Partida Rol por web

CUANDO DOS, ERAN REALMENTE TRES

Por fin había logrado un sitio "seguro". Si es que podía existir algo así. Una oficina abandonada hace mucho, pero en la que poder descansar su espalda contra una pared aunque solo fuera por una noche. Estaba agotada, fisica y emocionalmente. Un mes había pasado desde que volvió a estar sola, abandonada a su suerte, comiendo lo poco o nada que encontraba, sin dormir más de un par de horas seguidas, con una patetica pistola descargada como única defensa.

Sintió rebullir el pequeño bulto que sostenia contra su pecho cuando se sentó sobre el sucio suelo y sus ojos tristes buscaron los de él, acariciando su mejilla con la yema del indice. Cada vez lloraba menos, como si entrara en letargo por la falta de alimento, o como si no tuviera fuerzas para nada más que respirar y eso la rompia por dentro. Más que cuando ÉL la compró y la convirtió en lo que era.

- Hola peque.. - susurró apoyando los labios resecos contra su frente  - De verdad que me esfuerzo por hacerlo mejor, pero... no se. No se.... - se tragó el sollozó que amenazaba con derrotarla del todo. Y él, como si pudiera sentir su dolor y acompañarla, comenzó a llorar.

Ella intentó darle el pecho, pero tenía tan poco para darle.... y él no parecia contentarse y lloraba más. Intentó mecerlo mientras le daba pequeños besos en la carita pero el llanto no cesaba. No quería hacer ruido, pero estaba llamando demasiado la atención. Tenía que consolarlo, calmarlo y protegerlo. Justo como una buena madre tiene que hacer. Y comenzó a cantar. Era una canción que su madre le cantaba a ella y a Azra* hacia mucho, mucho tiempo.

Cuando la última nota murió en el aire, Hugo se había vuelto a dormir y un hombre la miraba desde su altura. No tenía tiempo de reaccionar así que simplemente lo miró y le aguantó la mirada, esperando....

Habia salido como tantas otras noches, a disfrutar del escaso frescor que este mundo podia dar. Con una luna llena arrebatadora sobre una noche oscura como un mar de obsidiana, salpicada de pequeñas vetas de puro oro que brillaban de igual forma. Inspire, expire, y deje que el aire entrase y saliera en armonia de mi cuerpo, mientras iba relajandome lentamente y justo cuando estaba a punto de conseguir ese estado de trance perfecto, ese momento zen... el lloro de un niño.

Suspire suavemente y volvi a centrarme en lo mio. Los lloros de niños no eran algo tan extraño en este mundo y uno, si se lo proponia era capaz de acostumbrarse a todo. Cerre los ojos aun con ese leve sollozo de fondo que parecia ir ganando fuerza, cuando una voz femenina se alzo entre los escombros de los edificios cercanos… una voz que intentaba cantar una cancion a un pequeño hambriento, pero no fue la cancion en si lo que atrajo mi atencion, arrrancandome cualquier posibilidad de entrar en ese estado, sino el dolor, el tremendo dolor que compartia en cada frase que entonaba. La fuerza de ese dolor, me impacto mas de lo que admitiria y sin dudar, me coloque en pie, bajando de ese medio techo para acercarme al punto de donde partia esa voz, que cantaba una nana con dolor.

Atravese una calle, viendo a un yonki asomarse a una de las ventanas de donde parecia sin duda provenir esa nana. Se movio, parecia haber encontrado una presa, un par de pasos y su cuerpo quedo sin vida. Lo deposite con cuidado en el suelo, no porque me importase un yonki, mas o uno menos, sino porque no queria molestar a quien cantaba y deseaba escuchar esa cancion… pero sobretodo conocer a la cantante. Por el tono debia ser joven… habia demaisado de esas ultimamente...

Entre en las oficinas y cruce el lugar en el mas absoluto silencio, hasta llegar a donde la madre acunaba a su pequeño mientras la cancion salia sin ninguna duda de lo mas profundo de su corazon. Me acerque en silencio y espere, acuclillado a unos escasos metros de ella, suficiente para que reparase en mi cuando terminara.

La tonada se extinguio de entre sus labios… y yo me senti vacio… como hacia tanto tiempo, pero ahora era diferente, era como si... fije mis ojos en la chica… era gaijin, pero tendria su edad ahora...

Adelante mi brazo, apartando ligeramente la sucia manta que cubria al pequeño, vi su rostro y los sintomas obvio de falta de alimento. Luego mire a la madre, todo en completo silencio. La mirada era extraña para ti, no parecia observarte como alguien o algo de lo que sacar tajada, te observaba… como si fueras un ser humano… como el.

Me sente delante tuya, con las piernas una sobre la otra en la posicion del loto. Rebusque entre mis cosas y saque algo de comida, eran unas raciones secas y algo de pan, asi como una cantimplora. Las coloque delante tuya, entre ambos, mas cerca de ti que de mi.

