Partida Rol por web

Cleon tenía el arco listo, en cuanto pudo comprobar cual era el enemigo, apuntó a uno de ellos^D1 y disparó su flecha. Su perro, poco acostumbrado a las batallas se escondía cobardemente entre las piernas del explorador.

La flecha que Loperick lanzó contra aquel primer ser que corría a la caza del hombre ensangrentado salió muy desviada de su objetivo. Por suerte Cleon si acertó con su disparo deteniendo la carrera de aquel ser oscuro y centrando su atención sobre los cuatro ajenos que acababan de llegar a aquel plano del que sin duda aquel demonio era natural. Quizás aquel despiste sirvió para que el segundo ser, que hasta el momento corría algo por detrás de que el cazador acababa de herir le adelantara situándose junto al pobre Markku, el cual estaba siendo perseguido desde quien sabe cuándo.

Sin mediar palabra le propinó una dura estocada con aquella extraña lanza. El filo, nada más impactar contra el cuerpo de aquel moribundo, destelló en un extraño y gélido haz de luz. Posiblemente aquel ataque había significado el toque de gracia para aquel pobre infeliz, pues nada más ser atacado se desplomó contra el húmedo y fangoso suelo del pantano. Parecía totalmente inerte y posiblemente estaría muerto. Habían llegado demasiado tarde para salvar la vida de Markku, pero no quizás para vengarla.

- ¡Marku! - Gritó Edzard con la desesperación impresa en sus palabras. - ¡Maldito seas, bastardo del infierno! ¡Acabaré contigo aunque sea lo último que haga! - Amenazó a aquel demonio con los ojos inyectados en rabia y la mente nublada por la ira.

Lope apretó su arco con fuerza de pura frustración, su fallo había condicionado el fin de su compañero, eso se lo apuntaba para mas adelante, ahora era el momento de luchar por su vida; desconocian el poder de esos seres, y solo entraría en combate cuerpo a cuerpo si fuera estrictamente necesario.

-Intentad guardar la distancia de estos demonios, desconocemos su poder, luchemos con la cabeza para pode clavar las suyas en una estaca encima de la tumba de nuestro amigo!! gritó Lope a sus compañeros intentando que no hicieran nada estúpido que supusiera su fin.

Acto seguido se desplazó a C16, disparó otra flecha al demonio que había acabado con su compañero (D2) y volvió a desplazarse a D19, haciendo gala de su estilo de combate de puro movimiento.

Loperick tuvo la sangre fría necesaria como para detenerse unos instantes para observar todo lo que les  rodeaba. Se encontraban inequívocamente en lo que parecía ser un viejo asentamiento. No obstante de la mayoría de aquellas antiguas construcciones tan solo quedaban los cimientos a excepción de un pozo lleno de lodo en lo que parecía ser el centro de aquel antiguo emplazamiento y lo que parecía ser una antigua capilla dedicada a algún arcaico y demencial dios primigenio. No localizó a ninguna más de aquellas criaturas oscuras y por lo demás el paisaje que les rodeaba se asemejaba al pantano infinito por el que largo tiempo llevaban transitando.

El ser oscuro que se encontraba algo más retrasado giró su vacía mirada observando en dirección al monje. Agarró con firmeza su arma filosa y viró la dirección de su carrera hacia la posición donde se encontraba Samiam. La velocidad que imprimía aquel ser era digna de ser elogiada y para cuando se encontró frente a Samiam un certero tajo surcó desde el abdomen del monje pasando cerca del cuello y rajando la cara del recién liberado recluso con un restallar gélido que casi cegó a los allí presentes.

Tras el fuerte impacto Samiam perdió el equilibrio cayendo de bruces contra el suelo tras realizar una espectacular voltereta en el aire y golpear finalmente contra el blando y húmedo suelo de aquel inmenso lodazal. El demonio alzó la vista y sus cuencas vacías parecieron posarse sobre Loperick, quien desde luego sería ahora su próximo objetivo, pues si bien Samiam no había muerto, aquel tremendo golpe le había dejado tiritando en el suelo.

