Partida Rol por web

Cansado la encontró y cuando le dijo de la cita, ahí la recordó. 

—Perdón Campanilla, ez que me tuviero' complicao. Ya toy para ti...—dijo al disculparse, ya con intenciones de estar a su lado—. ¿Ezo zignifica algo ezpezial? Sho ez que... 

Bajó la mirada un tanto tímido, quizás porque la belleza del hadita lo tenía muy tonto y se había olvidado de la misión. Estaba cumpliendo su sueño. ¡Tenía una cita! De todos modos, intentó recomponerse y no emocionarse demasiado con la situación. 

—Me guztaz muzho... Muzho... 

Rojito como tomate, la miró a los ojos con ese destello especial. Sólo esperaba no incomodar a la hadita. 

- Pues no sé... - Se encogió de hombros. - No parece que haya polvo en mis bolsillos. - Se encogió de hombros. - Puede que te hayas equivocado. - Le dijo con cara de tonto. 

Se le habían acabado las ideas, que por otra parte no habían sido muchas. No obstante, había hecho todo lo que estaba en sus manos o más bien en sus bolsillos, osea, nada. 

- Oye... - Le dijo llevándose la mano al mentón pensativo. - ¿Por qué no pasas caminando por el río? ¿Cubre mucho? - Pregunto sin tener ni puñetera idea de la respuesta. - Igual está helado y no te tienes ni que mojar. ¿Probamos? 

—Mr gusta tanto ver las estrellas, sobre todo cuando hay buena compañía.
Pero Papá Noel pidió que le lleve estos frascos. Pero no tengo ganas, estoy taaan cansada. Si hubiera alguien que lo llevara por mí... Le debería un favor.

Había obviado su declaración, eso lo sintió pero no dijo nada y aceptó los frascos. 

—Zho lo llevo. Aunque... ¿Puedo pedirte un favo'? —preguntó un tanto tímido—. Necezito un poco de eze polvo que uza' para vola' así rezcato a un reno. ¿Me ayudaz?

Luciérnaga sentada sobre Rodolfo llevaba un buen rato pensando, aunque la idea que tenía era algo alocada ésta podría funcionar mejor que dar un rodeo gigante, aunque esperaba que Chispita cumpliera su misión y no tener que arriesgarse.

- Rodolfo esperemos un rato a Chispita, si tarda mucho tengo una idea un poco... Peculiar, yo podría hacerte superliviano para que no peses demasiado, en ese estado, quizás podríamos cruzar de un supersalto, y si por casualidad no llegaras al otro lado, quizás siendo tan ligero podrías golpear el agua con tus patas y saltar de nuevo, pero no suelo aligerar el peso de renos, suelo usarlo con objetos pesados...

—Por supuesto, tontín. Claro que puedes quedarte uno de recuerdo.—Dijo Campanilla dándole un besito en la nariz.—Y llévale el resto a Papá Noel. Nunca voy a olvidar que me ayudaste con esto, como a ese otro que me salvó de Goblop.

—Estoy listo, cuando quieras

- ¡Pues venga! - Exclamó Cascabel. - ¡Cuanto antes mejor! - Dijo en tono imperativo. - ¡Hay unos regalos que repartir y no se repartirán solos! 

Lo cierto era que aquel primer día de trabajo había resultado agotador para Cascabel. Trabajar como ayudante del gordo no era como había creído. ¡Que si limpia establos! ¡Que si evita una invasión de blanditos! ¡Que si haz inventario de chocolate! ¡Que si alimenta renos! ¡Que si busca al beodo Papá Noel! ¡Que si busca al lujurioso Rodolfo! Fuera lo que fuera alguien lujurioso...

- ¡Desde luego que no estoy hecho para este trabajo! - Pensó ofuscado. - Yo para lo que realmente valgo es para hacer la siesta...

Estrellita se había entretenido por el camino con lo que de lejos la parecieron unas moras rojas y decidió perderse entre ellas.

Cuando se hubo acercado se dio cuenta de que eran tapaculos a si que salió disparada con su ejército de moscas en dirección al trineo... cuando observó el cable de luz... "llegaría a algún lado e igual daría luz a todo y se iluminaría el hogar" pensó.

Lo siguió y lo siguió haber donde estaba su fin para enchufarlo.

"Quizáaaa... los renos esos no vuelan y el trineo es eléctrico..."

Siguió la pista haber si encontraba algo, eso sí seguida de su inseparable séquito de moscas.

Chispita salía muy lentamente y refunfuñando con los frasquitos de polvo e duende, mientras Estrellita siguió el cable hasta hallar una empresa hidroeléctrica río abajo.

Al ver la hidroeléctrica, Estrellita salió disparada hacia ella.

"Por fin algo de lo que me gusta" pensó mientras iba a toda velocidad.

- espera un momento, confío en que Chispita vendrá pronto, no podemos arriesgarnos a un salto si podemos volar...

