Partida Rol por web

Desesperación carmesí

Forja de libertad

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11/12/2008, 21:26
Master Indio

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14/12/2008, 19:10
Master Indio

El sonido cadencioso de metal contra metal surgía de aquella forja, como lo había hecho durante años, aunque en la actualidad era un brazo más fuerte el que empuñaba el martillo.

En el exterior la vida poblaba las calles de Ródennos, ciudad donde se encontraba la herrería. Una vida que se había tornado confusa y preocupada desde el mismo instante en que el cielo se tiñó de rojo, con miradas nerviosas que se volvían una y otra vez hacia arriba, como si esperasen que la desgracia descargase de un momento a otro.

 

Pero a Zack no le preocupaba lo más mínimo el cielo, excepto por los ingresos extras que podía proporcionarle, ya que los nervios que ahora parecían gobernar a los habitantes, se hacían extensibles también al señor feudal. Si todo continuaba así, no tardaría en recibir pedidos por parte de Lord Zaelus para pertrechar a su ejército.

Por otro lado, debía pensar en los posibles inconvenientes, y es que, si eso ocurría, necesitaría encontrar un ayudante en aquellos tiempos de bonanza, pues él solo no podría con todos los encargos.

 

Zack alzó la hoja al rojo vivo, que había estado moldeando hasta ese momento, y la hundió en el cubo de agua que tenía preparado al lado del yunque, emitiendo esta un siseo similar al de una serpiente a punto de atacar…..cuando estuviera terminada sería mucho más peligrosa que la mordedura venenosa de un reptil, eso por descontado.

Elevó la hoja hasta colocarla frente a sus ojos, sintiendo su peso. Sí, sería una buena espada. Bien equilibrada. Como todas las que había hecho desde que aprendiera el oficio.

 

¡Herrero! – llamó una voz ronca desde la parte delantera de la herrería. El tono de superioridad y autosuficiencia no dejaba lugar a dudas de a quien pertenecía aquella voz. Oh, no a la persona en sí, sino a lo que era…..un soldado de Lord Zaelus, quizá incluso uno de su propia guardia personal, y eso sólo podía significar problemas si no afrontaba la situación con cuidado. – Deja lo que estés haciendo y sal. Traigo órdenes de Zaelus.

 

Así que llamándole por su nombre y omitiendo el Lord…..seguro que no sería capaz de hacerlo ante su señor, pero aquí, en una humilde herrería, se atrevía a hablar de él con una familiaridad que le hiciera parecer más cercano, como si fuese alguien importante en vez de un simple soldado.

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14/12/2008, 23:07
Zack Shermann

Se presentaba un nuevo día de duro trabajo. Me levanté al alba para comenzar a trabajar cuando aún no hacía demasiado calor ya que, a partir de medio día, se volvía insoportable la temperatura cerca de la forja. Aunque en los últimos tiempos parecía que el alba durase hasta la puesta del sol, lo que hacía a la gente estar bastante alborotada.

Nunca creí demasiado en presagios ni supersticiones más allá de las que afectaran directamente al pan del día, así que continué con mi trabajo de la forma habitual. Ese día estaba preparando una espada. Una buena espada para un buen amigo, un mercader que me había ayudado mucho a lo largo de los años y que estaba empezando a tener más problemas de la cuenta con asaltantes de caminos, algo que ni sus propios guardias ni los de Lord Zaelus podían o querían impedir.

Estaba concentrando dando precisos y duros golpes al metal y haciendo pruebas de equilibrio con el arma, que cortaba el aire con un sonido casi inaudible, cuando escuché una voz desde la calle.

Alguien:

¡Herrero!

El tono de esa voz sólo podía indicar una cosa: problemas. - Malditos soldados, ¿no pueden dejarnos trabajar en paz?, ¿qué querrán ahora?... será mejor no hacerles esperar... - ¡Diga! - grité desde el interiror para hacer saber que había advertido su presencia.

Soldado :

Deja lo que estés haciendo y sal. Traigo órdenes de Zaelus.

Con pesar solté la espada que me mantenía ocupado a un lado del yunque y salí al exterior de la herrería sacudiéndome las manos en el peto, dispuesto a encontrarme con los soldados. - ¿Zaelus?... ¡Tendrán cara!... Debería estar presente, seguro que les caía un buen castigo por tal descortesía.