Cleon llevaba un rato con el arco preparado y la flecha cargada. En cuanto Samian cayó al suelo tuvo linea directa para poder lanzar su flecha al enemigo^D1 esperando así hacerle algún daño. El perro por fin empezaba a reaccionar y ladraba al demonio, cubriendo a su amo.

La flecha de Cleon fue directamente hacia el pecho de aquel ser demoniaco. El impacto fue fuerte y en el centro de su torax, tanto que le hizo dar un paso atrás y por poco lo tiró al suelo. Sin embargo, aquel ser se mantuvo de pie y cuando segundos después pareció recuperarse del impacto alzó la mirada dirigiendo sus cuencas vacías hacia el cazador. Entonces abrió sus babeantes fauces llenas de afilados colmillos y gritó de una forma desgarradora.

Edzard contemplaba con horror como Markku se debatía entra la vida y la muerte. No lo dudó agarró con firmeza su espada y cargó contra el demonio que amenazaba la vida de uno de sus más antiguos amigos. Podía ser que poco o nada pudiera hacer ya por Markku, pero al menos vengaría su muerte si era capaz de ensartar a aquel ser oscuro y envuelto en un aura de maldad. Sin que si enemigo se lo esperase el golpe de Edzard se incrustó entre sus costillas dañándole y haciendo que un líquido de un color similar al cieno brotara del interior de la bestia que tenía justo delante.

Samiam aprovechó el desconcierto que sufrió su enemigo en el momento en que la fresa de Cleon se incrustó en su cuerpo para ponerse en pie y golpear con sus puños contra su adversario. No obstante, ninguno de aquellos golpes parecieron herir a su enemigo, tan solo le dieron un nuevo motivo para arremeter contra él.

La respuesta al ataque de Edzard no se hizo esperar. El demonio blandiendo aquella extraña arma larga acabada en filo de espada, dio un paso atrás y lanzando un golpe descendente consiguió arañar la armadura de Edzard y tras un estallido gélido el jefe de servicio de la guardia de la prisión sintió un punzante y helado dolor en el muslo derecho que casi le hizo perder el equilibrio.

Se hacía evidente que aquellos demonios eran buenos combatientes y sin duda peligrosos rivales. Markku agonizaba en el suelo, Samiam había recibido un fuerte golpe que por poco no acaba con él y era ahora Edzard quien también sangraba en abundancia. Debían aprovechar su superioridad numérica, pues poco más tenían a favor si querían salir con vida de aquella situación tan desfavorable para ellos. 

*no se porque pero ha desaparecido el post que acababa de guardar así que lo repito lo mas similar posible

El batidor comprobó como sus pensamientos no iban mal encaminados, de un solo golpe aquel ser aberrante habia tumbado a su compañero monje, sin duda habia que concentrar los ataque sobre uno de ellos a fin de tumbarlo y rezar que el otro optase por retirarse. Se acercó a su compañero Cleon (A21) a fin de ayudarse con el flanqueo en caso de que se acercasen a ellos y lanzó su flecha hacia aquel ser.

-Concentrad los ataques en uno solo hasta que lo tumbemos!!

La flecha de Loperick nuevamente no acertó sobre s objetivo y acabó por estrellarse y hacerse pedazos contra una roca cercana. Tal fue la puntería del guardia que el demonio que estaba encarándose con Samiam no pareció percatarse de que tal ataque hubiera sido dirigido hacia él y simplemente descargó una nueva y poderosa estocada contra el monje. Samiam nada pudo hacer por esquivar el envite y el arma del demonio rajó su estómago de arriba abajo. El monje cayó al suelo inconsciente debatiéndose entre la vida y la muerte al igual que lo estaba haciendo Markku.

Acto seguido y al ver que su adversario poco o nada podía ya hacer por su vida, el demonio decidió dejarlo atrás y se alejó tanto de Cleon como de Loperick avanzando junto con el otro ser oscuro y flanqueando a Edzard quien solo, poco o nada podría hacer ya por sobrevivir ante dos seres tan poderosos como los que le habían acorralado.

