Partida Rol por web

La lluvia de piedras terminó tan pronto como llegó. Algunos recibisteis algunos arañazos, otros algo más. El tipo verde estaba allí riendose a vuestra costa. Desde luego ese ataque, había sido imprevisto sinceramente.

Ogremon: A quíen absorbo primero? Tal vez a tí, perrita? (dice mientras se dirige hacia Salamon)

Habiendo sobrevivido a la avalancha del Ogro matón ahora quedaba derrotarlo.

Bajo esas heridas Yusei le estaban abrazando la piel por el dolor, el estaba familiarizado con esa sensación mas el "otro" Yusei, osea Lopmon, estaba muy asustado y con ganas de llorar, como si fuera un niño.

Lagrimeando y con sus patitas temblando Lopmon no quería pelear con el ogro. Quería escapar y esconderse para sentirse seguro. Pero, no quería, el Ogro invicto se abalanzaba sobre Salamon y no podía permitirlo. Esta vez lo extraño fue que no uso su puñito para atacar sino que lanzó el golpe con su oreja, todo mientras decía sin pensar:

—Lop Punch.

Esto fue emocionante a la par de aterrador, ahí había sido mas Lopmon que Yusei. No, lo tendría que pensar después.

Al ver como va hacia salamlon trato de recobrar la compostura que he perdido tras el ataque anterior y trato de ponerme delante de salamon para protegerla.

-No te dejare tocarla.

Trato de atacarle, ojala lo frenemos antes de que nos haga daño a alguno.

-Está bien, este tipo empieza a hartarme -mascullé, de mala gana, haciendo un gesto como si estuviera remangándome.

Acto seguido, me dispuse a arrojar sobre Ogremon mi ataque especial:

-¡¡Llama... Bebé!! -bramé, lanzándole aquella bola de fuego por la boca.

Todavia algo aturdido por los golpes recibidos, no me uno a mis compañeros de equipo, sino que me mantengo en el aire tratando de analizar al situación para ver la mejor manera de salir de aquel problema, finalmente reacciono ante el comentario de Ogremon haciendo que se me hiele la sangre al escuchar sus intenciones.

---No!!- grito mientras salgo disparado hacia Salamon y trato de cogerla para ponerla fuera del alcance del maligno ser.

Me acerqué rápidamente a Kyubimon mientras me acariciaba las heridas. Si íbamos a proteger a Salamon de ese desgraciado sería mejor que diéramos lo mejor de nosotros mismos. 

Miré a Ogremon.- Tiene que tener algún punto débil, tiene que haber algo que podamos hacer. 

Quizás la única solución que había sería digievolucionar, pero no sabía como hacerlo. Suspiré y abrí la boca, atacar y no dejarle respirar era todo lo que podía hacer por ahora. - BOLA DE METAL!

Me quedo helada en el sitio tras escuchar a Ogremon. Nose muy bien como reaccionar, veo a todos que vienen hacia mi o intentan protegerme de alguna manera me alegra que me quieran proteger aunque a la vez me siento una inutil, porque me a tenido que tocar un cuerpo tan pequeño, lo unico que puedo hacer es aulla...

- Chicos tapaos los oidon voy a ver si mi ataque especial le afecta, voy a intentar atontarlo aunque sea unos segundos.

Ogremon ni se molesto en prestaros atención, ya que estaba enfocado en Salamon. Recibió el ataque de Lopmon, el cual apenas le hizo un rasguño, solo para ser tirado al suelo con un movimiento de su cabeza. La Llama Bebé de Agumon le dio en una pierna y curiosamente, le hizo una leve quemadura, haciendo que cambiará su objetivo hacia este. Pero cuando iba a por él, recibió un balazo en toda la cabeza, saliéndole un chichón, que en otras circunstancias, os habríais meado de la risa, como con BanchouLeomon. Comenzo a enfadarse, cuando el ataque de Kyubimon combinado con el grito de Salamon lo dejaron medio mareado. Patamon intento llevarse a Salamon volando, pero no tenía la suficiente fuerza.

En eso, os dais cuenta de que en uno de los riscos, habia otros dos digimons: uno que se parecía demasiado a BanchouLeomon y otro que parecía un perro azul con guantes de boxeo.

Con los esfuerzos de todos por fin habían dado sus frutos, ahora el enemigo estaba aturdido.

Lopmon no había perdido el temple y ni pensaba rendirse, se puso en guardia otra vez y grito:

—!!Lop Punch¡¡.

Fue así que ataco su rodilla con un puñetazo lanzado por su oreja. Mientras conectaba el golpe los vio de reojo, ahí estaban el Banchou mirando todo de lejos, pero ¿quien era ese perro boxeador?.

Nose si aun viene a por mi o no pero bo pienso retroceder.Vamos a por el otra vez.
Vuelvo a soltar el aullido mas fuerte que puedo a ver si hace algo.

