Partida Rol por web

Las palabras de Kayle hicieron que el corazón de Tabin se acelerara. Roja, más de lo que se habría atrevido a admitir, la semielfa jugueteó con los pomos de las espadas mientras intentaba deshacer el nudo que tenía por lengua.

-Una ladrona... Claro, puede ser Morgan -asintió sin ganas delante de Hakkon, pues lo que menos deseaba era poner a Morgan y sus... habilidades en el foco de atención-. Pero no creo que tenga nada personal contra Beellana. Es decir... no que yo sepa. Y esto nos ha ayudado, ¿o no? A nosotros, a Fasber, a la guardia... Tampoco está mal que haya levantado la liebre. Si no fuese por ella, todavía estaríamos discutiendo con Beellana como besugos.

Conociendo a Morgan, probablemente hubiese hecho aquello por interés propio más que por altruismo, pero no por lo que uno pensaría. Tabin no sabía de sus cuitas con Beellana, pero se imaginaba a la ladina elfa poniéndoles el camino fácil para que pudiesen continuar lo más rápido posible para acabar con la amenaza que le interesaba a ella: los esclavistas. Ahora que caía en ello no le costaba nada imaginarse a Morgan dándole unas palmaditas en la cabeza con el aire arrogante del que sabe más que otro.

A Ardreth no le preocupaba quién o que hubiera puesto a Fasber ahí; la gnoma estaba a salvo y eso era lo importante. El semifata, al verla viva y despetrificada se había acercado a ella para abrazarla. Sin embargo, sorprendido por su repentina desinhibición había optado por agacharse junto a ella, sonreirle y dedicarle unas palabras se alivio.

Ardreth se volvió a Glimgmar y le miró ladeando la cabeza. Entendía su postura, pero él no podía olvidar lo que aquella bruja había hecho. Ellos no habían tenido que ver a Fasber convertida en piedra ni sufrir las quemaduras que él había sufrido. A partir de ahora soñaría con destruirla y tendría pesadillas en las que ella le destruiría a él, se conocía lo suficientemente bien como para saber que no podría quitarse aquel día de sus pensamientos. Si la veía de nuevo podrían pasar dos cosas, que huyera o que intentase matarla.

Y sin embargo el resto parecían tan frescos y despreocupados...

-Sargento, lo siento, pero... ¿puedo salir de aquí? Me estoy agobiando -dijo intentando que sus heridas no rozasen con nada. Lo cual era bastante difícil- Necesito aire...

El semifata estaba deseando salir de ahí, dejar detrás el olor a chamusquina e ir corriendo al regazo de Oren para que le diera una... o unas cuantas pociones curativas. Esperaba que aquella reunión no durase mucho o que al menos alguien tuviera la consideración de ayudarle.

—Pero es que los "actos" no hablan en su favor, Ciclón. Ha robado a un ciudadano respetable y es prófuga de la justicia. Si me la encuentro, será arrestada —le contestó Hakkon a Kayle, suave pero inflexible—. Y tampoco que ni siquiera sus amigos sepan qué se trae entre manos. Espero que no estés volviendo a los viejos tiempos, Tabin. Me gustaba más la "nueva Tabin".

Hizo un gesto en dirección a Ardreth.

—Y por el amor de los dioses, Ebran, cura ya al muchacho.

El tal Ebran llevaba un símbolo de Mystra que lo identificaba como sacerdote sobre el uniforme de la guardia. Chasqueó la lengua y se acercó a Ardreth, para hacer una pequeña oración y canalizarla en sendos hechizos.

Ardreth recupera 18 pg.

A Fasber se le inundaron los ojos con algo que dijo Glimgmar. Con un súbito impulso, la gnoma le echó los brazos por el cuello y le plantó un sonoro beso en los labios. Según lo hubo hecho, se refugió en el pecho del enano unos instantes. Se separó de él a regañadientes, visiblemente colorada, antes de dirigirse a vosotros.

—Os debo la vida. A todos vosotros. Coged lo que queráis de mi tienda como recompensa —dijo la gnoma. Lo meditó unos instantes antes de añadir:—. Dentro de lo razonable, por supuesto.

