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[DM] Huir de la Abadía de Puente Galeon.

Huir de la Abadía de Puente Galeon. (Azul)

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10/11/2020, 13:00
Bertrand Dotter (Azul)

-¿TENGO MONOS EN LA CARA??  Ah, que es por eso...

-Soy un hombre curtido en batallada. -Comentó orgulloso.

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10/11/2020, 13:02
Tyris

- ¡Ya veo mi buen Abad! - Confirmó la joven. - ¿Y ésta? - Comentó tocando una cicatriz en forma de ele. - Es muy larga y parece profunda. - Observó. - ¿Como fue?

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10/11/2020, 13:09
Narrador

Bertrand recordó entonces la historia de aquella cicatriz. Fue causada por una estocada del ogro Rumush durante la búsqueda, que le había sido encomendada para recuperar los objetos robados de la Abadía de Puente Galeon.

La búsqueda de Bertrand comenzó sin una sola pista, salvo la de los hombres bestia que asltaron la Abadía y acabaron con la primera congregación y la de la extraña coincidencia con el nombre de su hermano pequeño desaparecido. Sus investigaciones le llevaron a las montañas Cetriences, al norte del Relicario de Jamboor. Había reunido diversas historias que situaban a los hombres bestia en el valle de Yolbiac. Bertrand viajó en solitario haciendo paradas en Metzel y Coelum, donde confirmó actividad de aquellos extraños seres en la zona.

Al llegar al valle, la nieve tapaba por completo la región. Se rodeó de un equipo de expertos en montaña que contrató en Coelum. Ellos le condujeron a través de diversos pasos montañosos y le mostraron el valle de cabo a rabo. No dieron con los hombres bestia, pero si con indicios que los situaron allí poco tiempo atrás.

Varios campamentos recientemente desmontados trazaron un recorrido hasta unas cuevas en las montañas. En ellas hallaron pinturas en las paredes hechas con carbón en las que se mostraban figuras humanoides con cuernos en la cabeza, cascos por pies y colas a la espalda. Diversos enseres como pieles, o herramientas fueron abandonadas allí. Aquello parecía indicar que los que moraron en aquella caverna tuvieron que salir de allí de forma apresurada.

El mismo día que hallaron la cueva, comenzó una fuerte tormenta de nieve, por lo que decidieron esperar bajo cubierto hasta que pasara el temporal. Por desgracia no fueron los únicos que conocían la existencia de aquella caverna y recibieron una visita hostil durante la noche. Un grupo de cuatro ogros irrumpieron en la caverna.

Se trataba del grupo de Rumush Piesgrandes, un conocido asaltante de la región, que llevaba de cabeza a las autoridades locales con sus actos de pillaje y sus numerosos asaltos a caravanas comerciales. Su actividad en la zona había causado importantes pérdidas económicas a las diferentes ciudades y pueblos que se nutrían el comercio gracias al paso del Gemelo Fantasma.

Lo cierto fue que Bertrand trató de plantar cara a Rumush. El grupo de guías locales colaboró haciéndose a las armas, pues sabían que no habría opción de negociar con Piesgrandes. Uno de los ogros cayó en combate, pero finalmente Bertrand y sus hombres fueron derrotaros y solo él sobrevivió, aunque eso sí, habiendo sido herido por el propio Rumush en la contienda. 

La tormenta duró toda una semana en la que Bertrand, horrorizado tuvo que ser testigo de cómo Rumush y sus secuaces se alimentaban de los cadáveres de sus compañeros. Para cuando amainó, supo que sólo había sobrevivido porque eran tres bocas y no cuatro las que tuvieron que alimentarse. Para entonces no quedaban más que los huesos de sus compañeros y a él le habían mantenido con vida únicamente con la intención de que su carne no se pudriera antes de ser devorado.

Durante su cautiverio, fue consciente de con quien se encontraba. Había escuchado sobre Rumush en las aldeas por las que había pasado camino del valle y sabía de su actividad en la zona. Supuso que regresaban de algún pillaje cuando la tormenta les sorprendió y conociendo aquella caverna se refugiaron allí. Consigo portaban grandes sacos cargados de objetos que de tanto en cuanto manoseaban torpemente. Se trataba de valiosas piezas que habían obtenido en sus asaltos.

Los ogros no le dieron de comer en todo el tiempo que transcurrió cautivo. En cambio le propinaban golpetazos si abría la boca. Le tiraban estiércol por pura diversión y se mofaban de él. Le mostraban las cabezas decapitadas de sus compañeros y como las degustaban tras haberlas cocinado. Fue una experiencia horrible y aterradora para Bertrand, que quedó grabada en su mente de forma duradera.

