Partida Rol por web

Donde los Valientes Temen Aventurarse

11. El Silbato es más Fuerte que la Espada.

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01/08/2012, 15:50
Céfiro

¿Es necesario que siempre, siempre, siempre que os encontréis a una criatura, entidad o cosa susceptible de ser malvada tengáis que enzarzaros en un debate moral sobre el bien, el mal y la justicia?—preguntó Céfiro con sorprendente carencia de mordacidad.

Iba a decir algo más pero Kayle le agarró la cabeza con una mano (con la otra se estaba mesando la sien) El pequeño elemental emitió una serie de sonidos que debían ser de protesta porque recordaban a la versión miniaturizada de una nube tronando mientras golpeaba con los bracitos la mano de la maga como quien trata de sacarse una bolsa de papel de la cabeza.

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01/08/2012, 16:28
Kayle

Kayle prefirió no decir nada mientras reprimía las ganas de coger a cada uno de sus dos compañeros por una oreja y tirar hasta que parecieran elfos. Lo que menos le apetecía en aquél momento era enzarzarse en otro debate.

Aunque sentía que sus pensamientos se dividían entre los que nacían de la lógica y los que nacían del corazón tras las palabras del dragón, centró las suyas en preguntar algo en lugar de en dar una opinión.

Sobre eso... ¿puedo preguntarte dos cosas, Mirmulnar?—dijo mientras observaba las los grilletes pellizcándose la barbilla con algo que era una mezcla de curiosidad y el gesto pensativo de alguien que está fraguando una idea (Céfiro aprovechó para coger una gran bocanada de aire y chafarse sobre su hombro con desmayo en cuanto quedó libre)—. ¿Qué tienen exactamente esas cadenas que no te permite romperlas?

Y con "qué" daba por sentado que algo de magia tenía que haber de por medio. ¿O existía algún metal en el mundo, por grueso que fuera, que una criatura tan pavorosa no acabara destrozando tras repetidos intentos? Se le antojaba imposible.

La genasí cruzó los brazos ladeando la cabeza .

¿Y cómo terminaste aquí?

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07/08/2012, 11:53
Tabin

Tabin había quedado fascinada por la belleza moribunda del dragón encadenado. Se esperaba una criatura hermosa pese a su naturaleza maligna, pero los años de cautiverio lo habían deslucido. Pese a la diferencia de especies, era evidente que el dragón sufría. Otra víctima más del culto de Loviatar.

¿A ti también te hicieron lo que a mí? ¿También te torturaron y te arrebataron lo que te mantenía fuerte y cuerdo?

Pese a que fuese un dragón blanco y las historias hablaran horrores sobre ellos y su aliento gélido, Tabin se sintió algo unida a él. Y quiso creer.

-¿Es verdad eso de que intentas luchar contra tu naturaleza malvada? ¿Es eso posible? Y si lo es, ¿por qué no nos das una prueba? Si podemos estar seguros de que no eres maligno y que vas a cumplir con tu palabra, Ánder no debería tener dudas sobre liberarte...

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27/08/2012, 09:04
Ulfe

—¿Vas a creerte la palabra de un dragón? susurró Ulfe, visiblemente excitado.

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27/08/2012, 09:11
Nanthleene

—¡Nos matará a todos! —lloriqueó la elfa dorada—. ¡Hemos llegado tan lejos para nada!

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27/08/2012, 09:12
Mirmulnar

Mirmulnar dedicó un gruñido bajo a la elfa que erizaba el vello de la nuca. Nanthleene se encogió y la sierpe blanca devolvió su atención a Kayle.

—No hay metal forjado en Faerûn que rivalice mi Mul, Kul Do Ven —le dijo el dragón a la genasí de aire, haciendo rechinar las cadenas con un zangoloteo de cabeza. Mirmulnar ladeó la cabeza para mirar a la maga con un único ojo de pupila alargada—. Es algún tipo de sortilegio, aunque no es obra de las sacerdotisas. Ellas sólo encontraron este lugar y construyeron su templo al otro lado del acantilado. Las cadenas que me retienen aquí las forjó un Nahgahdinok, un nigromante que vive al norte de aquí, en una torre negra como sus artes. Fue él quien me atrapó aquí, hace unos años. Buscadle y... aseguraros de romper el hechizo. Sabré recompensaros.

Giró el titánico cuello.

