Partida Rol por web

[D&D 3.5] En Busca de Feyrya.

Capítulo 1. El Kark Thordu.

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14/02/2019, 19:34
Tordwa

Mi Kark... - Intervino entonces la enana. - Como bien dice la sacerdotisa... - Suspiró. - Ajusticiar a alguien en un día como este puede no ser una muy buena idea. Podría suceder como con el Krakado de Horlum, castigó a unos espías el día de la festividad y un año más tarde la Sima Forjahachas fue reducida a cenizas. - Miró al Kark. - ¿Recuerdas esa historia, esposo mio? 

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14/02/2019, 19:37
Belgarosh

- ¡Claro que la recuerdo! - Mintió el Kark. - Me hierve la sangre, querida... - Resopló el gruñido que sonó como un oso enfurecido. - Sabes que cuando me hierve la sangre no pienso con claridad. ¿Para eso estás tú, verdad? - Sonrió, pero inmediatamente recordó la afrenta del embajador. - ¡Entonces mañana al alba será ejecutado el traidor! - Decretó el Kark.

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14/02/2019, 19:44
Tordwa

Si, mucho mejor así querido. Has tomado una buena decisión... - Observó complacida la Thogsi. - De hecho, creo que le viene muy bien al pueblo una ejecución pública de tanto en cuanto. - Meneó la cabeza de forma afirmativa. - Al fin y al cabo, Tarkhan ha traicionado tu confianza y una vez haya pasado la Festividad de los Tres Grandes... - Se encogió de hombros. - Nada impide una ejecución. - Miró a Belbara. - ¿Verdad sacerdotisa? - Le preguntó.

Rovanan se puso en pie mirando contrariada a su madre. Sus ojos volvieron a colmarse de lágrimas aunque no derramó ninguna por el momento. Lo que no podía creer era lo que estaba escuchando de boca de la Thogsi. Pensaba que su madre estaba de su lado, pero tras escuchar aquello su mundo se derrumbó en un momento. Trodwa miró no obstante a su hija y le guiñó un ojo. Un gesto que fue captado por Tarkhan y al ver como su amante se tranquilizaba notablemente, él también lo hizo. Sin duda algo tenía en mente de la Thogsi. Algo que podía sacarle de aquel atolladero.

- Tiradas (1)
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14/02/2019, 19:48
Belgarosh

- ¡Sea pues! - Sentenció el Kark. - Mañana al alba serás ejecutado Tarkhan. - Le miró con la cabeza alta, como aquel que hace justicia ante las ofensas. - Siento que nuestra relación haya desembocado en esto. Pero nadie puede mancillar el honor de la Thogain y vivir para contarlo. Supongo que lo entiendes... 

Parecía ahora como si Belgarosh hubiera reprimido su ira asesina. Tarkhan sabía que en el fondo el Kark le apreciaba y tener que sentenciarlo a muerte no era algo que hiciera de buen grado. Sin embargo, el honor y el qué dirán era muy importante para aquella raza de pequeños y robustos cabezas cuadradas.  Entonces se puso en pie y encaró a Rovanan.

Y tú hija... - Le miró con tristeza y casi con vergüenza. - Espero que aprendas la lección. ¡Mira lo que me has obligado a hacer!

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14/02/2019, 19:53
Rovanan

Padre... - Replicó la enana. - Estoy convencida de que hay una alternativa a ésto... - Le dijo casi como una súplica.

¿Qué podría borrar lo sucedido? - Negó el Kark con la cabeza.

Seguro que hay algo que Tarkhan pueda hacer para obtener el perdón. - Rogó la enana. - Encomendadle algo. Algo que pueda probar su valía, su honorabilidad, su respeto al trono del Kark. ¡Seguro que hay algo que pueda hacer! - Rovanan corrió hasta donde se hallaba su padre y se tiró de rodillas al suelo agarrándose a sus piernas.

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14/02/2019, 19:56
Tordwa

Se me ocurre algo, mi Kark... - Medió la Thogsi. - ¿No está de camino el Kark Thordu? 

Cuando la Thogsi pronunció aquella pregunta el Kark se puso blanco como la tiza. El Kark Thordu no era otro que su propio padre. El único hombre al que había temido, temía y temería. Tordwa conocía a la perfección la respuesta, Thordu había anunciado días atrás mediante un cuervo mensajero, que partiría de Karak-Thordu hacia Karak-Belgarosh para visitar a sus hijos que tanto tiempo hacía que no veía. Y eso... aterraba al Kark presente.

