Partida Rol por web

El wookie asintió cuando se decidió aceptar el trabajo.

<Dentro de tres horas, muelle de carga veintisiete. Preguntad al droide de mantenimiento, tendréis allí los contenedores. Nada de abrirlos, nada de investigar, ni se os ocurra tirar la carga al vacío.> El peludo miró entonces directamente al humano.
<Utiliza tu conocimiento imperial para evitar las patrullas y tú,- dijo mirando ahora a la humana aunque sabía que no le entendía. -Procura pilotar tan rápido como puedas. Esos Ala-x son difíciles de despistar.>

Entonces, el wookie os miró a todos. Era una mirada que inspiraba miedo, escrutándoos de arriba a abajo.
<Recordad, llevarlos a Boonta de manera extraoficial. Aterrizar, descargarlos y se os pagará lo convenido. Cuatromil créditos estándar.>

La contrabandista ya pensaba en que gastarse su parte del dinero y eso que aún no había comenzado el trabajo -Ire con mi nave pero me deberéis ayudar a cargarla. Espero que contigo sea sencillo superar cualquier trámite burocrático- Miró al humano que parecía que tenía algún contacto. Tener amigos repartidos por todo el universo era algo magnífico porque de todos se podía aprovechar algo.
Amber debería de trazar una ruta y esperaba realizarla con el ordenador para no equivocarse, no quería sacar su datapad delante de todos para que no creyesen que era un incompetente.
Por cierto, si al final tenemos problemas... ¿Quien me echará una mano?- Simuló el movimiento de disparo con las armas de su nave -Sangre fría, buenos reflejos y sobre todo puntería para que no nos achicharren ¿Quien será el afortunado?

-Si, puede  que todo sea más sencillo. Puede que no. Esta Galaxia está loca. Gruuk, me imagino que el pago inicial se da al darnos la mercancía.

Pittien había decidido pasar las tres horas llenado a visitar a un viejo conocido. Un tipo de los bajos fondos, humano por suerte, que le había ayudado en otros momentos con su Plan. 

Respondió a la humana -Yo no soy experto en artillería, pero he hecho que otros lo aprendiese. Si nadie es especialista, en una emergencia podría servir. 

Y se marchó, haciendo un gesto de despedida. Cogió su arma, y salió del garito. Se dirigió hacia donde solía trabajar su contacto. Más que contacto, conocido. Iba mascullando el asco que le daba la misión. Iba enfadado con tener que compartir sala con dos aliens. Quera preguntar a su contacto si sabía algo del trabajo de Gruuk, pero, sobre todo, si tenía alguna información nueva de su Plan. Sobre todo, después de que la última pista estuviera muerto.

Yo os ayudare a cargar la nave, y tengo buena mano para trazar rutas espaciales.

El Bith sabia que normalmente los pilotos no solían dejar trastear con la nave a nadie que no fuera de su confianza, pero le bastaba con que la joven mujer supiera que podía echarle una mano con aquellos menesteres.

Como parecía que había poco mas que discutir, y con el lugar ultimo antes de salir era aquella nave de carga. El mercenario se puso en pie, y fue saliendo hasta llegar a las taquillas, donde de manera meticulosa fue volviendo a recuperar todas sus pertenencias.

Allí espero a que la joven saliera para ayudarla en lo que fuera menester. El tiempo siempre había que ocuparlo en algo. 

Te sumerges en las calles y callejones de Nar Shadaa en busca de tu contacto. Te asquea la misión pero estás acostumbrado, durante tu formación en el imperio también tuviste que hacer tareas desagradables para ascender hasta capitán. Es el precio que hay que pagar por llegar a tu objetivo.

Cruzas un puesto ambulante de chatarra y chismes varios bajando unas escaleras. Abajo, unos mendigos se rehúnen alrededor de un viejo brasero eléctrico, una rudimentaria forma de calentarse, aunque ingeniosa.
Doblas la esquina ignorando un par de droides obsoletos y te encaminas hacia la tienda de tu contacto, confidente y casi amigo. Ves el cartel de su tienda colgado a lo lejos cuando unas palabras con acento metálico suenan a tus espaldas.

 -Detente humano. Borta H´uun te requiere. Ven con nosotros o serás llevado a la fuerza.-

Ambos droides, obsoletos en modelo, te apuntan con sus armas instaladas en su antebrazo. A todas luces algo ilegal que el imperio no permitiria nunca.

Al llegar a la plataforma de atraque, un alienígena espera delante del "Gorrión Rojo".  Es bajito y tiene grandes orejas. Parece que está impaciente, porque su pié no para de golpear el suelo rítmicamente.

-¡Te has pasado media hora de lo acordado!- Dice bruscamente en Bocce a la humana. -¡Son diez créditos más!.-

Deambulas por las calles hasta encontrar la plataforma de atraque en que será la recogida. Miras el crono, solo han pasado veinte minutos. Menudo asco y así tendrás que estar tres horas. Echas un vistazo a ambos lados de la calle y decides irte por la izquierda. Ves los puestos de material de segunda mano para reparación de naves, te paras delnate de un tendero que tiene bláster viejos a precios asequibles para jóvenes o desesperados desechando la idea de comprarle ninguno y un comerciante de suplementos y reparación de droides. 

