Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Destino de Lucarrion

Capítulo 6. La Séptima Duna.

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12/12/2018, 13:05
Innos Tharan

Innos caminaba en busca de la cervecería de la que Niren le había hablado. Cierto era que Niren había hablado de un bar a secas, pero aquel enano, enajenado por su sed de bebida fabricada a base de granos de cebada, fermentada con levadura y aromatizada con lúpulo, había elevado el cartel de “La Séptima Duna” al de una cervecería.

El enano se movía rápido entre todos aquellos humanos que se agolpaban en la avenida. Pronto se percató de que la mayor parte de los transeúntes eran humanos. Pocos elfos, semielfos había entre ellos, muy pocos, algo que le gustaba bastante, pues ya tenía suficiente con soportar a Liadrel. Tampoco había demasiados medianos, aunque localizó a bastantes más medianos que orejas picudas. También había algún que otro miembro de otras razas, pero desde luego lo que no vio fue a ningún enano.

- Mejor… - Se dijo a sí mismo. – Más cerveza para mí. – Bromeó en su mente.

Tras recorrer más de un kilómetro, cuando la avenida empezaba a estar menos concurrida y a estrecharse un tanto, percibió algo. Una presencia, una mirada que se cernía sobre él. No sabía exactamente a que se debía aquella sensación, pero tenía la corazonada de que le estaban siguiendo. Se dio media vuelta y observó a alguien conocido.

- ¿Oripell? – Preguntó a la extraña figura que trataba de pasar desapercibida entre aquellas gentes, sin demasiado éxito.

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16/12/2018, 23:06
Oripell

¡Ya era hora hombre!—se quejó el elemental de cerveza con los brazos en jarra y pose de ¿indignado?—. Bueno, o enano. ¿Sabes lo difícil que es seguirte con estas piernas tan cortas? Que no es que tu las tengas muy largas, pero hombre... ¡las mías son piernas de un enano de los enanos! He tenido que correr para poder seguirte el ritmo y creeme que no es bueno que a uno le suba la tensión cuando está hecho de una bebida con gas. Se vuelve uno....

Una masa de espuma cayó de su cabeza por todo su cuerpo.

Espumoso, sí. Y yo soy monárquico, sí, pero los emperadores me parecen demasiado pomposos. Todo tiene su justa medida. Además, después de la tensión viene el calor y cuando me caliento me vuelvo insípido. Y tú no querrás que me vuelva soso, ¿verdad Innos? Así que en resumen... ¿Qué te parece si me llevas a esa cervecería?

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17/12/2018, 19:44
Narrador

Lo cierto era que por allí por donde pasaban, aquella jarra espumeante de cerveza que caminaba autónomamente iba siendo objeto de múltiples miradas asombradas. Sí, aquel extraño objeto animado levantaba pasiones. Y sí, se trataba de un objeto animado, pues por mucho que él o su amo se empeñaran en decir que su naturaleza era la de un elemental de cerveza, en el fondo sabían que no era así. Cualquier ducho en la materia diría que eso era imposible, pues la cerveza no es un elemento esencial, sino una bebida espirituosa.

Quizás hubiera sido más prudente ser algo más discreto por parte de Oripell. Él mejor que nadie sabía de los problemas que se ocasionaban cuando campaba suelto y a sus anchas en lugares desconocidos y rodeado de gente curiosa y avariciosa. Quizás el propio Gambrinus tendría que haberle parado los pies y haberle hecho descansar en el interior de su jarra colgando de su cinturón, pero no fue así.

Por raro que pudiera llegar a parecer, ninguna de aquellas avariciosas miradas, decidió abalanzarse sobre aquella cervezaza, con la intención de adueñarse de ella y tener reservas de aquella popular bebida hasta el fin de los días. ¿Sería verdad lo que se decía de los malakinos? ¿Qué preferían no beber alcohol por motivos religiosos? ¡Todo el mundo sabía que no era cierto!

