Partida Rol por web

La victoria parecía en nuestro terreno, los Vilemon estaban siendo eliminados uno a uno y sus datos se esparcían por el ambiente, sin embargo, algo cambio toda la situación y es que un angel malvado logro reunir todos esos datos y lanzarlos en forma de energía a Fugamon, este angel desapareció al tiempo que Etemon aparecía en el campo de batalla.

Todos salieron corriendo lo cual fue inteligente obviamente, pero escapar de esa criatura sería imposible de acuerdo a su fuerza y lo que acababamos de ver, Guilmon vio como Dorumon se armo de valor dispuesto a hacerle frente a ese nuevo enemigo, y a pesar de que quería huir sabía que ello no tendría caso, era mejor tratar de comprar algo de tiempo para los demás por lo que se colocó al lado de Dorumon y le dijo, no estas solo amigo, veamos como hacemos acá!

Adorar al gran Etemon! que ganaremos con eso? Evidentemente a este enemigo no lo derrotaríamos con nuestra fuerza, pero un poco de inteligencia siempre puede dar algo de ventaja!

Etemon ve con gran satisfacción como todos salís corriendo, pero cuando Dorumon y Guilmon se plantan ante él para darles tiempo, solo le hace reir.

Etemon: Pensabais que podéis hacer algo contra mí? (saca de vete a saber donde una guitarra eléctrica) Dulce serenata!

De su cuerpo salen unas ondas, las cuales hacen que tanto Guilmon como Dorumon caigan al suelo agotados, mientras que los demás acabáis también en el suelo, aunque no tan agotados como Guilmon y Dorumon. Etemon guarda la guitarra y se dirige hacia vosotros, listo para mataros; pero en el momento que iba a rematar a Dorumon y Guilmon....

- Magna-Luz!

Un haz de luz choca contra Etemon, haciendo que este retrocediera bastante magullado. De entre las nubes, veis un digimon cuya luz os deja medio ciegos.

De donde está, unos cuantos digimon alados aparecen y os van cogiendo en una burbuja.

Dichas burbujas os llevan a las montañas, en donde se supone que está el templo, mientras que Etemon jura venganza y suelta pestes contra vosotros. Ya cuando llegais al templo, podeis ver que está hecho de piedra, y que os meten dentro.

En él, veis que hay algunas pantallas donde se ven diferentes imágenes, además de algunas camas. Para algunos, podeis ver una silueta en una de ellas, aunque no la reconoceis de inmediato. Poco podeis mirar despues, ya que el digimon dorado aparece justo detrás de vosotros.

   Mientras me disponía a cargar con mi compañero, el resto del grupo llega ala misma conclusión de correr, ademas Renamon se pone por debajo mio y toma por los pies al dinosaurio, por lo que su carga se vuelve mucho mas fácil- Ni tu ni yo estamos en condiciones para cargar a Aruki solo- ...a de ser la crisis que logro recordar el verdadero nombre de Agumon...

  -Deja de moverte... por favor...- le digo a mi fatigado compañero, el cual aun en sus condiciones quería seguir ayudando ...¿ de donde saca estas fuerzas este niño ?....  , pero con la prisa y el cansancio la esfera de fuego no logra ni prender el pijama de aquel extraño mono. 

   Pero no todo estaba saliendo de acuerdo a mi plan, al mirar atrás para ver si el fuego no le había dado a Renamon, la figura de Doru y el dinosaurio rojo estaban frente al extraño mono. el cual mientras reía, saca algo de la nada y con un solo movimiento hace que todo se vuelva negro..

    Al abrir nuevamente los ojos estaba mi rostro contra el suelo, el impacto debe depender de la distancia pues mis compañeros mas lejos del mono también mostraban signos de estar consientes, batiendo mis alas con la poca fuerza que me quedaba, intento seguir cargando al dinosaurio y a Renamon, la cual no pareciera tampoco haber soltado del todo a nuestro compañero.

  -Vamos rena..... solo un poco... mas- y tan de la nada como aparecieron los refuerzos enemigos una lus ilumino nuestras cabezas, antes de volver a caer en el suelo por agotamiento.

   Cuando por fin abro los ojos estaba volando en una extraña esfera y a mi alrededor iban otras esferas mas llevando cada una uno de mis compañeros, aliviado me relajo y empiezo a disfrutar la vista y apreciar cada momento lejos de aquel horrible animal .... Un momento.... conozco este sitio...., los arboles, parte del camino, esa extraña figura echa de piedra, estábamos siendo llevados al templo que buscábamos .

- Chicos... sniff.. me alegro que estén bien- con unas lagrimillas en los ojos les digo a mis compañero ya todos reunidos, mientras buscaba a uno de los pequeñas esferas - ¿ puede ayudarnos a llevarlos a unas camas ?, estos tres necesitan un poco de descanso- digo mientras con mis patitas apuntaba a los dos dinosaurios y al dorumon.

