Partida Rol por web

Un grito, de rabia, frustración, cuando soy zarandeado antes de poder ayudar a la rubia a mover al jodido conductor. ¿De dónde coño saca tanta comida el hijo puta? Vale, hay que respetar a los muertos, pero hostia, no es normal como está.

Casi siempre continuas vivo por pura suerte, la habilidad cuenta, pero al final, todo se reduce a la diosa Fortuna, y esta vez está de mi parte, así que voy apuntando cuatro a la siguiente cuenta.

!Hostia puta!

Sangre, joder, mucha, y entonces sigo el dedo, con la esperanza de quien ya se considera un fiambre, y no puedo evitar esbozar una sonrisilla cuando veo el lanzacohetes.

Joder si.

No pierdo ni un segundo más y abro la caja para sacar el arma, ese bicho es como un puto tanque, lo cual ahora es bueno, pues será difícil fallar el disparo, lo único que hay que tener cuidado en no explotar junto a él.

Detrás mía.

Tampoco estaría bien que la rubia explotara, que luego seguro que me llevaba las culpas.

El golpe al derrapar este puto trasto me ha hecho golpearme tambien, aunque la maldita bola de grasa que es Arek... bueno era, me ha salvado el culo en cierta medida. Me giro para mirar mas alla de la luna frontal y mis ojos se abren de par en par mientras veo la boca de ese hijoputa abrirse y cerrarse a una distancia para nada aconsejable. Busco mi arma a toda prisa, nerviosa pero al mismo tiempo confiada o eso espero aparentar... cuando tu voz me reclama. Desde el suelo de cara a ese cabronazo giro el cuello para verte con el lanzacohetes y una sonrisa afilada asoma a mi rostro.

Niego ante la idea de ir corriendo hacia ti mientras tu disparas, asi que simplemente me pongo en pie y salto fuera del vehiculo con todas mis ganas mientras tu aprietas el gatillo.

La distancia es lo que puede definirse como por debajo del minimo recomendable... sobretodo para vuestro objetivo. El misil sale disparado, recto y certero. Envolviendo la cabeza de esa cosa en una explosion que pronto deja todo decorado con un tono verdoso y de visceras de escorpion por todas partes. La onda expansiva te estampa contra la parte de atras del mini bus, mientras la parte de delante desaparece en la flagrante explosion. El calor se propaga por tu piel sin llegar a quemarte, pero exprimiendote los pulmones cuando reclama el oxigeno que hay en ellos. La hostia ya de por si te habia dejado semigrogui por lo que con la falta de aire caes al suelo. Consciente pero con falta de oxigeno, intentando recuperarlo lo mejor que puedes porque cuesta... cuesta mucho encontrar un poco de oxigeno, sin contar que todo tu mundo parece estar dando vueltas a tu alrededor.

Oyes ruidos, una voz femenina que te llama pero eres incapaz de contestar y cuando lo haces. Te das cuenta de lo debil de tu voz.

No es una mala manera de morir, reventando a un puto mutascorpius gigante, es lo único en lo que puedo pensar, en que voy a morir asfixiado...

Trozos de cabeza, verde, ¿sangre verde? ¿McNeil? No, no, no es él, su voz no suena así.

Tos, un infernal dolor en el hombro, mareos, coño, sigo vivo, toda una sorpresa, ja, Shane uno puto bicho cero, intento sonreírme, pero no puedo, intento hablar, pero no sale nada más que un murmullo de mierda, quizás no debería estar celebrando todavía la victoria, joder, tal vez la cosa termine en empate, todos muertos.

¿Qué hostias dice?

Agua...

Los pulmones me arden, casi puedo sentir los putos granos de arena paseándose de arriba a abajo por toda mi garganta, es sumamente desagradable. Ni siquiera intento levantarme, sabía que ahora mismo sería inútil, amén de que no me apetece una mierda.

Bueno, la rubia al menos sigue viva, más o menos consigo enfocarla en esta especie de rueda en la que se ha convertido el mundo a mi alrededor. 

