Partida Rol por web

Estrellita seguía con su obsesión de intentar montar en una mosca, y aunque podía saltar alto e igualarlas era incapaz de subirse al lomo de alguna.

Saltó y saltó hasta que en uno de ellos en la mierda acabó.

Cayó de bruces en un montón de caquitas de reno... "porque tendrían que cagar tanto... si comen guirnaldas... a caso no podrían ser caquitas de guirnalda roja¿? uuuuu guirnalda roja..." pensaba mientras levantaba su culo completamente hundido en las profundidades de las caquitas.

- Arrggghhh como mancha esto... y como huele... - menos mal que había caído de culo, y algo podía disimular.

Las moscas esquivaron con facilidad la palada de estiércol que les arrojó Luciérnaga (palada que por cierto cayó en la montaña que estaban formando fuera del establo). Estrellita nuevamente falló por poco su intento de montarlas, pero eso hizo que algunas se disrayeran viéndola caer.

Las moscas que no se habían detenido a burlarse de Estrellita picaron a Cupido y Saltarín

—Juuetero, juguetero... Claro! Eso es. Mi trabajo tenía que ver con juguetes. Cartas y juguetes, ¿eso sería? Mmmh, ¿pero qué es lo que tenía que hacer? ¡Mozo! Otra cerveza, para ayudar a la memoria.

Goblop retrocede asustado.

—Está bien, duende, no te pongas así. Hagamos un trato, pasa y cierra la puerta, tengo una idea para liberar a campanilla y salvar mi honor.

Una vez que están todos metidos en la despensa empieza a desenroscar lentamente la tapa del frasco mientras expone su idea en tono cómplice.

—Miren. La situación es esta. Campanilla ha cometido una falta grave y todos lo saben, si yo la dejo sin castigo luego nadie me hará caso. Pero si armamos una historia juntos. ¿Te gustan los juegos de rol? Lo haremos así. Yo seré el preceptor severo al que todos tienen, Campanilla será la niña traviesa que se ganó un castigo, y tu serás el héroe revoltoso que libera a Campanilla. ¿Qué te parece? Eso le diremos a todos que tú me obligarte a liberarla. Tú quedas como el salavdor, yo mantengo mi fama de ser estricto, y Campanilla puede jugar conmigo nuevamente. Quiero decir con nosotros, eso. ¿Vale?

Sólo falta una vuelta de rosca para liberar a Campanilla y Goblop se queda mirando a Cascabel a la espera de su confirmación.

Estrellita se levantaba y se sacudía un poco... su traje verde estaba empezando a coger otro tono.... más oscuro.

Las moscar revoloteaban de un lado a otro, molestando y distrayendo a todos.

- Vamos renitos agiten sus colas. - decía entusiasmada - Así, así - continuaba diciendo mientras se agachaba dando el culo a los renos, sacando la mano por detrás entre sus piernas y agitando el culo con la mano de un lado a otro intentando imitar el movimiento del rabo. - Ya sé que tienen la colita corta, pero igual se pueden defender de que les molesten.

Estrellita estaba de lo más contenta de su explicación gráfica de cómo tenían que ahuyentar a las moscas, cuando vio la oportunidad, otra mosca se le acercaba a toda velocidad. Iba directa hacia ella. Estrellita sacó cuaderno, lápiz y calculadora científica para ver en qué momento saltar... las cuentas estaban hechas, tenía una millonésima posibilidad de fallar... saltó en el momento exacto... pero demasiado fuerte... tanto que casi llega hasta uno de los cuernos de Bailarín.

La mosca se distrajo lo suficiente como para seguir todo recto y por poco estamparse contra la pata de una silla.

"Convencer al gordo de que él es papá Noel es fácil (dif. 3) pero como está borracho va el dado más bajo de los tres."

Algo acababa de resonar en su cabeza. No acababa de entenderlo. Era como... Como si un narrador omnisciente se hubiera insertado en lo más profundo de su cerebro, fuera lo que fuera un cerebro y fuera lo que fuera un narrador omnisciente. 

- ​​​​​​¿Alguna vez te ha pasado que alguien te habla desde dentro? - Le preguntó al gordo rojo de las gafas de sol. - A mi no me había pasado nunca... Pero ahora... Oigo voces. - Miró al gordo. - ¿Será un tumor? Sea lo que sea eso...

