Partida Rol por web

ahora me tocaba a mi entrar por el conducto de ventilación, por lo que me intento subir al ventilador, aunque por algún motivo no era capaz, -mierda, tendría que haber hecho mucho mas ejercició en la clase de educación fisica- digo mientras intento subrime por la regilla del conducto de ventilación, lo peor era que estaba el ultimo de la escuadra.

Cagöen... les pesa el culo, coxones...

El galaico negro retrocede, yendo marcha atrás, pues es complicado eso de dar la vuelta, y no hay rotondas cuando las necesitas, xoder!

Al llegar a la apertura, asoma medio tronco y deja colgar el brazo...

-Agarraros que intento subiros, carallo! Eh! pero de uno en uno!!

... por un momento se le pasa por la mente que le pueden arrastrar, y volver al punto de partida, como en un juego de época el "Monolopy" o algo así... pero en fín, entramos xuntos en esto, y arrexuntados saldremos!

— ¡Vamos coño! — Ayudó a los otros a subir. Estaba claro que tenía que estar en todo.

Tras un esfuerzo titánico, en el que fue clave la ayuda de Xevasio y Andrés; todos lograron llegar a la parte superior y con ello al interior del conducto. El espacio era algo más angosto de lo que esperaban pero conforme habían ido subiendo habían ido ocupando una posición a lo largo de aquella galería que acaba por convertirse en el pasillo por el que huirían reptando.

En cuanto encajaron la rejilla para disimular su operación empezaron a escucharse pasos. A estos pronto les siguieron gritos y sonidos de alarma.

—¡Nos atacan! ¡Ayuda médica para Pablo el del labo! ¡Revisad los pasillos que no tengamos intrusos! —Varias eran las órdenes que fueron lanzadas, además de algunos comentarios e improperios, además algunas teorías incluso bastante paranoicas. Lo que de verdad interesaba a nuestros héroes fue que la luz antes blanca y tenue mutó repentinamente en un fulgor rojizo y con ello los pasos empezaron a acelerarse. Afortunadamente les llevaría un tiempo empezar a revisar los conductos pues la naturaleza humana empieza por descartar lo más evidente y accesible a simple vista.

El grupo avanzó en la dirección que les señaló el cabo que era donde estaba el hangar, tal vez les llevaría un rato pero más o menos en aquella dirección acabarían por llegar aunque fuese con las ropas del trullo, sin desayunar y por supuesto sin pasar por el baño y es que Baldomero parecía estar sufriendo con aquel último detalle.

Por el camino pasaron por varias rejillas de ventilación a través de las cuales advirtieron que se encontraban en una especie de estación de trabajo en la que combinaban oficios civiles y militares. Sólo estaban siendo buscados por militares mientras que los civiles seguían desarrollando sus labores no sin cierto nerviosismo mirando de cuando en cuando a sus alrededores cada vez que escucharan un ruido aunque éste proveniese del pasillo. A estas alturas ya todo el mundo sabía que los genocidas que acabaron con el ejército de Su Majestad la Reina Isabel XXIII de Inglaterra eran los que habían dado de lo lindo a Pablo el del labo.

Tras no más de 15 minutos llegaron finalmente al hangar. Éste era una sala de gran tamaño y mayor altura donde naves, soldados y diferentes estaciones de batalla se encontraban repartidos. Por supuesto tampoco podían faltar las oficinas donde todas las entradas y salidas del lugar eran registradas.

En ese momento las naves que allí estaban eran de un tamaño maniobrable, capaz de albergar a los cinco y con tecnología hiperespacial como daría fe el propio Cabo y piloto, asi que cualquier elección sería adecuada para poner los pies en polvorosa.

Como ratas, se dedicaron a recorrer los conductos hasta llegar al hangar, y una vez allí, la curiosidad y el sentido común mandaron averigüar que salidas había, y otear a ver qué había...

-Joder, la mayoría de las salidas dan a donde hay gente, y nosotros solo con una pipa, y los dos cóckteles... Por cual salimos?? la del nor-oeste parece que es una sala de control o así... y si salimo por la nor-este, lo mismo no nos ve nadie y tenemos unas carretillas elevadoras, y acceso a lo que sea que hay al este, que quizá haya armas...

... la jodida curiosidad le corroe... está ya con el pinto-pinto-gorgorito a ver por cual sale, ahí, a capela y sin pensárselo, joer, que son Lejías!, para qué pensarlo, pudiendo hacerlo??? que no se diga, joxones!!!

