Partida Rol por web

Esa pequeña franja de silencio entre el disparo y la respuesta de Erik alarmó a la joven, que exhaló con fuerza por la nariz instantes antes de escucharle hablar...

- ...Lo haremos. - Respondió a su compañero, sacudiéndose un hombro para despojarse de una pequeña cantidad de estrés. - Pero antes vamos nosotros... - Estiró el cuello, ceñuda, para enfocar mejor a las mujeres que quedaban al otro lado. Habían acabado en una ratonera. Y aunque lo sentía un poquiiiiito por ellas lo cierto es que les habían hecho un gran favor llamando la atención de aquella panda de hijos de puta... - Visto así... - Centró su atención en Tanner por un momento, asintiendo a sus intenciones. - Mira... - Se dirigió de nuevo a Zack, tomándose un momento antes de mirarlo directamente, pues su mirada se había perdido durante unos segundos en la situación que encerraba aquel pasillo...

...Estaba ansiosa.

Cómo decirlo... Si por algo destacaba la armera no era precisamente por su paciencia.

- No vamos a conseguir nada aquí parados. - Estudió el corredor por el que se adelantaría más adelante su padre, relamiéndose los labios bajo la... No, ya no: decidió retirarse el pañuelo con el que se había cubierto el llanto; pero ya le daba igual. Buscaba sentirse lo más cómoda posible en aquella situación. - ...Me adelanto con Erik. - Informó mirando a su socio-desde-aquella-mañana tras limpiarse la boca con el dorso de la mano, moviéndose para avanzar por el pasillo. - Intentaré distraerlos desde atrás. - O matarlos. Más bien matarlos, pero tampoco quería quedar como una sádica delante de Erik.

Se dispuso a seguir al médico con la misma precaución con la que éste hacía gala, cubriéndolo desde la corta distancia que los separaba.  

Os acercasteis hasta la puerta de la izquierda, nada ocurria mas alla de los constantes ruidos de disparos. Hubo algun disparo mas, diferente, pero solo uno asi que no pudisteis comprender exactamente que habia sido aquello pero fuera como fuera, las rafagas cortas y controladas continuaban. Alguien mantenia cierta capacidad de disparo continuo como quien espera mantener a otro bajo supresion.

Algunos gritos, pero no podiais entender lo que decian.

La unica opcion que quedaba para entender que ocurria era abrir la puerta. Era de pulsador como todas las demas, pero una vez que lo hicierais, sin duda iban a saber de vosotros.

Ania miro y miro, pero no habia nada que se pudiera usar como escudo, al menos no de forma ligera. Todo era pesado o voluminoso y sin duda no cabria por la puerta.

Un levantamiento de ceja fue lo unico que viste por mi parte. Te mire por unos largos segundos y acabe suspirando antes de simplemente darme la vuelta y comenzar a moverme de vuelta a la habitacion de la que habiamos salido.

Esta llamando a sus amigos genio... asi que veremos como responden estos.

Si algo tenia claro es que los rehenes serian mi objetivo.

No tardaste en ver como volvia sobre nuestros pasos. Desde tu actual posicion no tardarias en verme desaparecer por el otro pasillo, mientras algunas balas estallaban contra tu cobertura, sin opcion de darte dado que estabas a cubierto.

Los del otro lado se movian, pero no parecian haberte hecho mucho caso... aunque un tipo con una cresta parecia quedarse atras, como esperando mientras las balas seguian bailando.

Se levanto para que pudieras verle, se toco el oido dos veces, tras eso toco su pistola y señalo en direccion al unico enemigo que teniais en este momento.

Una sonrisa en esos labios que ya habias mirado mas de una vez, un acercamiento que no viste venir. Los ojos casi pegados, la punta de la nariz rozandose y los labios y su candente respiracion justo ahi, a tu lado, como si fuera la tuya.

Tienes suerte de que sea un caballero... sino... te robaria un beso ahora mismo... por si la fortuna no es propicia...

Un guiño de ojo y lentamente me aparte, antes de recargar el arma con facilidad.

Ve con tu padre, yo cubro esto pero daros prisa, tanto ruido habra traido amigos... - Un segundo antes de que te fueras, una mirada mas intensa. - No mueras.

Una intensidad, cargada de una necesidad sin base in fundamento. Un deseo... por decirlo de alguna manera.