Y así fue como aquellos dos extraños compañeros se plantaron delante de la Séptima Duna. Un local que destacaba por encima de otros de la zona. Tenía tres pisos, siendo el primero y el segundo construidos en piedra y el tercero en madera, con un curioso balcón que sobresalía de la fachada unos tres metros y un techo en forma de pirámide con una chimenea humeante pese al calor. Desde las ventanas del primer piso se podía observar como la sala del bar estaba bastante llena de beodos clientes y un aroma a multitud combinada con los vapores de las shishas se captaba desde la entrada del local.

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17/12/2018, 19:45
Innos Tharan

¡Sí...! - Dijo el enano mirando de arriba a abajo el edificio. - Creo que éste, puede ser un buen lugar para tomar una cerveza. 

Miró a Oripell con un extraño brillo en los ojos. Parecía que aquel enano estaba feliz de estar allí y en compañía de aquel extraño amigo. A Oripell, le empezaba a caer mejor el enano, aunque a medida que aumentaba su simpatía por él, disminuía su fe en que fuera un elemento apto para aquel grupo de investigación. Por suerte, ya desde el principio no le había dado demasiado crédito, así que ahora su opinión sobre Innos, sólo podía mejorar.

¿Entramos, cervezaza? - Le preguntó y sin esperar respuesta, se adentró en el local.

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17/12/2018, 19:49
Jonsy

El local estaba abarrotado. La mayoría de clientes eran humanos de piel oscura. Los típicos malakinos con turbante o fez, chilaba y babuchas. Los típicos rufianes que dedicaban su vida a malgastar lo que ganaban vendiendo sus productos o trabajando en el campo y no en su familia. Los típicos sureños que pasaban más de su tiempo libre en el bar, que con su mujer o sus mujeres y sus tropecientos hijos. Acababan de descubrir que el malakino promedio era la base de la clientela de la Séptima Duna. Por otra parte, cómo no podía ser de otra forma.

- Bu... bu... bu... - Dijo un tartamudo camarero de mirada huidiza. - ¿Co... co... co? - Les preguntó. 

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23/12/2018, 22:15
Oripell

El elemental de cerveza, porque sí, el si se consideraba uno de ellos, a fin de cuentas tenía un poquito de cada uno de los elementos. La cebada y el lúpulo habían nacido de la tierra, el fuego había tostado los granos y el agua había sido usada para su fermentación. Y por último el airea le daba esa presión necesaria para tan espumosa bebida. Así que el elemental levantó un dedo.

¡Una cerveza de cada tipo que tengan! Sí, sí, ha oído bien, una de cada tipo. Todo tiene una historia amigo. Verás, aquí donde me veis no soy una cerveza viviente cualquiera, soy un bardo que fue maldito hace cuarenta años por un malvado hechicero. Para romper el maleficio debo de probar diez mil cervezas distintas y desde entonces viajo por todo Lucarrion junto a mi hermano. Estuvimos en este mismo lugar hace... ¿cuánto Innos? ¿Veintitrés años? En esa época quién se encargaba del negocio nos invitó con gusto y nos dijo que volvieramos en unos años, que seguro que saldrían nuevas variedades. Y aquí estamos, dispuestos a repetir ese momento. ¿Nos ayudaréis verdad?

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24/12/2018, 17:56
Narrador

Ma... ma... ma... - Balbuceó aquel tipo. - cha... cha... ndo... -  Y desapareció de la vista de Innos y Oripell.

Todas las miradas se centraban en aquel particular ser de apariencia cervecil. Innos sonreía al igual que el resto de los presentes ante aquel extraño y parlanchín monstruo. Aunque le conocía más que el resto, sus conocimientos sobre Oripell, tan solo eran de de lo que había podido observar de él durante el trayecto hasta aquel lugar. Sin duda Innos, estaba tan o más atónito que el resto de parroquianos ante la presencia de la estrella de aquella noche.

 - ¡Oye, has dicho que eres bardo! - Preguntó uno de los malakinos que se acercó hasta la mesa ocupada por el enano y el elemental. - Sabrás cantar...  - Afirmó. - ¡Canta algo y te invito a una ronda! - Y soltó una risotada desdentada.

