Partida Rol por web

[DM12/19] Overlook 1899

[LA PELICULA] Overlook 1899

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24/11/2019, 15:28
Lucas Merrows
Sólo para el director

Lucas cogió una copa de la parte de arriba de la barra, la acomodó sobre un posavasos metálico con el símbolo del hotel Overlook, se giró para extraer de la vitrina el martini blanco, lo colocó al lado de la copa y desenroscó el tapón, el olor característico de aquel manjar le llegó a las papilas olfativas como una oleada, cerró los ojos y se transportó a otro tiempo, cuando sólo tenía que preocuparse por los estudios en la Ciudad de las Agujas de Ensueño. Por un momento imaginó que seguía sin los tediosos problemas financieros y que su padre había recuperado el dinero y prestigio que antaño poseía.

Abrío los ojos y vio a Barney pasar justo en aquel momento, el chico estaba en otro mundo y parecía no haberle visto, Merrows saludó con un pragmático -Buenas noches- carente de todo sentimiento al empleado de limpieza. Había cinco niveles en el organigrama organizativo del Overlook, y aquel muchacho, por suerte o por desgracia, pertenecía al más bajo de ellos.

Lucas se giró antes de la reacción del chico, descorchó el vodka y lo puso al otro lado de la copa. El aroma de los dos alcoholes se mezcló, creando aquel perfume embriagador que al semi-alcohólico le encantaba. Miró de nuevo en dirección a Barney.

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24/11/2019, 17:34
Nereida Moonflower
Sólo para el director

Solo cruzar la puerta comenzó a temblar como gelatina , “La lagrimas son para la almohada, todo sentimiento debe ser guardado para ti misma, debes ser mesurada y controlada ”  , le repetía su madre desde la infancia , los gritos y nervios no debían ser demostrados , sin embargo los nervios encrispados de la mujer hicieron que no pegara el ojo en la mayor parte de lo que quedaba de la noche .

Ella debía ser una mujer de acero , no lloro cuando la casaron, no lloro cuando su esposo la desfloro sin cuidado de no lastimarla, no ella solo lloraba a solas , en la intimidad de la soledad , y ahora estaba soltando un par de lagrimas, de nervios , de angustia , de un horrible presentimiento de la muerte cerca, tal vez , solo tal vez  aquel sueño era representación de ella misma , a veces se veía como un alacrán, queriendo clavarle el veneno a su marido , ya no era esa joven e inocente señorita , había tenido que aprender a defenderse , para ella los hombres eran bestias que solo pensaban en las mujeres como pedazos de carne para complacerse , puede que por eso prefería que su marido se fuera a acostar con otras, con sus amantes , detestaba que el la tocara.

Por eso se había sentido como una verdadera idiota de decir lo del lugar serio ¿en serio era lo único inteligente que podía decir? , tenia que encontrar a su sobrina y llevarla , abrirle los ojos de una vez , decir que esa bobada del amor no existía  , que seguramente ese hombre solo la utilizaría y cuando finalmente consiguiera llevarla  a la cama ,a dejaría, y que si había consecuencias el desaparecería dejándola con la vergüenza en su vientre .

No era una mujer supersticiosa, o por lo menos no se consideraba , sentía aquella opresión en el pecho , al mirar por la ventana a ese sujeto se quedo como hipnotizada , nada era normal , ese hombre no era común …

- Tiradas (1)

Notas de juego

Espero haber hecho bien la tirada 

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24/11/2019, 19:33
Lydia McRain
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Por un instante, la joven enfermera pensó en sugerir la conveniencia de alojar al doctor Sacks en otro piso (o, al menos, en la otra ala) del edificio, pero desistió. Conociendo como conocía al doctor Robertson, sabía cual sería su respuesta: un rotundo no. El doctor jamás aceptaría la recomendación de una enfermera y, peor aún, quizás hasta se sentiría ofendido. Fue así que Lydia decidió que lo mejor era armarse de paciencia y esperar que los acontecimientos hablaran por sí mismos.

