Partida Rol por web

Entonces... dormimos y hacemos guardia mientras tanto, ¿verdad?- pregunta el psiónico. 

Creo que deberíamos seguir, a no ser que alguno necesite reposo para recuperarse de alguna herida. Hemos comido y hemos bebido, vayamos al siguiente nivel.

Descansar de nuevo me parece que no merece la pena. Al menos yo no lo haré, me siento con fuerzas para continuar.

Si queréis y lo necesitáis, podéis dormir un rato. Mientras tanto subiré al piso superior a explorarlo un poco.

-Venga, no seáis así, todos a la cama- dije con un gesto que pretendía ser maternal-. Yo me encargaré de que no se os coma ningún monstruo desde debajo de la cama. ¡Ale! A dormir he dicho- añado agitando los brazos como hubiera hecho mi madre si aún viviera.

Kaalim se acerca a una de las camas y se acuesta en ella. Necesitaba ese descanso reparador para recuperar fuerzas y energías. 

En tal caso, buenas noches- dijo a sus compañeros- despertadme para hacer algún turno de guardia

Hace poco que hemos descansado, así que no creo conveniente, al menos por mi parte, volver a hacerlo. Vosotros dormir si queréis, yo voy a subir al siguiente piso a investigar.

Yo me apunto con Seifer. Veamos qué nos depara esta maldita torre

Seifer, Stanley y Urkk lo tenían bien claro. Habían decidido continuar hacia el piso superior. No tenían tiempo que perder, mientras tanto Kaalim decidía descansar en una de las camas que tan ricamente había ofrecido la torre. En cambio, la Dama Roselina y Mal Carlsson estaban dudando que hacer, si subir al piso superior, hacer guardias o simplemente descansar al amparo de las camas de la torre.

Temerosa por lo que pudiera acontecernos más arriba, empecé a desprenderme de la armadura para poder descansar hasta que Kaalim estuviera en condiciones de continuar y pudiéramos alcanzar al resto.

- Carlsson, descansa tu primero.

Le indico mientras termino de soltar las correas y dejo caer la pesada protección al suelo.

-Bien, llámame en un rato- le digo, esta vez más serio y me echo en la primera cama que pillé.

A duras penas contengo un bostezo. Extrañamente, tenía esa sensación de cansancio rondándome, aunque quizás fuera la misma torre confirmando mis teorías la que me provocaba esta pesadumbre.

Las ganas de dormir en aquel lugar cada vez eran mayores. Parecía que permanecer en esa sala haría que tarde o temprano cayeses en un profundo sueño. Las camas querían que te tumbaras en ellas.

Y de pronto, como por arte de magia se materializa ante ti, Seifer. No sabes muy bien como ha sucedido, pero se encuentra ahí contigo.

De pronto te encuentras en la habitación de la tercera planta, allí estás en la sala de las camas, Mal y Kaalim están durmiendo plácidamente cada uno en una cama, mientras que la Dama Roselina parece estar haciendo guardia. Aunque si te fijas bien, puedes apreciar como sus ojos están cerrándose. Parece que la mujer está tratando de aguantar, pero poco a poco se está quedando dormida.

Aterricé en la sala anterior sin saber muy bien cómo. No entendía nada de lo que había pasado. ¿Magia? Si era así, sería difícil continuar hasta el último piso. ¿Los demás lo habrán conseguido o han ido a parar a otro lugar de la torre?

Me fijé que estaban allí los compañeros que había dejado atrás. La Dama Roselina parecía que es la que estaba haciendo guardia, aunque se estaba durmiendo.

Dama Roselina, ¿te encuentras bien? pregunté al acercarme hasta ella.

Parpadeo somnolienta. Estaba claro que todas las salas de esta torre estaban diseñadas para conceder los deseos de quién pasara por ellas, pero del mismo modo que dos personas son diferentes, cada sala es única. Volví a parpadear y el otro caballero apareció ante mi tan de repente que había jurado haberme quedado dormida y estar soñando con él. - No. Le respondí con sencillez al tiempo que me incorporaba para después acercarme a una de las camas y acuchillarla con mi espada. - ¡Suciciente! ¿¡Me has entendido!? Le advierto nerviosa a la torre dado que estaba empezando a sacarme de mis casillas ese obstinamiento con forzarme a dormir.

¿Qué te ocurre, Dama? ¿Qué te pasa? pregunté extrañado

Saco la espada dejando el colchón de paja destrozado con un sin fín de cortes y encaro a Seifer, ahora ya convencida de que no es ningún tipo de ensoñación. - La torre. Pretende obligarme a dormir y le estoy haciendo comprender que ése no es mi deseo. Le respondo con sencillez y con resollando ligeramente por el reciente esfuerzo.