Una vez fuera me coloqué cerca de los soldados pero manteniendo una distancia prudencial y les constesté con voz bastante seria. - ¿Qué se le ofrece a nuestro señor LORD Zaelus?

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15/12/2008, 22:44
Soldado

Se podría decir cualquier cosa de aquel soldado, pero sin duda la principal es que no se encontraba en buena forma.
Hacía tiempo que la paz reinaba en el feudo de Lord Zaelus, y sumado con las ingentes cantidades de comida que el pueblo debía aportar como impuesto, provocaba que la guardia se hubiese vuelto aún más holgazana de lo que era acostumbrado.

Aquel hombre, que portaba unas protecciones insuficientes para su generoso cuerpo, miró a Zack de arriba a abajo de forma altiva y despreciativa. A ambos lados se encontraban colocados sus compañeros, lo que hacía crecer su valentía. De no ser así, puede que las circunstancias fueran completamente diferentes, pero pocas veces podía divisarse a un soldado caminando solo por aquellas tierras, pues era demasiado el odio que sentía la gente hacia ellos. Claro que, se lo habían ganado a pulso.

Zaelus piensa dar una fiesta - comenzó finalmente a hablar el soldado - para demostrar a sus súbditos que nada hay que temer por los cambios sufridos en el cielo. Asistirá toda la corte y ha decidido que para dicha ocasión es necesario que luzca una nueva armadura.

La comisura de sus labios se encontraba ligeramente alzada, aunque más que una sonrisa parecía una mueca - Por supuesto no sería una armadura de combate, sino una mucho más ligera y que le permita moverse con libertad ¿entendido? Tú serás el encargado de fabricársela, y tiene que ser una armadura como no se haya visto otra igual, así que ya puedes esmerarte.

En ningún momento pareció que le estuvieran consultando, no. Aquello era una orden en toda regla, pero lo peor aún no había llegado, y el soldado lo sabía - Vendremos a recogerla dentro de dos días.

Allí estaba. Ese era el motivo de la espantosa sonrisa que mostraba en su rostro. ¿Dos días? Aquello era prácticamente impensable, y ellos lo sabían.
Quizá ese fuera el motivo por el que no se movieron ni un centímetro, esperando la respuesta del herrero.

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15/12/2008, 23:25
Zack Shermann

Escuché atentamente y cruazado de brazos al soldado que hablaba. Hacía como que le miraba preo, en realidad, mi mirada estaba fija en algún punto lejano que podía divisarse através del hueco entre un soldado y otro. De vez en cuando miraba a un lado para ver que nadie aprovechaba para colarse en la herrería y, después, volvía la vista al frente.

Soldado:

... una nueva armadura ... Tú serás el encargado de fabricársela ... dentro de dos días.

No necesitaba escuchar nada más. Estaba ya acostumbrado a este tipo de cosas y era algo esperable. No porque acostumbrase a hacérmelas a mi personalmente, sino que cualquiera del pueblo podía contar multitud de situaciones parecidas. Aunque no por esperada y común deja de ser una situación irritante.

Giré la cabeza a un lado pensativo mientras permanecía cruzado de brazos. - A ver que les digo yo ahora a estos pamplinas... - Tras un instante volví a mirar al frente, está vez sí a la cara del soldado que parecía llevar el mando del grupo.

¿Y ha dicho LORD Zaelus si le gustaría algún diseño en concreto? ¿O lo deja a la imaginación de un rudo y chusmuso fabricante de yunques?

Mi voz continúa seria pero tranquila. A lo largo de los años había tratado con muchos de estos tipos y había aprendido que su fuerza aflora ante el miedo, nunca debía mostrarme temeroso, asustado o inquieto aunque viese el mismo cielo, ahora de color infernal, caer sobre mi cabeza.

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16/12/2008, 23:51
Soldado

Jajajajaja - rió sonoramente el soldado, al parecer divertido por la situación que se le presentaba en ese momento. Nunca desaprovechaba una ocasión para doblegar a aquellos que se esforzaban en plantar cara ante los hombres de Zaelus - vaya, vaya, vaya. Al parecer tenemos delante a un herrero respondón. Bien, eso está pero que muy bien.

El soldado hizo bambolear sus carnes, las cuales parecían empeñadas en sobresalir por cualquier resquicio que dejara la armadura, hasta acercarse a un par de pasos de Zack, por lo que este podría oler ahora su pútrido aliento.....parecía que la taberna había sido la parada en el camino mientras se dirigían a la herrería, y a juzgar por el brillo delator de los ojos del soldado, habían permanecido allí un buen rato.

