Partida Rol por web

Os despedis y tu sales de nuevo al mundo real. A la mierda que hay en las calles incluso a esta hora, pero ademas ahora sabes que tienes que salir del territorio de Moxxy y eso siempre implica problemas. Tal vez la madre Zorra no sea un alma caritativa pero es la mas estable de todas, si tu cumples tu parte ella ahce lo mismo y eso ya es decir mucho. Bajas los escalones de la entrada y te diriges hacia la misma entrada por la que no hace mucho has pasado... lo guardias estaran alli y tras eso, volver al dia a dia. La zona sur es territorio de los Perros de Presa, no es la banda mas lista, pero si la que tiene mejores coches... una cosa por otra. Sea como sea, te toca atravesarla. Casi estas a punto de suspirar por ese hecho, aunque entonces recuerdas que si fuera la del norte es muy probable que los Craneos estuvieran por alli... asi que el sur suena casi a cantico celestial.

Las calles no te suponen un problema. Tus pintas ayudan, eso y que pareces no estar de humor. Sea como sea nadie te para o busca bronca hoy contigo, algo que casi es de agradecer. Al menos no ningun problema, un par de zorras de las cuales eres incapaz de decir la edad o siquiera el nivel de ETS que podrian llegar a tener se acercan a ti, pero las esquivas con tu sonrisa habitual y un par de frases prefabricadas. Ellas sonriena  sabiendas de que no seras un cliente, pero no esta de mas no joderla... quien sabe si otro dia no acabaras donde todos los demas.

El paseo te sienta bien. Te notas mejor del pecho, al menos lo suficiente como para haber dejado de toser y aunque el abrigo sigue hecho un asco ya no es para tanto. El tiempo pasa y te das cuenta de que has llegado al sitio indicado. Alli hay un niño, todo parece segun lo indicado. Hay una bolsa a su lado que reconoces en seguida, estudias el terreno pero nada en especial, asi que te acercas. El chico levanta la cara por debajo de la visera de su gorra y asiente al verte, antes de que levante la mano ya le has lanzado unas chapas por las molestias*. Todo el mundo sobrevive a su manera y ser un niño no ayuda justamente. Coges la bolsa cuando el chico te coge de la manga del abrigo, sin importarle la suciedad. Te pones en alerta pero el niega antes de señalarte una caravana. Susrra unas pocas palabras que no entiendes del todo, pero si lo suficiente. - Sur... va al sur.

No hace falta ser un genio para saber a que se refiere... una posibilidad remota pero al menos no tocara pasear por el puto Yermo.

El aire abrasador del yermo golpeando mi rostro, el sol calentándome la cabeza, la sensación de ahogo y de que nunca llegarás a ningún lado... son cosas que nadie en su sano juicio echaría de menos. Yo tampoco, por supuesto, todavía no he llegado a ese extremo, claro que siguen siendo preferibles a que te cojan los cráneos, no porque te maten, sino por la forma en la que podrían matarte. Entre todos mis pretendientes de hoy creo que me quedo con el Titán, seguro que es el que termine más rápido.

Soy generoso con el chaval, es posible que yo no necesite el dinero mucho tiempo, y si Clash cuida del chico, es porque vale la pena. Y no, no me estoy volviendo compasivo ni pollas de esas, en realidad la culpa la tiene Clash, pero su efecto apenas dura un par de horas.

Vale

¿Veis? Me ha servido darle pasta, era puto interés, sino hubiera sido generoso a lo mejor el chico no hubiera nombrado la caravana, no tenía porque hacerlo.

Recojo la bolsa, saco de ella unas gafas y compruebo que llevo agua y algo de comida. Guiño un ojo al muchacho y me acerco a la caravana, buscando al responsable de la misma, sin el visto bueno de esa persona, resultaba del todo imposible unirte a ella. Y de paso, me fijo que es lo que llevan.

Las armas listas, pero sin parecer en absoluto amenazador, los guardias de las caravanas suelen ser de gatillo fácil, sobre todo cuando se van alejando de la ciudad. 

