Partida Rol por web

Tal como Cyrus decía no había tiempo para sutilezas, así que Snargle se encaramó al lugar y mientras se estiraba de forma imposible los demás lo usaron como una escalera para entrar en el conducto. Esto, como puede suponerse, alarmó a todos los ingenieros y maquinistas que aún estaban recuperándose del horror que acababan de vivir. Vance, desde abajo, ayudaba a los demás a encaramarse al goblin.

Naomi se coló la primera, seguida de Lady Blackbird. Luego le tocó el turno a Cyrus que ayudó al propio Vance a subir. Cuando estuvieron dentro Snargle se aupó para entrar. Los soldados imperiales que doblaban la esquina se quedaron pasmados al ver a algo parecido a una serpiente gigantesca y verde colarse por el conducto de ventilación. Antes de que pudieran pensárselo el equipo ya se movía a toda velocidad para alejarse de aquel lugar sumido en el caos.

Pero dentro de los túneles Cyrus descubrió que era complicado orientarse sin referencias de posición...

Aunque no entendía realmente lo ocurrido asintió a la amenaza de Naomi, casi sumiso, sólo para librarse de ella. Se habían librado de una buena por poco y Cyrus no tenía ninguna intención de enfrentarse a lo que había ahí abajo: no porque no confiase en las capacidades del equipo de derrotarles si no porque sería causar más caos, destrucción y una enorme cantidad de muertes innecesarias que no iban en absoluto con su forma de ser. Cyrus Vance era un criminal y un forajido, pero en absoluto un asesino. Tampoco quería que Nate o Snargle se manchasen más las manos en un asunto ya de por si peliagudo.

Ahora era su deber llevarles a un lugar seguro. —No podemos bajar ahí... es posible que acabemos con los primeros refuerzos, pero vendrán más y si alguno de nosotros cae en batalla toda esta operación se irá al garete. Y si quien sufre eso es Natasha entonces todo el esfuerzo y los que se han quedado atrás habrán muerto para nada.— estas últimas palabras las dijo directamente a Naomi, dado que seguramente estaría deseando bajar ahí a abrir cráneos

—Normalmente estos túneles suelen estar conectados con el resto de las partes de la nave según la cantidad de energía necesaria: ¿recordáis las tuberías que os he mencionado antes? Cuantas más hay, más energía hace falta en esa sección. La zona de máquinas, de donde venimos, requiere mucha energía. La sala de control también, aunque algo menos. Los hangares suelen requerir de poca energía, ya que sólo se activan bajo demanda cuando hay que abrir o cerrarlos... lo importante es buscar los túneles donde las tuberías sean menos numerosas.

Para él eso sonaba fácil, aunque entendía que para el resto sonase alienígena, incluso para alguien como Snargle que no estaba acostumbrado a los navíos de aquellas características. Él, por el contrario, no sólo había trabajado allí si no que había compartido mano a mano copas en la cantina de la nave con alguno de los ingenieros que hablaban más de la cuenta de cómo estaban conectados los cruceros de la clase Leviatán. Esforzándose trató de recordar aquellas conversaciones mientras guiaba a todos hasta el hangar... —Confiad en mi, ¿queréis?

Necesitaba que ellos confiasen en él, porque en aquel momento él no confiaba en si mismo.

Mientras Cyrus hablaba Kale se lamentaba en su interior por no haber podido robar el anillo del ingeniero,  un anillo de oro hubiera sido  bueno para la venta, "oh que mal"-pensó-  "caja con ese anillo debe estar flotando en alguna parte"

Luego Kale pasó a otro pensamiento, estaba un poco impactado por todo lo que había ocurrido, su mente estaba un poco desorganizada, todo había sido tan rápido, y  el mecánico estaba un poco ensimismado.

"No había sido bonito ver a esa gente morir, pero igual hubieran muerto más si no se hubieran percatado del cambio de repuesto pues muchos ni se hubieran dado cuenta".

Fue entonces que escucho a su capitan, y era como  caer en cuenta que aún no habían huido

- Eh...¿qué?... eh... bueno, tiene sentido, donde veamos menos conecciones sí, además de que ... bueno... sigamos..

Kale se tocó el rostro mirando al rededor..

- Entonces por este sector será un buen comienzo...

