Partida Rol por web

 El wookie pasó de los niktos y le dijo un par de cosas al bith que sonaron como a un animal enfadado. Luego

señaló con su peluda mano hacia dos humanos, un macho y una hembra, que charlaban en la barra. A lo mejor eran pareja y tenían un trabajo para un mercenario.

Dejo paso a los Niktos, no me iban a pagar por pelearme con ellos, aunque puede que tuvieran unos creditos, pero tenía que conseguir un trabajo de verdad, por lo que me acerco a donde esta el wookie y cuando se quita el Bith, me pongo a hablar con el "Buenas, ¿tienes algún cliente que necesite alguna ayuda?, si ahí uno por ahí, te daré parte de los beneficiós por tu ayuda" una cosa que no me gustaba de estos seres peludos era que no podían hablar en lengua común, pero se les podía entender, aunque yo no era uno con esa capacidad, pero ellos si entendían lo que yo decía.

Gracias.

Fue la escueta respuesta del Bith. Preguntas sencillas, respuestas sencillas.

Se acerco a donde estaban los dos humanos estaban hablando. Y espero unos segundos, y luego volvió a hablar.

Buenas días. Me han dicho que podías ofrecer trabajo. Soy un especialista que resolver problemas de grupo, con mucha armadura, y puedo ayudar a pilotar.

No parecía que lo que dijera estuviera teniendo impacto alguno.

¿Estáis buscando alguien con estas cualidades?

¡Gran Palpatine! Mientras aun hablaba con la joven piloto, y no veía mucha salida en la conversación,  ahora el bith "no cantante" venía a meterse en su camino, en ser un posible competidor por obtener un trabajo, o al menos una salida. Un instrumento había que darle, y encadenar lo a un escenario... Aliens... Pensó.

Buenas - masculló. - Como ha dicho Gruuk, trabajo cada vez hay menos en este lugar. 

Se volvió y miró a Amber. A ver que decía ella... 

Una mano se posó en la espalda del rodiano por segunda vez, pero, a diferencia de la anterior, esta fue contundente y fuerte.

-¡Oye! rodiano.- Dijo una voz que ya conocías de antes. -Estábamos nosotros primero.- Al darte la vuelta ves como los seis Niktos comienzan a rodearte.

-Vete con tu amigo el músico cabeza grande. Aquí sobran rodianos.- Dijo en Nikto.

A lo que otro de ellos, añadió -Y también músico Bith. Hay demasiados en esta luna para lo mal que tocan.-

Una pareja de músicos  Bith que charlaban en un rincón recogieron sus instrumentos y salieron por la puerta sin dilación. Gruuk permanecía quieto, observando, pero sin mover un músculo.

Algo más rápido de lo que Amber podía esperar ya tenía pinta de que se podía formar un grupo, estar unidos, sumar habilidades y créditos. Ella tenía una nave pero eso no era suficiente y además debía encontrar ese maldito paquete para saldar su deuda para salvar su pellejo. Quizás esos dos la podrían ayudar.
¿Problemas como ese?- La joven señaló la trifulca que podía ocasionarse en breve -Esos de ahí tienen créditos y la van a liar- Toco su cinto en busca de su pistola y realizó una mueca con la boca al darse cuenta que la había dejado en la taquilla. Seguramente no le hubiese servido de mucho pero le daba una cierta seguridad notadla en su cinto -Puede que haya llegado el momento de que nos “ayudemos”, aunque solo sea para no salir mal parados de este lugar- Miró a sus dos nuevos compañeros -Y tú pareces ser el que más experiencia tienes en estos temas Pittien ¿Que hacemos?

Esos imbeciles no son mi problema. Es problema del dueño.
En cuanto el wookie quiera los partirá por la mitad.

El Bith no estaba para nada nervioso. Pero sí estaba contrariado.
Se estaba dando cuenta de que trabajo, lo que era trabajo, no había.

No veía a nadie ofreciendo trabajo. Veía gente buscando trabajo. Aquella situación era una mierda. Al menos no había pagado créditos por adelantado al tabernero por la información.

Viendo cómo iban las cosas, empezó a andar hacia una mesa vacía, obviando completamente a los buscadores de problemas.