Come. - Señale la comida. - Bebe. - Señale la cantimplora. - Poco a poco, o te hara daño. Nadie te lo quitara. - Notaste sinceridad, si es que eso existia en este mundo, pero sobretodo como parecias estar al amparo de un depredador, como estabas… segura?

Él adelantó su brazo y yo intenté apartar a mi pequeño de su alcance, pero ya lo tenía muy pegado a mi, por lo que el gesto fue en vano y el dejó su cuerpecito al descubierto. Comencé a temblar pero.... pero esa mirada no era como la que había visto en tantas y tantas personas en el corto tiempo que llevaba en este mundo. En ellos me veía reflejada como algo más humano y no un trozo de carne de la que sacar algo.

Mis defensas descendieron un poco y volví a arropar a mi bebé mientras observaba de reojo como sacaba cosas y las ponia delante. No podia creerlo. Era comida. Mucha. Al menos a mi así me parecia, que era un autentico festín. Sentí como se me hacía la boca agua pero contuve el impulso de avalanzarme sobre esas latas.

- No.... no tengo nada para darte - musité mientras sondeaba su rostro asiático, sus movimientos y también sus micro gestos. A pesar de decir aquello me estiré para coger la cantimplora, antes de que se arrepintiera y se la llevara. Si yo no comia o bebia no podia alimentar a Hugo, así que más por él que por mi, tenía que aceptar aquella comida y esperar que el precio a pagar no fuera muy alto.

Di el primer trago y creí que me moria de pura necesidad saciada. A ese le siguió otro más ansioso y tuve que reunir toda mi fuerza de voluntad para hacer lo que me habia dicho y parar, apartarla de mi y esperar.

- Gracias - Acomodé a mi niño mientras le decia aquello y volvia a mirarlo - ¿Cómo te llamas? - parecia lo apropiado, preguntar su nombre. - Yo Ania - me vino a la mente así, de repente, aquel extraño nombre que a saber donde lo había escuchado, pero aunque no me sentía amenzada por aquel hombre me había surgido la necesidad de ocultar el verdadero.

Volví a centrarme en la comida con deseo y cogí algo de pan esta vez.

Observe a la chica. Como suponia era joven, muy joven. Demasiado para haber traido a una criatura hasta este mundo. Aun asi cuando intente tocar al pequeño, busco protegerlo y aunque el gesto fue superfluo por su parte, si se me quedo grabado a mi. Parody no era lugar para un niño. Las madres vendian a sus hijos por una chute de droga, y sin embargo esta pretendia protegerlo, porque no habia visto otra cosa en esos ojos pequeños y parcialmente vacios... y era esa pequeña chispa que este mundo no habia aplastado lo que me atraia tambien.

Tienes voluntad pequeña, aunque aun no sepas lo que significa eso.

Me quede mirando a la joven cuando dejo claro que no podia "pagar" y suspire levemente, antes de negar. - No es necesario, solo come y bebe.

Te esforzaste, detuviste tu mano cuando buscabas el tercer trago y dejaste la cantimplora. Una suave sonrisa asomo a mis labios, mientras te observaba detenidamente.

Li Han. - El tono de la voz, sono suave, pero notaste un suave acento marcado por otro idioma. - Un placer Ania... - Mire al pequeño y coloque mis manos, preguntando sin preguntar si me permitias tenerlo en brazos. Estaba claro que seria un gesto quizas agresivo. - No le hare nada al niño, pero comeras mejor con las dos manos libres. - Insisti en el gesto y notaste calidez y cuidado cuando tomo al niño si me lo diste.

¿Como se llama? - Escuche el nombre y no dije nada, por un instante. - Ren - Apenas un susurro.

Jugue y mire al niño mientras comias. - La cancion que cantabas... ¿que significa?

El corazón se me aceleró y en mi rostro se reflejó la duda y el miedo cuando él me pidió cogerlo en brazos. Miré su carita con preocupación y me armé de valor. Dejé escapar casi todo el aire de mis pulmones en un suspiro y aparté  con la mano libre la comida del medio del camino para luego poder acercarme borrando la distancia que nos separaba y quedar arrodillada delante de él.

Le coloqué a Hugo con sumo cuidado en sus brazos fuertes - Ten cuidado. Es muy pequeñito - murmuré sin darme cuenta mientras lo veía dormir y volvia a la postura anterior, pero más proxima a ellos dos, casi rozando las piernas del misterioso hombre, pero sin llegar a hacerlo.

Quizás él ya habia visto otros bebés, o quizás no, no lo sabía, pero su forma de acunarlo me dejaba ver que había hecho bien en confiar. Y él parecia disfrutarlo. Era extraño, pero a la vez me hacía respirar aliviada de que hubiera gente como él en el mundo. Lo que había visto hasta la fecha no me había hecho tener mucho aprecio hacia los hombres.

