Partida Rol por web

No, no iba a incorporarse como estaba... Le molestaba más al respirar - por no hablar de la angustia que le entraba al erguirse -, así que negó al médico con suavidad, para luego asentir antes de que éste se acercara a atender al muchacho, animándolo a hacer su trabajo con un débil gesto de su mentón.

- Está bien... - Un bosquejo de sonrisa. Los párpados se le caían, estaba terriblemente cansada. - No te preocupes... - Francamente, no tenía ni idea de cuántos heridos habían. Tampoco es que le importara mucho ahora, la verdad... 

Permaneció echada, frotándose los ojos cerrados con la mano buena, tragando saliva a cada poco. Todo seguía dándole vueltas, pero al menos el brazo había vuelto a su posición y ya no se notaba "desarticulada", lo que redujo una buena parte de su ansiedad. Aunque el dolor seguía esparcido por toda la articulación.

Joder... Jo-der...

Había tosido y negado con torpeza (o eso creía) tras las palabras que le había dedicado Zack en privado. Y ahora que éste volvía con la camarilla la muchacha gruñó con desaprobación al encontrarse cara a cara con la camilla. Una punzada de orgullo la llevó a intentar ponerse en pie por sí misma, pero en cuestión de segundos se le quitó la tontería y finalmente accedió a ser llevada como si se tratara de una ofrenda...

- ...Odio este puto sitio... - Reveló con coraje, aburrida de la maldita Helmtown, dirigiéndose a nadie en particular mientras era trasladada a la enfermería.

Cuando Kiabi comprobó que aquel hombro volvía a su posición normal, sin parecer ni levemente alterada por el dolor que había provocado con la tercera buena acción del día – o la cuarta, ¿quién contaba ya las veces que había hecho el gilipollas aquel día en vez de salvarse el puto culo a su bola? - la alta mujer se levantó y se dispuso a inspeccionar al chico, ya que habían ido suficientes a por las camillas y materiales necesarios. Como buena imbécil redomada, no aprendía.

Su cara fue pasando a una mayor seriedad – si es que eso era posible -mientras examinaba detenidamente al joven. Le levantó la camiseta, tocando con absoluta delicadeza un par de sitios que provocaron que Sean gimiese, y se alegró enormemente de ver aparecer algo en lo que tumbarlo –Lo siento -lo dijo con un tono amable que ni parecía posible que hubiese salido de los labios de la mujer distante que pretendía ser.

Cuando escuchó la pregunta directa y encontró los ojos de EriK frunció el ceño –. Le han disparado y se ha dañado el pulmón con la bala..., aunque parece que no lo ha perforado –le puso la mano en la espalda y lo acompañó hasta una de las camillas que traían. Dudaba que nadie la necesitara tanto como él -. La bala ha roto una costilla y el fragmento ha atravesado el bazo -arqueó las cejas significativamente mirando al hombre del gorro cutre, aprovechando que el chico no la veía – .Tiene una hemorragia interna. -sus ojos buscaron los de la chica rubia -.Ivy ayúdame a llevarlo... –podía parecer una orden, pero realmente no lo era. Sabia que Ivy la entendería. Y que no era recomendable que se separaran.

Cogió la camilla por el extremo que estaba más cerca de la cabeza, esforzándose en hacer una lista de la medicación que tenía que ponerle, en que orden y en que cantidad. Y le dio mogollón de coraje no estar segura de saber bien todo lo que tendría que hacer: Ella sabía estabilizar, conseguir que la gente llegara a la base lo mejor posible, los diagnósticos rápidos y eficaces. Conseguir que evolucionaran, más allá de que siguieran respirando, le resultaba un poco más difícil, por su limitación en conocimientos más complejos. Nunca había tenido la oportunidad de aprender calmadamente, ser una alumna aplicada. Para nada.

Habíamos venido a intercambiar mercancías en Helmtown y todo se fue a la mierda cuando nos secuestraron con los demás.

