Partida Rol por web

Por un instante Tenshia temió haber llegado demasiado tarde. Entonces Rashid se convulsionó y escupió un torrente de agua por sus fauces para, a continuación, quedar nuevamente inconsciente. ¡El rakhasa le debía la vida!

Pero no había tiempo para celebraciones. Aunque el pulpo continuaba aturdido¹ se desplazó impelido por sus tentáculos para aproximarse a sus otras posibles víctimas².

Gronk, encima de aquella superficie gomosa, se las veía y deseaba para no caer al agua³.

Gronk estaba preparado para haber partido a la comida por la mitad y luego volver a la orilla nadando. Afortunadamente tenía un traje de baño orco, uno de mallas que al llevarlo puesto todo el día le agrandaría los músculos y le haría nadar mejor.

Pero la comida era resistente, había aguantado su hachazo. Justo cuando iba a atacarle con sus tentáculos el humano lanzó un proyectil mágico púrpura que lo confundió, impidiendo que le exprimiera como una mandarina. En su furia pensó que si salían de allí, podía conseguirle un montón de esbirros orcos a Grendel. Sus congéneres siempre hablaban que lo mejor era servir a poderosos brujos. Así llegaban los buenos tiempos.

Pero tenía que terminar de hacer la comida, encima de la masa gomosa de tentáculos no se estaba muy bien. Bueno, todavía no se hundía encima de la enorme cabeza. 

La criatura parece avanzar a ciegas contra lo que a su entender son dos nuevas presas. No ve venir el lanzazo rápido que la amazona le lanza como advertencia para que se mantenga alejado de ella.

El ataque no es más que para evitar que se aproxime. Le alcanza pero su piel gomosa apenas recibe un ligero corte superficial que ni se inmuta.

Los golpes de Gronk hacían saltar trozos de pulpo por todos lados. La criatura se debatía intentando escapar de aquel doloroso ataque pero poco podía hacer con el orco a horcajadas...
 

La arquera se había quedado pasmada con el anterior arrebato de violencia de Gronk, pero ahora parecía haberse recuperado. ¿Qué pasaba por su cabeza? ¿Venganza? ¿Desesperación? De alguna manera intuía que se esperaba que ella perteneciese al equipo del cefalópodo gigante y, la verdad, sus oportunidades de supervivencia pasaban por que el pulpo pudiera cargarse a alguno de los gladiadores enemigos.

Así que con decisión apuntó contra Gronk para ayudar a su inhumano compañero. Aquel flechazo podría haber dañado a otro pero Gronk estaba cegado por la furia berserker e ignoró totalmente aquella nueva varilla que ahora colgaba de su costado. ¿Era una flecha? ¡No tenía tiempo para flechas! ¡Estaba rematando a aquella monstruosidad!

Otra mosca volvió a picarle ¡Eso sólo aumentaba su furia! Pero debía dar las gracias luego a los retrasados del palco. Las moscas picaban contra su armadura. Por su parte Gronk seguía golpeando como un energúmeno al pulpo. Trozos gomosos de la cabeza abombada volaban por todas partes, el semiorco podía golpear y golpear sin parar. 

—¿Te quieres morir? —Gronk no pensaba en el espectáculo, pero el público se lo debía pasar de miedo viendo al semiorco golpeando subido al calamar. 

Los impactos psíquicos de Grendel el Magnifico habían logrado atontar a la bestia con tentáculos. Lo cual había salvado la vida al semiorco ya que ésta no pudo atacarle. A Grendel le parecía bien, había sido un gran aliado hasta el momento y le habría sabido mal que lo mataran. Seguramente le vendrá bien como compañero en futuros combates. Le dejó el honor de rematarlo.

Pero al parecer la bestia tenía otras ideas. Entre ellas las de no morirse por más que lo intentaran.

-Tendría que haberlo imaginado. Si quieres algo bien hecho...Tienes que hacerlo tú mismo.-

Grendel el Magnífico aferró su lanza y la levantó saludando al público. El cuál sin duda estaría aclamandolo a todas luces, pues así de bueno era. Después cogió carrerilla y saltó contra la cabeza de la criatura con la lanza por delante.

-YO. SOY. GRENDEEEEL.

La lanza impactó contra el duro craneo, y se clavó, se clavó y se clavó. Y Grendel el Magnífico fue con ella hundiéndose hasta los hombros en toda aquella asquerosidad.

-Venga. Sobrevive a ésto si eres capaz.-

Pero sabía que no sería así. El combate había terminado. La bestia no se levantaría.

-¿Ésto se come?-

Mientras se hundía la criatura lanzó sus tentáculos en todas direcciones. Se elevó y retrocedió golpeando las torres de madera, que se resquebrajaron viniéndose abajo. ¡Era un espectáculo increíble! Los gritos de la arquera al caer al agua fueron ovacionados por el público¹. Y aún muerta la criatura aquellos enormes tentáculos seguían buscando a sus víctimas como si tuvieran vida propia. Pero ya era en vano: aquello era tan sólo un espasmo final, una simulación.

El Dueño se levantó de su asiento y contempló al público. Había sido, sin duda, un combate espectacular.

Tenshia levantó la mirada. Intentaba reanimar al rakhasa por todos los medios. ¡Tanto esfuerzo tendría que haber servido de algo!

El Dueño miró hacia la arena. Después al Palco de la Gloria. La vida del guerrero rakhasha estaba en sus manos.

Los tambores redoblaban.

La criatura estaba muerta, nadie podría sobrevivir con media cabeza arrancada a hachazos por Gronk y la otra media pinchada por la lanza de Grendel. Ambos contendientes cayeron al agua. Gronk tratando de tranquilizarse. En el fondo, cerro los ojos y... no inspiró, sabía nadar y no tenía ese reflejo, simplemente se quedó quieto hasta que dejó de verlo todo rojo. 

Luego avanzo nadando como una anguila hasta el borde del agua que estaba cerca para salir. El chapuzón contaba como su baño anual, todo eran ventajas. 

El Dueño miraba a los notables del Palco de la Gloria. El resto del Coliseo fue imitando el gesto. Pulgares arriba¹. El pulgar del Dueño se elevó.

El coliseo estalló en júbilo.

Una pareja de sanadores salió del foso de gladiadores para atender al moribundo hombre tigre. Rashid viviría para arriesgar su vida en otro combate.

Mientras los gladiadores se retiraban entre aplausos los sanadores se llevaban en una camilla el pesado cuerpo del gladiador herido.