Partida Rol por web

Los gladiadores intentaron adelantarse al movimiento del hombre tigre pero no eran rivales para su velocidad. De pronto el guerrero rakhasa estaba sobre una de las arqueras y aunque su ataque no había logrado rasgar su cuello como sin duda esperaba si que fue un golpe que la desestabilizó. Momento que aprovechó Tenshia para recuperar su lanza y ponerse en situación de combate.

Entonces el gladiador más cercano a Rashid se abalanzó contra él con la intención de tirarlo abajo de la plataforma. Y lo hizo con tan buen tino que el rakhasa se vio impulsado hacia atrás rompiendo la endeble barandilla de madera¹...

Rashid braceó desesperado, intentando aferrarse a parte de la barandilla destrozada, pero no fue capaz. El tremendo impacto del gladiador hizo que perdiese pie y cayese de espaldas hacia la piscina que había bajo sus pies. Mientras se hundía en el agua fue consciente del movimiento revoltoso de los cocodrilos que había en el interior. Sin duda los saurios se alegraban de la compañía.

Pero a través del agua cenagosa vio algo más: el otro extremo de la cadena de la cual tiraba la extraña bola. Estaba abriendo lentamente una compuerta en la zona norte de la piscina. Una compuerta de un tamaño considerable. Estaba abierta por la mitad en estos momentos pero el gladiador no podía ver que había en su oscuro interior.

En lo alto de las tarimas continuaba la batalla. El gladiador que había tirado abajo a Rashid ocupó su posición flanqueando, junto con la arquera, a Tenshia, que quedaba ahora acorralada en una esquina. Peor todavía: el que estaba en el puente avanzó resuéltamente para aprovechar que la mujer estaba rodeada y todavía no podía usar su lanza¹ para aproximarse e intentar acabar con ella cuanto antes. Aunque el hachazo impactó en la barandilla, arrancando otra parte de ella, su enemigo acompañó el impacto del arma con un golpe de codo que dejó a la amazona aturdida momentáneamente. ¡Estaba en una situación realmente complicada!²

El tercer gladiador continuaba en lo alto esperando a que Gronk ascendiese por la escala para recibirlo presto con su hacha³.

Sucedían un montón de cosas, Gronk había ido a una escalera para no subir detrás de sus compañeros (no tenía ganas de verles el culo, quizás a Tenxia si pero al resto no). Mientras tanto, el tigre y la amazona subieron y seguro que la liaron mientras el otro chulo de la lanza se daba un paseo por otro lado. 

—En fin —pensó Gronk—, más para mí. 

Mientras subía escuchó un chapuzón y vió al tigre cayendo al agua —Ahora olerá el cubil a gato mojado —musitó justo cuando subía... y recibía un porrrazo en el hombro del gladiador más próximo¹. 

—TU RAMERA MADRE Y TODA SU ESTIRPE DE RAMERAS CONEJAS—dijo Gronk, comenzando a ver todo en rojo. No es que supiera insultar bien, pero se acordaba de todos los insultos— ¡Humano piñata! —ese era suyo. 

Ya estaba casi arriba, pero ya no era consciente de sus actos. Sujetándose a la escalera de cuerda sólo con los pies, comenzó a propinar hachazos al gladiador de arriba, sin parar, sin piedad, sin enterarse de nada...²

Los cachitos de gladiador de la maza llovieron del cielo y Gronk terminó de subir a la torre. 

—Hombreya mejor saltáis al agua u me pongo serio —dijo apareciendo en lo alto lleno de sangre, mezclando el dialecto orco y el humano. 

La llegada de Gronk a la plataforma podía significar un alivio más que necesario para Tenshia. La gladiadora que estaba a su lado dejó caer el arco para desenfundar su espada corta y lanzar un tajo directo a su cuello. Era un ataque desesperado pero intentaba aprovechar la confusión de la lancera al estar rodeada. Sin embargo Tenshia se apartó a tiempo esquivando el espadazo¹.

Otra de las arqueras se desplazó hacia la siguiente pasarela para tener una superficie estable desde la que disparar. Su flechazo cruzó el aire hacia la amazona².

La tercera en discordia dudó un momento y finalmente decidió que el orco podría ser más peligroso así que moviéndose ligeramente pero sin abandonar la estabilidad de la plataforma disparó hacia él. La flecha surcó certeramente el aire para clavarse en el costado del orco³.

