocupando una postura vertical, en el viaje se había negado a ocupar una de las camillas pues tenía compañeros sensiblemente más heridos. Eso no había evitado que nada más llegar a la mansión de la familia Strophes tuviera que volver a tumbarse en aquella gran sala improvisada que les habían habilitado. Descansaba con la mirada perdida en el techo y ocasionalmente silbaba de forma poco afortunada alguna tonadilla popular, que era difícil de reconocer por su carencia de conocimientos musicales.

Los movimientos de Renata le pasaron desapercibidos hasta que la tuvo encima, no se esperaba que los labios de ella rozaran los suyos y desde luego no que lo hicieran así. No supo reaccionar en los primeros instantes que sucedieron al beso y cuando se quiso dar cuenta dos de sus dedos estaban acariciando la mejilla de la mujer.

—No te preocupes, todavía te queda mucho por aguantarme —dijo mientras deslizaba despacio y con mucho cuidado los dedos sobre la faz de ella. A la misma velocidad retiró la mano y se acomodó en la cama que ocupaba—. Siéntate aquí mientras esperamos.

Movió su cuerpo dejando un pequeño resquicio en el que cabía, sin excesos, Renata.

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HORA LOCAL: 07:00.

Lord Strophes escuchó con tristeza lo acaecido a su sobrina Saia y dijo que tendría un funeral apropiado.

Escuchó con más satisfacción el relato de la muerte de Theodosia y sus secuaces y de la destrucción del falso templo.

Mientras lo escuchaba, ofreció al grupo un exquisito desayuno.

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HORA LOCAL: 07:00.

Angus explicó, tras entregar al noble de la casa Strophes el cuerpo lobotimizado de su sobrina Saia, que el Coro del Júbilo había sido desarticulado y que no solo era responsable del estado de Saia, sino de otros muchos crímenes contra el Sagrado Emperador. Afortunadamente, el peligro que suponían había sido subsanado, y a pesar de las heridas que cubrían el cuerpo del arbitrador, se notaba la satisfacción del mismo al poder informar que el peligro había sido subsanado y su sobrina y otros muchos fieles al Emperador, vengados. También aprovecha para elogiar el comportamiento tanto del gremio de joyeros como, específicamente, de Kronis Estrun.

Luego por supuesto siguió charlando educadamente con su anfitrión y comiendo del delicioso desayuno, pero en algún momento se acercó tanto a Huesos como a Renée.

- Antes de irnos, quiero hablar con ambos- les dijo en tono serio.

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HORA LOCAL: 07:30.

- "Cuéntenme... lo que les esté permitido." - Dice Lord Strophes con rostro grave.

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HORA LOCAL: 07:30.

Ostrogov no tenía nada que decir ni que añadir, más allá de los informes que le fueran solicitados por el líder de la célula. Aquello estaba hecho, se habían impuesto frente al enemigo... Sin embargo, un par casi no lo contaban, y él había acabado suficientemente herido como para verse obligado a tomar cobertura y cambiar de arma. Al menos habían tenido éxito: el culto desarticulado, el monje muerto, la sobrina recuperada... Todo había ido bien. 

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HORA LOCAL: 07:30.

- "Os doy las gracias en mi nombre y en el de mi Casa. Este sector y este planeta nunca sabrán lo mucho que os debieran estar agradecidos. Sois dignos siervos de la Mano Izquierda del Emperador." -

El noble se levanta y os estrecha la mano uno a uno.

- "Gracias por todos vuestros esfuerzos.

Quiero empezar con los preparativos para el funeral. Creo que sería mejor que no asistierais, pues posiblemente lo mejor sea que hagáis desaparecer discretamente vuestros Cognomen actuales en cuanto sea posible.

Los ornitópteros están a vuestra disposición para llevaros a donde queráis, o tal vez prefieráis usar los más discretos vehículos terrestres. Podéis usarlos, o procuráos vuestro propio transporte, si lo juzgáis más prudente para mantener el necesario subterfugio.

No sé si volveremos a vernos, quizá sea mejor que no. En cualquier caso, el Emperador Protege." -

El noble se despide de vosotros haciendo el signo del águila con las dos manos y después abandona el comedor, dejándoos a solas con unos pocos servidores de servicio doméstico.

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HORA LOCAL: 07:30.

Valerius había asistido a la conversación entre Intius y Strophes completamente en silencio.