De repente noto un olor familiar, al girar la cabeza veo a banchouleomon y a una especie de zorro boxeador.

- Banchouleomon, ya que estas aqui ¿Una ayudita?

-¿Estamos seguros de que ese es BanchouLeomon? -pregunté, entrecerrando los ojos para poder advertir si se trataba del Guardián de la aldea o era un Digimon similar a él-. Porque desde aquí no lo veo bien. ¿Y quién es ese de al lado, el perro de Rocky Balboa?

Sabiendo que con Ogremon no podíamos permitirnos ni un solo momento de respiro, decidí lanzar un nuevo ataque sobre él:

-¡Llama Bebé!

No importaba nada de lo que hiciera. Había golpeado con todas sus fuerzas y aun así ese monstruo ni notaba su presencia… ahora que había logrado recuperar la compostura, con su ira aplacada por la impotencia, ¿Qué podría hacer contra el maldito?

Lo mejor que tenían era esa Digievolución que había conseguido Renamon. Igual que antes la Digievolución parecía ser la clave gracias al aumento de poder que parecía conceder… pero Monodramon se había percatado que en cada ocasión había sido necesario absorber parte del cuerpo que era… ¿desintegrado?... de un Digimon al morir. ¿Realmente esa era la única opción? Matar para volverte más fuerte… ¿Alimentarte de los restos del Digimon muerto?
No… él no podía hacer eso, no era correcto, si esa era la única forma de obtener poder… entonces él no lo obtendría.

¿Pero que hacer ahora?
Ya lo había intentado… era demasiado débil… era como una mosca. Lo mejor que podía hacer era evitar estorbar a Renamon alejándose con la amargura de acabar de presenciar una vida destruida cruelmente y aceptando su impotencia.

Todo aquello le recordó tanto a su infancia... creciendo con su padre que lo golpeaba y estrangulaba. Lagrimas comenzaron a resbalar por su rostro, iguales a las que resbalaban cuando se encerraba a llorar en el baño.
Era inútil… siempre iba a ser impotente, los monstruos solo lo son porque son más fuertes y a los débiles solo les quedaba bajar la cabeza y hacerse a un lado. Esa era la realidad.

Pude contemplar a BanchoLeomon a la lejanía acompañado de alguien. Me rasqué la nariz con la zarpa y pensé que nos estaba poniendo a prueba. Si nos veía pelear lo mas normal es que nos ayudara. Pero seguramente estaba contemplandonos para analizar cuanto habíamos mejorado. 

Vamos chicos! Debemos acabar esto rápidamente, ahora tenemos público!- Gruñí con fuerza. - Quizás separados somos débiles, pero juntos somos imparables! Vamos allá! - Me lancé al ataque ahora que Ogremon parecía con la guardia baja.

vuelvo a cargar contra ogremon con la esperanza de esta vez derrotarlo. Tras golpearlo retrocedo y puedo obsevar algo que llama mi atención.

-" ¿Ese es...? no puede ser Banchoulemon y quien es ese. Esa y mil preguntas mas rondan mi cabeza. Pero engo que centrarme por Salamon.

Por mucho que lo intenté mi fuerza no era suficiente para llevarme volando a Salamon y alejarla de la amenaza de Ogremon, durante  ese intento de llevarmela veo a dos Digimons en una de las cumbres, uno de ellos bastante familiar mientras que el tro era un desconocido, la cuestión era ¿por que no nos ayudaban?¿No veian que estabamos en apuros?

De todas maneras no tenia tiempo de pensar mucho así que me hinché y lancé un nuevo disparo de aire contra Ogremon para intentar frenarlo.

La batalla era bastante dura, pero no os ibais a rendir tan fácilmente. Ogremon resistía bastante bien los ataques, y parecía que solo Kyubimon podría plantarle cara.

Lopmon- Tu ataque en la pierna que tenía la quemadura, fue efectiva, no le hizo apenas daño, pero hizo que tuviera que apoyar la rodilla por el dolor.

Salamon-  Tu aullido hizo que Ogremon siguiera arrodillado, ya que le dolían los oidos con tu grito.

Agumon- Tu Llama Bebé le da esta vez en la cara, que aunque apenas le hace daño, se la deja chamuscada, haciendo que Ogremon se esté enfadando aun más.

Monodramon- Tus sentimientos de angustia, rebeldía y desesperación, hacen que de tu cuerpo saliera un aura negra. Sientes la vista que se te enrojece, como visión infrarroja, y un ardor te recorre el cuerpo, haciendo que cierres los ojos. Cuando los abres al poco rato, notas que... eres mucho más alto que todos, pero solo piensas en derrotar, pelear... Te habías transformado, aun sin haber sido consciente.

Dorumon- Tu Placaje hace que Ogremon se caiga al suelo sobre su pierna herida.