Te encuentro, entre todas las cosas chamuscadas y los hierros retorcidos por la explosion, doy con tu cuerpo. MI primer pensamientoe s que has palmado. te llamo por tu nombre varias veces y cuando ya creo que realmente eres cadaver tu respondes. Apenas un murmullo pero suficiente para que entienda lo que quieres. Rebusco entre mis cosas hasta dar con una pequeña cantimplora de metal, parece algo chamuscada pero es hermetica. Tiro de ti hasta ponerte boca abajo y apoyar tu cabeza en lo primero que pillo para que no te ahoges.

El liquido no esta frio, pero es casi como ambrosia celestial cuando toca tus labios, notas como recorre tu quemada y aspera garganta, casi como un rio dando de beber a un desierto. Te coges a la botella mientras ella intenta que bebas cortos tragos no vaya a ser que te de algo. Al cabo de un par de tragos, aun con la cabeza y el mundo moviendose en direcciones contrarias escuchas lo que dice.

- Sabes capullo te has cargado mi caravana... pero bueno supongo que al menos estamos vivos. - Te da un leve golpe, entre amistoso y cabreada. Se le nota que no esta del todo cabreada. - Aun asi me debes un puto RPG mamon, asi que no te mueras. - Te dejo la botella antes de salir del estropicio de vehiculo.

Me oyes dar unas ordenes pero no las entiendes hasta que el malcarado asoma su fea geta por la puerta y te alcanza. Notas como te levanta y aunque no lo hace muy a buenas, se nota que tanto su  cara como su actitud han cambiado. Te recuesta contra el vehiculo, dando tu culo contra la arena pero quedando a la sombra gracias al vehiculo y al cuepro destrozado del mutascorpius.

Al mirar a tu alrededor te das cuenta de que hay cuatro vivos. La mujer, el malcarado, uno que esta sobre el puto escorpion y tu. Los dos primeros estan intentando coger y empaquetar todo lo que puedan cargar cuatro personas mientras el otro no tienes ni puta idea de que hacer, pero si ves su brazo entrar y salir de dentro del bicho.

Otro trago más, joder, esto es mejor que un polvo, supongo que el sexo está sobrevalorado, sobre todo por aquellos que nunca han estado muriéndose de sed o con los garganta llena de arena y han recibido un trago agua. Claro, dirán que para llegar a dicha situación, antes hay que pasar por una buena, joder, como si para tener sexo no hubiera que hacer más o menos lo mismo.

Tú me dijiste que lo usara.

Le sonreí lo mejor que pude, que me estuviera muriendo no era obstáculo para ello, vale, ahora exageraba un poco, ya tenía más o menos claro que iba a sobrevivir. Y encima atendido por el puto enfermero que, ajeno a mi dolor, me lleva de un sitio a otro, por lo menos me ha puesto a la sombre, un bonito detalle.

Intento moverme, pero enseguida me doy cuenta de que no voy a poder, el puto hombro...

Eh, Juliette, creo que se me ha salido el hombro, necesito un poco de ayuda.

Confiaba en que alguno tuviera los conocimientos mínimos de primeros auxilios, yo podía indicarles como ponerlo de nuevo en su lugar, pero no era lo mismo.

Menuda jodienda se había montado, esperaba estar lo suficiente bien para andar. Entrecerré los ojos para ver que coño estaban sacando del bicho, y entonces, caí de golpe.

Joder, las putas gafas.

Suspiré, odiaría tener que robarle unas a algunos de los muertos. 

Te devuelvo la sonrisa cuando me contestas, encogiendome ligeramente de hombros, como si fuera algo ya sabido... y una forma un tanto obtusa de darte las gracias. Sigo viva gracias a sese puto disparo, no soy tan tonta como para no caer en eso pero eso no quita que me hayas jodido el vehiculo. Agradecimiento o una patada en el culo. El jurado aun no ha emitido veredicto.

El malcarado te deja a la sombra, apenas ha caminado un par de pasos cuando comentas lo del hombro. El grandullon se detiene y se da la vuelta, acercandose a ti mientras la rubia sigue a lo suyo montando su mochila. Te mira desde su posicion y alarga el brazo, por su sonrisa puedes ver que sin duda va a disfrutar de ello. La coloca sobre tu hombro presionando mientras la otra mano coge de tu muñeca, preparandose para la tecnica ya habitual en todo aquel que ha pasado unos años aqui fuera. Empieza una cuenta atras desde tres, casi asientes, cuando de pronto antes de decir dos pega un fuerte tiron mientras presiona. El crujido es mas que audible cuando el hombro vuelve a su posicion. Una palmada en el homoplato es lo unico que recibes, junto con esa sonrisa que dan ganas de borrarle al cabron del malcarado.