Al parecer todos o casi todos los presentes apoyaron la moción propuesta por el malakino mellado. Entre tanto Oripell se pensaba si acceder o no a la petición, todos empezaron a jalearle. Uno de ellos comenzó a golpear sobre la mesa con su jarra de cerveza y el propio Innos le imitó. Al poco tiempo era prácticamente todo el local el que le solicitaba a Oripell una canción e incluso el mesonero, un enano pelirrojo con un parche en el ojo, comenzó a jalearle una vez depositó cuatro cervezas sobre la mesa. Una oscura, otras dos de tonalidades diferentes de dorado y una tercera algo más clara, casi blanca.

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28/12/2018, 17:01
Oripell

La mentira había funcionado y lo cierto era que ni el propio Oripell se lo podía creer. ¿Quién podía ser tan bobo como para creerse que era un enano? ¿En serio? Pero el elemental de cerveza no perdió el tiempo, se zambulló de cervza en cerveza hasta añadir un poco de ellas a él. No sabía explicar la sensación pero era agradable, si fuera una persona sería algo así como cuando después de bañarte te pones un pijama bien limpito.

¡DELICIOSO!—gritó animado para luego dirigirse al enfervorizado público— A ver, a ver, cantar sé, pero desde que soy una cerveza y me faltan las cuerdas vocales, ¡ando de canto pasando males!

Un pareado, no sabía cantar pero haciendo rimas tontas podría engañar al público y conseguir más bebercio.

Dame cerveza espumosa blanca y esponjosa. Dame cerveza brillante de esas que dan el cante. Dame cerveza a presión de esas que cuestan un montón. Dame cerveza refrescante y repito la rima y da el cante. Dame cerveza negra por aquel que emigra. Dame cerveza roja y cométe tú esos brotes de soja. Dame cerveza y cervezas y te traeré un racimo de cerezas.

Tras terminar, Oripell hizo una reverencia.

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29/12/2018, 10:34
Narrador

Los parroquianos estallaron de júbilo cuando aquel extraño ser entonó aquellos pareados. Pese a que fue algo improvisado, le salió a pedir de boca, como si llevara haciéndolo toda la vida. Eso le valió para que el desdentado cliente cumpliera su promesa y encargó una nueva ronda para Oripell y su acompañante Innos. El mozo tardó poco en servirles y empezaron a degustar aquella cerveza. 

No era la mejor que habían probado, pero era aceptable. La cerveza del sur era mucho más seca que la bytheña y bastante más amarga. La típica cerveza que reseca la garganta y no llena el estómago. Podía gustarles a algunos pero desde luego Innos, prefería la del norte. Si bien, no le iba a hacer ascos a aquella bebida espumosa. No era su estilo.

Minutos después de la eufórica ovación hacia Oripell, tras su ristra de pareados, las cosas empezaron a calmarse. Las miradas hacia aquel elemental y su acompañante se relajaron y poco a poco todo regresó a la normalidad. Los temas de conversación cambiaron desde el monotema de tras la llegada de aquella cerveza andante, a temas más habituales, como el tiempo, la escasez de trabajo o la política malakina. 

Fue entonces, mientras Innos y Oripell estaban degustando una cortezas de cerdo con las que el mesonero les había obsequiado, cuando se acercó a ellos un hombre. Su aspecto era algo amenazador. Se trataba de un hombre calvo y con barba blanca. Tenía en la parte izquierda de la cabeza unas horribles cicatrices producto del fuego y una mirada vacía, sin energía, poco expresiva.

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29/12/2018, 10:35
Roland de Rais

¿Puedo? - Dijo agarrando un silla vacía en la mesa de Oripell e Innos. 

Sin esperar respuesta la apartó y se sentó junto a ellos colocando su propia jarra de cerveza sobre la mesa. Por unos instantes, se quedó allí sentado y mirándoles fijamente mientras daba algunos sorbos de cerveza. Innos miró a Oripell, se notaba que el enano se sentía incómodo en compañía de aquel hombre.

¿Sabéis que es peligroso llamar demasiado la atención en un sitio como éste? - Les peguntó.