Con presteza, preparó la habitación y se aseguró de tener a mano paños limpios, alcohol y solución de Labarraque. Luego iría por más implementos, algún medicamento y agua hervida. Y a cambiarse de uniforme. (El agridulce olor de la sangre la estaba mareando, ¿o acaso era el sueño?) Pensó si el doctor Robertson intervendría inmediatamente al herido o si antes se ocuparía de... Aquel pensamiento quedó inconcluso, ya que la respuesta llegó a través de la pared lindante con la habitación 237.

Los fragmentos de aquella conversación perturbaron su alicaído ánimo. Primero, porque le confirmaban la enorme inconveniencia de instalar al doctor Sacks junto al (¿agresor?, Lydia prefirió apartar aquella idea de su mente) cuarto donde había ocurrido aquel desgraciado incidente. Segundo, y principalmente, porque escuchar hablar de la hija del director del Overlock le recordaba a su hermana. Y aquella herida que no cerraba, pese al tiempo transcurrido (¿quince años ya?), pese a los muchos (y en ocasiones muy estúpidos) intentos de cicatrizar aquel dolor.

Aún recordaba el encuentro con aquella médium con un escalofrío recorriéndole la espalda; aún pesaba en su conciencia aquella noche como algo impropio y fuera de lugar o, incluso, como algo truculento, malsano...

“Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol,” recordó aquellos versículos del Esclesiastés.

Oswald, el celador, interrumpió sus pensamientos. (—Sí, por supuesto, puedes retirarte, Oswald. Seguramente tienes mucho trabajo, y yo también. Como todos... [...] Te agradezco tu ayuda. Sí, yo me encargo... [...] Para bien o para mal, es una noche que jamás olvidaremos. [...] Que tengas una buena noche, y gracias por todo, Oswald—) Lydia cerró la puerta cuando el hombre abandonó la habitación y, finalmente, se sentó a vera de la cama junto al desvanecido doctor Sacks. Otra vez, controló los signos vitales del herido: el pulso, la presión, la respiración y la temperatura; tomó nota de aquellos datos y esperó pacientemente el regreso del doctor Robertson.

Estaba cansada, muy cansada...

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24/11/2019, 22:22
Herbert Lagernon

Tras dar las gracias a la muchacha del servicio, Herbert dejó el albornoz encima de la cama mientras volvía a acercarse a la ventana. ¿Realmente vió a alguien fuera en mitad de aquella espantosa noche? Desde luego no tenía sentido. Quizás el incidente le alteró un poco los nervios. 

Lo que estaba claro era que no iba a poder conciliar el sueño en aquel momento por lo que, tras vestirse, pensó que quizás sería un buen momento para ir a tomar una copa, no sin antes pasarse a ver a la enfermera. Tenia algo de curiosidad por saber que podía tener el paciente al que estaba cuidando. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Triada: 1, 6, 6. Como he sacado dos 6 le sumaría un +1, y con mi rasgo de "atento a los detalles" la tirada tendría en total: 8. 

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25/11/2019, 22:51
.Interludio.

Escuchó la llamada.

El hombre pálido agonizaba.

Las barreras caían.

Uchakawagara olió la sangre y sintió la rabia. No era pura como la primera vez, el dolor del ancestro que derrama la sangre de su sangre inocente, la incomprensión del que todavía no sabe que es la traición y la amargura de quien debe traicionar para vengar. Pero le valía. La sangre había sido obtenida con gran dolor, provocando la locura. Le valía.

El lugar era el correcto. Sólo faltaba un rito.

Sintió el Deseo del Hombre Loco. Sintió el sufrimiento de su alma.

Uchakawagara era un Espíritu Ancestral: había servido a quienes moraron la tierra antes que la humanidad para luego dominarlos. Ahora empezaba a comprender a la humanidad y sabía que sería mucho más fácil.

Eran tan frágiles...

 

Notas de juego

[Escribiendo los mensajes para los jugadores]

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25/11/2019, 23:12
{{ Las Almas en Pena }}
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Lydia estaba muy cansada. Sentada en el silla junto a su paciente se esforzaba por permanecer despierta.

