Partida Rol por web

Ya, al menos ahora no se ponen a discutir como nenitas, pero no dejan de dar ideas estupidas...en fin, tendre que hacer lo mismo, en el peor de los casos lo unico que conseguiremos es otro muerto.

-Mi nombre es Seth.- contesto en tono seco mientras me quito la camisa, revelando la gran masa de musculos que tengo por cuerpo, aunque eso ya se notaba sin tener que quitarme la camisa.

Como respuesta a la disculpa de Emilio, asiento y le digo -si, tienes razón, todos estamos nerviosos. No te pediré disculpas, porque mi reacción fue lógica, tengo motivos para reaccionar de forma agresiva... suerte tienes que no tuviera un arma -le guiño -en fin, no es forma de tratar a una mujer.

Observo detalladamente el torso de Massimo y le dedico una sonrísa pícara -nada mal cielo, nada mal- le guiño y camino hacia él -creo que será suficiente con las camisas de los hombres -pongo las manos en mi cintura -lo siento chicos, tal vez en otra habitación logren ver lo que bien que estamos- bromeo.

-Dense prisa, que el tiempo corre- dirigiendome a los que aún llevaban la camisa.

Me quito la camisa con presteza, rápido. Miro a los demás. Poco a poco van reaccionando. Vamos, todos, dadme las camisas, o al menos los que estéis más cerca. Comenzaré a hacer nudos. Por fortuna, mi padre, abogado como yo...digo extendiendo la mía propia...tuvo una notable formación militar, y aunque parezca una tontería, allí te enseñan a hacer nudos, nudos de los buenos. Miro a todos con gesto serio. El tiempo volaba, y no era momento para andarse con chiquitas...

Miro a James, soltando una risa para luego lanzarle mi camisa* -Muy bien señor abogado, usted no es el unico que sabe hacer nudos, pero si eso quiere.-

Solo espero que los muy inutiles tengan cuidado y no hagan caer esas cosas disecadas al suelo, eso haria que caigan y activen la trampa de la alfombra....

Lanzo mi camisa al abogado que habló y sonrio a Dasha ligeramente mientras me coloco frente a la simpáticas "esculturas"

-Bien, para evitar errores, lo mejor sería rodear cada estatua con la cuerda improvisada que tenemos...Pienso que si las lanzamos primero entre las dos estatuas...- dice mientras señala el pequeño espacio entre ambas estatuas -Y luego caminamos rodeando la primera estatua con la camisa, podemos sacarla sin ningún riesgo, luego repetimos el proceso con la segunda estatua y listo, salimos sin arriesgarnos, en la próxima habitación desanudamos las camisas si las necesitamos, aunque una cuerda siempre viene bien...-

Me coloco al lado de Dasha y me recuesto de la pared mirandola y luego mirando al abogado, para volver la mirada a las estatuas y suspirar pesadamente

-Una obra de arte genial, lamentable que esté hecha por semejante psicópata ¿No?-

Asiento a medida que Massimo hablaba, con un dedo en el mentón, analizando cada palabra que decía. Me sentía un poco mejor, los dedos ya no temblaban; al menos podía concentrarme en este asunto.

-Es una buena idea, pero tengo una duda, si estas figuras caen al suelo, ¿Podrían quebrarse? porque eso sería un problema... no creo que al psicópata le guste ver a sus "amigos"- con los dedos hago el gesto de comillas -en pequeños pedazos... aunque bueno, no le será dificil reemplazarlos- resoplo -tiene "nuevos amigos"- finjo una sonrisa.

Me apoyo contra la pared y veo a Massimo caminar nuevamente hacia mi. Siento una leve presión en el pecho, me sentía mal por aquella reacción.

Le dedico una amplia y radiante sonrisa. Apreciaba su compañia, hacia de esta pesadilla, algo llevadero.

Me encojo de hombros, dudosa, ante sus últimas palabras -siempre he admirado la taxidermia, pero es la primera vez que veo una obra como ésta... taxidermia aplicada a un humano... muy interesante. En casa tengo varios animales disecados, mi ex prometido tenía cierta afición por ello- chasqueo la lengua -es una lástima que ya no viva, me hubiera gustado verlo en éstas condiciones- mis ojos brillaron. Aparto la mirada de las figuras y miro a Massimo -ya conoces dos psicópatas- le guiño y rozo la punta de su nariz con mi índice derecho.

-¡¡Eh, James!! ¿Qué tal va eso? ¿necesitas ayuda?

 Se lleva la mano a la frente y niega, fingiendo preocupación

-Con razón decían en aquel programa que los psicópatas suelen ser sexualmente atractivos...-

Rie suavemente mientras la mira y toma bastante aire para luego expulsarlo lentamente y mirar de nuevo aquellos cuerpos disecados en la sala

-Y sobre tu primera pregunta... No lo sé, los métodos de taxidermia no los conozco bien, pero a decir verdad Por eso prefiero cubrirnos las espaldas moviendo una figura a la vez... así aseguraremos mantener un nivel adecuado y perfecto entre balance fuerza y tensión para evitar accidentes...-

Se queda absorto detallando ambos cuerpos, las figuras estaban perfectamente conservadas, casi con un aspecto artificial, se veían los músculos y las venas, todo había sido sometido a un proceso de excelente calidad... Y así podrían quedar ellos si perdían...

