Partida Rol por web

       Tal y como habia planeado, mi plan de proyectar el cuerpo para adelantarme en el golpe resulta un éxito, y coge desprevenido a Ser Anton... Pero la alegría es fugaz, unos instantes después, puedo sentir nuevamente el impacto de su lanza sobre mi escudo... Tan seguidos los dos golpes que para cualquier espectador habrán parecido simultáneos.

       Al cogerme de pie sobre los estribos para ampliar mi alcance, la fuerza de su golpe me envia para atrás, sacando uno de mis pies del estribo y dejándome caer hacia el otro lado... Observo impotente y aterrado cómo se acerca la tierra a toda velocidad, y entonces siento el terrible impacto... Un agudo dolor recorre mi cuerpo, dejándome unos instantes tirado en el suelo, antes de incorporarme sobre los codos para mirar hacia el otro lado, donde sin duda mi rival estará regocijándose con su victoria... O no... ¡Ja! ¡Caí, pero al menos yo he conservado la consciencia!

Los espectadores sobresaltados ven como ambos contendientes acaban en la nieve en dos aparatososo golpes. Finalmente es el joven Rowan quien tambaleante se levanta, primero sobre un codo y poco a poco sobre sus pies.

Los aplausos y el toque de las trompetas lo aclaman como vencedor de la justa.

      El toque de las trompetas y los aplausos del público me hacen ser consciente de que acabo de obtener mi primera victoria en Desembarco... Sonriente, me dirijo hacia el público, buscando a Amanda con la mirada. Alzando el puño para dejar ondear su foulard al frio aire invernal, comienzo a retirarme del terreno de combate en busca de Matthew, que ya debería haber cogido a mi caballo.

¡Sire! ¡Sire! ¡Fue genial! Vos ibais tal que asi... y luego el hizo asa.... y luego vos os lanzasteis hacia adelante de esta manera y ¡zas! entoces ¡boom! y el se cayo tal que ¡aaaarrrggghhh! Mientras te sostiene el mellado escudo y te acompaña hasta fuera del campo de justas Matt te obsequia con una reconstruccion de tu victoria. Plagada eso si de exageraciones, onomatopeisas de dudosa adecuacion y una muy vivida mimica de la caida de Ser Anton.

Finalmente sales del campo de justas y te sientas en un tocon. Los cirados de Mallery lo retiran de la nieve y Matt te pregunta si debe volver a colgar tu escudo.

      La emoción de Matt termina haciéndome reir, aunque pronto me arrepiento de ello a causa del dolor. Con un intento de sonrisa que se queda en una mueca de dolor, me detengo a pensar en si seria prudente seguir combatiendo... He realizado una actuación aceptable de comienzo para empezar a darme a conocer, pero si insisto en seguir justando puedo verme humillantemente derrotado, el fuerte dolor que siento me hace pensar que podría tener una lesión, y si sufriese otra caída la cosa podría agravarse... asique contesto a la pregunta de Matt con otra distinta.

La verdad, Matt... ¿Crees que es prudente arriesgarse a seguir justando a pesar de tener lo que claramente debe ser una lesión? No conozco muy bien Desembarco, pero imagino que las costumbres en los torneos serán las mismas que en mi tierra, asique si no resulta en algo deshonroso ni nada parecido, mejor acude al heraldo para decirle que debido a una lesión me veo forzado, con gran pesar, a retirarme de la justa....

Matt remuga, obviamente el es aun mas alocado que tu y esperaba que te ensarzaras en todas las justas. Va al heraldo y le comunica tu decision de no seguir justando. Tambien ves como se dirige al pabellon y habla con Lady Amanda, pero tus oidos aun zumabna y no oyes lo que dicen.

Finalmente tu escudero vuelve cargado con tu escudo.

Sire, mi señora tia, Lady Chyttering dice que os ofrece los servicios de su maestre. Que si le haceis ese honor debemos dirigirnos sin demora hacia su residencia. ¿Que debo contestarle?

       Sonrio por fin con algo más de autenticidad al escuchar lo que dice Matt, que me recuerda sin lugar a dudas a mi señora madre y su preocupación por sus "pequeños", siempre lesionándose en esos "absurdos juegos"...

Dile que me hace un gran honor y le estoy muy agradecido, pero que nada más lejos de mis deseos que privarle de disfrutar de la mañana de torneo... El maestre podrá esperar...

        Tras estas palabras me asomo para ver si se da un nuevo combate.

Dos caballeros mas hacen entrechocar sus lanzas y justan tres lanzas sin un vencedor claro. Finalmente en la cuarta manga uno de los dos es derribado del caballo pero se levanta sin sufrir demasiados daños. En ese momento ves como la silueta de Lady Amanda se acerca caminando con elegancia seguida de una dama de compañia que sujeta el vuelo de su capa de armiño.

Sir Rymund, ¿se puede saber por que seguiis aqui? Necesitais que os visite un maestre inmediatamente. Estad seguro que mi maestre no tiene nada que envidiar a ningun otro sanador de Desembarco, vino con excelentes recomendaciones de Antigua.