Pero Mitra velaba por Bertrand y quiso que la misma mañana en la que los ogros habían decidido abandonar la caverna y regresar a donde fuera que tuvieran su guardia, pudo escapar. Rumush mandó matar a Bertrand a uno de los ogros mientras él se marchaba fuera junto con su compañero por tal de reunir leña para preparar un fuego con el que cocinar el desayuno.

El ogro se confió al ver el nefasto estado en el que Bertrand se encontraba tras haber subsistido una semana atado y únicamente a base de agua de nieve derretida. Bertrand sabiendo lo que los ogros tramaban, logró desatarse y en el momento en que el ogro se acercó a él, le clavó una daga en un ojo acabando con su vida.

Bertrand salió corriendo de la cueva, pero entonces se detuvo y regresó al interior para rebuscar entre los sacos que portaban consigo los ogros. En ellos halló algo totalmente inesperado. En aquel saco halló varios de los objetos santificados que llevaba buscando durante casi medio año. El azar hizo que sus captores portaran consigo el cáliz de oro y zafiros de la sacerdotisa Nahham, la túnica de plata que portó Han Nigror, antiguo patriarca de la Iglesia de Mitra durante sus exorcismos, así cómo el arcón de azulita donde otrora se guardara el llamado ojo de Mitra.

Bertrand desapareció tan pronto como se hizo con aquellos objetos y regresó penosamente a Risltalt tras un breve paso por Elet, donde se recuperó de sus heridas. Prosiguió con su búsqueda durante casi dos años, pero no logró obtener ni una sola pista más acerca del resto de reliquias desaparecidas o sobre los hombres bestia o su hermano. Por su parte Rumush siguió operando en la zona del valle, haciéndose cada vez más fuerte.

Notas de juego

Perdón por el tochazo jajaja!

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10/11/2020, 20:51
Bertrand Dotter (Azul)

Tras divagar por el inmenso mundo de su memoria, Bertrand hizo una mueca de desagrado. 

-Hoy no podéis preguntar, pues el tiempo es oro.

Tras ser vestido, Bertrand se enjuagó la cara, mirándose en el reflejo del agua. Aquel día iba a ser duro.

-Cuando termine la ceremonia daré un paseo a caballo.

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11/11/2020, 11:45
Narrador

Y Bertrand se dirigió a la capilla.

Para cuándo Bertrand llegó a la capilla observó a todos los miembros de la Abadía allí reunidos, incluidos Muadril, Tyris e incluso Clotis, quien miraba de reojo al buen Abad. Tan solo echaba en falta a Botella de Licor de Cereza. De haber estado en su compañía le hubiera dado un buen lingotazo. El padre Ander sonriente le esperaba junto al altar, acompañado de su arisca barba, la cual le miraba con saña y desperdicio. 

Una enorme estatua de Mitra presidía la sala tras el altar y en el alto techo abovedado, se observaban murales que representaban escenas de las sagradas escrituras de la fe de Mitra. Sin duda alguna, el padre Ander le había tendido una trampa para que se encargara de los oficios de la mañana, como por otra parte era su deber. 

Bertrand había oficiado los rezos y ritos matutinos infinidad de veces. Más incluso que las veces que los había escuchado desde los bancos, por lo que podía hacerlo con facilidad. Los monjes, disciplinados, asistían a diario a las oraciones, rezado cuando tocaba y manteniendo el silencio cuando así lo pedía la ceremonia.

Llegado el momento en el que el oficiaba la ceremonia, dedicaba unos pensamientos a su congregación que nada tenía que ver con las sagradas escrituras de Mitra. Era el momento en el que todo el mundo prestaba especial atención: se alejaba de la rutina, y esperaban la sabiduría del líder de la congregación.

Notas de juego

Pues eso, podemos pasar por alto los rezos y oraciones, pero tú congregación espera por tu parte, unas palabras de aliento y una explicación de los acontecimientos de anoche. 

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11/11/2020, 13:08
Bertrand Dotter (Azul)

El abad suspiró, colocó las manos en cruz, miró al frente, a aquellos fieles y espetó:

-El todopoderoso Miltra nos vela desde el cielo este hombre me las va a pagar. Al orar y rezar hablamos con Dios y le comunicamos lo que sentimos. Miltra nunca se cansa de escucharnos y siempre está disponible, aun cuando conoce nuestras penas y alegrías mejor que nadie. Solo tenemos que contarle con la mayor sencillez lo que sentimos.
Cuando oramos él nos escucha más de lo que decimos y nos responderá con más de lo que pedimos, en su tiempo y a su manera. 
-Pausó-. Oremos.

Damos gracias por todo lo que nos das. Colocamos esta semana en Tus manos, bendícenos en todo lo que realicemos, que estés Tú en todo. Reconozco que sin ti nada puedo, pero también sé que si Tú estás conmigo todo lo puedo; por eso me humillo ante Tú presencia y te pido que aumentes mi Fe. Bendícenos la comida de cada día, así mismo a nuestras familias en estos tiempos de gran confusión. Oremos.