Las voces en la otra habitación habían cesado repentinamente. Oyó la puerta cerrándose y espero que entrase el doctor Robertson, pero en lugar de eso escuchó pasos que se alejaban rápidamente. ¿Habrían sedado a quien quiera que estuviese al otro lado?

Entonces sintió que el sueño la vencía. Cerró un instante sus ojos. Sólo un momento.

—Despierta... te has quedado dormida.

Era una voz infantil la que le hablaba. Abrió los ojos confundida. A su lado el doctor Sacks dormía, profundamente sedado. Entonces se dio cuenta de la figura que estaba sentada al otro lado de la gran habitación, en la sombra. Sólo veía el contorno pero era una niña. Y reconocía su voz. La reconocería entre un millón de voces.

Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben.

—Estoy de vuelta Lyd.— nadie la había vuelto a llamar así nunca —Podemos volver si alguien sabe como abrir la puerta. Te echaba de menos hermanita. Estaba todo tan frío y oscuro... no puedes imaginar lo frío y oscuro que estaba todo...

Lydia permanecía sentada. Había casi seis metros de distancia entre ambas figuras sentadas pero podía notar perfectamente el frío que emanaba aquella sombra. Pero era su voz, la voz que tanto había añorado.

Notas de juego

Mensajes sólo para el director.

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25/11/2019, 23:23
{{ Las Almas en Pena }}

Herbert dejó el albornoz sobre la cama mientras pensaba en el hombre que había visto. Era un nativo americano, estaba casi seguro. Le había parecido ver el atuendo y un color de tez oscuro. Pero ¿qué podía hacer allí un hombre así? Allí no había ninguna tribu, nadie sobreviviría a esa altura en un clima tan desolador.

Todavía pensaba en eso cuando escuchó una voz en el baño.

—Eres un muchacho malcriado. Nos dejaste en la estacada. Debía ahogarte en la bañera nada más nacer.

Sintió un escalofrío. No ya por el hecho de pensar que alguien estaba en su baño sin que se hubiera dado cuenta. Sino porque sabía a quien pertenecía esa voz. Era la de su padre. Sintió el mismo miedo que había sentido cada noche cuando era niño y su padre llegaba a casa apestando a alcohol.

—Cuando lograste juntar unos cuantos dólares no te acordaste nunca más de nosotros. Tu madre murió de pena.

Herbert tragó saliva. Murió de la paliza que le propinó. Una más de muchas, sólo que fue la definitiva. Pero es cierto que el jamás había vuelto a buscarla. Nunca pensó en volver a su casa. Y su padre murió ahogado en los muelles una noche de borrachera. Mucho antes de que Herbert se convirtiera en quien era ahora ya criaba malvas.

—Lloró cada noche que no estabas. Y yo te maldije igualmente cada noche. Maldito desagradecido: nos debías la vida.

La voz sonaba furiosa pero no salía del baño. El recuerdo de su aliento alcohólico hizo que el hombre adulto temblase sin poder contenerse. ¿Qué estaba pasando en aquel lugar?

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25/11/2019, 23:35
{{ Las Almas en Pena }}
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Barney se detuvo en seco, dejando caer las sábanas con un grito al escuchar la voz de Lucas.

—Por los clavos de Cristo..—dijo realmente asustado— Es usted, señor Merrows.

Recogió las sábanas ensangrentadas murmurando.

—Ni una noche más... mañana al amanecer...

Rumiando esas palabras se fue hacia el pasillo dejando a Lucas con sus bebidas. ¿Qué la pasaba a aquel hombre? Ni que no estuviera acostumbrado de sobra a trabajar con sangre en aquel lugar.

Cuando el pobre Barney ya había desaparecido Lucas escuchó una nota del piano. Alguien había pulsado una tecla, una única nota que resonó en la sala vacía provocando un eco que se disipó a los pocos segundos.

—Nunca me gustaron las clases de piano.

Otra nota, esta vez un semitono, impregnó el ambiente. La tecla había sido pulsada con fuerza, de forma que se escuchó incluso el 'clac' del hueso golpeando la madera. Lucas tardó un momento en reconocer la voz femenina y cuando lo hizo no pudo reprimir un escalofrío. Intentó ver quien estaba en el escenario, sentada en el piano, pero estaba demasiado oscuro.