Continúas viendo los escaparates y objetos expuestos allí; dos droides anticuados de combate, placas de blindaje agujereadas, armas cuerpo a cuerpo oxidadas o en malas condiciones, hasta que una voz metálica a tu espalda te ordenó detenerte.

-Detente humano. Borta H´uun te requiere. Ven con nosotros o serás llevado a la fuerza.-

Ambos droides, obsoletos en modelo, te apuntan con armas instaladas en su antebrazo.

Había llegado demasiado pronto, por lo que me voy mirar cosas por la zona, por si encontraba alguna modificación interesante para mis armas, pero de repente aparece un par de droides que me reclaman, y el nombre del que me había llamado me sonaba, pero se habían confundido y se han referido a mi como humano, "¿Te refieres a mi?, soy un rodiano, no un humano, pero iré a ver a tu dueño" le digo a los trozos de droides que me han mandado a recoger, tenía ganas de insultarles un poco, pero capazes eran de pensar que les atacaba y tendría que ir por las malas, pero igualmente había recibido peores recibimiento por parte de mis contratadores. 

Amber resopló sonoramente mientras rebuscaba para pagar los créditos exigidos -Quieres hacerte millonario a mi costa- La contrabandista sabía que estas cosas eran habituales y, llegando la nave llena, aún debería de pagar más por la discreción. Quería realizar un buen repaso al carguero, las armas y sobre todo que no hubiese fallos. En pocas ocasiones era todo sencillo, cargar, el viaje y la entrega. Eso era una quimera que no ocurría. Siempre se complicaba todo, persecuciones y quien sabe si muertos, así era su vida, dura pero con unas buenas recompensas. Ella quería un gran encargo, uno que la retirara de una vez por todas a un pequeño planeta en el que envejecer

No jodas, pensó. Pittien estaba cabreado consigo mismo. Había bajado la guardia, paseando por las pocas calles que conocía de Mar Shadaa . Ahora estaba en un lío. Se había enfrentado a cosas peores que a dos viejos y andrajosos droides de combate de la época preimperial. 

Sus pensamientos y su reticencia a la misión lo habían traicionado y los droides lo habían trincado. Maldición. No podía descubrirse tan cerca de la tienda de su amigo. 

-Tengo poco tiempo. ¿Qué desea Borta? - dijo, haciendo amago de seguir caminando, y haciéndoles un gesto despreocupado. 

-Actualizando datos....

Los droides retiraron el arma levantando el brazo que te apuntaba. El caón de esta se guardó en su antebrazo.
Pudiste llegar a ver que no era un bláster convencional, pero lo guardó demasiado rápido como para reconocerlo.

-Camina rodiano.- Añadió el droide sin más conversación que guiarte hasta donde estaba Borta H´uun.

-Desea que te presentes ante él. Si no te detienes abriremos fuego.- Los cañones de ambas armas parecían dispuestas a sentenciar a cualquiera. Eran cañones demasiado anchos para ser un arma normal.

-¿Millonario? Ja.- El pequeño alienígena parecía divertido. -A este paso tendría que cobraros cien créditos por aterrizar al minuto y no un crédito por minuto con un mínimo de 10. Eso sumarían 3000 créditos que me deberías y entonces si que estaría contento. Pero tú no.-

 Que amables aquellos robots... se les veía la herrumbre por doquier, estaban desfasados en muchos aspectos, pero tenían las ideas claras... o al menos, la única idea que cabía en su cabezota estúpida. Decidí sacar tiempo para examinar esos blásters, mientras intentaba tomarles el pelo... un poco. 

- Bueno, bueno... si no me voy a ningún lado. Vuestra compañía es muy grata, de verdad, pero, ¿porqué Borta desea mi presencia? Un amo tan poderoso no puede ser contrariado, y sin saber qué desea, podría contrariarle.
 

Mientras hablaba, lentamente, como si fueran idiotas (que un poco seguro), estaba mirando atentamente los blásters de sus muñecas. Aquellas armas tenían algo extraño. Quería comprender qué era, por eso quería distraerles...

- Y vosotros podéis decírmelo. Seguro que Borta tiene poderosas razones, y sólo quiero cumplirlas tan bien como vosotros. 

Por cosas como esas, los droides de combate era mejor evitarlos... eran entre tontos y tontos, de todo un poco. 

Como sospechabas, esas armas no eran blásters normales sino blásters de iones, destinados a no dañar a la "presa", solo dejarla inconsciente. Cualquier arma bláster podía funcionar en modo aturdir para conseguir el mismo efecto, la diferencia estribaba en la potencia del arma.
Mientras que los blásters normales dependían de su haz energético para ambas funciones, las de iones usaban un sistema único obteniendo más rendimiento y más potencia.

