Partida Rol por web

Estuve a punto de golpear al soldado, pero temía un motín si lo hacía. Tampoco quería responder, de modo que mi pequeño cerebro buscó una evasiva que esperaba lo contentase, o si no, que lo asustase. Algo tan preciado para el gran Garur ibn al-Tarjel que si fracasamos.Si fracasamos moriremos y si nos perdona la vida nos convertirá en eunucos...y eso si tenemos suerte. Lo dije muy serio, invadiendo su espacio, cara a cara, a una distancia tan corta que podía notar mi aliento en su cara.  ¡Por vuestro señor, remad más fuerte no pueden escapar! Dije apartando la mirada del soldado y dirigiéndome al resto de la tripulación. ¡Abrá una gran recompensa si triunfámos en nuestra misión!

Ví la tormenta acercarse, no era marino, apenas sabía mantenerme a flote, quería enfrentarme ya a esos piratas, no a las malditas inclemencias del tiempo. Todo llegaría, o eso esperaba. Sólo podía pedir que los hombres con los que iba fuesen fieles al gran Garur y le tuviesen si no amor, miedo y respeto, de no ser así estábamos perdidos

Los soldados asentían a tus palabras. No era tu fuerte, pero les infundaste valor (valor o miedo del gran Tarjel en Al-Yazirat). El caso es que ordenador remar y aguantar las velas como jamás lo habían hecho. Sin embargo, el viento era extremadamente fuerte, pero no aprovechable (pues soplaba de dos lados a la vez). Entonces, tras un buen rato navegando (el que apenas veíais la coca ya), un incendio se produjo en vuestra galera. Procedía de algún estamento inferior, de algún camarote. ¡¡FUEGOOOO!! -se oían gritos de los marineros de las galeras, en la zona de remeros-.

¡Por Allah!¿Ahora qué? Me dirigí a la zona de la que venía el fuego e intenté apagarlo por todos los medios, ayudando a los marineros como uno más. Hora echando agua , hora pasando el cubo. Esto nos retrasaría y nos haría perder nuestro objetivo, pero no podíamos navegar así. ¡No perdáis de vista el navío! grité a la desesperada al vigía mientras pasaba un cubo con agua a otro marinero. La cosa cada vez estába más complicada.

Cuando te acercaste al fuego, viste que venía de los estamentos inferiores del barco. Ello había provocado un agujero en la cubierta, pudiéndose un camarote debajo de la misma (el primero bajo ella). Allí había empezado el fuego. Et claro que, en mirando hacia abajo por la hendidura, que viste a un tipo como corriendo por allí, como ocultándose... Ni harto ni perezoso, sin decir nada a nadie, bajaste a ver quién diantres era aquel tipo (que ninguna buena espina dábate). Et que bajando las escaleras tras tomar la escotilla de cubierta avanzaste por los pasillo y te encontraste a alguien de frente. El tipo se paró delante de tí y tomó una gumía bien afilada que tenía en su cinturón. Era un tipo con turbante y un rostro no muy alentador. No tenía pinta de soldado de puerto, ni tampoco habíasle visto en Al-Yazirat. ¿Sería un saboteador?

Cuando veo al intruso me preparo para el combate-Apagad ese fuego y seguid remando, yo me encargo-Digo de manera seca, pero segura. Acto seguido centro mi atención en el hombre del cuchillo, giro mi cuello a izquierda y derecha haciéndolo crujir, me quedo mirando fijamente a mi adversario y espero el cruce de aceros. Si este bastardo es uno de los hombres que ha secuestrado a la hija y a la mujer del gran Garur y prendido fuego al barco, digamos que escogió un mal día para hacerlo-¿Quién eres y qué quiéres?

Iniciativas:

Intruso: 21
Malik: 4 --> Declara.

Saco la maza de armas del costado y declaro parada con el escudo

El tipo mostraba ahora un rostro tremendamente hostil. Se lanzó hacia tí, intentando clavarte su daga y acabar con tu vida. El fuego brillaba junto a vosotros, y sentías el calor. El primer zarpazo entrechocó con tu escudo justo después de sacar tu maza, y el segundo no lograste esquivarlo... ¡y logró clavartelo en la pierna diestra! No obstante, lejos de lo que pudiera parecer, apenas te rozón (entre lo débil del ataque y tu armadura.

Daño: 5 (-3 por Gambesón) (/2 por pierna) (/2 por ataque preciso): ... sin daño.

Sentí el filo a través de la armadura, pero por suerte no causó daños. Ahora era mi turno.

Iniciativas:
Intruso: Ataque con Cuchillo a la cabeza y Esquiva.
Malilk: Parada con escudo y Ataque con maza al pecho.

En el fragor del combate, ni el intruso logró acuchillarte donde quería ni tú lograste acertarle, dada su agilidad y su pericia al moverse. Estábais técnicamente empatados... ¡y el fuego del barco ardía junto a vosotros!

El combate se intensificaba, el rufián era rápido. Pero yo solo necesitaba encajarle un golpe. Un golpe, un buen golpe es todo lo que quería. Combatí en silencio mientras veía el barco arder, esperaba que esta lid no se prolongase mucho.

Iniciativas:
Intruso: Entrar en melé y atacar con el cuchillo
Malilk: Parada con escudo y Ataque con maza.

El tipo corrió para ponerse cerca de tí, pero le endosaste un mazazo en el estómago que no olvidaría.

Daño: 13 (-1 por Ropas gruesas): 12 puntos de daño*

Ahora los dos estábais tremendamente juntos, lo cual era peligroso, ya que él podía manejar el cuchillo a su antojo y tú no.

El tipo cayó al suelo con la pelvis fraturada. El impacto había sido brutal, y tenía la carne y el hueso sobre el muslo destrozado. Cayó hacia atrás, justo donde comenzaba el fuego que ya elevaba sus lenguas hasta casi la cubierta... Sus gritos de dolor hicieron que perdiera toda la perspectiva, y en verdad estaba a tu entera merced.

Un solo golpe, eso es todo lo que necesitaba y vamos si se lo dí. Solté el escudo y cogía al tipo por el pescuezo y lo levanté casi un palmo del suelo, lo saqué fuera del barco, con los pies en vilo entre el aire y la mar y ahí empezé a preguntar.-¿Quíen os ha enviado?¿A dónde se dirige el navío secuestrado?- La estampa con las llamas era realmente espectacular, si no fuese porque seguramente perderíamos el navío y no sabía cómo seguir persiguiendo a la coca secuestrada.
 

¡¡Aaaaaaaaahhhh!! El grito de dolor era terrorífico, pero el tipejo no soltaba prenda. Por contra, cuando se hubo recompuesto un poco, te escupió en la cara.

Seguí apretando, eviendo que no soltaba prenda le acerqué la cara al fuego para que sintiese su calor, si no hablaba se quemaría vivo. ¿A dónde se dirige la embarcación? repetí muy lentamente mientras las llamas llegaban a su cara.

¡¡Aaaaaahhh!! El fuego se aferró a su turbante y comenzó a arderle en la cabeza... Sea como fuere, el fuego era abrasador para cualesquier hombre, y eso no podía dudarse. Finalmente, tras unos segundos el tipo se desmayó mientras su cara había dejado de arder con las primeras quedamuras más potentes.