Carraspeó.

-Tú que nos salvaguardas de la muerte y de la vida, por ello, oramos.  ¡Qué tostón!

 Llegado el momento en el que el oficiaba la ceremonia, dedicaba unos pensamientos a su congregación que nada tenía que ver con las sagradas escrituras de Mitra. Era el momento en el que todo el mundo prestaba especial atención: se alejaba de la rutina, y esperaban la sabiduría del líder de la congregación.

Cuando todo parecía que iba a terminar, allí, los fieles a Miltra, esperaron algunas palabras sobre lo sucedido. El abad se encontraba guardando la copa de vino y al girarse, contempló a los fieles:

-Eh... debo pediros disculpa, pues no dispongo del tiempo suficiente. Espero que me perdonáis y tengáis sumo cuidado de ir a la cocina. A esa mujer la despido.Pues es una temible asesina. Gracias por la oración de hoy, podéis retiraros. 

Y claro, el primero en retirarse fue él.

Notas de juego

*Me estoy riendo sola, hahahaha.

Me he imaginado al pobre.

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11/11/2020, 15:59
Narrador

Las palabras del Abad arrancaron muchos murmullos confusos entre los novicios. Nadie entendía por qué se marchaba de forma tan súbita, ni qué diantres tenía que ver la cocinera en todo el asunto que tenía a la Abadía en vilo. Que no hubiera mencionada nada de lo sucedido durante la noche, no ayudaba a clamar las emociones de la congregación. Entre los monjes de más rango, los comentarios eran más airados que otra cosa. Incluso, antes de salir de la capilla, pudo leer las  palabras «sumamente irregular» en los labios del padre Ander.

Notas de juego

Me he reído mucho con lo de la cocinera. ¡Un puntazo!

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11/11/2020, 16:03
Muadril

—¿No es obvio? —alzó la voz uno de los sacerdotes más jovenes.

Bertrand reconoció de inmediato la voz segura y el ademán imperativo de Maudril. Un aasimar clérigo de Mitra: uno no podía imaginarse muchas personas inmersas en un camino más recto y virtuoso que él. En cambio, había algo en él que inspiraba preocupación entre los sacerdotes más ancianos: parecía un ángel a punto de caer.

—Una criatura tan abyecta como el murciélago es un símbolo del mal, que choca contra nuestra Iglesia y muere. Es una señal de la diosa para que abandonemos la seguridad de nuestros muros y hagamos lo que mejor sabemos hacer: combatir el mal allá donde se encuentra. -  El discurso del aasimar dejó a los novicios con un gesto confundido. Cruzó la estancia a grandes zancadas y, antes de que el clero de mayor rango pudiera protestar, hincó una rodilla  en el suelo frente a ti. —Permitidme acompañaros en vuestra sagrada misión, abad.

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11/11/2020, 17:29
Bertrand Dotter (Azul)

¿Por qué mataría yo al murciélago?

-Si tan convencido estáis, equipaos ahora. Partimos. -Bertrand no sabía lo que estaba diciendo. Sus labios se movían más rápido que las acciones de su cerebro. 

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13/11/2020, 09:48
Muadril

Muadril sonrió complacido tras escuchar a Bertrand. Asintió con la cabeza y le dio una palmada al Abad. 

Iré a por mis cosas señor Abad. - Le dijo el aasimar. - Espéreme junto a las caballerizas. 

Sin decir nada más salió con urgencia camino de sus aposentos y en busca de su equipo. El bueno de Muadril parecía encantado con la idea de partir junto a Bertrand. No por nada era un hombre de acción, como lo fue el Abad antes de quedar recluido y a cargo de la Abadía.

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13/11/2020, 10:12
Narrador

Bertrand avanzó hacia las caballerizas. Tenía que atravesar el patio y acercarse hacia la puerta principal. Su objetivo era ser totalmente sigiloso, una sombra. No deseaba llamar la atención de nadie más, pues cuanto más gente se topara con con él,  más explicaciones tendría que dar y eso no era bueno.

Se adentró en el jardín central, era el camino más rápido hasta los establos. Cuando iba por la mitad, detectó algo. Una oronda barriga a juego con una barba iracunda. Se trataba del padre Ander. ¿Qué demontres hacia allí? No lo sabía, pero lo que tampoco entendía era porque demontres no estaba en la capilla, junto al resto de los fieles y presidiendo los oficios matinales.

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13/11/2020, 10:16
Padre de Ander

¡No tan deprisa!  - Exclamó el pater.