En el Gran Azul la desesperación puede saltar sobre los imposible. Y así sucedió en aquella ocasión. Contra todo pronóstico Cyrus encontró la ruta usando una parte de lógica, otra de conocimientos y una pizca de suerte. Iba guiando a Naomi, que iba en cabeza, ayudándose de la referencia de las tuberías.

En los pasillos se oían carreras, gritos, órdenes... Todo el contingente militar de Mano del Pesar se estaba desplegando para dar caza a los saboteadores que a punto habían estado de derribar un Destructor Imperial y controlar los acceso de pánico de la tripulación civil. Esto último debió lograrse porque la nave pronto dejó de zarandearse para mantenerse en una ruta estable.

Tras lo que les pareció una eternidad llegaron a la zona de hangares. A través de las rejillas de ventilación pudieron ver el amplísimo espacio que conformaba la zona de hangares. La situación en aquel lugar era caótica porque el bamboleo de la Mano del Pesar durante la explosión había provocado que varias naves que no estaban sujetas se desestabilizasen y chocasen unas contra otras, provocando algunos pequeños incendios. Curiosamente las cadenas con las que habían sujetado al Búho para mantenerla prisionera habían evitado que sufriera esa suerte. Había otras naves que también se habían salvado porque como no eran de uso habitual también estaban encadenadas.

Había varios problemas a los que se tendría que enfrentar el grupo de fugitivos.

Para librar las cadenas había que llegar al control auxiliar del hangar: una pequeña sala situada en un lateral que permitía desconectar las cadenas de enganche de cualquiera de las naves y abrir las puertas al espacio en caso de emergencia. Por suerte esa sala tenía un protocolo de prioridad superior al del puente de mando.

Pero por el hangar pululaban media docena de marines, aparte de los técnicos de estaban apagando los fuegos de las naves accidentadas. Además otros cuatro marines estaban haciendo guardia directamente alrededor del Búho, cada uno de ellos posicionado en una de las esquinas de la nave.

Si cualquiera de ellos daba una alarma era muy posible que, siguiendo el protocolo de seguridad, se expulsase directamente al Búho al espacio para evitar que nadie entrase en ella para escapar.

Desde aquellos tubos de ventilación el grupo observaba la situación. La libertad tan cerca y tan lejos. Pero no habían llegado hasta allí para rendirse. Eso estaba claro.

La expresión de Naomi durante la explicación del Capitán del Búho fue de genuina incomprensión. Poco a poco, parecía desgranarse todo, y la guerrera se quedó con lo fundamental. Pocas tuberías y confiar en Vance. Y funcionó. Siguiendo aquellas sencillas directrices no tardaron en llegar al Búho. Claro, que una cosa era llegar y otra muy diferente conseguir escapar. Naomi observó la situación. Las cadenas eran un problema menor y la mujer ya había visto la forma de poder liberar la nave sin necesidad de perder el tiempo yendo al hangar. Solo tenía que encontrar la parte más frágily, con su portentosa fuerza, romperla. Nunca había hecho una exhibición de brutalidad como aquella, ni siquiera ante Natasha, pero situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas. Los guardias en cambio... Por muchos que noqueasen, si uno daba la alarma...

–Podemos apagar todo el sistema de iluminación para llegar a la nave. Con todo ese fuego, quizás no sirva para todos nosotros, pero estoy segura de que Snargle y Kale conseguirán entrar sin que les vean, ¿no?– Naomi sonrió afectuosamente a los dos pequeños escurridizos del grupo– Allí dentro podéis preparar la torreta, que puede servir como distracción o para hacer más agujeros a esta escoria imperial metálica. O para debilitar las cadenas de la nave o incluso romperlas. Si hay alguien dentro, no expulsarán la nave. No dejarán que nadie escape y, aunque quede alguno fuera, otros entrarán. Seguramente podáis distraerlos... Mientras tanto, yo soltaré lo que queda de las cadenas, y Cyrus llevará a Natasha a salvo.

Naomi miró al Capitán pidiendo su confirmación. La convicción con la que había dicho que él llevaría a Natasha a salvo a la nave, era más que notoria.

–Si podéis, cread una distracción también. Nate, sé que tu truco no salió como esperabas, pero podrías hacer algo para que no se fijen en nosotros. No tardaré mucho con las cadenas, pero preferiría que no me electrocutasen.