Thordu espera encontrarte no sólo a ti, mi amor... - Dijo esbozando una sonrisa maliciosa. - ...sino también a tu hermana Feyrya. ¿No es así, mi Kark? - Le preguntó. - ¿Y si... Tarkhan la trajera de vuelta al krakado? ¿Harías eso por tu Kark, Tarkhan?

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14/02/2019, 22:40
Tarkhan

Tarkhan escuchó con una tranquilidad engañosa, impropia de alguien que iba a ser ejecutado al amanecer.

El asunto no era tan sencillo para el Kark. El asesinato de un embajador, por muy justificado que fuera, iba a ser tomado como un acto de terrorismo en Anza. Se había granjeado muchos amigos influyentes en su patria que se encargarían de que fuera así. Kark-Belgarosh era sólo una hormiga que Anza podía aplastar bajo su pie en cualquier momento. No podían matarlo, si querían que su hogar no se convirtiera en cenizas. Pero si algo había aprendido de los enanos era que jamás capitularían si se les ponía entre la espada y la pared. Aunque fuera cierto. Especialmente porque era cierto. Y él no estaría menos muerto, de todas formas, de modo que Tarkhan descartó la amenaza de una represalia tan pronto como acudió a su mente.

De nada serviría tampoco ofrecer un cambio en su relación con Rovanan. Al Kark le daba igual que dejase su relación con Rovanan, o que se convirtiera en su amante al margen de una relación oficial y políticamente provechosa. La reacción del Kark, en opinión del mago, era mucho más primaria: se había follado a su hija. Nada de lo que dijera sobre el futuro de su relación cambiaba ese hecho. De modo que no se prodigó en explicaciones y empezó a pensar en cómo solucionar el problema.

Podría escoger un campeón, como había hecho el Kark. El hermano de Kazumi, fundador de una compañía de mercenarios, era el candidato idóneo. Más joven que Thaitsai, más habilidoso que Hithai. Pero prefería una solución menos sangrienta. 

Podía mencionar que se había ofrecido a ayudar en el peliagudo asunto que hacía unos momentos le había mencionado Tordwa. Pero no había encontrado la forma de introducir el tema cuando observó, complacido, que la thogsi lo había hecho por él. Se preguntaba cuánto de aquello lo hacía realmente por su hija y cuánto por darle uso a un embajador que ella pensaba que estaba a su servicio. 

Pero Tarkhan no era un tipo orgulloso sino, eminentemente, práctico. Apuntó también la ayuda que había tratado de brindarle Belbara. No había sido tremendamente efectiva, pero había aprendido a recompensar a aquellas personas que le ayudaban. Especialmente cuando no tenían motivos aparentes para hacerlo. Él era el extranjero. El Kark su señor.

Belgarosh no era su Kark, empero, ni podía regir sus designios. Pero no era, desde luego, el momento de señalar a la thogsi su error. Era el momento de mostrarse agradecido y sumiso. Hizo una reverencia en dirección a Tordwa.

—Así es, mi thogsi. Haré todo cuanto esté en mi mano por devolverla sana y salva a vuestros dominios, esperando que mis desvelos condonen la pena y devuelvan las buenas relaciones entre el Kark y un servidor.

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15/02/2019, 10:08
Belgarosh

Hummm...-  Belgarosh se llevó la mano al mentón y empezó a revolver su poblada barba. Aquello era buena señal, al menos se lo estaba pensando. 

Todos estaban pendientes de la decisión del Kark. La vida del embajador, el amor de una Thogain, la reprimenda de Thordu cuando llegara a Karak- Belarosh y no encontrara a su hija, la tranquilidad de una Thogsi y el buen discurrir de una celebración dependían de esa decisión. Muchas cosas estaban en juego, por lo que un cabeza cuadrada como el Kark, debía meditar muy bien su decisión. 

Lo cierto es que... - Miró a Tarkhan.  Feyrya quiso encabezar la expedición hacia el nordeste, pero fue mi padre quien se lo impidió, pues confiaba más en mi que en ella. Cinco años después de la construcción de Karak-Belgarosh, Feyrya decidió hacerme una visita. Le recibimos con los brazos abiertos y ella desveló que tenía la intención de viajar al sur y levantar una nueva ciudadela. Karak-Feyrya. No obstante, no quería que le dijera nada a padre por miedo a que tratara de impedírselo. Feyrya contaba con una cincuentena de valerosos enanos y enanas fieles a su causa y contribuí facilitándole otro cuarto de centenar de soldados. - El Kark empezaba a desvelar todo lo que había sucedido con su hermana y que pocos sabían. - Feyrya pasó dos inviernos en Karak-Belgarsoh investigando el terreno, hasta que finalmente, en el invierno del año 519 partió con sus fieles a la conquista de un territorio en el sur. Nunca volvió y no volví a tener noticias de mi hermana. Durante la estancia de Feyrya en el krakado, mantuvo contacto postal con Thordu con una periodicidad mensual. Desde su partida, seguí enviando cartas en nombre de su Feyrya a padre por petición de suya. -  Resopló. - Nunca debería haber aceptado... - Tragó saliva. - Thordu ha decidido venir a visitarnos en primavera . Estoy preocupado por tal motivo. Creo que puede estar todavía viva, pero pienso lo más probable es que podría haya caído junto al resto de sus fieles. ¿Qué opina? - Le preguntó a su campeón.

