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[D&D 3.5] El Festival.

Acto I. El Festival de Encrucijada Vieja.

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26/01/2021, 03:53
Narrador

 ENCRUCIJADA VIEJA. DIA 12 RAKKAN, AL ANOCHECER.

Finalmente llegaron a su destino. Encrucijada Vieja era una ciudad amurallada y rodeada por un foso lleno de agua. Tan solo había una puerta de entrada a la que se accedía cruzando un puente. Dicho puente estaba ampliamente custodiado por un pelotón de unos diez guardias que controlaban el acceso. Al parecer le habían denegado el acceso a varios pordioseros que se quejaban amargamente, así como a un par de rufianes que sin duda hubieran traído problemas en el interior.

Del interior de la ciudad, surgía una música bastante sugerente, mientras que la luz de centenares de antorchas iluminaba las calles del interior del recinto amurallado. También se escuchaba el sonido del jolgorio procedente de la gente que se encontraba en el interior y aunque ya eran altas horas de la noche, parecía que la ciudad estaba rebosante de vida. Las risas, cánticos alegres y el choque de cristal contra cristal por los diferentes brindis que se estaban realizando imperaba por encima del resto de sonidos que surgían de la ciudad.

La guarida no les puso demasiado impedimento a la hora de acceder a la ciudad. Tomaron nota de sus nombres y comprobaron que tenían el oro suficiente como para pasar un par de días en la ciudad sin tener que dedicarse a actos prohibidos como el latrocinio. Además, los guardias les explicaron que habían llegado justo a tiempo para disfrutar del festival anual dedicada a la diosa Muuglw'tli, del dolor y del placer, el cual estaba teniendo lugar en esos momentos en la ciudad.

Las calles estaban abarrotadas. Muchas eran las personas que estaban disfrutando de la festividad. Las calles estaban engalanadas con farolillos que emitían una luz rojiza, banderillas que colgaban por encima de las calles y lienzos que adornaban las fachadas con imágenes de la diosa a quien se tendía culto en aquel pequeño enclave del reino Kelcko. Además, las calles estaban llenas de artistas ambulantes de todo tipo.

Hombres estatua, mimos, tragadores de fuego, músicos, danzarines, presitidigitadores, pintores de retratos, así como todo tipo de puestos de venta ambulante de comida. Todos ellos, peleaban porque los ciudadanos más generosos, descargaran el peso de sus bolsillos entregándoles alguna de sus monedas. Pero de todo aquello, lo que más llamaba la atención, era las sensuales ropas que portaban prácticamente todas las mujeres y no pocos hombres.

Muchas de las mujeres que se encontraban en las calles, lucían ropa ajustada que marcaba sus curvas, así como trasparencias que dejaban poco a la imaginación y eso si no enseñaban ya directamente sus vergüenzas, pues todas llevaban poca ropa, pero algunas casi se podía decir que iban más desnudas de que vestidas. Los hombres también portaban ropas ajustadas, muchas de ellas, marcaban notablemente su virilidad y todos, hombres y mujeres iban en mayor o menor medida, maquillados. Las mujeres elegían colores intensos para sus labios y ojos, mientras que los hombres, pintaban el contorno de sus ojos de un color oscuro. 

Lo que también era evidente era que el alcohol e incluso las drogas, eran unas sustancias que rodaban ampliamente de uno a otro a tenor su desinhibido comportamiento. Muchos hombres besaban a mujeres en aquellas calles y algunas mujeres manoseaban a algunos hombres y viceversa. También pasaba lo mismo, aunque en menor medida entre algunos hombres con otros hombres y mujeres con otras mujeres, aunque éstos para dar rienda suelta a su pasión, buscaban una zona menos iluminada y apartada del resto. Algunos más osados incluso habían empezado a perder prendas de ropa y se estaban haciendo algo más que simplemente besarse.

Lo que estaba claro era que aquel festival en honor de aquella diosa de nombre casi impronunciable, no conocía la moralidad imperante en aquel reino y mucho menos la respetaba. Era como si todo estuviera permitido esa noche en cuanto a los más bajos impulsos del hombre y la mujer, aunque eso sólo fuera por aquella noche. 