- ¿Ren? - pregunté con curiosidad mientras bajaba la cantimplora y me limpiaba un par de gotas de agua de la barbilla. Había bebido con demasiada ansia.... Cogí una de las raciones y la abrí despacio deleitandome en el contenido. Hacia unos años quizás habría puesto pegas, ahora.... no me importó mancharme los dedos para llevarme la comida a la boca, eso si, sin perder de vista a ninguno.

Me quedé pensando en su pregunta mientras tragaba.

- Me la cantaba mi madre. A mi y a mi hermana, cuando eramos pequeñas. Cuando aún tenía ganas de cantar... luego Azra ya no estaba... y la alegria de mi madre tampoco - Mi mirada y mis hombros descendieron a la par, perdiendome un momento - La canción era más cañera. Yo la he convertido en una canción para él - alcé el mentón para demostrarme a mi misma que no iba a dejar que nada me hundiera. O al menos iba a intentarlo.

Te acercaste y yo te segui con la mirada, colocaste al niño en mis brazos y aunque estaba clara la duda inicial, parecias aceptar mis palabras. Te mire cuando dijiste aquello y asenti levemente, para mirar a la pequeña criatura que habias colocado en mis brazos. Note como volvias atras, como tras haber rozado mis piernas te colocabas mas cerca que antes, pero yo segui mirando detenidamente a la pequeña criatura, con una suave sonrisa en mis labios.

Alce la mirada ante tu pregunta. - Es un nombre... se usa tanto para chica como para chico, significa flor de loto. - Te mire a ti, luego al niño. - La flor de loto pasa por mucho antes de florecer, se considera que simboliza la resistencia, el no rendirse nunca sin importar cuando dificil sea el camino. Ambos la representais, en cierta forma...

Acunandolo levemente fuiste consciente de que sabia como se hacia, la cadencia lenta, el vaiven justo, para luego ver como estaba observandote a ti. Estudiandote literalmente, pero no de mala manera, para luego relajar su cuerpo al verte comer de esa manera y sonreir de nuevo. - Hay mas de donde vienen esas, asi que come tranquila... no se acaban... - Despues devolvi de nuevo la atencion al pequeño.

Escuche tu respuesta y aunque estaba atento al pequeño, pudiste ver que no perdia atencion a tus palabras. No dije nada, pero notaste como parecia pensar algo. Perder una hermana. Perder una madre. Perderse a si misma... y luego... Ren. No sabia por que, pero la historia, sobretodo la cancion habia tocado algo... que se suponia ya no estaba... que yo mismo lo habia extirpado... o eso creia...

Te mire cuando hiciste ese gesto de fuerza, de seguir adelante y mis ojos se entrecerraron... y volvi a mirar al pequeño. - Puedo ofrecerte una vida... una diferente de esto... una diferente de lo que conoces... pero no sera facil... nada facil... pero se acabaran las calles... y tu cuerpo tendra comida suficiente para poder darle del pecho a él... - - Ni siquiera te mire, hasta que no termine de hablar y la mirada era, distinta, mas centrada, mas dura en cierta forma, como sopensado al mismo tiempo, la eleccion que te ofrecia.

"Flor de loto"

Lo miré percibiendo cierto calor en mis mejillas. Ya ni recordaba lo que era esa sensación... la vergüenza de sentir un halágo que no estaba segura de merecer. Desde luego, desde que fui perdiendo a mi familia poco a poco, había pasado por cosas que habían logrado arrebatarme todo rastro de sentirme persona, aunque el mayor culpable fue ÉL. Me arrancó todo lo que era yo en ese entonces. Me quitó mi intimidad, mi dignidad, el respeto por mi misma. Incluso logró implantar en mi el sentimiento de que lo necesitaba para sobrevivir y cuando me abandonó.... A pesar de que lo odiaba con todo el corazón, dolió.

Seguí comiendo taciturna pero intentando seguir las indicaciones del asiático. Escuché su propuesta y mi cerebro y corazón entraron en estado de shock. Miles de sentimientos se me agolpaban ahogandome sin permitirme reaccionar de forma coherente.

No podia mirarlo a la cara porque las lágrimas amenazaban con derrumbarme de nuevo y no quería. No quería seguir siendo débil, pero no podia evitarlo. Me estaba dando una salida, una oportunidad de seguir peleando por y para mi bebé. Me sequé las lágrimas con fiereza y brusquedad para borrar ese rastro de flaqueza y erguí mi espalda y mis hombros, sacando pecho levemente, como si me estuviera alzando de nuevo sobre el hoyo más profundo.

- Imagino que no será fácil, pero no me importa. Si él está a salvo, me vale - me temblaba ligeramente la barbilla, pues a pesar de mi intento de parecer fuerte, aún no lo era. No lo suficiente.

