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Divitis Corduba IV: A los Palacios subí...

II. Mensajes del pasado

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20/11/2014, 19:12
Nâzeh ibn Radi

Se detuvo un momento e hizo incluso el amago de ir a ver qué pasaba con el niño, pero entonces recordó dónde estaba y qué religión profesaba y sobre todo, todo lo que había ocurrido y porqué huían, así que lógicamente, miró para otro lado y se escabulló por los Deanes sin ni siquiera cerciorarse de que el resto le siguiese.

Allá cada uno...

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20/11/2014, 19:32
Abid ibn al Amir

Vi como los alguaciles golpeaban al asustado chiquillo confirmando las palabras que solía decir mi tío Ali que vinieron a mi cabeza como si estuviera escuchándolo directamente a él.- La crueldad no es más que la fuerza de los cobardes.

Tal vez debiera haber actuado, pero no tuve más remedio que dejar que el muchacho recibiera la paliza que sin lugar a dudas le aguardaba y seguir a Nâreh en pos de conservar mi propia vida.

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21/11/2014, 17:43
Zaif Mawlay

- Pobre criatura. ¿Qué habrá hecho para que lo persigan tres soldados? Pensé al ver la cacería de aquellos soldados y el soberano bofetón que le cayó en la cara.

Pero aquello fue todo lo que hice. Mi preocuación ahora era bien distinta, y sobre todo, más valiosa para mi. Era salvarme yo.

Con rapidez me dirigí a la puerta por la que habíanse ido Abid y Nâceh y antes de salir me giré por si a mi hermano se le ocurría ir a otro sitio.

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22/11/2014, 11:18
Director

Aquel muchacho fue golpeado y manoseado antes de recibir una soberana paliza por parte de uno de aquellos alguaciles de espada. Zaif y Diego, de la misma profesión, sentían asco sabiendo que en cualesquier lado, incluso dentro de la Justicia, había infinitas injusticias. Aprovechásteis ese valioso tiempo para llevar en volandas a un malherido Bermudo que desde hacía ya muchos minutos había quedado prendido en la inconsciencia. Atravesásteis la calle y cruzásteis junto a la Casa del Obispo, es decir, el palacio episcopal de Córdoba, el cual era antaña un alcázar islámico.

Dios o Alláh hicieron que en esos momentos no hubiera nadie por las calles, et de haber ronda de alguaciles, ninguno encontrábase allí. Entonces llegásteis al portón doble de la aljama. Al llegar esa tarde a la catedral lo habíais cruzado en dirección contraria, pero ahora, en la noche, hallábase cerrado. La puerta tenía una rejilla a la altura de los ojos de un hombre y Casimiro López golpeó un par de veces. Tras la puerta, un muccadim asomó por la pequeña rejilla y arqueó una ceja al ve aquella pequeña comitiva que formábais.

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22/11/2014, 11:19
Casimiro López

Llama a don Alonso -ordenó el calatravo al guardia tras la puerta-. Ha venido a verle Casimiro López. ¡Rápido!

El tipo echó una última mirada (sobre todo al maltrecho Bermudo) y se alejó unos instantes. Tuvísteis que apoyaros en las paredes cercanas de la puerta, donde había gran oscuridad, tras oir ruidos de pasos que llegaban, que no eran sino de simples viandantes nocturnos. Tras un buen rato esperando (donde creísteis que tal espera no os podía llevar sino a descubriros y luego a la soga), el portón de la aljama se abrió, y junto al guardia apareció un hombre ataviado con una capa larga y oscura.

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22/11/2014, 11:19
Alonso de Aguilar

¡Casimiro! -exhaló sorprendido el allegado-, ¿¡Qué pasa!? ¿Qué significa todo ésto? ¿Habeisme mandado llamar para entrar aquí?

