—En nuestro estado actual, no podemos derrotarla —coincido con Bugambilia—. Pero tampoco puedo permitir que robe el artefacto que pretende recuperar de mi torre, ni que haga daño a sus inocentes ocupantes. Podéis quedaros aquí si los deseáis y esperar a que vuelva a buscaros, o podéis venir conmigo. Si decidís seguirme, hay un Portal en mis aposentos que os pondrá a salvo más allá de este Plano de existencia, pues no os pediré a ninguno que me acompañáis a enfrentar a Leodinia. Decidáis lo que decidáis, hacedlo sin demora o temo que sea demasiado tarde.
Motivo: Maldición de los magos por "teleportar"
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 15(+10)=25 (Exito) [15]
Motivo: Teleportar
Tirada: 1d100
Dificultad: 97-
Resultado: 82 (Exito) [82]
Con independencia de quién venga conmigo, me teleportaré a mis aposentos.
A los que me acompañen a la torre y quieran escapar, les abriré el Portal al Bastión y allí se las entiendan con el Ama de Llaves y los otros dos Centinelas; porque mi intención es llamar a Leodinia con mi campanilla de "sonido fantasma" a toda potencia e ir derecho a los aposentos de Kyliana en cuanto pueda. Tengo un plan muy loco que seguramente termine en una catástrofe, pero si me sale bien puede ser muy épico.
─Mi buen Sëlanar, hemos venido aquí para enfrentarnos a Leodinia, aún a sabiendas de que probablemente no sobreviviríamos todos. Qué demonios, ni siquiera hemos llegado todos hasta aquí. Lo hemos dado todo, ya poco o nada nos queda. Pero entiendo, entendemos ─dijo añadiendo con un gesto amplio en la cuestión del entendimiento a su antiguo amo e incluso a la kender─ que si ella os ha engañado para poder acceder a vuestra torre, lo que custodiáis allí vale más que la propia Palanthas...
Pese a que no era tan brillante como Ailaserenth, Elaris no carecía de cierta inteligencia y podía unir dos puntos cuando éstos eran bien visibles, como en esta ocasión: Leodinia se había quitado de encima a Ailas para acceder a su torre y robarle algo, algo que él mismo no había querido nombrar, algo que no debía caer en manos de la susodicha.
─Ellos necesitan un lugar donde reponerse, donde descansar ─dijo haciendo un nuevo gesto para señalar a Harkon y a Bugambilia─. Mis heridas son superficiales y todavía cuento con algunas flechas. Contad conmigo, amigo.
¡Me apunto al plan suicida! ¡¡Silvanesti's power!! xD
Harkon sintió las manos de la kender aliviar mínimamente las graves heridas, pero era como tratar de frenar un torrente. Sencillamente estaba demasiado vapuleado. Aún así sirvió para que sus oídos dejaran de zumbar y poder abrir un ojo, y luego el otro.
—¿Qué reliquia es esa, maese Sëlanar?— preguntó Harkon, interesado en el asunto —Si esa Leodinia está allí, después de lo que he visto en esta cripta pienso que ya puedes dar por muertos a todos tus lacayos.—suspiró con cansancio infinito y se levantó con un dolor parecido, usando la espada de muleta, aunque en su forma ursoi quedaba bastante baja— Creedme que nada me gustaría más que enfrentarme, esta vez sí, a ese espectro o lo que sea. Pero por desgracia temo que necesito algo de reposo, así que os agradeceré que nos lleveis a vuestro refugio extraplanar, y no me queda más que desearos la mejor de las suertes.
Miró a la kender. Harkon despreciaba a los kender por lo general, pero sabía ver cuando alguien o algo, por insignificante que fuese, le había salvado el pellejo. Le dedicó un dolorido asentimiento de respeto antes de acercarse renqueando a los dos elfos, dando pesados pasos de oso.
—Elaris... Eres el último que me queda de nuestra pequeña compañía. Me has enseñado muchas cosas desde que te conozco, y odiaría que murieses. Así que hazme el favor y no mueras, ¿entendido?
Al límite de sus fuerzas, Ailaserenth hace nuevamente uso de su magia para teleportaros hasta un lugar que ya empieza a resultaros familiar: sus aposentos. Hasta aquí os trajo a Elaris y a Harkon después de vuestra dramática visita al monasterio de Santa Leodinia.
El vidente silvanesti parece que vaya a perder el conocimiento en cualquier momento pero, abrazándose con una mano a su bastón, os señala entre pesados jadeos el ornamental espejo de tres cuerpos que hay en su despacho. A una orden suya, la superficie reflectante se ilumina de forma radiante y dejáis de ver vuestros reflejos para descubrir la imagen borrosa y oscura de una sala en la que se adivinan tres plataformas circulares.
En un ejercicio de fe ciega en Ailas, o movidos tal vez por la más absoluta desesperación, kender y ursoi se adentran en la ahora acuosa superficie del espejo y desaparecen en su interior dejando atrás a la pareja de túnicas blancas.
Consciente de que el Portal se cerrará por sí solo pasados unos segundos, Ailaserenth no se molesta en cerrarlo una vez que vuestros compañeros se adentran en él. Lo que hace en su lugar es extraer una pequeña campanilla de plata, similar a las que usan los nobles para llamar al servicio, y le ordena:
—Alexia, pronuncia el nombre de "Leodinia" a tu máxima potencia.