... y así empieza a moverse a donde el instinto de rata del rastro le mande... pero atento a si alguien tiene alguna idea feliz antes de cagarla a propios

- Bufff qué chungo - después de haberla cagado tratando de subir por la escalera humana improvisada, no me veía con suficiente valentía como para planificar una ruta de escape, pero como siempre ocurre, la inoportunidad vence al coraje y acabé hablando - Quizás con una distracción nos sea más fácil alcanzar la nave de huida - vale, había sido fácil soltarlo, la cosa es que la distracción no fuéramos nosotros - las bombas siempre llaman mucho la atención y más cuando hay muertos, eso provoca un miedo que te cagas - pero tampoco se trataba de soltarlas y luego hacer los 1.500 metros obstáculos por la base hasta la nave.

- Por la cercanía - y para evitar que el armero se convierta en terrorista suicida, el objetivo tenía que estar tanto cerca como lejos, si estaba lejos dispersaría a la gente; pero si estaba cerca la sacaría, así que, imagínate que suelta un bombazo en un vehículo (cfr plano: verde oscuro, esquina inferior izquierda), los demás estaríamos en la sala contigua donde sólo hay 1 vigilante para asaltarlo y robar la nave; pero también podríamos pegar 2 bombazos, uno ahí y otro donde hubiera gente (cfr mapa: esquina superior izquierda), si hay heridos habría revuelo, quizás despejaríamos a todos los vigilantes a esa zona - podríamos plantear dos ataques, 2 bombas pues 2 ataques. O bien concentrar todo la explosión en una zona (por la cercanía yo diría en el vehículo verde oscuro).

- De todas maneras, yo soy la médico, no soy la estratega, aunque quiero salir viva de aquí con el menor número de heridos en nuestro bando. Así que, la responsabilidad es... suya, cabo-.

- Balvosa y Baldomero, ¿habéis visto algo de material inflamable? - eso también podría ayudar a la causa, cuanto mayor sea la distracción mejoraría la escapada

— Vamos a echar un vistazo a la sala esa. La que dice el gallego. Quizás podamos encontrar allí unos uniformes o unos monos de esos de operario y quitarnos estas ropas tan cantosas— Andrés comenzó a gatear por los estrechos conductos de ventilación en esa dirección mientras daba vueltas a las opciones. Si podían bajar por allí en plan sigiloso, perfecto. Si no, lanzarían allí dentro uno de los cócteles y cuando todo el mundo estuviera distraído apagando el fuego, bajarían por el lado contrario. Había visto una apertura justo encima de una nave verde. 

Al escuchas a la doctora Baldomero responde:

- hmmm... pues no sería mala idea matasanos. Podríamos incendiar y añadir humo a la ecuación a las dos naves que están juntas soltando las... "lendoirokov"... -dice no sin sentir vergüenza al oirse decir tamaña tontería- sin salir de los conductos de ventilación. Luego podemos ir a la nave que hemos visto al otro lado. La distracción debería darnos suficiente tiempo para encender el cacharro y salir pitando. ¿No cree, mi cabo?

escucho las palabras de mis compañeros, -voto por la idea del cabo, con solo una pistola y 2 cocteles dudo que nos podamos desacer de todos los enemigos, pero si salimos con los uniformes, tendremos mas posibilidades, o salir donde no haya nadíe- digo a mis compañeros, -deja que eche un vistazo- le digo a la medico cuando escucho si encontramos algo inflamable, -espero que si, eso es mas divertido que jugar a los diflazes-.

— En la sala esa no hay nada que nos vaya a ayudar a salir de aquí — Andrés regresó gateando a donde estaban los demás.

— Pasamos al plan B. La maniobra de distracción. Birras y Matagatos, tirareis dos de esos cachibaches explosivos de Chispas por las rejillas  de ventilación que están al norte. Allí y allí— el Cabo en funciones señaló con el dedo índice (que es el de mandar) por donde tenían que ir.

— Los demás iremos tirando al lado contrario. Hay una salida donde está la nave roja. Cuando el follón del fuego esté montado, nos descolgaremos y nos colaremos en la nave. Iremos preparando todo mientras vosotros dos llegáis.- conforme hablaba el plan se dibujaba en su mente. Las equis eran los puntos por los que se lanzarían los cócteles. El Círculo, por donde se descolgarían. 

-Pos fale, no se hable más....

Me hago cargo del cocktail de humo.. hummm... este al cuarto ese donde hay gente... que se asfixiarán y montarán jaleo; no es plan de echarles el otro y cargármelos, que lo mismo son gente maja que hace sus quinielas cada semana para ver si se jubilan de la mierda de trabajar para vivir...

-Cuando oiga el petardazo del otro, tiro el mío, así será fácil coordinarnos!