Zaelus dejará que seas tú quien decida el cómo hacer la armadura - le indicó con una voz que sonaba cada vez más amenazante, al tiempo que una malévola sonrisa curvaba sus labios - Y si no le gusta pues......quizá decida que no es necesario tener un herrero. Quien sabe. Todo depende del humor con que se levante y las ganas de diversión que tenga.

Lanzó una mirada hacia su lado izquierdo. Allí se encontraba, de forma permanente, ubicado un cadalso en el cual se practicaba justicia de vez en cuando, aunque era más numerosas las veces en las que lo que se practicaba era la completa injusticia.

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17/12/2008, 00:09
Zack Shermann

Permanecí tan impasible como pude mientras el rechoncho soldado se acercaba a mi con ganas de fastidiar. Sus ojos mostraban su gran afición a los fermentos de cualquier cosa que tuviese el pobre de Peter, el posadero, en su despensa. Y supongo que sualiento daría buena fe de ello también, y lo habría comprobado si el buen soldado levantase un poco más del suelo.

Soldado :

Al parecer tenemos delante a un herrero respondón. Bien, eso está pero que muy bien. Zaelus dejará que seas tú quien decida el cómo hacer la armadura. Y si no le gusta pues......quizá decida que no es necesario tener un herrero. Quien sabe. Todo depende del humor con que se levante y las ganas de diversión que tenga.

Mi rostro seguía sereno tras las palabras y amenazas del soldado, probablemente porque ya sabía la respuesta a mi mirada, sabía perfectamente lo que allí había, lo veía todos los días desde la forja, mucho más de lo que me gustaría.

Tras unos segundos hice un movimiento brusco pero disimulado con intención de asustar al hombre que se había acercado mucho a mi, aunque sabía que no serviría para nada más que enfurecer un poco más al soldado y apaciguar un poco mi furia, y me dirigí hacia la forja, en clara contraposición a la intención del opresor de que mirase el cadalso.

Sólo pretendo seguir las órdenes de LORD Zaelus tan fielmente como me sea posible para que su humor se mantenga favorable. En cuanto a lo de prescindir de los servicios de un herrero, sí, es posible, quizás decida que sus soldados luchen desnudos y con sus puños frente a otros guerreros bien pertechados en los difíciles tiempos que se avecinan, sólo por diversión. Por cierto, ¿dónde se encuentra en estos momentos LORD Zaelus?

Notas de juego

Master, si decides que el soldado mencione un lugar que conozco ¿me puedes poner la ubicación exacta en "notas"? Gracias

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17/12/2008, 22:28
Soldado

El soldado retrocedió un paso, de forma inconsciente, cuando Zack se movió bruscamente, pero sacó los suficientes arredros para avanzar nuevamente.....no sin antes lanzar una mirada asesina a sus compañeros, pues estos hacían grandes esfuerzos para no reir por la reacción del orondo soldado.
Aquello no iba a quedar así, eso desde luego, pero no podía omitir las últimas palabras del herrero. No cabía duda de que Zaelus no quedaría muy contento si se enteraba de que el herrero, el cual debía fabricarle la armadura, se había quedado sin las manos que necesitaba para trabajar el hierro.

¿Y a tí qué te importa dónde se encuentra Zaelus? - respondió malhumorado - No pretenderás que mantenga informado de sus quehaceres a alguien tan insignificante como tú ¿verdad?

Aquello fue lo único que se lo ocurrió para intentar herir el orgullo del herrero, pero él mismo se había dado cuenta que el enfrentamiento había terminado, y el resultado no había sido favorable para él.
Pero recordaría, eso podía tenerlo por seguro ese mequetrefe que se iba dando aires. Algún día surgiría otro tipo que fuese capaz de forjar espadas y escudos, o viniese de otro lugar para establecerse en Ródennos....y entonces....oh sí, entonces vería aquel patán.

Volveremos dentro de dos días a por la armadura - indicó justo antes de darse la vuelta, aunque añadió algo más entre dientes mientras se alejaba - Y más te vale tenerla terminada, o puede que entonces podamos divertirnos un ratito.

Hizo un gesto con la cabeza a sus compañeros y se alejaron en dirección a la entrada de las murallas interiores, las cuales guardaban el castillo donde vivía Lord Zaelus.