Ante la situación no logro sentir mas que alivio, hasta que recuerdo la razon de este problema.

"No puedo continuar así, debo de conseguir poder para sobrevivir a este mundo y sin importar que, yo viviré" Pensaba al ser salvado, todo con la tonalidad de determinación y fiereza.

"¿Quienes son? porque han venido a nuestro rescate" Lo digo con algo de desconfianza al pensar en que mi destino esta en manos de unos desconocidos.

Lentamente sentía una impotencia por todo lo que sucedía aquí, tenia que saciar su sed por conocimiento si deseaba sobrevivir a este mundo. No podía dejar en manos de otros su supervivencia y mas... por su falta de objetivo.

"Porque razón me encuentro en este mundo con esta forma..." Todo esto lo dice en murmuro, no como una pregunta para otros, si no para el mismo.

-Gracias por salvarme, compañeros -les dije a Patamon y Renamon-. Creo que me hubieran convertido en datos de no ser por vosotros...

Apenas puedo creer la suerte que hemos tenido por segunda vez. Contra Ogremon, habíamos sido salvados in extremis por Leomon. Y ahora, nos habían salvado aquellos pequeños digimons alados.

-El digimon que nos rescató, el dorado... -indiqué, dejándome caer en una de las camas, agotado por el esfuerzo-. Ese es Magnamon. Encaja con la descripción que nos dieron los tres sabios. -Miro al techo de la estancia, extenuado por el esfuerzo-. Este combate me ha enseñado una cosa. Tenemos que seguir entrenando. Todavía estamos muy verdes para hacer frente a los subalternos de esa Señora.

Mientras corriamos hacia el bosque, una burbuja nos envuelve, parece que han venido a por nosotros, dejo a agumon con cuidado en el suelo para no dañarlo mas.

Asiento con la cabeza cuando nos agradece y vuelvo al paisaje, seria un lugar genial para unas vacaciones si quitaramos a los digimons malignos. Nose si nos podremos fiar pero ko puede ser peor que quedarse con etemon o eso quiero creer.

Tras un poco de tiempo llegamos al templo al que debiamos ir en un principio. Es un templo de piedra y dentro de ese lugar hay unas pantallas y camas, una de ellas esta ocupada. Al romperse la burbuja vuelvo a coger a agumon.

Justo cuando voy a acercarme mas aparece el digimon dorado de antes, el debe ser al que nos mandaron a buscar.

Disculpe, ¿Puedo colocarlo en una de las camas? Esta agotadoby le vendria bien descansar. Por favor.

Etemon solo se burlo de nosotros tras hacerle frente, pero era la unica forma de que los demás tuviesen una mejor oportunidad de escapar, este saco del aire una guitarra que al sonar nos debilito a todos pero más a Dorumon y a mí.

Sin embargo, en el último momento cuando ibamos a pasar a ser solo datos, un haz de luz golpeo a Etemon dejandolo casi debilitado, este fue un ataque de un digimon todo dorado que llego a rescatarnos y llevarnos a unas montañas dentro de unas burbujas.

Una vez allí nos ubican en unas camas y tratamos de recuperarnos. Que hago yo aquí?? fue lo único que alcanzó a decir Guilmon...

 De nueva cuenta todo aquello había sucedida demasiado rápido ante los ojos de Gaomon, la mayoría habían emprendido la retirada para tratar de buscar refugio entre los árboles tras la caída del gigantesco dinosaurio pero nada más notar que dos de sus compañeros habían decidido todo lo contrario el pequeño perro azul frenó su camino y justo antes de que pudiese gritarles alguna frase la música del simio le golpeó haciéndole tambalearse cayendo pesadamente de rodillas contra el suelo.

 Ofuscado por el ataque no puedo hacer mucho más salvo observar con la mirada nublada una figurada dorada dándole su merecido al enemigo, otros pequeños seres les rodearon y ante aquella aura de bondad cerró los ojos sumiéndose en un extraño sueño oscuro. Despertó poco después sobre una cama rodeado de sus camaradas ya a salvo, le dolía un poco la cabeza y sentía un poco de nauseas, no tanto por el ataque, si no por el remolino de acontecimientos.

 Se sentó a la orilla de la cama, sus fuerzas volvían de a poco y ya escuchaba a Patamon llorando de alegría a verlos a todos a salvo, incluso Agumon estaba mucho mejor ahora. Bufó y apretó la mandíbula aislándose del resto en su pequeño mundo, por un lado se encontraba molesto consigo mismo no poder ser tan fuerte como para ayudar a los suyos, por otro lado comenzaba ya a sentirse un tanto inútil, si ese era el mundo que les esperaba ciertamente tendría que mejorar o... la idea de ver a su compañero convertido le provocó una inusual migraña.