Recuperando la pala y aprovechar la cercanía para limpiar la zona más cercana, sin saber que hacer para que las moscas dejaran en paz a los renos, solo podía espera que al acabar de limpiar todas fueran a su nueva casa... Miró a los renos preocupada y dijo la única idea que se le ocurrió - ¿Chicos sabéis ese dicho que dice "en boca cerrada no entran moscas"? Pues eso, en vez de espantarlos pueden comérselas y añadir proteínas a la dieta. Si en vez de comérselas al menos las asustan, serán menos moscas que piquen... No me puedo creer que se dejen vencer por unas moscas habiendo machacado hace nada a un puñado de conejos de pascua.

Chispita no era demasiado lúcido y Globop lo estaba enredando con tanto palabrerío, pero al menos era una buena negociación para liberar a Campanita y eso era lo único que quería. Así que cedió sus ansias de quemarlo todo con tal de hacer ese trato, le gustaba la hadita y quizás... ¡Algún día podía ser su novia! 

—Libérala y no quemaré nada, te doy mi palabra—dijo en un tono decidido—. Ezo zí, como me engañez. ¡Inzendio to'!

Goblop liberó a campanilla que salió volando por la cerradura de la puerta al grito de "Chispita me salvó". Goblop también parecía contento con el trato.

—Hecho, pero sí quema algo por favor, para hacer todo más creíble. Ve y quema esos sacos vacíos de allí.

Estrellita seguía a los saltos intentando montar a las moscas, no lo lograba, pero al menos las mantenía ocupadas intentando esquivarla.

Luciérnaga continuó abnegadamente con las tareas de limpieza. Apilando palada tras palada. Los renos mejoraron su estrategia, a los latigazos de rabo sumaron dentelladas, no atraparon ninguna mosca, pero era sumamente divertido.

Al ver la gran pila de estiércol que habían formado, las más jóvenes entre las moscas por fin comprendieron lo que luciérnaga intentaba decirles desde el principio. Cogieron un montoncito de caca y volaron a completar los detalles de la casita.

Pero las moscas más viejas, esas no aprenden tan fácil, y siguieron a los picotazos.

—¿Voces dentro de tu mente? ¿Quieres decir como en la peli esa Una Mente Brillante, que el protagonista habla con un amigo borracho que en realidad no existe sino que es un reflejo creado por su subconsciente para dejar salir todos sus deseos reprimidos? Jo, jo, jo. No me vas a decir ahora que yo no existo y que tú quieres ser como el juguetero de las cartas pero no te animas. Jo, jo, jo. ¡Otra cerveza! ¡Y una para mi amigo!

- Ehm... Si, algo así. - Le respondió al barbudo sin haber entendido realmente nada de lo que había dicho. 

Nunca había probado la cerveza, fuera lo que fuera, aunque en esta ocasión si lo sabía. Se la había visto beber al gordo. Tenía un olor horrible y un aspecto a orín bastante inquietante. No obstante, lo probaría. Al fin y al cabo, uno tenía que ser valiente en la vida. 

Cuando le acercaron aquella enorme jarra, pudo comprobar que su olor era nauseabundo. Tanto o más que su sabor. De haberlo sabido antes no lo hubiera probado, no obstante, sin darse cuenta de lo que había hecho, ya se había bebido de un trago todo el contenido de la jarra y ahora tenía muchas ganas de ir a mear. De ir a mear y de...

- ¡Bailar! - Exclamó alegremente. - Foi a foner fúsica en eshe aparatohg...

Cascabel se puso en pie, se acercó a la gramola y buscó en sus bolsillos. No llevaba ninguna moneda. No tenía de eso. Miró al gordo y esté le lanzó una. La agarró así como pudo y la introdujo torpemente en la gramola. Acto seguido empezó a sonar una animada canción. 

Que duro era limpiar los establos menos mal que habían moscas inteligentes con ímpetu y que acababan de iniciar su propio canal de MoscTuBi y querían grabarse en "construye tu propio MoscTtillo" Luciérnaga no era muy dada a móviles y cámaras pero le dio la sensación de que las moscas jóvenes decían algo como... "Bzzzzs bz bzzbbdzzz bzzbz zzz" que Luciérnaga que intentaba comprender el idioma local tradujo como "lo primero que tenéis que hacer es contratar un duende de Navidad", aunque quien sabe, el idioma moscatel solo lo acababan de entender quienes bebían dicho licor y Luciérnaga era más de chocolate caliente.