—Eran taaaaaan aburridas... a mí me gustaban otras cosas.

Silvie era la novia de uno de sus compañeros del Internado en Londres. La había conocido durante unas vacaciones de navidad en las que se había quedado allí en lugar de regresar a los Estados Unidos. Había estado en casa de Thomas Frandy y éste le había presentado a la joven. La noche de fin de año la pasaron en la mansión de Frandy. Aprovechando la confusión y el alcohol de la fiesta Silvie y él se lo montaron en las caballerizas de la mansión a espaldas de su amigo. Pensó que sería un juego pasajero pero la cosa se complicó cuando semanas después, ya de vuelta en el internado, Thomas vino echo una fiera. Al parecer ella se lo había contado. Fue muy desagradable.

—A ti tampoco se te daba bien la música. Ni la poesía. Eras más de actuar ¿eh?

El único problema es que Silvie no podía estar ahora en ese piano. No podía estar en ningún lado. Un mes después de que Thomas la abandonase un criado la encontró ahorcada en las caballerizas de la mansión de su ex-novio.

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25/11/2019, 23:53
{{ Las Almas en Pena }}

La tormenta acabó por cubrir al hombre, haciéndolo desaparecer. Pero Nereida se dio cuenta de una cosa: no tenía ojos. Sintió un escalofrío al pensar en las cuencas vacías que observaban aquel hotel sin verlo. Era un hombre viejo, un nativo americano. ¿Qué demonios hacía un indio ciego allí en medio de la noche y la tormenta?

Entonces alguien llamó a su puerta.

—Será mejor que abras, señorita, porque creo que debo enseñarte un par de cosas que las damas hacen cuando están casadas.

Reconoció esa voz a través de la puerta y sintió un escalofrío.

—No te eduqué para que vayas levantando habladurías a tu pasa. El tener dinero no te exime de comportarte como una dama.

Su madre estaba muerta. Había muerto a los pocos meses de su boda. Recordó el funeral, las flores, su rostro adusto y severo en el ataúd. El alivio. Recordó sobre todo el alivio.

—Marie Moonflower, abre de inmediato la puerta.

Hacía décadas que ya nadie la llamaba por aquel nombre, que había cambiado en cuanto decidió que nunca más sería Marie. Pero ahora la voz al otro lado de la puerta le devolvía a aquel tiempo en que el mundo era oscuridad. Un mundo que había pensado que quedaba atrás.

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26/11/2019, 00:35
Nereida Moonflower
Sólo para el director

Se aparto de la ventana inmediatamente  , perturbada , temblorosa , eso no podía estar pasando, esa mujer ya estaba muerta  , enterrada , ella misma había puesto un puño de  tierra , no recordaba haber bebido nada , por  lo menos no algo que ella se diera cuenta  “Ahora seras Nereida Marie moonflower, ya no eres una Applewhite”  fueron las duras palabras como navajas cortándola de nuevo , le había hablado de como debía abrir las piernas y dejar que su marido “hiciera lo suyo”, que debía parir, poner el orden en su casa , criar a  los hijos , que nada mas importaba, que ella no tenia importancia, debía sentirse afortunada de que un hombre rico se fijara en ella , cuando murió lo había hecho por que “la menor de sus hijas se había casado ” .

Por un momento se quedo congelada , sin habla , ansiosa , ella no era especialmente supersticiosa aunque todos los domingos iba puntual a misa .

