Partida Rol por web

Doce meses: El Sol Plateado

Prólogo: Despertar al atardecer (Gael)

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01/05/2021, 02:39
Adwoc

La mujer parecía tan sobrepasada por la situación que no se percató de la pequeña chanza de Gael. Se trataba, claramente, de lo que él calificaría de un público difícil. Aunque la situación no parecía para menos.

- La Dama del bosque es una leyenda local muy arraigada en esta zona. - dijo en respuesta a su primera pregunta pero desechó la información con un gesto de la mano. - Ya tendremos tiempo para hablar de mitología.

Adwoc estuvo meditando durante unos instantes, sopesando las posibilidades. Por la seriedad en su rostro, era fácil adivinar que el chiquillo tenía pocas posibilidades de sobrevivir a aquel desafortunado encuentro. El hombre se alzó con el niño en brazos y lo colocó con cuidado sobre el suelo. Sacó una nueva manta limpia de su mochila para arroparlo y volvió a alzarlo.

- Dije que te llevaría a la ciudad y eso haré. - respondió resoluto. - Si sigues por esta senda durante una jornada completa al galope llegarás a Raduim, el pueblo donde debes encontrarte con aquellos que te convocaron.

Mientras hablaba, sacó un cabo y comenzó a atar al chaval a la grupa del caballo. Sacó también de la mochila un pergamino enrollado y se lo tendió al bardo.

- El caballo no podría galopar tanto tiempo tan cargado. Irás tú con el niño hasta allí. Éste es un salvoconducto para que no tengas problemas en la entrada. Dile a Wollham, el jefe de la guardia, que Gael le manda saludos. No debería darte problemas para entrar, menos portando a un niño en busca de ayuda. - El duro gesto del guía se suavizó para esbozar una sonrisa preocupada. - Lamento no poder acompañarte en la recta final pero te veo capaz de terminar el trayecto solo. A fin de cuentas, no eres sólo un simple músico.

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02/05/2021, 10:17
Gael Dorwan

La seriedad y resolución de Adwoc no se le contagiaron de la misma manera al bardo, no obstante, comprendió su decisión. Se montó al corcel, guardó aquel pergamino en su estuche junto con el resto de los suyos y trató de acomodar lo mejor posible al pequeño. No era el mejor jinete, pero creía poder manejarlo, por instinto más que otra cosa. Había aprendido a darse maña con un poco de todo durante sus aventuras, era parte de adaptarse para sobrevivir.

- ¿Supongo que ahora me toca también ser un héroe, eh? - Definitivamente un corcel plateado, quizás alado y celestial, le vendría mucho mejor para el papel. Qué más da, se hace lo que se puede con lo que se tiene. - No te preocupes por mi. Me encargaré de solicitar una escolta, o volver por ti apenas llegue. Tú cuida de la dama. - Le aseguró con un ápice de seriedad, antes de emitir un saludo con sus dos dedos sobra su frente y espoilear al caballo para partir. No había tiempo que perder.

Una vez fuera del bosque y pudiéndose permitir una marcha relativamente tranquila, mas no necesariamente lenta; se tomó su tiempo para acomodarse en su asiento y mirar un poco al pequeño. - ¿Y... Cómo te llamas, muchacho? ¿Tienes un poco de energías para hablar? - Le preguntó con confianza durante los inicios de sus andanzas, ya en pradera, buscando distraer el chiquillo. - Sabes... Hay que tener muchas fuerzas para soportar un ataque como ése, y mucha valentía para proteger a tu madre. Hasta podría decirse que tú también eres un pequeño héroe. - Añadió con buenos ánimos, haya contestación o no. No le molestaba perderse en sus monólogos.

Ya en el camino y agarrando confianza con la montura, se dio el lujo de soltar las riendas y comenzar a guiarla con sus rodillas, para permitirse tomar su noble instrumento con ambas manos mientras cabalgaba. - Todo héroe amerita un relato, y todo relato amerita una épica canción... ¿Qué te parece si entonamos la tuya? - Le propone, antes de comenzar a dedicarle una inspiradora y valerosa melodía, capaz de inspirar fuerzas y confianza en el joven que ahora mismo atravesaba una gran lucha interna.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Toco y sostengo Infundir Grandeza sobre el chico tanto como el viaje me lo permita. Le daría [3D10+CON] PG extras y un +2 a Fortaleza (Gracias a la Oda del Corazón), si es que ello le ayudaría aunque sea un poco a resistir el veneno hasta que lleguemos a la ciudad.