Las cosas se estaban complicando en las pasarelas. Gronk estaba herido y tanto él como Tenshia parecían estar en desventaja. Grendel seguía abajo y ahora en lo profundo de la piscina, mientras intentaba alcanzar la superficie, Rashid pudo ver a los enormes cocodrilos dispuestos a enfrentarse a él. Eso y la misteriosa puerta que seguía ascendiendo mientras la bola descendía. ¡Ya casi no faltaba nada para que estuviera abierta del todo!

Grendel el Magnífico subió por las escaleras de cuerda mascullando y maldiciendo por lo bajo.

-¿Cómo se atreve la muy zorra? Mira que no atacarme a mí. A Grendel el Magnífico. El mejor luchador de la arena de todos los tiempos.-

Una vez arriba se dirigió sin pensarselo siquiera hacia la arquera que le había ignorado. Tal vez si se hubiese fijado bien habría notado que sus compañeros parecían estar en dificultades. O quizás sí que se había fijado y no le imporataba. Seguía hablando solo mientras se acercaba a la mujer.

-En vez de dispararme a mí se dedican a hacerlo contra los otros. Habrase visto tamaña osadia. Lo va a pagar. O sí. Lo pagará.-

Gronk seguía furioso. Le habían golpeado. De pronto, un palito apareció a su lado. Debía ser una flecha. La ignoró de forma despectiva¹. Pero luego se vengaría. Sí que se vengaría. 

Siguió girando su hacha, una humana estaba delante. ¿Olía a la regaladora de lenguas? No. Matar²³. Llovió trozos de carne y sangre. Siguieron los golpes, el primo del de la maza estaba ahí plantado. 

Muerte²³. 

La plataforma estaba ya llena de sangre y miembros cortados. Gronk, sin ver demasiado y muy enfadado, rodeó lo que ocurría cerca suyo y acudió a saludar de forma orca a la arquera que le había clavado el palito⁴. 

—Tú eres la siguiente —no olía como la regaladora de lenguas. Había que tener cuidado, en la furia, de no acercarse a la mujer. No fuera a acabar partida en dos. A acabar partida en dos de la forma que no debía. 

Ver como Gronk destrozaba a sus oponentes hizo que el público se levantase gritando enloquecido. El orco intentó pasar esquivando al último gladiador vivo pero viendo que éste podría aprovechar para lanzarle una estocada decidió quedarse en la plataforma junto a Tenshia¹.

Pero si lo que la gente quería era sangre puede que vieran más. Se apelotonaban en el graderío intentando ver algo mientras bajo la superficie del agua los cocodrilos se lanzaban feroces a por Rashid. El primero de los saurios se precipitó demasiado pronto y el rakhasha pudo alejarse de él impulsándose desde el fondo². Por desgracia el segundo animal estaba pendiente del movimiento y se abalanzó sobre el luchador clavando fieramente su mandíbula³ y retorciéndola con una fuerza imparable⁴. Rashid sintió como todos sus músculos eran destrozados por la fiereza de la bestia. La piscina se tiño de sangre roja provocando un nuevo rugido de la plebe que contemplaba el espectáculo.

Cayó al agua y supo en seguida que se había acabado todo. Un empujón, un simple empujón iba a ser el motivo de que muriera.

Necesitó unos instantes para hacerse una idea de su situación, aunque no fue ninguna sorpresa: Estaba realmente jodido.

Dio brazadas como un loco, pero el agua no era su elemento y la coraza tiraba de él hacia abajo con un peso hasta ahora desconocido. Se puso nervioso y tragó agua, encharcando los pulmones.

Entonces, cuando empezaba a darlo todo por perdido, llegó la puntilla en forma de dos poderosos cocodrilos con ganas de merendar gato. Aún sacó fuerzas para evitar el ataque del primero, pero eso solo sirvió para meterse directamente en las fauces del otro.

Sintió cada uno de los colmillos de esa fiera (y eran unos cuantos) perforando su piel y abriéndose paso hasta sus huesos. El animal giro de manera salvaje en torno a su eje, logrando así que sus dientes se clavaran aún más en la carne de Rashid, rasgando músculos y tendones, y arrancando trozos del Rakasha.

El dolor era intenso y la inconsciencia que se apoderó de él fue un alivio.