El espejo tiembla levemente y los libros caen de sus estanterías cuando de la encantada campanilla surge un ensordecedor rugido que obliga a taparos vuestras puntiagudas orejas con las manos. El alarido cesa tan abruptamente como surgió, pero no lo hace el persistente pitido que todavía suena en vuestros oídos.
Algo aturdidos y desequilibrados, abandonáis primero el despacho y después el suntuoso dormitorio para salir al descansillo que hay frente a los aposentos privados del señor de la torre.
Con la ayuda de Elaris, Ailas logra bajar las escaleras hasta la cuarta planta, pero no se detiene allí a registrarla y ambos continuáis bajando. Al llegar a la tercera, reparáis en que la puerta de uno de los dormitorios está abierta; el vidente sabe que se trata de la habitación del pequeño Latonado, pero tampoco por él detiene su penoso descenso.
En la segunda planta descubrís que también la puerta del despacho de Kyliana se encuentra abierta. Al asomaros a través de ella podéis ver que está desocupada pero que, al otro lado, la figura espectral de una mujer ataviada con una antigua armadura completa solámnica tan insustancial como ella misma os observa a través de una segunda puerta abierta.
Apenas os separan seis metros y, desde tan exigua distancia, su sola presencia os resulta escalofriante y grandiosa a partes iguales y os inspira un temor reverencial, como si estuvierais ante alguien más divino que humano.
No porta arma alguna, pero el fantasmal guantelete de su mano derecha sostiene un arrugado lienzo de lino negro que parece muy real.
Ailas → 49/49 [soportar los elementos1, protección vs flechas2, comprensión idiomática6, ver lo invisible7, cuchichear mensaje8, heroísmo9, círculo mágico vs mal10, retirada expeditiva11, imagen múltiple12, escudo13, protección de Solinari14, fuerza de toro19, resistir energía20; exhausto3]
Elaris → 67/84 [flecha flamígera5, protección vs flechas17, ver lo invisible18, protección vs energía (fuego)21]
1: Soportar los elementos [permanece confortable entre -10ºC y 60ºC; durante algo menos de 12 h]
2: Protección vs flechas (NL 14) [RD 10/magia vs armas de ataque a distancia (máx. 100), durante algo menos de 2 horas]
3: Exhausto [no puede correr, ni cargar, ½ velocidad de movimiento, -6 FUE y -6 DES, hasta que descanse 1 hora]
5: Flecha flamígera (NL 7) [20 flechas en el carcaj y 30 en la mochila, +1d6 daño de fuego; durante algo menos de 60 min]
6: Comprensión idiomática (NL 16) [durante algo menos de 150 min]
7: Ver lo invisible (NL 16) [puede ver objetos o criaturas invisibles, astrales o etéreas; durante algo menos de 150 min]
8: Cuchichear mensaje (NL 14) [puede cuchichear y recibir respuestas a 240' de sus compañeros, durante algo menos de 130 min]
9: Heroísmo (NL 14) [+2 de moral a las tiradas de ataque, TS y pruebas de habilidad, durante algo menos de 135 min]
10: Círculo mágico vs el mal (NL 14) [+2 de desvío a la CA y +2 de resistencia a los TS a todos en 10' de Ailas, durante algo menos de 135 min]
11: Retirada expeditiva (NL 14) [velocidad terrestre +30', durante algo menos de 2 min]
12: Imagen múltiple (NL 14) [1 copia; durante algo menos de 2 min]
13: Escudo (NL 14) [+4 de escudo a la CA, incluidos ataques de toque incorporales y niega "proyectil mágico"; durante algo menos de 5 min]
14: Protección de Solinari [+14 sagrado a un único TS o durante algo menos de 50 min]
17: Protección vs flechas (NL 8) [RD 10/magia vs armas de ataque a distancia (máx. 80), durante algo menos de 8 horas]
18: Ver lo invisible (NL 7) [puede ver objetos o criaturas invisibles, astrales o etéreas; durante algo menos de 60 min]
19: Fuerza de toro (NL 14) [+4 de mejora a FUE, durante algo menos de 6 min]
20: Resistir energía (NL 14) [RE 30 (fuego), durante algo menos de 135 min]
21: Protección vs energía (NL 7) [puede absorber hasta 31 puntos de daño por fuego; durante algo menos de 65 min]
Por descontado, no tengo el menor deseo de compartir con nadie la naturaleza de la reliquia oculta en mi torre y menos que con nadie, con Harkon, por quien siento fundados prejuicios. Ha demostrado ser un luchador más que competente, pero también tengo razones para creer que es un caballero de Neraka y que bien podría ser un espía a sus órdenes.
El afecto que Elaris parece profesarle y el cariño que rápidamente le ha cogido Bugambilia son lo único que me disuade de abandonarle a su suerte en este osario en vista de que tampoco puedo contar con su ayuda para hacer frente a Leodinia Markenin. Casi mejor así.
Cuando la magia de teleportación cumple su función, suspiro aliviado al hallarme de nuevo en mi estudio y no haber perdido el conocimiento en el proceso. Me siento tan débil...