Nada mas acercarte te queda claro quien manda, aparte de unos guardias que sin duda son atipicos por sus vestimentas y por su falta de relajacion incluso estando en la ciudad, hay una figura que resalta mas de lo normal. Una rubia de pelo largo y un brazo tatuado. Tu figura alerta rapidamente a los guardias, mas estos no son novatos, unicamente perfilan posiciones con las armas listas pero sin apuntarte. Esta claro que conocen su trabajo y que sabes que no es cuestion de espantar a posibles clientes. Te acercas todo lo que se te permite hasta que la mujer repara en ti. Termina de asegurar unas cosas y se acerca hasta ti, aparte de una cara y un cuerpo bonito te queda claro que es de las que reparten, sin embargo ves varias quemaduras bajo la ropa que se perfilan por encima de la camiseta que porta... no parecen las causadas por un cigarrilo justamente.

Me acerco hasta ti, un tipo nuevo en la caravana, con las mismas pintas que la mayoria de cabrones sueltos en esta ciudad. Tu bolsa, tus gafas indican a las claras lo que quieres, pero yo ya tengo bastante mierda de la que cuidarme como para meter mas sin una buena razon. Me coloco frente a ti, tipo duro, te evaluo con una sola mirada y se que no eres un mierdecilla cualquiera. Tu pose aun con estos guardias frente a ti no se ve intimidada y eso se valora bien de donde vengo.

Me coloco parcialmente en jarras y con un gesto de la mano te indico que dejes tus ojos a la vista. - Me gusta ver con quien trato, la lengua miente mucho, los ojos son mas faciles de leer. Soy Juliette y esta mi caravana. - Dejo un silencio, obvio y claro para que digas que quieres. No tengo todo el dia y los giros y contragiros de una negociacion me aburren.

Ya empezamos con las exigencias, parece común a todas las mujeres, como si necesitaran dejar claro de alguna manera que eras ellas quienes mandaban. Personalmente me importaba poco este asunto, lo que me interesaba en estos momentos es el transporte hasta mi objetivo, el resto podía esperar.

Cameron.

Me presenté mientras me quitaba las gafas tal y como ella había pedido.

Necesito ir hacia el sur, no demasiado lejos.

Esta vez no hubo sonrisa, a veces era necesaria y a veces no. Acertar solía ser un poco lotería, y también intuición. Seguramente si le hubiera sonreído se hubiera creído que la menospreciaba de alguna manera.

Estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo, ya he viajado solo por el yermo más de lo que me hubiera gustado en mi vida.

Era la dueña de una caravana, no había que darle ninguna lección sobre como eran las cosas ahí afuera y la necesidad de ir acompañado. Las personas que se dedicaban a este tipo de negocios solían valorar las chapas por encima de todo, siempre y cuando no pusieran en peligro a su forma de vida.   

Dices un nombre, como haria cualquiera de por aqui. Me da igual si es el verdadero o no, siempre y cuando no intentes joderme. Asiento ante el mismo y escucho a donde vas, enarcando una ceja cuando terminas. - No hay muchas cosas al sur... no demasiadas y menos a la distancia que comentas. - Por mi tono te queda claro que tengo una idea de adonde quieres ir. Los guardias reaccionan a mi tono, moviendose lentamente pero de una manera obvia.

Te estudio, mis ojos pasan por tu cuerpo midiendo las opciones sin ser ni remotamente discreta y no tiene para anda que ver con darnos un revolcon.- Voy a tener que pedirte que me enseñes los antebrazos y la espalda. - La peticion aunque rara, no te es tan extraña como deberia. Hay varias bandas que marcan determinados actos con tatuajes o marcas en la piel, no son las mas comunes pero sin duda llaman la atencion.*

Suspiro.

Esto ya lo conocía, nunca me lo habían pedido, pero lo he visto hacer en alguna ocasión, así que, suelto la bolsa a un lado, descuelgo el rifle de asalto de mi espalda y lo colocó sobre la misma, sin ninguna prisa, no se vayan a creer que estoy haciendo algo raro. La pistola sigue en su funda, a la cintura, me gusta ese estilo, resulta más cómodo para disparar y me deja con un arma todavía activa. La chaqueta es lo siguiente que cae al suelo, es pesada y hace un ruido sordo al caer sobre el polvo, al igual que la camiseta azul oscura, ha conocido días mejores.