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17/12/2008, 23:26
Zack Shermann

Tras observar la reacción de los soldados traté de aguantar la risa que, victoriosa, trataba de salir de mis pulmones. Hice como que comenzaba a trabajar cogiendo unas herramientas y unos trozos de hierro pero, en realidad, no era más que lo único que se me ocurrió para ocultar mi sonrisa hasta que pudiese recobrar la compostura. - Nunca pensé que picaría en un truco tan viejo.

Soldado:

¿Y a tí qué te importa dónde se encuentra Zaelus? - respondió malhumorado - No pretenderás que mantenga informado de sus quehaceres a alguien tan insignificante como tú ¿verdad?

Tras estas palabras, y ya más sosegado, me giré de nuevo al soldado para responder a su pregunta retórica.

Por supuesto que no señor, ¡nunca se me ocurriría!. Sólo quería saber el tiempo que tardarán en traerme las medidas de LORD Zaelus porque, como comprenderan, no puedo hacerle una armadura apropiada sin saber sus medidas.

Los soldados comenzaron a alejarse, malhumorado uno y divertidos los otros. Sabía que todo esto no me traería más que problemas aunque, en cualquier caso, tendría problemas tarde o temprano, lo sabía por experiencia propia, así que, al menos, no me dejaría ningunear tan fácilmente.

Esperé paciente una respuesta de los soldados pues tanto ellos como yo sabíamos que sin esa información no podría hacer nada, ni en dos dias ni en dos años y esa responsabilidad recaería sobre ellos, no sobre mi.

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19/12/2008, 23:59
Soldado

Tendrás las medidas dentro de una hora - respondió el soldado sin volverse para mirarle - Enviaremos a alguien con la información que necesitas.....y espero que esa sea la última excusa que pones para realizar tu trabajo.

El resto de aldeanos que se encontraban cerca de la herrería, habían estado observando la conversación mantenida por los soldados y Zack, pero ninguno de ellos había intervenido, pues entrometerse en algo así sólo podía significar problemas para el intrépido que lo intentara.
Bastante tenían ya para ir buscando complicaciones que no iban con ellos.

Ese Zack terminará mal. Sería la frase que se cuchichearían al oído durante los siguientes minutos. O quizá....El anterior herrero no era un buscalíos.

La verdad es que Zack no había hecho un gran esfuerzo por entablar lazos con los que eran sus vecinos, pero ellos tampoco habían puesto mucho de su parte.
Al muchacho se le veía enérgico, quizá demasiado para que resultase una buena compañía, pues podía atraer con facilidad las miradas de los soldados sobre él, y aunque aún no había tenido un problema serio, sólo era cuestión de tiempo que lo tuviera.

Un instante después, las miradas ya se dividían entre el herrero y el cielo, el cual conseguía que los pensamientos volvieran a centrarse en las posibles desgracias que traería consiguo el futuro.
Eran tiempos de cambio, de eso estaban completamente seguros.....y no serían para mejor.

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20/12/2008, 00:24
Zack Shermann

Escuché las palabras del soldado desde lejos. al momento volví a mis quehaceres girando la cabeza de un lado a otro. - Desde luego... ¡no sé qué se creen que son! ¿Dioses?... nadie debería ir con esa actitud por la vida...

Cogí la espada que con la que había estado ocupado momentos antes y la alcé desafiante con una sola mano, la observé unos segundos para determinar su grado de calidad y equilibrio y determinar el tiempo que me restaba por dedicarle. En esto ví como parecía que bastante gente se había reunido frente a la herrería, sin duda para ver el espectáculo con los soldados. Sé que mucho spiensas que mis formas no son las más correctas, de hecho, yo mismo lo pienso muchas veces, pero este mundo nos obliga a ser de cierta forma que no tiene porque gustarnos y, en el fondo sé que, a muchos de ellos, les gustaría poder enfrenterse a esos malditos soldados. Los enfonqué durante un instante y, rápidamente, todos se dispersaron mientras to volvía a mi trabajo.

Solté la espada de nuevo junto a la pared y fuí al almacen a por algunas piezas de metal. - Será mejor que comience con esa armadura o tendré más problemas de los que soy capaz de sortear.

Rebusqué entre el material que tenía almacenado tratando de idear una armadura "elegante" y rápida de preparar. - En realidad no es necesario que proteja según me han dicho... quizás pueda sacarle partido a eso... sí... quizás si...