Era más que evidente que no quería hablar. Pero tenía que aprovechar la suerte de que la hubieran reconocido del refugio de Roland, y que ya supieran que no era del bando de los secuestradores. Pero no preguntó nada, le importaba una mierda que hacían todos los demás allí. O quizás es que estaba acostumbrada a no hacer preguntas porque nunca se dignaron a darle ninguna respuesta.

Cuando llegaron a la enfermería paró con cuidado la camilla y ella se fue directa a buscar entre la medicación, tras coger una jeringuilla y sacarla de su envase estéril. Tocó unos cuantos botes, mientras leía los nombrajos raros con el ceño fruncido... hasta que encontró un estimulante apropiado, que estabilizaría al pobre chaval un buen rato. La putada vendría después, cuando se le pasara el efecto. Eso lo tenía más que claro.

Y también que iba a quedarse todo el material que pudiera.

El hombre asintio sutilmente ante las palabras de Ania, mas cuando aparecio Azra se volvio una leve sombra, dejando que la amazona se expresase sin mostrar nada, solo quedandose a la espera de que la interaccion entre ambas terminase.

Miro el cuchillo clavado en el muslo de Azra y despues a Ania, que era quien habia preguntado. - Si puedo ayudar, lo hare, aunque no son experto en temas medicos.

La menciond e Kari hizo que Sean mirase a Ania por unos largos segundos, mientras la tristeza y la congoja se hacian palpables en sus facciones. - Ella... ya no esta, pero no se lo digais a Sean... por favor.

Se noto curiosidad ante lo de la amenaza, o posible venganza, luego como la amazona parecia no darle importancia y por ultimo, un giro en direccion hacia su persona. Varios parpadeos, los dedos enroscandose entre ellos y asintio. - Gracias por el aviso. Solo quiero contener la amenaza, comprobar que ha hecho Marlen y el alcance de los daños.

Ante lo del honor no contesto.

Me despido pues, intentare poner a los mios sobre aviso y empezare a delegar funciones para poner el refugio en marcha otra vez. - Os miro a ambas. - Muchas gracias por lo que habeis hecho. - Un gesto en direccion a cada una de vosotras, dejandoos libres para poder curar vuestras heridas o al menos tratarlas hasta que los dos medicos estuvieran libres.

La extraccion del cuchillo no era algo sencillo, habia atravesado el muslo, pero aun asi poco a poco de inicio, antes de terminar con un tiron provocado por la misma Azra, el cuchillo acabo cayendo con un ligero repiqueteo metalico sobre el suelo del refugio, mientras la sangre comenzaba a manar de semejante herida.

Ezekiel y Ania se apresuraron a cerrar la herida o al menos taponarla con vendas para que la sangre no empezara a manar incontroladamente. Un vendaje apresurado, tras una serie de gasas cubiertas de algunas hierbas medicinales.

Cuando termino todo ello, Ezekiel se levanto y con un gesto de cabeza, se despidio antes de acercarse a los suyos y comenzar a hablar con ellos. Rapidamente varios grupos de tres personas comenzaron a moverse en direccion a diferentes puertas y zonas, dispuestos a recuperar su hogar o lo que quedaba de el.

Tras esos primeros pasos y terminadas las fases previas y con los dos heridos en sus camillas, os movisteis en direccion a la enfermeria.

La enfermeria era un sitio de esos que bien podian formar parte de vuestros sueños, para aquellos dedicados a la atencion del projimo. En una mezcla de tonos crema y blanco, el lugar respiraba incluso un punto de tranquilidad que el resto del complejo sin duda no os habia dado. Habia aun asi pequeños detalles que dejaban la impronta de la realidad ocurrida. Pequeños detalles como algo de sangre aqui y alla, pero en comparacion con el resto del lugar estaba... casi inmaculado.

Cuatro camillas colocadas en un lateral de la habitacion, separadas entre si minimo un metro y medio. Diferentes mesitas al lado de cada cama y por ultimo, pero no menos importante, los armarios y estanterias llenos de medicacion. Era como haber encontrado su propio cofre del tesoro en si mismo. Unicamente dos de los seis armarios estaba cerrado con llave y su puerta no tenia cristalera, por lo que no era posible saber que habia tras sus puertas.