-Actualizando datos....- los droides quedaron en silencio durante casi medio minuto. Podías distinguir el flujo de datos atravesar su unidad de visión. No te extrañaba que hubieran perdido la guerra los separatistas en las guerras clon. LA capacidad de decisión en momentos críticos no era comparable a la de un humano bien entrenado. Cómo echabas de menos el imperio.
-Borta H´uun requiere su presencia. No se ha dado ninguna otra información. Abstengase de hacer preguntas o abriremos fuego.-

Viendo las armas, se dio cuenta de que su intención era como mucho, aturdirle. Cosa que le daba cierta desventaja si le llevaban a Borta inconsciente. Estaba pensando si comenzar a pegar tiros a lo loco, pero eso podía llamar la atención de más gente, y de otros agentes de Borta. Había mandando dos robots, pero no sabía si había más gente cerca u otros robots. De buenas a primeras, decidió acompañar a los robots. Los robots estaban realmente en malas condiciones, pero el no estaba en una posición adecuada para resistirse, en un combate, él tendría que desenfundar y ellos ya estaban dispuestos a atacar. 

- Queridos míos, ¿a dónde hemos de ir? Pobre Borta, ¿porqué no podrá venir a verme él? Vayamos entonces. 

Entre otras razones, por eso no eran buenos los droides, más que como ayuda externa. Toda aquella forma de hablar les trastornaba, y les descolocaba. No podía intentar sobrepasar las órdenes de su amo, pero si liarles previamente... aunque le había servido para tener todo la información posible. Un matón con un bláster era más eficaz. Incluso, un asqueroso alien. De verdad, que pena que el Imperio no hubiese durado más, unos años más. La Paz del Buen Imperio habría llegado. 

- Vayamos a ver a Borta. Pero necesito antes recoger una cosa en aquella tienda. Es lo que vuestro jefe desea de mi. A eso iba antes de encontrarme con vuestra hermosas caras. 

A ver si colaba... si no, intentaría que bajaran la guardia y atacarles en el camino. A malas, Borta no le quería muerto, si no hablar con él por alguna razón. No creía que fuese por la pelea... ¿sería por el encargo?

No, no no- Realizó aspavientos con las manos -Asi está muy bien- El inspector era agradable con ella. Siempre se debía corresponder porque las inspecciones rutinarias podían llegar en cualquier momento y, como no podía ser de otra forma, a algunas personas les ocurrían en una frecuencia superior.
Cuando llego a su nave la toco con una mano Ya estoy aquí cariño- Se acercó a los controles para repasar que todo funcionase bien y que el nivel de combustible fuese suficiente. Trato de calcular la mejor ruta para ir a realizar las tareas de mantenimiento rutinarias hasta que la hora acordada llegase -Vamos échame una mano que entre los dos terminaremos mucho antes- Sonrio a Kemlo antes de continuar preguntándole -Cuéntame como has acabo en un lugar como este que seguro que es interesante

Kemlo estaba poco hablador, asi que encendiste el navegador de la nave y empezaste los cálculos hasta Boonta.
El planeta estaba fuera del espacio Hutt por poco, pero la mayoría del trayecto no supondría un problema ya que podíais viajar por la ruta de Pabol hasta los términos del dominio. Lo complicado era ese tramo.

Los cálculos hasta la periferia databan de 18 horas estándar siguiendo la ruta Pabol, nada complicado, pero Gruuk había querido "salirse del camino" hasta Boonta. Las regiones de supernovas no eran muy frecuentes en esa región del espacio pero si los desechos espaciales. Restos de guerras, asaltos, piratería y conflictos durante siglos. 

Comenzaste tu tarea calculando derivaciones y ángulos de ruta según el trazado y la actual órbita planetaria.

El mercenario se mantuvo tranquilo. El tema de las tasas nada tenia que ver con él, y parecía que la cosa iba con mucha calma, pero de manera educada.

La educación era importante. Siempre lo había sido. 

Luego de pasar hasta la nave, se sintió satisfecho, no era una lata abollada. Solo algo destartalada. Serviría, siempre que no tuvieran que escapar de un turbolaser.

La mujer le interrogaba. Era de las que les gustaba conocer a la gente.

Era minero. Especialista en explosivos y detonaciones. Y era poco lucrativo. Al final termine trabajando para gente que pagaba mejor, y que requería menos permisos. Pero con todo lo que esta pasando en la galaxia, un buen mercenario experto en explosivos parece ya no necesitarse en ningún sitio.

No era un gran resumen, ni explicaba exactamente porque estaba dónde estaba. Pero era fiel a la realidad. Que era más de lo que se podría esperar de la mayoría. 

Los droides retiraron las armas levantando el brazo cuando mencionaste que les acompañarias, sin embargo, cuando les dijiste que tenías que pasar por esa tienda las volvieron a extender.

-Detente humano. Borta H´uun te requiere. Ven con nosotros o serás llevado a la fuerza.-

La misma frase, otra vez. Era obvio que habían capado el sistema de inteligencia artificial de estas unidades para que, si eran capturadas, no pudieran sacar nada más que lo que estaba programado.

Parece que o les acompañabas o te aturdirían y te llevarían ante ese tal Borta.