—¿Quieres una prueba de mi benevolencia, Jul? —lo meditó unos momentos—. El Nahgahdinok usaba este sitio como un refugio al que teleportarse en situación de emergencia. Os enseñaré donde guarda su alijo secreto si prometéis ayudarme. ¿Qué Dovah regalaría parte de su tesoro así como así?

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27/08/2012, 21:49
Ánder

-Desde luego que no vamos a creernos la palabra de un dragón blanco, Ulfe.- Dijo, Ánder, con una voz asertiva. O por lo que pasaba por ella después de todo lo que había pasado ese día.

Bueno, yo no voy a creérmela, el resto... no soy capaz de predecir el próximo acto del enano, igual aparece un ejército Drow y comenta de darles de comer a la clériga, porque "igual no son malos" y la clériga es una bruja.

Y cuando le pidan que no avise a los aldeanos de Nesmé porque van a darles una "sorrrprrresa", igual hasta se calla y todo... ¡Después de todo sólo ha pactado con Loviatar y buscado la manera de liberar a un dragón blanco!

-Y no nos va a matar, mi señora Nanthleene; gracias a los dioses está encadenado, la razón del nigromante para atarle no la sé, pero no puede ser nada bueno.

Y si vamos a por un nigromante, probablemente liberaremos un dragón blanco, ¡Pero yo no puedo dejar de ir a por el nigromante si se que existe! Y seguro que tiene al dragón blanco para cualquier perfidia, convertirlo en su montura muerta viviente, extraer su energía vital, poseer su forma, cualquier cosa. ¡Dioses, ayudadme! ¡Mostradme una señal!

Nada.

Habrá que hacerlo de la manera dura. En fin.-Tabin... el dragón es malvado, es su naturaleza, para él somos como galletas en un tarro. Galletas escurridizas en un tarro futuro. Pero galletas parlantes y divertidas. Aún ahora está jugando con nosotros, tentándonos con objetos... cuando no le hace falta. Simplemente con que nos dijera donde ésta el nigromante... yo iría a por él. Y al parecer es la única manera de liberarle. Así que Mirmulnar aquí presente igual tiene un golpe de suerte en breve.

-O igual no. Sigamos. Nadie sensato acepta los dones y regalos de las criaturas malignas.

A no ser que te llames Glimgmar claro.

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29/08/2012, 12:38
Tabin

Tabin no dijo nada a las palabras de la elfa solar y del bárbaro, esperando. El dragón habló y les ofreció... tesoros. La semielfa bajó la cabeza y sonrió con amargura. El paladín intentó convencerla, pero no fue necesario.

-Lo sé -admitió Tabin-. He querido creer en tu arrepentimiento, dragón blanco. De verdad que he querido creer que la gente malvada podía cambiar y luchar contra su naturaleza. Pero lo que nos ofreces es dinero, nada más. No somos gente avariciosa y no vas a poder engañarnos y comprarnos. Me temo que estás equivocado con nosotros... como lo estaba yo contigo. Podrías habernos prometido algún acto de bondad, pero sólo nos has tentado. No funcionará. Estas galletas no son tan estúpidas.

Excepto el enano. Pero no está aquí.

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29/08/2012, 17:10
Céfiro

Genial, ahora por vuestra culpa me ha entrado hambre con tanto hablar de galletas...

- Tiradas (1)
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29/08/2012, 21:49
Kayle

Kayle tamborileó con los dedos sobre su propia cadera ya que tenía un brazo en jarras. La mano del otro no soltaba el silbato ni a la de tres por algún motivo y lo mantenía levantado a la altura del cuello. No le gustaban los derroteros por los que estaba discurriendo la conversación.

De hecho nos ha dicho en dónde está: al norte de aquí, en una torre negra—apuntó mirando al paladín—. Y por si a alguien se le ha olvidado... sigue pudiendo matarnos aunque esté encadenado. No necesita los colmillos o las garras.

No hablaba con desprecio, de hecho ni si quiera estaba enfadada, pero creyó necesario hacer aquél recordatorio ante la sucesión de "reprimendas". Reprimendas a un dragón, le daba escalofríos. Entonces miró a Tabin.

También dudo que el alijo de un nigromante sea precisamente dinero—se encogió de hombros—. No lo necesita.

"Aunque puestas a elucubrar, también es verdad que primero puede "regalárnoslo" y después aplastarnos para recuperarlo".