Kyubimon- Tu ataque no solo no acierta, sino que acaba dando en los riscos, haciendo que algunas rocas caigan, por suerte no le da a nadie de tu grupo.

Patamon- Tu disparo de aire falla estrepitosamente, soltando a Salamon, que aunque no estaba alto, no se esperaba esa caida.

¡¡Resulto!!, el ogro había caído en su rodilla. Ahora se daba cuenta de algo, no todo se trataba de fuerza bruta.

Iba a lanzar otro golpe con sus orejas pero se paro por un momento, miró sus manitas magulladas y su oreja raspada por los impactos, no hacia el daño suficiente y su pequeño cuerpo se estaba lastimando demás. Se abrazo a si mismo apretujando sus grandes orejas pues el miedo lo invadía; otra vez quería esconderse a llorar adentro de una grieta olvidándose de todo.

—Quiero irme a casa.—murmuro Lopmon asustado.

Rápidamente se escondió detrás de una piedra grande y tembló asustado abrazando sus orejas.

—Quiero irme a casa......—seguia diciendo.

"¿Que le había pasado? Antes era un alto y fornido practicante de Judo que enfrentaba las cosas de frente, pero desde que llegó se ha ido disipando esa personalidad suya poco a poco, ahora lloraba asustado detrás de una roca ¡¡¡El no era así!!. Realmente ¿quien era ahora? su reflejo y su cuerpo le decían una cosa pero el sentía otra ¡¡¡el es humano, no un digimon!!!.

Abrió los ojos de golpe y vio su manita, todo este tiempo había peleado como humano cuando su cuerpo no era humano. Justo como hacían los demás, lanzando fuego o metal y demas cosas. Dio un profundo suspiro y se dejó ir como humano por ese momento, iba a pelear como digimon. Se paro y se expuso frente al enemigo, inhaló y expulsando una ráfaga de cristales helados de su soplo dijo:

—Fox Terrier Helado.

Aquella ráfaga iba hacia la cara de su enemigo el ogro, quizás así podría cegarle.

Monodramon empieza a alejarse caminando hacia atrás cabizbajo pero con los ojos clavados en el desalmado, pero el vacío en el estómago… en el pecho… comenzó a hacerse mucho más desbordante de lo que jamás había sentido, era tal que incluso sentía dolerle en el cuerpo.
Por un momento creyó que le estaba dando un infarto… o algo parecido, cuando la vista se le empezó a enrojecer no sabía si estaba alucinando; pero cuando el dolor del pecho empezó a extenderse por todo su cuerpo en una extraña forma de ardor cada vez le dejo de importar todo. Sentía de pronto como su cuerpo cambiaba, con dolor, pero sentía a la vez que algo crecía dentro de él… ¿Determinación? ¿Ira?... algo parecido, pero sin duda se empezaba a sentir bien… aunque doliera.

Al abrir los ojos realmente había cambiado, se sentía… y era… más grande ¡Y fuerte!

— ¡Ahora yo mando! — Gritó, y su voz resonó grave y entremezclada con un gruñido — ¡YO MANDO!

De pronto se encontraba ebrio de poder, y le gustaba… ya nadie podría decirle que hacer o hacerle daño, podría hacer lo que quisiera… era libre.
Comenzó a azotar el suelo con los puños de sus largos brazos musculados y dar zarpazos a la tierra a diestra y siniestra para contemplar sus garras con satisfacción. Veía alrededor a los demás, pero ya no le interesaban…

— En el mundo solo importan los fuertes, solo importa ser más fuerte… — Iba a matar a bastardo verde, y lo haría sufrir, pero antes tenía más cerca a esos pequeños… y sería disfrutable ver como morían de un solo golpe. Nunca le había golpeado a nadie… siempre había sido tan débil y cobarde.

Al advertir que Monodramon se había convertido en Devidramon, no pude evitar dejar escapar una exclamación de sorpresa. De haber llevado gafas de sol puestas, no habría dudado en quitármelas para asegurarme de que la vista no me engañaba. Pero ahí estaba Devidramon, listo para destrozar al monstruo verde. Ahora sí que teníamos a un Digimon poderoso de nuestro lado.

No obstante, al escuchar a Devidramon hablar, me llevé una mano a la frente. Apenas acababa de digievolucionar y ya se creía invencible. Solo esperaba que fuera tan fuerte como aparentaba y pudiera acabar con Ogremon.

-¡¡Llama Bebé!! -exclamé, dirigiendo más ascuas contra el ogro verdoso. Luego, me giré hacia Devidramon, que en esos instantes debía estar experimentando una gran euforia al evolucionar-. No es necesario que lo mates ni que lo absorbas. No aún, al menos. Alguien envió al verde y a sus compinches para atacarnos. Incluso mencionó a una "señora". Dale una buena paliza y puede que obtengamos algo de información al respecto.