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03/01/2019, 17:43
Sir Haldir

Sir Haldir hizo aparición en la Séptima Duna seguido de su fiel mentor Sir Alois. El sacerdote de Iakhesis iba ataviado con un caftán de satén de color blanco, con cuello de pico y mangas largas y amplias, y una cintura entallada con doble cordón que resaltaba su abdomen plano. Combinaba su atuendo con un fez de profundo color rojo y unas cómodas babuchas de piel flexible, del mismo color. A su espalda, la lúgubre guadaña estaba aún sucia de sangre.

—Buenas noches. Espero que hayáis dejado algo de comer, beber y fumar para nosotros —le dijo al enano y al familiar de cerveza. Cabeceó en dirección al hombre calvo de barba blanca—. ¿Quién es nuestro nuevo amigo?

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07/01/2019, 14:11
Innos Tharan

No les había dado tiempo de responder a las preguntas de aquel extraño que se había acomodado junto a ellos, cuando dos caras conocidas accedieron al lugar. Si ya de por sí, Oripell e Innos estaban dando la nota, aquellos bytheños vestidos de malakinos no ayudaban a desviar la atención de su mesa.

Por suerte, el atuendo de Sir Alois era algo más discreto que el de inseparable compañero. El veterano caballero se había conformado con unos pantalones anchos, al estilo bombacho y una camisa de lino. Lo que costaba más disimular, eran las salpicaduras de sangre que ambos lucían en las ropas recién adquiridas.

- ¡Mis buenos amigos...! - Exclamó el enano con la boca algo pastosa tras la ingesta de alcohol. - ¡Qué alegría de veros! - Continuó. - Pues lo cierto es que aún no se ha presentado, ni nos ha dicho el motivo por el que está aquí...

Notas de juego

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07/01/2019, 14:16
Roland de Rais

- Roland de Rais... - Dijo poniéndose en pie ante la llegada de aquellos nuevos visitantes de la ciudad. - Simplemente les estaba comentando a sus amigos, que no es para nada buena idea llamar tanto la atención como lo estaban haciendo... - Expuso. - Trabajo como guía en esta humilde ciudad estado. Escuché que hablaban entre ellos en iteo y supuse que necesitaban de mis servicios. No sé ven muchos enanos en Malaken y menos cervezas andantes. ¿Han tenido algún percance? - Preguntó observando las ropas manchadas de los caballeros.

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10/01/2019, 20:39
Oripell

Oripell miró a Roland de Rais con los brazos en jarra.

Yo lo unicó que sé es que me han regalado un montón de cerveza y estoy mucho más cerca de romper mi maldición que hace cinco minutos. ¿¡Sabes lo dura que es la vida de un bardo que no puede cantar!? ¿¡Sabes lo que es no poder gozar a gusto del clamor del público!? ¡Pues entonces no me digas que no llame la atención hombre!

Después de sus exageradas quejas se dirigió a Sir Haldir.

Yo sólo me he remojado en las cervezas, así que si no eres escrupuloso...—entonces el elementel enmudeció al ver las manchas de sangre—. ¡Oh Lux mía! ¡Estáis sangrando! ¡Por dios que alguien llame a un curandero! ¿Hay un curandero en la sala? ¿Un sacerdote? ¿Un matasanos? ¡Lo que sea! ¡Ayuda!

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10/01/2019, 22:38
Sir Haldir

Sir Haldir llamó a una de las camareras con un seductor guiño de ojo mientras Oripell dramatizaba.

—¿Esta sangre? No es nuestra. Es de un montón de vírgenes malakinas que se han arrojado sobre nosotros nada más vernos —le confesó al familiar de Gambrinus. Miró todas las cervezas vacías—. ¡Vaya! Tenemos muchas dudas pero ninguna cerveza. Al menos que sea bebible. Espero que no te moleste. Tampoco bebería el agua en el que se hubiera bañado Sir Alois.

Dudaba que Innos se hubiera bañado en agua alguna vez. Extendió una mano en dirección a Roland.

—Mi nombre es Sir Haldir. Caballero de la Orden Rubí. Y lo cierto es que estas manchas de sangre pertenecen a la última persona que nos ofreció un servicio y acabó traicionándonos. Supongo que eso no me convierte en el mejor empleador posible y... lo cierto es que ya tenemos una guía local. Pero me alegro de conocerte.