Apenas se tenía en pie, y las heridas le provocaban dolor en puntos de su cuerpo que no sabía ni que existieran.

Pero seguía con vida. Aún respiraba y aún podía acabar con unos cuantos herejes antes de perecer. Por el Emperador que Valerius aun tenía mucha guerra que dar.

Se llevó un poco de comida a la boca. Le haría bien seguir alimentándose y reponer fuerzas.

- ¿Regresaremos ya? ¿Tenemos nuevas órdenes? - Preguntó a Intius en cuanto el noble Strophes abandonó la sala.

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HORA LOCAL: 07:30.

Intius asintió con la cabeza a las palabras del noble, y estrechó la mano de este con sincero agradecimiento. Luego, cuando Laurent Strophes realizó el signo del águila y pronunció la bendición ritual, repitió las palabras, como expreso deseo de que el Sagrado Emperador protegiera a esa familia. Solo cuando Laurent se hubo marchado se giró y miró a Valerius.

- Debemos regresar a la base, en efecto. Desde allí remitiré una comunicación cifrada a nuestros señor, y tras esto, todos confeccionaremos nuestros preceptivos informes y curaremos nuestras heridas. Descansad todos, salvo Huesos y Renée. Venid ambos conmigo. 

Y sin esperar respuesta el arbitrador se aleja de la habitación donde se encuentran para hablar a solas, unos minutos, con los dos interpelados.

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HORA LOCAL: 07:30.

El noble Strophes se muestra triste con el relato, carente de detalles importantes, que Intius le cuenta como corresponde. No es para menos, su sobrina fue raptada y lobotomizada, entre otros procedimientos quirúrgicos, hasta transformarla en un servidor y producir drogas con su tejido cerebral.

"Quizás eso explique por qué no la conservará como servidora, a pesar de su valor práctico."

Pero claro, la gente en general tienen más sentimientos y verla probablemente le cause algo desagradable. No todos son tan pragmáticos como yo.

Lo importante es que Intius tiene razón y debemos irnos cuanto antes a nuestra base. Los informes y otros protocolos no pueden esperar, pero el principal motivo para mí es que si el Coro del Jubilo tenía una base acá es muy factible que todavía tengan cierta presencia y nos estén buscando en esta colmena también. Irnos no solo nos aleja del peligro, sino que resta atención sobre los Strophes, que es lo que el Inquisidor querría.

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HORA LOCAL: 07:30.

Misión cumplida. Y Strophes también cumplió, y además recuperó los restos de su sobrina, lo que le devolvió parte de su equilibrio perdido, junto con el orgullo de haber honrado al Emperador. 

Vale, volvían a la base, allí podrían recuperarse de las heridas y reponer fuerzas. Y equipo. Venía la parte que menos le gustaba a Renata, redactar informes, siempre había cosas que se le olvidaban, o que no recordaba igual a como otros lo hacían. En fin.

Sin embargo, algo la sobresaltó, algo inesperado. Intius quería hablar con ella y con Kurt, en privado, y su cara era de mil demonios. ¿Qué quería? Ambos habían cumplido. Y sí, no ocultaban una relación, pero bueno, ¿es que eso había influido en sus comportamientos durante el combate o la investigación? No. En absoluto.

¿Entonces...?

Siguió a Intius con el ceño fruncido, pronto averiguaría qué coño estaba sucediendo.

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HORA LOCAL: 07:30.

Ostrogov no dijo nada, pues no le correspondía a él hablar, pero sí estrechó con orgullo la mano del noble y correspondió al signo de Aquila. Ahora mismo, lo importante era salir de allí, y cuanto antes, mejor. Seguramente deberían intentar hacerlo de modo discreto, por el bien del futuro de la célula.

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HORA LOCAL: 07:30.

Mientras esperaba que Huesos se acercara, como había hecho Renée para hablar con ambos, el arbitrador miro a sus compañeros.

- Volveremos por el camino más largo y tortuoso. Por el habitual. Usaremos los vehículos de tierra preparados para ello, y tardaremos, calculo, unos tres días en llegar. Se que para los heridos será doloroso, y para los más heridos, un infierno. Sin embargo no podemos permitirnos, aún a riesgo de poner en más riesgo nuestras vidas, arriesgar la cobertura de nuestra base. Id preparándoos. Tan pronto hable unos segundos con Huesos y Renée, saldremos.