Partida Rol por web

Doce meses: El Sol Plateado

Capítulo 1: Las últimas luces del ocaso

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30/10/2020, 21:53
Telvor Alluhinël

Por un instante se ha renovado mi esperanza de que Enmell haya aceptado mi propuesta al escuchar a Zrabroth mencionar al muerto viviente, pero lo que él encontró no tiene que ver con el sacerdote, y si el templo está fuera de su alcance no tengo motivo para pensar que ha sobrevivido - Yo también perdí comunicación con él, me temo que su alma se ha extinto, pero no su integridad. Que Pelor lo recuerde por siempre... - digo sin disimular mi respeto hacia el hombre que lo ha sacrificado todo por traernos hasta aquí.

- Ojalá fuese como dices, pero cuanto más sé, más consciente soy de mi ignorancia, y eso no hace más que motivarme a lanzarme con más fuerza hacia el océano insondable del conocimiento - digo tomando otra pose, más cómoda y confiada - Les he dicho antes que soy historiador pero debo confesar que es poco habitual que me pregunten por mi historia... - me doy cuenta que ni siquiera se bien por dónde empezar.

Han sido tres siglos de continuo aprendizaje, al que desee puedo contarle los detalles sin aburrirlos demasiado1 pero siendo sintético, nací en el reino elfo de Elluven, fui discípulo del Orador del Dragón y luego del Gran Orador, y me fue dado a conocer la sabiduría que mi pueblo transmite de boca en boca por generaciones. Pero eso no fue suficiente para saciar mi avidez de conocimiento, pues tan sólo tenía una parte de la verdad.

Luego recibí el llamado de Boccob y fui en búsqueda de un saber que mi gente ignoraba, recorrí ciudades por décadas, conocí sabios y estudié en las bibliotecas de cada reino, y así mi conocimiento en historia, planos, dioses y lo arcano llegó a límites que superaba al de los grandes eruditos. Pero descubrí que ese saber era estático, pasivo, y fundamentalmente sesgado, pues dependía de la perspectiva de un sabio o de un libro, y no me acercaba a la verdad, me refiero a la verdadera comprensión de la realidad.

Fue entonces cuando conocí a la orden conocida como El Prisma, es un puñado de sabios y eruditos que entendemos que el saber es mucho más que el conocimiento, nuestro verdadero objetivo es la comprensión de la realidad para llegar a la verdad, y para lograrlo estudiamos cada fenómeno desde distintas perspectivas y usamos distintas disciplinas para averiguarlo. Deducimos lo que ocurre pero lo ponemos a prueba antes de sacar cualquier conclusión... tal vez por esa filosofía es que me mantuve en contacto con Enmell y puse a prueba mis conjeturas para descubrir que en muchas de ellas estaba equivocado - mi voz comienza a recuperar la calma, dejando atrás la pequeña euforia que he mostrado al hablar acerca de mi historia por primera vez.

- Por ejemplo, Pelor no abandonó a su iglesia como yo pensaba en base a los indicios que tuve en el templo, y tampoco el Radiante es el segundo dios que pereció por los sucesos de hace medio siglo como sospeché. Sin embargo, lo ocurrido no es menos oscuro, pues él sacrificó todo su poder para crear un nuevo sol, porque el que nosotros conocimos ya no existe - digo con el rostro invadido por la preocupación - O el suicidio de esas personas en torno al altar, aquello no obedece a la locura ni a la falta de esperanza, y menos aún intenta contrariar los designios del dios de la vida. Aquello me parecía absurdo pues Pelor repudia a quienes desprecian el don de la vida, pero lo comprendí cuando supe que los que mueren en este mes se levantan como no muertos, una maldición terrible a la que no se aún si estamos o no expuestos. Lo cierto es que ese destino puede cambiarse si mueres por la herida de una hoja encantada, un arma especial que impide ser reanimado, y esas dagas plateadas que vimos eran justamente de esas armas únicas. Afortunadamente la hermandad del Sol sabe cómo fabricar las Ghathan grèine -

- Les soy sincero, lo más inquietante de todo lo que hablamos es lo último que Enmell me reveló. Las almas de los no muertos creados en el mes del Osario son destruidas a medianoche, no queda nada de ellas, pero antes de eso son cazadas por las entidades con el propósito de someterlas. Enmell se ocultaba de esos captores a quienes llamó los Cazadores de Huesos, y he logrado ver cerca suyo a un Paladín con un blasón muy particular y un nigromante encapuchado antes de perder la conexión con el sacerdote. Sirven a la Reina de Marfil, y han creado en estas décadas un ejército de no muertos inteligentes sometidos a su voluntad, una fuerza poderosa capaz de acabar con la poca vida que queda en este mundo maldito - la imagen me lleva al silencio, la noche es menos oscura que la verdad.