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21/12/2008, 13:31
Master Indio

Zack comenzó con los preparativos para la fabricación de la armadura de gala. Al menos realizaría las tareas necesarias que pudiera llevar a cabo sin las medidas de Lord Zaelus, esperando a que la persona prometida llegara a la hora que le habían indicado.

Pero algo llamó su atención en cuanto comenzó con las tareas que su mente había organizado. Un ruido de voces, procedentes del exterior, indicaban que algo estaba sucediendo.
También podía escuchar relinchos de caballos y el fácilmente reconocible sonido de las ruedas de carretas, en un número no inferior a cuatro.

¿Qué ocurriría ahora? Tal y como estaban las cosas durante los últimos tiempos, casi podría esperarse cualquier cosa.

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21/12/2008, 21:39
Zack Shermann

Comencé a transportar piezas de metal desde el lugar donde las tenía guardas hasta el fuego. Eran piezas, en su mayoría, que tenía guardadas desde hace tiempo, no por ser de un acero de gran calidad, no, sino que eran piezas que había juntado a lo largo del tiempo para hacer algunas pruebas e intentar nuevas cosas cuando tuviese un poco de tiempo libre. - ¡JA!... Tiempo libre... se pueden pudrir ahí esperando... Este es un buen momento para usarlas.

Muchas de las piezas que sacaba eran metales poco utilizados por los herreros debido, fundamentalmente, a su poco dureza, que los hacía poco útiles para la preparación de armas y armaduras muy resistentes. Sin embargo, algunos tenían ricas tonalidades que podrían hacer un buen contraste entre ellas. Además, al ser menos duros, su manipulación era más sencilla y rápida.

En uno de los viajes que iba dando, absorto en mis pensamientos, escuché un alboroto en la calle. - ¿De nuevo están esos soldados apabullando a la gente? - Pero pronto me di cuenta de que era algo más "serio" que el simple gozo de unos soldados. - ¿Caballos? ¿Carretas?... ¡Y muchas!... ¿Comerciantes?... Iré a ver, quizás pueda conseguir algo de material nuevo...

Solté el cargamento que llevaba encima y me limpié las manos en el peto de trabajo para salir a la puerta y ver que ocurría ahora en la aldea.

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27/12/2008, 18:22
Master Indio

Nada mas salir de la herrería, Zack pudo comprobar que no había estado desacertado en sus suposiciones.
Los lugareños salían de sus casas o comercios para observar la larga columna de carretas que se acercaba al pueblo, así como lo hacían desde que recordaban los más ancianos del lugar.
Sadicer y los suyos lo hacían cada año por estas fechas, cuando el otoño ya se encontraba bastante avanzado y debían detenerse en algún lugar para soportar el duro invierno.

Ródennos era un buen lugar para hacerlo, pues lord Zaelus solía tratar bien a aquellos que habían recorrido tierras lejanas.
Era un buen momento para hacer acopio de todas las noticias y rumores recogidos del resto de feudos así como de los caminos. Si se sabía escuchar podían sacarse muchas conclusiones acerca de lo que dijeran tanto los comerciantes como los trovadores que solían acompañarle, a la par que adquirir mercancías de las que no solían disponer.

Zack conocía bien a Sadicer, al cual podía considerársele como el lider de una tribu nómada propia, pues había sido un buen amigo de Alaeron, el viejo herrero que le había enseñado todo lo que sabía y posteriormente le había dejado en herencia la herrería.
De hecho, Alaeron compartió los caminos con Sadicer cuando ambos eran jóvenes y dispuestos a vivir grandes aventuras, aunque finalmente decidió asentarse en el lugar donde acostumbraban a pasar los inviernos.
Decían las malas lenguas que entre ellos dos, Sadice y Alaeron, habían existido problemas de faldas, pero si esto era así, hacía mucho que ambos habían olvidado aquella cuestión, puesto que cada vez que volvían a Ródennos, no parecían existir asperezas entre ellos.

La llegada de la caravana siempre era esperada, pero este año el ansia había ido en aumento, puesto que ellos podrían, quizá, decirles algo más acerca de los extraños sucesos que estaban acaeciendo en el mundo que conocían.
Puede que incluso tuvieran la respuesta del por qué el nuevo cielo carmesí.

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29/12/2008, 23:25
Zack Shermann

Al salir de la herrería me paré por unos instantes en la puerta viendo el paso de las numerosas carretas. Con la manga de la camisa me sequé el sudor que me caía por la frente como consecuencia del duro trabjo cerca de las brasas y aproveché que me cubría momentáneamente del rojizo sol que alumbraba Ródennos para mirar al horizonte y ver hasta donde se extendía la cola de carretas.

