Partida Rol por web

-Vaya, vaya, vaya¿qué tenemos aquí? Pero si es una rata y no es del gremio.- el Nosferatu que estaba en la reunión apareció de la nada con una pesada barra de meta detrás de él. De haberlo querido no hubiera visto venir el primer golpe.- Mejor será que te siente, te pongas cómodo y charlemos una rato, ya sabes sino colaboras mis amigos se pueden poner nerviosos. Llevan algo de tiempo sin comer, tanto les da carne viva o muerta. Empecemos por lo básico ¿te parece?¿quien eres y quien te envía?¿qué has escuchado y qué planes tienes al respecto?Espero que no haga falta recordarte que si me mientes...-hizo un pequeño gesto para azuzar a los perros. Pudo ver como en nada aparecían otros dos, los cuatro animales le rodeaban separándole del Nosferatu, sin embargo por el ruido en el polígono desierto parecía que se iban acercando más. Eso o el Nosferatu les estaba llamando.

La caída había sido la consecuencia de la mala suerte, aunque Raider habría dicho algo similar a "no estabas lo suficientemente concentrada" o alguna de sus frases desmoralizantes. En cualquier caso las acciones sucedieron demasiado rápidas, la caída, el golpe en la cabeza y la sensación de que todo era negro. Gaia tuvo miedo, al final de todo moriría sola, pues aunque pudiera gritar, no lo haría para llamar a su sire, se negaba a que volviera a llamarle débil, a humillarle... No, ya no, llegaría al límite de sus fuerzas pero no le pediría ayuda.

Primero estuvo ciega, luego el cuerpo no le respondía, tuvo que pasar un tiempo para saber cuál era su diagnóstico final, varias costillas rotas, conmoción cerebral y el hombro dislocado... Mucha suerte para el golpe que fue. Miró a los ojos de Nicholas y supo que él tendría ventaja en ese escenario de oscuridad.

- Maldita sea la hora en que te protegí... - dijo la mujer controlando finalmente su bestia interior, pero preparándose para un posible ataque, estaba claro de que allí solo uno iba a poder salir vivo, y pondría todo su ánimo en que fuera ella.

Nada más pudiera comenzaría a luchar para encajar puñetazos, patadas y mordiscos, no iba a darle la posibilidad de que escapara por aquella puerta.

Observo la aparatosa caida de Gaia y me puedo hacer una idea de como se habría visto la mía. El primer impulso que tengo al ver la caida de la gangrel es ir en su ayuda para que se incorporase pero mi instinto me detiene y hace que meta mis dedos en el hueco que hay entre el pantalón y el cinturon y saque el filo de bisturí que uso para alimentarme. Gaia levanta su mirada y me maldice.

- ¡Maldita sea tu puta cabezonería!- Le respondo mostrándole la hoja filosa. - Que yo no te he traicionado ni mierdas de esas Gaia. Tu sire me estaba estrangulando y me han protegido sin hacerte daño, solo amenazando. Yo no podía hacer nada porque estaba intentando que las putas garras de tu alpha no se clavaran en mi yugular.  Le digo algo exasperado por la postura irracional de la cainita. Entonces la miró intentando poner una postura de ataque ( o defensa).- No se si sabes lo que está ocurriendo, pero quiero hablar contigo primero porque lo que está pasando aquí puede poner en peligro a Rayder, a ti y cualquiera de tu manada. - Entonces tiro lahoja al suelo y levanto los brazos dejando al descubierto el pecho.- Si quieres atacar  a un ser que te está mostrando su intención de no defenderse, vamos. Pero puedes escucharme primero.