Notas de juego

Disculpen la demora, no pude dedicarle tiempo a umbria esta semana.

1 Subí la historia a la descripción del personaje para el que guste leerla, tan sólo puse lo básico aquí y les resumí lo que he averiguado con Enmell, espero se entienda ;)

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31/10/2020, 11:40
Zrabroth

Asintió—. Esso ess... Interessante. Me alegra tener a alguien tan erudito con nossotros. Ssera de mucha ayuda. —Miró alrededor, uno a uno, a los allí reunidos. Todos fuera de su tiempo, con habilidades extraordinarias a su modo, estaba seguro. Deseaba conocerles, no solo por curiosidad; era sabio conocer a los que iban a ser compañeros—. ¿Alguien máss quiere contar ssu hisstoria? —preguntó finalmente.

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02/11/2020, 01:01
Narrador

El cansancio comenzaba a pesar al grupo tras sufrir varias transiciones planarias y recibir tan oscuras noticias de manos de un no-muerto que se proclamaba siervo del Radiante. Había sido un día largo y extraño y la noche no auguraba ser mucho mejor. Poco tardaron en repartir los turnos de guardia y descansar, dejando a un lado las conversaciones más vanales para sumirse en un silencio tenso y tosco, vigilantes de lo que pasaba a su alrededor.

Las horas de descanso pasaron sin demasiadas sorpresas. Un par de sonidos nocturnos que resultaron ser tan sólo unos depredadores famélicos pero no lo suficientemente desesperados como para atacar al nutrido grupo. Hubo escasa conversación, todos estaban cansados tras la jornada y sus voces sólo servirían para atraer compañías totalmente indeseadas.

Aquella rutina se repitió tres veces más antes de que lograran alcanzar su objetivo aunque la caza era cada vez más frecuente y Telvor proporcionaba un refugio seguro a la hora de descansar. El druida apenas podía ver a un centenar de pies y eso hacía que el viaje fuera algo más pesado. Además, la incapacidad de medir el tiempo de forma fiable, obligaba en más de una ocasión a guiarse por sensaciones como el cansancio y el hambre para tomar descansos.

A medida que avanzaban, la llanura casi baldía daba paso a tierras algo más fértiles aunque la vegetación densa parecía resistirse a ocupar la zona. Algunos árboles comenzaban a aparecer de forma más reiterada aunque aún distaban de formar el bosque que buscaban.

El suave aroma de los árboles, anunció previamente que se acercaban a un destino intermedio en su viaje, No tardaron más de un centenar de zancadas en encontrar el bosque que se les había señalado. Zrabroth continuó con su marcha hacia la arboleda hasta dar con una apertura en la maleza que pobremente podría ser calificado como trocha. A la pálida luz que otorgaban las antorchas, podían divisar los abedules y robles aún algo dispersos bajos los que crecían espinos, ortigas, madroños y zarzas que cubrían casi toda la superficie circundante.

Los huecos entre árboles no tardaron en ser llenados por palisandros y árboles de incienso. El aroma fragante de las maderas salvajes se mezclaba con el de la frondosa vegetación creando un perfume intenso y perdurable. El olor dulce, el paso lento y repetitivo y la oscuridad tan solo alejada por el resplandor del fuego creaban un ambiente relajante y soporífero. Era imposible calcular el tiempo que habían estado marchando en aquella interminable noche pero sus piernas y párpados comenzaban a clamar por un descanso.

Antes de que ninguno de ellos pudiera comentar nada, un sonido atrajo la atención del grupo al completo. Se trataba de una voz traída por el viento. Se trataba de una voz dulce que cantaba una sencilla melodía apenas audible desde la distancia. Una flauta de pan acompañaba la cantinela con discretas notas graves que contrastaban con la voz cristalina. Claramente, aquella canción procedía del interior del bosque, a al menos media milla de distancia. Sin embargo, en mitad de la quietud de la noche, el sonido viajaba a gran distancia.