¡Vaya!... ¡Si son los chicos de Sadicer!... Cada año crecen más, ¡en número y en calidad!... Me acercaré a saludar a ese viejo lobo, a ver que notcias trae... quizás haya encontrado alguna de esas curiosas piezas con las que nos sorprende de vez en vez... ¡cómo le gustaban esas cosas a Alaeron!, recuerdo como brillaban sus ojos ante aquella pequeña daga llena de magníficos grabados...

Inmerso en mis pensamientos caminé junto a varias carretas hasta llegar a la cabeza del grupo, que había comenzado a ordenarse en la plaza. Allí encontré la carreta de Sadicer. No era la más grnade, pero sí la mejor en todos los demás sentidos. Me acerqué con prudencia para no molestar o parecer entrometido y, cuando vi que el momento era el adecuado, me hice notar junto al veterano comerciante.

¡¿Cómo estás viejo amigo?!, ¿Qué noticias traes de las lejanas tierras que visitas?

Notas de juego

Siento el retraso, he estado un poco liado estos dias con bromas y quehaceres navideños.

He "supuesto" algunas cosas para hacer esto un poco más rápido pero si hay algo que no deba hacer o que deba cambiar me lo dices y no volverá a ocurrir.

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30/12/2008, 23:38
Sadicer

Como era de esperar, la caravana había provocado que todos los lugareños se arremolinaran a su alrededor, la mayoría para saludar a viejos conocidos e intentar atisbar la posible mercancía que las carretas guardaran celosamente.....pero todos, sin excepción, esperaban poder recopilar cualquier tipo de información acerca de los sucesos acaecidos en los últimos tiempos.
Aquella era una práctica común, pero este año las ansias de conocimiento habían aumentado de forma exponencial, debido a los últimos cambios producidos en el firmamente así como los pocos rumores que llegaban traídos por algún viajero casual.

Al frente de la comitiva, como Zack ya esperaba, se encontraba la carreta que manejaba Sadicer, casi con tantos años como él pero que se mantenía en buen estado, sobretodo si se tenía en cuenta las distancias que había recorrido.
Pero así era el viejo comerciante.....cuando le cogía apego a algo, era casi imposible hacer que se desprendiera de ello. Aunque, todo dependía del precio, claro estaba. Con apego o no, Sadicer no dejaba de ser un comerciante.

Cuando el herrero le vió, pudo comprobar que el rostro del anciano parecía haber envejecido bastante desde el año anterior. Incluso los hombros se encontraban inclinados hacia delante, como si tuvieran que soportar una gran carga.
Sin embargo, eso cambió en cuanto escuchó la voz de Zack. Su rostro se iluminó con una franca sonrisa incluso antes de localizar su posición con la mirada.

¡Zack! ¡Muchacho! - exclamó jovialmente al tiempo que alargaba un brazo y palmeaba suavemente el hombro del herrero - Vaya, vaya. Cada vez que te veo te noto más fuerte. Lord Zaelus y sus soldados te hacen trabajar duro ¿eh?
Ya te avisé de eso ¿recuerdas? Te dije...Zack, deberías hacerte comerciante y viajar conmigo....pero no, tú tenías que seguir los pasos de ese viejo cascarrabias, renunciando al aire puro y a la recompensa de bellos paisajes por pasar tu vida encerrado entre cuatro paredes mientras tienes que soportar las altas temperaturas de la herrería.

Tiró de las riendas hasta conseguir que la carreta se detuviese por completo, por lo que los curiosos pudieron cerrar aún más el círculo, pero Sadicer no parecía tener ojos más que para el joven herrero....no en vano le había visto crecer año tras año desde que era un chaval.

Ay, hijo mío - se quejó mientras descendía del pescante - los caminos ya no son lo que eran. Multitud de peligros acechan ahora desde las sombras, pero somos un grupo demasiado numeroso y podemos defendernos bien.....pero los vientos arrastran negros presagios hacia nosotros.

Miró a su alrededor, comprobando que muchos lugareños habían puesto toda su atención en las palabras del viejo - Pero no hablemos de eso aquí fuera. ¿No tienes nada que pueda revitalizar a un viejo como yo?

Notas de juego

No te preocupes por el retraso. La mayoría de las veces seré yo el que se retrase, así que pierde cuidado.