- ¿Qué tengo que hacer? -

No preste atencion, suponia que lo que venia era algo que sin duda tambalearia su mundo, y era cortes y necesario, dejarle un minimo de espacio, aunque no existiera en el ambito fisico, si mental. No sentir mis ojos sobre ella, es lo que debia ser.

Cuando por fin elevaste tus ojos y limpiaste las lagrimas de tus rostro, con aquella fiereza, desvie mi mirada de tu hijo y hable. - Llorar es un acto necesario, siempre que se haga en la privacidad o con los mas cercanos. - El tono dejaba claro, que ahora era el momento de hacerlo, que luego, sin duda no seria tan sencillo… y al mismo tiempo dejaba claro, que no te consideraria de menos por llorar.

No te confundas. El estara a salvo y tu tambien. Menos que eso, no es valido. No lo es para mi, y de ahora en adelante no lo sera para ti. - Espere a que quedara claro, con una mirada centrada, firme, al mismo tiempo que calida, mientras sin duda esperaba que volvieras a llorar, de ser asi, esperaria y limpiaria tus lagrimas, sin perder el cuidado por tu hijo.

Por el momento, terminar de comer tranquilamente. Con eso bastara. - Me calle un segundo. ya habia dejado claro que estarias a salvo, ambos, esperaba que no malentendieras nada. - Despues de eso… prepararte para tu nueva vida.

Había confusión en mi mirada aún empañada y no podia evitar cambiar eso. - Si... si no me conoces de nada, ¿Porque? - mi pregunta se extinguió en mis labios arrepintindome en ese mismo momento de haberla hecho. No tenía derecho a preguntar, no tenia porque hacerlo. Eso lo tenia bien aprendido. Las cosas eran porque si y punto y luego una ya podía aceptarlo o pelear contra ello. No había peleado contra ÉL pero si contra ellas, por ejemplo.

- Lo entiendo. Y estoy preparada, de verdad... - se me notaba el ansia, lo sabía, pero no quería que se arrepintiera.

- ¿Donde vives? ¿hay más gente o estas solo? - ahora estaba más calmada como para empezar a curiosear. Cuando terminé de comer me limpié contra el desgastado vaquero para poder arrodiallarme de nuevo, pero esta vez con el culo pegado a los talones.

Había sentido el impulso de abrazarlo, pero aún no sabía si soportaria un contacto tan afectuoso con otro hombre tan pronto, por lo que al final extendí mis brazos para que me devolviera a mi pequeño

Inspire, expire y te mire mientras eras conzciente de que no era la mejor pregunta, ni en el mejor momento y mi mirada se dirijio mas alla de las oficinas, a la noche, a la oscuridad rota por la luz de una luna llena que parecia querer devorar el mundo en esta noche. - Todos tenemos un otoño, en el que las preciosas sakura caen dejando un paisaje falto de color, que no hace mas que ganar fuerza en invierno. Olvidamos que el invierno, como todo, es solo un periodo de tiempo… y que a veces… hace falta mirar hacia delante, hacia una brillante primavera...

No entendiste nada, o casi nada. En este mundo desolado no habia estaciones, solo muerte y destruccion, solo miseria… pero quizas la logica tras aquello te ayudase a entenderlo, sino ahora… quizas en el futuro.

Tu ansiedad, como era obvio y normal, era palpable. - Lo se, pero ahora… come. - El tono indico que deberia esperar el ansia, que tu salud y la del niño iba por delante. - Tu comes, el come.

No lejos de aqui, entre las murallas de la ciudad a la sombra de la cual te escondias. Estoy con mi familia, y pronto tu estaras con ellos... seras, si lo mereces, una de ellos. - Te mire la posicion y sonrei, aunque no sabias por que, antes de devolverte al pequeño. Recogi las cosas y las guarde.

Me levante y te mire, viste como sopesaba algo, antes de alargar mi mano para ayudarte a ponerte en pie. - Vamos, no es un largo camino... y hace una bonita noche, para pasear.

Happy Birthday

Estaba cansada, algo sucia y con alguna herida y alguna ampolla que otra en los pies, pero no podia aguantar más para verlo. Cuando entré a la casa no hizo falta ni que preguntara, pues enseguida me indicaron que estaba fuera, en la parte de atrás. Dejé la máscara en el mismo sitio de siempre y recogí lo que había guardado allí antes de irme, y encaminé mis pasos hacia allí.

Estaba sentado en el suelo, de espaldas a mi, jugando con la arena y me pareció que había crecido...no se...demasiado para solo una semana, que era lo que llevaba fuera. Sentí como mi corazón se llenaba de orgullo y amor por él y me acerqué. Algo nerviosa, la verdad, pues ya comprendia las cosas y cada vez que me iba, al volver no sabía como me iba a recibir.