 

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04/11/2020, 12:53
Zrabroth

La conversación fue decayendo lentamente; cansados tras una jornada llena de sorpresas, con el estómago lleno y el fuego calentando sus cuerpos, el sueño fue tornándose cada vez más pesado, hasta que al final, tras decidir las guardias —ninguno se fiaba de lo que la noche podría deparar en aquél mundo extraño—, uno a uno se fueron rindiendo a él.

Cuando despertó, estuvo un largo rato contemplando el cielo, que no había variado un solo ápice. Su reloj interno le decía que los primeros rayos de sol ya deberían asomar por el horizonte, pero no ocurrió; el astro nunca rompió la oscuridad que seguía arropando con su manto. Tuvieron que hacerse a la idea de que esa sería la normalidad a partir de ese momento, y con eso en mente avanzaron durante los días siguientes. Cazaban y recolectaban para sobrevivir, alimentándose de lo que encontraban por el camino, cada vez mejor a medida que el yermo daba paso a terrenos más verdes. Así, tras lo que debía de ser media semana, llegaron al fin al bosque que buscaban.

No supo lo mucho que echaba de menos aquello hasta que lo tuvo delante. Su olfato captaba los inconfundibles aromas de la floresta —hierba húmeda y tierra mojada por el rocío, madera fresca, verdes hojas, multitud de olores de diversos animales—, y casi podía escuchar el trino de los pájaros y el zumbido de los insectos. Allí, se sentía en casa.

Avanzó con calma hacia el linde de la floresta, hasta encontrar un sendero por el que todos podrían internarse sin demasiado esfuerzo. Tras asegurarse, cauto, de que no había ningún peligro, avisó al resto, que pronto acudieron para seguir.  Mientras ya pensaban que sería hora de volver a montar el refugio, escucharon el canto.

La dulce voz y la flauta de pan acunaban sus mentes, y atraían su atención. La bella melodía era a su agotado espíritu lo que un banquete habría sido para el hambriento, y tiraba de él con insistencia. Ni siquiera se resistió.

Quiero ver que hermossa criatura noss deleita con ssu canto. Ssi, lo ssé, tendré cuidado. ¿Alguno quiere venir? —invitó, antes de ponerse en marcha hacia el origen de la música.

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07/11/2020, 00:15
Edith

Tras quejarse sobre la fogata, se le unió Telvor a la disputa. Parecía una persona razonable. Finalmente, Zabroth recapacitó y enmendó su error. Tras eso, se acomodó junto al fuego acompañado de algunos más. Edith se sentía bien abrigada con su capa y decidió sentarse a los pies de su tienda mientras observaba y pensaba.

Podía pasarse horas y horas mirando la negra oscuridad mientras se sumergía en sus pensamientos y repasaba todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Vio en la distancia como sus compañeros se apagaban derrotados por el cansancio. Ella no era menos, estaba tan cansada que sintió los parpados algo pesados. Pasaron los días de una manera rutinaria y sin sorpresas. Apenas cruzaba algunas palabras con algunos de ellos. Durante el trayecto, Edith permaneció tras el grupo, más concretamente en el último puesto, pudiendo admirar variedad de especies de árboles inhalando su dulce aroma. En esa posición podía controlar mejor el paraje y sus peligros. Mientras caminaba, se notaba sucia, pegajosa e incomoda y deseaba poder encontrar agua y lavarse. Todos necesitábamos unas friegas.

Un sonido similar a un canto llegaba atraído por el viento pero otro ruido más cercano la despertó de su ensimismamiento. Las pisadas de la bestia adentrándose en el bosque. De nuevo sentía que eso no era lo más acertado

-Un momento.. ¿Es seguro?. Deberíamos seguir con nuestro camino. Eres el guía y sabes que tenemos que seguirte para no perdernos. Ya es inquietante tenerte de guía como para que ahora nos lleve por el sitio equivocado.