El Bastión de la Magia posiblemente sea uno de los lugares más inexpugnables y yo también quisiera escapar a la seguridad que ahora mismo me ofrece el Terno Blanco, pero mi sentido del deber me lo impide.
Apenas tengo fuerzas para abrir el Portal y no desperdicio las pocas que me quedan en despedirme de los que se marchan. Ojalá alguno de ellos se hubiera ofrecido a buscar a Agapanto y a los demás antes de huir, pero comprendo su miedo y su desesperanza porque yo mismo la comparto.
Tener que usar la campanilla de plata es algo que he empezado a odiar, porque únicamente recurro a ella cuando mi situación es realmente desesperada. La usé para llamar a Kyliana cuando los dragones Blancos casi matan a mi Shilara y la uso ahora para tratar de detener a Leodinia si se disponía a marcharse o a reunir a sus huestes. Necesito desesperadamente que venga a mí o, al menos, que se quede donde está hasta que pueda dar con ella. Bajo ningún concepto debe salir de aquí con su botín.
El sonido atronador de su nombre me obliga a taparme los oídos y, al hacerlo, tengo que soltar mi bastón. Incapaz de tenerme en pie por mí mismo, caigo de rodillas al suelo y allí quedo encogido sobre la alfombra de mi despacho hasta que mis doloridos tímpanos me permiten recobrar el equilibrio e incorporarme nuevamente con ayuda del leal Elaris.
En mi actual estado, cada peldaño me parece una montaña y doblar las rodillas me resulta doloroso; aun así, persevero hasta llegar a la segunda planta, permitiéndome albergar alguna esperanza al no descubrir en nuestro descenso el cuerpo sin vida de ninguno de mis compatriotas.
Unas esperanzas que no hacen sino crecer al toparnos frente a frente con la intimidante Leodinia. Hoy más temible que nunca.
—No digas nada y no dispares hasta que te lo indique —le pido en un susurro a mi valiente compañero, no del todo seguro de que sea capaz de oírme ni siquiera con la ayuda de mi sencillo truco de comunicación que todavía debería seguir activo. A continuación, dirigiéndome a la espectral comandante de las legiones de Chemosh, añado—: Salve, Leodinia de la Casa Markenin, Guardiana Brillante de E'li, a quien los humanos llamáis Paladine. En su nombre y por su divina memoria te imploro que renuncies a esa oscura reliquia que has tomado y abandones pacíficamente este lugar. Inconmensurable es el daño que puede causar semejante artefacto en manos de la Oscuridad y pocos han conocido y servido a la santidad de la Luz como tú lo has hecho, incluso más allá de la muerte.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 15(-2)=13 [15]
Mientras hablo, doy un paso gratuito al NE para ponerme detrás de Elaris. Dejo hecha tirada de iniciativa por si hiciera falta.
Aquella era la, probablemente, más temeraria incursión en lugar alguno en la que había participado Elaris: de cabeza hacia las fauces del lobo, Leodinia, la general que comandaba la más grande hueste de no-muertos vista en Ansalon. Le sorprendió gratamente y hasta le dio un hálito de esperanza el hecho de no ver el edificio invadido por los muertos vivientes. Y descendieron, el arquero silvanesti cargando con buena parte del peso de su compatriota túnica blanca. No hizo ademán alguno de ir a quejarse.
Sola, desarmada, el espectro que buscaban lo encontraron en una sala alfombrada sosteniendo lo que parecía una tela negra. Sin duda algo de gran poder. Y algo que dejaba muy a las claras que ese espectro era capaz de tocar el mundo material. Más que probablemente de herir, de matar.
Elaris simplemente asintió a la orden de Sëlanar. Se imponía una conversación. En su actual estado eran capaces de poco más.
¿E'li? Aquel al que los humanos llamaban Paladine había acabado convertido en un elfo, Valthonis, a quien Elaris había conocido en el pasado, hacía no tantos años. Él defendía, como había hecho antaño, las leyes del bien, abogaba por la justicia y renegaba del mal, no daba la espalda a aquellos que habían viajado por caminos oscuros, sino que intentaba atraerlos de vuelta a la luz, creía en el libre albedrío y en el derecho de los mortales a elegir su propio destino. El arquero arcano había visto la verdad de los consejos de Valthonis con una inusitada claridad el día que se entrevistó con él, cuando se hallaba perdido, confuso y cansado de la vida. Fue por él que siguió adelante. Y ahora tal vez sería su nombre el que le diera una segunda oportunidad a la espectro. ¿Era ese el brillante plan de Ailaserenth? Estaba confuso...
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+5)=9 [4]
Dejo hecha mi (penosa) tirada de Iniciativa.
Hago lo que me pide Ailas, me estoy quietecito, salvo que Leodinia se lance al ataque, que trataría de corresponderle.
No abandono mi posición, mantengo a Ailas detrás de mi.