- Al menos....ya estamos a salvo - balbuceó con un tono cansado y algunos minutos después observó a aquella figura dorada de nuevo - Le agradezco por la ayuda, resultó que aquellos que iban al rescate han sido rescatados - sonrió un tanto forzado ante la ironía de su comentario - Leomon nos ha enviado a buscarlo....supongo.. -

Echamos a correr hacia el bosque para tratar de darles esquinazo, pero es muy habil. Cuando ya dabamos todo por perdido aparecen varios digimons, uno con una armadura dorada y el resto son como unas habitas que nos metan dentro de una burbuja. Mi primer impulso es tratar de romperla, pero al averiguar que nos dirigíamos hacia el templo me relajé.

¿Estais todos bien? me giro hacia los que se suponía que debíamos salvar.Hola, ¿Estais bien? ¿Aun no os han contado nada? Nosotros tampoco sabemos mucho, pero nos han dicho algo así como que somos los elegidos para salvar este mundo de la oscuridad. Aunque la verdad yo tampoco lo entiendo. Nosotros también vamos en busca de respuestas así que deberíais venir con siempre va a ser más seguro.

Al llegar al templo la burbuja se rompe dejándonos en el suelo. Veo las pantallas y las camas, en una de ellas hay alguien acostado, me resulta familiar, comienzo acercarme pero justo entonces aparecer Digimon de la armadura dorada que nos ha salvado antes.

Disculpe, ¿Es usted Magnamon? Y sino lo es ¿sabe quien es? Nos mandaron a buscarlo.

Como un vil cobarde Lopmon corrió esperando ponerse a salvo, era deplorable y jamás pensó que tendría que hacerlo, cuanto había cambiado. Mas no tuvo tiempo de lamentarse ya que un acorde de poder aflojó sus músculos dejándolo tendido en el piso.

Se sentía indefenso, cual si fuera un peluche viviente. No podía ser peor.

—RAYOS—Maldijo frustrado.

En ese estado no quedaba mas que maldecir su mala suerte y dejarse morir, o eso creía. Un resplandor dorado venido de los cielos descendió y aplicó un gran poder sobre su enemigo. Tal fulgor le cegó al punto de dejarle inconsciente.

Cuando recuperó el sentido Lopmon dio un grito de terror mientras se incorporaba, confundido miro a todos lados y se vio en una de varias camas, parecía que estaban a salvo.

—¿Donde estamos?

Derrotado en el suelo a causa del ataque de Etemon esperaba nuestro fin, solo un milagro podía salvarme y justamente eso pasó. Unos digimons alados y uno en brillante armadura dorada acudieron en nuestro auxilio y aún que estaba destrozado intenté mirar al dinosaurio rojo que se había puesto a mi lado para ganar tiempo y le sonreí. - Los tienes bien puestos. - En ese momento una esfera envolvió mi cuerpo y yo intenté descansar un poco. 

Al despertar habíamos llegado a una sala dentro del templo donde parecía un puesto de vigilancia. Seguía débil pero poco a poco iba recuperando mis fuerzas. Miré por lo alto que todos mis compañeros estuvieran bien, echaba en falta a monodramon que había caido en manos del enemigo. Ese etemon iba a pagar tarde o temprano si nos lo volvíamos a encontrar. 

Pero habíamos encontrado a dos compañeros nuevos, o eso quería creer y luego el que había gritado Magna-esfera tenía que ser por narices Magnamon, además encajaba perfectamente con la descripción. Así que me acerqué lentamente a ver que era lo que tenía que decirnos. Salamon como siempre se había adelantado a los demás, a parte de ser buen compañero era muy listo, seguro que haría bien de líder.  Los demás ya habían formulado las mismas preguntas que tenía en mente, así que no era necesario volver a repetirlas, solo sonreí por sentirme a salvo y esperé.

Las preguntas llovían, y el digimon dorado solo os miraba tranquilo. Comenzó a caminar y a los que estaban más heridos los ponía en una cama (Dorumon y Guilmon) para luego emerger una luz dorada la cual os curó de inmediato. Por su mirada parecía que le costaba esfuerzos, pero luego fue al resto y os curó por completo.

- Yo soy Magnamon, al que buscabais. Intuía que vendríais a por mí, ya vino ese antes (os indica una camilla en donde solo veis una figura grande durmiendo) y es el motivo por el que estoy tan agotado. Este mundo se va derrumbando poco a poco.

Tsukaimon y Guilmon

- Cuando este mundo necesita ayuda, trae a niños del mundo real para ayudarlo a recuperar el equilibrio. Sin embargo, esta es la primera vez que los convierte en digimons. No puedo decirte más.

Agumon

- Aunque tu entusiasmo es encomiable, el estar verdes es muy poco para vosotros. Debeis potenciaros, aumentar vuestro poder.