 

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07/11/2020, 11:49
Zrabroth

Se encogió de hombros en respuesta; podría tener razón, pero no iba a correr riesgos. Además, incluso si algo le pasara, ellos solo tendrían que continuar el sendero hasta salir del bosque, y luego avanzar en la misma dirección que los últimos días, no había pérdida.

Él, por otro lado, llevaba eras encerrado, aquél canto era lo más hermoso que había escuchado en mucho, y aunque parte de él le aconsejaba ignorarlo por ser una trampa muy evidente, otra le impelía a investigar. ¿Y si no lo fuera? No podía simplemente hacer como si nada.

—Volveré rápido, ssolo quiero echar un visstazo. Tal vez ssean aliados inclusso, gente inocente, refugiadoss en lo profundo del bossque.  Y ssi lo sson, hay que avissarles de que esstán en peligro, de lo que sse acerca trass nosotross.

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08/11/2020, 12:10
Isaea

Al escuchar la música Isaea no pudo evitar pensar en hadas y criaturas forestales. No era un experto en la materia pero habían tenido algún encuentro en el bosque de Belyador.

—No debemos separarnos—advirtió el paladín—. No sé que podemos encontrarnos, aunque lo primero que he pensado es en fatas. Suelen ser mas traviesas que maliciosas, pero en este mundo en el que nos encontramos ahora todo parece trastornado y retorcido. Pero si son refugiados del bosque o simplemente inocentes fatas... Zabroth tiene razón, deberíamos avisarles.

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10/11/2020, 01:29
Narrador

Mientras el grupo debatía sobre el curso de acción más correcto, una ráfaga de viento trajo de forma algo más clara durante unos instantes la límpida voz que interpretaba la melodía. Tanto Edith como Telvor y Thorian pudieron adivinar la canción de la que se componía. Se trataba de una antigua canción de amor élfica sobre los sentimientos que una joven doncella sentía cuando su amado partía hacia la guerra para proteger los bosques. Era una balada trágica y terriblemente hermosa, difícil de interpretar y casi imposible de cantar con aquella claridad y sencillez.

Todos se sintieron cautivados durante unos instantes en el silencio del bosque por aquel canto celestial.

Sin embargo, aquellos que conocían la balada se dieron cuenta de que, a pesar de ser una poema que bien podía tardarse casi media hora en recitar, hacía algo de rato que había pasado la mitad de la canción. En poco menos de una docena de minutos, la interpretación habría acabado y pocos artistas serían tan osados como para interpretar otro tema después de tan compleja actuación.

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10/11/2020, 13:07
Zrabroth

Animado y aún más convencido tras las palabras de Isaea, no lo pensó más. No pensaba discutir cada paso.

Venid ya, quien lo dessee —invitó al ponerse definitivamente en marcha.

Notas de juego

Yo voy, como dije.

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12/11/2020, 23:18
Edith

El aire trajo consigo aquel sonido con mucha más claridad. Un canto élfico, lleno de amor pero con un final triste. Por un momento, cerro lo ojos y puso atención. La melodía debía llevar rato sonando pues no era un poema fácil y en cambio el ser que lo recitaba lo estaba despachando en un corto lapso de tiempo.

Zrabroth no atendía a razones y era raro verle anonadado y atraído por ese ser. Pero si pensaba que Edith se quedaría en ese sendero de brazos cruzados, estaba muy equivocado. Debía aclarar que últimamente notaba cierta cercanía entre varios de ellos. Se podía decir que parecía más bien una confianza ciega. "Estará bien estar presente cuando las cosas se compliquen".

-Muy bien. Como os veo tan convencidos, sobre todo a ti Zrabroth, os acompaño-Les dijo a Isaea y a Zrabroth acercándose a ellos.

-Vamos a ver lo que nos depara ese hermoso canto, tan inocente y libre de peligros-Dijo la muchacha con cierta ironía.

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13/11/2020, 00:41
Narrador

No tardaron demasiado tiempo en reanudar su marcha. A pesar de ser una canción larga, Edith sabía que sólo quedaban un docena de estrofas. La longitud de los versos y el ritmo tranquilo del tema les daba algo de tiempo pero no demasiado, debían actuar con premura.

El silencio del bosque les daba una ventaja para seguir el rastro de sonido y no les costó demasiado dar con las cercanías del claro. Una vez allí, Thorian recomendó apagar la antorcha para no delatar su presencia y continuar a la luz de las estrellas el último tramo de camino.