Notas de juego

Iniciamos capítulo nuevo con la llegada a Encrucijada Vieja. Podéis ahora, rolear un poco sobre lo que perciben vuestros personajes y decidme si queréis participar de alguna forma del festival (además de lo descrito podéis encontrar juegos de apuestas, teatros ambulantes, restaurantes, prostitutas...) o bien, vais directamente a buscar una habitación a la posada más cercana.

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26/01/2021, 11:57
Crodos Mornward

Crodos miraba alrededor como si se hubiera comido una cabeza de ajos. Estaba claramente disgustado por el lamentable espectáculo de desenfreno y cerdez, y no se molestaba en ocultarlo lo más mínimo.

Al llegar no había sido así, no obstante. La gloriosa victoria contra los malévolos seres pez le había alegrado el día, pues las gentes del reino estarían un poco más seguras gracias a ellos. Y a pesar de la fatiga del camino se sentía exultante y animado al ver el ambiente jovial de la ciudad cuando cruzaron las murallas. Pero conforme iban andando por allí, sus ojos de paladín veían que la situación iba degenerando.

— La depravación campa a sus anchas en este lugar... —  iba diciendo a sus compañeros, mientras esquivaba con una contorsión a una moza bella y lozana que pasó saltarina, en busca de probablemente un viril hombre, y que iba tan escasamente vestida que el paladín tuvo que obligarse a no mirarla. — Esto no es sino el reflejo de los tiempos oscuros que vivimos, mis buenos compañeros, que empuja a hombres y mujeres a dejarse llevar por los más bajos instintos de fornicación y violencia. En lugar de celebrar con comedimiento... — se lamentó, negando con pesar.

Aún así, deseo que nos sentemos en algún lugar tranquilo, lejos de esta burla descarada a la decencia. Quisiera descansar las piernas y dedicarnos un buen yantar, ya que aquí parece abundar.

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26/01/2021, 22:28
Akta

Miraba aquel festival hacia aquella diosa pagana con la que simplemente me podía identificar por el dolor que sentía aún en mi brazo. Jamás había visto tanto descaro, pero era evidente que mi mirada se desviaba con demasiada frecuencia hacia los bultos que marcaban los hombres entre sus piernas, preguntándome si realmente aquello que se notaba era real o relleno.

No compartía el celibato como otros de mi orden, pero mis relaciones con otros hombres habían sido excasas y limitadas, más por mi entrenamiento y mis estudios que por falta de ganas de disfrutarlo más. Pero aquello era un despropósito, un insulto a la pureza del alma y del cuerpo en un lugar público como era la calle.

Miré a dos hombres besándose y tocándose de más entre ellos y tuve que apartar la mirada ruborizada, sintiendo como mi cuerpo entraba en calor. Nunca pensé que ver a dos hombres así me pudiese excitar y así fue. Al puro paladín le debía faltar poco para sacar su arma y estallar en medio de la multitud y yo sentía que aquello me tentaba demasiado y, a pesar de que no era célibe, tampoco se me permitía la promiscuidad y cada vez me sentía más tentada y seducida a ella.

- Sí, encontremos donde alojarnos. Necesito quitarme la armadura y ver que me hicieron esas sanguijuelas con patas en el brazo. - El dolor que sentiría al presionar mi herida, satisfaría a aquella diosa a la que beneraban con aquella devoción en la Encrucijada Vieja y quizás nos fuese faborable, a pesar de no adorarla, ni estar de acuerdo con ella en uno de sus aspectos... o quizás si lo estaba pero prefería evitarlo. Mi orden no me lo perdonaría y el paladín me condenaría por la eternidad.

 

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27/01/2021, 19:39
Lerissa

Una vez eliminadas aquellas bestias, pudimos hacer el resto del camino sin contratiempos. Ninguno parecíamos tener ganas de hablar y afortunadamente, nuestro bardo tampoco intentó cantar. Fue un final del viaje como debía haber sido desde el comienzo, solo que aún recordábamos la emboscada en la cual nos habíamos visto metidos, sin saber por qué. Quizás se tratase solo de una cuestión de territorialidad aunque yo siempre desconfiaba de las casualidades, sobre todo de aquellas en las cuales alguien intentaba matarme.