 

Notas de juego

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15/02/2019, 10:20
Runrinthôr

¡Jajajajaja! - Runrinthôr soltó una sonora carcajada. - ¡Sólo un loco como  vuestra hermana Feyrya partiría al sur sin un ejercito de un mínimo de cinco mi almas! - Parecía que aquella propuesta le resultaba divertida al campeón. - Me parece genial. Si regresa con Feyrya se habrá ganado mi respeto. ¿Irá solo? - Sonrió. - Es un suicidio. - Soltó una nueva carcajada.

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15/02/2019, 10:24
Belgarosh

- ¡Sea entonces! - Decretó el Kark. - Enviaremos al Kark junto a un grupo de valerosos guerreros enanos al sur y en busca de Fryrya. Si regresa con ella, entonces será perdonado e incluso veré con mejores ojos una relación secreta con la Thogain siempre y cuando sea discreto y yo desconozca de ella. - Hizo una pausa. - Y la sexta ley del Kark dice así: "Si un amarillo se emparenta con una enana, esa relación será permitida mientras ningún enano sepa de ella".  - Sonrió satisfecho. - Si... creo que es una buena ley. - Miró entonces a Belbara. - ¿Qué os parece a vos la misión encomendada y la nueva ley? ¿Cree que alguno de sus sacerdotes se ofrecerá voluntario para acompañar a la expedición del  embajador? Necesitará un sanador y consejo religioso...

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15/02/2019, 14:43
Belbara

Sintió alivio al ver que no se derramaría sangre en ese día, ella debía velar por el buen servir a Brook y sabía que le había complacido deteniendo la matanza en esa jornada.
Escuchó con discreción la historia que relataba el Kark a cerca de su hermana Feyrya, y no pudo evitar sonreír al saber que Belgarosh la había apoyado en su objetivo de regir una ciudadela, aunque fuese levantando una nueva. Belbara creía firmemente en el poder femenino y estaba convencida de que muchos males se hubiesen podido evitar si las que hubiesen estado al mando fuesen mujeres.

Al principio creyó que el Kark había tomado una buena decisión. Enviaba al anzano a la muerte, pero si lograba regresar lo haría con Feyrya y eso también convenía a Belgarosh. Fuese cual fuese el desenlace de aquello el Kark ganaba.
Pero entonces se dirigió a ella, y le solicitó un clérigo para la misión. ¿Iba en serio? No creía necesario que ninguno de ellos debiese jugarse el pellejo por el amarillo follaenanas, pero pensándolo bien Brook era el señor de los enanos, un dios guerrero, y Feyrya sí podía necesitar de su ayuda.

El genio que había asomado al rostro de Belbara desapareció igual que había llegado, y tras él dejó una expresión de serenidad y convencimiento.

-En cuanto a la Ley os aconsejo que no la pongáis en vigor hasta el regreso del embajador. Todavía no se ha ganado ese derecho- estaba seria, hablaba con sinceridad abrumadora - En cuanto a que un clérigo le acompañe, de acuerdo. Si Feyrya estuviese en apuros uno de los nuestros le vendría muy bien, desde luego- Y si hay una nueva ciudadela alguien debe predicar su fe, alguien debe velar por su poder y las gentes
-Permitidme hablar con Dodana antes de datos una respuesta definitiva.-

Ella no podía decidir unilateralmente, era muy consciente de ello, entre la canonesa y ella encontrarían la solución adecuada.

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15/02/2019, 15:30
Belgarosh

- Bien entonces... - Habló el Kark. - Falta una respuesta por parte del amarillo. - Miró a Tarkhan todavía con odio en sus ojos. - ¿Aceptáis la misión?

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15/02/2019, 19:35
Tarkhan

Las opiniones eran como los collares de bolas de fuego: todo el mundo pensaba que debería tener uno.

