Shimako abre la puerta y entra, apartando el cuerpo para ceder el paso a Ryuk (aunque todavía no sabe que se llama así). Seguidamente, sube las escaleras hasta su cuarto, donde echa la mochila en la cama y se sienta en la mesa, de cara al shinigami.
Bueno, ¿qué se supone que tengo que hacer con esto señalando el Death Note y contigo?
Vaya, qué casa más acogedora.
Por cierto, en mi historia personal escribí que vivía en una residencia para estudiantes. Puedo amoldarme
Matar-responde Ryuk brevemente, como expresando que para que iba a servir después de haber matado a aquella chiquilla.
Shimako le mira inquisitivamente.
¿Qué pasa? ¿No has tenido suficiente con lo de esta tarde?
Se encoge de hombros, toma el Death Note y apunta el nombre de la persona a la que iba a matar en la biblioteca. Tras una breve pausa, escribe al lado "Cae despeñado con su coche por la carretera por la que volvía de visitar a un familiar" y mira inocentemente a Ryuk.
Bien, ¿así mejor? Saca el tablero de ajedrez y, sin una sola vacilación, devuelve las fichas a la posición con la que se habían quedado cuando llegó la policía ¿Continuamos la partida, shinigami?
Vale. Yo llevaba las negras ¿no?-dice mientras se sienta en la mesa.
¿Hacemos salto temporal?
O.k, ¿ponemos que tú me ganas después de sufrir lo indecible ante mi brillante mente estratega?
Pasa la partida. Finalmente, después de sufrir lo indecible ante la brillante mente estratega de Shimako, gana Ryuk.
Pues vale.
Shimako se recuesta contra la pared, mirando con interés la posición de las fichas y el silencioso alfil en su trayectoria amenazante hacia el rey, hacia el Mate inevitable. Después posa la mirada en Ryuk y sonríe con sinceridad (el gesto, en este caso, sí que está contenido con alegría) a la vez que una sombra de respeto se ilumina
Juegas bien, shinigami. Aunque supongo que allá de donde vienes tendrás muchas oportunidades de jugar. Mira el Death Note y acaricia su lomo. ¿Te aburrías allí y has decidido sembrar un poco de desorden entre los humanos, shinigami? ¿Quieres ver cómo nos damos muerte unos a otros, sin más, gozando de un poder que nadie debería tener?¿Quién no daría hasta su alma por un poder semejante? Queda un instante pensativa Y nada más que el azar lo ha hecho caer en mis manos. Desde luego, los caminos del azar son inescrutables. Quizás nada más que el azar lleva todos los asuntos mundanos. Finalmente, a la hora de la verdad, no somos más que meras marionetas en un torbellino de causalidades. Se le ilumina la mirada ¿Y quién seré yo para cerrarle la puerta al azar?
Nota de escena: esta escena hay que tenerla en cuenta con la música del corte 19 (Death's Note Theme) de la banda sonora del anime ;)
Deja de llamarme shinigami. Me llamo Ryuk. Y bueno, se podría describir como tu has dicho. ¿Sabes? De todos los chicos tu eres mi favorita, más que Light.-dice Ryuk mientras flota en el aire como si estuviera en una camilla.
Ponla tu, please.
Shimako queda unos insantes pensativa.
No sé si es muy recomendable ser la favorita de algo de un shinigami, Ryuk, pero... Se levanta con un suave movimiento, Bueno, ya va siendo hora de hacer algo de cena. ¿En vuestro mundo de shinigamos los shinigamos coméis algo, Ryuk?
Si, esto.-responde Ryuk sacando una manzana del mundo shinigami-¿La quieres probar?
Shimako sonríe mientras empieza a sacar los tallarines de la despensa y pone a cocer una olla de agua.
No, gracias. En mi mundo se cuentan historias graciosas sobre dioses que ofrecieron manzanas a humanos y, créeme, no acaban nada bien. Mira con curiosidad la manzana que empieza a comer Ryuk De todas formas, ¿no preferirías una manzana de aquí? Viniendo del mundo de los dioses de la muerte, no parece que sea muy apetecible.
Por cierto, ya he visto que se nos ha "unido" Light
No, yo ya tengo mi despensa de manzanas de aqui. En este bolsillo, puedo sacar lo que desee.-responde mientras saca una manzana "buena"y empieza a comersela.
Como quieras
Shimako se encoge de hombros. Preparados los tallarines (con pollo), cubre la mesa del comedor con un sencillo mantel y se sirve un plato humeante. Cuando empieza a comer dirige una última mirada a Ryuk.
¿Seguro que no quieres unos pocos? No soy mala cocinera, y alimentarse sólo de manzanas...bueno, yo me aburriría mucho.
Ya, pero esque las manzanas son como una droga para mi, si no las como me entra síndrome de abstinencia.-dice Ryuk terminandose la manzana y sacando otra.
Shimako termina la comida en silencio. Acto seguido, recoge la mesa y friega los platos. Hechas las labores domésticas, se dirige al cuarto de baño para después bloquear con su cuerpo la entrada.
Oye, ¿de verdad vas a seguirme a todos los lugares a los que vaya?
Pues si.-dice Ryuk mientras mira a Shimako-Tranquila, los shinigamis tenemos de pervertidos lo mismo que de santos, osea nada.
Shimako coge el cepillo de dientes y echa una capa de dentrífico. Mientras se cepilla los dientes, intentando que quede medianamente inteligible, habla.
No es que te considere un pervertido, Ryuk. Simplemente, una persona necesita tener su espacio en la intimidad. Llena un vaso de agua y se enjuaga la boca. Seguidamente, llena otros tres vasos de agua, que procede a beber. Mientras sube las escaleras de vuelta a su cuarto, sigue hablando. Es como una celda, ¿sabes? Una celda que necesitamos sentir como exclusivamente nuestra. Deshace la cama mientras se desabrocha los pantalones. Por eso, Se quita los pantalones no es bajo el pudor que te pida, ¿te importaría mirar hacia otro lado mientras...? termina a la vez que ase la camiseta.
Vale, tranquila.-Ryuk da un salto y se pega al techo. Se queda mirando el techo.
Gracias
Shimako termina de quitarse la camiseta No es bajo pudor, decía, que te pida, en determinadas circunstancias, que me dejes sola un momento. Sus dedos ágiles buscan el broche del sujetador y, con un sutil movimiento, lo liberan ¿Sabes?, gesticula con la mano derecha si necesito un lugar para pensar, por ejemplo, acerca del hecho de que puede que me tire los siguientes meses tirándole el techo encima a gente que ni siquiera me cae mal Con un elástico movimiento de los hombros, el sujetador cae al suelo, desnudando sus pechos pequeños pero firmes. Se dirige al armario, a la vez que aparta el sujetador con el pie a un rincón de la habitación. Abre la puerta y busca una camiseta y si quiero tener un instante para reflexionar Coge una, demasiado grande para su pequeño cuerpo, y se la pone , -Ya puedes mirar, gracias- pues tener a mi lado a un ente de dos metros quince con la cabeza cosida al cuello no ayuda mucho a concentrarse, ¿no crees? Se da la vuelta, mirando al shinigami con la cabeza levemente ladeada.