En el momento en el que dejo sus cosas en la taquilla, el establecimiento sé hacia responsable de la seguridad. Y pensaba exigir una buena cantidad si de algún modo salía perjudicado. 

Pittien se quedó sorprendido, aunque su cara no reflejó más que un pequeño relampago que atravesó sus ojos durante un instante. ¿Ayudar? ¿No salir mal parados? ¿Pero estaba ya interpretando que eran equipo? ¿Estaba pensando en aquellos alienígenas? Esa joven tenía que estar muy desesperada...

Él también estaba desesperado. Necesitaba una nave, necesitaba salir de allí. Necesitaba seguir con su Plan. Una piloto tan desesperada podía ser su mejor opción. Que desgracia. Pero no le extrañaba. Sin el Imperio, todo era así, desgraciado. Sin su buen Imperio. Ayudar a un alienígena... El... Que bajo caía...

Decidió hablar en alto, mientras daba unos pasos hacia el grupo, tras sacar una pequeña cosa de su petate...

-Señores, pueden ocurrir dos situaciones. Primero, que amenacen con armas a este. En ese caso, se quedarán sin brazos que el amable camarero freirá al ajillo. Segundo, que armen una pelea sin armas. Entonces, quizás me molesten a mí, y a los que me esperan fuera. -Mostró lo que llevaba en la mano. Un emblema imperial. Espero que se creyeran que era alguien del Resto Imperial y que estaba acompañado de algún soldado o agente especial. El Imperio, aunque no obediencia, aun generaba cierto respeto, aun en la Luna del Contrabandista. 

-Así que Gruuk, dales una ronda de esa cerveza. Invito yo. -​​​​​--maldición, lo que había que hacer...

-Y tu, sígueme, vamos-​maldito rodiano

El que parece ser el jefe, encarado con el rodiano, le hace una señal a uno de los suyos en dirección al Bith. El nikto que se metió con el supuesto músico va detrás de él hasta la mesa.

-Eso es lo que sabéis hacer los Bith, huir como los cobardes músicos que sois.- El nikto planta una mano desafiante sobre la mesa, delante de ti, acercándose a escasos centímetros de tu cara.
-Borta confía en nosotros y le demostraremos de lo que somos capaces. ¿Me has oído, cabeza de bulbo gizka?-

-Wuk, wuk, wuk...- El wokie se ríe ante el comentario. Realmente el parecido de la cabeza de un Bith a la glándula salival de un gizka es notable. Aunque el ojo biónico del grandullón no deja de mirar al rodiano.

-¿Un imperial?.-Los nikto se quedaron parados un instante, el suficiente como para hacer creer al humano que seguía siendo algo.
-El imperio se acabó.- Dos de los seis niktos se acercaron hacia los humanos. -Por si no lo sabías, la nueva república paga bien por imperiales como tú. Por no mencionar, que el imperio nunca tuvo verdadera autoridad aquí, ¿verdad Gruuk?.- 

El wookie se cruzó de brazos sin decir una palabra.

-Por si no lo sabes, esta cantina...El nikto fue interrumpido por el vozarrón enfadado del woookie.

-¡¡WOOOOOORM!! <¡¡TABERNA!!>

-..esta taberna pertenece a Borta y nosotros trabajamos para él. Si crees que Gruuk interferirá a vuestro favor, estáis equivocados.-

Piérdete. 

Y sé reclino sobre el asiento, mostrando una posición más cómoda todavía.

Aquella especia era lamentable, fuera del color que fueran. Ademas de que les olía el aliento a culo de rancor.

Kemlo iba a sentarse a esperar que apareciera algún tipo de negocio. Y que los parroquianos quisieran pelea no iba con él. 