Tras dejar a los heridos en dos camillas alternas, para darles algo de espacio y privacidad, Leia fue directa a uno de los armarios y comenzo a rebuscar hasta dar con lo que buscaba.

Sean no tardo en suspirar levemente mientras parecia relajarse por lo suministrado por la mujer.

Os habian acompañado algunos de los miembros del refugio y cuando Leia dejo estable a Sean, ellos mismos se pusieron a ello tras agradecerle varias veces su trabajo, no dudando en ayudaros con cualquier pregunta o busqueda sobre los productos alli expuestos. Erais capaces de reconocer algunos, como medicamentos que se consideraban dificiles de encontrar en el Yermo pero habia otros que no teniais ni idea de para que servian y aunque los principios activos daban una idea, seguia siendo como un milagro tomando forma lo que teniais ante vosotros.

Al poco volvio a aparecer el hombre que parecia estar al cargo del refugio y dio instrucciones claras de que abrieran uno de los armarios cerrados. Sacando de alli, algo que parecia muy similar a los estimulantes pero al mismo tiempo sutilmente diferente.

Tomo un par de ellos y se acerco en direccion a Erik que era quien estaba con Kora. - No se pueden dar en casos de hemorragia interna... - Miro a Sean de reojo con algo similar a la pena. - Pero serian como una version mejorada de vuestros estimulantes. Una vez coloqueis todo lo que teneis que colocar, dadselo. Ademas de... - Se quedo un instante parado intentando recordar y uno de los medicos que os habia acompañado hablo en su lugar.

Ademas de los efectos propios del estimulante, aunque con una mayor eficacia, tambien tiene un tranquilizante y un relajante. - Miro a Kora. - No la hara dormir, pero la tranquilizara y ayudara a que su propio sistema se encargue de las heridas, apoyado por supuesto por los demas efectos ya conocidos.

Ezekiel miro al medico y asintio agradecido, antes de entregarselos a Erik. - Cualquier cosa que necesiteis. Decidlo. - Si no indicabais nada mas, asentiria y se despediria. - Tengo que mirar de recuperar el refugio y asegurarnos de que no han roto nada que no se pueda reparar.

Si mirasteis alrededor veriais que Zack no estaba alli.

Mientras que Ivy no se separaba de Leia, el hombre de la cresta tras aquellas palabras en direccion a Kora habia desaparecido. Si Ezekiel estaba molesto por ello, no dio señales de ello o quizas es que ni siquiera lo sabia aun.

Uno de los medicos al verte mirar las medicinas, o incluso viendo como te agenciabas algunas de ellas, viste que no dijo nada. Solo parecia estar asegurandose de que no les dejases sin existencias, aparte de eso, solo te miro y asintio mientras seguia con Sean.

Azra simplemente asintió a la afirmación de Ezekiel, Sean tendría que aprender a vivir con ese dolor, con esa pérdida, tal y como otros muchos habían tenido que hacer.

Tomó un trozo de tela, lo hizo algo más grueso y se lo colocó en la boca antes de extraer el cuchillo, mordiéndolo cuando este comenzó a salir y escupiéndolo junto al cuchillo antes de proceder a apretar y hacer un torniquete para contener la hemorragia hasta poder tratarla en mejores condiciones.

Al contemplar la sangre que brotaba de su herida se relamió los labios con cierta sensualidad, recordando ciertos momentos de su vida e impacientándose por regresar ya de una vez por todas.

Agradeció a Ania su hacer, ayudándola posteriormente a ella también y acudiendo con el resto hasta la enfermería, dejando allí que quienes mayores y mejores conocimientos poseían actuasen en consecuencia e indicando que a ella podían dejarla para el final. 

Claramente estaba deseando largarse de allí y tampoco tenía muchas ganas de hablar, aún así miró a Ania.

- Deberíamos avisar a quienes quedaron arriba... Y la niña... ¿La dejaremos aquí o nos la llevaremos? 