Sacudió la cabeza para alejar estos pensamientos de su mente y miró a Dasha sonriendo de nuevo

-Por cierto... Ahora que me cuentas de tus pensamientos psicópatas... Creo que te pondré unas esposas... o tal vez te ate con mi camisa... Solo para asegurarme...-

Dice en tono de broma mientras le guiña un ojo sonriendo

-Entonces debemos tener cuidado, no sería prudente estropear la elegante decoración de ésta casa. Que buen gusto tiene el psicópata- digo con cierta ironía -los pscicópatas, somos los más apetecidos ¿o me equivoco?- muerdo mi labio inferior, provocandolo un poco.

Aparto la mirada de la suya, miro a las figuras y a James anudando las camisas. Echo un rápido vistazo al reloj y la ansiedad se apoderá nuevamente de mi. Muevo la cabeza con cierta brusquedad para despejar mi mente, luego aspiro.

Volteo mi rostro nuevamente hacia Massimo, me acerco a su oído. Dejo tan solo unos centímetros entre su oído y mi boca

-Si salimos vivos de éste lugar, acepto tu cena y tal vez deje que me esposes... solo si salimos de ésta con vida- le susurro, hago una pausa y carraspeo -¿Flirteas conmigo, cariño? tengo un pasado muy oscuro, no soy la chica indicada para ti, además, dudo que sobrevivamos...

Sonrio con picardía, sonrisa que no pudo ver por mi posición. A pesar de la situación, Massimo lograba desconectarme por unos segundos del caos.

Me aparto de su oído y dejo un espacio apropiado entre ambos.

  Rie suavemente al oír la ironía de Dasha y asiente con la cabeza

 -Si preciosa, flirteo contigo... Y tampoco soy un santo, por alguna razón he tenido problemas grandes, en las altas esferas del poder militar... Y sigo acá...- Tomo una pausa, meditando bien mis palabras y luego continuo en un tono bastante tranquilo -Y muchas chicas que he tenido son malas... Drogadictas, traficantes, narcomulas, violadoras... Es difícil para mi meter en líos a una chica... O pensar mal de ellas... No lo sé...-

Me separo, lentamente y vuelvo a tomar mi posición, mientras me quedo mirando fijo la cuenta regresiva del reloj, por unos momentos pierdo la noción del tiempo y luego susurro de manera apenas perceptible

-Luego discutimos sobre el lugar de la cena...-

Sonrío tranquilamente viendo los cuerpos en mitad de la sala, y a James atando camisas... Por alguna razón siempre podía encontrar calma dando la calma en situaciones así...

Al parecer el grupo ya se esta engranando, solo espero que esto funcione...

observo como atan las andrajosas camisas...

Empieso a mover mi bien marcado y musculoso cuerpo para calentar...

muy bien damas al parecer no sera necesario que utilicemos sus ropas.... o que dices james las camisas no se ven muy resistentes seria prudente amarrarlas dobles...

Lo miro con frialdad. La sonrisa habia desaparecido. Ahora mis ojos miraban el suelo -haz hecho una pequeña descripción de Dasha Simmons -suspiro -mi padrasto abuso sexualmente de mi cuando tenía unos 15 años- sonrio con tristeza -por eso mi reacción contigo y con aquel hombre de gafas...- estiendo mi mano y mis dedos temblaban -¿ves como tiemblan? los concidero una alarma -rio y los observo -queda poco efecto de narcóticos en mi sistema- suspiro y me cruzo de brazos -asi que lo pasaré mal en poco tiempo.

Permanezco en silencio por unos segundos, lo miro -no podré controlarme...- me encojo de hombros -si no lo logro, tengo pensado ofrecerme como carnada en otra habitación. Prefiero morir que someterme al dolor fisico y mental... ¿ves? una psicópata - crujo los dedos y agrego divertida -no me das miedo...

 Se queda mirandola con seriedad y asiente con la cabeza, dando a entender que está escuchandola.

-Entiendo, en cualquier caso, lo que te sucede es una reacción natural ante un trauma pasado... O algo así dijeron los psicólogos cuando regresé de mi primera misión... Larga historia...-

Mira las manos temblorosas y por un momento mueve sus manos como si quisiera tomar las de ella, luego se detiene recordando su reacción pasada y se cruza de brazos para evitar que vuelva a ponerse tensa

-Te ayudaré a aguantar, a controlarte lo máximo posible... Vamos... No vayas a abandonarme... Y de tu padrastro puedo encargarme luego, tengo contactos en el mundo militar, y por eso salí bien parado de mi situación fuera o no justa...-

Recuerda aquel problema hace algún tiempo ya, y la duda sobre la justicia de aquel momento vuelve, más aún sabiendo que Dasha es una adicta y Diego no parece el típico chico tranquilo... 

Niega con la cabeza y vuelve a mirar a Dasha, sonriendo tranquilamente

-El dolor físico y el mental pueden aguantarse si te empeñas en ello... Además, ¿piensas entregarte para que este imbécil logre su cometido? Ríndete después, o buscamos ayuda juntos, pero no te dejes vencer por este idiota...-

Luego de unos segundos en los cuales ve a Diego calentar y ríe por lo bajo al verlo exhibirse de esa manera susurra tranquilamente

-Y tu tampoco me das miedo... Por eso somos tal para cual...-

Tras lo cual suelta una suave risa pícara y la mira de reojo

-No es por ser amargada pero ya se pasa un poco el cachondeo. Primero a salir de aqui y luego a jugar a las citas ¿no?

Miró con ansiedd (y asco) las estatuas.

-Supongo que solo algunos tirarán de ellas, que si nos metemos todos acabaremos tirandolas