Partida Rol por web

Los ojos de la cazadora se quedaron fijos en los de aquel hombre.

- Tu lo llamas justa retribución, yo lo llamo venganza... Venganza por lo que le hicieron a la familia que ya no está y por lo que le hicieron a la que sí está... Ambas - Así de contundente fueron sus palabras - Si puedo matar a quienes han dañado a mi familia, a quienes nos han dado caza, lo haré sin dudarlo... 

Sus siguientes palabras provocaron que su mirada se llenara de un odio y rabia irracionales, primero lo miraron a él asintiendo y luego miró en dirección a Erik y la chica que siempre estaba legada a él. 

- No permitiré que aquellos que han cazado a los míos, que han experimentado con los míos y nos han tratado así salgan con vida... Esa gente de ahí nos persiguió a mi y a mi familia para darnos caza, para llevarse a mi bebé y experimentar con él y conmigo... Te he dejado pasar que mi buen amigo Flinn muriera por tu estupidez y por querer llevar siempre la razón pero ahora no pienso permitir que quienes dan caza a madres y bebés inocentes salgan de aquí como si nada... - Sus frías palabras iban dirigidas directamente a Erik, con una determinación realmente aterradora.

Giró su cuerpo, acercándose a aquel hombre e indicándole que estaba con él y mirando también a Ania pues si era cierto lo que le había contado, esperaba que la familia volviera a estar junta para ajustar cuentas con quienes les habían dado caza...

- Si quieres sacarlos de aquí, lo harás pero créeme cuando te digo que los cazaré como las ratas que son y cuando lo hagan, habrán preferido morir entre estas paredes... Y, cuando Él lo sepa... - Sonrío con cierta maldad - Aún les gustará menos saber quiénes les dan caza... Me parece un trato justo... Dos nuevas presas a cambio de toda una banda de ratas con las que desquitarme... 

Sentía una tenaza en su yugular. Intentaba respirar pero le costaba. Apretó los labios furiosa ante lo que contaba Azra. Sus ojos se entrecuzaron cuando la amazona la miró y algo estalló en su interior, pero en lugar de prender fuego, la volvió más liviana. Asintió mientras daba un paso hacia ella - Si. La familia tiene que estar junta - miró a Erik, no pidiendo perdón, pero si que lo comprendiera. - Admiro tu forma de ver la vida pero... lo que han hecho ellos no tiene perdón - su mandibula se tensó al ver la prueba viviente de lo que eran capaces. No había leido esos papeles a los que aquel hombre hacía referencia pero le bastaba con lo que había visto y oido por si misma.

Dió un par de suaves pasos hacia su hermana - Pero niños no. Al menos yo no voy a arrebatar sus vidas. Y hay que volver por Helena - No había olvidado a la pequeña y esperaba que se encontrara bien y a salvo.

Un nuevo chasquido, un segundo de silencio y un par de chasquidos mas. El comunicador parecia volver a estar operativo. Una voz baja, cargada de miedo y aprehension, con una necesidad palpable.

¿Hola? ¿Habeis matado ya a esa criatura? ¿Esta muerta...? - Una especie de temblor que nacia del fondo de su garganta. - Por favor, teneis que matarla... sino nos matara... como ha hecho con nuestros amigos... por favor... os necesitamos... - Era la voz de Marlen sin duda, parecia aterrorizada.

Una respiracion entrecortada, esperando respuesta.

De momento el tiempo no apremiaba, y que el desconocido se prestara a dar explicaciones era un gran adelanto, había muchos que no eran capaces ni de hablar, este al menos exponía sus motivaciones.

¿Acaso crees que no soy consciente de los peligros? Resopló todos los que bajamos lo somos, todos tomamos esta opción porque así lo quisimos cada uno tenía su interés, ni más ni menos, en el momento de elegir la naturaleza del mismo era indiferente.