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22/11/2014, 11:20
Casimiro López

Así es -respondió el calatravo-. Ha llegado la hora de redimir tu pago para con la Órden: has de ayudarnos. El tipo se mordió los labios, pues al veros junto a Casimiro parecía como si huyérais de la justicia, o algo peor, si es que lo hubiera... Necesitamos salir de la ciudad... AHORA MISMO. ¡Venga! ¡No nos tengas aquí! ¡Traemos un herido! ¡El pago de tus deudas depende de la prisa que te des!

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22/11/2014, 11:20
Director

Aquel hombre no se lo pensó, e hizo ordenar al muccadim que abriera un poco más el portón para que entrárais a la aljama. Et así lo hicísteis, en el más completo silencio que pudísteis reunir. Aquel tipo que conocía a Casimiro López no parecía árabe, et que daríais vuestra mano a que no era judío, pues iba ataviado (pese a ir de oscuro) cual noble cristiano. Et así era. Tras un gesto suyo para que le siguiérais entre las callejuelas de la judería, Casimiro os contó entre dientes que algo más de lo que ya os dijo: de nombre Alonso Aguilar, el militar ahora habitaba una de las pocas mansiones de la collación de San Bartolomé (ubicada dentro de la aljama) y que, en estando retirado de las armas, debía dinero a unos usureros judíos y a la propia Órden de Calatrava con respecto a un lio con los primeros nombrados.

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22/11/2014, 11:22
Alonso de Aguilar

Entonces, tras sortear escaleras y cuestas, llegásteis a una casa grande, más grande que cualquier que hubiera en la aljama. Y tenía dos plantas.

Vamos, ¡entrad! -os instó mientras él mismo habría la puerta con una llave de gran calibre y os la sujetaba para que accediérais con el herido Bermudo-.

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22/11/2014, 11:26
Casimiro López

¡No! -respondió Casimiro-. Ya te dije que habíamos de HUIR ahora mismo, no ocultarnos. Aunque ahora mismo la judería es el sitio más seguro de esta ciudad, los alguaciles la registrarán por la mañana.

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22/11/2014, 11:28
Alonso de Aguilar

¿Quién ha hablado de ocultaros? -dijo con cierta sequedad el contacto del calatravo-. De ser así, acabaría yo acusado et luego juzgado al igual que vosotros... -su voz era algo oscura, y se notaba que escondía cierto recelo en todo ésto-. Se ha dado la voz en toda la ciudad, Casimiro: se ha puesto precio por vuestra cabeza et la de los asesinos del comendador de vuestra órden -os miró a todos, como entendiendo que érais vosotros-. Ya os digo que ningún interés tengo en ocultarvos, sino de haceros alejaros de mi casa et pagar mi deuda, la que vos bien sabéis: en el sótano de mi palacio está la otra puerta.

Casimiro abrió un poco los ojos, lleno de sorpresa por la última frase, la del sótano.

Efectivamente: la puerta de Malburguete. Muchos judíos la utilizaron antes que yo, antes de erigir este palacio. Por supuesto, sabéis que siempre he sido cauto; et vivir entre judíos, pese a que respetan a este cristiano, no es fácil: los usureros me vigilan por mi deuda, y nunca se sabe cuándo habremos de huir. ¡¡Aprisa!! ¡Seguidme!

Anduvísteis entonces por las estrechas estancias del palacio que, pese a ser lo más lujos de la aljama, tenía una estructura similar al resto de viviendas: habitaciones estrechas. Antes de internaros en unas escaleras irregulares labradas en el propio suelo de una especie de cocina, el tipo ordenó a un sirviente preparar unos caballos "al otro lado de la puerta".

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22/11/2014, 11:36
Director

Al bajar las escaleras, el pasillo de descenso era tosco e irregular. Pese al calor del territorio, aquella gruta a modo de catacumba era húmeda y fría, y enseguida notásteis un aire pegajoso en vuestra piel: habíais llegado abajo. Allí se encontraba una puerta de madera que, al abrirla, daba a una especie de cavidad natural donde había un depósito de agua, como una alberca circular que albergada un poco de líquido. Tras cruzarla con un resonar de pasos con una velita llevada por el anfitrión, se iluminó entonces otra puerta, esta vez más vieja. Estaba como apuntalada con maderos y tablas, y don Alonso os pidió que le ayudárais a retirar aquellas protecciones a base de fuerza bruta.

