Partida Rol por web

A pesar de la contestación de aquel hombre mi sonrisa no se borro pues encontré una falla en todo esto que me daba la pauta de que el no era dios.
Aun así me limite en mi contestación pues el sabio doctor Freud me dijo que tenga cuidado mas no por eso iba a dejar que mi opinión cambiara por el hecho de si tenia un dios en frente mio o no.

-Creo en dios, mis padres me llevaban a la iglesia, el que me dio la idea fue De Kant, y lo que espero que pasara cuando me rebanen la garganta es la muerte pero es algo que nunca experimente y esto me confunde.-

Puse mis manos en los bolsillos y me prepare para darle la respuesta a su ultima pregunta.

-No eres dios para mi...-

- Umm... por fin algo de sinceridad sin vueltas. Tal vez debería ofenderme ante tu negativa de no creerme Dios, pero... En fin, el menos has sido más sincero que la monja...

Giró su cabeza observando lentamente el lugar. Una sonrisa de satisfacción indicaba que disfurtaba con lo que veía.

- Dime ¿que te parece mi Club? Estoy orgulloso de él sabes. Trabajé durante años para lograrlo. Es increíble cómo ustedes son capaces de dar rienda suelta a sus locuras cuando se les quitan las inhibiciones tontas que les pone su sociedad adelante. Lo que mas me gusta es que aquí solo existe sinceridad, la mayor de ellas, cada uno es lo que es sin importale lo que dirán los otros. Y tu pareces ser parte de este lugar...

-Concuerdo contigo... Este club permite que todos liberen esa parte que esconden dentro de ellos. Eso realmente es bueno, creo que debe ser un sentimiento de libertad no tener que contener sus instintos-

Mire hacia la pared como si acaso pudiese tener rayos x y mirar a traves de las cosas pero solo recordaba imagenes que vi mientras vomitaba y me asfixiaba, sabia que la gente de ahi hacia cosas poco agradables pero era realmente su instinto que dictaba, su mente desequilibrada que necesitaba de esas emociones para equilibrar sus vidas.
Volvi a mirar a dios y con una leve sonrisa dibujada en mi rostro hable.

-Todos deberíamos ser parte de este lugar pero esta gente sigue su instinto y yo soy devoto a mi mente que me diferencia de los animales, me hace ser mas ademas sin las inhibiciones de las sociedad estas personas no encontrarían satisfacción en lo que hacen, sin una cultura ni una sociedad el ser humano tan solo seria un animal mas pues no tendría que desarrollar su mente para llegar a estos puntos... Es magnifico ver el comportamiento del ser humano y en este club uno puede notar que somos animales despues de todo...-

- Je... Tu mente te diferencia de los animales... pero aceptas que eres un animal después de todo. Me suena a contradicción mi pequeño listillo.

La cara de Merv dibujó una mueca de molestia. Bebió lo quedaba de su Martini de un trago y dejó la copa en la pequeña mesa que tenía a su lado. Pronto una mujer con una correa en el cuello sacó la copa vacía y dejó una llena.

- Esto es lo que pasa con ustedes, vienen todos aqui creyéndose superiores. Algunos directamente tratan de negar lo que pasa abajo, otros, como tú se creen mejores que el resto. Pero dejame asegurarte pequeña partíula de basura, que si te dejo allí abajo dos minutos te olvidarás de tu tonta mente muy pronto y terminaras azotando a alguien, acabando mientras una de estas bestias te penetra y te llena el ano de semen!!! Allí comprabarás todas tus ridículas teorías sexuales!!!!!

El tono de voz de Merv fue creciendo hasta terminar en gritos prácticamente. Luego frenó bruscamente, y volvió a las aceitunas de su nuevo Martini. Miguel no solía amedrentarse ante las amenazas, pero algo en aquellos ojos hizo que un poco de miedo lo abrazara.

Los gritos de aquel hombre congelaron mi alma pero mi cuerpo permaneció inmóvil quizás por el miedo pero hasta que se hiso silencio pasaron unos segundos hasta que volví a tener coraje para hablar, se ve que ese hombre había perdido la paciencia aunque la estabilidad la recupero muy pronto.
Luego recorde mis clases de psicologia y todo estuvo en claro para mi, no tenia porque alterarme ante tales insultos, podia ser objetivo sin importar que me insultaran.