—Te reconozco, elfo, tú estabas aquel infausto día entre los profanadores del templo del divino Paladine —asegura con su voz de ultratumba cargada de odio la fantasmal fémina, señalando con manifiesto desagrado a Ailaserenth con su otra mano enguantada—. ¿Cómo tienes la osadía de dirigirte a mí? Tú, que participaste del saqueo del santuario sagrado y de las tumbas de los caballeros enterrados en él. Tú, que personalmente exhumaste mi cadáver para que tus secuaces pudieran destruirlo. Tú, que fuiste cómplice del ritual impío que la vil Kyliana de Mem llevó a cabo sobre mi sepulcro para encadenarme a Chemosh...
Guarda silencio un instante, abrumada por los dolorosos recuerdos, pero el dolor no tarda en convertirse en una cólera enloquecida:
—¡TÚ ME HICISTE ESTO Y TUYA ES LA CULPA DE LO QUE ESTOY OBLIGADA A HACER! ¡MALDITO SEAS, CAIGA SOBRE TI EL CASTIGO POR LOS MALES QUE TRAIGA AL MUNDO EL SUDARIO DE TAKHISIS!
Y con esta feroz maldición, la espectral Leodinia se abalanza contra vosotros en un abrir y cerrar de ojos, atravesando al vuelo las puertas abiertas.
Interpuesto en su camino hasta Ailaserenth, Elaris es el primero en convertirse en víctima de su rabia desatada y en recibir su mortífero toque cuando el guantelete de su mano izquierda se introduce en su pecho y se aferra a su corazón como una garra helada.
Tirada oculta
Motivo: Inic.
Tirada: 1d20
Resultado: 10(-1)=9 [10]
Tirada oculta
Motivo: Atq toque
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+9)=17 [8]
Tirada oculta
Motivo: Daño toque
Tirada: 11d6
Resultado: 32 [3, 1, 2, 2, 1, 5, 6, 6, 3, 2, 1]
Tirada oculta
Motivo: Superar ocultación
Tirada: 1d100
Dificultad: 51+
Resultado: 24 (Fracaso) [24]
Ailas (13) → 49/49 [soportar los elementos1, protección vs flechas2, comprensión idiomática6, ver lo invisible7, cuchichear mensaje8, heroísmo9, círculo mágico vs mal10, retirada expeditiva11, imagen múltiple12, escudo13, protección de Solinari14, fuerza de toro19, resistir energía20; exhausto3]
Elaris (9) → 35/84 [flecha flamígera5, protección vs flechas17, ver lo invisible18, protección vs energía (fuego)21]
Leodinia (9) → ilesa
1: Soportar los elementos [permanece confortable entre -10ºC y 60ºC; durante algo menos de 12 h]
2: Protección vs flechas (NL 14) [RD 10/magia vs armas de ataque a distancia (máx. 100), durante algo menos de 2 horas]
3: Exhausto [no puede correr, ni cargar, ½ velocidad de movimiento, -6 FUE y -6 DES, hasta que descanse 1 hora]
5: Flecha flamígera (NL 7) [20 flechas en el carcaj y 30 en la mochila, +1d6 daño de fuego; durante algo menos de 60 min]
6: Comprensión idiomática (NL 16) [durante algo menos de 150 min]
7: Ver lo invisible (NL 16) [puede ver objetos o criaturas invisibles, astrales o etéreas; durante algo menos de 150 min]
8: Cuchichear mensaje (NL 14) [puede cuchichear y recibir respuestas a 240' de sus compañeros, durante algo menos de 130 min]
9: Heroísmo (NL 14) [+2 de moral a las tiradas de ataque, TS y pruebas de habilidad, durante algo menos de 135 min]
10: Círculo mágico vs el mal (NL 14) [+2 de desvío a la CA y +2 de resistencia a los TS a todos en 10' de Ailas, durante algo menos de 135 min]
11: Retirada expeditiva (NL 14) [velocidad terrestre +30', durante algo menos de 2 min]
12: Imagen múltiple (NL 14) [1 copia; durante algo menos de 2 min]
13: Escudo (NL 14) [+4 de escudo a la CA, incluidos ataques de toque incorporales y niega "proyectil mágico"; durante algo menos de 5 min]
14: Protección de Solinari [+14 sagrado a un único TS o durante algo menos de 50 min]
17: Protección vs flechas (NL 8) [RD 10/magia vs armas de ataque a distancia (máx. 80), durante algo menos de 8 horas]
18: Ver lo invisible (NL 7) [puede ver objetos o criaturas invisibles, astrales o etéreas; durante algo menos de 60 min]
19: Fuerza de toro (NL 14) [+4 de mejora a FUE, durante algo menos de 6 min]
20: Resistir energía (NL 14) [RE 30 (fuego), durante algo menos de 135 min]
21: Protección vs energía (NL 7) [puede absorber hasta 31 puntos de daño por fuego; durante algo menos de 65 min]
Las acusaciones de Leodinia Markenin me ofenden por su falsedad, aunque tengo que reconocer en ellas que tienen ciertas gotas de verosimilitud.
Es cierto que si yo no hubiera restaurado el mosaico que clausuraba el acceso al monasterio, seguramente nadie en Ansalon hubiera sabido cómo hacerlo y mis compañeros no hubieran logrado acceder. De eso sí soy culpable.
Ni profané, ni saqueé nada; y ni tan siquiera quise enfrentar a los caballeros espectrales que trataron de defender el lugar por la fuerza de las armas. Ciertamente, tampoco impedí a mis compañeros que lo hicieran, pero no puedo responsabilizarme de los actos de los demás.