Se ha perdido el romanticismo.

Comenté a los guardias y a la mujer que estaba frente a mi mientras me quitaba la prenda.

Antes siempre había una copa de por medio.

Desnudo de cintura para arriba, doy una vuelta, también despacio, para que la mujer pueda apreciar las numerosas cicatrices, hay una, en la parte izquierda del abdomen, de la que me siento especialmente orgulloso. Es fea y tosca, pero todos creyeron que me iba a matar, y cada vez que la veo recuerdo que no es fácil terminar conmigo.

¿Satisfecha?

De nuevo tengo que contener la lengua, las bromas deberán esperar, y aunque de primeras no suelo causar mala impresión, dicen que mejoro con el trato. 

Se despelota lentamente, como si esto fuera algun tipo de striptease, o como si creyera que si va mas rapido le vamos a volar las pelotas. Bueno, cabe decir que es una posibilidad asi que al menos cabe decir que es un tipo listo. La ropa va cayendo de pieza en pieza sobre la bolsa con su arma. La pistola queda en su sitio, hasta que cuando termina de despelotarse da un par de vueltas frente a mi, casi como regodeandose, mientras suelta un tonteria mas tipica de un bar que del lugar donde estamos. Su cuerpo esta lleno de cicatrices, algunas de ellas realmente brutales, las examino entiendiendo que es del tipo de hombre que merece la pena tener a tu lado si la cosa se pone mal... ademas no lleva ninguno de esos putos tatuajes de los chinos y eso mejora la cosa.

Me rio ante la ocurrencia de la copa. - No te preocupes alli donde vamos recibiras esa copa de manos de mi marido, haz bien tu trabajo y él te lo recompensara. - Mira a los guardias y asiente para que se tranquilicen. Entonces sueltas tu vacile, como siempre y ella vuelve a reirse. - Si tipo duro, satisfecha. El viaje suelen ser cien chapas, lo dejamos en cincuneta y arrimas el hombro cuando toque... o sino yo misma me encargare de que lo hagas. ¿Te vale?

No esperaba un viaje en primera clase, tal vez sea culpa mía por aparentar ser tan bueno, que le vamos a hacer, el encanto no se puede ocultar ni siquiera bajo una capa de mugre.

Una copa es una copa, no se debe rechazar, sería una falta de educación terrible.

Por fin puedo sonreír mientras comienzo a coger de nuevo mi ropa. Aprovecho para sacudirla con fuerza, no es mucho el polvo que se va, pero algo es mejor que nada. Había separado el dinero en varios "escondites", todos pegados a mí, salvo un pequeño remanente en la bolsa, así que le doy las cincuenta chapas sin aparentar tener más de doscientas.

Trato hecho Juliette le tiendo la mano, las maneras son importantes, a mi me gusta respetarlas, no tienen mucho valor, pero refuerzan la moral de los que cierran un negocio y voy a terminar de vestirme que aquí el personal se puede poner nervioso una mirada cómplice al resto de guardias.

Me fijo ahora con más detenimiento en el resto de la caravana, no voy a hacer preguntas, ella no me las ha hecho, y es mejor así, todos más seguros y a salvo.

Tú dirás lo que me toca.

De nuevo "uniformado", me vuelvo a colocar las gafas, más que nada por comodidad y deseando tener una viaje tranquilo. No, no echaba de menos el yermo, me gusta Parody, aunque cuando me nombre alcalde cambiaré un par de cosillas.

Si, una falta de educacion terrible... que ademas podria matarte. - Me rio con ganas mientras me doy la vuelta y empiezo a dar ordenes, tanto a los clientes como a los miembros del grupo. Al volver a mirarte veo como me tiendes las cincuenta chapas, las cojo y asiento antes de guardarmelas sin mas en una bolsa que cuelga de mi espalda. Te miro cuando haces la provocacion y niego con la cabeza, como alguien que tiene que aguantar demasiadas tonterias como para tomarse en serio a un bufon como tu.