Dice Lady Chyttering con un tono en el que adviertes una sincera preocupacion.

Pero sire, atended a estas palabras que os digo como protectora y amiga. Necesitais descansar y que os atienda un maestre. No me hagais sufrir por vuestro bienestar, os lo ruego. Sonrie encantadoramente mientras te habla.

Mi señora... Os agradezco mucho vuestra preocupación, pero no es la primera vez que me lesiono y no creo que sea nada demasiado grave... no quisiera privaros de disfrutar del resto de las justas. Estoy seguro de que vuestro maestre es un magnífico sanador que sin duda me regañará por no acudir antes, como hacen todos los sanadores... pero hasta ahora sigo sin hacerle caso y aqui me teneis, vivo y de una pieza.

Lady Amanda levanta un dedo y continua en tono admonitorio.

No os hagais de rogar sire. Vuestra gallardia ya ha quedado probada en el campo de justas asi que no es lmomento de hacerse el heroe. Habeis recibido una dura caida y neceistais que os vea un sanador cuanto antes. Yo dispongo de uno y vos necesitais uno. Asi que asunto solucionado.

Su tono de voz es ciertamente imponente y te preguntas si seria bueno desairar a tu protectora en Desembarco.

      El tono de Amanda no admite réplica, asique agacho ligeramente la cabeza en gesto de respeto y aceptación.

Por supuesto milady, será como vos decís... aunque me pesaría mucho que no disfrutarais vos del resto del torneo, concededme al menos el quedaros vos aquí para disfrutarlo, y quizá hasta podais deleitarme después narrándome los mejores sucesos del dia... seguro que Matt y yo nos apañaremos bien. - Casi como algo recordado a última hora, algo que había pasado por alto hasta el momento, me viene a la cabeza mi rival - Además, necesito saber si ser Anton se encuentra bien después del lance para felicitarle por su expléndida actuación, y si fuera preciso, fijar los términos para el rescate del caballo y la armadura...

Con una sonrisa Lady Amanda asiente a tu nueva y razonable actitud.

No os preocupeis sire, yo tomare cuenta de todos vuestros asuntaos. Ahora corred a mi residencia a sosegaros y disfrutar de vuestra victoria.

Y con una airosa reverancia se retira de vuelta  al pabellon.

Matt y tu quedais solos y emprendeis la vuelta hacia las puertas de la ciudad y una vez ahi hacia la residencia de los Chyttering.

      Tras despedirme con una reverencia de Lady Amanda y emprender el regreso, caigo en la cuenta de que Matt lleva más tiempo que yo en Desembarco y podría conocer a Ser Anton, asique me decido a preguntar.

Oye, Matt... El tal Ser Anton... ¿le conocias o has oido hablar de el?

Matt se rasca la barbilla y medita la respuesta.

Pues mucho no se sire, los Mallery son una de las casas de la ciudad. Ademas creo que controlan algun asunto del portazgo de la sal. Igual que la casa de mi señora tia no poseen ni tierras, ni castillos, no comandan a caballeros y hombres de armas tampoco. Su poder se basa en el oro y su dominio de las intrigas de la capital. El tal Ser Anton sera de hecho una excepcion entre estas gentes con esa aficion a las armas....

         Mientras caminaba, me resultaba inevitable hablar de forma entrecortada. Un gesto de dolor contenido podía apreciarse en mi cara, e interiormente comenzaba a agradecer que Lady Amanda me convenciese para acudir a ver a su maestre... Tendría que entrenar bastante para la próxima ocasión si quería impresionar a alguien, caer del caballo en mi primera justa no era precisamente lo que esperaba...

Una excepción digna de ser mencionada. - asiento brevemente ante las palabras de Matt - Se trata sin lugar a dudas de un buen guerrero... Quizá en el futuro tenga ocasión de felicitarle personalmente por su actuación. En fin, hablemos de temas más practicos, Matt... si voy a enseñarte a manejar la espada, necesito saber qué formación has tenido hasta ahora... Qué armas has manejado, con cuales te sientes más cómodo, y cual tienes más deseos de manejar.

Manejar lo que se dice manejar... he sujetado una espada, y una lanza...¡y una vez toque un mangual! Pero de hecho todas las armas acaban resultando demasiado pesadas para mi. Los escudos hacen que el brazo practicamente se me doble y todos los yelmos me van grandes... Explica Matt bajando cada vez mas el tono de voz, por suerte para el en este momento llegais a la puerta de la residencia Chyttering. Matt llama al enorme portalon y este se abre rapidamente para dejaros pasar a ambos.

Subiis al segundo piso donde Matt os ayuda a quitaros la armadura, a continuacion dos criados entran acompañando al Maestre de la Casa quien empieza a examinar el hematoma de tu hombro y la marca del otro lanzazo mientras va murmurando cosas tales como "hmmm" "ya percibo"