Me acuclillé a su lado, escondiendo el regalo en mi zurda y a la espalda - ¿puedo jugar contigo? - pregunté con una mueca divertida esperando que el me mirara y viera que era yo. Lo estreché contra mi con mi brazo derecho, con mucha fuerza, aspirando el olor que desprendia su piel y su pelo.

- Me ha dicho un pajarito que hoy cumplia años un niño, pero no se quien podrá ser - me dí un par de golpecitos en el labio inferior mientras me hacia la despistada mirando hacia arriba. Luego reí al escuchar su contestación*  y me senté a su lado, sobre el suelo.

Saqué el juguete y se lo mostré. Una ruda peonza de madera, con un pequeño dibujo en un lado y diversos kanjis rellenando el resto. Lo había pintado todo yo, aconsejada por Li Han, así que sabía que no era perfecto, pero me había esforzado mucho.

Happy Birthday

Mas grande... mas alto… mas alto… Mi mano se detuvo al ver como la torre se caia. Pero… pero… Puse un mohin de enfado y golpee la arena, mientras la miraba como si hubiera cometido el peor pecado del mundo. Necesito mas... quiero una torre grande grande... para poder subir y ver a mama...

Cogi el rastrillo que me habia regalado "papa*" y traje mas arena... y mas arena... Hasta que note como me cubria los pies. Argggg Patalee para quitarmela de encima. Torci el gesto y comence a llenar el cubo con ella. Mas... un poco mas... un poco mas...  Hasta el borde. Un poco mas...

La arena ya no cabia mas y volvi a moverme para echarla donde debia y volver a construir mi torre. Una GRAAAAAANNN torre para ver a mama...

Una sombra cayo sobre mi pero no le hice caso, estaba ocupado. Muy ocupado. Queria mi torre. Entonces la oi. Frunci el ceño y subi la mirada para ver a mama.  MAMA. MAMAAAA. MAAAAAMAAAAAAA. Me levante raudo y me estampe contra ella como un chico grande que era. Blandita. Olia bien, siempre olia bien. Olia a mama...

Me separe con decision y me puse serio, la tome de la mano y le señale la torre. - Costrullo torre. Torre alta para ver a mama... ayuda... -  Mama estaba aqui… si mama estaba aqui, ya no necesitaba torre alta para verla. Mire la torre, mire a mama. Me abrace con fuerza de nuevo a mama.

Abri los Ojos. Cumpleaños!!!!! - Yooooo… yooooo. yooooo - Daba saltos sin soltar la mano de mama. - Yo cumplo años. - Levante la mano. Un dedo, dos dedos, tres dedos, cuatro dedos y luego cinco dedos. - Go! soy mayor!

Mama me dio algo y lo cogi y era… era… no se que era pero me lo daba mama, asi que era lo mejor del mundo… 

Le enseñaste como funcionaba y el pequeño no tardo en ponerse a ello, pero como que no se le daba especialmente bien. Aun asi no desisitio, hasta que por fin consiguio que diera un par de vueltas la peonza. Se giro hacia ti con un brillo especial en los ojos, para ver si tu tmabien lo habias visto. Lo habia conseguido!

La torre quedo olvidada y aunque jugaba e intentaba jugar con la peonza, estaba pegado a ti. A no mucho tardar os acercaron un plato con carne bañada en una especie de salsa de soja y arroz, junto con una especie de algas.

CUANDO DOS, ERAN REALMENTE TRES

Familia.... sonaba tan bien... Yo ya tenía a Hugo, que habia sido la cuerda que tiraba de mi para pelear y seguir adelante desde que llegó a este mundo, pero una familia grande siempre era mejor. Pero antes tenía que ganarmelo. Me parecia justo pues la vida no te regala nada, si no que es tu esfuerzo lo que te va dando recompensas. A veces.

Me tiende la mano cuando ya tengo un pie plantado en el suelo pero la acepto igual para terminar de levantarme. Lo miró con sana curiosidad sin poder evitar compararlo. Es tan diferente...tan amable...y guapo. Se me pasa fugaz una idea por la cabeza, la de que a lo mejor es todo una trampa, pero... no lo parece. Bueno, con estar atenta bastará.

Abrazó contra mi a mi bebé y le sigo decidida - hace mucho que no paseo - digo susurrando y mirando a todos lados cada dos por tres, como siempre hago cada vez que estoy en el exterior ya que todo me da miedo, aunque esa noche es más por inercia pues a su lado parece que me siento más segura.

- Imagino que tú podrás hacerlo. ¿Quién va a querer atacarte a ti? - un amago de sonrisa aparece, como si intentara dar conversación pero sin saber muy bien como hacerlo, aunque de verdad pensaba que con el aura que él desprendía nadie querría apuñalarlo por la espalda, o violarlo, o robarle sus cosas.