Una vez conseguido, el acceso se abrió, y víseis que daba a un largo túnel de dos varas de alto por una de ancho. Parecía llevar mucho tiempo cerrado.

Podéis ir todo recto -os dijo el hombre encapado-. No habrá pérdida. Al girar la esquina encontraréis la salida, al otro lado del muro de la cuiudad. Entonces podréis huir... o lo que sea. Ya os está esperando mi siervo con unos caballos. Et ahora -se giró hacia Casimiro-, es el momento de pedirvos lo que es mío, pues no sé si os veré, o si tan siquiera si os veo sea habiendo sido capturado. Anuladme mi deuda con vos.

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22/11/2014, 11:43
Casimiro López

No puedo hacer eso -respondió Casimiro-. La Órden de Calatrava, en estos momentos, me busca a mi también. Yo estaba en el preciso momento en que encontraron a don Juan de Hoces herido de muerte. Por cierto, ninguno de nosotros lo hizo. Por ende, no tengo poder para saldar tu deuda.

Alonso Aguilar comenzó a mirar con ira al calatravo.

Empero no apuréis, et tomad -Casimiro sacó de debajo de su capa una bolsa, que tenía atada bajo la cruz de calatrava sobre su sobreveste-. Con ello podréis pagar el aval de los calatravos et también a los propios usureros. Podéis contarlo, hay oro suficiente como para... -vuestro amigo Casimiro hizo una pequeña pausa a conciencia-, como para acallar también la vuestra boca.

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22/11/2014, 11:47
Alonso de Aguilar

Allí estúvose unos segundos el de Aguilar abriendo la bolsa e inspeccionando la bolsa de cuero. Al acabar, asintio con un esbozo de sonrisa sobre su cara.

Agradecido -dijo-. Ahora iros, y deprisa, he de volver a tapar esta puerta y hacer como si nada de esto hubiera pasado.

Finalmente, sin saber muy bien vuestro futuro, os internásteis por aquella gruta, que debía ser la llamada puerta de Malburguete. Casimiro os contó que tiempo ha muchos judíos la habían utilizado para escapar de la represión cristiana (et por supuesto, narrando aquellos hechos dando la razón a los nobles hijos de Dios). Finalmente, llegásteis a un murete de piedra donde había un arco de piedra muy rudimentario y una salida estrecha.

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22/11/2014, 11:50
Director

Nada más sacar de allí a Bermudo no sin cierta paciencia, un jóve estaba allí esperando. Era el criado de don Alonso. Tenía sujetados cuatro monturas, y nada más veros os las entregó enseguida. Estaban ensilladas y no tenían alforjas algunas. El muchacho, entonces, se alejó corriendo, desapareciendo en la oscuridad. Al mirar hacia atrás vísteis que, efectivamente, habíais salido por el muro oeste de la ciudad, por el de la judería, y Córdoba descansaba a vuestras espaldas. Et ni hartos ni perezosos, montásteis raudos en las bestias y cabalgásteis en plena noche en dirección noroeste. Habría que huir de allí por una larga temporada.

* * *

Esa misma noche, habiendo recorrido unas diez leguas, llegásteis a una posada. Conducir a Bermudo en aquellas circunstancias mucho más tiempo podría acabar con él, por lo que entonces hicísteis noche. Ninguna noticia había trascendido aún acerca del asesinato de don Juan de Hoces, por lo que tendríais todavía algo de respiro. Dos días acompañásteis al Justo hasta que, con los cuidados del hijo del posadero, consiguió despertar.

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22/11/2014, 11:58
Casimiro López

No podremos volver a Córdoba en una larga temporada -dijo Casimiro-. Tal vez nunca... No sé qué pasará cuando encuentren el cadáver de Soledad y del criado Gracián...

Notas de juego

Bermudo, estás a 1 punto de vida, pero consciente.