Solo ella la llamaba Marie, solo su madre , esto debía ser una broma   de pesimo gusto, pero no estaba dispuesta a dejarse amedrentar , tenia que sacar valor

-Tu ya no estas aquí … vuelve al agujero donde te deje hace años – dijo y se levanto para rebuscar las tijeras de su tejido o cualquier cosa con la cual apuñalar, por miedo, o por desesperación ahí no acabaría – descuida me enseñaste todo , no pienso abrirte , no vas a venir a perturbarme , ya me hiciste suficiente , los muertos no dominan este plano…

Pronuncio la mujer con la voz un poco temblorosa moviéndose por toda la habitación , tenia que pensar rápido  

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26/11/2019, 00:44
Lucas Merrows
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Lucas dejó de inhalar el aroma a Vodka mezclado con Martini y dejó sus propios vicios a un lado por un momento. No podía ser lo que estaba oyendo, era imposible. Merrows salió de la barra, dejando la sombrillita que había cogido de debajo de la barra en la copa vacía. Salió hasta dónde podría ver el piano de forma completa y dejó salir de su garganta un murmullo casi parecido a un quejido miedoso.

- ¿Silvie? - 

La frase siguiente tuvo, a pesar de ser corta y escueta, varios altibajos en el tono, como si fueran gallos provocados por el miedo de que la pregunta fuera afirmativa.

- ¿Acaso eres tu Silvie? - La frase "los cojones de corbata" podría ser lo más parecido a lo que sentía el inglés en aquellos duros y aterradores momentos.

El piano reinició Para Elisa. Lucas no olvidaría jamás esa pieza, y tantos años después del incidente no podría escucharla sin que se le pusiera carne de gallina; el corazón le daba un vuelco y recordaba «Bill, mi mejor amigo en el internado, estaba tocando eso el día en que recibí la noticia de la muerte de Silvie.»

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26/11/2019, 15:07
Herbert Lagernon

Asustado, Herbert miró de un lado a otro intentando identificar, si mucho éxito, de donde provenía aquella voz. Empezó a toser y tras coger un pañuelo y limpiarse la boca de restos de sangre, se sentó en una de las sillas de la habitación.

- Tranquilízate Herbert, todo está en tu cabeza- desde luego, lo que le había ocurrido en el pasillo le había afectado demasiado si se encontraba en aquella situación.

- Realmente, necesito esa copa- tras terminar de vestirse, Herbert se marchó de la habitación rumbo hacia el bar. 

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26/11/2019, 20:08
Lydia McRain
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Lydia recordaba con claridad cuando, sentada a los pies de la enferma, le leía una hermosa historia recientemente publicada por Mark Twain: "Las aventuras de Huckleberry Finn." Pálida, frágil, casi etérea, la tuberculosis había hecho estragos en su pequeño cuerpo. Recordaba también su vocecita, apenas un susurro, pidiendo: "Lyd, sé buena y lee otro capítulo." Pero no era su pequeña hermana quien descansaba en la cama, tampoco era su recuerdo el que regresaba a la exhausta memoria de Lydia. ¿Era un sueño quizás?

Parpadeó un par de veces y se restregó los párpados. Siempre soñaba con Dorothy, y era algo dulce, una caricia... Pero nunca así, nunca con aquella extraña sensación de escalofrío trepando por sus pies. Era su voz, pero ¿por qué aquella fría sensación?

Lydia se reclinó hacia delante y aguzó la vista en busca del rostro tras la sombra.

—¿Dorothy? ¿En verdad eres tú? Creo que aún continúo dormida —respondió. —¿De qué puerta hablas? ¿Y quién la abrió?

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26/11/2019, 22:17
{{ Las Almas en Pena }}

Herbert abrió la puerta.

—¿Huyes? ¡Da la cara como un hombre! ¿Acaso no te enseñé nada?

Cerró la puerta de su habitación. Me enseñaste dolor y miedo. Me enseñaste todo lo que no quería ser. Herbert avanzaba por el pasillo alejándose de su habitación. Miró de reojo la 237. Todo estaba tranquilo ahora y podría pensar que lo que había sucedido había sido tan sólo una pesadilla pero entonces la sangre que no habían podido limpiar en la pared de enfrente le recordó que no era así.

Bajó las escaleras se dirigió hacia el el Salón Regencia, que estaba junto a la recepción. Por un momento dudó de lo adecuado de ir allí ya que estaba todo a oscuras y no habría quien le sirviera. Pero en ese momento escuchó la relajante melodía: alguien estaba tocando 'Para Elisa'. Así que no estaría sólo. Avanzó hacia la penumbra del salón intentando discernir quien estaba en el pequeño escenario tocando el piano.