Os entiendo perfectamente, mucho mejor de lo que podáis imaginar conocía ese dolor, no hacia falta que nadie se lo explicara he estado en vuestra situación, he recorrido el camino de la “justa retribución” aunque venganza como lo había llamado Azra es un término más apropiado no hacía falta y recuperar a la familia algo que no todo el mundo podía es importante, por supuesto, lo que pasa es que ellos señaló los cadáveres también tienen familia, también tienen amigos era lo más complicado de comprender y esa familia, esos amigos, irán a por la tuya, a por los tuyos lo sabía perfectamente, su amigo, la persona que lo salvó, murió precisamente por eso buscando esa “justa retribución” y luego tú, si sobrevives, irás a por los otros, y así… ¿hasta cuando? ¿hasta que nos extingamos víctimas de nuestros deseos de venganza? El yermo era un lugar duro e implacable, pero no se podía mirar a corto plazo no sé si esta gente ha cometido actos atroces, probablemente si, pero tú también lo has hecho, aunque a tus ojos esté todo justificado era obvio y tampoco es que lo negara…

La intervención de la voz interrumpió al médico, y movió la mano para pulsar el comunicador no, no hemos matado a nadie dijo a la chica del otro lado de la puerta no hemos venido a matar a nadie, todo lo contrario, lo que queremos es que nadie más muera no sabía si lo conseguiría, pero iba a intentarlo, con todas sus fuerzas.

Matar es el camino fácil, uno al que nos acostumbramos con demasiada facilidad, pero ese camino no conduce nada más que a más muerte negó con la cabeza sé que es demasiado tarde para muchos, pero lo único que quiero es que la mención de Helena hizo que se le quebrara la voz, todo lo hacía por ellas lo que nos sigan no tengan que pasar por todo lo que hemos pasado nosotros, esa niña aprenderá de lo que vea a su alrededor, y no sólo eso, sino que a lo mejor termina pagando nuestros actos que vieran eso era lo más importante, era la clave para detener el espiral de muerte en el que se había convertido el mundo creo firmemente que hay más gente que desea vivir en paz con los suyos que gente que sólo busca la violencia y el caos que también existían, no iba a negarlo la prueba es que sigo vivo y llevo viajando durante años por el yermo no temía morir, pero tampoco lo deseaba.

Seguro que no toda la gente de aquí abajo tiene que ver con los experimentos horribles dijo en esos laboratorios también he visto cosas que pueden ayudar a los demás la imagen de aquel árbol apareció en su mente o a lo mejor esa gente no creía estar haciendo nada malo, porque le enseñaron que esos experimentos no lo eran… volvían a lo mismo, lo más jóvenes aprendían de lo que tenían alrededor.

¿Has probado de verdad a hablar con ellos? Preguntó al desconocido… estaba seguro de que la mayoría de los de aquí abajo hubieran preferido otra cosa a tener que llegar a un enfrentamiento, sobre todo si aquel hombre había dicho la verdad sobre sus intenciones, que sólo quería recuperar a los suyos.

La más joven del grupo se adelantó un paso antes de taladrar con sus pupilas a la amazona, recién posicionada junto a aquella malicia hecha hombre. - Estúpida ingenua... - No fue fácil, pero supo mantener a raya la creciente furia que le recorría las venas con la misma celeridad con la que se consumía una mecha prendida. Dejarse llevar sólo complicaría aún más las cosas.

Contrólate... Contrólate... Tranquila... Mecagoenlaostia, ACABA DE DARNOS LA ESPALDA LA MUY HIJA DE PUTA.

Se había hecho a la idea de que las cosas podían torcerse entre ellos desde mucho antes de bajar allí; pero no vió venir que la mujer se volviera contra... Joder, ¿quién era el líder allí?. A pesar de haber sabido identificar al "detonador", cosa que tampoco había resultado ser muy complicado de hacer, lo cierto es que no le estaba sirviendo de mucho ahora... Y eso le hizo rememorar una conversación no muy lejana en el tiempo.

Sabía que era impredecible... Mierda... Soy imbécil...

La voz de Ania atrajo su atención. A su entender, se mantenía neutral. Pero la muchacha no las tenía todas consigo, ya que su compañera tenía a todas luces las ideas más claras y acababa de dejar expuesto el punto débil del grupo con sus acciones: una falsa unidad. Aunque fuera temporal. Tuvo que controlar sus impulsos para no agradecérselo con una bala.

Genial... Me parece GENIAL que os hayáis molestado en cuestionaros hasta qué punto este hombre dice la verdad... Oh, espera: no lo habéis hecho.