Movimiendoos por el pasillo. Erik alcanzo la primera puerta antes de que Kora se moviera hasta el, la puerta se abrio con el tipico siseo de aire a presion liberado.

Un habitaculo grande, no habia ruido ninguno proveniente del mismo y si varias marcas de pelea, incluso de sangre contra la pared, pero nada que pudiera parecer fatal. El resto de la decoracion era la que cabria, pero mucho mas bonita y en mejor estado que las de cualquier otra de Parody aun asi, las manchas de sangre y de pelea por normales que parecieran para vosotros, resultaban extrañas y confusas en semejante escenario.

Al mirar atras, en ese momento llegaba y era capaz de ver lo que su padre acababa de ver.

Una mirada. Un instante. Tantos futuros posibles, tantos caminos...

Un nuevo ruido entrando en la ecuacion. Mecanico. Pesado. Eso junto con unas palabras susurradas con fuerza colandose desde el pasillo que interconectaba con el central. El enemigo estaba en marcha. En parte sutil, en parte... no.

¿Que cojones seria aquello? Ninguno podia saberlo, pero si algo tenia claro es que esta gente habia venido preparada para asaltar este lugar...

Azra miró a Ania, señalándole la dirección en donde se escuchaban los disparos - Interior - Y después señalando la que estaba a su espaldas, la contraria a donde estaban los disparos - Salida. 

Desde el punto de vista de la amazona solamente habían dos caminos, uno que podían intuir cuan peligroso era y otro que desconocían por completo. Además había que añadir que llevaban a aquel muchacho, aunque escogieron lo que escogieran debían dejarlo donde estaban.

Buscó un lugar en donde acomodarlo y cuando se aseguró que permanecería medianamente estable miró a Ania.

- O salimos de este condenado lugar o nos encaminamos hacia los disparos... Pero, en cuanto abramos esa puerta - Dijo señalando a aquella por la que se oían los disparos - Estaremos expuestas y no sabemos quién o quiénes hay al otro lado. 

La cabeza se alejó un par de centímetros, más por instinto que por decisión, cuando Zack "cruzó el perímetro" sin avisar.

El hombre pudo leer la sorpresa en el rostro de la joven. No llegó a percibir su aliento, pues lo inesperado de su movimiento consiguió cortarle la respiración... Ella, en cambio, sí sintió la calidez que emanaba de sus labios.

Su mirada afilada escudriñó inquisidora los ojos y la boca del militar, asegurándose de que el aire aún corriera entre ambos. Y para cuando se vió capaz de reaccionar éste ya se separaba de ella, descolocándola con aquel bonito guiño de sus ojos verdes...

Vaya un cabrón. Vaya un hijo de la gran puta... Qué bien le había salido la jugada.

Kora se apartó de él a la misma velocidad sin dejar de mirarlo a la cara, escuchando en silencio lo último que tenía que decirle mientras lo observaba con una expresión desafiante, firme... y también curiosa. La hija de Tanner no necesitaba palabras para expresarse. Como tampoco las necesitaba para recordarle - y advertirle de - dónde quedaba la línea roja... O para pedirle que él también se mantuviera con vida.

¿Qué...?

- No me va a dar tiempo. - Respondió seria a su petición, endureciendo el gesto antes de marcharse, porque era la imagen que debía de dar de sí misma.

Aunque el miedo ya se le hubiera enredado en los nervios de sus brazos.

Tras echar un vistazo y asegurarse de que la habitación estaba desierta, su siguiente paso fue ver si había alguna salida en la misma, fuera en forma de ventana o cualquier otra cosa, porque eso significaba que podía haber otro punto de entrada, aunque tras escuchar lo que parecía acercarse por el pasillo…

Mira a ver si hay una forma de salir, voy a echar un ojo a la otra puerta la que tenían justo enfrente, cerca, sin perder de vista a Kora y sin que ella lo perdiera de vista no quiero que nos quedemos encerrados sin tener más opciones de salir que no sea el pasillo aunque podía darse esa posibilidad, intentaba encontrar una alternativa, como moverse entre las habitaciones que había a lo largo del pasillo, o también encontrar en alguna de ellas algo que les pudiera ser de utilidad si tenían que volver a luchar.

Aquello era una puta mierda. Intentaba pensar pero solo aparecia la frustración y la impotencia como únicas opciones. El peso de aquel chico no ayudaba a ligerar la presión que sentía en su cabeza. Cerró los ojos un segundo e inhaló aquella mierda de aire viciado despacio. Como si pudiera leerle la mente, Azra se acercó para ayudarla a dejar al chico en un lado.