Los demas guardias pasan del comentario menos uno con mala cara y varios cortes en el rostro que escupe al suelo ante tus palabras y se gira para ponerse en la parte de delante del vehiculo. Miro al guardia y despues a Cameron, suspiro antes de ponerme en marcha. - Intenta llevarte bien con ellos... - El tono es un aviso, no por mi parte sino porque si te pegan un tiro no sere yo quien mueva un dedo para cubrirte. La gente es como es y si les tocas los huevos, pasa lo que pasa. Entonces hablas, giro el cuello sin hacer lo mismo con mi cuerpo y sonrio. - Delante claro, los ultimos siempre seran los primeros. - Notas el tono de broma pero tambien que te toca el peor sitio de todos. Si la mierda lleuve sera en la parte frontal y ademas no estaras dentro del vehiculo sino arriba, algo de cobertura pero yendo por el Yermo quiere decir que tu culo va a sufrirlo.

Sin nada mas que añadir, subo a la camioneta modificada y me pongo al lado del piloto antes de dar un grito con ganas. - Venga señoritas, no tenemos todo el puto dia.

La gente empieza a moverse con mas ganas, terminando los ultimos acoples y dejandolo todo bien atado antes de buscar su sitio en la caravana. Incluyendo un motorista que enciende el motor y se adelanta un poco de vosotros. SIn duda tontos no son. En cuanto salis de los limites de la ciudad, el calor golpea con toda su fuerza, aplastante, seco y con gans de quemar todo trozo de piel que hayais dejado al descubierto... y tu estas en la parte de arriba del jodido convoy. Con la ojos ligeramente entrecerrados hasta que te calas del todo las gafas ves como el malcarado de antes tiene una especie de sombrila o similar para asi poder hacer mejor su trabajo. Te mira, te ve y sonrie con mala cara. Sin duda has hecho amigos...

Hacer amigos es mi especialidad, los suelo conseguir en casi cualquier sitio que voy, tengo un don especial para ello, en serio, lo único que pasa es que la gente se toma todo a la tremenda, como si alguno de nosotros fuera a esquivar a la muerte de manera indefinida. Hay quien diría aquello de "mejor luego que ahora", y estoy de acuerdo, pero tampoco es cuestión de vivir amargado para ello.

Claro que la sombrillita mola, pero pegarle un tiro por ella estaría feo, aunque a lo mejor a la inversa él lo hubiera hecho. Una completa falta de tacto. La rubia no me odia, es una profesional, algunos de sus hombres podrían ser como ella, y no me refiero a las tetas y al culo, a lo mejor es a mi a quien me toca salvarles y tal vez decida mirar hacia otro lado llegado el momento. Espero no tener que afrontar esa situación.

Ajusto el gorro, colocando un pañuelo bajo él mismo para crear la suficiente sombra en mis ojos. No es que sea "El Viajero", pero me he hecho mis millas en el yermo y sé como adecentarme para no arder más del o estrictamente necesario. Cuando me siento, el cansancio del día me golpea sin piedad, aún me duele el pecho, no demasiado, pero si lo justo para molestar, así que me permito la primera relajación desde que acepté el trabajo para Sam.

Preparo el arma y la colocó en un sitio cómodo para disparar rápido llegado el caso, asegurándome de que va correctamente. 

Estoy callado durante un buen rato. Si, en serio.

Todo parecia ir sobre ruedas, hacia algo mas de media hora que habiais salido de Parody y no os habiasi cruzado con nadie y lo mas importante con nada. De vez en cuando podias ver a vuestro explorador haciendo el loco en las dunas con su moto de cross. El tio sabia lo que hacia, atravesaba por donde sabia que podia y esquivaba cosas que tu no entendias hasta que tu vista te permitia ver diferentes tipos de osbtaculos o tonalidades de la arena que indicaban problemas muchas veces. Desde zonas donde era facil hundirse hasta las que directamente se te tragaban como si fuera una buena puta la que chupara.

El sol caia a plomo y con un viento mas bien tirando a inexistente, pronto te convertiste en un caldo humano. la ropa y la arena no lo hacian menos incomodo ni mucho menos. Cada vez que te movias de posicion, notabas como esos puto granos de arena se clavaban y viajaban por tu piel provocando alguna que otra quemazon, estabas acostumbrado, pero eso no quitaba las ganas de querer quitarte la ropa para librarte de ellos. Uno de ellos especialmente moleto hace que tengas que rascarte durante casi un minuto. Al fin y al cabo no hay ni dios aqui fuera, nunca mejor dicho... si ese cabron existe fijo que esta ahora mismo achicharrado bajo esta mierda de sol.