Erik volvía a tomar la palabra, fiel a sus ideales, alterándola aún más... Porque entendía por qué lo hacía. Y su corazón latió desbocado mientras continuaba forzando a la máquina de pensar a encontrar una salida con la que no conseguía dar. Y que interviniera Marlen no le ponía las cosas más fáciles. - No va a ceder. No va a hacerlo nunca... - Maldijo en silencio el haberlo dejado avanzar por aquella ratonera. Su intinto no era infalible, pero pocas veces le había fallado... - Sabía que no debíamos seguir... Lo sabía. - Habían metido sus narices sin pretenderlo en un ajuste de cuentas protagonizado por dos grupos violentos, como bien había explicado el asesino sin escrúpulos y relatado más tarde su nueva aliada. Y el quid de la cuestión era precisamente ese: ambos bandos eran igual de agresivos, lo que se traducía en que, muy probablemente, ninguno tendría más razón que el otro. Eran asesinos contra asesinos. Quizás no todos... Pero cobrarían por igual.

Miró a un lado y a otro, relamiéndose los labios con nerviosismo en busca de algo intangible. Cada vez jugaba con menos piezas en el tablero... Una idea asaltó su mente, pero fue descartada al instante por falta de recursos. Luego vino otra cuando miró al comerciante, aún más temeraria, demasiado arriesgada para ponerla en práctica... Y luego otra. Y otra... Pero ninguna la convencía lo suficiente.

En mitad de aquella tormenta de ideas frustradas afiló la mirada en dirección al forastero, estudiándolo. Era consciente de que las palabras de Erik no iban a convencer a un hombre desprendido de su propia humanidad... Si es que alguna vez la tuvo. El camino de la "justa retribución" no acababa hasta que uno mismo se lo proponía, y aquel individuo distaba mucho de estar dispuesto a hacerlo a tan pocos metros de su presa. Aunque no fueran más que unos chavales...

- ¿Dónde están esos supuestos "supervivientes"? - Preguntó perspicaz. No le dió la impresión de que se estuviera marcando un farol, pero tampoco terminaba de fiarse de su última invitación... Un gesto de su mano y la bestia se abalanzaría contra ellos.

No has entrado aquí tú sólo, hijo de puta... Pero tampoco vistes como ellos. Tú pareces ir por libre.

Necesitaba ganar tiempo. Y mantenerlo distraído, a ser posible.

Volvió su cuerpo hacia su compañero - Erik, ya - Imprimió toda la firmeza que pudo en sus palabras - Él ya ha dicho que puedes sacarlos y llevartelos. Hazlo. Pero ten cuidado con ellos, no quisiera que te clavaran un cuchillo en la espalda - en sus últimas palabras había cierta preocupación. Lo apreciaba de verdad y no quería que le pasara nada

Miró a Keira y alzó las cejas en un gesto que pretendia meterle prisa a ella también. Quizás si ella se movia, su amigo lo haría también.

Un ligero fruncir de mi ceño mientras miraba a la mas belica de los presentes. - Es justo pero dime... como sabras quien es quien? Como sabras quienes forman parte de lo que ocurria ahi dentro... - Señale con la cabeza en direccion a la penumbra. - O aqui fuera? A golpes, todos te dieran justo aquello que deseas oir... ni mas ni menos...

Mire en direccion a la puerta, mas alla de Erik. - Esos dos estaban metidos, como lo estaban sus padres. Son serpientes, realmente me da igual si me creeis o no, no es mi problema... y falta ver si era el vuestro o no.

Una larga mirada en direccion a Ania, escrutandola cuando hablo y frunciendo levemente el ceño ante su incapacidad de matar a niños, no quedaba claro si lo veia como algo bueno o algo malo. - Tranquila, no sereis vosotros quienes tengais que matar a nadie, tal y como decidais... unos viviran y otros moriran. - El tono calmado, frio y absurdamente tranquilo daba fe de una realidad simple. Vuestra decision. No habria oportunidad de salvarlos a todos.

Mi mirada entonces volvio a Erik, cuando este comenzo a hablar. Apoyado contra esa pared de cristal no hice ningun movimiento mientras hablaba, algun leve gesto de disconformidad, mientras habia algun otro de parecer estar de acuerdo con el pensamiento, pero no habia muchos de esos ultimos. El interrumpir de Marlen le provoco una sonrisa entretenida, antes de devolver la atencion a Erik y sus palabras.

