Partida Rol por web

Uno tras otro, Elhäine, Lasar y Targax comienzan a bailar al son de la música y a tararearla. Grob y Dwama consiguen resistirse a sus efectos pero la enana decide no hacerlo y sumarse al divertido momento que están protagonizando sus compañeros de voluntad más débil.

El joven bárbaro, en cambio, observa la escena con una mezcla de desconcierto y desaprobación. Era muy poco profesinal ponerse a cantar y bailar cuando se intenta rescatar a un mercader secuestrado.

El ritmo se apodera de mis pies y comienzo a bailar al son de la música en contra de mi voluntad.

—¡Ya basta, no tiene ninguna gracia! —advierto a la molesta pareja de bromistas antes de lanzar una involuntaria carcajada que desmiente mi última frase—. Estos dos bufones no me entienden... ¿Alguno de vosotros habla silvano? ¡No son más que dos estúpidos grilios burlándose de nosotros! Si no nos mostramos hostiles serán inofensivos, pero hay que convencerles de que no tenemos tiempo para sus payasadas...

Dwama se detuvo. Había empezado a bailar por iniciativa propia. A Dwama le encantaba la música, le encantaba cantar y le encantaba bailar. Nunca desaprovechaba una oportunidad y al ver que al alguno de sus compañeros empezó a baila al escuchar la música... Actuó en consecuencia.

- ¿Grillos? - Preguntó la enana. - ¿Qué demonios dices? - Y la enana miró en dirección hacia donde señalaba Targax y entonces los vio. - ¡Si eso son grillos, yo soy una gigante! - Exclamó la enana y soltó una carcajada. - Muy buena música pequeños. ¿Qué sois vosotros? - Les preguntó esperando que le entendieran.

Al escudriñar en las alturas puedes distinguir a dos criaturas no mayores que gatos encaramados a una rama situada encima de vuestras cabezas. Sus torsos, brazos y rostros son humanoides, con la piel de color azul claro y el pelo verde; sus alas, antenas y patas marrones en cambio os recuerdan a las de un grillo.

Uno de los dos está tocando un violín diminuto y el otro no deja de señalaros con un dedo mientras ambos ríen a carcajadas viendo a vuestro grupo bailar al son de su música.

Nunca habías visto criaturas semejantes pero está claro que están divirtiéndose a vuestra costa y eso resulta un poco bochornoso. A fin de cuentas, vosotros sois mucho más grandes y temibles y, sin embargo, no parece que os tengan ningún respeto.

Todo apunta a que tus compañeros tendrán que seguir bailando hasta que ellos decidan que dejen de hacerlo o encontréis otro modo de hacerles parar.

Casi nadie podía ver a las criaturas, pero gracias al origen de la música y a las palabras del druida supieron que se trataba de unos traviesos grilios. Elhäine seguía bailando al son de ese divertido violín y mientras tarareaba la pegadiza canción que sonaba, intentó hablar con ellos en el idioma de los bosques y convencerles de que les dejaran seguir  su camino y que les ayudaran a dar con esas misteriosas criaturas, pues seguramente las habrían visto alguna vez

Hola amiguitos, qué música tan divertida... DADA, DADADADA!!  nos encantaría quedarnos a bailar y cantar con vosotros, pero no podemos hacerlo... LOLO, LOLO, LOLO!!! Estamos buscando a un niño que ha sido raptado por unas oscuras criaturas  que... QUEQUE, QUEQUEQUE!!  viven en una torre abandonada cerca de aquí... QUI, QUI, QUI!!!! ¿ Por casualidad no las habréis visto? ¿ Podríais ayudarnos a encontrar al niño? Os estaríamos muy agradecidos y sabríamos como agradecéroslo... LOLO, LOLO, LOLOLOLO!!!!. ¿ habéis montado alguna vez a caballo? ¿ Qué os parece poder hacerlo en el mío... IO,IO,IO!!!! es una yegua muy bonita que se llama Yedra ¿ os atrevéis a probar? Os prometo que si nos ayudáis... AIS,AIS, AIIIISSSS!!!! y conseguimos rescatar al niño, montaremos una fiesta para celebrarlo... LOLO,LOLO, LOLO!!!y seréis los encargados de amenizarla...LALALA,LALALA!!!. Seguro que su padre os da una buena propina por vuestra ayuda y por amenizar la fiesta... TA, TA, TATATA!!!! ¿ Qué me decís? También podemos devolveros el favor haciendo algo por vosotros ¿ Necesitáis algo en lo...LOLO, LOLO, LOLOLO!!!! que os podamos ayudaAAAAAAAAAARRRR?!!!!!!

Al igual que yo, mis compañeros también se ponen a bailar felizmente. Era un poco surrealista... en mitad del bosque, yendo en una misión... solo hubiera faltado ver a la loba danzar a dos patas, xD.

Mis intentos de pararme son en vano, así que al final me dejo llevar... por lo menos disfrutaré de esta linda melodía.