—Zho te zalvé de Goblop. Lo haz olvidao. 

No pudo evitar el decir aquello cabizbajo, aunque el hecho de recibir un beso en la nariz lo estaba compensando. ¿No? Algo era algo, y como la situación era urgente, se despidió del Hadita esta vez dándole él un beso en los labios de sorpresa para luego salir corriendo con los frascos así no lo pillaba enojada. 

Tenía que regresar al lago, estaba odiando no poder volar pero más tarde que pronto estaría allí para ayudar a sus compañeros duendes. 

—¡Aquíiiii! ¡Aquí toy! 

En sus manos llevaba dos frascos con polvo de hada, estaba claro que eso funcionaría. 

- ¡Ya era hora! - Exclamó. - ¡Vamos a echar esos polvos rápido! El gordo espera.

Le parecía increíble que lo tuviera que hacer todo él. Ya era hora de que alguno de sus compañeros se pusieran manos a la obra. Si iba a ser siempre así, tendría que pedirle un aumento al jefe. Sin duda, cuando supiera todo lo que había estado haciendo por él, ese condenado gordo no tendría más remedio que acceder a sus exigencias. Era eso o perder a un trabajador como él y sumarlo a la plantilla de la competencia, Grinch S.A.

El polvo de duende llevado por Chispita alcanzó para que él, el reno, Cascabel y Luciérnaga pudieran volar de regreso a donde estaba Papá Noel.

Un poco más tarde llegó Estrellita, luego de una visita guiada a la represa, pero justo a tiempo para cuando Papá Noel estaba por despegar y se ponía a repartir regalos a los duendes.

Papá Noel iba sacando objetos de su bolsa y dándoselos a distintos duendes, que una bolsa de canicas para este, que un paquete de cartas para aquella, que un látigo de juguete para Goblop.

—Cascabel, te has portado bien y esos lentes te quedan muy monos. Para ti tengo esta rokola, lleva tu música a todas partes.

—Chispita, el amigo de los renos, tú te mereces esto, cuídalo bien— Papá Noel estaba sacando un cachorro de reno de su bolsa.—Aún no tiene cuernos, pero ya le crecerán.

—Estrellita, la domadora de moscas, para ti tengo un gran frasco de polvo de duende recién cosechado. Así podrás volar junto a tus moscas en lugar de montar en ellas.

—Campanilla y Luciérnaga. Goblop me ha hablado bien de ustedes y eso no es común. El trabajo de Campanilla ordenando la despensa y el de Luciernaga limpiando los establos ha sido excelente. Así que para que aprendan a trabajar en equipo, para Campanilla he traído ¡un recogedor! Así podrás ayudar a tus compañeros.

—Y para Luciérnaga, mira esta máquina. Pones cualquier cosa por este embudo, por ejemplo, brócoli. Presionas este botón y en pocos segundos la máquina lo convierte en...¡Caramelos de manzana! Algo mucho más sano y nutritivo para duendes y niños.

—FELIZ NAVIDAD

Y allá va el gordo, en su trineo, a repartir regalos a medio mundo.

Lleno de emoción habían finalmente cumplido con todas las tareas y cuando Papá Noel—quizás más sobrio que horas atrás—comenzó a repartir regalos, el duende saltó de alegría porque le tocaría a él conocer el suyo. Una vez lo llamó, el pobre enano que nunca pronunciaba una palabra bien, se emocionó al recibir entre sus brazos a un cachorro de reno. Eso era lo más bonito que podía tener y sería un compañero de aventuras. ¡Claro que sí!

—Zho, Santa... Toy emozionao... Gracia'—dijo casi lagrimeando de emoción y al ver a su nuevo amigo, dijo—. Zi zho zoy Chizpitaz, tú zerás Rayito. 

Luego tras dejar un beso en el morro de su reno, miró a sus compañeros con alegría. 

—Hizimo un gran trabajo, grazia. 

La navidad sería diferente, más aún desde que la unión hizo a la fuerza y las risas era el polvo mágico de esos duendes. 

¿Brócoli? Eso sonaba fatal, pero si se transformaba en caramelo de manzana era genial, no era chocolate pero no estaba mal. Luciérnaga agradeció con una leve referencia el regalo y se acercó a "Rayito" recibiéndole como nuevo compi. Sus compañeros habían dado varios rodeos que no comprendía pero estaba segura de que todo fue necesario para lograr salvar la Navidad. "Todo está bien si acaba bien".

Solo tenía un dilema, no sabía que tenía que meter en esa máquina... Pero a la vez tenía clara otra - voy a la cocina a hacer chocolate caliente, Goblop, Chispita, Estrellita, Cascabel... ¡Todos! - dijo extendiendo sus gráficos - preparemos mucho chocolate caliente y sigamos bebiendo con Noelito cuando vuelva.