En breves instantes se había abierto camino, como un galeón en un mar embravecido, interponiendo su corpulenta figura entre el buen Abad y su destino, las caballerizas. El hombre más poderoso de la congregación, obviando al propio abad, le fulminó con la mirada. 

Ander se mesó la barba: larga, densa y rizosa, que temblaba de pura furia. Pero ambos hechos no tenían nada que ver. La barba de Ander hubiera temblado con la justa ira de los fieles de todas formas. Era una barba recta, piadosa, que elevaba el acto de estar furioso de forma justa a la categoría de arte.

—¡Señor Abad! ¿Le importaría explicarme que hace aquí, que no está en la capilla presidiendo los oficios matinales? ¡De la vuelta y vayamos con su congregación o le llevaré de una oreja! - Le sugirió de forma impositiva.

El tono que utilizaba parecía sugerir que el corpulento sacerdote estaba dispuesto a llevarte allí a base de empellones, si era menester. 

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13/11/2020, 10:21
Bertrand Dotter (Azul)

-Ander, me parece a mí que usted era quien se tenía que ocupar hoy de ello. -Suspiró. Tengo una urgencia, le recompensaré más tarde. 

 

El abad siguió caminando con su compañero de aventuras hasta las cuadras. Oía los gritos del padre que parecía furioso, pero había sido el abad el que había caído en la trampa de él. 

Notas de juego

Qué difficult 

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13/11/2020, 13:11
Padre de Ander

El padre Ander corrió, haciendo que su oronda barriga bambolease de arriba abajo, para interponerse de nuevo en el camino del Abad.

— ¡Ya no eres un aventurero! — Fue lo primero que dijo, señalando a Bertrand con el dedo índice. — Eres el abad de esta iglesia, ¡y tienes responsabilidades para con esta, nuestra congregación! ¡No puedes irte por ahí, de buenas a primeras, para matar monstruos y revolver tumbas!

Agitó el índice en el aire.

— Si te vas ahora, haré que te excomulguen. - Sentenció el padre con muy claras intencione.

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13/11/2020, 13:16
Bertrand Dotter (Azul)

-¡Excomulgáme, señor padre! Pero sepa vos que no voy a batallitas de héroes. ¡Voy a ver a una familia que necesita mi ayuda! ¡Necesita a Miltra! -se subió al caballo, ordenando a su compañero que le siguiera.

Notas de juego

¡Guerra! JAJAJA

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13/11/2020, 13:27
Padre de Ander

- ¡Habrase visto! - Refunfuñó el padre Ander, quien agarró a Bertrand de una pierna tratando de frenar su marcha. - ¡No podéis marcharos! - Le gritó.

Su barba parecía todavía más furiosa que el mismo. Aquella barba parecía iracunda, llena de ira, totalmente fuera de si. No gritaba de pura rabia, pero Bertrand casi podía sentir su furia golpeándole como un mazo. Su mirada estaba llena de fuego y se clavaba como cuchillos ardientes en su espalda. Aquella barba era definitivamente el mal encarnado. 

- ¡Tenéis que presidir los oficios! - Repitió. - ¡Sólo os pido eso, por el amor de Mitra!

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13/11/2020, 14:07
Bertrand Dotter (Azul)

-¿Pero acaso vos le negais la voluntad de nuestro señor de encontrar más creyentes a su causa? ¿Es que vais a dejar que una familia muera en las herejías y se les acuse de difamar a nuestro señor todopoderoso? ¡Por Miltra!, asombrado me hallo. No sois dignos de llamaros padre si dejáis que unas almas en pena mueran sin fe. 

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13/11/2020, 14:20
Padre de Ander

¡Debéis atender a vuestra congregación primero! - Respondió él pater realmente colérico, al igual que su barba hirusta. - ¡Debe guiar el camino de sus fieles! ¡Muadril puede ir a donde quiera que usted vaya! ¡Por Mitra, piénselo bien!

Agarraba con saña la pierna del Abad. Era evidente que no le iba a dejar partir tan fácilmente. 

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13/11/2020, 14:23
Muadril

Podría, si usted me dice a donde debo dirigirme y qué debo hacer, ir yo... - Comentó Muadril, quien sabiendo como era el padre Ander, estaba seguro de que difícilmente dejaría marchar de allí al Abad. - No le decepcionaré.

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13/11/2020, 14:26
Padre de Ander

- ¿Lo ve Bertrand? - Intervino el padre Ander de nuevo, mucho más calmado y la esperanza de que el buen Abad entrara en razón. - Esa si es una muy buena opción. Muadril es un hombre de su entera confianza. Y además es muy válido. ¡Por Mitra que lo es! 

En esos momentos y ante la perspectiva de una resolución pacífica y óptima para todos, la barba de pater estaba calmada, a la expectativa, pero clamada.