-Ok... tienes la razon pues todo lo sabes y todo lo puedes digno de todo dios, ni mi sinceridad ni mi conocimiento te satisfacen pues no soy digno de ti... -

Si para proseguir tenia que admitir que el que tenia adelante era un dios pues que mi falta de fe no oscuresca mi camino y mi deseo de saber.

-Aun no se porque estoy aqui...-

Recordandole que todavia no habia respondido mi pregunta.

Merv estalló en una carcajada mientras miraba a su sirvientes y señalaba a Miguel.

- Ahora se hace el sumiso para esconder su sarcasmo... Oh, la verdad ya me ha cansado. Estás aquí por que tenía curiosidad de verte antes de... Lo que sucedió contigo es que te asesinaron y por alguna extraña razón te va a pasar lo que ahora experimentarás. Eso es todo. Mala formulación de tu pregunta...

Merv clavó su mirada en él, con un aire muy siniestro. Miguel sintió una puntada fuerte en su cabeza, comenzó a sentirse mareado, somñolento. Poco a poco fue perdiendo sus fuerzas hasta desvanecerse y caer. Pero mientras escuchaba las últimas palabras.

- Escuchame bien Miguelito... la próxima vez que te vea probablemente no sea yo tan paciente contigo. Para obtener respustas tendrás que dejar ese personaje patético que has creado... Sáquenlo de aquí!

Notaba un gusto excesivamente amargo en su boca. Una cefalea occipital le latía constantemente provocando un dolor incluso retroocular. Su visión comienza a nublarse, y es ahí cuando nota que eran por las lágrimas que bañaban sus córneas. La música volvía a aparecer, y la gente la miraba formando un paso, invitándola...

Sentía sus poros emitiendo una profusa cantidad de sudor...pero se obligó a avanzar...a pesar de la enorme incertidumbre en la cual estaba sumergida. Acomodó su cabello, y se dirigió con paso cansino pero firme hacia la escalera que la llevaría a ese rostro, a ese hombre que la invitaba a reunirse con él.

Al llegar al piso de arriba, el hombre que miraba por el balcón giró. Miró de arriba abajo a Noelia, y esbozó una sonrisa. Caminó hacia un enorme sofá donde estaba sentada una mujer y se sentó a su lado. Una adolescente con un collar de perro y una correa le acercó inmediatamente una copa de Martini. Sacó la aceituna y la comió mientras clavaba nuevamente la mirada en Noelia.

Luego de unos instantes de inspección le hizo un gesto cordial para que se acercara y se sentara en el sillón de enfrente.

Instintivamente, Frank sabe que debe ir hacia allí. Avanza entre la multitud que le hace paso. No puede ocultar el miedo que recorre todo su cuerpo. Ni siquiera tiene tiempo para hacerse preguntas cuando sin darse cuenta, ya ha puesto el pie sobre el primer escalón.

Decide agarrarse a la barandilla, en cualquier momento podría perder el equilibrio. Y aquella música no ayudaba, hacía un horrible eco en lo más profundo de su cabeza. Finalmente llegó arriba y vio en el sofá al hombre que había dicho aquellas extrañas palabras.

Noelia, miraba todavía con los ojos húmedos. Ya la escena no podría soprenderla más.
Su cabeza era un remolino de incertidumbres y presunciones, pero ahora estaba ocupada por ese hombre...Mira a la mujer y luego al hombre...

Se sienta en el sillón Y bien?...Creo que me estaba esperando...

- Oh, al fin Uno que parece valer mi tiempo. Ya empezaba a preguntarme si me matarían del aburrimiento, pero debo decir que mis ojos se encuentran por demás de interesados. Veremos si mis oídos también... u otra de mis partes.

Una sonrisa lujuriosa se dibujó en el rostro del extraño sujeto. Algo sonbrío, pero algo seductor también.

- Hay una energía en tí por demás de interesante. Estoy seguro que eres muy buena haciendo lo que seas que haces. Pronto lo averiguaremos supongo... Eso me gusta. Me gusta la profesionalidad, la prolijidad en las labores. Solo por eso te voy a obsequiar algo que es extremadamente costoso. No es ni oro, ni joyas, ni dinero. Es... poder. Te obsequiaré conocimiento. Ese es mi mayor tesoro. Responderé una pregunta tuya. Solo una, ten cuidado de como la usas. Pero antes dime... Qué estarías dispuesta a darme a cambio de ese tesoro?