Eres una caja de sorpresas Pittien- Sonrio y se incorporo dejando de estar apoyada en la barra. La tensión iba aumentando y ahora debía de buscar una forma de salir de allí con vida y, a ser posible, si n ninguna contusión -Esperó no salir lisiada de esta taberna tengo que recuperar algo y ya me juego mis hermosas piernas en ese trabajo-
Ver como se alejaba el Bith le supuso un alivio, quizás, con un poco de suerte, la dejasen a ella en paz porque tenían alguna presa más sabrosa -Yo también me tomaré una cerveza- Bajo la voz para hablar con Pittien -Confió en que sepas lo que haces... No quiero morir joven

no sabía por que me estaban ayudando, pero no iba dejar que ellos se quedasen solos, pero si quería salir de ahí, tendría que morderme la lengua, "No creo que meterse con todos los cliente de la taberna sea bueno para un negocio, esto no tiene por que acabar en pelea" digo intentando calmar los animos, aunque no era lo suficientemente imbécil para pensar que estos brutos iban a dejarme en paz, por lo que llevo mi mano sigilosamente a mi blaster, sabía que era una gran idea no guardarlo, ahora sabía que este lugar pertenece al jefe de estos capullos, que puede que pronto acaben muertos.

-​​​​​​-Bueno, esto no tiene que acabar en pelea, ni el Imperio, ni la Nueva República mandan aquí. Borta manda aquí, y no vais a estropearle el local. Este rodiano va conmigo, y mi piloto no quiere que le pase nada, ni otros de la tripulación. Esas cervezas, Gruuk. -Dijo, posando los créditos en la barra. A la par, se giró ostensiblemente, haciendo un gesto al rodiano. No dejaba de verles por el rabillo del ojo, pero quería evidenciar que los problemas no tenían cabida aHi dentro.

Si todo fuese como antes... Todos esos idiotas amarillos estarían fritos como yema de huevo. Por eso no eran de fiar esas especies. Que horror de época. A ver si iba a tener que pelear... Y con su arma a desmano. Ya no estaba tan entrenado como antes...

Amber trató de mostrarse serena ante la situación mientras pensaba en Borta ¿Quien sería? Saludo con un gesto de cabeza al rodiano como si lo conociese. Esperaba que el wookie interviniese para apaciguar los ánimos y que no ocurriese nada grave.
La insignia de Pittien y su pasado o lo que había dejado intuir, podría abrirle muchas puertas o mejor dicho muchos puertos. El rodiano tenía toda la pinta de ser un pistolero, una persona de las que siempre quieres tener cerca cuando se complican los negocios. Esas complicaciones que son tan habituales en aquellas regiones que día tras día mueren personas acuchilladas por la espalda o con una gran quemadura en el pecho producida por un blaster.
La humana apretó los dientes pensando que en lugar de saldar una de sus deudas, para poder salir de allí, puede que obtuviese otra, una más que pagar

El ambiente estaba caldeado. Los nervios a flor de piel. Gruuk divertido cruzado de brazos. El Bith ignorando las amenazas y el rodiano a punto de sacar su bláster, jugándose sus brazos, mientras un ex-capitán imperial intentaba poner orden y calma. La tensión se cortaba con un cuchillo...

Un estruendo llamó vuestra atención hacia el otro lado de la taberna. No sabíais cómo, pero uno de los Niktos había pasado desapercibido colocándose detrás del Bith. Este se hallaba en el suelo, la silla metálica despatarrada por ahí y los dos Niktos comenzaban a patearle en el suelo. 

El rodiano no vió venir el puñetazo, estaba distraído mirando qué había causado el estruendo, pues eso había sido, una maniobra de distracción. Los otros dos niktos se aabalanzaron sobre los humanos. Tal vez los consideraban más débiles por ser una hembra y un macho que no quería pelear.

El resto de parroquianos hicieron hueco a trompicones. Unos salían a toda prisa, otros se apelotonaban contra la pared.

Y sin que nadie, concretamente el dueño, moviera un pelo para impedirlo empezó la fiesta de las tortas. El pan de cada día en aquella parte de la galaxia, y una verdadera lastima para los que tenían que vivirlo.

Kemlo empezó a cubrirse con brazos y piernas, mientras le llovían golpes de aquellos matones. Ni gimió, ni grito, ni hizo sonido alguno mientras los golpes iban cayendo. Y eso que más de uno estaba siendo doloroso.

Puede que el Bith no fuera el mas fuerte, ni el mas duro en una pelea. Pero si era el mas rencoroso. Y en cuanto saliera de aquella, iba acabar con aquellos idiotas, y sobre todo, con el local del wookie.

Su taberna era lo peor de lo peor de aquella luna. Y la pensaba convertir en escombros.