No te preocupes por mis actos, no soy tan iluso para pensar que lo que hago estaria dentro de lo que tu podrias definir como "bondad". Ni mucho menos, hago lo que tengo que hacer, baño mis manos en sangre por los mios y puede que no este "bien" pero prefiero ser "malvado", un asesino o algo peor, que permitir que esos bastardos sigan haciendo daño a los mios. Si debo esperar a que un paladin como tu venga, o a que ellos por si mismos cambien de moral y etica... entonces los mios se extinguirian... y ninguna de tus palabras podria hacer nada para evitarlo. Ser un idealista esta bien, pero con palabras no se cambia el mundo... al menos no, este mundo.

Me movi hasta que toda mi espalda tocaba el cristal.

Quieres un futuro mejor... acogiendo a asesinos y psicopatas, diciendoles que bajo tu buen corazon se les perdonan sus actos, pero que tienen que cambiar y ser "buenos" de ahora en adelante. - Una leve risa hiriente y ofensiva. - Eres consciente de lo absurdo que suena eso, verdad?

Ante una frase en concreto se alzo una ceja. - Y yo soy la prueba de que solo resistiendo y aguantando se sobrevive a tus enemigos y consigues el tiempo necesario para superarlos... - Mire en direccion a Azra. - Algo que parece que ella comparte en cierta medida...

Mire en direccion al manzano y mi ceño se fruncio. - Ciertamente, no todos los del refugio eran conocedores de lo que ocurria aqui abajo, eso no les convierte en inocentes, pero al menos, no les convierte en mis enemigos declarados... por eso no tengo problema en dejarlos vivir...

Un ligero gesto de hastio ante las ultimas palabras sobre conducta. - Te refieres a si he visto a esa pequeña zorra administrar la muerte a varios de mis familiares. Si, lo he hecho, estaba aqui abajo cuando lo hizo, pero la muy cabrona fue lo bastante lista como para esconderse bajo esa puerta de acero reforzado antes de que la pillara...  en cuanto a sus respuestas. Bueno, para ella solo son sujetos de experimentacion... cobayas con las que divertirse y probar cosas... como dejo claro a traves de ese trasto con el que ahora nos habla...

Me levante, apartandome del cristal. La espalda crujio, un leve movimiento de hombros que provoco que de repente la posicion relajada de la bestia desapareciera y esa atencion clara antes de un combate reapareciera. Se notaba que iba a decir algo cuando Kora hablo.

Un leve fastidio en mi rostro antes de mirar en direccion a la joven, mientras una sonrisa divertida asomaba. - En este mismo refugio jovencita... pero no esperaras que te diga donde exactamente verdad? Eso bueno, seria tirar piedras a mi propio tejado. Si eres capaz de entender a que me refiero.

Ania volvio a hablar, mi mirada se dirjio a ella, con una ceja levemente enarcada ante sus palabras. Cada uno entendia lo que queria.

Asi pues los supervivientes moriran por esos dos... esta bien... - Si, era una sentencia. Daba igual que fueran "inocentes", vosotros decidiais quien vivia y quien moria.

De repente se escucho un sonido peculiar. Aire comprimido expulsado con fuerza.

La bestia se llevo una de sus garras al cuelllo en repetidas ocasiones, mientras los gruñidos ascendian. Su cuello se movia repetidamente de un lado a otro, hasta que algo cayo al suelo rompiendose. Una pequeña capsula que estaba vacia. Dejo de gruñir para girar y encarar el labortario*. Movimientos de cabeza. Una rodilla tocando el suelo, luego la otra, como intentaba ponerse en pie pero acababa cayendo al suelo. Un leve aullido lastimero, mientras giraba el rostro hacia el desconocido con los ojos medio cerrados y al final, la cabeza golpeaba contra el suelo. La boca abierta, la lengua fuera y una respiracion densa que era audible por todos.

Una figura con cresta asomo entonces de entre los cristales rotos, justo al lado de la criatura. Zack. Estaba acuclillado. Coloco dos dedos sobre el cuello de la criatura y dejo escapar un suspiro antes de levantarse. En una mano llevaba una pistola reconocible, la otra mano no se veia. Su rostro giro hacia los vuestros y acabo por mirar al desconocido.

Solo duerme. Nada mas. - Solo cuando el hombre que ahora estaba en una posicion de mas alerta asintio, aunque su mano estaba sobre su arma, mire en direccion a Azra. - No me ataques aun, no tengo nada en contra de los tuyos guerrera.