No interesara lo más mínimo el dichoso alijo. A Kayle no le gustaba la escuela de nigromancia, para su gusto era abyecta y sucia, no era el alijo lo que no la dejaba... pensar con claridad. Era el maldito hecho de que el maldito dragón estuviese atrapado por aquellas malditas cadenas lo que la hacía reacia a pronunciarse. ¡¿Por qué diablos la hacían dudar tanto unas estúpidas cadenas?!

Sacudió la cabeza. Aquello no llevaba a ninguna parte. No se podía acusar a una criatura de cientos de años con la moralidad en la mano y esperar que la susodicha criatura se quedase sin palabras (más que nada, porque si se trataba de palabras podían estar allí hasta la era siguiente) No habían venido para eso, maldita sea.

Volvió a mirar las ataduras de la bestia y le resultaron tan espantosas y crueles como antes. Se mordió el labio inferior, no sabía qué hacer, no lograba saber qué opinar.

... No entiendo por qué te atrapó un nigromante aquí—se oyó preguntar a si misma casi sin cuenta. Por lo que a ella respectaba, le habría venido mejor tener un dracoliche bajo sus absolutas órdenes que un dragón vivo—. ¿Para qué era ese alijo exactamente?

¿Tal vez lo atrapó porque era un dragón maligno que luchaba contra su propia naturaleza?

"¡Aaaah! ¡Por todas las malditas nubes de tormenta!" se enfadó consigo misma en su fuero interno dándose dos palmadas en las mejillas y sacudiendo la cabeza con frustración. ¡Era un Dragón blanco! Y si Ánder no confiaba en él sería porque habría sentido el mal en él, ¿no? "¡Basta de tonterías! ¿Qué cuernos me pasa?"

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30/08/2012, 08:44
Mirmulnar

Mirmulnar lanzó un rugido que retumbó en las paredes de la gruta primero y en vuestros propios huesos después. Al parecer, no tenía muchas ganas de seguir hablando con Kayle después de lo que había oído de Ánder y Tabin.

—¡Basta! Si insistís en presentaros como comida os trataré como a comida. Si creéis que sólo puedo asesinar y devorar eso es lo que haré. Ahora tenéis el control de la situación Juls, pero llegará el día en que se vuelvan las tornas. Jamás olvidaré el día en que os pedí ayuda y me la negasteis. Y jamás olvidaré vuestros nombres: Glimgmar "Tumbabirras" de la casa de Thobak el Grande, heredero de Tharkas II el tuerto, rey en la montaña; el paladín Ánder; Tabin; Ulfe; Nanthleene... —en efecto, la última intervención del paladín había desvelado los nombres que le faltaban al dragón. O casi:— y la Kul Do Ven. Rezadle a vuestros dioses porque no salga de aquí con vida o mi venganza será terrible.

Giró su cabeza de lado.

—Y si no os encuentro a vosotros, será Nesmé la que quede convertida en una tumba de hielo siseó—. Pasad ahora. Disfrutad de vuestra pequeña victoria. No durará eternamente.

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30/08/2012, 14:41
Ánder

Ander se hartó.

-Y si insistiéramos en que trabajaras para la comunidad y no hicieras fechorías seguro que nos harías caso ¿Verdad? Vamos, aquí hay alguien que quiere ver a su hija. Y de paso rescatar a todas las demás muchachas.

-Atentos con el silbato... por si se le ocurre hacer alguna de las suyas.

El paladin tenía intención de guiarlos hasta las celdas de las niñas... y de camino pensaba interponserse entre ellos y el dragón... por si se le ocurrían cosas extrañas al Gran Blanco.

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31/08/2012, 15:51
Kayle

¿Podríais dejar de hablar los prejuicios como blasón aunque fuera por una vez? No termino de verle la gracia a enfurecer a un dragón encadenado—gruñó Kayle que se había molestado por algo que había dicho el paladín, o tal vez simplemente se había molestado porque le habían cortado la conversación. Aunque hablaba sin gritar—. Y lo que tú puedas pensar no tiene porqué ser necesariamente la verdad absoluta, Ánder. ¡No eres adivino!

Lo cierto es que empezaba a estar harta de tanta moralidad superior. Y para colmo se había quedado sin lo que quería saber. Le interesaba saber más sobre aquello que había insinuado Milmurnar sobre lo luchar contra la propia naturaleza. Simplemente le picaba la curiosidad. ¿Por qué insinuaba algo así? Quería conocer la historia entera de cómo había llegado a aquello la situación y de dónde había salido la idea. Después de todo, una no tenía la ocasión de hablar con un dragón todos los días... Pero ya no podía, y eso le resultaba frustrante.