Cleon y Loperick tenían que decidir si acudir en ayuda de sus compañeros o huir cuanto antes de allí. Por la mente del cazador tan solo pasaban imágenes de su amada Helga. Si decidía mal no la volvería a ver nunca más y no podría salvarla. Por la mente de Lope en cambio, empezaban a carcomerle los remordimientos por su falta de puntería, pues de haber estadio mejor a la hora de la verdad, posiblemente tanto él como sus compañeros aún albergarían alguna esperanza de victoria en aquel combate tan desigual.

Cleon no se movía de su sitio, sabiendo que su mayor fuerza residía en su arco. Apuntó cuidadosamente y volvió a disparar sobre el enemigo (D1).

La flecha de Cleon dio en el blanco. Nada más impactar contra la espalda del demonio que acababa de flanquear a Edzard, éste gimió dolorido, pero ni por esas cesó en su empeño de acabar con el guardia. Ni tan siquiera se giró hacia el cazador para dedicar un vistazo de su mirada vacía a aquel que acababa de herirle con su disparo. Muy posiblemente pese a que le había dañado, no había sido una herida de consideración, pues pese a que había quedado clavada en la espada del demonio con su siguiente movimiento se desprendió cayendo al suelo.

Fue entonces cuando Edzard reaccionó lanzando dos severos estocazos contra el ser que tenía frente a él. Pese a que era el más veterano de los allí presentes, se notaban sus dotes de guerrero. Ya había acertado con un primer impacto sobre el demonio que trataba de segar su vida, y con aquellos dos nuevos ataques logró herirle en brazo y pierna. Una esperanza de victoria se abría ante ellos si lograban al menos acabar de forma rápida con el primero de aquellos dos demonios.

Por su parte, Samiam y Markku seguían en el suelo, aparentemente inconscientes y agotando sus últimos instantes sobre Gea, en un plano al que no pertenecían y al que nunca hubieran elegido viajar de haber sabido su más que probable destino final.

Lope indignado con su falta de puntería se desplazó a un flanco a a17 y volvió a atacar a aquel ser herido con la esperanza de que cayera. volviendo así posición acto seguido.

De nuevo la puntería de Loperick no fue la necesaria para impactar contra su objetivo. Normalmente era mucho mejor tirador de lo que estaba demostrando ser, sin embargo, puede que por el nerviosismo de aquel enfrentamiento ante seres de una naturaleza tan distinta a la que había conocido hasta la fecha, o quizás por el extraño entorno en el que se encontraba, no estaba siendo el mejor de sus combates. 

Por suerte para Edzard, cuando uno de los demonios trató de ensartarle con su exótica lanza gélida, pudo detener el ataque al desviarlo con el filo de su espada. No obstante su situación seguía siendo crítica, pues enzarzado con dos de aquellos demonios y sin ayuda por parte de sus compañeros pronto sus fuerzas flaquearían y acabaría por sucumbir frente a aquellas abominaciones.

- ¡Cleon, Lope! - Gritó aquel hombre. - ¡Por Gorant, venid a auxiliarme!

Cleon maldecía por lo bajo. Su puntería era buena, pero la efectividad de sus disparos era prácticamente nula.

Le dió una moderada patada a su perro.

- ¡ Muévete y haz algo ! - gritó al animal a ver si reaccionaba. - ¡ Ataca !

Mientras, intentó lanzar una nueva flecha, pero con los nervios se le escapó la cuerda perdiendo un tiempo crucial. Sacó rápido otra flecha y disparó de nuevo

La flecha de Cleon voló rauda hasta su destino. El demonio gimió de dolor, pues la punta del proyectil se clavó en su espalda haciendo que por un instante perdiera las fuerzas. No obstante se recuperó rápido y de un manotazo arrancó la flecha que había quedado anclada a su lomo. Fue entonces cuando aquel perro obedeció las órdenes del que se había autoproclamado su amo y aunque era cierto que el animal había aceptado a Cleon, la sincronía entre ambos era aún muy pequeña.