Ah, y tampoco te preocupes por las cosas que inventes o supongas. Suelo ser bastante flexible en ese aspecto, porque utilizo lo que vosotros improvisais para hacerlo yo también, XDDDDD

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03/01/2009, 18:54
Zack Shermann

Había prestado atención con una sonrisa en los labios a todas y cada una de las palabras de Sadicer, ayudándole a bajar de su carreta cuando se dispuso a ello.

Sadicer :

Pero no hablemos de eso aquí fuera. ¿No tienes nada que pueda revitalizar a un viejo como yo?

Sabía que Sadicer no decía las cosas por decir y, mucho menos, era una persona que se comportase con gorronería por lo que, esta frase, junto a su mirada me dieron una visión exacta de lo que ocurría mis espaldas. Algo que comprobé con una ligera mirada de reojo a derecha e izquierda. Demasiada gente se agolpaba a nuestro alrededor. Sadicer tampo era un hombre al que le gustase ser el centro de atención, a pesar de ser comerciente, de la curiosidad de la gente.

Eeeehhh... Sí... Sí, claro. Vamos a la herrería.

Tomé al anciano por el hombro como protegiéndolo del resto de miradas y nos encaminamos a la herrería. La gente empezó a dispersarse de mala gana. Cuando nos encontramos lo sufiencetemente lejos de oidos indiscretos continué la conversación con mi viejo amigo.

La verdad es creo que no tengo mucho que ofrecerte en la herrería, pero ahora no puedo ausentarme de allí. Dime lo que se te antoje y me acercaré un momento a decirle a Peter, el posadero, que nos lo traiga si es tan amable. "Negocios importantes"... ya me entiendes.

Notas de juego

Juraría que el posadero/tabernero ya había salido antes en algún sitio, pero no he sido capaz de encontrarlo. Si recuerda dónde es y resulta que tiene otro nombre dímelo y lo cambio.

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04/01/2009, 18:03
Sadicer

Cuando ya se encontraron en el interior de la herrería, Sadicer buscó un lugar donde poder sentarse, lo cual era bastante complicado entre tanto apero de labranza recién fabricado, armas, escudos y armaduras, algunas de ellas simplemente cubriendose de polvo después del tiempo que llevaban allí sin que nadie las recogiera.
Al mercader le pareció incluso reconocer alguna de ellas de anteriores visitas.....cuando se tiene que abastecer a soldados, es normal que alguno de ellos no vaya a recoger su pedido, porque en realidad ya no necesitará nada nunca más.

Finalmente encontró un asiento, oculto bajo un escudo, el cual retiró con cierto trabajo. - No te preocupes - respondió - si tienes algo de agua para este cansado viajero te estaré muy agradecido. Ya no soporto el alcohol como en mis años mozos, y además he aprendido que esa maldita bebida es mala para los negocios, pues te nubla la mente ante tu rival. Es mejor mantenerse sereno y que sea el comprador quien abuse del bebedizo.

Aquel viejo conocía mas de un truco, eso seguro. Un comerciante no llega a tan longeva edad sin que sepa guardarse bien las espaldas. Sin embargo, ahora se le notaba seriamente preocupado, pese a los esfuerzos que hacía para sonreir mientras hablaba. Algo no iba bien, nada bien.
Pero Sadicer no parecía muy dispuesto a comenzar una conversación seria de forma tan directa, por lo que decidió relajar el ambiente preguntando a Zack por su vida.

¿Y qué tal van las cosas por aquí? - preguntó observando al herrero con ojos brillantes - ¿Has encontrado ya la moza que alegre tus días y caliente tus noches? Espero que no esperarás a que me muera para casarte, porque esa sí podría ser una buena ocasión para olvidar mis diferencias con el alcohol.

Notas de juego

Sip, el posadero se llama Peter. El nombre se encuentra al principio del tercer post.
Ya he modificado yo tu post anterior.

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07/01/2009, 23:34
Zack Shermann

Tras las palabras del comerciante cambié el rumbo de mis pasos que, en vez de a la taberna, me llevaron a un pequeño cuartillo situado en un lado de la herrería que hacía las veces de cocina, del que salí con un par de jarras de agua. Continué escuchando a mi acompañante, pues oirle hablar era uno de los pocos placeres que este lugar me ofrecía de vez en cuando ya que, a pesar de su ya avanzada edad, Sadicer mantenía una voz clara que inspiraba confianza, algo que, seguro, le había resultado muy útil en su profesión.