Gracias a esa mole de músculos orca consigo dejar de estar acorralada. El tigre ha caído pero dudo en echarle una mano si eso me supone ponerme en riesgo. Ahora mismo tengo a un rival delante que no debería subestimar. Pues si ha tenido la fuerza para tirar al raksasha, puede hacerme lo mismo si bajo la guardia y no quiero acabar bajo las fauces de un reptil.

Tomo la lanza y en un movimiento algo arriesgado finto y le golpeo con el extremo romo en la boca del estómago. Consigo que esté a mi merced para el siguiente golpe. Miro abajo y el felino parece estar en serios problemas. Puede que tenga que ayudarle... pero es demasiado peligroso¹...

El gladiador que estaba junto a Tenshia la embistió brutalmente. La barandilla ya estaba rota y aunque en un primer momento parecía que la mujer podría aferrarse por desgracia perdió pie y salió disparada contra el suelo ubicado cuatro metros bajo ella. La amazona surcó el aire para estamparse contra el duro suelo, donde quedó momentáneamente aturdida².

La arquera que estaba sola en la otra plataforma se movió al puente. Pese a que éste se bamboleaba a su paso la mujer conservaba una envidiable eficacia la hora de disparar sus flechas³. Aunque había procurado alejarse del orco su blanco era realmente Grendel el Magnífico. ¡Por fin había atraído la atención de las arqueras! Por suerte para él la flecha reboto inofensívamente contra su armadura. Pero la otra mujer intentó usar el momento de distracción para lanzar un tajo con su espada corta. Podría haber sido un problema para el gladiador si no fuera porque la mujer había calculado mal el ángulo al tener que desenfundar su espada a la vez que fintaba⁴.

Gronk consigue quitarme a todos esos gladiadores de encima. Dejando de estar acorralada ya, me dispongo a luchar cara a cara contra el que falta. Pero antes de que pueda ponerme en guardia, se me echa encima y caigo de la plataforma.

El golpe es tremendo. Un costalazo que me quita el aire de repente. Por suerte no tengo nada roto, tomo aire y me levanto.

No muy lejos esta el hombre-tigre debatiendo entre la vida y la muerte en esa piscina. Acompañado de repites con enormes fauces que le desgarran piel y carne.

Con mi lanza intento penetrar en las oscuras aguas para que le suelte, pero su escamosa y dura piel evitan que les perfore. - Parece que el lomo es demasiado resistente... tendré que buscar la forma de encontrar un punto vulnerable o la siguiente seré yo...

Las cosas estaban complicadas para los gladiadores pero parecía que sus problemas iban a aumentar en breve. Mientras Rashid luchaba por mantenerse consciente vio como la gran puerta submarina se abrió totalmente cuando la bola llegó al final de su recorrido en el fondo marino. Y cuando a través de la puerta vio el movimiento de unos enormes tentáculos comprendió cual era la sorpresa final que les esperaba en aquella piscina gigantesca.

El gladiador había empujado a la mujer de las lenguas de goblin (sí, Gronk no pensaba en nombres cuando estaba furioso) al suelo. El semiorco esperaba que hubiera caído de cabeza. ¿Para qué servían las cabezas? Además, era la parte más dura del cuerpo. ¿Sería el mismo que había tirado al mediotigre? No lo sabía. El combate le confundía. 

—Tú mueres. 

El hacha destripó al gladiador. Gronk se situó en la esquina de la torre temblando de furia y queriendo matar lo que comenzaba a salir. Tenía tentáculos. Igual hasta estaba rico de comer. 

—¿Y como te pego yo a tí?

Grendel el Magnífico atacó con saña a la aquera, la cual muy inteligentemente había soltado el arco y cogido una espada corta.

-No creas que te va a servir de mucho.-

La lanza del gladiador se movió rápidamente en direcció al cuerpo de la mujer, gritaba mientras trataba de clavarsela. No obstante, aunque su ataque fue certero, la armadura que llevaba le salvó la vida. Pues evitó que impactara en ningún órgano necesario para seguir respirando.

Lo cuál enfureció al lancero.

-Aarrrrg. Me cago en tú estampa. Haz el favor de morirte de una vez, no puedo perder más tiempo contigo.-

El ataque había dejado a Grendel algo desequilibrado, aunque trató de ponerse en una posición más estable aprovechando el aturdimiento de la arquera. El poder que hacía que su silueta fluctuase y fuese difícil de impactar seguía manteniendose, aunque por un instante pareció desvanecerse.