La joven agradeció el contacto con la (nueva) camilla, acomodándose mientras dejaba que fuera Tanner quien tomara las decisiones por ella. Las drogas no eran su fuerte, por muy bien que se las estuvieran vendiendo - y Ezekiel las estaba vendiendo muy bien. Pero no tenía muchas opciones si pretendía salir de allí por su propio pie y no con los dos por delante...

Se dejó explorar por el médico, quietecita y con los ojos cerrados, dándole tiempo al estimulante para hacer su efecto. Aunque "darle tiempo" no fue más que un decir, porque esa cosa...

- ...Joder - Musitó al poco tiempo de recibir la dosis. El fármaco era fuerte. Joder si lo era. - Wow. - Había vuelto a abrir los ojos para fijarlos en el techo, comprobando cómo lo que antes danzaba volvía a estabilizarse casi por arte de magia. Aquello era material del bueno: el dolor que antes la forzaba a quedarse acostada desaparecía a una velocidad que, de haber estado plenamente consciente, la habría preocupado. 

Giró la cabeza en busca de Erik, esta vez sonriéndole incrédula y con una renovada vitalidad en su mirada felina. Se alegraba tanto de que estuviera allí...

- ¿Qué me habéis metido...? ¿El Suero del Súper Soldado? - Rió un poco, eufórica y bromista, y sus hombros se agitaron graciosamente al hacerlo. Se había quedado con aquel concepto leyendo cómics viejos y hoy le parecía adecuado hacer dicha referencia.

Incluso se vio con fuerzas para deshacerse la cola de caballo con ambas manos, ya que la tirantez de la goma no le hacía ningún favor a sus heridas.

- Ay... Hey... - Sonrió con los dientes al comerciante, acomodándose el cabello. - ¿Si me dais otra de esas me saldrán alas o qué? - Bromeó una vez más. - Fijo que sí... 

Después se quedó en silencio, observando cómo el hombre se las apañaba al tiempo que su cuerpo se recuperaba por sí sólo.

Entre ambas se apañaron como buenamente pudieron. La aliviaba en parte no ver sorbesalir ese mango del cuerpo de Azra aunque a saber que daños había hecho por dentro... Pero ella parecia estar bien. Al menos se comportaba como siempre. Se trasladaron a la enfermeria y se acercó a Leia para ver el estado del chico y como le había sentado el traslado

Observó el rostro del joven mientras se formaba una ligera linea de preocupación en su frente. - Por lo que has dicho parece estar bastante jodido por dentro... ¿Se puede hacer algo más por él a parte de estabilizarlo? - solo cuando hizo la pregunta elevó los ojos para mirar a la mujer directamente - Yo puedo ayudar si no es algo muy complicado - hizo un amago de sonrisa aunque se notaba el cansancio en sus rasgos, aunque quizas la sangre seca que manchaba su barbilla y salpicaba sus mejillas distorsionaba su gesto.

Cuando escuchó la voz de su hermana se giró 45º hacia ella

- Elena se viene conmigo si ella sigue queriendo - Parecia que habia pasado una eternidad desde que la habían dejado arriba recuperandose y de repente algo se removió en su interior. Una sensación... un mal presentimiento... pero no quería pecar de paranoica.

Lo que era evidente es que no podían demorarse mucho más allí abajo, pero quería esperar a ver que decia el resto. Keira desde luego parecia otra y no pudo evitar que se le escapara una pequeña risa ante su ímpetu al hablar

Mientras hablaba contigo se inclinó ligeramente hacia ti para hablarte en tono confidencial. Quizás porque te había visto mirando los botes de medicina o quizás porque no era la primera vez que se llevaba algo de allí

_{- Si tuvieras un niño a tu cargo...¿que botecitos de esos te llevarias? -}

No insistió a Leia, sabía por experiencia que era mejor dejar que las cosas fluyeran, si en algún momento deseaba dar más explicaciones, lo haría, o si llegaba el momento de insistir, él también lo haría, pero ahora lo importante era centrarse en los que necesitaban ayuda.

Y la enfermería era una autentica pasada… era muy fácil imaginarse todo lo que podría ayudar si tuviera un lugar así… pero también era muy fácil imaginarse cuanto tardarían en destrozarla para robar cosas que ni siquiera necesitaban muchos de los habitantes del yermo.