"De repente la hermosa Naomi ha   establecido una buena idea, pero riesgosa, con la mala y buena suerte con la que llevamos quien sabe que ocurra"- pensó  Kale

- Pues ahí esta tu esposa- digo en broma al goblin- espero que no tenga daños porque   no quiero gastarme una eternidad en hacerla andar..- Kale miró de reojo la estación del Hangar, sí, con este uniforme y esta llave que encontré dentro seguro podré meterme al sistema...

Kale mostró la llave

- Esta tiene los permisos de seguridad para acceder  tanto a lugares como dispositivos, ¿cómo lo ves  Snargle?

Natasha se dejó aupar hasta estar dentro del sistema de ventilación. No se veía mucho y tampoco quiso arriesgarse a usar un conjuro de luz que pudiera delatar su presencia a través de alguna rejilla. Así pues, se agarró a Vance que iba dando indicaciones para avanzar en casi total oscuridad, excepto alguna zona con rejillas que dejaba entrar un poco de luz. Cuando llegaron a la zona del hangar, felicitó al capitán por su excelente memoria y su gran sentido de la orientación mientras apretaba la mano del mismo.

Escuchó después el plan de Naomi y pensó unos instantes, poniendo luego voz a sus pensamientos.

—A ver, si Kale y Snargle son capaces de dejar todo sin iluminación, creo que podría generar una ilusión de sombras, que haga creer a los soldados que somos nosotros moviéndonos por las zonas peor iluminadas del hangar. Si llegásemos tratando de envolvernos en sigilo sería lo lógico y daría tiempo a que se pudiera dejar KO a los guardias necesarios para acceder al Búho. Otra opción, es introducir la compulsión a uno de los soldados que custodian el Búho que  nos ha visto rondando por algún sitio. Eso a veces es más efectivo que una ilusión, porque es una realidad a sus ojos- hago una pausa y miro a mis compañeros-. No sé qué nos daría más ventaja. También podría inducir la compulsión y luego tratar de generar el truco de ilusionismo. Sería más convincente.

Aunque fuese su jefa y haría sin pensar casi cualquier cosa que le ordenase, Naomi movió la cabeza. Aquel plan no le gustaba.

–No es buena idea que piensen que nos han visto antes de que alguien esté dentro. Abrirán la escotilla y mandarán la nave vacía al infierno. Por eso creo que es mejor que Kale y Snargle se cuelen antes. Si hay gente dentro, ya no intentarán librarse de la nave, sino impedir que se vaya. ¿No puedes hacer un humo espeso? Pensarán que viene del fuego y ellos podrán entrar rápido a la nave. Y no hace falta que vayamos al Hangar. Aunque salga bien, perderemos tiempo. Confiad en mí...sé cómo soltar esas cadenas.

Natasha sopesó las palabras de Naomi y asintió. 

—Generar más humo no lo veo viable, pero que parezca que haya más, sí. En cualquier caso, dependemos de Kale y Snargle, cuando esté todo a oscuras, iniciaré la ilusión.

Snargle, que había entrado el último, se arrastró unos pocos segundos por el conducto mientras se recogía a sí mismo y recuperaba su forma natural, después de lo cual se incorporó y se bamboleó tras el grupo, siguiendo las indicaciones que Cyrus daba, como todos. Cuando alcanzaron el hangar y el goblin vio su preciada nave, a punto estuvo de derramar una lagrimita. Sin embargo, había varios pequeños incendios en marcha no muy lejos, y las cadenas todavía la amarraban a la propia fragata.

—Más les vale que no la hayan arrañado —dijo, muy en la línea de lo que Kale le había dicho a él. Acto seguido, le arrebató la llave y la palpó y olisqueo hasta casi desgastarla. El resto seguían debatiendo, y al final Snargle se la devolvió a Kale—. Entonces… ¿tenemos que apagarr las luces, o abordarr la nave? Frrancamente, prefiero regresar al Búho. ¡Bastante tiempo he pasado ya en este montón de chatarrra!