Cerca del borde del claro, crecían unas pequeñas flores blancas, de aspecto similar a pequeñas azucenas, que parecían brillar tenuemente. Era como si reflejaran la suave luz de las estrellas. Aquello les dio alguna ventaja para su silencioso avance.

Desde el linde, pudieron al fin atisbar su inconsciente compañía. Más cerca de ellos, un hombre con patas y cuernos de cabra era el intérprete de la sencilla tonada. Se encontraba sentado en una piedra cubierta de musgo con un largo bastón colocado a sus pies y una flauta de pan artesanal en los labios.

Un poco más adentro del claro, una especie de mujer escuchaba con atención la música. Era parecida a una adolescente humana con la salvedad de que su piel parecía estar hecha de la corteza del mismo árbol en el que se encontraba apoyada. La suave brisa mecía su cabello enredado de hojas verdes y suaves ramas.

Sólo la afilada vista de Zrabroth, capaz de ver mejor en la penumbra, pudieron percibir a los otros dos miembros del grupo.

Una era posiblemente la doncella más hermosa que el druida hubiera visto en su vida. En su aspecto era similar a una elfina pero poseía unos rasgos más exóticos. Era ella la que cantaba mientras se bañaba despreocupadamente en una pequeña laguna cerca del centro del claro. Su voz era clara y límpida como las aguas en las que estaba sumergida y sus ojos, casi empañados en lágrimas acompañaban la triste letra de la canción.

El otro era un ser humanoide con la piel color oliva, afilados dientes y cornamenta similar a un alce. Llevaba unos brazales hechos de musgo y una sencilla túnica tejida con hojas y ramas. Miraba ligeramente hacia arriba y, desde la posición del druida, parecía estar hablando con alguien aunque allí no había nadie más. Tal vez, tan solo pensaba en voz alta.

 

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13/11/2020, 01:07
Telvor Alluhinël

Nos levantamos pero no amanece, no hay rastros del segundo sol del que Enmell me habló. El cielo parece haberse congelado y la noche se convirtió en reina y señora. Qué extraño, pienso ante este acontecimiento atemporal. Recuerdo perfectamente el atardecer de hace apenas unas horas, incluso tanto Thorian como yo hemos llegado gracias a la luz de ese sol, sin embargo ahora no hay rastros de él, como si el tiempo se hubiese detenido.

Nos ponemos en marcha, andar en esas tierras salvajes y oscuras es bajo todo punto de vista una pérdida de tiempo. No es que la naturaleza no me interese a decir verdad, podría haber aprovechado la ocasión para diseccionar algún animal o tomar muestras de cada especie vegetal con la que nos topamos en el camino y tipificar los hallazgos para complementar mi informe ante los otros Eruditos. Pero ese no es el caso, no podemos detenernos y las monturas avanzan con extrema lentitud, el único consuelo que me queda lo encuentro en las estrellas, ojalá el tiempo realmente se haya detenido, de ese modo no habría desperdiciado estos días en algo tan banal.

Puede que pensar con tanta insistencia en el tiempo sea lo que me da una pista de lo que ocurre. El Heraldo de Pelor habló del mes del Osario, y también insistió en que a media noche dejaría de existir, y desde entonces esa noche se ha hecho eterna. Tal vez cambiamos de mes y estamos ante otro fenómeno maldito. Mi pensamiento resulta tan ominoso como motivador, y no puedo evitar tomar nota de mis deducciones ante los increíbles hechos que presencio.


El único testigo de cuánto hemos avanzado es nuestro propio cansancio, pero no ha sido en vano porque ante nosotros está el bosque que el sacerdote mencionó. Desde dentro de la espesura se escucha una música encantadora, algo que no esperaba hallar en un lugar salvaje y apartado de la civilización. Mientras algunos se debaten entre avanzar o no, me concentro en la melodía y logro distinguir una canción que me recuerda a mi infancia más allá de las montañas, en el reino de los elfos. Encontrar un vestigio de cultura en lugar así es motivadoción suficiente para ir detrás del druida y acompañar al grupo hacia los congéneres que seguramente están cantando.