... y me alejo gateando tunel p'alante, como los de Alicante, cocktail en mano y sonrisa en la boca... Humm... lo mismo me da tiempo a echar un ojete cuando desalojen la sala...

Tarareando la melodía de una serie Vintage de una serie de lo que se llamaba "Televirsión" o algo así, de hace la tira de años, pero que ha sobrevivido en el acervo popular (creo que se llamaba el "Equipo-jaar" , o algo así, que iba de unos mercenarios que no mataban a nadie...), avanzo por el conducto, hasta que llego a la rejilla, observo.. y...

- Muy buena idea, mi cabo, jajaja -comentó Baldomero mientras gateaba por los conductos de ventilación. Por suerte habían sido construidos por buenos ingenieros británicos... Si llega a ser un complejo de los gabachos seguro que con su peso ya habrían vencido. "Si es que no tienen ni puta idea de nada joder..."

Al llegar al conducto indicado y cuando hubo dado el cabo la orden Baldomero bajó. La suerte más que la habilidad hizo que lo hiciera sin descoyuntarse ni hacer un estruendo como de una ballena cayendo de cientos de metros de altura, como decía una guía de autostop que había leído recientemente.

- No me pida que suba, pero para abajo sin problema, mi cabo.

-Me gusta el plan, incluye explosiones y una posible escape perseguidos por el resto de naves, esto será estupendo, vamos a disfrutar de lo lindo- digo a mis compañeros cuando me voy en dirección hacía la salida que daba a la nave que teníamos que robar y por suerte no estaría vigilada y si lo estaba, ya se encargaría de que no siguiera así.

Voy con sigilo por el tubo del aire hasta el punto exacto donde debe de haber una apertura para mandar este regalo de navidad a las gentes de ahí abajo. De parte de Melchor, Gaspar y Baltasar hala a disfrutar, regalos para todos de Oriente, toma Isis, daesh botellínexplosivo a la 1, a las 2 y a las 3, ahí va.

Bueno, parece que sí, la mezcla empieza a arder, el fuego purifica así que, hermanos acercaros al fuego uhmmm churrasco, pues huele bien.

En cuanto se coordinaron Matagatos insistió en la necesidad de usar relojes, en “El Equipo-jaar” acostumbraban a hacerlo y todo empezaba sincronizando la hora. Sin embargo en aquellos tiempos nadie acostumbraba a llevar un peluco analógico así que nuevamente tocaba improvisar como buen español y consensuaron en que el que partiría el bacalao de los ritmos sería el del petardazo, o en este caso “La Birras” (decidió insistir en que dejaran de llamarla Frankestainer porque la gafaban).

En cuanto escucharan el petardazo de la bomba improvisada, tocaría tirar los malos humos y el resto saltarían para ir apañando el vehículo de huída e improvisar sobre el terreno para ir haciendo tiempo a que llegasen sus compañeros;  pues en ese momento y sin apenas armas a excepción de la pistola de la rata de laboratorio poco más podrían hacer.

Pero claro… Una cosa son los planes, y otra lo que sucedió. Y es que Birras fue fina en su labor, de un petardazo dejó a KO al tipo solitario que parecía estar escoltando algunas cajas de almacenamiento, no fue a más la cosa porque por allí siempre se cuidaban de llevar encima el traje asistido de batalla y éste absorbió la explosión, se despertaría pronto con una resaca encima así que el juramento hipocrático no se iría a la porra. Lo bueno era que aquello atraería a las suficientes personas para alejarlas del punto que les interesaba.

Harina de otro costal fue el gallego quien le puso más ganas que otra cosa y se puso a mezclar los jugos que debían provocar una improvisada bomba de humo. Pero no cayó en la cuenta que intentar abrir una rejilla en medio de humareda no sería cosa fácil así que en cuanto el humo empezó a manar humo del matraz. Lo emitía con tanta intensidad que parecía que se había montado una sauna turca en el conducto, afortunadamente nadie pareció darse cuenta¹… Al menos por aquel momento.

Los tres que quedaban: El Cabo, el chispas y el sádico saltaron grácilmente mientras todo aquello tenía lugar, y gracias a la distracción de “La Birras” nadie estaba para ver aquello.

—¡Han atacado en el hangar! —Gritaron por megafonía llamando a todos los refuerzos mientras los dos puñados de tipos se dirigían a asistir a su colega. Pronto uno de los dos puñaos optó por patrullar para asegurar el área y se empezaron a dispersar por parejas, unos se dirigieron a la esquina noroeste para revisar las oficinas, otros dos a la sureste y los restantes hacia la nave que había escogido para irse por patas.