Partida Rol por web

Pittien se estaba alejando, cuando observó que uno de los niktos le intentaba agredir. Más por suerte que por su habilidad, este falló. Gritó

-¡ Imbécil! 

También había tenido suerte. Era uno solo contra el, y otro contra Amber, por lo que había podido entrever. Por lo visto, aquellos malnacidos buscaban camorra, y él no estaba especialmente dispuesto a darla.

No tuvo tiempo de pensar, pero decidió que, dada la circunstancia, podría pegarle de vuelta un puñetazo. Uno pequeñito, porque no. Era escoria Contrabandista, y el Imperio sabía tratarles... Perdón, se corrigió, él sabría darles, para que viesen lo malo que era pegar a traición, como otros. Su Plan se llevaría a cabo sobre los cadáveres de esos idiotas amarillos. Después de ese puñetazo, se acercaría hasta las taquillas que no estaban lejos, para coger su arma. Al menos, estaría cerca de la puerta. 

Con el emblema del Imperio que había mostrado Pittien ya no nos atacarían, ver que éramos varios los haria desistir. Esas eran las cosas en las que Amber estaba pensando cuando vio como se avalanzaban sobre ella. La suerte le seguía sonriendo y hacía solo unos momentos en los que se había recogido el pelo en una coleta, no era una trenza pero era mucho mejor que llevarlo suelto para una pelea.
Fue algo sencillo, dio un pequeño paso lateral para esquivar el puñetazo y aprovechar el impulso para ponerle una zancadilla. Posó su mano en la nuca del Nikto para tratar de estampar su rostro sobre la barra de la taberna

Sabía que aquellos bastardos no iban a comportarse, no sabía quien era su jefe, pero si sabía que ahora se había quedado sin 6 imbeciles, y para empeorar la situación había mentido a gente que no tenía nada que ver con el asunto, por lo que no me quedaba otra que vencer a estos idiotas y ayudar al loco agente imperial que había intentado ayudarme, lo mismo estar cerca suya me llevaba a poder tener algo de diversión.

Los niktos eran confiados. Todos sabían que su especie había estado ligada a las ódenes de los hutt desde hace mucho y buscaban cualquier oportunidad de crecerse, más si tenían ventaja numérica.

Kemlo se encontraba en el suelo, aguantando a duras penas las patadas. Si no fuera por su armadura ahora sería comida de bantha.
Por lo contrario, los humanos se defendieron bien. El macho que había dicho ser imperial lanzó un puñetazo a uno de ellos dejándolo inconsciente en el acto. El nikto cayó a plomo al suelo.
La hembra se apartó grácilmente y estampanó la cara del que le venía encima contra la barra. La sangre del nikto dejó su sello estampado mientras sus fosas nasales se inundaban del líquido. No había quedado fuera de juego, pero seguramente no querría volver a molestarla en un tiempo.

Mientras, el rodiano esquivó por los pelos uno de los puñetazos, pero eso le llevó justo a ponerse en el camino del otro, que le acertó de lleno, lanzándolo contra la barra.

Gruuk se reía.

Kemlo recibió una patada que lo ladeó hacia la derecha mientras el otro nikto, preparaba la suya. Durante un segundo parecía que iba a patear la cabeza del bith como un balón, pero este se apartó rodando y el pie del matón se estrelló contra la pata metálica de la mesa sonando un chasquido que, incluso como espectador, dolía solo de pensarlo. El nikto se había partido el solo el pie y gritaba cojeando olvidándose del bith.

-Wuk, wuk, wuk...-

Mientras, en la barra, el rodiano veía venir otro puñetazo pero no estaba seguro de poder esquivarlo a tiempo la par de evitar que el otro matón nikto, que se abalanzaba sobre él con las manos extendidas... No, no se abalanzaba sobre Petch, sino sobre el bláster que este llevaba intentando quitásrselo de la funda.

uno de los dos nikton estaban intentando quitarme mi blaster mientras el otro me intentaba meter un pueñetazo, pero conseguí que ninguno de los 2 pudiera obtener lo que quería, ahora podía yo conseguir intentar desacerme de uno de ellos.

El artificio rodó por el suelo, y parecía que era una buena jugada. Así que tomo conciencia de dónde estaba, y volvió a girar.

Estaba harto de aquellos papanatas. Pero le gustaba jugar a ver quién tenia la boca más grande. Así que simplemente resoplo por el esfuerzo y se preparo para ver que hacia su enemigo. 

Bueno. Después de todo, no estaba tan mal. Todas aquellas penalidades le habían dejado débil, pero no había perdido su toque. Uno de uno. Dio un vistazo rápido a ver qué pasaba. Aparte de su nikto, el de Amber había quedado bastante hecho polvo y otro se acababa de estampar al intentar pegar al bith. En lugar de perder tiempo sacando el arma y arriesgándose a romper las reglas, prefirió acercarse al nickto que estaba pegando al bith y que no se había roto la pierna. Eran 3 nicktos contra 4...