Podéis elegir objetos mágicos como recompensa por valor de hasta 2.000 po. Para ver si Fasber tiene ese objeto concreto en este momento, debéis tirar 1d20. Si sacáis 6 o más, habéis tenido suerte y Fasber lo tiene disponible. Si no, debéis elegir otro objeto o esperar 7 días para hacer una nueva tirada y ver si lo ha recibido de otra ciudad. Por supuesto, el objeto tiene que tener mi aprobación :P.

Tabin sintió las mejillas tan encendidas que parecía que le hubiese pasado por delante el hechizo ardiente de Beellana una vez más. Se le encogió el estómago y evitó mirar a Hakkon, avergonzada. Querría explicarle que ella se esforzaba por mantenerse fuera de problemas, pero que las circunstancias conspiraban para empujarla hacia ellos.

-Lo sé, Hakkon -dijo en referencia a Morgan-. Quizá con suerte pueda probar pronto su inocencia. Y también la mía. Mi corazón está en Nesmé y me esfuerzo para mantenerla a salvo.

Kayle fue a decirle algo a Hakkon pero en cuanto Fasber mencionó que les iba a regalar algo de su tienda de magia se olvidó de Hakkon, de Morgan, de los actos de Morgan, y de cualquier cosa en general.

—¡¿De verdad?!—la genasí agarró a Fasber como quien coge a una niña pequeña para abrazarla—. ¡Genial, genial, genial!

Tres segundos después se debió percatar de que sólo se la había oído a ella ya que se quedó congelada en aquella postura y miró de reojo a ambos lados.

—Ehr... —carraspeó y soltó a gnoma mientras se alisaba las mangas de la gabardina, recuperando la compostura—. Es decir, "Muchas gracias, Fasber".

Sonrió de oreja a oreja arqueando las cejas con cara de angelito que no ha roto un plato en su vida.

—Entonces —interrumpió Bel, con un carraspeo—. ¿Cuál va a ser nuestro siguiente paso?

Nox: 1 turno perdido (avisando)
Mallister: 1 turno perdido (sin avisar)
Vandar: ¿vas a volver a postear o te saco ya?

Escucho la conversacion mientras aplico el unguento a Satara. La gnoma parece agradecida, lo cual es algo bueno, y su agradecimiento se nos demuestra sobradamente ofreciéndonos artefactos mágicos.

-Gracias.-Digo inclinando levemente la cabeza.-Me alegro de haberte sido útil. Si puedes esperar un día me ofrezco gustoso a dejar el agujero del suelo como nuevo. Lamento haber tenido que hacerlo, pero era la única forma de detener, aunque fuera un segundo, a... nuestra común conocida.

Finalmente, me levanto dejando a la mezcla actuar. 

Kayle se mantuvo unos segundos callada durante los cuales la expresión radiante de la cara se le fue enfriando paulatinamente hasta tornarse seria.

—Supongo... que esos esclavistas son una buena opción, ¿no?—dijo, luego carraspeó y cambió el peso del cuerpo de pierna—. Es decir, antes de todo esto era lo que íbamos a hacer...

-Es una muy biena opción.-Asiento.-Aunque tal vez deberíamos pertrecharnos y reponernos del todo...¿Que os parece?

- Yo también os estoy muy agrradecido. - se adelantó el enano dispuesto - no os pido que entendais el porqué me quedarré aquí, perro estarré aquí si me necesitais.

 Tal vez no sea el mejor herrrrerrro, perro si necesitais una buena pipa o un remache no dudeis en venir a visitarme. - Glimgmar también deseaba ofrecerles algún servicio, tal vez parra compensar que no les acompañarría de ahorra en adelante. - Ardreth. - lo llamó, tranquilo, echandole un vistazo, alegrre de que no le hubiese pasado nada. - yo di mi palabra. - se referría a la brrrrrruja - perro no quierro que por eso tu la persigas buscando la muerte.

 Has de hacerte más fuerte muchacho, perro no parra matar o dar su merrecido a nadie, sino para evitar que esas personas le hagan daño a otrras. - Entonces glimgmar le puso la mano en el hombro a Fasber y se colocó a su lado, más unico a ella que nunca.