Nicholas saca el bisturí del pantalón y el vello de Gaia se eriza, estaba claro que de allí solo podía salir una confrontación -...¿Maldita mi cabezonería? Maldita tu traición... - le miraba con furia, como la esposa que se encuentra en la cama a su pareja con otra mujer -...¿No me traicionas? ¿Qué hacías aquí? ¿Qué buscabas?.... - ella respira fuerte, estaba enojada como una bestia que acaba de encontrar libertad de su jaula -... Amenazar y amordazar a un gangrel..., privarle de libertad es algo malo... No me ha gustado... ¿o pensabas que iba a dar las gracias a tu aliado por amenazarme?... No te conozco Poppet, ¿qué relaciones tienes con ese ser que no he conocido hasta ahora?.... - la mujer buscaba una forma de entrar en ataque, pero herida y debilitada debía andarse con cuidado o encontraría el filo del bisturí clavado en el cuerpo

Una de las frases del hombre hace que ella dude, el saber que había un peligro para Raider y su manada. Los ojos azules de Gaia miran a Dawson con interés renovado, pero ella no perdía la postura de ataque, no confiaba hasta que las acciones del sangre débil sorprenden a la gangrel, tirando el bisturí al suelo

Ella quiso pensar que era una trampa, pero si hacía caso al consejo que previamente su sire le había dado debía seguir su instinto, y éste le decía que no debía dañarle, que Poppet no mentía, aunque su mente, guiada por las opiniones de su alfa le dijera otra cosa muy distinta.

Le daba en su punto más débil. Ella era respetada en la manada porque todos peleaban, luchaban, no se rendían, pero Nicholas levantaba las manos en actitud de sumisión, y esa rendición provocaba que de ninguna manera ganara aquella lucha, era un objetivo fácil, vergonzoso para ella derramar su sangre, y para qué mentir, su conciencia estaba más que dividida. No podía fallar más a Raider, no podía permitirlo, pero él ahora no estaba delante y...

- ¡Puta situación!... - no, no podía mentir a su sire, ella nunca mentía, no podía dejar marchar a Dawson -... Habla..., dime qué está pasando aquí.... -la mujer quería saber, si con aquel conocimiento podía llegar a pensar algo distinto que no fuera matarle, quizás habría merecido la pena....

Mikael
La pared al fondo del callejón se alza sin piedad bloqueando el paso. Los perros están muy cerca, vas a la izquierda a la puerta lateral del edificio -cerrada- saltas hacia atrás para eludir al perro más cercano y corres al lado contrario con la esperanza de alcanzar la escalera de incendios -demasiado alta-. Uno de los perros te muerde en la pantorrilla derecha, no llega a la piel pero es suficiente para desgarrarte el pantalón y hacerte perder el equilibrio.

Otro de los perros cierra sus fauces en torno a tu muñeca izquierda. Hueles su aliento y sus ojos están clavados en ti con odio, gruñendo. Te das cuenta de que te inmoviliza, pero no aprieta como para hincar el diente. En cualquier caso sus colmillos se clavan en tu piel. Aquello es una nota a tu favor para mantener la calma sin recurrir a la magia... por ahora.

El perro que te aferra la muñeca la suelta para ladrar y otros perros algo más lejanos ladran también -¿Se comunican que ya te tienen?-

Mikael y Krampus
-Vaya, vaya, vaya¿qué tenemos aquí? Pero si es una rata y no es del gremio.- El Nosferatu que estaba en la reunión apareció de la nada con una pesada barra de meta detrás de él (demonios, has pasado muy cerca de él sin notar su presencia). De haberlo querido, Mikael no hubiera visto venir el primer golpe.- Mejor será que te sientes, te pongas cómodo y charlemos una rato, ya sabes si no colaboras mis amigos se pueden poner nerviosos. Llevan algo de tiempo sin comer, tanto les da carne viva o muerta. Empecemos por lo básico ¿te parece?¿quién eres y quién te envía?¿qué has escuchado y qué planes tienes al respecto? Espero que no haga falta recordarte que si me mientes...- hizo un pequeño gesto para azuzar a los perros. Pudo ver como en nada aparecían otros dos, los cuatro animales le rodeaban separándole del Nosferatu, sin embargo por el ruido en el polígono desierto parecía que se iban acercando más. Eso o el Nosferatu les estaba llamando...