Mi vista se apartó del comerciante cuando la conversación tomo un tono más personal y me recosté en la silla que había ocupado junto a Sadicer.

Sadicer :

¿Y qué tal van las cosas por aquí? - ¿Has encontrado ya la moza que alegre tus días y caliente tus noches?
 
Tras un instante en silencio respondía sus preguntas sin volver la cara. - Los dias ya son bastante calientes en la forja amigo... y muchas noches también... Para bien o para mal en esta profesión no parece escasear el trabajo, lo que no quiere decir que esté bien pagado, y menos en estos tiempos. Con los últimos sucesos - digo apuntando al techo con el dedo en clara alusión al nuevo color del firmamento - parece que a la gente le ha dado por aprovisionarse de armas. No sé por qué... si se les cae el cielo encima... poco podrán hacer con una espada... - esto último me sale como una reflexión en voz alta, algo que apareció en la conversación sin que fuese mi intención. Al darme cuenta de esto, trato de volver al tema principal, ahora sí mirando a Sadicer - Es una vida muy sacrificada la que nos vemos obligados a llevar. No me gustaría formar una familia en estas condiciones. - Llegado este punto doy un salto de la silla con expresión de inquietud. - Lo que me recuerda que tengo que preparar algunas cosas pero, por favor, quédate un rato mientras trabajo. Estaré rondando un poco por aquí. Trabajar con las manos deja libre la boca y los oidos para una buena conversación con un viejo amigo, cosa que, por desgracia, si que escasea en estos tiempo.
 
Seguidamente retomo la preparación de los materiales de la armadura de Lord Zaelus dónde lo dejé, amoviéndome de acá para allá, pero siempre sin perder de vista la silla que ocupaba el comerciante.
 
Y dime amigo, ¿cuánto tiempo teneis pensado quedaros en Ródennos?

 

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11/01/2009, 15:48
Sadicer

Ay, hijo mío. Si todos nos parásemos a pensar si es conveniente formar una familia o no, en los tiempos que corren, hace tiempo que habríamos desaparecido. - respondió el viejo, acostumbrado a dar consejos que él mismo no seguía, pues Sadicer jamás había formado una familia.....o por lo menos no una que entrase dentro de la normalidad.
¿Si tenía hijos? Pues posiblemente, pero no podía estar seguro del todo, pese a haber sido acusado alguna que otra vez de la paternidad de uno u otro bebé. ¿Cómo podía estar convencido de que era suyo? Él no había parado de recorrer los caminos desde donde le alcanzaba la memoria, y nunca se había establecido por más de uno o dos meses en un mismo lugar.
Puede que eso fuera lo que había atraído a las mujeres en sus tiempos mozos, o incluso despues, cuando ya superaba la cuarentena. Era un hombre misterioso, siempre de acá para allá, sin lazos que le ataran a ningún lugar, y por supuesto a nadie.

Pero te comprendo. - continuó - Son tiempos difíciles los que nos toca vivir, y creo que las noticias que trae el viento son algo más que un duro invierno o unas nevadas copiosas. Algo se está moviendo.....lo siento en mis viejos huesos.....y no será para bien.

El mercader observaba cómo Zack se movía de un lado para otro, afanándose con los materiales que seguramente necesitaría para un próximo trabajo.
Pero Sadicer no entendía de eso. Sabía su un objeto era valioso o no una vez estaba terminado....incluso las ganancias que podría tener si lo compraba aquí y lo vendía allí....pero jamás había sido capaz de ver una materia prima e imaginarse en el objeto final que surgiría de ella.
Por eso, para él, aquellas cosas que había allí eran simplemente trozos de metal sin valor alguno. Excepto las espadas y otros artículos que estaban terminados y diseminados por la estancia. Por ellos sí que podría sacar una buena ganancia. Zack era bueno en lo que hacía, de eso no cabía la menor duda.

Bah, no hagas caso de los delirios de un viejo - dijo tras unos segundos, quitándole importancia al tiempo que agitaba su mano derecha - En realidad no tengo nada a lo que agarrarme para decir las cosas que digo, simplemente son presentimientos de esta mente cansada. Y de unos ojos que ya no pueden estar seguros de si lo que ven es real o no. Espero que este periodo de descanso me dé las fuerzas necesarias para retomar el camino cuando llegue la primavera, aunque creo que ya no serán muchas las que me queden por delante.