Partida Rol por web

¿Limpiarlo todo? No entendía todas las palabras que Marco decía. Cuando Pacchetto hablaba en italiano no entendía ni papa. Pero sabía lo que quería el jefe, que limpiasen toda esa mierda.

-Очистить это? Это должно быть подожжено!-

¿Como iban a limpiar ese colchón?

-Marco- pareció caer en la cuenta de algo repentinamente -Mirar quien en habitación, tu recepcionista- le dijo mientras le cogía del brazo para detenerle y que le escuchase.

Llamaste a la policía- Guten Tag, ich kann Ihnen helfen, hier die Berliner Polizei- tu no entendías ni una puta mierda. Quizás lo intentaste en inglés- Wir sprechen kein Englisch, bitte rufen Sie die Nummer 016672421 an- ¿Que cojones decían?

Una puerta se abrió en el pasillo, y escuchaste como los dos estaban teniendo alguna conversacion.

No había cuerpo alguno 

Apareció por ahí Marta, Marta era una mujer ya senil que venía a visitar a sus nietos a Berlin cada dos meses, se quedaba una semana entera en el hostal y era muy maja...solo que claro, la pobre ya no carburaba nada bien y parecía estar resfriada de narices porque tenía mocos blancos o medio amarillentos que se intentaba sonar- Niña- Era la típica mujer que era como la abuela mas amada y querida del mundo- ¿tienes mas papel? No queda en el baño.- su inglés era regulero pero se le medio entendía.  

Mira, habías colocado todos los putos rollos no hacía ni dos horas. Y luego la culpa tuya claro, el jefe siempre la culpa a ti. No de esos adolescentes borrachos o de las parejas de dudosa relación. 

Si es cierto que tenía un poco de mala cara. 

- Yo me encargo de esto... - Le dijo a Megushka en cuanto apareció la señora Marta con su demanda. - Le doy papel y tú empieza a arreglar ésto. - Señaló con la cabeza hacia la habitación. - Enseguida vengo a ayudarte...

Y así sin más, le devolvió la jugarreta a la rusa. Donde las dan las toman. Al final, la limpieza era trabajo de Megushka y el tema del papel higiénico también. Le estaba quitando trabajo, así que no podía quejarse.

- Venga conmigo, señora Marta. - Le dijo a aquella mujer ya senil. - Enseguida arreglamos el asunto...

Alguien robaba el papel higiénico ¿Había algo más triste? Y el jefe nunca le creía. No le había hecho caso cuando ella sugirió poner un cacharro de esos en que caben dos rollos, una caja que no pueda abrirse con la llave. Cómo estaba en los cines y muchos otros negocios como restaurantes de autopista y cosas así. Una puta caja fuerte para los rollos de papel.

-Vale- respondió a Marco. Marta era maja pero sus mocos no. Los mocos le daban tremendo asco y además parecía que la anciana estaba pillando algo. Mejor estar el mínimo rato con ella, que se contagiase el italiano era el mal menor.

Dejó que los dos se alejasen y ella fue a cambiarse la ropa y a por algunas cosas de limpieza, como bolsas de basura, los productos, quitamanchas, trapos, cubo y fregona... Y gustes de látex, eso no podía faltar.

Tekito ya no sabía qué más hacer, quizás después de todo tendría que aliarse con la rubia y el italiano, más aún después de haber visto lo que vió. Ohmygó. - Yo no sé pa qué venil aquí yo tení que quedalen China o habelido a Espania, allí comida buena gente buena que habla inglé y aquí sieso alemano.. - farfullaba dirigiéndose hacia la puerta, tras escuchar voces en el pasillo. Se dirigió hacia la misma, guardando su móvil en el bolsillo, aunque aún sujetándolo por si tuviese que volver a intentar llamar a la policía. Abrió la puerta y se asomó, cual maruja, mejor prevenir que curar, no fuera a ser que le hubieran perseguido hasta allí.

Tekito se asomó mientras que Megushka se cambiaba en la sala de limpieza. 

Marco, atendía a la señora, que se había olvidado de nuevo de la contraseña del Wifi, total, si ella no lo usaba, pero siempre la quería. 

De paso, le hablaba a Marco sobre las novedades- He visto que tienen obras al lado- Las obras eternas- ¿sabe que hay chicos muy amables?- Ese amables sonaba a "me los comía enteros"- Tekito lo escuchaba desde la entrada.- Bollito, anoche hubo mucho ruido en el último baño, no es por incordiar pero...ya sabe...lleva toda la mañana cerrado. ¿Podrían revisarlo? No quiero que una pareja se haya caído en la ducha...- El último baño tenía una ducha bastante mas grande que las otras. 

- Lo revisaré. - Le dijo a la mujer mirando por encima de su hombro por tal de tratar de ver en dirección a la habitación sangrienta.

Aunque sabía que por el ángulo no podría ver nada, su mente estaba allí y no con la señora Marta y aunque su descortesía evidente le pudiera costar una buena propina, ese era ahora el menor de sus problemas.

- Si me disculpa ahora... - Le dijo cortando la frase de su clienta a medias. Agarró un rollo de papel que tenía empezado bajo el mostrador y se dirigió a los baños. Iba a dejar el papel, pero sobre todo, comprobaría lo que Marta le había dicho. Más que nada para descartar un nuevo desastre y regresaría con prisa junto a Megushka.

¿Bollito? Debía de ser esa desagradable mujer de la que había huido, así que no era una loca que quisiese comerse a Tekito. Quizás había visto demasiadas películas y jugado a demasiados juegos de terror y gore por lo que se condundió torpemente. Asomando la cabeza continuó escuchando. Otlo sesinato.. este hotel no me guta.. no me guta naaa. Por lo pronto, parecía que se encontraban bien esos dos, por lo que entonces, no había peligro. 