Al llegar al piso de arriba, el hombre que miraba por el balcón giró. Miró de arriba abajo a Frank, y esbozó una sonrisa. Caminó hacia un enorme sofá donde estaba sentada una mujer y se sentó a su lado. Una adolescente con un collar de perro y una correa le acercó inmediatamente una copa de Martini. Sacó la aceituna y la comió mientras clavaba nuevamente la mirada en Frank.

Por la cara del hombre claramente esperaba que Frank fuera el primero en hablar.

Noelia todavía no podía descifrar ni el lugar donde se encontraba ni lo que el sujeto quería de ella. Escuchaba que el hombre hablaba y pensaba en esto. Una pregunta?? Sólo una??...

Soy muy buena en muchas cosas, señor. Pero no creo que sea decorso decirlo, estando su novia al lado...dice mirando a la mujer...a menos que ella esté interesada también en lo que puedo ofrecer...dice entornando sus ojos.

El sujeto estalló en una sonora carcajada.

- Oh créeme que mi querida "novia" no tiene objeciones de ningún tipo!

Chasqueó los dedos y se acercó un hombre vestido de látex con su miembro fuera, completamente tieso. Era, probablemente el pene mas descomunal que Noelia había visto en su vida. Y eso era mucho decir. La mujer comenzo a felarlo sin pensarlo.

- Ves? Aqui no tenemos inhibiciones de ningún tipo. Cada cual hace lo que le place... Te agrada eso?

Claro que me agrada...dice entornando sus ojos a la novia para luego volver al hombre.

Bueno, entonces eso responde a mis objeciones y a su pregunta...Ahora, creo que queda pendiente las características de su ofrecimiento. Noelia mira de reojo a su "novia" haciendo un felatio al sujeto de látex.

- J'adore cette femme, sincère, directe. Deberías quedarte aqui, este es tu mundo, perteneces aqui... Mais toujours ce n'est pas le moment.

Se estiró hacia adelante quedando muy creca de Noelia. Nuevamente corrió esa extraña sensación por su cuerpo. Una mezcla de miedo, pero gran atracción.

- Tal vez algunos crean que el hecho que hayas caído aquí justamente y no en otro lugar sea casualidad. Pero yo no creo en ello. No existe la casualidad, si no la causalidad, causa y efecto, . Toda acción, genera una reacción...

Rozó con su dedo el cuello de Noelia, y sin pensarlo, en ese mismo instante su vagina se inundó, y comenzó a temblar de placer.

- Une cause et un effet... Mi propuesta es esta. Conozco el efecto de lo que ha pasado con ustedes, contigo, y probablemente no me interese la causa...

L'information est mon affaire. Si prometes mantenerme informado, responderé ahora a una pregunta que me quieras hacer. Pero cuidado, romper una promesa conmigo sin lugar a dudas es el comienzo de un dolor que no quieres conocer...

El útero de Noelia se contraía una y otra vez sin cesar, creando orgasmo tras orgasmo.

Frank se quedó frente a él, boquiabierto. Sentía una sensación extraña, mezcla del miedo y el desconcierto que aquella situación le había provocado. Fue entonces cuando tras unos segundos de silencio, dijo con un tono suave e inocente:

– ¿Qué hago aquí? –fue lo primero que se le ocurrió preguntar.

No se había dado cuenta de cómo le temblaban las manos, hasta que finalmente las guardó en los bolsillos del pantalón.

Noelia estaba experimentando las mejores sensaciones que había probado en su vida...Había estado con muchos hombres que hacían que se extremecieran, pero éste solo había hecho un simple contacto para que sus puntos se activaran y generaran esa reacción en ella. Notaba que la sudoración era cada vez más profusa, y apenas podía escuchar o entender al hombre que mezclaba el francés con el castellano. Ohhh!!! Era tan erótico°°°°°

Debes decirme...la muchacha hablaba apenas entre jadeos sobre qué quieres que te informe...y con gusto lo haré...

- De todo lo que vayas averiguando de ahora en adelante...

Las intensas sensaciones de Noelia no paraban.

- Ahora, has tu pregunta, petit lapin.

El hombre robeleó lo ojos con expresión de desagrado.

- Oh Dieu... esto parece increíble. ¿Donde han quedado los modales? Vienes aquí ante mi presencia pretendiendo respuestas, y ni siquiera tienes la desencia de presentarte.

Giró su cabeza hacia la mujer que tenía a su lado.

- Même le psychologue a été plus élevé...

Hoy me siento generoso. No sé por que, tal vez por la prostituta. Pero en fin, por mi buen humor le permitiré comenzar de nuevo...