De la exhumación de su cadáver soy enteramente responsable. Fue Freya Adamiel quien me pidió hacerlo y yo accedí entendiendo que ese podría ser el elemento de negociación más poderoso para lograr que la espectral Leodinia abandonara el cuerpo de Solanthian. De haber sabido que la túnica roja qualinesti usaría su magia para destruir los restos mortales, tal vez no lo hubiera hecho, pero eso no cambia lo que hice.
Y, desde luego, ni participé, ni consentí, ni conocí siquiera que Kyliana llevara a cabo ningún ritual profano. Si tal cosa se produjo, yo no me encontraba presente; aunque recuerdo que perdí el conocimiento tras abrirnos un camino de salida del monasterio.
Entiendo su justificada cólera, pero en ningún caso tuve nada que ver con su actual servidumbre al dios de la Muerte. Es más, estaba convencido de que con la destrucción de su cuerpo, su alma había sido liberada de sus juramentos y había continuado su viaje a través del Río de las Almas.
En cualquier caso, no es este el momento de ofrecer explicaciones, ni excusas, sino de actuar como había planeado hacerlo si se daba esta situación. Incluso aunque apenas me queden fuerzas para hacerlo y cada conjuro lanzado sea una temeridad.
—Elaris, coge esa túnica negra y, por lo que más quieras, no la sueltes ni te separes de mí bajo ningún concepto. Leodinia puede poseer tu cuerpo y ahora mismo lo único que se lo impide es mi magia. Sígueme, debemos buscar supervivientes y regresar después a mis aposentos.
Motivo: Maldición de los magos por "campo antimagia"
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 8(+10)=18 (Exito) [8]
Lanzo "campo antimagia", que suprime todos los conjuros activos y todos los objetos mágicos en un radio de 10' a mi alrededor. Y, lo más importante, "los muertos vivientes incorporales desaparecen cuando entran en un campo antimagia, reapareciendo en el mismo punto una vez desaparezca el efecto del conjuro". Si yo no lo entiendo mal, eso significa que Leodinia y su equipo fantasmal se desvanecen al instante como si hubieran dejado de existir temporalmente (sin derecho a TS, ni a usar RC), pero el Sudario de Takhisis (que está sujetando con telequinesis o de alguna manera y es un objeto corporal) se cae al suelo.
Elaris era un mago de pacotilla, o al menos así se sentía en presencia de Ailaserenth Sëlanar. Una prueba práctica de tal cosa fue el hecho de que no supiera distinguir el hechizo que su compatriota había lanzado, de manera que su sorpresa fue mayúscula cuando Leodinia desapareció. ¿La había hecho desaparecer? ¿¡Cómo era posible!? Fuera como fuera, era una noticia maravillosa.
Sin dudarlo un momento, el arquero arcano echó mano al sudario negro y se pegó al túnica blanca con intención de convertirse en su sombra, fuera lo que fuera que pasara. Haría lo que decía al pie de la letra. En pocas personas podía confiar el control de sus propios hechizos como en el maestro Sëlanar.
─No la suelto, no me separo. Apóyate en mi y dime hacia donde avanzamos ─contestó Elaris, sabedor de que aunque la voluntad de Ailas era fuerte, su cuerpo no lo era tanto y ya había sufrido mucho por la maldición de los magos.
Motivo: Conocimiento de conjuros
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+13)=17 [4]
Hago exactamente lo que me pide Ailas, lo mejor que puedo.
En cuanto Ailaserenth pronuncia las palabras de su conjuro, toda la magia que le fortalecía y le protegía se desvanece por completo y cae de rodillas al suelo, aplastado bajo el peso de sus propias pertenencias. Tanto los trucos más insignificantes como los objetos mágicos más poderosos quedan repentinamente inhibidos y lo mismo ocurre con los de Elaris.
Por lo que respecta a vuestra atacante, desaparece al instante y la única prueba de que alguna vez estuvo allí es el lienzo de lino negro que queda abandonado a los pies del arquero arcano.
Ayudado por su compatriota, Ailas se pone nuevamente en pie y desciende los peldaños hacia la primera planta tras comprobar que la antigua habitación de Aelfryd se encuentra desocupada.
En cuanto os movéis, Leodinia reaparece y la escena se vuelve aterradora, con la fantasmal mujer apareciéndose a escasos centímetros de vuestros rostros aullando maldiciones e improperios y desvaneciéndose unos segundos después al tratar de alcanzaros.
De este modo, bajo el incesante acoso de la espectral Leodinia, recorréis la torre de arriba abajo en busca de supervivientes. Encontráis a Válanas muerto, tendido en el largo pasillo de la primera planta sin una sola herida visible. Dorvàlar parece dormido en su lecho, pero no despierta cuando lo sacudís. Kali, la niña huérfana de Daron yace en el comedor como un juguete roto. Encontráis a Agapanto escondido dentro de una de las grandes cajas de provisiones de la despensa y seguramente habríais pasado por alto su presencia si no hubiera estornudado justo cuando pensabais marcharos.