- Necesitamos a Erik para que cure sus heridas, pero tampoco estamos seguras de que sea él quien está en apuros ¿no? - era una pregunta estúpida, pero sentía que debía plantearla. Sus labios se arrugaron en un gesto de disgusto - Por mucho que me joda, no podemos enfrentarnos a las balas. No tenemos nada con lo que cubrirnos - abrió los brazos impotentes para enfatizar sus palabras

- Llevemoslo a la salida. Quizás tengamos tiempo de llevarlo al campamento donde está Helena - su mirada se dirigió a la puerta que su hermana había señalado como salida, sin dudar ni un momento si ciertamente era la salida o llevaría a un lugar peor.

Miró a Ania elevando una ceja y después miró al chico.

- ¿Recuerdas las escaleras por las que bajamos? ¿Realmente crees que podríamos cargar con él sin que su vida esté en peligro? Si vamos hacia la salida iremos solas y si vamos hacia los disparos también, no podemos arriesgarnos sin saber qué hay al otro lado. 

- Pero no podemos dejarlo ahora tirado - sus palabras eran susurradas pero estaban cargadas de intensidad - ¿para que si no hemos gastado la inyección esa? - se mordió el labio inferior con fuerza para controlar su agitación. Su mirada fue a las dos puertas para luego acabar de donde venían los disparos - Podemos abrirla sin ponernos delante. Luego echo un vistazo rápido. Si me asomo agachada aunque disparen no lo harán a esa altura, y quizás si está Erik... - tragó saliva esperando que Azra no se opusiera

- Si quieres quedate cerca de la otra puerta por si tienes que salir corriendo -

- ¿Prefieres que la palme mientras lo transportamos? No sé cuánto puede resistir y sin una camilla no deberíamos moverlo, no si quieres que viva. - Se encogió de hombros - Tu misma, es tu cabeza la que peligra, no la mía. 

- Precisamente quiero evitar que la palme - dió un paso más y cogió con suavidad la cara de su hermana entre sus manos - Dejame intentarlo. Además no sabemos abrir la puerta de arriba - de repente la abrazó. Fugaz para no incomodarla y entonces se dirigió hacia la puerta y se colocó en el lateral del botón.

Apretó y se agachó lo más que pudo. Esperó dos segundos y se asomó para luego parapetarse de nuevo.

Cuando Iviy empezó a hablar de nuevo – que toda una sorpresa, ¿verdad? - Kiabi la miró, estaba preparada para cualquier sobradez, pero no para que se fuera y la abandonara en aquella esquina. Su cara era de puro estupor al comprobar que la más cobarde de todo el refugio le había tocado precisamente a ella de compañera.

Que raro, con la suerte que tienes siempre… por las narices.

Si no fuese la situación que era, le habría dado hasta por sonreír incrédula e incluso pegarse una carcajada, joder, tanto hablar para no decir absolutamente nada, y cuando tenía la oportunidad de comentarle cualquier cosa para colaborar juntas, se piraba sin miramientos.

A lo mejor a Ivy se le había olvidado, o es que no tenía neuronas suficientes para haberse percatado, pero Kiabi no había pedido ser la que mandara, ni estar más expuesta. Tanta mierda habia escuchado de la rubia y lo importante se lo callaba. Mejor largarse y dejar a la única persona que conoces sola y desarmada, total, por una contestación que no le habría gustado, con las quinientas imbecilidades que llevaba ella. Tenía el pellejo demasiado fino para el mundo en el que estaban.

Que madurez tan absoluta…

Enseguida estaba pegada de nuevo a la pared, frotándose la cara. No se iba a venir abajo por aquel absurdo e inesperado desplante. No se lo podía permitir.

Volvió a mirar y comprobó que uno de los tipos intentaba comunicarse con ella. - Eso tiene que ser bueno, ¿no? - Se encogió de hombros y asintió, dando a entender que no lo comprendía, pero que hiciera lo que considerara oportuno. 

Estoy tan jodida que menos un tiro en la cabeza, todo me viene bien. - Se preparó, por si algo de lo que hiciera implicara algún tipo de actuación por su parte.