Kale  dijo: "entonces, bueno en, tonces tratemos de llegar al sitio rápido,  trataré de apagar las luces y de liberar a la nave"

Poniendome en marcha para salir sin ser notado hacia la zona de control trató de abrir la escotilla de salida e ir al lugar, pero claro, Kale no notó que la cosa no iba muy bien, hasta que se dió cuenta que la escotilla hizo demasiado ruido.

Desde aquella posición superior el capitán se dió cuenta pronto de que las cosas no iban del todo bien. Chasqueó la lengua mientras sus ojos saltaban a toda velocidad entre los elementos implicados: Kale, los guardias, la sala de control...

—Se va a ir todo el garete. Naomi, ¿podrás encargarte de esas cadenas, no? Quizá Kale puede encargarse de abrir las escotillas de salida y no sé si allí se podrá hacer algo con las luces.— sacó un pequeñísimo espejo circular que solía usar en misiones como aquella y que no le habían requisado al no considerarlo peligroso y se colocó de tal manera que cogiera la mayor luz de los focos que iluminaban el hangar.

—Una vez nos colamos en el hangar de un pirata de Puertoumbrío y de repente se llenó de señores enfadados deseando arrancarnos la cabeza. Allí arranqué un espejo del tamaño de un busto humano con un marco de oro y joyas y lo usé para mandarles un mensaje en clave tanto a Kale como a Snargle: a uno para que cambiara su ruta y a otro para que fuese al Búho a arrancarlo. ¿Te acuerdas de aquello, Snar? Dita sea, si no estuviéramos tan jodidos me entraría la risa al recordar la tuya mientras te llevabas por delante el techo de aquel edificio con la parte de abajo del Búho...— era de esas pocas personas que necesitaba parloteo para concentrarse y aunque fuera en susurros, mantuvo la vista fija en Kale: primero le deslumbró con la luz reflejada en el espejo para llamar su atención y después comenzó a alternar deslumbrarle y no hacerlo en una parodia de código morse que en algunas ocasiones les había funcionado bien.

Alto. Mala idea. Sigue por el otro lado. Apaga luces. Abre escotillas. Olvida cadenas.

Snargle se encaramó a la espalda de Kale, como de costumbre, y le acompañó de tal manera hasta la entrada de la puerta que daba a la sala de control, cuando un destello proyectado sobre la pared le hizo volverse. Se dejó caer silenciosamente al suelo, y golpeó la rodilla del mecánico, señalando desde ahí abajo al capitán. El goblin enarcó una ceja.

—¿Colada? ¿Qué colada? —susurró, distraído, y fue entonces que, mientras intentaba desentrañar el mensaje, Kale aprovechó un despiste paralelo de uno de los guardias para colarse en el interior de la sala. Cuando Snargle se percató, maldijo a su compañero, su suerte y a la dichosa ropa sucia del capitán.

Tenía la llave inglesa todavía en la manita. La miró a ella, y después al guardia, una y otra vez. Al final, se decidió. Lanzó la llave lo más lejos que pudo y, cuando el guardia se volvió, el goblin rodó dando volteretas hasta el sitio en el que Kale permanecía agachado. 

Los que se habían quedado atrás tenían el corazón en un puño. ¿Pero qué hacían aquellos dos? ¡Iban de cabeza hacia unos guardias! Cuando el capitán lanzó el mensaje parecía que la cosa se arreglaba pero ¡otro par de guardias venían por la dirección indicada! Naomi ya se preparaba para el inevitable combate mientras Cyrus preparaba también su electrorifle. Pero entonces, en el último momento, Kale se deslizó tras un montón de chatarra que horas antes era el tren de aterrizaje de una de las naves mientras la segunda patrulla pasaba de largo.

Todos lanzaron un suspiro aliviado pero entonces se dieron cuenta de que Snargle se había quedado atrás. ¡Un lanzamiento de llave inglesa, una voltereta y entonces vieron como los dos llegaban por fin a la sala de control! ¡Aquello estaba siendo un baile constante en el filo de la navaja!

Cuando Kale y Snargle entraron en la sala descubrieron que allí había un técnico. Estaba revisando los paneles con gesto cansado —pensando probablemente en como iba a explicar el destrozo provocado por el vaivén de la Mano del Pesar— pero ya se estaba girando hacia la puerta al escuchar como se abría.