No encontramos los elfos que esperaba sino dos criaturas del bosque de aspecto humanoide pero con deformidades como si hubiesen nacido de cruzas con animales o incluso con árboles del lugar. El druida parece atento a algo más allá de los dos seres que distingo, pero nada de lo que observo parece hostil, por el contrario, la ocasión es una oportunidad única para estudiar este tipo de criaturas. Le indico a Swyl que levante vuelo y observe la zona mientras hurgo en mis recuerdos para inferir qué es lo que tenemos delante.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Disculpen la demora en el posteo. Hice algunas tiradas a ver qué entiende Telvor de lo que está viendo (él o su familiar)

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17/11/2020, 11:12
Zrabroth

El origen de la hermosa melodía, al final, resultó ser acorde a la dulce voz que habían escuchado. Y como se temía, aquellos no parecían ser agentes de ningún mal, sino simples criaturas del bosque, ocultas en la espesura; habían hecho bien en seguir el canto.

Esperó a que la tonada terminara y, entonces, con paso tranquilo, se adelantó para entrar en el claro, lentamente, y levantó las manos en señal de paz. No había allí ningún peligro a la vista, no por su parte al menos, y confiaba en que tampoco iban a dañarle a él.

Bien halladoss en esta noche eterna —saludó al dejarse ver—. Por favor, no temáiss, miss compañeros y yo hemoss ssido atraídos por la canción, no albergamoss ninguna intención oculta contra vossotros. ¿Podemoss unirnos? Me gusstaría hablar.

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17/11/2020, 16:37
Edith

Sin abandonar su último puesto en la fila, Edith los siguió a todos. Quería saber que seres se hallaban tras esa melodía que con su dulzura podía esconder algo más oscuro. Tras muchas batallas, aprendió que la llegada de forasteros a poblados y aldeas a veces no solían acabar muy bien. Escucho a Thorian aconsejar que apagasen las antorchas, lo que le pareció una buena idea. El fuego podía ser el mayor enemigo en ese momento. Apenas se podía atisbar nada a menos de diez pies pero lo que sí pudo observar eran unas hermosas flores que parecían brillar e indicar el camino.

Tras un rato de caminata, noto que los demás ralentizaban sus pasos por lo que imagino que habían llegado al claro. Edith con ojo avizor y sin perder detalle, agarró la empuñadura del arma con la mano sin desenfundarla.

Desde donde estaba solo podía ver a un hombre con patas de cabra, cuernos y una flauta y algo más lejos una especie de muchacha que no cantaba sino escuchaba con atención. Parecía que la cosa no acababa con esos dos seres aunque no lo veía con claridad. Echó andar para adelantarse y entonces, vio como Zrabroth también comenzó andar hacía el claro. Esa escena parecía sacada de un libro. Este encuentro no creo que salga bien.

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18/11/2020, 01:14
Narrador

Todos se encontraban en el borde del claro, ocultos y en silencio. El primero en tomar la iniciativa fue Zrabroth. Él era consciente de que alguno de ellos debía ser quien diera el primer paso y el indicado sería él, un druida. Se mostró frente a los seres del bosque, confiado y afable.

Las fatas se alarmaron claramente al ver aparecer a la criatura. Edith se acercó por si algo salía mal. El “hombre-cabra” soltó con rudeza la flauta para agarrar el bastón que tenía a los pies mientras que la doncella se refugiaba a la espalda del ser con cornamenta. La mujer con la piel de corteza se acurrucó a los pies del árbol junto al que se encontraba en posición defensiva.

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18/11/2020, 01:14
Príncipe verdinal

El ser hizo un gesto para que todos se mantuvieran tranquilos y dio un par de pasos hacia los recién llegados. Miró dubitativo durante un segundo al extraño ser escamoso que tenía frente a él. Luego inclinó la cabeza para vislumbrar al resto del grupo en el que no parecía haber reparado hasta aquel momento. Suavizó un poco el gesto fiero de su rostro y mostró una sonrisa de dientes afilados

- Bienvenidos, viajeros. Hacía tiempo que nadie se internaba tanto en la espesura y no esperábamos vuestra visita. Disculpad nuestras formas. - saludó en un común bastante correcto aunque con un marcado acento. - Pasad y acercaos en esta oscura noche sin luna y sin fin.