A lo mejor era alguien sensato con principios que la había escuchado decir el motivo de estar allí, o quizás alguien aburrido de la vida que le había gustado Kiabi y quería asegurarse el polvo de la victoria, o incluso podía ser las dos cosas a la vez. A ella le valía cualquier motivo, con que la ayudara mínimamente, ya se lo agradecería eternamente. Ya habría hecho por ella más que Ivy.

Suspiró, intentando concentrarse en lo que veía, y no en el dolor que tenía en el pecho, el cual demostraba - una vez más y sin género de duda - que no se podía ser más gilipollas que ella misma.

Kora llegaba al cuarto donde se encontraba Erik con una inquietud - por llamarlo de alguna manera - que antes no tenía. Carraspeó por lo bajo cuando se detuvo en la puerta, vigilando ambas direcciones del pasillo con su padre aún en el interior...

La estridencia llegó a sus oídos justo en el momento en que cruzó la mirada con él, volviéndose con expresión alarmada hacia atrás... Tragó saliva, intentando identificar el sonido mientras sostenía sus armas con fuerza, inmóvil. Ya no tenía ni el porte ni la inocencia ni mucho menos la estatura de cuando era una cría, por muy aniñados que fueran los rasgos de su cara.

- ...Espera. - Lo detuvo antes de salir del cuarto, intentando pensar en algo con rapidez. - Putas puertas... - Estas puertas hacen ruido. - Dijo queriéndole decir con ello que probablemente ya les habrían escuchado. Si podían percibir sus susurros ellos podrían haberlos detectado con la puta mierda de silbidito que hacían esas malditas cosas al abrirse...

Pero eso no quería decir que supieran exactamente cuál de ellas habían cruzado. Ni tampoco sabían cuántos eran...

- Quédate tú en esta. - Le pidió, (casi) completamente segura de lo que decía. - Yo me encargo de la de enfrente; tendremos mayor cobertura por separado... No saben cuántos somos. - Eso podían significar que uno de ellos podía hacer de "anzuelo"... Pero los ventanales también podían jugar a favor de ellos. Con que consiguieran tener a alguno a tiro era suficiente. O eso creía Kora, que confiaba plenamente en sus facultades. Se agachó de repente para recoger del suelo un par de fragmentos de un espejo de pared, con cuidado de no cortarse, guardándoselos en el cinturón. - Ve con cuidado. - Le pidió mirándolo a los ojos antes de retroceder... No le gustaba la idea de separarse siquiera un metro de él, pero juntos iban a tenerlo más complicado a la hora de darles caza.

Tras tomar la decision, Ania fue la que se acerco para observar que ocurria mas alla de la puerta. El ligero silbido ya conocido de la puerta al abrirse, no tardo en mostrar el escenario de mas alla.

Una habitacion amplia, similar a donde os encontrabais. Tres pasillos grandes definidos.

El de la izquierda, desde donde podiais mirar, parecia girar hacia otro pasillo que iba al norte. Alli estaba Zack, disparando alternativamente en direccion al pasillo central.

El central iba directamente hacia el norte pero estaba en estos momentos lleno de enemigos. Uno en la parte mas cercana, estaba disparando alternativamente a los pasillos de la derecha e izquierda. Mas detras de este se acercaban dos mas, cuyas armas no podais ver de primeras, aunque al menos uno parecia un rifle de asalto.

En el pasillo de la derecha habia una mujer morena, vestida de forma similar a vosotros por lo que quedaba claro que no era del refugio y parecia desarmada.

Notaste la sorpresa en el tirador enfrente vuestra al asomar mas gente al altercado. Unos segundos de duda, que fueron suficientes para que Zack le disparara, dandole de lleno en el pecho y el muslo. Sus quejiso de dolor llegaron claramente hasta vosotras.

Habia algo de cobertura entre vosotras y los enemigos que venian de cara, pero sin duda no espacio si cargabais con Sean.

El del rifle de asalto levanto el rifle y os apunto, estaba claro que no tardaria en abrir fuego.

Mientras eso ocurria, Azra pudo encontrar un lugar donde dejar a Sean tranquilo y a cubierto de cualquier altercado de inicio. No tardo en acercarse a Ania para comprobar a que se enfrentaban.

Ivy desaparecio, volviendo por donde habiais venido. El tipo de la cresta que estaba mas alla y que parecia haberte hecho algunas señas se preparo para algo.