No veo qué o quién nos está haciendo esto, pero al parecer Targax sí lo sabe. Dice algo de unos 'grillos' que hablan en silvano o algo así, con la música no logro entenderle bien. Veo que Dwama está mirando hacia un punto en la oscuridad y giro la cabeza hacia allí para ver si diviso algo. A la vez grito en esa dirección en élfico:

-"¡Amigos, por favor! La melodía es buenísima pero mis pies agradecerían que pudieran moverse por su propia voluntad. Solo estamos de paso por aquí, así que si no os importa, podéis dejar de tocar un momento. Estamos buscando a un jovencito que han raptado y tenemos poco tiempo para encontrarlo. Sed buena gente y ayudarnos en la búsqueda por favor, más tarde seguiremos con los bailes."

Gorb se rascó la cabeza. ¿Así que era eso? En su pueblo les aplacaban con pequeños sacrificios, como comida o bebida (de ser posible, licores). Hizo un repaso de lo que tenía en su equipo y se dio cuenta de que era demasiado parco.

Yo dar algo comida. ¿Nadie tener licor o algo que emborrachar? Tras el aviso, se puso a rebuscar en el equipo de sus camaradas en busca de algo que pudiera gustar a las sabandijas esas.

Unos y otros os ponéis a hablar con el invisible violinista creyendo a pies juntillas las palabras de Targax sobre su identidad. A Elhäine las afirmaciones del druida le suenan creíbles pues sabe que estas criaturas feéricas son dadas a gastar bromas a los viajeros y a divertirse a su costa, de modo que no tarda en tratar de convencer al músico pese a no poder verlo.

También lo intenta Lasar, mientras escudriña entre el entramado de ramas que tiene sobre su cabeza, tratando sin éxito de detectar al "grillo" violinista. Grob, viendo que no lleva nada con lo que tratar de sobornar a la criatura del bosque, decide registrar en la mochila del distraído pícaro y no tarda en sacar de su interior un par de manzanas y una bolsita con frutos secos. Antes de que su compañero tenga ocasión de protestar, deja la comida como ofrenda a los pies del árbol más cercano y se aleja unos pasos para no intimidar a su posible sobornado.

Ya sea por las promesas de la semielfa o por el tributo del joven bárbaro, lo cierto es que la música cesa y una pareja de criaturas no mayores que gatos revolotean torpemente desde lo alto hasta el suelo. Sus torsos, brazos y rostros son humanoides, con la piel de color azul claro y el pelo verde; sus alas, antenas y patas marrones en cambio os recuerdan a las de un grillo. Uno de ellos lleva un violín diminuto y el otro una pequeña daga y ambos parecen estar pasándoselo en grande a vuestra costa.

Ante vuestros ojos, se reparten los frutos secos sin mostraros el menor temor y cada uno de ellos carga lo mejor que puede con una de las manzanas involuntariamente ofrecidas por Lasar. Su ascenso de regreso a la maraña de hojas y ramas que es el techo del bosque resulta todavía más torpe que la bajada y teméis que vayan a estrellarse contra el suelo en cualquier momento, pero no es así.

Solo cuando han vuelto a desaparecer entre la espesura, podéis escuchar su murmullo ininteligible.

—No sabemos nada de ningún niño —confiesa en la lengua del bosque uno de los duendecillos que ahora vuelve a ocultarse de tu vista—. Pero si buscáis la torre abandonada, vais por buen camino, esa loba vuestra sabe lo que se hace. Tú yegua es ciertamente bonita, pero parece más asustada que cualquiera de nosotros y no me gustaría que se desbocara y nos hiciese caer, así que nos quedaremos aquí arriba y disfrutaremos de la cena. Buena suerte buscando a ese pequeño y, cuando lo encontréis, no os olvidéis de nosotros; compartid vuestra comida y os amenizaremos la velada.

-Claro, contad con ello!! Montaremos una gran fiesta para celebrarlo!! - Contestó Elhäine a la simpática pareja.-Aunque la verdad, es que nos han dicho que puede ser peligroso - pronunció la mestiza en un claro tono de preocupacion-podéis decirnos algo de las criaturas que habitan la torre? Sabéis si son muchas y si son peligrosas? Nos han dicho que sirven a un antiguo hechicero ¿ es eso cierto? Porque si es así es posible que nos capture a nosotros también y nos quedemos sin fiesta- continuó la exploradora- o conocéis a alguien que pueda ayudarnos? Algún druida y protector del bosque...
-por cierto, mi nombre es Elhäine¿ y los vuestros?

Una curiosa conversación parece entablarse entre la semielfa y la curiosa pareja de duendecillos. Los tres se intercambian Suaves silbidos acompañados de alegres trinos, junto con algún gracioso movimiento de labios, ojos y cejas.

Aguardas unas respuesta por parte de tus interlocutores pero no obtienes ninguna. Tal vez estén demasiado ocupados cenando o quizá se hayan escabullido mientras les hablabas porque tenían mejores cosas que hacer. Como quiera que sea, ahora tienes la sensación de estar hablando sola y piensas que es mejor ponerse en marcha de nuevo antes de que los grilios decidan volver a tocar.