Con un par de zancadas, se le acercó por detrás  e intentó golpearle. Quién lo diría. El salvando a escoria alienígena... Que asco de día. Y se le iba a revolver la bebida en el estómago de tanto moverse... No debería haberla pedido tan fuerte...

Le golpeó, aunque se seguía notando flojo, había dado decentemente. Maldita vida...

Lo lógico hubiese sido noquear a su adversario, eliminar uno a uno a cada oponente para que posteriormente no les atacase por la espalda. Eso era la lógica pero no la realidad. Cuando las pulsaciones se aceleraban, el sudor comenzaba a deslizarse por la piel, cualquier cosa podía ocurrir.
Amber salió corriendo para ayudar al rodiano, no lo conocía de nada pero si el viejo Imperial ayudaba al bith, ella haría lo propio con la otra persona. Saltó sobre la mesa para golpear la cabeza del Nikto y para ello se apoyó con la mano izquierda en la mesa y así girar sobre sí misma. Si llegaba a tiempo puede que los Niktos comenzasen a huir al verse ya superados o al menos era una posibilidad

El humano descargó una patada sin mucho ánimo en la espalda del Nikto que acosaba a Kemlo. Pillado totalmente por sorpresa, el alien cayó de bruces sobre una de las mesas quedándose sin aire cuando chocó contra esta como si de un muro se tratase. Las mesas estaban ancladas al suelo y no pareció haberse enterado siquiera del golpe recibido.

Por otra parte, Petch mantenía un forcejeo con uno de los niktos mientras el otro intentaba golpearle las costillas para que aflojara y su compañero pudiera coger el bláster. Amber ejecutó una maniobra digna de los hologramas de acción, apoyándose sobre una mesa y utilizando su mano como pivote para descargar con fuerza una patada que dejó Ko al nikto.

Tan solo quedaba uno de los matones en pie. Dos inconscientes, uno con el pie roto, otro recuperándose del porrazo en la mesa y el último sangrando profusamente por la nariz. Si es que se le puede llamar a eso nariz.

Pero el último no se rendía. Su forcejeo con Petch era claro, no cejaría en su empeño hasta tener el bláster.

Bueno, efectivamente, no había perdido su toque.Dos de dos. Había tumbado a dos, para salvar a unos aliens. Todo por querer salir de aquel infierno. Y a saber si la humana al final tenía una nave de verdad. Joder. Maldita realidad. 

Bueno, quedaba un nikto, pero era cosa del rodiano. Se acercó, pero no quería meterse, dado que estaban forcejeando. De todos modos, no perdía ojo a los otros cinco, pero algunos no iban a levantarse en un tiempo...

-¿Qué tal dejar de pelear y tomar esa cerveza? Ya no tengo que pagar 6, solo 1... -​​​​​​-le dijo al nikto que peleaba con el rodiano...

Con la situación bajo control o eso parecia, Amber se ajustó la coleta -aai, nos hemos ganado esa cerveza- Se acercó nuevamente a la barra para poder brindar -Ha sido una buena pelea y supongo que los desperfectos lo pagarán ellos ¿no?- Hablaba algo agitada por el combate. No estaba tan acostumbrada a luchar cuerpo a cuerpo desde hace unos años. Antes si, las calles no son un buen lugar para una mujer y en aquella época demasiada gente la había subestimado. Algunos se habían dado cuenta de su carácter por las malas y si tuvieron suerte, solo salieron con unos moratones.
Creo que tienes buenas historias que poder contar cuando viajemos a algún otro planeta Pittien. Esa insignia... ¿Es real?

El Bith se puso en pie, y camino hasta la barra, allí se sentó en un taburete y lentamente se fue estirando. Estaba entumecido por la paliza.

Este sitio es de lo más desagradable que he conocido nunca.

Recuento. Sin trabajo. Sin noticias de trabajo alguno. Una paliza, que fácilmente podía haber terminado en que lo mataran. Y además, el dueño del local era un ignorante.

La cosa pintaba bastante mal. Pero en lugares como aquellos siempre había algo que hacer. Con suerte, encontraría algo más pronto que tarde.

hasta ahora había estado resistiendo los golpes de los nikton y este era el momento de devolver los golpes a mis agresores.

El rodiano se desembarazó del nikto propinándole un golpe que lo alejó de él. Cuando el nikto volvía a la carga el rugido de Gruuk resonó por toda la taberna.

<¡YA BASTA!> Podía ser un wookie capullo, pero sabía como imponer respeto. <Tu colegas están fuera de juego, no tienes posibilidades. Largáos, ¡YA!>

Los Niktos se ayudaron unos a otros a salir de la taberna. La música no volvió a sonar hasta que una tímida Twilek salió de la cocina y puso en marcha el reproductor.

Gruuk sacó una jarra de cerveza coreliana y se la puso enfrente al humano.

<No lo habéis hecho mal con esa escoria. Es posible que incluso tenga un trabajo para vosotros, si demostráis más entereza ganando unos créditos, que peleando contra débiles niktos.>