 - Cuando recreses de tus cometidos con la guardia y a medida que vayas creciendo aquí encontrarrás nuevos secretos de forrja. - le asegurró, glimgmar le dedicarría la vida a Fasber perro también al metal y el fuego - y los compartirré gustoso contigo.

 Tal vez, si tus pasos de llevan a sitios extraños o con acceso a mercancias raras, puedas traerme metales exóticos.

 Piensa en ello y cuenta con que algún día podremos hacer unas espadas dignas de los grandes herrerros de antaño.

 Era prácticamente una promesa.

 - Los demás estais invitados a venir a compartir una cerveza siemprre que querrais, o lo que es más importante, una buena historria.

 Tal vez la brr...Kayle, tu puedas hacer algo parrecido por Fasber. tener primicia sobre mercancias inéditas siemprre es algo bueno parra el negocio.

 Siemprre serrás bien recibida bajo este techo.

 asintió convencido y no necesitó mecerse la barba.

 - Aramil, hazme el favor de cuidar de estos intrrepidos muchachos. Necesitarrán la ayuda de un enano si quierren tener éxito en sus emprresas.

 Y no te preocupes por los desperfectos, has luchado junto a mi y eso te convierte en uno de mis hermanos. - ¡Todo arreglado!

 Parra Tabin hubo una sonrisa y un guiño. Ella debía saber que podía contar con Glimgmar para tene run voto a favor de su amiga lagrona si ella se arrepentía y querría comenzar una nueva vida. Glimgmar no erra rencorroso, perro le gustaba que la gente fuese responsable y pagase por sus errores...ese precio, no obstante, debía ser algo accesible, aunque requirriese ciertos sacrificios.

 Bel erra un caso a parte...le mirré de reojo, con cierta desconfianza.

 - Soluciona el asunto del dragón. Y si crees necesitar ayuda, vuelve por aquí. Confio en que deis con la solución. - no podía ayudarles con piedras magicas que no comprendía. - trata de aprender algo de este singular grrupo, a mi me han enseñado mucho.

 Empezaba a quedarse sin palabras, y aunque podía ser una ofensa parra los demás, se separró de Fasber y se acercó a Kayle. No querría que sus diferrencias acabasen con una mala relación, a Glimgmar le gustaba la currriosidad de la brrruja de las ventiscas de cabello bailarín, y le encantarría oir las historrrias de sus viajes y lo que hubiese aprendido...porque ella erra más libre de lo que jamás serría Glimgmar. Pero la libertad de Glimgmar aunque tenía grilletes, era una libertad coartada voluntariamente. En realidad no podía ser más libre, en ninguna parte, que junto a Fasber....aunque seguramente cambiase de idea en cuanto regresasen al día a día.

 Parra Kayle había un detalle especial. La pipa del mismo Glimgmar, la propia, con toda su historria, una que no le había contado en realidad.

 - esto es tuyo.

 Musitó y cambió rapido de tema.

 - Podeis quedarros con la carreta de forma temporral si necesitais transportar cosas.

 ¡Y con la cerveza! ¡Perro guardadme algo! - Siempre llevaba aquella bebida tan refrescante, no podía permitirse el lujo de no beber, parra él erra como el agua.

 A Hakkon le asintió, esperrando que no le considerrarra un cobarde sino, más bien, un enano que se ha vuelto más sabio en poco tiempo.

-¡Gracias! -exclamó el semifata mientras veía como la piel nueva le crecía bajo la quemada-. Mil gracias, señor Ebran.

Ardreth estaba perdidísimo. Al parecer Fasber les había abierto las puertas del paraíso con esa oferta, pero el no sabía ni por donde empezar a buscar algo que pudiera resultarle útil. Veía cosas brillantes, objetos retorcidos y extraños, pero no tenía ni idea de cual era la utilizad o la función de todas esas cosas.

-No me voy a ir a ningún lado Glimgmar, al menos no creo que esté fuera durante más tiempo de lo que suelo estar cuando vuelvo al bosque. No te preocupes.

El semifata no sonrió, aún estaba molesto por lo ocurrido y por como algunos habían pasado completamente de sus palabras y advertencias.