Basta de imaginar cosas, a trabajar…

Fue un poco reacio al estimulante al principio, pues ni siquiera conocía de algo así, pero decidió confiar porque no veía ningún motivo por el cual quisiera dañar a Kora, así que estuvo de acuerdo en que se lo tomara tranquila sonrió a la joven tomatelo con calma y dela tiempo a que tu cuerpo se regenere, no te dejes llevar por la sensación de que estás del todo recuperada ni idea de lo que llevaba, pero debía ser algo fuerte dada la reacción y no, no te vamos a dar más, estas cosas es mejor no necesitar tomarlas estaba claro quien sabe se encogió de hombros, no demasiado convencido, había visto los experimentos que hacían en este sitio y no estaba del todo tranquilo respecto al estimulante a pesar de que lo intentaba.

Podían haber hecho un mejor trabajo con Azra, pero no quiso intervenir, así que echó un vistazo a la heridad de Ania mientras Leia preparaba a Sean para operarle. Preguntó a Ezekiel por la sangre, no dudaba de que tendría del tipo del donante universal y el chico iba a necesitar una transfusión si quería sobrevivir quiero que estés preparada para irnos en cuanto termine con el chico pidió a Ania mientras se aseguraba de que su herida no era grave revisa las armas y no nos confiemos, aprovechad este rato para descansar no sabía lo que había arriba, había dejado allí a alguno de su grupo, pero mejor que estuvieran frescas por si había que volver a luchar.

Se acercó a la camilla de Sean tras desinfectarse las manos, y agradeció a Leia la preparación, la iba a necesitar y así se lo hizo saber, era bueno tener a alguien que tuviese conocimientos a su lado ¿Podéis contarme un poco que ha pasado desde que me dejastéis inconsciente? Lo pregunta fue en general, no se apreciaba reproche en su tono, todo lo contrario.

La mujer conocida como Leia seguía a lo suyo, aparentemente interesada solo en lo que tenía que ver con Sean y con aquella cantidad indecente de medicinas. Ya llevaba un tiempo sin tener que usar trapos de muertos para vendar a gente, y usando anestesia y no “a pelo” para amputar miembros. Pero pese a eso, tenía que reconocer que aquel sitio estaba muy bien. No tenía nada que envidiar al lugar del que venía, aunque fuese éste el que la impactó por la cantidad y calidad de materiales en su momento. Y el que echaba de menos más de lo que debería.

Cuando la despampanante y magullada Ania le habló, su cara estaba seria, y sucia al mirarla. Como siempre. Asintió, jodido estaba, desde luego, y era una forma hasta optimista de llamar a su estado físico - Hay que abrirlo – Echó un vistazo a Erik y luego apretó los labios para volver a hablarle a la rubia instantes después – Creo que entre él y yo podremos, pero si estás cerca, seguro que vendrá bien.

Cuando la mujer bajó el volumen y le preguntó otras cuestiones más íntimas, susurró un puñado de frases, mirando hacia la estantería, para tener los labios completamente ocultos a miradas indiscretas y cotillas. En eso si que era una auténtica experta, pues durante muchos años, su vida dependió de ser brutalmente discreta e invisible. Insignificante también.*

Después se fue a limpiarse y desinfectarse sus manos y brazos a conciencia, raspando su piel hasta el punto de ponérsela levemente enrojecida. Encontró unas mascarillas que pensaba que eran una de las tantas leyendas urbanas de Parody y se puso una, tendiéndole la otra al del gorrito. Con la mierda acumulada que tenía el objeto en cuestión, debería quitárselo. Peri Kiabi no era de dar opiniones que no le habían pedido. Mucho menos a un hombre. Nunca a desconocidos.