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19/05/2021, 01:20
Narrador

El chico se esforzó por esbozar una sonrisa en su pálido rostro tras el comentario de Gael aunque apenas duró unos instantes.

- Me llamo Edrian. – respondió con la voz entrecortada, debatiéndose entre la vigilia y la inconsciencia.

Poco después de salir del bosque, cuando el paso del caballo se volvía más pacífico y rítmico, Edrian sucumbió al cansancio y quedó profundamente dormido. A pesar de que permanecía arrebujado en varias mantas, tiritaba notablemente. Su respiración era irregular aunque parecía agarrarse a la vida con todas las fuerzas que le quedaban.

En poco más de una hora, en la que el camino había sido acompañado por la suave melodía de la flauta y la percusión de los cascos del caballo contra el camino, las lejanas luces de la ciudad aparecieron frente al bardo. Las almenaras brillaban en lo alto de gruesas y chatas torres de piedra. Entre ellas, podía apreciarse una muralla ancha aunque no demasiado alta. Dos únicas construcciones sobresalían en la silueta de la urbe recortada contra el cielo nocturno. Una de ellas parecía claramente el campanario de un templo, aunque era imposible adivinar a qué dios estaba dedicado. La segunda forma respondía más a alguna clase de torreón de propósito desconocido.

Los pulmones le ardían por el esfuerzo de mantener un ritmo constante en su música a pesar de los repetitivos vaivenes de la montura al galope y las notas comenzaban a emborronarse en su cabeza por tan continuada concentración. Sin embargo, no se había detenido ni un instante y, tal vez por eso, el corazón de su reducida audiencia seguía latiendo.

Cuando apenas un centenar de pies le separaban del portón de la villa, un grito procedente de las almenaras llamó la atención de Gael. Dos hombres enfundados en sendas armaduras de cuero, uno de ellos armado con un arco, llamaron la atención con un gesto de las manos.

- ¡Alto! - dijo la voz con firmeza. - ¡¿Quién va y con qué motivo?!

Notas de juego

Es posible que para el próximo post, te reúnas con el resto del grupo. Si ese es el caso, los post pasarán a ser los lunes y los jueves. En ese caso, te lo notificaré por este mismo hilo y tendrás un post de introducción en la nueva escena.

Principalmente es para que vayas teniendo tiempo de planificar el nuevo "horario".

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19/05/2021, 02:37
Gael Dorwan

Viendo acercarse las puertas y sus guardias delante, quizás algo tarde estando su concentración en otra parte, se apresura en despegar el instrumento de su boca con una de las manos, para tomar las riendas de la montura con la otra y frenarla bruscamente antes de que hubiesen problemas.

- Mi... Heh... - Tuvo que levantar un dedo en señal de un segundo... Ya que tanta emoción no se había percatado de lo agitado y el aire que le faltaba. Tuvo que tomarse unos segundos para recargar sus pulmones y humedecer sus labios. Eso sí que había resultado agotador... Ya veo por qué todos se decantan por los instrumentos de cuerda...

- Mi nombre es Gael. Necesito hablar con Wollham. Enviarle un saludo, para ser más precisos. Se supone debo llegar a tiempo a una cita y odiaría hacer de nuestra querida profetiza una mentirosa. - Se explicó con su elegancia natural, aunque hablando con cierto apresuro, dado que aún seguía algo contagiado por la conmoción de la situación. - El pequeño Edrian necesita atención urgente. Ha sido envenenado y necesita quien lo sane de inmediato. - Añadió un poco más serio, ya que aquello era la prioridad. Si el bardo iba a caer víctima de la burocracia y sus aburridos protocolos, esperaba que al menos el muchacho pudiese salvarse de aquello.

Notas de juego

Entendido. No hay problema con el horario.