Cuando llegamos a la ciudad, no tardamos en percibir que estaban de fiesta. Al entrar, comprobamos sin problemas que así era, en efecto, y que la ciudad estaba casi desatada. Hombres y mujeres, razas diversas, altas y pequeñas, deambulaban saltando, haciendo ruido y buscando algo que dudaba que ellos mismo supieran, aunque por las vestimentas de los que allí estaban, no me cabía ninguna duda de cómo acabarían todos y cada uno de ellos.

No entendía aquello del dolor y el placer, pero si querían alternar entre ambas cosas, no sería yo quién se lo impidiera. Aquella diosa era en el fondo una excusa para que todos bajasen sus barreras morales y se dejasen arrastrar por sus instintos.

-No creo que sea una cuestión de depravación, Mornward. Se trata simplemente de liberar aquello que tanto se esfuerzan en mantener oculto. Todos tenemos oscuridad en nuestro interior, entendiéndolo como algo puramente instintivo, que habitualmente mantenemos bajo control. Pero esta noche, no hay límites; todo está permitido -expliqué, sin dejar de caminar.

En cualquier caso, estaba de acuerdo con él y con Akta. Solo quería apartarme de las calle y descansar.

-Sí, será mejor buscar un lugar en el que cenar algo y alojarnos. Ya he tenido suficientes emociones por hoy -comenté, ignorando lo que veían mis ojos, y que superaba lo que solía estar acostumbrada.

Quizás en otra situación me hubiese dejado llevar por la lujuria y el desenfreno, pero en aquellos momentos, estaba demasiado cansada.

 

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28/01/2021, 01:52
Lasar Etreri III

Llegar a esta bendita ciudad fue todo un acierto. Nada más cruzar las puertas, entramos en el cielo de la carne, en el paraiso de la lujuria, en el primigenio Edén. Por doquier, hombres y mujeres fornicaban sin tapujos, sin vergüenza a lo expuesto. Todos y cada una de esas personas estaban disfrutando de uno de los mayores placeres de la vida: el sexo libre y sin ataduras. Una amplia sonrisa apareció en mi rostro desde que puse un pie en las calles de Encrucijada Vieja.

De tan feliz como estaba, pensando en lo que la noche podía traerme, que agarré mi preciado laúd para dar rienda suelta a mi alegría. Mientras íbamos caminando en busca de una posada para descansar del camino y lamernos las heridas, improvisé una alegre tonada, acorde con el momento. A mis acompañantes parecía no complacerles lo que veían, sobre todo al paladín. Imaginaba lo mal que lo estaba pasando, sobre todo al llevar la coquilla de metal. Yo, al llevar mis vaporosas mayas, no tenía problemas para exteriorizar mi congratulación con el evento que se celebraba.

Qué bella ciudad es Encrucijadas,

en cuyas calles florece hoy la alegría,

mire donde mire solo veo mamadas,

cosa habitual en una mancebía.

Ahora pensaba en dos opciones,

ir a la posada o unirme a las felaciones.

Más viendo el cansancio en nos,

y antes de que empiecen a acosarnos,

seguiré a Lerissa a la posada,

no vaya a ser que esté cansada

y necesite ayuda con la sábana.

Miré de reojo a la muchacha, que andaba algo decaída, para ver si la levantaba el ánimo. Sabía que en el fondo le atraía y apreciaba mi música.

 

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28/01/2021, 13:14
Crodos Mornward

Crodos lanzó una mirada a Lerissa. Aunque no lo sabía, lo que el bardo imaginaba era ciertamente real, y lo que la tiefling le explicaba tenía bastante sentido. La coquilla de su armadura se esforzaba en mantener oculto aquello que el cuerpo del paladín era incapaz de controlar.

Pero a pesar de la incomodidad creciente, el recto paladín aguantaba el tipo bastante bien. Tuvo que dar la razón a Lerissa:

— Probablemente tengáis buena parte de razón, Lerissa. Hasta el más santo y piadoso puede albergar sombras en su corazón... — hizo una mueca, sintiendo el deseo de recolocarse el paquete, pero, maldición, no lo tenía nada fácil —  Sin embargo, sigo creyendo que esta fornicación desenfrenada confunde las almas más que liberarlas. Tanta incitación seguida no puede ser saludable para el espíritu...