Con un sencillo gesto, unas pequeñas luces brillantes aparecieron en diferentes lugares del claro añadiendo algo de iluminación a la zona. Era una luz algo más cálida que la ligera fluorescencia de las flores que daba un toque más acogedor a la zona.

- Tranquilo, nuestro guardián. - habló en silvano, dirigiéndose al ser con patas de cabra. Luego se giró de nuevo hacia Zrabroth. - Lamento el brusco recibimiento. Son tiempos oscuros y los bosques están siendo asaltados por un demonio de otro mundo. Nuestro compañero parece estar algo nervioso.

La hermosa mujer que se encontraba tras él parecía aliviada y salió a saludar a los dos recién llegados.

Notas de juego

Telvor, al principio apenas puedes ver a las criaturas más lejanas pero en cuanto se ilumina el claro, puedes verlas sin problemas. Con tu tirada de Saber (Naturaleza), recibes los siguientes datos:

Sátiro: Los sátiros suelen ser criaturas desenfadas aunque suelen disfrutar fastidiando a aquellos que se acercan demasiado a su hogar. No resultan agresivos en la mayoría de las ocasiones y prefieren disfrutar de los placeres de la vida a luchar. Además, son capaces de encantar, asustar o dormir a todos aquellos que escuchen el sonido de su flauta de pan, si ellos así lo desean. [Tienes la información de un sátiro genérico del MMI]

Dríada: Tímidas e inteligentes, poseen gran cantidad de aptitudes sobrenaturales. Cada dríada está unida de por vida a un árbol del que no pueden alejarse. Si lo hacen o dicho árbol muere, si vida llegará a su fin en cuestión de horas. [Tienes la información de una dríada genérica del MMI]

Ninfa: Estas damas del bosque pueden resultar extremadamente peligrosas si se les ataca se les hace enfadar. Poseen aptitudes mágicas similares a las de druidas veteranos [Drd 7], además de poder cegar a todo el que las mire o aturdir a otros con un simple vistazo. [Tienes la información de una ninfa genérica del MMI aunque no con todos los detalles a diferencia de los anteriores.]

Príncipe verdinal: Esta criatura es conocida por ofrecerse a ayudar a los viajeros, normalmente a cambio de alguna clase de servicio. Posee algunas aptitudes druídicas y suele tener poderosas defensas contra la magia. [Dejo esta información en la pestaña de "Notas" de el PNJ]

Además de esto, recuerdas las características comunes de las fatas (pag. 316 MM1 en la versión en castellano)

La tirada de Saber (Historia) no es suficientemente alta como para sacar nada en claro.

Tu conocimiento sobre leyendas te ayuda a recordar una antigua leyenda que solía contarse por estos lares. Trata sobre una criatura en el bosque capaz de conceder deseos. Sin embargo, sólo aquellos puros de corazón recibían dicha bendición pues los desdichados que sucumbían a la codicia eran justamente castigados.

En algunos poblados, tras los inviernos más duros cuando una familia no podía mantener a todos sus hijos, se abandonaba al hijo menor en el bosque con la esperanza de que encontrara al ser que concede deseos. La inocencia del niño le salvaría de la maldición y le permitiría volver a casa colmado de regalos.

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18/11/2020, 20:43
Isaea

Isaea avanzó junto a Zabroth. El paladín no era de los que se quedaban en un segundo plano, y si había un peligro estaba dispuesto a ser el primero en asumirlo. Incluso a costa de su vida. Criaturas feéricas tal y como esperaban y no sólo amistosas, lo cuál ya era un alivio, sino que parecía que compartían enemigo.

Saludos—dijo haciendo una leve inclinación respetuosa dejando al a vista sus manos desnudas y sobretodo su emblema de Bahamut—. No hay nada que disculpar dados los tiempos que corren. El peligro acecha en todo momento. Mi nombre es Isaea, paladín del Dragón de Platino y mientras yo y mis compañeros estemos aquí, no tenéis nada que temer.

El hombre hizo una pausa dubitativo pero finalmente se arrancó a preguntar.

Habéis hablado de un demonio que asalta vuestro bosque. ¿Guarda con la Reina de Marfil?