- Buscamos a unos hombrecillos negros que portan lanzas. - Dijo la enana. - Viven en unas viejas ruinas según nos han dicho. - Hizo una pequeña pausa esperando que me respondieran, pero como nada sucedió siguió hablando. - Como bien Jan explicado mis compañeros, tienen a un joven y nada bueno traman hacerle. ¿Seríais tan amables de indicarnos el camino a seguir? ¡Seguro que vosotros, hijos del bosque, sabéis dónde debemos buscar!

Una curiosa conversación parece entablarse entre la semielfa y la curiosa pareja de duendecillos. Los tres se intercambian Suaves silbidos acompañados de alegres trinos, junto con algún gracioso movimiento de labios, ojos y cejas. Pero al poco tiempo los grilios dejaron de responder. O estaban muy ocupados dándose un pequeño festín con los alimentos que se les habían entregado o habían desaparecido del lugar.

La semielfa se encogió de hombros, haciendo una pequeña señal para reiniciar la marcha - Bueno, me han dicho que vamos por buen camino para llegar a la torre, es lo único que han querido responder. Les he preguntado por el niño, por las criaturas oscuras y por el mago, pero ya no han vuelto a contestar. Será mejor que continuemos antes de que vuelvan a tocar esa pegadiza música. Pero estad atentos, debemos estar ya bastante cerca.

Y tras decir eso Elhäine tomó su jabalina y su hacha y se dispuso a continuar la persecución - Vamos Freyran, lo estás haciendo muy bien... 

Cuando cesa la música paro al instante. Miro admirado a las pequeñas criaturas portadoras de tan buena distracción. ¡Sería fantástico contratarlas para que tocaran en una posada!

-"Bueno, no hace falta que me déis todos las gracias a la vez por la ofrenda dada." Menciono mientras meto mis cosas en la mochila y la cierro.

Dwama intenta hablar con las criaturas, como hice yo, pero es la gracil semielfa la que parece que puede entenderse con ellas y nos dicen que vamos por buen camino. Recojo la antorcha y continuo la marcha tras mis compañeros.

Grob estaba satisfecho. Mostrando bien a las claras lo contento que estaba (en realidad eso le parecía a él, pero el careto era talmente el mismo que cuando estaba cabreadísimo, triste, borracho o follando o lo que fuera) siguió con la ruta atento a lo que pudiera oír alrededor.

La loba de Targax os guía infaliblemente colina arriba por entre la espesura y llegáis finalmente a vuestro destino sin nuevos imprevistos. Las ruinas descansan en un gran círculo de unos cincuenta metros de diámetro y pronto os resulta obvio que éste debe ser el lugar donde el famoso mago tenía su torreón; una construcción que en su día tampoco debió de ser muy impresionante en comparación con los castillos de los grandes señores y de los gobernantes de las ciudades-estado cercanas.

También es obvio, incluso para los que no sabéis nada de arquitectura, que han debido pasar muchos años desde que el edificio pudo ofrecer algo de protección contra la lluvia a cualquier viajero perdido; y mucho menos servir como fortificación contra posibles atacantes.

La mayor parte de los muros se han venido abajo por completo, dejando solo una balanceante pila de piedras de aspecto inestable, cubiertas de musgo y que dan la impresión de que vayan a ser desmoronadas en cualquier momento por una brisa ligera. Y, sin embargo, aquí es a donde os lleva y donde termina el rastro de Lucius.

Mientras avanzan Elhäine está atando cabos para descubrir a qué criaturas van a enfrentarse. Sabe que son pequeñas, usan lanzas de manofactura rudimentaria, van en grupos numerosos, llevan lanzas, tienen la piel y los ojos oscuros y muy probablemente vivan en tierras o bajo tierra, porque nunca se les ha visto. Quizás esa antigua torre tenga una entrada al inframundo y hayan salido por ahí....

Al llegar a las ruinas miro todo con detenimiento. Me acerco donde termina el rastro de Lucius y busco con atención nuevos rastros.

-"Estas criaturas no deben de andar muy lejos de aquí."

Lasar es el primero a ponerse a buscar entre las ruinas tan pronto como Freyan pierde el rastro de los secuestradores en las inmediaciones. Armado con su antorcha, el pícaro no tarda en localizar a una roca de aspecto sospechoso y gatea hacia ella para obtener una mejor vista.

Algunas piedrecillas sueltas se desprenden a su paso pero Lasar conserva el equilibrio y logra deslizarse hasta su objetivo. Una vez allí, se asoma al agujero y espia por la oquedad que desciende hacia la oscuridad bajo el torreón.

Con un escalofrío se da cuenta de que la oscuridad le devuelve la mirada. Asustado, retrocede precipitadamente mientras de la grieta surgen tres ratas enormes, furiosas y de aspecto repugnante que parecen decididas a vengarse del individuo que las ha molestado en su madriguera.