Lasar parecía en su salsa, no obstante, componiendo sobre la marcha canciones que, aunque hasta ahora habían agradado al paladín, le sumaban un punto de incomodidad. Siguió caminando, pensando en parar a algún ciudadano para preguntar por indicaciones para una buena posada. Pero por Seyran, necesitaba uno que llevara un mínimo de ropajes...

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28/01/2021, 15:19
Narrador

No sin esfuerzo por no unirse a la fiesta que de estaba celebran, unos más y otros menos, lograron llegar finalmente hasta una taberna. Se trataba de un edificio tres pisos, siendo la planta baja y el primero construidos en piedra y el segundo en madera, con un curioso balcón que sobresalía de la fachada unos tres metros y un techo en forma de pirámide con una chimenea humeante pese al calor. Desde las ventanas de la planta baja, se podía observar como la sala del bar estaba bastante llena de beodos clientes y un aroma a multitud combinada con los vapores de las shishas se captaba desde la entrada del local.

El local estaba abarrotado. La mayoría de clientes eran humanos. Los típicos keleckianos de baja encurnia, aunque todos ellos parecían llevar sus mejores galas. También estaban allí, los típicos rufianes que dedicaban su vida a malgastar lo que ganaban vendiendo sus productos o trabajando en el campo y no en su familia. Los típicos llaneros que pasaban más de su tiempo libre en el bar, que con su mujer y sus tropecientos hijos.

Las pocas mujeres que allí se encontraban ya estaban agarradas a alguno de los presentes, mientras los otros se relamían disfrutando de cómo los otros intimban en algunas zonas más oscuras, sitiadas en los laterales de la sala o tras unos biombos que parecían haber sido dispuestos para la ocasión. Era como si estuvieran esperando... Su turno...

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28/01/2021, 15:45
Jonsy

Bu... bu... bu... - Dijo un tartamudo camarero de mirada huidiza. - ¿Co... co... co? - Les preguntó. 

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28/01/2021, 23:11
Crodos Mornward

Crodos contempló el edificio de la taberna con agrado, pero se le pasó en cuanto se acercaron al umbral de la puerta. Su mueca de disgusto aumentó cuando vio lo que se cocía en el interior.

— Vamos de mal en peor... — murmuró. A cada paso que daban, la fornicación y el desenfreno no hacían sino aumentar sin control.

Al menos el servicio prometía ser bueno, pues uno de los camareros se les acercó. Probablemente atraído por el aspecto llamativo que tenían; ir decentemente ataviado parecía no ser la norma en aquel lugar.

— Saludos, buen hombre. Somos viajeros cansados. Buscamos un lugar donde llenar nuestros estómagos, brindar con mesura y descansar en un camastro cómodo esta noche, tal vez alguna más. Tenemos dineros. — dijo dando unos golpecitos a la bolsita de cuero que colgaba de su cinturón.

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29/01/2021, 03:13
Jonsy

Ma... Ma... Ma... - Respondió aquel tipo. Se le veía inseguro, nervioso, confuso... - Da... Ensgda. - Asintió con la cabeza. 

Acto seguido se quedó parado, pensativo. Empezó a menear una pierna y se llevó la mano a la boca. Se estaba... ¿Mordiendo el dedo? Finalmente cerró los ojos y cuando los abrió, de malas maneras indicó a los clientes que le siguieran. Les señaló una mesa vacía y finalmente se marchó. 

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29/01/2021, 13:13
Akta

Por la mirada de aquel hombre, no le gustaron para nada las palabras del paladín. Claro que quizás se mordió el dedo y hablaba así puesto que deseaba fervientemente cabalgar a nuestro puro caballero y al ver el poco interés en la fiesta que nos rodeaba debió enfadarse bastante.

Seguí los pasos de los demás hacia la mesa y dejé la mochila en un lugar donde no pudiesen alcanzarla con facilidad. No si no querían probar antes el dolor de la presión de un guantelete de metal en su carne o quizás las armas de quienes me acompañaban. Aunque el bardo... algo me decía que con suerte nos dejaría pronto. Y cuando lo hiciese sería el mejor momento para marcharnos y olvidarnos de él.