Que uno tuviese una opinión sobre un asunto no implicaba, empero, que debiera importarle un ardite a nadie. Tal era el caso de Belbara: tenía una firme opinión sobre lo que debía hacerse pero no tenía ni voz, ni voto. 

Tarkhan ignoró a la sacerdotisa, aunque la probabilidad de que estuviera dispuesto a hacerle un favor acababan de disminuir notablemente. En vez de ello, prestó atención a los que sí tenían algo que decir sobre el asunto.

El Gato Sonriente no sonrió. Mantuvo la mirada de odio del Kark con neutralidad, pero sin arredrarse. No contestó inmediatamente: sólo dejó que el silencio hablara con elocuencia. Lo que había dicho era sumamente inapropiado para alguien en un cargo político.

—Anzano —masticó el embajador—. La palabra que buscáis es anzano, Kark Belgarosh. Y eso va también por ti, Runrinthôr.

Los anzanos formaban parte de Kark-Belgarosh, y Tarkhan era su embajador. Había dejado pasar por alto el término cuando se encontraba con la soga al cuello. Pero ahora no lo estaba, y era el momento de volver a colocarse en la dignidad de su posición. El Kark necesitaba su ayuda: había leído el miedo en su expresión. Sus guerreros enanos podían ser expertos en aporrear a la gente con trozos de acero afilado, pero se habían mostrado incapaces de encontrar a la hermana del Kark. Y el tiempo se les terminaba.

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15/02/2019, 20:19
Belgarosh

El Kark le mantuvo la mirada a Tarkhan durante unos instantes. El anzano no la retiró y Belgarosh entornó un poco los ojos mientras fruncía el ceño. Tarkhan le imitó. La situación era tensa. Una vena inflamada del cuello del enano apareció de pronto a la vez que apretaba los puños. Tarkhan le respondió incliunando levemente la cabeza y adoptando una posición más tensa. Lo cierto era que saltaban chispas entre los dos y se mascaba la tragedia. Entonces Belgarosh entrecerró más los ojos retando al anzano a imitarle. Tarkhan no dudó, pero su visión se oscureció por completo. Sus ojos ya estaban más cerrados que los de un enano de por sí y tuvo que volver a abrirlos.

¡Ajaaa! - Dijo el Kark. - Noto debilidad en ti, anzano. - Sentenció. - Pero capitularé en eso. A partir de ahora, me dirigiré a los vuestros como anzanos y no como amarillos. Es cierto que puede sonar despectivo sin serlo realmente. - Se acercó a Tarkhan y le tendió la mano. - Pero tú partirás en busca de Fryrya. ¿Sellamos el acuerdo?

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15/02/2019, 20:26
Tarkhan

Yo también noto debilidad en ti, BelgaroshTe postras ante tu padre, ante tu esposa y ante tu hija. Y todo el mundo lo sabe.

No llegó a expresar esos pensamientos en voz alta, por supuesto. La capitulación del Kark había sido una victoria en toda regla, y todos los presentes lo sabían.

—Lo sellamos —afirmó Tarkhan estrechando la mano del Kark con una fuerza inusitada tratándose de un mago. Y añadió:—. Y demostraré a vuestro campeón que no hay misiones suicidas o problemas imposibles... sólo problemas que así lo parecen a cierto nivel de inteligencia.

Ahora sí: el Gato Sonriente sonrió.

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15/02/2019, 22:49
Belbara

Suspiró Belbara, aquel par de varones se empeñaban ahora en juegos infantiles. Suspiró.

Estuvo a punto de hablar, pero después consideró que no era necesario. Hizo una leve inclinación hacia delante, a modo de respetuosa despedida y se dirigió a la puerta para reunirse con Dodana.

Deberían haber más mujeres en los altos mandos. Sin ir más lejos, si ese anzano fuese una anzana ni líos ni medirse absurdamente hubiese sucedido. Niños...

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17/02/2019, 13:38
Narrador

El Kark se mostró satisfecho con aquella decisión. El apretón de manos duró más de lo aconsejable, pues durante el mismo, Belgarosh fue pensando en los pros y contras de aquel acuerdo y en lo bien que había zanjado, al menos por el momento aquel asunto. Se libraba del embajador durante un tiempo indeterminado. Éste le ayudaría a buscar a su hermana perdida. Rovanan estaría alejada de Tarkhan y posiblemente se encaprichase de un buen enano durante ese tiempo. Los dioses no tendrían que enfadarse por el derramamiento de sangre y él había mantenido su autoridad en todo momento. Le había salido el asunto redondo.