Mire en direccion a Erik mientras me levantaba. Mis ojos fueron por un segundo hacia Kora, antes de volver a Erik. - No soy de ir matando porque si Erik, pero la decision esta clara. No pienso dejar que masacren a todo un refugio por dos psicopatas que se pusieron del lado equivocado y decidieron jugar a ser Dioses... y ademas no pareces tener ninguna otra eleccion.

Mire en direccion a la penumbra por un instante. - Apartate. Dos vidas por un centenar o asi, la decision esta clara y tu idealismo solo servira para que mas mueran.

Notas un olor nuevo, dificil de captar del todo, pero hay algo mas y parece provenir de la penumbra.

Eres muy consciente de que Zack se mueve, evitando que se le vea la otra mano. Los movimientos, las formas, eres una manipuladora, eres consciente de cuando alguien busca que no se fijen en algo. Intenta distraer la atencion de su otra mano.

Esa mirada a la penumbra por parte de Zack, un cambio muy sutil de olores que no entiendes del todo.

La guerrera negó con la cabeza ante las palabras de Erik, había conocido gente idealista pero lo de aquel hombre no tenía nombre... Estaba comparando unas pocas muertes con el exterminio de toda una especie, equiparándolo a saber qué sin tener ni la más remota idea de lo que realmente significaba perderlo todo y que tu especie fuera perseguida hasta la extinción o peor, para experimentar con ella como habían hecho allí... Realmente ese hombre había perdido todo el poco respeto o credibilidad que la rubia podría haberle dedicado.

Ya habían ido a por los nuestros, ya nos habían perseguido y cazado como a animales y eso era lo que aquel idiota no comprendía o no quería entender cegado por su estúpida moralidad. Pero ya no merecía respuesta alguna, todo se había dicho y él seguiría encabezonado en obligar al resto a pensar como él, creyéndose sabedor de todo y auténtico dueño de la única verdad. Algún día el yermo le demostraría la verdad y entonces... Entonces vería cómo sobreviviría con aquellas patéticas ideas. 

Los ojos de la guerrera no perdía de vista a la muchacha, del mismo modo que seguían buscando a Zack, aquel que había ido por su cuenta... 

Se posicionó junto a Ania pues realmente parecía ser en la única que podría apoyarse y la única de la que podría fiarse, si realmente era su familia debían seguir unidas pues aquella era una venganza de ambas... 

Entonces apareció, aquella sucia serpiente traidora lo hizo... Pillándoles por sorpresa atacó al grandullón, ganándose un gruñido gutural, más animal que humano por parte de la amazona.

- Lo sabía... Sabía que debía haberte matado cuando tuve oportunidad... Estás con ellos... Eres uno de ellos...  - Sus ojos también fueron en dirección hacia la penumbra mientras ahora sí sujetaba su arma en una clara postura de ataque - Algo más viene... Espero que sea de los tuyos... - Le dijo al desconocido que al parecer era también familia... 

Ver a su compañero entrar en escena templó sus nervios notablemente... Pero no por mucho tiempo.

El desplome de la criatura la mantuvo alerta hasta que cayó dormida. Y no iba a negarlo: verle la cara de sorpresa a aquel asesino le produjo cierto placer... Mucho. Pero eso tampoco duró demasiado. Porque escuchar las palabras de Zack le produjo un nudo en el estómago. Y mientras lo hacía, no dejaba de controlar la posición de ambos cazadores.

Aquella negociación no se sostenía por ningún sitio: nadie parecía haberse dado cuenta de las lagunas o los puntos por aclarar. O puede que a nadie le interesara de veras arrojar luz sobre ellos... Pero Keira ya no estaba para mierdas: la cháchara no iba a llevarla a ningún sitio, y de hacerlo le drenaría las pocas energías que aún le quedaban. Ya ni siquiera tenía el ánimo para cuestionar la reacción de la más agresiva de los presentes... - ¿"Ellos"? Si está de tu parte, ¿qué coño...? - Agitó la cabeza; iba a dejarlo pasar. Pero no sólo eso.

A tomar por culo... Haced lo que os dé la puta gana.

Sus ojos enfocaron a Zack, desviándose en busca de su mano izquierda, la cual no alcanzaba a ver. Pero no le hacía falta, porque sabía lo que tenía en su poder... Motivo por el que volvió a cruzar la mirada con él cuando alzó nuevamente la vista: esta vez sin pestañear durante unos segundos, asintiendo suavemente cuando cesó el contacto visual...