Pero antes quería beber un poco, una habitación, quitarme la pesada armadura y curarme la maldita herida cuya sangre había manchado mi armadura por fuera hacía tiempo ya.

Mis ojos seguían mirando con recato lo que ocurría ante nosotros y me resultaba imposible contener esas ganas de no dormir sola esa noche. - Habitaciones individuales. - Dije al fin. - No quiero que ninguno de vosotros me sobe esta noche mientras duermo. - No, prefería subirme a uno de aquellos habitantes de aquel lugar y que bajase mi temperatura con sus artes, si es que las tenía y no era todo fachada, como era frecuente encontrar... según se decía.

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29/01/2021, 15:05
Lasar Etreri III

Entrar en la posada fue como entrar en un lupanar. Parece que esta ciudad iba a ser un auténtico hallazgo poco frecuente en mis viajes. El posadero, el camarero, o quien quiera que fuese el gangoso, nos indicó un sitio para aposentar nuestros traseros. Alrededor, la gente bullía de fogosidad, teniendo unas expresiones salvajes en sus caras. Contrastaban con las de los seguidores de Seyran, serias y apáticas. Una vez me senté, observé el salón. Quizá me pudiera ganar algunas monedas con unas cuantas canciones y que la cena nos saliera gratis.

Al hablar Akta, reí con grandes carcajadas.

-"¡Jajaja jajajaja jajaja! No creo que nadie quiera acercarse a ti, viendo esa dureza en tu rostro. Ese rictus de mala leche espanta a cualquiera, Akta. Deberías de probar a sonreír más, eso llena el corazón de vida, creéme."

Cogí mi laúd y empecé a puntear alguna cuerda, para sacar alguna nota musical que llegara a los oídos de la gente que me rodeaba y me pidieran que cantara algo. Siempre me alegraba tener público y más en un sitio como este. Mis canciones picantonas vendrían de perlas.

-"¿Los demás también vais a pedir una habitación individual o alguien más siente vergüenza en enseñar los tobillos?" Dije mirando a Lerissa especialmente. "A mi no me importa compartir habitación."

- Tiradas (1)
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29/01/2021, 16:17
Akta

- Sin la armadura y con un vestido, os aseguro que podría llevarme a quien quisiera a mis aposentos, sin recurir a canciones ridículas, Lasar. Pero ahora soy lo que soy, una clérigo y seguidora de Seyran. Os recuerdo que la belleza de mira raza y la rareza de la misma puede ser un imán. - Motivo por el cual evitaba quitarse el casco a toda costa.

- Aunque en este lugar esa apuesta no tiene valor alguno. Cualquiera está dispuesto a irse con cualquiera y las pocas mujeres que hay están ocupadas. Así que no tardarán en venir los moscones a molestarnos a quienes estamos aquí sentadas. - Añadí observando el lugar... - De hecho, con retirarme el caso y dejar ver que soy una mujer, ya lo tengo todo ganado aquí, sin la necesidad de sonreír. Algo que si no hago es precisamente para que sigáis pegado a Lerissa y me dejéis tranquila. Vuestra vida depende de ello. - Le sonreí pero con cierta malicia.

No iba a hacerle nada malo al bardo, no mientras no se pasase de la raya y por ahora parecía tener claro donde estaba.

- Además, habitación individual implica querer dormir sola, Lasar. A ver si aprendéis algo de lenguaje común.

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29/01/2021, 20:08
Lerissa

De alguna manera logramos esquivar a todo aquel gentío, envuelto en sus propias actividades y que ignoraba nuestra presencia como lo hacía con la luna cuando salía de noche, y llegara hasta una taberna que estaba igual de abarrotada que el exterior y con idénticos intereses.

Era como si no hubiese nada más en aquel lugar que desenfreno y hambre insaciable.

-Esto es una pesadilla. ¿Es que no hay un sitio tranquilo en este lugar? -comenté, hastiada. Me importaba tanto lo que hicieran como que se tomasen un caldo con tenedor, pero me agotaba ver lo mismo en todas partes y estar rodeada de excitación y deseo tan intensos que no parecían ser capaces de hacer nada más.

Y ya el colmo de todo fue tener que lidiar como un camarero subnormal.