Aun recuperandote del dolor al colocarte el hombro en el sitio miras en direccion al que aprece estar tajando al mutascorpius. La luz del sol te molesta, mas estas seguro de que esta sacando alguna glandula o tejido en especial porque esta siendo bastante preciso. Te tapas con la mano para ahcer de visera pero no te queda claro exactamente que pedazo esta cogiendo... cuando caes en que has perdido las gafas. Miras a tu alrededor, e incluso te levantas como puedes para echar un vistazo dentro cuando las ves... rotas, aplastadas por lo que solo podia ser tu propio peso viendo la posicion.

Un fuerte silbido te hace girarte. La rubia señala una mochila, indicandote que es la tuya. Todos los demas se apresuran a ponerse en marcha, cogiendo todo lo que pueden y siguiendo a esa monada. Miras a tu alrededor y por mas que lo intentas no tienes ni jodida idea de adonde van... solo hay arena en esa direccion. Una serie de dunas mas grandes de lo habitual y poco mas... a saber cuanto tocara caminar antes de llegar a donde sea que vayais.

Te mola lo de sobarme ¿eh?

Eso es lo que le digo al cabrón que me ayuda al verlo sonreír, después sólo grito y me retuerzo durante el tiempo justo, demostrando que los tipos duro también siente dolor, y es que después de disparar un lanzacohetes puedes permitirte ciertas licencias con tu pose y aptitud, ya que has ganado muchos puntos previamente.

Por supuesto que rebusco a por otras gafas, hasta elegir unas que nunca me hubiera comprado, pero que servirán, y que pertenecían a uno que ya no las va a necesitar. Reprimo una nausea al ver el estado del cuerpo del pobre desgraciado. Lo arrastro hasta la sombra, hay que joderse, menuda mierda. Por supuesto que no es el primer cadáver que veo, yo he dejado muchos a mi paso, pero es lo que comentaba con Sam antes de que empezara a ponerse cachonda, hay muchas formas de morir.

¿En serio?

Reniego cuando me señalan la mochila, aunque es una queja de cara a la galería, puesto que recojo el bulto al mismo tiempo, pero hay que dejar claro que me parece una injusticia que me hagan cargar con ella. Compruebo el estado del hombro, podía estar mucho mejor, pero si no lo muevo demasiado aguantará, bueno, depende del tiempo que tenga que andar. No hay más opciones.

¿Estamos cerca de algún sitio?

Pregunté intentando situarme, después de todo, habían sido muchos años orientándome en el yermo. Me pongo las gafas y sigo al mejor culo, el de la rubia, a mi mismo no puedo seguirme. 

Tus palabras solo consiguen que sin duda, ese cabron malcarado sea aun mas brusco de lo que debiera, para ponerte el hombro en el sitio. Lo sabes, pero poco puedes hacer mientras el tipo se aleja haciendo caso a Juliette y se prepara para levantar la que sin duda es la mochila mas grande de todas. El peso le hace tener que acuclillarse para pillarla sin problemas mientras tu rebuscas en los cadaveres dando con tus gafas. Te miras como puedes en un trozo de cristal aun intacto y te das cuenta de que te quedan de pena... pero al menos el sol no te freira la retina.

Desplazas el cadaver destrozado de uno de esos pobres diablos hasta la sombra ante la extrañada mirada de la rubia. Esta mira a los demas sin encontrarle sentido pero tampoco va a meterse en tus cosas... has cumplido si piensas que asi no servira de comida a lo que mierda venga a por el, pues tu mismo. Tus palabras ni siquiera obtienen repsuesta, pues todos aprecen mas o menos listos. El grandullon delante, Juliette y el otro tio enmedio y tu acabas en la retaguardia... principalmente porque la mochila epsa lo suyo y con el hombro como lo tienes no puedes correr como debieras. Sientes la presion sobre el hombro, pero eres un tipo duro, uno de esos malnacidos que ha nacido mordiendo mas que mamando... por eso sigues vivo.