Nicholas pone en orden sus pensamientos para hablar con Gaia cuando alguien cae por el mismo hueco...

Raider aterriza flexionando las piernas y sus músculos absorben la fuerza del impacto. Le pican los pies, pero jamás lo revelará. Estira las piernas saltando hacia atrás y otro tipo cae por el hueco, éste más despacio, como si algo invisible lo sostuviera.

La nariz de Raider vuelve a sangrar. Se la limpia con el dorso de la mano pero, contrario a lo que pueda parecer por la situación, su semblante es sereno.

Miro a los presentes. Huelo el ambiente -Silencio tenso-

-Raider- pronuncia el recién llegado haciendo una ligera reverencia, como si nuestra contienda de hace unos segundos jamás hubiera pasado. -Vuelve a sangrarme la nariz... mierda-

Miro a mi chiquilla, está algo maltrecha pero aún puede andar y defenderse. Bien, estos golpes menores son aprendizaje. Miro también al sangre débil. Sus ojos... como los míos... -Lo siento, no sé con qué nombre debería dirigirme a ti ahora. ¿Lampijerovic? te va bien- añado con vacía amenaza.

-A ti también- comento -Lampijerovic. Je, no tienes por qué dirigirte a mí. Ninguno de los dos hemos estado aquí. Ni ellos tampoco. ¿No?- Raider no se mueve -Nicholas, hay un interruptor junto a la puerta. Enciende la luz, por favor.- Le pido sin mucha ceremonia.

-¿Por qué estás con este despojo?- me pregunta Raider. Es evidente el desprecio en su voz -Porque en su sangre hay magia que puede ser bien encauzada. Ya puede incluso cambiar el aspecto de un vampiro, eso unido a...- señalo hacia arriba -...las dotes de Krampus podrían hacerte desaparecer incluso a ti.- Revelo. El gangrel no dice nada. Miro a su chiquilla. -Nos estaban grabando las cámaras. Apresarte a la pasarela era la forma más eficiente de salir de allí sin dejar a Hyde una idea de nuestras habilidades grabadas en vídeo. Te pido disculpas si te he ofendido, ya sé lo poco que os gusta...- miro a Raider -...que os domestiquen.-

Cuando Nicholas enciende la luz Raider cierra los ojos para volverlos a la normalidad antes de quedar cegado.

Descubrís que estáis en la cámara fuerte de Hyde. Una habitación con una gruesa puerta blindada pero poco más. No podía traer una caja fuerte a un almacén sin levantar sospechas.

Allí hay muchos objetos de valor. Desde joyas a explosivos. La mirada del Tremere se detiene en dos cajones. Uno de ellos tiene la tapa alzada y en su interior hay un trozo de terciopelo negro abierto que esconde papiros y libros de encuadernación antigua (muy antigua).

Da dos pasos, se acuclilla con respeto y pliega la tela. Tras ello cierra la tapa.

-Hyde...- comienza a decir pero, desde el otro lado, descorren los cerrojos de la puerta y esta se abre poniendoos a todos en el interior en alerta.

-...ahora sal del almacén y corre hasta el amanecer- le ordeno al guardia. Cuando veo quién está en el interior alzo las cejas en señal de asombro. -Ibrahin, Raider, Gaia y... perdona, no nos han presentado pero no hay tiempo de eso- Digo al joven que está junto a la puerta -Hyde está fuera de control en su sala particular. Está atacando a Linn, Billy y Øystein.- Revelo con serenidad -Raider, ¿crees que podrías empezar por Hyde a liquidar antiguos? Es evidente que no es leal a la Torre-

-Yo no...- comienza a decir el Gangrel pero lo interrumpo -Claro que sí. Yo te ayudaré. Vamos- sentencio con confianza señalando el otro paquete que es de propiedad del clan -Aquí hay algo que acabará con su existencia de forma rápida y, sobre todo, discreta. Dejaré que lo uses... por los viejos tiempos.- Aquello parece poner de muy buen humor al Gangrel.