-Y qué tenga cerrojo. Tal y como está todo por aquí, son capaces de entrar a la fuerza y caer sobre nosotros como si fuesen una plaga, y dudo que hagan diferencias entre hombres y mujeres. Orificio que vean, orificio que no dudarán en utilizar -dije en voz alta, mirando de reojo a Lassar.

Desde luego que quería una habitación individual. Si deseaba compañía no me costaría nada encontrarla y tampoco necesitaba una habitación para eso, visto lo que había, pero necesitaba dormir sin ser manoseada, como había dicho Akta, y para eso sí que no había más que un remedio: estar a solas.

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29/01/2021, 23:02
Crodos Mornward

Crodos cambió el rostro amable de dialogar por el gesto adusto que había sido característico desde la llegada a Encrucijada Vieja debido a las malas maneras del irreverente camarero. Pero qué se podía esperar de un lugar que era poco menos que un burdel de baja estofa. No porque él los hubiera frecuentado, claro, salvo para ajusticiar a algún rufo en el pasado.

Sí le había extrañado, sin embargo, los extraños gestos y la forma de morderse un dedo, pero una vez se hubo marchado tras mostrarle la mesa no le dio más importancia. El paladín se sentó en el taburete y depositó sobre la sucia mesa su yelmo de excelente manufactura. Pasó un dedo enguantado por el arañazo que le había hecho el mismo con el mangual.

— Vamos, vamos. — dijo con tono conciliador — Estoy seguro de que aquí nuestro bardo tan solo intenta ser amable... Pero sí, me temo que coincido con vos, Lerissa, de que en este vil establecimiento parece arriesgado dormir sin que nos asalten un grupo de amancebados a copular sobre nuestras espaldas. — suspiró, lamentándose por el condenado lugar al que habían ido a parar — Por eso yo optaría por una habitación común. Será más seguro hasta que decidamos qué hacer con nuestra suerte y nuestros caminos se vean separados.

Pero si las damas están seguras de su decisión, yo dormiré con Lasar, si lo tiene a bien.

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31/01/2021, 05:49
Jonsy

Tras un buen rato de espera, regresó aquel mozo. Aquel joven con escaso pelo y mirada estrábica, se acercó a la mesa que ocupaban los cuatro extranjeros y depositó cuatro cervezas sobre la mesa. Una oscura, otras dos de tonalidades diferentes de dorado y una tercera algo más clara, casi blanca, además de un pequeño plato con lo que parecían ser cortezas de cerdo.

Que... - Dijo con voz gutural aquel hombretón estrábico, de aparente poca inteligencia, pero grande como un armario ropero. - Co... Co... Co... - Gruñó, parecía que empezaba a ponerse nervioso. - ¡Qué quieren comer! - Les gritó con la fuerza de un feroz león.

En ese momento el mesonero, un enano que portaba un parche en el ojo salió corriendo de detrás de la barra y se acercó corriendo hasta donde se hallaba aquel mozo. Abrazándolo de inmediato y pidiendo disculpas a los clientes con la mirada. Entonces el hombretón comenzó a llorar recostado sobre el hombro de aquel enano. Para ello tuvo que doblarse sobre sí mismo quedando en una posición aparentemente muy incómoda.

¡Ay, ay, ay! - Sollozaba entre lloros. - ¡Malos, muy malos con Jonsy!

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31/01/2021, 05:53
Brogo

Ya está, mi amor... - Dijo el enano para sorpresa de todos.

En ese momento Jonsy comenzó a aporrerarse la cabeza con fuerza con la mano izquierda, mientras en la derecha abrazaba al enano. Durante unos instantes prosiguió autolesionándose, hasta que el mesonero pudo contenerle.

Ya pasó todo. Ves a tu cubículo y descansa un rato. - Le dijo el enano mientras acariciaba la cabezota calva de aquel semigigante. - Venga ves y duerme un poco, cariño... - Y le dio un beso en la frente.

Jonsy miró al grupo con mala cara unos instantes antes de fruncir el ceño y dedicarles un gruñido. Acto seguido se marchó cojeando del lugar mientras realizaba aspavientos con las manos. No volvió a girarse hacia el grupo y finalmente abrió una trampilla detrás de la barra y se introdujo en ella.