- ¿Qué tengo que hacer para mercer ser de vuestra familia? - me puse justo a su lado y elevé la mirada para mirar sus ojos, que me habían llamado la atención

CUANDO DOS, ERAN REALMENTE TRES

Te apoyaste en mi, en mi mano tendida para levantarte y sonrei levemente, mas con los labios que con los ojos, pero podias ver una sinceridad obvia, aunque ligeramente distante. Como te habia tratado hasta el momento, aunque hubiera calidez, puesto que habia mantenido en todo momento, las distancias, solo rotas cuando tu las habias roto… hasta esa mano. Sentiste la calidez de la misma, pero tambien el hecho de que que era una mano acostumbrada al trabajo, con callos y ligeramente aspera y dura.

Asenti mirando al frente. - Pues entonces, que sea el primer paseo, de tu nueva vida. - El paso se redujo sutilmente, dejando claro que no habia prisa.

Gire el rostro para mirarte, notaste atencion y un leve suspiro. Tome con cuidado una esquina de tu ropa y tire levemente, para que te pegaras mas, no habia contacto fisico pero se redujo la distancia. - Nunca supongas que alguien no te atacara por quien eres, o lo que eres. La cordura hace mucho que abandono este mundo… y Parody esta lleno de gente lo bastante loca para intentarlo… siempre atenta… eso te mantendra con vida a ti, y a aquellos que debes proteger.

Seguimos avanzando, y aunque no hacia frio, no hacia calor. El frescor solia aparecer cuando el sol desaparecia. Un simple movimiento y la chaqueta que llevaba cubrio tus hombros, la cerre con cuidado para no molestar al pequeño.

Sonrei, ante tus preguntas. - Lo primero comer, ponerte fuerte y hacer de madre. Cuando estes mas sana, dependera de tus aptitudes, de que se te de bien, supongo que empezaras en las cocinas y a partir de alli, segun que quieras hacer se podra mirar otra cosa. - Te mire de reojo. - Si te estas preguntando si tendras que vender tu cuerpo o similar, la respuesta es no. Ningun hombre volvera a tocarte, a menos que sea lo que tu quieras.

Seguia mirando al frente y te diste cuenta de que como habia dicho, estaba atento al camino. Al quitarme la chaqueta, pudiste observar dos espadas, una sobre la otra, una mas corta que la otra y como la ropa, parecia esconder alguna especie de armadura fina o similar. Era casi invisible, si no se estaba cerca. Los antebrazos estaban marcados con tatuajes de colores, aunque solo a la luz de la luna percibias ese color.

Happy Birthday

Mi interior se tambaleó cuando me dijo para que construía la torre y en mi risa se me desbordaba todo lo que ese pequeño trasto generaba. Cada segundo con él para mi era valioso y aunque dolía separarme de él, cuando volvia, esos momentos merecían la pena. Y lo veía crecer sano, que era lo importante y lo que yo quería para él en este mundo de locura donde tarde o temprano tendría que aprender a defenderse por si solo.

Le enseñé como hacer rodar la peonza, pero solo un par de veces. Tenía que aprender él sin tener que estar pendiente de cada paso suyo, saber que el esfuerzo tenía su recompensa... y así fue. Cuando lo logró lo atrapé entre mis brazos para achucharlo un poco - ¡Ese es mi chico! Sabía que lo conseguirias. Todo empeño tiene su recompensa - le dije dandole un toquecito en la nariz antes de dejarle que se sentara a mi lado y que siguiera jugando.

Trajeron la comida y se lo agradeci con una inclinación de cabeza silenciosa antes de volverme hacia él

- Peque - le dije primero para que supiera que le hablaba a él - Vamos a comer y luego seguimos jugando ¿vale? - no le quité el juguete si no que primero le di la oportunidad de que él lo hiciera por si solo.

- Y así me cuentas que es lo que has estado haciendo estos dias y que has aprendido - le aparté el pelo de los ojos pero era más una caricia que otra cosa pues volvió a caerle sobre la frente al momento.

HAPPY BIRTHDAY

Mama puede. Halaaaaa como rueda… fiumm fiuummmm fiiiiiuuummmmm plof… Me quede mirando la peonza. mama volvio a tirar. Fiuuuummmm Me acerque y al tocarla se cayo… pero...

Mamam no queria hacerla rodar mas y eso que se lo pedi, y puse mi carita especial, pero nada… ni con esas. Jo. Joooooo quiero Fiuuuummmmm y rodar y rodar... A mi no me rodaba. No me queria y no rodaba, pero al final.... rodo!!!! Y yo rode con el. Fiuuummmm

La mujer te devolvio el saludo, con un pequeña y cordial sonrisa. - Que aproveche.