Gaomon

- Leomon es un buen amigo mío. Tarde o temprano me mandaría como refuerzo. Lo conozco demasiado bien; sin embargo, no puedo dejar este valle, aún no.

Salamon

Te mira como escudriñándote, pero luego relaja la mirada.

- Sí pequeña, soy aquél por el que habéis venido a buscar. Lamentablemente, las circunstancias no han sido las mejores para este encuentro.

Lopmon

- Esta pirámide es un templo donde los Caballeros Reales nos solemos reunir en épocas de crisis. Pero en esta que estamos padeciendo, no me es extraño que haya sido el único que haya venido. No temáis, estáis a salvo. Nadie con un corazón malvado puede entrar ni detectar este lugar.

Todos

Magnamon se sienta en una de las camas (despues de ayudar a poneros a todos en una para que descansarais un poco), mientras os miraba. Daba la sensación de estar muy agotado, pero si eso es así, quién lo ha dejado así de agotado? Algunos Piximon se acercaron y le inyectaron algo en el brazo, el cual parecía relajarlo un poco.

- Mis poderes están menguando. Esa digimon, esa señora de la oscuridad, ha puesto algo en la Pirámide de Pharaomon después de matarlo y absorberlo, que hace que esté debilitándome constantemente. Necesitais ir allí, averiguar que ha puesto que me debilita tanto y desconectarlo o destruirlo. Solo así podré servir de ayuda, de lo contrario, ni siquiera podría salir de esta zona sin caer exhausto.

 Sentado a la orilla de su cama escucha muy atentamente no solo la respuesta que el dorado da sobre su pregunta, si no para el resto también, agacha entonces las cosas parecen estar en su contra, si alguien tan poderoso como Magnamon tenía problemas para mantenerse fuerte ante sus enemigos ¿qué podían esperar ellos que recién llegaban a aquel extraordinario mundo?

 - Magnamon - levantó la voz al igual que la mirada - Nosotros necesitamos entrenar, conocer mejor nuestra habilidades en este mundo. Entiendo bien que no estaríamos aquí si no hubiese una muy buena razón pero ya hemos perdido a un compañero en este viaje... - suspira algo apesadumbrado - Entiendo también que no hay mucho tiempo como para recibir entrenamiento...

 Se levanta de un brinco y lo mira con determinación - Yo acepto ir a ese lugar que mencionas pero antes me gustaría que me ayudases, de algún modo, a volverme más fuerte. Esos sujetos nos están pisando los talones y muy seguramente algo peligroso nos estará esperando

   Espera... entonces los curaste del todo no?- le pregunto a Magnamon una vez pasa su mano por sobre Dorumon y el dinosaurio rojo, al final ya nos encontrábamos en un sitio seguro y estaban lo bastante consientes como para entender esto.

poniéndome frente a Dorumon y tomando un cierto angulo, le planto un aletazo en toda la cara.

- COMO SE TE OCURRE HACER ESO!!!!- le digo a Dorumon, con la ala hinchada por el fuerte contacto,mientras miro de manera molesta a dinosaurio rojo, para que entendiera que esto también iba para el- eso que hicieron fue lo mas tonto que han echo, si quiera hubiese sido uno de esos ogros, a eso al menos le podemos aguantar un poco en combate, pero contra el tipo del pijama... ni evolucionados teníamos chances, y creías que podrías ganar algo de tiempo, Dios!!, si no fuera por Magnamon no hubieran sido mas que un aperitivo para los malos.

Y lo peor, sabes, fue que perdimos a Monodramos solo por que él pensaba que esto no era mas que un simple juego... Hasta el final no dudaba que aquel humo solo era una simple fogata...- No podía aguantarlo mas,necesitaba botarlo en algún momento- Por favor.... sean mas prudente,no quiero perder... a nadie mas- sin mas palabras me retiro a una de las camas contiguas, mientra escucho al resto que van hacer con la tal pirámide, con la vista de frente a una camilla ocupada por un extraño bulto.

Me fijé en el Digimon grande que estaba durmiendo en una de las camas, aunque me resultó imposible.

-Me gustaría poder entrenar para hacernos más fuertes -reconocí, ante las palabras de Magnamon, con tristeza-. Monodramon murió porque era débil. Se pasaba el día hablando como un papagayo. De irse solo, de marcharse por su cuenta, pero nunca fue lo suficientemente fuerte, salvo cuando decidió entregarse a la ira. ¿Y de qué le sirvió? Ahora está muerto -Observé a todos mis compañeros, sin ganar de sonreír-. Tenemos que continuar entrenando para fortalecernos. No podemos permitirnos que a alguien más le ocurra lo que a Monodramon.

Apreté el puño con intensidad y observé al agotado Magnamon.

-Buscaremos qué hay en la Pirámide de Pharaomon y trataremos de destruirlo. Delo por hecho.