No está muy bien últimamente... - Confesó el enano algo preocupado. - Cada vez le pasa más a menudo. Ya no sé que hacer con él. - Suspiró angustiado. - Por favor, disculpen las molestias. Les invitamos a una ronda de bebidas. ¿Desean comer?

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31/01/2021, 16:03
Crodos Mornward

Cuando Jonsy les gritó Crodos se puso tenso, y a punto estuvo de levantarse de la mesa tirando el taburete en el que estaba sentado, exigiendo una satisfacción por tan malos modos. Mas no lo hizo debido a la rápida intervención del enano, aparentemente mesonero del establecimiento, y también porque fue entonces que se dio cuenta de que el enorme mozo tenía algún tipo de tara mental. Extraños tiempos corrían, que se arrimaban enanos con semigigantes.

El paladín se relajó, aunque más tranquilo se quedó cuando el gigantón se metió en aquel lugar bajo la trampilla, pues temía que uno de sus manotazos y aspavientos descoyuntara a algún parroquiano próximo. Crodos sacudió la mano en señal de restarle importancia al asunto.

— Descuidad mesonero, que si es que el pobre mozo no está bien no es molestia alguna. — respondió al enano con una sonrisa amistosa — Agradecemos vuestra amabilidad, y sí, deseamos comer. Venimos cansados y polvorientos del camino. También quisiéramos darnos un baño caliente y tratar las heridas de esta dama en un lugar tranquilo. Fuimos asaltados por el camino. ¿Tendréis habitaciones disponibles para hospedarnos en una noche tan... animada como esta?

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31/01/2021, 20:16
Lasar Etreri III

Me quedé mirando fijamente a Akta, ya que no me había percatado de que era de una raza emparentada con los ángeles. Debía ser muy bella, por lo que decía, pero como nunca se quitaba el casco, no había podido averiguarlo. La primera vez que la vi, cuando fuimos contratados para escoltar la caravana, creía que era un mozo robusto, enfundado en su armadura. La vi desde lejos y creía, por la voz algo varonil y la incipiente pelusilla del bigote, que se trataba del típico mercenario. Pelo largo, porte guerrero, andares masculinos... Pero ya estando al lado, pude comprobar que era una fémina.

Estaba con mis cavilaciones, cuando volvió el tocado mozo, que miraba a dos lados a la vez. De detrás de la barra salió corriendo un enano e intentó tranquilizarle, ya que parecía triste y ofuscado con nosotros, ¡vete tú a saber por qué motivo! Rápidamente le mandó a la perrera a descansar. Se volvió a nosotros servicial y nos invitaba a una ronda, cosa que se agradecía.

-"Sí, traiganos algo de comer y de beber, por favor. Y si desea que alegre su salón, por un precio razonable a mi fama, puedo cantar algunas baladas alegres."

Seguí punteando el laúd, atento a todo lo que me rodeaba.

-"Está bien, sir Crodos, si quiere, por mi no hay problema en compartir habitación. Las chicas se lo pierden, jajajajaja."

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01/02/2021, 18:55
Brogo

Si es un buen bardo, recibirá su merecida recompensa. - Comentó el enano. - Mi clientela es generosa con los buenos músicos y yo también. 

Todas las miradas se centraban en aquel particular hombre que llevaba medias verdes ajustadas. Brogo sonreía al igual que el resto de los presentes ante la perspectiva de un buen bardo que entonase divertidas canciones para amenizar aún más la ya muy amena velada. 

 - ¡Oye! ¿Has dicho que eres bardo? - Preguntó uno de los parroquianos que se acercó hasta la mesa ocupada por los viajeros. - Sabrás cantar...  - Afirmó. - ¡Canta algo y te invito a una ronda! - Y soltó una risotada desdentada.

Al parecer todos o casi todos los presentes apoyaron la moción propuesta por el mellado encrucijado. Mientras Lasar se pensaba si acceder o no a la petición, todos empezaron a jalearle. Uno de ellos comenzó a golpear sobre la mesa con su jarra de cerveza y el propio Brotó le imitó. Al poco tiempo era prácticamente todo el local el que le solicitaba a Lasar una canción.