Los dos antiguos salen de la escena. Alexandra da un paso al interior y cierra la puerta. Nicholas y Gaia quedan a solas con ella que va alternando de uno a otro.

 - También puedo matar a sus perros, librarme de usted y irme tranquilamente, en medio de la noche. - Respondí educadamente, pero sin parecer intimidado lo más mínimo por la situación, de hecho, miraba a los animales con curiosidad en lugar que con cualquier muestra de miedo. Si supieran los probrecillos que se estaban jugando la vida al tocarme con sus bocas. - No obstante, no tenemos por qué ser incivilizados, suélteme y prometo responder a sus preguntas. Pero si ordena a tus perros que me ataquen... Bueno, esto pasaría convertirse en Marruecos.

Ceños fruncidos, caras de duda. Recuerdo cuando empecé en esto. Me siento muy identificada con ellos.

-No entendéis absolutamente nada.- Revelo mis pensamientos en voz alta -Ni falta que os hace, queridos. Aún no.- Me acerco a Nicholas -¿Quién eres tú?- le pregunto abiertamente. Resulta evidente que ha venido con el Tremere y eso es muy, muy curioso.

Pero no puedo perder mucho el tiempo. -Hay mucho que hacer y vosotros me vais a ayudar-

El primogen estaba totalmente fuera de control. En ese estado, de poco sirven las palabras pues no parará hasta dar muerte definitiva a todos los presentes. -Sois vosotros o él-

El golpe del anarquista impacta en la mandíbula de Hyde y es como golpear un bloque de cemento. Apenas si se movió, pero los huesos de Øystein retumbaron con el impacto y a punto estuvo de fracturarse la muñeca. Hyde ya no era capaz ni de controlar su sangre para otra cosa que no fuera potenciar sus músculos con el fin de dar golpes aún más fuertes y, en consecuencia, cada vez parecía más grande.

Øystein delante de él parecía un niño ante un luchador de la WWE. Hyde unió sus puños y los alzó para aplastar al brujah en un solo golpe de arriba abajo imparable.

Pero, en ese momento, algo detrás de él silbó pasando por su oído derecho e impactó en el pecho del antiguo. Fue como un dardo, pero al tocar el cuerpo del primogénito percibís un pulso que retumba en la estancia. La piel del primogénito parece resquebrajarse como si fuera de porcelana.

-¡Ahora!- grita alguien desde atrás dando a entender que es el momento de atacar. Billy aún está a su derecha, Øystein frente a él, y un nuevo contendiente llega por la izquierda gruñendo salvajemente: Raider.

Krampus encogió los hombros e hizo un gesto con las manos al desconocido instándole ha hablar. Los perros se mantenían en guardia a su alrededor, sin embargo no avanzaban más, dos más aparecieron por el callejón mientras el Nosferatu se sentaba tranquilamente sobre una de las cajas. Con otro gesto le invito a sentarse.-Me quedaré con la parte en que cumple su promesa y responde, la alusión a Marruecos mejor guárdesela para alguien a quien le impresione. Muy grande tendría que ser el conejo que se sacase de la chistera para que le diera algo de credibilidad a su brabatada.- Krampus quería dejar muy claro que no iba a tolerar tonterías ni amenaza alguna, si el supuesto Tremere quería jugarse el cuello por hacerse el valiente allá él.

 Me senté en el lugar indicado, manteniendo la calma, tras limpiarlo con un pañuelo. A continuación miré fijamente al nosferatu y procedí a hablar, con todo educado:

 - Bueno, empezaré por las cortesías. Me llamo Michael, un placer conocerle, y usted, si no recuerdo mal, es al que llaman Krampus... Interesante nombre. ¿Puedo preguntar, si no es molestia, si usted eligió el nombre por la leyenda o la leyenda está basada en usted?.

Sería interesante saber si estaba ante un neonato o ante un antiguo. Eso me permitiría saber con quien atenerme y si podía o no fiarme de sus reacciones.