*Su gesto era serio, siempre. Sin excepción. Pero algo parecido a complicidad brillaba en los ojos de la mujer morena cuando le contó el asunto personal. No era normal encontrar a personas preocupadas por los más débiles, pero sí que era algo mucho más frecuente en mujeres. Hecho que contribuía a que Kiabi, además, estuviera más cómoda – Si está bien y es por si acaso se pone malo: éste -señaló un bote con un liquido rosa tirando a rojizo – pero si tiene diarreas o vómitos, no. Entonces éste es mejor – Y le mostró otro que era totalmente transparente - ¿es para la niña de la que habéis hablado? Si quieres, luego le echo un vistazo y te digo algo más que pueda ser útil.*

- Si. Y un niño en casa esperandome - fue lo último que pudo decirle a la mujer con rapidez antes de que Erik se acercara. Confiaba en él, era buen hombre pero sabía que pondria pegas si sabía que queria llevarse cosas gratis

Inspiró con fuerza cuando Erik llegó donde estaba Sean. Le dejó acercarse y se colocó de forma que no estorbara ni a él ni a Leia. Se quedó cerca revisando las cosas y las armas que tenian por si la necesitaban con el chico.

Su mirada se dirigió hacia Azra cuando el hombre hizo la pregunta del millón. Suspiró resignada porque debido a sus palabras imaginaba que su hija no le había contado quien fue, así que ella no iba a ser la abriera la boca aunque ya no estuviera a la vista el culpable.

- Nos atacó una mujer con la que habían experimentado también. Olia... bueno, familiar, pero le habían añadido ese olor. Era falso - frunció los labios hacia un lado mordiendose por dentro confusa todavia por el motivo de hacer algo así - No tuvimos más remedio que matarla. Era ella o nosotros tres - Sonaba inverosimil pero esa hija puta tenia una fuerza de mil demonios

- El viejo se marchó con el otro. Parece ser que al final no le venia bien quedarse con nosotras - su tono sonaba con naturalidad aunque le habia jodido, no podia negarlo - La cabrona de Marlen le disparó a Sean y se quedó encerrada. Al final la dejamos allí para poder salvar al chico - sonrió a su hermana todavia agradecida de conocer realmente su lado bueno, aunque lo ocultara bajo mil capas de mala ostia

Azra permanecía sentada, reposando y esperando para asegurarse que su herida no fuera más allá y aún así estaba claro que permanecía atenta a todo aunque su rostro indicaba lo incómoda que se encontraba entre tanta gente. Quizás por eso había buscado un lugar apartado, uno en donde no le molestasen mientras controlaba sus ganas de salir de allí a hostias para regresar a casa. 

Asintió solícita a Tanner, incorporándose hasta quedarse sentada en el borde de la camilla. Aquel remedio la estaba poniendo cada vez de mejor humor.

- Jeje... ¡Vale! Okay...

Wow wooow...

Le arreó una breve sensación de mareo cuando su padre se retiró, pero en seguida se le fue pasando. Le hubiese gustado que Erik se quedara con ella, ¡tenía tantas cosas que preguntarle! Además se moría de ganas por un señor achuchón.

Pero se aguantó las ganas de retenerle porque, aún con aquel combo de dopamina y norepinefrina revolucionándole el organismo, entendía la situación. Así que permaneció en el mismo sitio donde el médico la dejó, balanceando los pies en el aire mientras sus ojos revoloteaban curiosos por la sala, dándole vueltas a su cabecita. - Pues tampoco estamos tan mal... - Los médicos hacían su trabajo - ¿cuánto carajo medía Leia, cuatro metros? -, asistidos por una de las Hermanas Colmillo. La otra Hermana Colmillo - la que gruñía - descansaba en su rincón, mientras aquella gente extraña a la que habían logrado liberar pululaba por ahí como cheetos de color azul...

¿...Dónde está Zack?

- ¿...Zaaaaaaack? - No es que el chico fuera bajito ni discreto, debía de ser fácil de encontrar. Llevaba una buena cresta, por favor.

Pero era evidente que allí ya no estaba, y la muchacha torció el morro con disconformidad. Su ceño volvió a arrugarse como de costumbre cuando se quitó la raída chupa de cuero, quedándose en una camiseta de manga corta igual de desgastada y llena de manchurrones de diversa índole. Después de eso se quedó con la mirada perdida en las baldosas que conformaban el suelo, algo desubicada por un momento...