Notas de juego

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26/11/2019, 22:25
{{ Las Almas en Pena }}

Lucas tragó saliva. ¿Quién tocaba la melodía? Entonces se dio cuenta de que alguien entraba en el salón y al girarse vio al hombre que había ayudado a la enfermera durante el inicidente de las pinzas. Fue en ese momento cuando la melodía cesó bruscamente.

Se escuchó el sonido de la tapa del piano cayendo bruscamente.

El piano estaba en el escenario, entre las sombras, ¿estaría la misteriosa intérprete allí? No se vio bajar a nadie y no había puerta trasera que saliera de aquella improvisada tarima.

Herbert, al entrar, vio que el asistente deportivo del hotel parecía nervioso, muy tenso. También se percató de que en la barra había unas cuantas botellas y una copa. Por lo visto no era el único que había tenido la idea de bajar a beber algo.

Notas de juego

¿Va a subir Lucas a mirar?

Herbert acaba de llegar por la puerta.

Marcad como destinatarios a Herbert y Lucas.

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26/11/2019, 22:33
Herbert Lagernon

Herbert realizó una ligera inclinación de cabeza a modo de saludo a Lucas mientras miraba hacia donde se encontraba el piano. La melodía se había cortado abruptamente a la par que entraba él en el salón y tenía cierta curiosidad de ver quien había estado tocando hasta ese momento. Tras no ver a nadie y suponiendo que quizás se había retirado justo cuando él había entrado se dirige hacia la barra para pedir una (mas que necesaria) copa. 

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26/11/2019, 22:39
{{ Las Almas en Pena }}

Desesperada Nereida buscaba cualquier cosa que valiese como arma en aquella habitación1.

Quien quiera que estuviese al otro lado golpeó la puerta con rabia.

—¡Maldita desagradecida! Tenías el dinero para un mausoleo pero me enterraste como una miserable en un hueco de tierra.

¡BLUM!

—Un ataúd barato que pronto infestaron los gusanos... devoraron mi carne... enterrada como una pordiosera...

¡BLUM! ¡BLUM!

Quien estuviera fuera parecía dispuesta a entrar. La llave de la habitación cayó de su cerradura tintineando.

La puerta se abrió de golpe y entonces Nereida pudo verla. Era la ropa que vestía durante su entierro, un traje negro y blanco, severo como ella misma. Pero su madre se había convertido en los restos de una momia que abría desmesuradamente una mandíbula a la cual le faltaban varios dientes. En la cuenca derecha de su calavera un globo ocular la miraba con fiereza. En la izquierda anidaban un grupo de gusanos que se retorcían grotescamente. Aquel cadáver estiró los huesudos brazos con sus manos como garras, la tierra del cementerio todavía cayendo de sus dedos.

—¿No le darás un besito a tu querida mamá?

Notas de juego

[1] Si me entregas un Punto de Superación te concedo como arma un objeto punzante que puedas explicarme por qué está en la habitación ¿se lo olvidó alguien del personal? ¿es un arma improvisada? Pero lo dicho: el coste sería un punto de superación, siguiendo la regla de que un protagonista puede usar 1 PS para:

Activar una cualidad, para forzar un éxito o fallo, introducir un nuevo elemento en la trama o disponer de un objeto.

Tanto si quieres invertir el punto en el objeto como si no tendrás que decirme que haces...

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26/11/2019, 22:40
{{ Las Almas en Pena }}
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—Estabamos en la oscuridad pero el hombre viejo abrió la puerta. Nos dijo que encontraríamos calor aquí. Tengo mucho frío hermanita. ¿No me vas a abrazar Lyd? Necesito tanto un abrazo... tenía tanto miedo...

La figura en las sombras parecía tiritar. Lydia se pellizcó levemente hasta entender que estaba realmente despierta. ¿Qué estaba pasando?

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26/11/2019, 23:00
Lucas Merrows
Sólo para el director

Merrows se alejo del escenario para seguir con su copa, ahora más que nunca necesitaba la dosis de alcohol, y eso sólo porque no podía hacerse con un cargamento entero de opio. Lo había probado en un tugurio Londinense y aquello era lo mejor para los nervios.