Rei cuando mama me toco la nariz y acabe por sentarme porque todo daba vueltas y vueltas, y mis pies se tropezaron y bum. Reia, porque era gracioso y mama estaba aqui… todo era mejor con mama cerca… aunque los tios y tias me cuidaban… y papa solia aparecer de vez en cuando tambien. - Donde esta papa?

Mire hacia la puerta cuando mama me llamo. Mire a la puerta por un momento porque si aparecia papa no queria perdermelo, pero acabe mirando a mama. - Mmmmm... - Mire la comida, mire la puerta y a la peonza. Levante un dedo. - Una mas... - Cogi la peonza, la ate y... no rodo. Me gire a mama. - Unaaa… mas?

Fiuuuum Fiuuuuummmm

Nos sentamos juntos con la comida, yo cogi los palillos y comence a comer, siendo obvio que se me daba bien. Eso y la cuchara. Hice que mama mirase como habia mejorado comiendo con los palillos. - Se contar… - Y ahi que le escuchaste contando en japones hasta diez. - y luego ayude a ordenar cosas, porque el orden es muuuuuy importante.

Ayude a yaya* con los pasteles... - Me relami de gusto. - Me dio uno, estaba bueno... pero dijo que ya... - Hice un gesto con las manos, de que no habia mas. - Porque yo queria mas... pero era para comer con papa.

El pollo estaba rico. Me gustaba el pollo. Las algas no. Asi que las aparte y me centre en el arroz y el pollo. Pollooooo. Masticar. Contar hasta cinco. Masticar.

Me gire y señale una de tus marcas. - Mama au? Mama daño? - Me acerque y le di un besito. Los besitos curan… si... son lo mejor para curar. Te mire esperando a ver si estabas mejor, aunque tenia hambre y queria el pollo… pero mama bien primero.

HAPPY BIRTHDAY

Se me caia la baba y creo que no podria ocultarlo ni aunque me esforzara - No se donde está papa, cielo. En cuanto he llegado he venido directa a ver a mi potrillo - le guiñé un ojo antes de mirar hacia la puerta yo también. La verdad es que a él también lo echaba de menos. Los tres habíamos creado una extraña familia con la que nos sentíamos cómodos, aunque a veces deseaba algo más, pero lo respetaba demasiado como para ponerlo en esa tesitura.

Sabía que la diferencia de edad era importante para él. También contaba mucho el hecho de que yo no quería que las demás ratas menospreciaran mi esfuerzo por haber logrado un puesto dentro de la banda.

Nos sentamos a la mesa y comimos con palillos mientras él me iba contando y yo iba asintiendo - Alaaaaaaaaa. A mi me costó mucho aprender a contar en japones - hablaba con evidentes y exagerados gestos de admiración y también lo miraba de reojo percatandome de sus intenciones pero en lugar de enfadarme aquello me divertía.

Miré mi plato y fingí un gesto de asco - Agh. Esto no me gusta - dije tocando con la punta del palillo las algas - pero creo que si lo mezclo con esto otro que si está bueno... - hacia como que hablaba para mi, pero evidentemente quería que él lo escuchara. - Mmmmmmm. Pues si, está muy rico -

Mi mirada bajó cuando sentí su manita sobre una de mis heridas - Solo un poco - se me encogia el alma al ver su preocupación.  - Pero con ese beso tuyo ya no me duele nada - le rodeé los hombros con mi brazo para acercarlo a mi y devolverle el beso sobre su cabecita

No sabía cuando sería buen momento para empezar a hablarle del exterior. No quería que le pasara como a ella pero tampoco quería robarle la infancia. Lo hablaría con Li-Han cuando lo viera.

CUANDO DOS, ERAN REALMENTE TRES

Sentí su tirón para acercarme a él y no rehuí esa cercania, de hecho, me gustaba. La calidez de Hugo también me abrigaba pero agradecí la chaqueta que él puso sobre mi. Yo le escuchaba medio embodada, intentando absorver cada palabra que me regalaba, sin llegar todavía a creerme si estaba soñando o aquello estaba sucediendo de verdad.

- No soy muy buena en nada, pero aprendo rápido - miré sus espadas y recordé la pistola sin balas que llevaba y que no servía para nada  - quiero poder protegerlo, a él y a mi. Me refiero a si alguien nos ataca. No quiero estar en una cocina, al menos no todo el día - me pareció que debía enfatizarlo y dejarlo claro aunque sonara desagradecido.  - Si tengo que cocinar lo haré, pero.... pues eso - le miré de reojo esperando no haberlo enfadado

Seguí caminando mientras rumiaba lo último que me había dicho. Sonaba bien eso. Poder ser yo quien pudiera elegir, pero... ¿eso sería posible? Quizás mientras estuviera con ellos, pero si no se ganaba su puesto.... Detuve mis pasos de golpe y esperé que él me mirara