Tekito salió al pasillo en busca de Marco - Oigáa, espele.. quielo hablá con usté - dijo interrumpiendo la interrupción que había hecho el italiano para deshacerse de la vieja.

- Si bueno y yo... - Se comió las palabras. - ...quiero un Ferrari... - Pero las pensó.

Se detuvo a escuchar al japonés. No tenía tiempo que perder, aquello se estaba convirtiendo en una auténtica locura, pero al final aquel hombre era un cliente descontento y con razón y a él no le gustaba ser descortés.

- Bueno... dígame... - Se resignó a escuchar a Tekito.

- Eta habitasión no éh la que yo contlaté, yo sel chino pelo no tonto, ¿me entiende, háa? - si en algún momento se le pasó por la cabeza al italiano que se lo iba a poner fácil que fuese cambiando de idea. Primero le habían puesto un zulo por habitación y luego le habían obligado a entrar en la escena de un crimen.

- Quielo que me cambie dabitasió ahola mihmo - parecía una advertencia más que una petición. 

- Estoy en ello señor Tronquito... - Resopló. - Estoy en ello y entiendo su indignación, pero ahora tengo algo importante que solucionar. Si quiere dejé sus maletas en la habitación que le han asignado y en cuanto pueda le busco una solución. Deme diez minutos al menos. - Se dio media vuelta y alzó la mano derecha con el índice señalando al cielo. - Muchas gracias por su comprensión... - Y se marchó en dirección al baño para comprobar lo que Marta había dicho.

Salió con el uniforme de limpiadora, el cual había acortado ella misma. Algo que a las feministas no les habría gustado, pero que a Megushka le hacía sentirse mejor. Para ella era un pecado esconder sus preciosas piernas.

Con ella llevaba un cubo, una fregona, bolsas de basura, trapos y productos varios. No se había olvidado de los guantes, por supuesto, unos guantes que después se irían derechitos a la basura ¡qué asco!

Y ahí estaban ellos, correteando como pollos sin cabeza por el pasillo, de arriba a abajo, dejándole todo el trabajo sucio a ella.

И вы хотите разместить другого клиента здесь? Какая куча мусора

Refunfuñaba por lo bajo mientras iba hacia la habitación sangrienta.
 

- No Tronquito, Tekito, Tekito Tohito, háaaaa? - dijo indignado mientras se escaqueaba Marco en su propia cara.  Voy a poné la peó leseña que se puedimaginá en el "Google", te van a echá como no me cambié dabitasió, háa?. 

Cuando iba a volverse hacia su zulo personal, apareció la rubia, a quien miró de arriba a abajo. Qué cuelpo.. no no no, no caigas en su rede Tekitooahh, eso éh lo que ella quiele, pelo enlealidá éh una selpiente.. Tras el chequeo, Tekito cogió las llaves de su habitación y, dejando las maletas dentro, se dirigió hacia recepción. Diez minutos iba a esperar, hasta que apareciese el recepcionista.

Tekito se encontró sus maletas, enteras de milagro. Las había dejado en el pasillo, ahí, abandonadas. Entro en su zulo. 

Megushka se internó en la habitación maldita. 

Marco fue hacia el baño mas puerco de todo el hostal. 

¿Por donde empezar a limpiar aquello? Ni siquiera tenías materiales decentes para hacerlo. Pobre el que se quedara en esa maldita habitación. 

Ese baño...era infernal. Con forma de L, pero invertida, que cualquiera te podría atacar nada mas girar para ver el lavamanos y el inodoro. 

Lo primero era, que estaba cerrado, efectivamente, pero la llave estaba puesta por fuera, lo cual, haría que simplemente tuvieses que girar y abrir. 

La puerta de la habitación 8 se abrió de golpe, causando un silencio repentino y muy dramático, solo para ver como dos jovencitas hasta las trancas de todo, salían con sus short cortos con el puto frio que hacía, bebiendo de una botella de vodka ruso mientras comentaban algo en un idioma que ni te sonaba. 

Suspiraste, abriste la puerta y casi de inmediato, la viste en la ducha. 

- ¡Coglione! - Que exclamó Marco dando un salto hacia atrás. - Mamma mia! Uns merda di topi! - Exclamó al ver a la asquerosa sabandija que se había acuartelado en la ducha. Marco examinó rápidamente el baño. Necesitaba un arma para hacer frente a aquella asquerosas rata negra. Tan solo encontró la escobilla del baño. Igual si le daba bien... Y entonces lanzó un fuerte golpe con la escobilla. Con un poco se suerte igual la mataba de asco.

Megushka entró en la habitación o observó todo. ¿Cómo iba a dejar aquello decente para el siguiente cliente? ¡Menudo asco!

Miró en el baño. Marco había dicho que no había nadie, pero a saber.

Después suspiró. Si llamaban a la policía harían venir al jefe y este les soltaría un sermón tarde o temprano sobre lo de cumplir sus órdenes, sobre si les pagaba para pensar o para obedecer, etc etc.

Le daba tanta pereza tener que aguantar al jefe que casi preferís limpiar toda esa porquería. Ya había quedado claro que Marco no pensaba hacerlo ¡Qué poco caballeroso!

Además ella solo quería largarse y olvidarse de todo. ¿Acaso todo ese tiempo no era ya de su tiempo libre?

Empezó por coger la mopa y tirar las toallas y demás al suelo, después sacaría las sábanas ¿Cómo cuánto habría pillado el colchón? ¿Seguiría viéndose la mancha si le daba la vuelta?