Haced un último post de partida. Podéis narrar un poco cosas adelantándoos enen el tiempo hacia delante. Aquí acaba la campaña de Córdoba. Cuando lo hagáis, pondré el epílogo.

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24/11/2014, 15:02
Nâzeh ibn Radi

- Pues que todo caerá en el mismo saco. Los asesinos del Comendador actúan de nuevo. A este paso todos los muertos de Córdoba de los últimos meses caerán sobre "nosotros" -suspira y mira en derredor -escuchad... lo único bueno de todo esto es que hemos impedido a esa doncella del Maligno salirse con la suya. Quién sabe lo que habría podido hacer con un objeto como aquél. Arriba ese ánimo... no podíamos haber hecho otra cosa y encima hemos salvado la vida. Yo queridos compañeros, volveré a Granada. Tengo asuntos que atender allí. El que quiera acompañarme puede hacerlo. Mi casa será la casa de todos... -dijo levantando las manos hacia arriba.

- Que Alá os guarde...

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24/11/2014, 20:41
Bermudo "El Justo"

Despertose Bermudo en cama desconocida, sin saber dónde encontrábase y ni tan siquiera lo que había sucedido y, a pesar de encontrarse bastante maltrecho por lo menos podía decirse que estaba con vida. Escuchó lo que había acontecido después de que él cayera medio muerto en el agua, con la tristeza de no poder volver a Córdoba por una larga temporada o, algo que sería más probable, en toda su vida, la congoja por saber que ahora era un fugitivo de la ley y la alegría porque por lo menos la arpía había tenido su merecido.

Aún postrado en la cama y con la respiración fatigada, pudo pensar en lo que haría de ahora en adelante, y lo mejor sería poner todas las leguas por medio que pudiera entre su nueva vida y la que acababa de abandonar.

-Por mi parte, cuando encuéntreme con más fuerzas, ireme hacia el norte. Quizás allí nadie vaya a buscarme y encuentre algún trabajo con el que subsistir.

Mirolos a todos, uno a uno, con el agradecimiento brillándole en sus ojos.

-Buenos compañeros habéis sido y no puedo más que dar gracias al Altísimo por haber salido con vida de esta, y gracias a vosotros por no dejarme abandonado. Sólo espero que algún día nuestros caminos se vuelvan a unir y recordemos todo esto como una mala historia que nos ha tocado vivir. Que el Señor guie vuestros pasos.

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26/11/2014, 10:37
Durán Gómez "El Errante"

Me encontraba en Córdoba para honrar la muerte de mi padre, el cual había fallecido en unas escaramuzas que habían ocurrido en estas tierras, y al final lo que había conseguido, era participar dentro de un grupo, de religión diversa, para conseguir un objetivo común. 

La sorpresa al verse "trabajando" con infieles, le había proporcionado una gran satisfacción. Lo único que le quedaba era volver a la corona de Aragón y cuidar de sus tierras. 

- Ha sido un placer luchar hombro con hombre con gente de tanto valor, seguro que en un futuro nuestras historias se vuelven a cruzar. Y sin esperar a nadie, me giro y emprendo el camino de vuelta a sus lejanas tierras. 

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26/11/2014, 16:54
Abid ibn al Amir

Tras cumplir la misión que me trajo a esta ciudad por orden de mi señor había decidido demorarme unos días más en Córdoba para ganarme unos maravedies extras a cuenta de la orden de Calatrava.

Con la perspectiva que da el tiempo dábame cuenta de lo erróneo de aquella decisión. No solo no había cobrado ni una sola moneda, sino que a causa de mi detención por los alguaciles habíame visto despojado de mi bolsa y del arco curvado herencia familiar.

Mis pasos también llevan a Granada, será un placer poder compartir viaje contigo.- Le dije a Nâzeh para luego despedirme de los que tomarían otro rumbo.- Que el misericordioso guíe vuestros pasos y os reserve suerte en vuestras futuras empresas. Salam aleikum amigos.