Justo entonces una de las puertas que daba a la salida, o a las escaleras de salida al menos, se abrio. Nadie aparecio por alli, pero sin duda no eran de las puertas que se abrian solas asi que faltaba ver quien estaba alli.

El tipo de la cresta uso esa distraccion para moverse y conseguir darle dos impactos al tirador. Pecho y muslo, haciendole caer al suelo entre quejidos de dolor, buscando arrastrarse hacia cobertura para no acabar palmandola.

Mas antes de poder hacer nada, escuchaste el traqueteo del rifle de asalto de Ivy, desde la parte posterior, parecia ser que su intencion despues de todo era emboscar a alguien, pero no habia salido del todo bien. Su voz, grave y saturada aun asi te alcanzo. - Estan yendo a por los rehenes...

No habia mucho que decir, estaba claro que no eran tan tontos como para no entender porque no habian arramblado a lo bruto... y alli habia muchos rehenes, incluidos niños.

Unas voces provenientes del pasillo central ademas, daban fe de que el herido no tardaria en tener amigos.

Un lugar cerrado, no hacia falta echarle demasiado vistazo a las habitaciones para ser consciente de que tenian una unica salida. Las puertas que se abrian con aquel silbido. Una vez dentro de una de ellas no habria mas salida que la misma puerta y sino, quedarian encerrados a auspicio de lo que sus enemigos decidieran hacer.

La mas joven decidio que era mejor separarse, y prepararse para lo que estuviera por venir. Una emboscada, tras dos puertas silbantes.

Moviendose casa uno a una posicion, puerta frente a puerta. Activaron las puertas y los cierres bajaron, dejando a cada uno escondido en su actual habitaculo a la espera de la llegada del enemigo.

Segundo a segundo, con las manos sobre la empuñadura de sus armas esperaron. No tardo mucho en hacerse mas claro el rechinar de lo que fuera que venia por el pasillo. Unos segundos mas y estaba ya casi sobre vuestra posicion para de repente detenerse.

Una serie de improperios mientras los chirridos y los rechinares se volvian cada vez mas audibles y mas fuertes, aun asi, no parecia haber atravesado aun vuestra posicion.

Onde tais maditos cabones... mostra cabezas... - Un tono de voz aspero, de alguien que parecia hacer algun tipo de gargara entre frase y frase. No tardo en escucharse un escupitajo.

Un aspirar de aire mecanico, para de repente un leve rugido estridente.

Una vez Azra se aseguró de que el chico estaba en un lugar seguro y estable se acercó hasta la posición de Anís en el momento preciso para ver como Zack disparaba a un tipo y elevar una ceja para después mirar a Ania y hacerle una serie de señas pues ellas no estaban en la mejor posición y tampoco tenían armas de fuego, por lo que no podían batirse contra aquellos tipos y mucho menos ir al cuerpo a cuerpo pues se expondrían al resto de disparos, tanto de aliados o de enemigos, aunque lo primero era intentar discernir quiénes eran amigos y quiénes enemigos... 

Además, también había que intentar ver si localizábamos al capullo de Erik y la chica que lo acompañaba. 

Kiabi miró lo que hacía su supuesto nuevo aliado, asintiendo satisfecha. Por las zonas en las que le habían dado al enemigo, esperaba que no estuviera para responder más pronto que tarde.

Algo es algo.

Después vio aparecer a Ivy como si fuera una aparición mariana, su cara era pura estupefacción. Al parecer no era tan cabrona como le había parecido unos momentos antes. Algo que desde luego la honraba. Y alegraba mucho a Kiabi, de paso.

Eso es lo que la antigua esclava quería, que tuviera su propia iniciativa. Que no todo dependiera de ella. Si había que equivocarse sobre esta chica, por desconocer sus planes, pues después se olvidaban de un plumazo, y listo. Sin rencores. Tuvo que conceder, que si se esforzara un poco en fomentar más el trato y confianza con los demás, no dudaría tanto de todos. Pero a eso sí que no estaba acostumbrada en absoluto. Solo confiaba en las personas de su infancia, en Roland y en pocos más. Y reconocía que debería solucionarlo.

Miró hacia donde venían las voces, pegándose a la pared y se mantuvo en silencio, como siempre. Miró al joven que había disparado "al malo" y le señaló el lugar por el que había desaparecido su compañera, dando a entender que iba a hacer lo mismo. Si Ivy estaba expuesta, era buena idea estar cerca por si necesitara un médico a mano.

Rectificar es de sabias.