Tabin no supo muy bien qué decirle a Glimgmar. Sus sentimientos hacia el enano eran muy confusos. Por un lado, apreciaba su honestidad y nobleza, pero le daba miedo que hubiese aceptado los dones de Loviatar a la ligera. Dado que esta era una despedida, decidió devolverle la sonrisa y palmearle el hombro.

-Gracias, Glimgmar. Que Sune te bendiga, a ti y a quienes amas. -Y le dedicó un guiño a Fasber-. Recomponernos estaría bien, Aramil. Y me gustaría hablar contigo en privado, Kayle, si no te importa.

Kayle primero cogió el regalo de Glimgmar bizqueando cómicamente, en honor a la verdad, lo último que se había esperado era que el enano le diera su pipa. No obstante, el gesto consiguió borrar la repentina expresión seria y dibujarle una tenue sonrisita en la cara. Sabía que para él aquella pipa era importante.

—Gracias, Glimgmar—respondió—. Y no te preocupes, te guardaré algo de cerveza, pero sólo si es para gastarla un día frente a una hoguera contando historias o tocando música.

Rio entre dientes por su propia tontería: aquello ya lo habían hecho.

La genasí guardó con cuidado el regalo y volvió a la vista hacia Tabin emitiendo un gesto interrogante cuando la sunita la interpeló.

—No, cuando quieras.

Cuando tuvo la oportunidad de hablar con la genasí discretamente, Tabin se pasó la mano por el pelo con un suspiro. No le gustaban las charlas serias.

-Verás, eso que has dicho delante de Hakkon no ha sido muy... hum... Se supone que nuestra colaboración con Morgan es un secreto porque es una fugitiva, ¿entiendes? Si señalas nuestro nexo con ella y su posible ayuda quizá aten cabos y... Ya sé que a vosotros no os gusta demasiado la idea de que sea nuestra compañera, pero confío en ella. Sé, porque me lo dijo, que si robó a ese "importante ciudadano" fue porque creyó que era justo y necesario, no por avaricia. Y gracias a eso ahora tenemos una pista que seguir. Aunque tenga que ser fuera de la ley, es nuestra mejor baza. Y si Hakkon descubre algo sobre ello, Morgan y yo podemos tener problemas. Sin olvidar a la propia Vocal, claro. Es sólo eso. Necesito que seas discreta en ese sentido. Te lo pido como favor personal.

Kayle dejó hablar a Tabin antes de rascarse la cabeza. No le había quedado muy claro si había sido precisamente la propia Morgan quien había querido que se "notara" su huella, no al menos después de lo que había dicho.

—Si lo que te preocupa es que vaya aireando por ahí que Morga nos está ayudando, no es necesario, no pensaba hacerlo. Pero es que no podi... quería mentirle a Hakkon—carraspeó—. E-Es decir, ¿qué iba a decirle entonces?

Dejó de pensar en Hakkon, cambió el peso del cuerpo de pierna, paró de rascarse la cabeza y bajó la mano. Ene se orden.

—De todas maneras, aunque si sale el tema"estamos solos", la Vocal no puso pegas a que nos ayude, ¿no?—recordó—. Si de verdad lo hace y resolvemos todo este asunto entonces se demostrará el verdadero motivo del robo que dices.

Se encogió de hombros y añadió haciendo un esfuerzo por sonreír:

—Y no hace falta pedir favores. Si tú confías en ella, yo confío en ella.

-¿Puedo esperar para coger algo de la tienda, Fasber? Me gustaría pensármelo... Ya sabes que no se mucho de estas cosas.

-Lo sé, eso es lo que estoy esperando que pase. Pero no quiero que Hakkon me mire reprochador y me diga cosas sobre "la antigua Tabin" -dijo la semielfa con apuro-. Es sólo eso.

Kayle no sabía "quién" era exactamente la antigua Tabin así que decidió no preguntar. O al menos no preguntar eso.

—Hablando de... Morgan—carraspeó—. ¿Es de esas personas a la que se las puede encontrar estando de su mismo bando o tienes que esperar a que te encuentre ella? Lo digo por... ya sabes, lo importante que es en el asunto e los esclavistas.