Seguía paleando para acabar su trabajo y ver si así las moscas viejas se cansaban de volar y acudían a la sección del Cacastillo con Spá, o al asilo caca de turno en el que algunos nietos aparcan a sus abuelos. Porque si seguían picando a los renos... Ya tenía pensada estrategia "Pala poco pesada + su velocidad + su equilibrio para poner vertical y preparada la pala y... 'plof' adiós moscasnmosqueadoras"

—Campanilla. ¡No te vayas! 

Totalmente ajeno, comenzó a seguirla. No iba a quemar nada, solo quería conquistar el corazón de la pequeña hadita y detrás de ella iría. Quizás como un Don Quijote, persiguiendo molinos de viento. 

Antes de que Luciérnaga acabase por estampar a alguna de las moscas Estrellita decidió que ésta era la última oportunidad de cabalgar a una mosca.

Se arremangó los pololos, se colocó el gorro hacia atrás, y pegó el mejor salto que había tenido jamás.

Algo mágico pasó cuando Estrellita había llegado al punto más alto de su salto y no notó que fuese de nuevo hacia abajo... si no que notó que se desplazaba por el aire... ¿Estaba montada en una mosca? ¿Estaba volando?

Miró hacia abajo, y... ¡sí! ¡estaba volando!

- Wiiiiiiiii....!!!!!! wiiiiiiiiii....!!!!!!!! - Vociferó mientras tenía sus primeras experiencias de vuelo pilotado - ¡Mira Luciérnaga! ¡Estoy volandooooo!

Estrellita se quedó perpleja mirando hacia abajo.. pero ella quería hacer más cosas con su mosca de vuelos... quería dar vueltas, hacer loopings etc, pero la mosca parecía que no quería hacer nada de eso, solo intentar morder a los renos.

Al final estrellita le agarró de los pelos que tenía la mosca detrás de la cabeza y tiró un poco de ellos hacia arriba. La mosca subió. Ahora los soltó y la mosca se mantuvo. Probó a empujar la cabeza, y esta empezó a descender. ¿A caso eran esos los controles de la mosca? No lo sabía a si que tiró de la cabeza todo lo que pudo y consiguió hacer un looping completo.

- Waaaauuuuuuuu wooooooooooo!!!! - iba gritando mientras daba vueltas con la mosca por todos los lados... Estrellita comenzó a tener la sensación de que en breves iba a tener detrás una marabunta de moscas persiguiéndola...

Las moscas jóvenes y las viejas se habían enzarzado en una discusión sobre la conveniencia o no de la arquitectura moderna en estiércol. Las pocas moscas que permanecían ajenas a esta discusión cayeron bajo las posaderas de Estrellita que las había convertido en una montura aérea. Así, montada en mosca y escoltada por una pequeña cuadrilla de insectos Estrellita experimentó sus primeros segundos de vuelo.

Mientras tanto Luciérnaga dejó el corral casi comletamente limpio sólo quedaba un montículo de caquitas en un rincón. "Para que las mosquitas completen su casita".

Entonces volvió a intentarlo con su magia, y esta vez no sólo que la pala de volvió más liviana, sino que voló como si la controlara el mismo Yoda, persiguiendo a las moscas viejas para que se fallaran su discurso conservador y retrógrado y permitir a las joviales mosquitas completar su proyecto y, de paso, concluir lo que faltara de limpieza.

—Jo, jo, uff— al son de la tonada melancólica elegida por Cascabel la risa del gordo barbudo se tornó en un suspiro. Sus ojos brillaban. Cuando la acercaron la siguiente jarra de cerveza la rechazó con un gesto de la mano. —Creo que ya estoy viejo para esto.

Campanilla se detuvo en su vuelo al ver que Cascabel corría tras ella. Goblop se había quedado en la alacena protestando. Su plan había fallado y ahora quedaría como un flojo que se acobardaba ante cualquier duende.

—Chispita, mi héroe— campanilla voló hacia el duende y le besó en la mejilla. —Cuando necesites te devolveré el favor, pero ahora necesito ir a acomodarme este cabello que me quedó hecho un desastre. Más tarde podrás encontrar mirando las estrellas. Chau, chau.— y se alejó arojandole otro besito a la distancia.

- ¿Viejo? - Preguntó un interesado Cascabel. - ¿Viejo para qué exactamente? - Especificó la pregunta. - ¿Para bailar canciones tan animadas? 

Parecía que aquella animada canción cobre un tipo llamando Vincent, fuera quien fuera ese tipo, había provocado el efecto contrario al que Cascabel pretendía. En vez de animar al gordo, parecía haberle deprimido.