Kale ingresa con su uniforme de ingeniero y mira al hombre que esta en el lugar, mostrando  mucha tranquilidad como si trabajara ahí dice:

-Vaya maldito día,  llevo poco en esta nave y todo se va al garete- dijo con expresión de tedio- me han asignado aquí, ha sido un día largo y  veo que estas cansado, he venido a replasarte - le digo viendo que estaba cansado  quien sabe haciendo un turno largo de varias horas - ¿alguna novedad?...

Miro al hombre y actuo con una tranquilidad tremenda como si supiera que debo hacer.

- Ve a descanzar- dijo  mirando el  sitio -yo me encargo, y el goblin viene a revisar unos temas.

Curiosamente el hombre primero mira a Kale y luego al Goblin, pero cuando lo ve con la tarjeta de acceso ingeniería se  tranquiliza y contesta "ya era hora, debias  venir a remplazarme hace media hora, a mi no me pagan horas extras"

-Lo siento, no tengo la culpa que todo ahí fuera sea un caos- dijo  Kale sonriendo mientras ve que el técnico coge sus cosas  y se marcha.

Una vez se va el hombre Kale suspiró y habla solo cuando lo ve  lejos

-Uff se lo tragó...

Entonces usa la tarjeta de ingenieria y comienza a modificar  las luces y demás cosas, como ya habían acordado.

Naomi miraba de un lado a otro, mordiéndose las uñas. Todo parecía irse a pique por momentos pero, de alguna milagrosa manera, se iba arreglando. Aunque por desgracia, no de la forma que hubiese gustado a la mujer. Cuando Kale hizo aquel último engaño para conseguir acceder a la zona de control, además de abrirse paso a las escotillas había quitado la oportunidad de Naomi de hacer saltar unos cuantos dientes..

–Preparaos para lanzar la ilusión y entrar en la nave, estamos a un paso de salir de aquí...– con los músculos en tensión, Naomi se preparó para lanzarse contra las cadenas. Tenía una sonrisa infantil en el rostro, como si estuviese encantada de hacer lo que iba a hacer– Ya veréis...Tengo más trucos bajo la manga que golpear a soldados inútiles. Si podéis llegar a las torretas y me pillan mientras las suelto, cubridme. Si no... bueno. Encontraré la forma.

El goblin sonrió con sus dientes afilados al encargado de la sala de control cuando le miró. “Nada mal, paliducho”, pensó. Kale había sonado tan convincente que por un momento casi hasta se había sentido miembro de la flotilla, motivo por el cual le sobrevino una pequeña arcada. Cuando se aseguró de que el encargado había salido y que su amigo estaba ya manos a la obra, Snargle subió de un salto al taburete que reposaba frente al interfono de la sala de control. Con el dedo acarició el directorio en la que se listaban las diferentes cubiertas y sistemas, y marcó el código del puente de mando. Entonces el goblin carraspeó con sonoridad, y después, con una voz grave que parodiaba el tono de un humano normal, empezó a escupir palabras sobre el aparato:

—Puente de mando del Ano del Pesarr, aquí sala de contrrol. Estamos experimentando fallos leves en el subsistema de enerrgía como resultado de la explosión, así como varrios incendios en el prropio hangarr —y tosió varias veces, de forma un tanto dramática—. Solicitamos perrmiso para abrrir las compuertas y airearr parrte del humo, cambio.

Después cortó la comunicación, riéndose mientras esperaba una respuesta por parte del capitán de la fragata. Si tenía suerte con su treta, podrían ganar algo de tiempo hasta que la nave empezara a perseguirlos. 

—¡Maldita sea! ¡Todo son problemas!— respondió una voz encolerizada al otro lado. que evidentemente no se había percatado del pequeño juego de palabras del goblin —¡Abra esas malditas compuertas! ¿Es qué tengo que estar en todo? ¡Y estén alerta! ¡Hay un grupo de saboteadores en la nave! De hecho... ¡expulse la nave de los individuos que hemos capturado esta mañana! No vamos a darles la oportunidad de que se escapen.

¿Las cadenas? ¿Expulsión? ¡Lotería! Kale y Snargle revisaron el panel. ¡Si estaba allí el control de las cadenas y expulsión! Y ellos estaban al mando. Sólo quedaba que sus compañeros se pusieran en marcha hacia la nave.