Levantas la mirada, una vez calmado el picor y de pronto algo te llama la atencion. El explorador no puedes verlo, no es algo raro pero aun asi sigues fijandote en el horizonte y por mas que pasan los segundos nadie aparece. Das un par de golpes indicando que algo va mal. La rubia abre un panel del techo y te mira, mientras tu sigues mirando al horizonte.

- ¿Que pasa? - No lo ves pero notas como esta a punto de lanzar unos cuantos exabruptos cuando se calla, por un motivo muy simple. Tu cara, tu cara de pasmo ante lo que estas viendo.

Donde deberia estar vuestro explorador, o mejor dicho donde esta su moto, ves una figura enorme. Una sombra aplastada contra la misma arena y con un enorme aguijon sobresaliendo, mientras los pedazos de vuestro explorador desaparecen por su boca. Un Mutascorpius... un jodido y cabron escorpion del desierto y encima adulto. has oido hablar de ellos y alguna vez has visto alguno de un tamaño normal pero nunca uno de ese tamaño... es simple y jodidamente grande... grande de cojones, practicamente el doble de cualquier cosa que hayas visto antes. Estas a punto de girarte para repsonder cuando la arena alrededor del mismo se levanta como un surtido y aparece otro... uno mas normal que le otro pero aun asi. Dos. Dos putos cabrones y estan en vuestra jodida trayectoria... y por como se mueve el mas grande esta claro que os ha detectado.

Más amigos.

Aunque estos enfadados porque no les he invitado a la fiesta. La suerte y yo nunca nos hemos llevado demasiado bien, no es algo nuevo y estoy acostumbrado, algunos opinarían lo contrario, pero lo que no saben es que esa cabrona, cuando me da una, me quita cuatro de golpe, y claro, la proporción no es para nada justa.

Dime que tenéis algo gordo para esto.

Me tumbo rápidamente sobre el techo, es mucho más complicado que me vean así, y el rifle apuntando ya al más pequeño de los dos objetivos. El otro es demasiado para mi arma, así que sólo me queda esperar a que los de la caravana sean más que fantasmas con ganas de aparentar.

Los manos se aferran con seguridad al arma, los guantes hacen su labor, y los dedos, aunque sudorosos por estar liberados del tejido, son lo suficientemente ágiles como para poder apretar el gatillo. Una y otra vez sobre el mutascorpius, en este caso, bueno, como casi siempre en el yermo, es mejor disparar primero y preguntar luego, así, ¿para qué esperar? no creo que vengan con ganas de negociar un transporte.

Lo único bueno del sudor es que si me meo encima, no se notará demasiado, y es que hay muchas formas de morir, y algunas no son nada glamurosas. 

Te tiras al suelo sin esperar palabra alguna de mi, enarco una ceja mientras tu comienzas a disparar. Rafagas controladas de maximo tres balas, un profesional.  El mas pequeño recibe los impactos y ves como parte de su caparazon salta, no es como si lo estuvieras abriendo en canal pero al menos parece que si le duelen tus disparos, algo de lo que sin duda te alegras.

Sigo tu mirada con la mia y mis ojos se abren de par en par. - Ohhh mierda. Un cazador. - Me siento casi a tu lado mientras alzo la voz todo lo que puede. - Freid al pequeño con todo lo que tengais. - Entonces unos murmullos incomprensibles para la mayoria pero no para ti te alcanzan, mientras estas tirado en el suelo. - Porque estamos bien jodidos...

Aun asi tu sigues a lo tuyo. Habias oido hablar de ellos, e incluso habias visto alguno pero no adultos y menos aun... lo que ella llama cazador. El grandullon se pone en medio, evitando que le des mas veces al pequeño, y pronto el resto de guardias se unen a tus rafagas. Varios de ellos con ametralladoras y uno con un rifle de francotirador mientras la mujer se deja caer dentro del vehiculo en busca de algo por como empieza a mover cosas.