Juliette se gira cuando preguntas y asiente. - Un par de horas con suerte y si el Yermo no intenta comersenos de nuevo. - Habla como si estuviera vivo, cosa que sabes que muchos hacen. El desierto, el yermo, ese trozo de tierra arido y lleno de arena es muchas cosas... pero un cabron gloton es la que mejor le describe. Siempre quiere mas.

El tiempo pasa, lento, agobiante con el sol sobre vosotros dando con ganas. Sino fuera por la ropa estas seguro de que ahora mismo estarias tostado como una jodida salchica de ratatopo, eso... o algo peor. El sudor, junto con la arena y el peso de la mochila es una puta mierda... pero cuando ya piensas que el hombro se te va a salir de nuevo o simplemente el brazo se caera por si mismo, la rubia da el alto y señala una estructura casi completamente cubierta por arena. Es una especie de barco pero esta en la posicion incorrecta con el casco hacia arriba. No es el primero que ves, pero sin duda este es grande, ademas de ser un buen refugio todo ese acero mantendra fuera la arena... o la mayoria al menos.

Juliette se gira y ves que sonrie. - Un poco mas matador y estaremos en casa. Mi marido se encargara de ese trago... o incluso de una jodida botella. Yo invito. - Ese ultimo comentario saca a relucir algunas sonrisas y comentarios sobre que ya era hora. La rubia le da un golpe al que habia estado diseccionando al mutascorpius y seguis en marcha hasta llegar a la puerta donde dos guardias os esperan. Uno de ellos discute en un idioma que no entiendes mientras te mira... esta claro que no gustan los foraneos.

El instinto de supervivencia es un buen aliado, bastante cabrón, porque el hijo de puta no te deja descansar cuando más lo deseas, porque no te deja que simplemente te tumbes y dejes pasar el tiempo hasta que el dolor desaparece y tú te largas a otra vida, una que por huevos tiene que ser mejor. Aunque posiblemente no tan interesante.

No sé el tiempo que pasa, deja de importarme, ni siquiera me impresiona demasiado el barco, debería, y en circunstancias normales lo haría, pero estoy reventado, no como el bicho, pero casi.

Al fin me detengo y dejo caer la mochila en la arena, manteniéndome de pie, porque si me siento, a saber cuándo podré levantarme. Puedo imaginarme la conversación... no me gustan los capullos desconocidos, la rubia diciendo que yo era poco menos que un héroe que le había salvado su bonito culo y bla, bla, bla...

No sé si este es el lugar al que me ha enviado Sam, si es así deberían reconocerme, tal vez me haya dado alguna clave o contraseña, pero tengo la cabeza tan recalentada que no me acuerdo. Un trago frio y una buena cama para descansar, puede que sea mucho pedir, pero joder, por pedir que no quede.  

La discusion se vuelve mas acalorada a cada momento que pasa, puedes ver como los humos no estan muy relajados justamente, mas todo termina cuando Juliette hace un gesto con la mano como que se ha acabado. El guardia se calla, pero puedes verle que no le hace gracia por muy heroe que puedas pensar que eres. Se da la vuelta y da varias ordenes para que abran la puerta, Juliette parece mas contenta hasta que el guardia se gira y habla alto para que tu tambien te enteres. - Si la jode, ni Roland podra salvarte de esta. Tu misma. - El rostro de Juliette parece vovlerse rojo por momentos y estas seguro de que no echa humo de milagro, pero se calla lo que sea que esta pensando mientras os indica que paseis dentro. Su mirada se queda en ti durante unos instantes, no hace falta ser un genio para ver la advertencia en sus ojos. Te debe la vida, lo sabe muy bien pero esta gente son su familia y eso vale mas que nada en este podrido mundo. Si la jodes no tendran tiempo de pensar que hacer con ella, simplemente te metera un tiro entre ceja y ceja.

Las puertas se abren dandote paso al interior del impresionante refugio. Nada mas entrar ademas de lo ya de si extraño del lugar percibes bajo tus botas algo mas que arena. Al mover las botas de un lado a otro te das cuenta de que parte del suelo es hormigon, no solo arena. Interesante sin duda. Juliette y los demas llegan hasta una especie de almacen, alli un par de grandullones os cogen las mochilas y las meten para dentro. Juliette te mira y suspira, no justamente por lo bajo. - Vamos, mi marido te dara esa bebida. Creo que ambos la necesitamos.