Abrazándolo contra su delgado y tembloroso cuerpo, Ailaserenth consigue sacarlo de allí al kender mudo antes de que Leodinia acabe también con su vida, pero ella continúa su infatigable persecución mientras bajáis al sótano. Allí descubrís al aterrorizado Ilthalas, temblando en la armería con su arco preparado.
Entre escalofriantes alaridos de cólera, Leodinia toma posesión de su cuerpo en cuanto lo ve, pero el aura antimágica que irradia el vidente silvanesti la expulsa de allí y juntos reemprendéis el ascenso por las escaleras para registrar el resto de la torre.
En la tercera planta hay una mujer de tez morena atrapada en el interior de un sarcófago de ámbar y algo que parece un gato desproporcionadamente grande. Cuando os acercáis a él, parece convertirse en un pequeño dragón, pero regresa a su forma felina en cuanto retrocedéis de nuevo tras constatar que no respira.
No encontráis a nadie en la cuarta planta y Ailaserenth no se molesta en registrar la siguiente, consiente de que ninguno de los habitantes de la torre ha podido entrar en sus aposentos en su ausencia.
Arriba, en la azotea, descubrís que el nido de Shilara está vacío y que a ella no se la ve por ninguna parte. A quien sí descubrís es al desaparecido Dorvàlar, con su cuerpo aplastado a los pies de la torre como si se hubiera precipitado desde las almenas.
En ningún momento de vuestro macabro recorrido por la torre cesa el incansable acoso de Leodinia, que os sigue allí donde vais tratando desesperadamente de llegar hasta vosotros y recuperar la tela a la que Elaris se aferra.
NOTA: Con su actual puntuación de FUE, Ailas lleva carga pesada pero no más de la que puede cargar.
Ailas (13) → 49/49 [exhausto3]
Elaris (9) → 35/84
Leodinia (9) → ilesa
3: Exhausto [no puede correr, ni cargar, ½ velocidad de movimiento, -6 FUE y -6 DES, hasta que descanse 1 hora]
El hallazgo de cada cuerpo sin vida me parte el alma. Que todos estuvieran muertos era un escenario que ya había contemplado y habría jurado entonces que lloraría más la pérdida de mis compatriotas que los del resto, pero no es así. Descubrir muertos a Kali y al jovencísimo Latonado me destroza tanto como si compartieran la pureza de mi sangre silvanesti.
No descubrir aquí el cadáver de mi Shilara me permite aferrarme a una improbable esperanza y hallar con vida a Agapanto y a Ilthalas no es sino la constatación de que estoy haciendo lo debido. Si los hubiera abandonado a su suerte y huido al Bastión de la Magia con los demás... Pero quizá más de ellos seguirían con vida si yo hubiera estado aquí para protegerlos. Si no me hubiera traído conmigo el Sudario de Takhisis para tratar de ocultárselo a los caballeros de Neraka.
El agotamiento y la tristeza amenazan con abrumarme. Y, en estos momentos, ni siquiera siento el consuelo de la Magia, que me ha acompañado desde que tengo uso de razón. Quisiera tenderme en el suelo y llorar cada pérdida hasta perder el conocimiento de pura extenuación, pero eso es algo que no me puedo permitir. Debo seguir fingiendo una entereza que no tengo por aquellos cuyas vidas dependen íntegramente de mí.
—A mi despacho —insto a los demás, con la voz más firme que consigo reunir, aunque en mis oídos suena más a súplica que a orden—. Por vuestras vidas, no os separéis de mi lado.
Con la magia anulada a mi alrededor, las defensas arcanas de la entrada a mis aposentos se desvanecen como lo hace la propia Leodinia cada vez que insiste en acometernos. Nos persigue infatigable, como un perro de presa, con la fanática convicción de quien tiene la eternidad por delante y sabe que será castigada horriblemente por su dios si fracasa.
—Elaris cruzará el espejo cuando yo os avise y los demás debéis seguirle sin rechistar —les indico, señalando nuestros reflejos en su pulida superficie—. Confiad en mí. Creed en mí.
Ellos deben salvarse. Deben poner la reliquia de Takhisis fuera del alcance de las garras codiciosas de Chemosh. Y yo debo hacer cuanto esté en mi mano para que lo logren.
—En verdad tienes razones para odiarme, Leodinia de la casa Markenin —le confieso, cuando su rostro amenazante vuelve a manifestarse a escasos centímetros del mío—. Y si vengándote de mí tú puedes obtener tu redención, ven y toma cumplida venganza.
Como acción estándar, disipo mi "campo antimagia", con lo que (entre otras cosas) mi "círculo mágico contra el mal" vuelve a activarse. Eso seguramente no detendrá los ataques de Leodinia, pero debería impedirle tomar posesión de nuestros cuerpos.
Juzgar de espantoso el acoso de Leodinia era quedarse corto. La toma de consciencia de las capacidades de la espectral mujer cadáver tras cadáver no mejoró en nada la situación. Pero Elaris perseveró y prosiguió aferrado a la tela que Ailaserenth le hizo tomar, así como proporcionando el apoyo físico que el túnica blanca, en el límite de sus fuerzas, precisaba para avanzar por su torre. Pese a su aparente debilidad sabía que está haciendo un esfuerzo titánico y que tanto su poderosa magia como su inagotable fuerza de voluntad eran lo único que les separaba de una muerte segura. Como constataba Leodinia a cada paso. Encontrar a supervivientes fue una recompensa con la que no contaba que hizo sentir candor en el corazón del arquero silvanesti.