Por fin todos regresaron a sus asuntos. Belbara tenía todavía algunos preparativos que ultimar y además debía hablar con Dodana acerca de lo sucedido. Belgrasoh, Tordwa y Rovanan, debían visitar la plaza y saludar a todo el que estuviera contribuyendo a los preparativos de la fiesta. Su presencia allí era obligada a la vez que innecesaria, pues realmente poco iban a hacer o deshacer. Simplemente se les tenía que ver. Runrinthôr, debía emborracharse, aún no había probado gota de alcohol ese día y ya era mediodía. Y el embajador... bueno e embajador tenía que hacer sus cosas de embajador, fueran las que fueran.

Fuera como fuera, todos llegaron a la plaza juntos. Las carpas ya se habían levantado, las mesas ya estaban colocadas, flores y papel de colores adornaba las pérgolas, barriles de cerveza y vino de enormes proporciones estaban dispuestos para la fiesta, un palco para los músicos y para que los diferentes líderes religiosos dieran sus sermones estaba montado y en general, ya todo estaba a punto para el inicio de la actividad. De hecho, los primeros curiosos ya estaban por la zona y algunos de los enanos encargados de servir la comida y la bebida, ya habían empezado a despachar. Belbara respiró tranquila al ver que todo lo que de ella dependía, ya estaba listo.

Por otro lado, Belgarosh y su familia comenzaron a desfilar, saludando a unos y a otros y ratificando el buen trabajo que habían llevado a cabo los mucho implicados en los festejos. Cómo si nada hubiera sucedido y tranquilos como si se hubieran acabado de levantar de la cama, comenzaron su paseo protocolario sin ningún tipo de problema, que básicamente, era lo que se esperaba de ellos. 

Mientras cada uno regresaba a sus quehaceres y Runrinthôr empezaba con su tercera pinta, Tarkhan se percató de que una cara conocida, acudía junto a otra a su encuentro. Se trataba de dos mujer es Yhu-lien y la pequeña aprendiz de mago Yoon-Shun. Al ver al embajador la primera le dedicó una leve sonrisa y la segunda corrió a su encuentro, fundiéndose en un abrazo con su maestro.

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17/02/2019, 13:58
Yoon-Shun

- ¡Hola Gato Sonriente! - Le dijo la niña que parecía bastante excitada y contenta a la vez. - ¡Yhu-lien me ha acompañado para ver todo ésto! - Dijo estirando la cabeza hacia atrás para mirale a los ojos, pues todavía enganchada alrededor de sus piernas y era bastante más bajita que él. - ¡Parece que va a ser un evento genial! - Frunció el ceño. - Estás muy blanco. - Afirmó con rotundidad. - ¿Todo bien?

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17/02/2019, 14:01
Yhu-lien

Buenos días, embajador... - Dijo aquella mística mujer. - Buen día para celebrar algo. ¿No es así? - Le preguntó en anzano. - ¿Habéis estado ocupado esta mañana? No os he visto por aquí. ¿Problemas con la nobleza? Ellos también han aparecido más tarde de lo esperado y Rovanan... lleva unas ropas muy arrugadas. Como si hubiera dormido con ellas. Y su pelo... A diferencia del de su madre, que ha sido peinado seguramente durante horas, el suyo es una maraña. - Soltó una risita malévola, que no maligna. - Vos en vuestra posición seguro que os habéis enterado de algo...

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17/02/2019, 14:04
Dodana

La máxima autoridad de la iglesia de Brook parecía muy ajetreada. Bastante más de lo que lo estaba a diario. De hecho, Belbara intuyó una gota de sudor descendiendo por su frente, lo cual no era buena señal. Aquella mujer se había ganado con creces su posición en el templo, pero desde hacía algunos años y principalmente desde que la tenía a ella como segunda al mando, se había relajado mucho en lo que a tareas asignadas se refería. Prácticamente todo eran ahora obligaciones de la enana barbuda.

Al ver a la sacerdotisa, Dodana se acercó dando zancadas, si es que los pasos más largos que aquellas cortas piernas podían dar se podían considerar zancadas, situándose junto a su segunda. Le dedicó una sonrisa de cara al público y la enganchó del brazo llevándosela a un lugar apartado de miradas inoportunas. Se notaba que estaba disgustada con algo y sin duda alguna la principal razón no era otra que su falta de puntualidad a la hora de llegar a la plaza. Aunque tenía una clara justificación, haber tenido que involucrarse en los preparativos, sin duda no le había ido muy bien a la canonesa.

¿Donde estabas, Belbara?Dijo entre susurros, pero en tono de reprimenda. ¡Ya pensaba que no venías! ¿Qué diantre ha pasado?