Os abris camino entre el gentio y la estructura de la bestia. Pasais por un par de habitaciones que emiten un ruido como de motores, pero mucho mas grandes, antes de llegar a un cuarto con guardia. Juliette se para y habla con la mujer alli establecida. La mujer asiente y da un par de golpes, una voz de hombre os da paso y asi entras en lo que debia ser el camarote del jefe de este lugar hace mucho tiempo, aun tiene un poco de la regia estancia que fue pero casi todo ha sido reconvertido al estilo actual de hecho mierda o para tirar al desguace. Una mesa enorme con varios papeles sobre la mesa y un hombre mirando un mapa que cubre lo que tu conoces del Yermo, Parody y algo mas al norte, sitios que hace mucho no veias en un mapa, y tambien del sur... cuyos nombres son completamente desconocidos para ti.

El hombre se gira, tiene una buena barba mientras el resto de su cabeza esta completamente afeitada. - Asi que tu eres el "heroe". - Su mirada es dura pero no parece estar hablando sarcasticamente, aunque por sus pintas tienes claro que si manda en este lugar es porque debe ser realmente duro. Cosa que ademas aparenta muy bien. - Gracias por salvar a mi mujer. - Se acerca a Juliette y la abraza mientras le da un breve beso, ves como esta parece deshacerse ligeramente al estar en sus brazos, como si toda su coraza se reblandeciera durante un instante. Sus frentes se tocan y entonces se separan, casi como si fuera doloroso para ambos pero con una sonrisa. Su brazo se levanta para estrecharte la mano y de paso luego señalar las tres copas que hay sobre una mesa cercana. - Estoy seguro de que Juliette ya te habra invitado a ella.

Os sentais y el coge la bebida sin demorarse demasiado aunque no se la bebe, solo la mantiene en el vaso mientras te mira. - Sam ha dado aviso de tu llegada. - Sonrie cuandos e da cuenta de que tus ojos se han abierto mas de lo que deberian. - La verdad ando falto de hombres y un par de manos de mas me vendran bien, eso si esperas quedarte por aqui un tiempo claro esta.

Mirar y callar, eso es lo que toca ahora.

Hay suficientes formas de morir en el yermo como para buscarte maneras adicionales. No soy tonto, o por lo menos eso es lo que me ha dicho la loca de Sam hoy, claro que tomar en cuenta su opinión... bueno, no me iré por las ramas. Sé cuando alguien se la está jugando por mí, no tenía porque hacerlo, pero lo ha hecho, y apreciar esos pequeños detalles ayudan a mantenerte vivo durante más tiempo, por eso asiento con la cabeza a Juliette cuando me lanza la miradita de turno.

Vale, me duele el hombro y estoy muy cansado, pero la visión del sitio me devuelve un poco la ilusión por descubrir algo nuevo. Siempre he tenido ese punto de curiosidad, ese que Clash dice que algún día me matara, aunque también lo dice de mi boca, así que no le presto demasiada atención, porque, total, en su cabeza ya estoy más que condenado a morir por no hacer caso a sus recomendaciones. El sitio es la hostia, un buen lugar para vivir, hace calor, pero no hay arena, y hay la suficiente gente como para no aburrirse, eso siempre es bueno.

Gracias a vosotros por llevar un lanzamisiles en la caravana.

Devuelvo al apretón de manos y acepto la copa mientras lo estudio. No sólo hay que ser duro para estar al mando de un sitio como este, hay que ser inteligente y decidido, lo que automáticamente te convierte en un cabrón peligroso, pero eso no tiene porque ser intrínsecamente malo. Además, parece que se quieren de verdad. En otra época hubiera tenido un poco de envidia, pero entonces era más joven y más gilipollas.

Bonito mapa.

Ciertamente lo es, y no puedo evitar echarle un vistazo mientras me acomodo en la silla y doy un trago a la bebida, que me sabe realmente bien. Joder, no creo que vuelva a levantarme.

Para eso he venido, para quedarme durante un tiempo intento ocultar mi sorpresa, pero estoy demasiado cansado puedo echar una mano, no hay problema con eso por lo menos sabe que no trata con un pringado de tres al cuarto, y es que al final, no hay mal del que no se pueda sacar provecho.