Finalmente plantados ante el espejo del despacho de Ailas, Elaris tomó aliento, preparándose para un movimiento que, por simple que pareciera, supondría más que probablemente una muerte horrible si se ejecutaba mal. Coordinado con su compatriota, avanzó aferrado al sudario negro, esperaba que seguido de cerca de todos los demás. Sólo esperaba que el plan trazado por Ailaserenth no se torciera en el último momento. Habría mucho que lamentar en tal caso.
Pues eso, me coordino con Ailas para avanzar, aferrando el sudario con todas las fuerzas.
Espero a que pasen todos, si no lo hacen, en especial Ailas, trataría de pillarle por la túnica y estirarlo al interior del Bastión.
¿Se ve algo desde el otro lado del espejo? ¿Podría disparar desde allí a Leodinia? ¿Nos reciben los angelotes guardianes al otro lado?
—Amo, concédeme al menos el poder de castigar a aquel que tanto daño me ha causado —reclama Leodinia en solámnico antiguo antes de abalanzarse contra Ailaserenth e introducir sus intangibles manos enguantadas en el tembloroso pecho del vidente silvanesti y hacerle lanzar un escalofriante alarido de agonía.
Motivo: Ailas. Conocimiento de conjuros
Tirada: 1d20
Dificultad: 21+
Resultado: 11(+31)=42 (Exito) [11]
Motivo: Elaris. Conocimiento de conjuros
Tirada: 1d20
Dificultad: 21+
Resultado: 19(+13)=32 (Exito) [19]
NOTA: Los dos reconocéis el hechizo de Leodinia como un conjuro de "dañar". Ailas, ni te molestes en realizar TS de Voluntad porque la superes o la falles, tus PG se reducen automáticamente a 1. Y antes de que me lo preguntes, sí, he comprobado que Leodinia superaba tu RC. Ha sacado un 1 natural en su prueba de RC pero, salvo que alguien me demuestre lo contrario, eso no es un fallo automático y sumándole su NL consigue superar tu RC.
Ailas (13) → 1/49 [soportar los elementos1, protección vs flechas2, comprensión idiomática6, ver lo invisible7, cuchichear mensaje8, heroísmo9, círculo mágico vs mal10, protección de Solinari14, resistir energía20; exhausto3] ⇒ tu turno
Elaris (9) → 35/84 [flecha flamígera5, protección vs flechas17, ver lo invisible18, protección vs energía (fuego)21]
Leodinia (9) → ilesa
1: Soportar los elementos [permanece confortable entre -10ºC y 60ºC; durante algo menos de 12 h]
2: Protección vs flechas (NL 14) [RD 10/magia vs armas de ataque a distancia (máx. 100), durante algo menos de 105 min]
3: Exhausto [no puede correr, ni cargar, ½ velocidad de movimiento, -6 FUE y -6 DES, hasta que descanse 1 hora]
5: Flecha flamígera (NL 7) [20 flechas en el carcaj y 30 en la mochila, +1d6 daño de fuego; durante algo menos de 45 min]
6: Comprensión idiomática (NL 16) [durante algo menos de 135 min]
7: Ver lo invisible (NL 16) [puede ver objetos o criaturas invisibles, astrales o etéreas; durante algo menos de 135 min]
8: Cuchichear mensaje (NL 14) [puede cuchichear y recibir respuestas a 240' de sus compañeros, durante algo menos de 115 min]
9: Heroísmo (NL 14) [+2 de moral a las tiradas de ataque, TS y pruebas de habilidad, durante algo menos de 120 min]
10: Círculo mágico vs el mal (NL 14) [+2 de desvío a la CA y +2 de resistencia a los TS a todos en 10' de Ailas, durante algo menos de 120 min]
14: Protección de Solinari [+14 sagrado a un único TS o durante algo menos de 40 min]
17: Protección vs flechas (NL 8) [RD 10/magia vs armas de ataque a distancia (máx. 80), durante algo menos de 8 horas]
18: Ver lo invisible (NL 7) [puede ver objetos o criaturas invisibles, astrales o etéreas; durante algo menos de 50 min]
20: Resistir energía (NL 14) [RE 30 (fuego), durante algo menos de 125 min]
21: Protección vs energía (NL 7) [puede absorber hasta 31 puntos de daño por fuego; durante algo menos de 55 min]
Una vez más, es Leodinia quien nos asesta el primer golpe. Uno gélido que, a través de mis venas, se extiende por todo mi cuerpo en una inaguantable agonía.
Quisiera haber recibido su castigo con heroico estoicismo, pero tal cosa me resulta imposible. El tormento es tan atroz que ni siquiera soy capaz de conservar la dignidad, con mis extremidades agitándose de forma espasmódica y mis esfínteres aflojándose.
—Solinari, te lo imploro, permíteme salvar a mis compañeros y a Ansalon con ellos. No consientas que, por medio de una víctima inocente, Chemosh reclame para sí un poder que no le pertenece.