- Te debo todo así que, donde me pongas a trabajar estará bien - volví al mismo tema en tono más sumiso, porque se me había quedado el regusto amargo de parecer una niña malcriada delante de quien me estaba sacando de la miseria. Miré alrededor, primero porque en esos momentos me costaba mantenerle la mirada y segundo, porque quizás había llamado la atención y quería asegurarse que no había nadie cerca

HAPPY BIRTHDAY

Sonrei y me puse algo colorado porque mama, habia venido a verme antes que a papa. No sabia por que, pero eso me gustaba, aunque a mama le gustaba papa. Se le veia. ESTABA CLARISIMO. Porque ponia esa carita que ponia yo, pero la suya era diferente, mas como asi, como eso, si, estaba clarisimo. Ahora queria ver esa cara. Vendra papa para que mama ponga esa cara. Espero que si...

Repeti los numeros porque ahora sabia contar y contaba mejor y aprendia mejor que mama, pero aun asi mama era la mas mejor. Me daba mimos y juguetes. Juguetes. La peonza. La mire. Pero no tenia que comer... pero queria verla hacer fiummm, pero mama queria que comiera, comere rapido dejando esas cosas verdes y asi hare fiuuuum mas veces.

Me centre en el pollo, pero mama ido algo raro. Mire mi comida, mire la suya y le frunci el ceño, como si algo no me cuadrada. Malo y bueno, no es bueno, es malo y mas malo. Aun asi mama me miraba, vengaaaaa acerque los palillos y estaba bien, creo que estaba bien... no... no estaba bien. Lo saque de la boca dejandolo caer sobre el plato. - No... no esta rico... esta malo y ahora el arroz esta malo tambien...

Te di otro beso y sonrei. - Asi menos au...

Escuchaste algo de ajetreo mas alla de la puerta, todos parecian acelerarse y o al menos moverse como si tuvieran prisa. Viste o notaste como una mujer se rrodillaba al otro lado de la puerta y abria la puerta a un hombre, al pasar este, la cerro detras de el.

Hola flor de loto... - Sus ojos fueron al pequeño Hugo, pero notaste sus ojos sobre los tuyos, esa intensidad en la mirada, antes de desviarla a vuestro hijo. - Vaya vaya... y este grandote quien es?

PAPAAAAAAAAA. - Hugo se levanto y salio corriendo en direccion a Li Han, para abrazarse a sus piernas, mientras el hombre sonreia abiertamente. No era algo que hiciera a menudo, mas bien solo cuando estaba con vosotros en la intimidad.

CUANDO DOS ERAN REALMENTE TRES

No dije nada, solo te deje hablar porque sin duda parecias necesitar. Solia ocurrir, o solia ocurrirle a la gente, yo hacia tiempo que no deseaba hablar en exceso con nadie y ese era un precio que estaba pagando... al menos hasta dar con mi pequeña flor de loto. Te mire de reojo mientras estabas en tu mundo, esa cancion... ese dolor... me habia recordado al mio... me habia recordado lo que era sentir y hacia mucho que no sentia nada.

Te detuviste y te mire mientras como una chica, una joven, exponias tus pensamientos. Los jovenes siempre eran vehementes, siempre tenian esa vena que les hacia creer que las palabras lo podian todo, cuando eran los actos lo que hablaban mas alto de todo.

Notaste un cambio en el peso, un movimiento suave de mi mano hacia la empuñadura de la espada mas larga, pero nada mas. Suspire levemente. - Primero, eres demasiado joven y como has dicho, tienes mucho que aprender. Asi que escucha. Sobretodo, aprende a escuchar y a callar cuando te lo manden. - Habia un ligero toque de atencion en este punto. - Estaras en las cocinas ayudando, o en las casas o donde te manden, mientras aprendes el idioma y te entrenamos. No tienes voluntad de cocinera, eso se ve a la legua, eres una guerrera, tienes... algo que llamamos instinto. Lo se, porque yo tambien lo tengo... pero no hay prisa, y sobretodo deberas tener paciencia. Una buena hoja no se fragua sin paciencia. ¿Entendido?

Me di al vuelta, mirando de nuevo al frente y esperando a que vinieras hasta mi altura antes de ponerme a caminar. No viste enfado ninguno, porque no lo habia.

Habias sido una salvaje o una esclava, debias ser consciente de las diferencias con tu nueva vida o no acabaria bien, por mas que... por mas que sin saber bien el motivo, quisiera que te quedaras... pero no usaria mi poder, te abririas paso tu sola... o fracasarias. Asi era este mundo, asi era el Yermo... y si debias ser algo mas de lo que eras ahora, era la unica forma de aprenderlo.

No me debes nada. Esto lo hago porque quiero, si quieres deberme algo, entonces pagamelo, asegurando de que ese pequeño crezca fuerte y sano... y de que tus maestros y la familia esten satisfechos contigo.