Tragó saliva, lamiéndose las muelas y tomando aire por la nariz profundamente... - Uno... Dos... Tres... - ...soltándolo de nuevo. Repitió el proceso mientras hacia buen acopio de voluntad... Joder: estaba agotada. Y aún así se enderezó antes de retroceder un par de pasos, enfundando el arma izquierda lentamente en la pistolera del muslo.

- Erik... - Se volvió hacia él en actitud afectiva, posando su mano libre en el hombro del médico con suavidad. Los de ella se habían relajado sutilmente, quizás porque la quimera estaba fuera de juego... Nada más lejos de la realidad. - Lo siento pero... - Lo miró con tristeza cuando se encogió de hombros, negando con la cabeza. - ...te necesito con vida.

El aire escapó de entre sus labios de forma abrupta y cortante mientras su cintura giraba en dirección al hombre que caia tras el disparo de Zack. Un pie se adelantó para valorar su estado, pero la explicación de que estaba dormido logró que mantuviera la posición. Llegó ese aroma a ella e intentó definirlo y deshilacharlo en los recovecos de su mente pero no lograba encontrar la punta para tirar del hilo. Su hermana también lo había percibido.

Sus rodillas se flexionaron ligeramente y su arma se afianzaba entre sus dedos. Estaba atenta a la penumbra, pero también al hombre que había emergido de su escondite con anterioridad. Ya ni recordaba si les había dicho su nombre o no, aunque poco importaba en aquellos momentos.

Las palabras de Keira llegaban a esta ella pero no estaba segura de que Erik diera su brazo a torcer. Era obstinado, como una tuerca herrumbrosa que intentas desenroscar del motor de tu coche, y por más que la engrases, no cede un puto ápice.

- Una mujer nunca necesita a un hombre - bufó ante la insistencia de la chica por protegerlo cuando había quedado claro que acababan de conocerse. ¿Que carajos le pasaba?  

El egoísmo y la estrechez de miras eran el principal problema del mundo en el que le había tocado vivir, eran incapaces de abrirse a otras opciones, sin saber que con sus actos condenaban a todo el mundo.

Es evidente que no quieres entenderme… negó con la cabeza, estaba acostumbrado a que no lo hicieran la incapacidad de ver más allá de dos días en el futuro es lo que va a terminar con toda la humanidad, ya nos cargamos el planeta, y aún así, seguimos encerrados en nuestro propio egoísmo suspiró, ¿qué podía esperar? A él le había costado años comprenderlo, y tal vez nunca lo hubiera hecho sin sufrir la pérdida de todo lo que le importaba los matáis, bien, otros os buscaran para vengarse, ni siquiera tienen porque ser amigos suyos, simplemente os intentaran dar caza “por si acaso”, ya sabéis, vaya que os de por realizar otra masacre, si os matan antes, seguro que no la hacéis… él no podía detenerlos, pero seguro que otros si y tú me dirás, no, yo solo hago daño a los que me lo hacen a mi o a los mío se mordió el labio pero eso nunca lo sabrán los que os ataquen, porque no hablarán con vosotros, no intentaran entenderos, se limitarán a mataros quien sabe, incluso los de Parody pueden que los consideren una amenaza… Quien haga daño a los demás, merece ser castigado, eso es obvio, pero no de esta manera, no ejecutando a todo a que él que creas culpable ¿no se daba cuenta de que con sus palabras y sus actos se condenaba a él mismo y a los suyos?

La intervención de Zack le cogió por sorpresa, en cierta manera, equilibraba las fuerzas, pero él no quería confrontación… Azra había cambiado de bando sin demasiados problemas, Ania parecía mantener una forzada neutralidad, pero si había lucha, seguramente lo haría junto a Azra, y para él, las vidas de los dos chicos no valían ni más ni menos que las de los presentes, eso era lo que no entendían, que toda vida era valiosa. Fue la reacción de Keira la que lo confundió mi vida no vale más que la de ninguno dijo a la chica agarrando su mano, apretándola ligeramente, calmado, permitiéndose una pequeña sonrisa.