Motivo: Prueba de Concentración para conjurar a la defensiva
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 18(+19)=37 (Exito) [18]
Motivo: Maldición de los magos por "deseo limitado"
Tirada: 1d20
Dificultad: 17+
Resultado: 12(+24)=36 (Exito) [12]
Gasto la "Protección de Solinari" para lidiar contra la maldición de los magos porque solo faltaría que me desmayase ahora. Al final no me hizo falta, pero mejor prevenir en el momento decisivo.
Gasto 300 px y lanzo "deseo limitado" para emular un conjuro de "mano forzuda" y empujar a Leodinia tan lejos como pueda. Como es un efecto de Fuerza, entiendo que los seres incorporales no lo pueden atravesar y que Leodinia no puede llegar hasta mí (podrá usar su magia o lo que tenga, pero no alcanzarme).
Por agilizar, si no consigue matarme en este asalto como respuesta a mi conjuro, lo siguiente que haré será abrir el Portal para que todos podamos cruzarlo y a cerrarlo tras de mí a continuación. Si Leodinia se queda en el plano material, estupendo; y, si no, pues nos matará pero al menos la habremos atrapado en la Sala del Espíritu y el Tiempo como al monstruo Buu y no podrá escapar. xD
Ocurra lo que ocurra, esta ha sido una puta tesis doctoral acerca de cómo usar la magia. La antítesis de los que dicen "ah, yo no sabía que mis conjuros de curar hacían daño a los muertos vivientes".
Elaris era un elfo de acción, odiaba el no poder estar reaccionando como quería ante Leodinia, que no era otra cosa que lanzarle flechas como si no hubiera un mañana (porque, especialmente para Ailas, tal vez no hubiera un mañana), pero tenía una mano ocupada agarrando con fuerza el oscuro sudario que el túnica blanca tanto se esforzaba por evitar que poseyera la criatura espectral. No estaba atado de pies y manos, no obstante.
Con un ágil movimiento abrió su mochila, extrajo un pergamino y dio una orden mental tras rozar con su mano un objeto plateado también del interior de la mochila. Era un intento desesperado, pero quién sabía...
Uso el movimiento para encontrar el pergamino inscrito con runas explosivas, activo el Cuervo de plata con la acción estándar y le entrego el pergamino, dándole la orden mental de que vaya a unos 3 ó 4m más para allá, aparentemente en dirección a una salida o ventana. La idea es provocar un AdO, pero hacerlo en un lugar a 10' de distancia o más...
Si la curiosidad o la suspicacia pueden con Leodinia y ésta intercepta el cuervo y lee el pergamino, se llevará 6d6 de daño por Fuerza sin derecho a TS. Lo que me preocupa es el radio, porque como lea el mensaje antes de que llegue a su destino, 6d6 pueden reducir a pulpa al bueno de Ailas.
Todavía queda mi paso gratuito, que daría para atravesar el espejo si puedo.
Si lo que he planteado no es realizable, sólo aferro con fuerza el sudario y ayudo en lo que pueda a Ailas, si es necesario arrastrando lo que quede de él al otro lado del espejo, conmigo.
Una mano pálida y gigantesca, la diestra del mismísimo dios Solinari hecha con los rayos de luz de la luna blanca que se cuelan a través de las ventanas del estudio, se interpone de forma protectora entre Ailaserenth y su atacante.
Su palma abierta mide más de tres metros y, al alejarse del vidente silvanesti, arrastra cuanto encuentra a su paso. Hace añicos contra la pared un escritorio auxiliar y la silla tapizada de verde que había frente a él, destroza la puerta del baño privado, vuelca el biombo situado detrás, reduce a pedazos el lavabo y se lleva consigo a la incrédula y fantasmal Leodinia, empujándola hasta más allá de los límites de la torre.
Elaris extrae del interior de su bolsa de componentes de conjuro un pergamino doblado en un pequeño cuadradito y, a continuación, rebusca en su mochila hasta dar con la figura de un cuervo que obtuvo en la Torre de Wayreth tras superar su Prueba de Alta Hechicería.
Todavía está anudando el pergamino a la pata de la estatuilla plateada cuando Leodinia reaparece, volando, con el rostro demudado por la exasperación y la furia. Sin embargo, cada nuevo intento por llegar hasta vosotros es interceptado una y otra vez por la mano divina. Incluso cuando trata de alcanzaros atravesando el techo directamente encima de vuestras cabezas, aullando maldiciones contra vosotros.
A una orden, el arquero arcano reanima a su cuervo de plata y éste alza el vuelo hacia la ventana más próxima.
No esperáis a ver si Leodinia le sigue o no porque, aprovechando la intervención divina, Ailas reabre apresuradamente el Portal hacia el Bastión de la Magia y os urge a todos a zambulliros en la acuosa superficie del espejo de tres cuerpos. Él, apoyado en su bastón, es el último en cruzar el acceso extraplanario y cerrarlo tras de sí una vez que se encuentra en la Gran Galería.
¡Enhorabuena, habéis evitado que Leodinia consiguiera la reliquia y habéis salvado en el proceso a dos de los PNJ's! ^^
Continuamos en la siguiente escena.