Las balas vuelan en direccion al mas grande, mas a lo sumo le hacen cosquillas. Es como si fuerais mosquitos pegandole a un puto vehiculo de esos acorazados. La bestia aun con lo grande que es se pone en movimiento, una unica duna os separa de ella cuando vuetro conductor intenta poner espacio entre vosotros y la mole con aguijon. Su cuerpo hace que sea visible aun cuando esta en la parte baja de la duna... haces tus calculos si todo sigue asi teneis una minima posibilidad de que el conductor os saque de esta... hasta que le oyes gritar. Estas seguro de que es el. Varios disparos se dirigen hacia abajo, tu mirada hace lo mismo justo apra ver como el pequeño esta en el lateral... extrayendo el aguijon de dentro del vehiculo, dejando claro el funesto destino de vuestro piloto.

Su puta madre

Encima los cabrones estos tenían un poco de inteligencia, parecían trabajar en equipo, genial.

¿Qué coño hace?

Vale para todos, el bicho, el conductor, la rubia... tardo unos segundos en darme cuenta de la situación, de lo que pretende, una maniobra desesperada, para la que me preparo, pero nunca va a llegar.

!Juliette! El conductor ha muerto, hay que salir de aquí, deprisa.

Me dejo caer al interior del vehículo, el más pequeño de los bichos no debe estar lejos, y saltar desde arriba es más peligroso que hacerlo desde la parte baja.

No hay tiempo para pensar, sólo para actuar, y la opción más razonable es buscar una salida antes de estamparnos contra el puto mutascorpius gigante.

El vehiculo se tambalea como si estuviera borracho, eso hace que uno de los guardias salga por encima de la barandilla antes de que tu saltes dentro del mismo. No sabes como terminara la cosa pero sin duda no va a ser agradable. Tus pies golpean con fuerza el metal del piso de abajo, analizas el lugar a toda velocidad. A tu izquierda un boquete enorme por donde ha entrado el aguijon de la bestia, Juliette empujando el cadaver para usarlo de escudo por si vuelven a atacar mientras intenta controlar el vehiculo sin conseguirlo... el puto conductor parece un luchador de sumo.

Justo en el momento en que todo queda claro, el movimiento de Juliette hace que deis un volantazo y tu cabeza acabe golpeandose contra uno de los cristales. El dolor es agudo pero no insoportable. Tu cuerpo cae contra el sillon y algo mullido cuando una lluvia de cristales te rocia. Abres los ojos y al mirar hacia arriba ves el aguijon del mas pequeño de esos cabrones. Ha estado a nada. El aguijon se retira mientras tu te apartas a toda velocidad de la ventana con el arma lista. Juliette sigue intentando mover el vehiculo sin demasiada suerte, es imposible que mueva a ese mastodonte por si misma.

Las balas siguen lloviendo pero no ves al objetivo, hasta que por fin... su cuerpo aparece en tu punto de mira. No piensas, solo disparas. Las rafagas concentradas logran su objetivo, una de sus pinzas acaba en el suelo mientras seguis rociandole plomo al muy cabron... que pronto cae al suelo sobre sus patas para dejar de moverse. Una victoria... una pequeña cuando ves aparecer al grande. Esta justo sobre vosotros.

Su pinza se mueve  estas seguro de que va a partir la carroceria como si fuera una puta navaja de afeitar contra la barba de un puto adolescente pero de pronto el golpe se detiene, cuando una explosion le golpea con fuerza. No te lo puedes creer, tienen un puto lanzagranadas. Otra explosion hace que ruja de dolor mientras un pedazo de armadura cae al suelo ensangrentada... estas esperando el tercer impacto cuando contra toda logica se abalanza sobre vosotros. Su cara se estampa sobre la zona del conductor mientras sus pinzas sobrevuelan el vehiculo, haciendo que a los pocos segundos la sangre gotee por diferentes agujeros del techo. Varios de esos chorros acaban cayendo sobre ti, miras a un lado a otro... esperando que haya alguien mas vivo.

La rubia te mira y señala detras de ti. Te giras lentamente y ves una caja de estilo militar, con una escritura casi ilegible se presentan tres letras RPG.