Si les dejamos matarlos, ¿quién nos asegura que luego no continuará con el resto? No entendía porque parecían creerlo sin reservas ¿o que volverá más adelante para hacerlo? Era un asesino, no tenía porque cumplir lo que decía.

Fue la guerrera la que los alertó de que alguien o algo más se acercaba.

Mire a Azra ante su reaccion, elevando ligeramente las cejas sorprendido por sus palabras, para acabar negando levemente con la cabeza, mientras una sonrisa sutil cargada de cansancio mas que otra cosa asomaba a mis labios. - Es casi entretenido que creas que tendrias la mas minima oportunidad... - El tono parecia mas de agotamiento que otra cosa.

Ante sus ultimas palabras mis ojos si se fijaron en la amazona con un punto claro de dureza y enfado. - Yo no estoy con la Inquisicion. No todo es blanco y negro, salvaje, a estas alturas uno esperaria que al menos hubieras entendido eso... aunque con esos cabrones si lo sea.

Erik comenzo a hablar y al termino conteste yo aparte de su diatriba. - Yo mas bien diria Erik, que eres tu quien no quiere entender al mundo y por el motivo que sea, estas emperrado en llevar a cabo tu cruzada particular por lo que crees correcto o el camino de conseguir un mundo mejor... lo cual no esta mal, pero evitando entender el mundo en el que vives y centrandote solo en el que deseas, solo haras que los maten a todos y lo siento, no voy a permitirlo. - De nuevo ese sonido. Ese aire comprimido dejandose escapar.

Con vuestra atencion puesta en la penumbra, no fuisteis capaces de verlo venir. Antes de que ninguno pudiera hacer nada, la mano de la espalda de Zack asomo, una pistola menuda, compacta y diferente de la que estaba en su otra mano aparecio. Ese sonido de aire comprimido... y un dardo volo directo al cuello de Erik. El impacto fue casi instantaneo, la velocidad de ejecucion tal que apenas pudisteis realmente reaccionar.

Zack hablo casi al instante tras ver como el dardo daba en su objetivo. - Cogelo Keira, el sedante es potente, caera en seco.

La otra pistola se movio, encañonando a la durmiente bestia, directamente al craneo. Mi cuerpo se movio, dejando un leve espacio con Azra y el Desconocido. Fue a este ultimo al que hable. - Erik tenia razon en una cosa y aunque se que los vuestros son de fiar en numerosas ocasiones, la familia siempre suele trastocar vuestro orden de prioridades. No tengo problema en que mates a esos dos, pero el resto del Refugio queda intacto, incluidos los demas residentes. Si hay mas familia tuya, puedes llevartelos, no me opongo a eso.

Mire a los demas. Era mi carta, mi juego, podian oponerse, ya era cosa de ellos. Obviamente aun quedaba ver como se abria la puerta de seguridad.

Acabe por mirar a Ania y luego a Azra. - No quiero mas enfrentamiento que este, preferiria salir de aqui sin tener que liarme a tiros.

Aun asi era una opinion, solo eso, dependia de los demas decidir tambien.

El silbido de nuevo. Fue lo unico que escuchaste, justo cuando sentiste un impacto en el cuello. Tus ojos buscaron enfocar a Zack, al Desconocido, a Azra...

Las palabras de Zack se repitieron en tu mente mientras sentias un adormecimiento demasiado artificial, demasiado rapido. Los parpados te pesaban. Sedante. Sabias bien como funcionaban. La luz se volvia oscuridad, pronto dejaste de ver nada o sentir nada de inicio mientras el artificial sueño te reclamaba mas rapido de lo que te daba tiempo a pensar.

Los ojos dolian. Los parpados pesaban. Buscaste abrir los ojos, entender donde estabas. El lugar era terriblemente conocido. Estabas en el Yermo. Mas en lugar concreto del yermo, uno que conocias muy bien. Habias enterrado a tu familia alli. Los tres monticulos de tierra y piedras, ese pequeño remanso en la curvatura de una depresion que años atras habia llevado agua. Escasa, pero suficiente para Angeltown. 

Parpadeaste. No habia monticulos. No habia nada mas que tierra.

Te giraste al escuchar un ruido. Al fondo, no muy lejos se veia a un par de chicos y chicas jugando, incluso a un animal cuadrupedo con ellos. El sonido venia directo de la ciudad, Angeltown, que se mostraba ante ti una vez mas... con un bullicio que recordabas bien.