Haldir esbozó una sonrisa de oreja a oreja y extendió una mano en dirección a Roland. 

Estaban en una misión secreta para el gobierno bytheño. En lo que a él respectaba, cuantos menos extraños estuvieran inmiscuidos en sus asuntos, mejor que mejor.

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11/01/2019, 16:29
Roland de Rais

En ese caso... - Dijo aquel hombre poniéndose en pie. - No pinto nada en esta mesa. Si no hay negocio, no hay negocio... - Musitó aparentemente algo defraudado o quizás hasta enfadado. - Señores... - Hizo una reverencia con la cabeza. - Niren... - Se despidió la la tiefling a quien sin duda conocía de algo. Sin esperar más respuesta se marchó y se sentó en la barra del bar.

Notas de juego

Niren: Tira saber local para descubrir algo de este tipo.

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11/01/2019, 18:13
Niren
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Díme lo que sé por aquí en oculto y ya si eso lo añado al rolear.

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11/01/2019, 18:51
Director

Notas de juego

No es que conozcas demasiado a ese hombre, pero le has visto antes y sabías su nombre.

Es un rufián como el resto de los parroquianos de la taberna, pero sabes por los rumores que corren que es un tipo peligroso. Dicen de él que es un matón, un asesino a sueldo e incluso que trabaja de forma encubierta para las capas blancas (guardia residual bytueña que queda en Malaken). Si alguna de las informaciones es verdad o no, no estás segura. Lo que si sabes es que no te da muy buena espina.

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11/01/2019, 19:31
Niren

Niren se abrió paso entre los parroquianos deslizándose como una anguila entre corales. Lo cual ya tenía su mérito porque en Malaken no tenían ni anguilas ni corales.

La tiefling caminaba ceñuda pero al reparar en Haldir y Alois, o mejor dicho, en la guadaña de Haldir y las ropas de los dos, la curiosidad hizo que relajase el gesto al arquear las cejas.

—Veo que habéis estado intercambiando impresiones con la fauna local.

La marcha de Carachurrasco (Niren lo había rebautizado desde hace tiempo interiormente) sin embargo la hizo entornar de nuevo los ojos desconfiadamente.

—Roland... —respondió con fría educación. Luego esperó a que se largase y se giró hacia sus compañeros de nuevo para susurrar mientras se sentaba:—. ¿Qué hacía ese maleante aquí? ¿Y qué rayos decía de un negocio?

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12/01/2019, 12:44
Sir Haldir

Niren vio que el sacerdote de Iakhesis lucía un caftán de satén blanco, con cuello de pico y mangas largas y amplias, cuya cintura estaba entallada con doble cordón. Combinaba su atuendo con un fez de profundo color rojo y unas cómodas babuchas de piel flexible, del mismo color. Eran ropas de buena calidad, las que luciría un ciudadano acaudalado, deslucidas por las manchas de sangre.

—Oh, sí. Intercambiamos pareceres hasta darnos cuenta de que nos separaban ciertas diferencias insalvables: ellos querían apropiarse de nuestro oro y nosotros no estábamos dispuestos a dárselo. Lo que me ha resultado sumamente estúpido, teniendo en cuenta que el ladrón era la misma persona que regentaba el negocio en el que acabábamos de hacer una generosa compra —dijo, y dio un puntapié a una alfombra para desenrollarla en dirección a Niren—. Pero al final nos quedamos con la ropa, con el dinero y con estas bonitas alfombras.

El caballero de la Orden Rubí miró en dirección a Roland un instante antes de contestar a Niren.

—No lo tengo claro: yo acabo de llegar. Estaba ofreciéndose como guía local, y yo le he dicho que ya tenemos uno —dijo enviando un cabeceo en dirección a la tiefling—. Por lo que a mi respecta, cuanta menos gente externa esté al tanto de nuestros movimientos, mejor.

Cualquiera podría ser un agente de Rataxes —pensó, pero no lo dijo en voz alta por no alimentar la paranoia.