El mordisco del animal fue esquivado con cierta facilidad por aquel demonio y aunque un ser tan noble y asustado como aquel cánido no debía representar una amenaza real para un combatiente tan completo como aquel ser de oscuridad, si distraería su atención lo suficiente como para que los ataques de Edzard fueran más efectivos.

Markku despertó de repente algo desorientado, pero inmediatamente recordó donde se encontraba y deseo gritar. Deseo gritar y no haber tomado nunca la determinación de viajar hasta aquel lugar terrible. Sentía un frío intenso por todo el cuerpo que le provocaba sueño y ganas de rendirse a la muerte. La sensación de que la vida se le escapaba a cada segundo era muy intensa y a punto estuvo de aceptar su funesto destino. Sin embargo, algo le hizo reaccionar y querer luchar por su vida. Posiblemente la visión de sus compañeros tratando de sobrevivir a aquellas criaturas del abismo.

Se encontraba muy débil y estaba sangrando. Sentía un intenso y lacerante dolor por todo el cuerpo, pero sobretodo en la espalda, que era donde había recibido aquella gélida estocada que casi le había costado la vida. Poco podía hacer en aquellas condiciones pero recordó que entre sus pertenencias portaba algo que podía cambiar de forma repentina su destino.

Tirado aún en el suelo y casi sin fuerzas alargó el brazo agarrando su mochila, la cual se encontraba sobre el húmedo y pantanoso suelo. Tiró de esta hacia sí y rebuscó en su interior. Fue entonces cuando encontró lo que buscaba, un pequeño frasco de vidrio con una sustancia líquida en su interior con un tono rojo azulado. Bebió de un sorbo el contenido y de forma súbita empezó a sentirse mejor.

Fue en ese preciso momento en el que el que debía ser el guía de todos ellos dentro de aquel espantoso mundo lleno de peligros y amenazas dejó de respirar. Samiam había visitado con anterioridad aquel universo demencial y había logrado regresar con vida en todas esas múltiples ocasiones al plano material. No obstante, bastó muy poco para que en su último viaje al plano caótico maligno sucumbiera a la muerte. Eso hablaba de lo peligroso del lugar, pues si tan poco había hecho falta para que el más experto de todos muriera, muy probablemente el destino del resto también estuviera sellado.

Fue entonces cuando Edzard despistado con la inesperada ayuda del can enviado por Cleon bajó un momento la guardia y recibió una nueva estocada por parte del demonio que tenía justo delante de sus narices. Sintió en el brazo el punzante dolor del filo y su gélido sabor, no obstante el corte resultó ser bastante superficial y podría seguir combatiendo con cierta soltura, durante algunos asaltos más.

Lope se negaba a que su falta de punteria significase la muerte de todos sus compañeros, cogió con fuerza su arco, se desplazó a un punto con buena visibilidad (H21) y descargó la que seria su última flecha en ese combate, dejó caer su arco y desenvainó su hacha de mano a fin de armarse de valor para atacar cuerpo a cuerpo a aquellos seres diabólicos.

*el segundo hostigar se me ha colado*

La flecha que Loperick había destinado para aquel duro adversario erró de nuevo, aunque esta vez tan solo por un palmo. Sin duda debía ser frustrante para un experimentado batidor y más que capaz con el arco estar dando tan poco de si en sus ataques y malgastar flecha tras flecha provocó que decidiera cambiar de estrategia.

El demonio que en ese momento estaba siendo flanqueado por Edzard y el perro de Cleon atacó de nuevo sobre el veterano guardia de la Torre de las Almas Perdidas. Nada más hacer el movimiento chilló con un tono tan agudo que por poco no le perforó los timpanos a Edzard, aunque ese no era su objetivo, ya que sin duda aullaba del dolor de sus heridas. Quizás fue por eso que falló en su ataque que fue interceptado y desviado por la hoja de Ed.

Era el turno de Cleon y si podía acabar con aquel monstruo las cosas empezarían a ponerse a su favor aun habiendo perdido a Samiam y estando Markku malherido.