Se acercó a la barra de nuevo y preguntó de forma educada al señor Lagernon si deseaba algo en especial, no era su trabajo servir copas a los clientes del hotel, pero no le costaba nada hacer amigos de aquella forma, y menos aún le costaba servir un trago al empresario. Mientras el señor Lagernon contestaba empezó a mezclar en la copa el Martini con el Vodka, cualquiera pensaría que aquellos dos líquidos eran del mismo color, o mejor dicho, que los dos eran igual de transparentes, pero Merrows, a través de los años de experimentación, observación e ingesta, había conseguido diferenciar, a través de la diferencia de densidades, el punto de equilibrio exacto en dónde el Martini se mezcla con el vodka dejando la mezcla totalmente en su punto. Aquello requería de un proceso laborioso, sin embargo el inglés lo había llevado a un extremo de sencillez y destreza que era inimitable. Muchas veces, había acabado pidiendo las botellas para hacer él su propia copa, ante la mirada sorprendida y a veces enfadada de camareros o incluso dueños de locales de alterne.

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26/11/2019, 23:17
Nereida Moonflower
Sólo para el director

Se movía nerviosa por la habitación y luego se dio cuenta, estaba actuando como seguramente el tipo de la habitación cercana, tuvo un terrible presentimiento y busco ropa , debía estar preparada para huir de ser necesario , de alguna forma eso no le estaba  gustando nada .

No pudo evitar soltar un grito de terror , y luego veía el asco, ella que era tan obsesiva compulsiva con la limpieza y el orden , ese olor era detestable , como ella , no se puede matar a lo que esta muerto , no se puede regresar el pasado

-Cada quien obtiene lo que merece, fuiste miserable toda tu vida y moriste miserable – le grito, por miedo, pero no se pudo mover ni un centímetro, mirando para todos lados, tratando de pensar rápido y claramente , corrió para poner distancia de la cama entre ambas , ya pensaría en algo – me casaste por dinero pero no viste ni un penique , no sabes cuánto me alegre de que ya no respiraras , ahora tu cuerpo esta pudriéndose , como lo estaba tu  alma en vida – gruño de rabia, ahora sentía rabia y horror al mismo tiempo .

Una de esas tardes su madre la halaba de los cabellos , llevándola a la habitación

-¿Cómo te atreves? , te vas a casar quieras o no , deja de una vez por todas esas estúpidas ideas, las mujeres se casan, tienen hijos –la zarandeaba de la coleta con fuerza y la aventaba a la cama –Agradece que se ha fijado en ti, no eres inteligente , no eres hermosa, ni si quiera eres simpática , toma lo que se te ofrece , y como vuelvas a contestarme te dare una paliza peor , ya lo veras , el te va a quitar lo rebelde , ¿Por qué no eres como tus de más hermanos?, ¿Qué hice yo para merecer el castigo de una hija tan estúpida?-repetía mientras el cinto golpeaba una y otra vez a la joven pelirroja .

Toda esa  noche lloro, de dolor, de rabia y de frustración , solo por que aquel tipo había ofrecido una buena dote por ella , por aquella “muchacha de los ojos esmeralda y cabello de fuego ” , ¿Qué había hecho ella?, solo era una jovencita que gustaba de leer, solo eso, ayudaba a los deberes de la casa , sabia hacerlo todo , y cuando su padre no la golpeaba lo hacia ella , la prisionera solo cambiaba de carcelero ,  esa noche lo decidio, nadie mas la iba a volver a lastimar , absolutamente nadie, y si su marido se atrevia  ella se defendería como una pantera con las garras afiladas .

Si eso de verdad estaba pasando y ella estaba enfrente de ella con la carne pudriéndose  tendría que sobreponerse

-Ven por mi , ¿Eso quieres no?, ya no puedes matar a una muerta y yo ya lo estoy , contempla tu obra y recoge los frutos –dijo sin dejar de temblar

Notas de juego

Voy a pensarme otra solucion , se que la encontrare