Por no mencionar que tras aquél juramento cualquiera iba a investigar el asunto del nigromante para arriesgarse a que se rompiera el hechizo. ¿Ahora qué? ¿Un peligro latente más?

Prejuicios, prejuicios y más prejuicios. Es lo único que llevo oyendo desde que comenzamos el viaje—resopló—. Tú también llevas una espada y no por ello hay que pensar que vas degollando a todo aquel con quien te cruzas.

Por algún motivo, Céfiro entornó un ojito luminoso y se la quedó mirando en la parte de "degollando a todo aquel con quien te cruzas" pero por una vez el pequeño elemental no dijo nada.

Kayle miró alternativamente al dragón y a la entrada a las cárceles, como si le costase acatar que aquello tuviese que terminar con alguien... encadenado. Al final terminó sacudiendo un brazo hacia atrás como quien deshecha algo invisible.

Para variar la próxima vez podríamos intentar hablar sin que se nos fuese toda la fuerza por la bocarefunfuñó echando a andar. Igual hasta dejábamos de meternos en líos.

Ahora no podía evitar quedarse preocupada por Nesmé.

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03/09/2012, 09:02
Narrador

El dragón siguió vuestro camino por cueva con la mirada chispeante, pero comprobasteis con alivio que el silbato lo disuadió de intentar atacaros. No obstante, su amenazaba aún flotaba en el aire como un miasma cuando os internasteis en el pasillo congelado que daba acceso a las celdas. El pasillo describía una suave bajada y estaba bien ventilado; tenía hacheros a intervalos regulares que Ulfe fue encendiendo para no caminar a oscuras. La luz os desveló que el pasillo era de roca tallada irregularmente, y carecía de los sádicos grabados de piedra que presentaba la otra parte del complejo. 

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03/09/2012, 09:14
Nanthleene

Nanthleene abría la marcha, caminando con desesperación cada vez más deprisa. Cuando el pasillo desembocó en una estancia alargada, la elfa entró en tromba. 

—(Élfico) ¡Cariño, cariño! ¿Dónde estás?

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03/09/2012, 09:16
Niña Elfa

—(Élfico) ¿Mamá?

La voz os llegó de un punto indefinido del suelo. Nanthleene se arrodilló junto a una verja oxidada y acercó una antorcha. Allí abajo, en el foso, se arracimaban una docena de niñas en torno a un anciano. El hedor a mugre, sudor y heces humanas era insoportable.

—(Élfico) ¡Mamá!

Las niñas empezaron a chillar, a llorar y a levantar las manos hacia vosotros cuando comprendieron que no erais sus captoras.

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03/09/2012, 09:25
Anciano

Sshh, sshh —chistó el anciano—. Tranquilas, niñas. Se acabó. Estáis a salvo. Tranquilas.

Por increíble que pareciera, las niñas obedecieron y se tranquilizaron. El anciano parecía un cadáver andante: todo huesos, piel y tendones. Tenía una barba desaliñada que le llegaba hasta la cintura. Bizqueó, cegado por la luz de la antorcha.

—Las llaves las cuelgan en un clavo de la pared, allí. Junto a la escalera.

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03/09/2012, 09:28
Nanthleene

Ulfe fue a coger las llaves y la escalera, pero la elfa dorada no se alejó de la verja. Las mejillas le brillaban bajo la luz de la antorcha.

—(Élfico) Cariño, ¿estás bien? ¿te han hecho daño?

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03/09/2012, 09:30
Niña Elfa

—(Élfico) Sí, mamá. Estoy bien gracias a este señor.

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03/09/2012, 10:36
Tabin

Tan pronto Tabin descubrió a las niñas, una sensación de alivio la recorrió como un bálsamo. Todo lo que habían hecho tenía sentido. Las niñas seguían vivas y a salvo e iban a poder devolverlas a sus hogares. Loviatar no había triunfado. Y los esclavistas tampoco.

Sonrió mientras Ulfe abría la puerta y ayudó a salir a las niñas una a una hasta que salió el anciano. Le ofreció el hombro para que se apoyase en ella al darse cuenta de lo débil que estaba. Y esquelético.

-¿Tenéis hambre? -preguntó rebuscando en su petate-. Tengo comida. No es mucho, pero seguro que es mejor que lo que habéis comido hasta ahora. Por cierto... ¿quién es usted, señor?