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20/11/2020, 00:21
Edith

Edith se colocó junto a Zrabroth cuando el paladín se acercó con excesiva energía decidido a dialogar con ellos. Los seres del bosque parecían bastante tensos y asustados por lo que la guerrera inconscientemente agarró con más fuerza la empuñadura sin desenvainarla. Desde su posición, pudo ver que eran cuatro los que se hallaban en medio de la fronda. La criatura de ojos verdes con cuernos y espinas que parecía ser el líder, se mostró muy enfadado y nervioso cuando llegaron; aunque no tardó en mostrar sus dientes afilados tras una sonrisa poco amistosa. Aquella sonrisa le provocaba escalofríos, al igual que la de Zrabroth.

Les saludó y se disculpó y con un gesto iluminó el claro. Debía admitir que le sorprendió bastante. Luego, habló en un idioma que Edith no entendía dirigiéndose al ser con patas de cabra. Aquello la incomodó. Desde atrás, una bella mujer salió a saludar. No era de extrañar que esos seres les recibieran así. Zrabroth era una criatura bastante peculiar y a día de hoy Edith todavía recelaba cuando se encontraba cerca.

Tras hablar el druida, Isaea se hizo un hueco en la conversación. Edith empezaba a estar algo inquieta por todo lo que estaba ocurriendo y no se había dado cuenta la sed que tenía. Sin embargo, decidió estarse quieta y no realizar ningún movimiento brusco que pudieran alertarlos. Esperaría manteniéndose en guardia a ver como se desarrollaban los acontecimientos. No acababa de fiarse de esos seres y más que temernos ellos a nosotros creía que deberíamos temerles nosotros a ellos.

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20/11/2020, 02:15
Príncipe verdinal

El extraño ser devolvió la reverencia a Isaea como muestra de respeto y se acercó un par de pasos más hacia el grupo con movimientos ligero y suaves, casi como si se deslizara por el suelo del bosque.

- Curioso lugar para encontrar a un paladín del Señor de los Dragones. - respondió mostrando un claro tono de sorpresa. A continuación hizo un gesto hacia Zrabroth y su fiel compañero Gornak – Aunque parece que vuestros acompañantes son de igual modo bastante... curiosos. Hemos tenido visitas de millares de viajeros en todos estos años y nunca había tratado con seres semejantes a ellos. Es un placer conocer a nuevas razas.

Al escuchar la pregunta del paladín, el semblante del príncipe volvió a tornarse serio y frunció el ceño con severa preocupación.

- No. La Reina hace años que no nos molesta. Los nuestros no son buenos esclavos por lo que no muestra demasiado interés por las criaturas del bosque. Algunas veces vemos a sus cazadores en busca de animales de gran tamaño pero suelen ser partidas pequeñas y fáciles de despachar. - dijo con cierto orgullo en la voz. - Esto es algo diferente. Apareció poco después de la Gran Catástrofe y desde entonces ha estado acosándonos. Gran parte del bosque ha sido destruida muchos de los nuestros han fallecido. Esta arboleda ya no es un lugar seguro para nadie.

La hermosa ninfa, con su piel aún cubierta por diminutas gotas de agua clara como el rocío, asentía compungida mientras se cubría con un liviano vestido de seda. El tejido absorbió la humedad restante en la piel y quedó adherido a ella remarcando notablemente su figura.

El “hombre-cabra” relajó un poco su postura y apoyó el bastón en el suelo aunque parecía reacio a soltarlo. Miraba alternativamente a los recién llegados, deteniendo especialmente la mirada en Zrabroth, Gornak y la mano de Edith que aún sujetaba con fuerza la empuñadura de su espada.

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20/11/2020, 11:07
Zrabroth

El placer ess mío —respondió, con un asentimiento—. Me ssiento honrado por vuesstra bienvenida.

No era, sin embargo, una visita de cortesía. Por mucho que le habría gustado, no podían quedarse mucho tiempo allí, y además parecía que el bosque tenía sus propios problemas. Parte de él se sentía inclinada a ayudar a esa gente a librarse de aquél mal, y no parecía ser el único; como esperaba de alguien como él, Isaea también parecía dispuesto a saber más del asunto. Tras las respuestas del fata, aquella convicción creció.

¿Qué máss podéiss decir de esse demonio? Tenemoss prissa, y los cazadoress de la Reina noss perssiguen, pero tal vez podamoss hacer algo, libraross de ese mal.