Partida Rol por web

Donde los Valientes Temen Aventurarse

22. Cinco Coronas de Oro.

Cargando editor
12/08/2013, 11:11
Payne, La Señora del Látigo

—Oh, sí. Eres un dechado de virtudes, niñita —dijo Payne, con aquella sonrisa que no presagiaba nada bueno—. Aunque te has olvidado de comentar a nuestra nueva amiga paladinesca que tu "informador" es una maestra ladrona en busca y captura por la justicia de Nesmé. 

Cargando editor
12/08/2013, 11:26
Bel

Bel le dio un codazo a Kayle.

—¿Es siempre así o tiene un mal día?

Cargando editor
12/08/2013, 11:27
Payne, La Señora del Látigo

Si Payne escuchó a Bel, no dio muestras de ello.

—Las niñas que raptaron la llevaron a un templo-fortaleza que tenemos en las colinas del Norte. Por lo tanto, el comprador no está en Aguas Profundas. Yo creo que planeaban llevarlas al Este, bordeando la Marca Argéntea para tomar la ruta del Anaurokh. Tengo entendido que los adultos son esclavos más valiosos. A los niños hay que alimentarlos y no pueden ni saben trabajar. Así que si estaban raptando niñas y sólo niñas es porque tenían un trato cerrado, en alguna parte.

Cargando editor
13/08/2013, 15:54
Damira

Con peores elementos he trabajado antes. Puede que sea justamente por ella, o quizás por ti, o por las dos, que me ha llamado Hakkon.

Una seguidora de Loviatar y una de Sune no iban a estar nunca de acuerdo. Más valía, si tenían que trabajar juntas, que se ignoraran mutuamente. Damira, años atrás, no hubiera dudado en entrometerse en la discusión, y probablemente habría terminando golpeando a Payne, o siendo víctima de la magia concedida por su diosa. Ahora solo le parecía una pérdida ridícula de un valioso tiempo. Si Payne demostraba ser lo que esperaba de una loviatarita, no en palabras sino en actos, recibiría su castigo.

—No es necesario —sentenció Damira cuando la loviatarita hizo referencia a la colaboración con la maestra ladrona—, ya me lo ha contado Hakkon delante de ti. ¿Qué tiene que ver esa ladrona en todo esto?

Damira relajó las manos y echó la espalda hacia atrás otra vez. Una buena noticia, y para qué negarlo, un peso menos con el que cargar. Sin embargo, las palabras de Payne confirmaban sus propios temores. Si no eran esas niñas, serían otras, quizás en la propia Nesmé, o en cualquier otro lugar donde los esclavistas estuvieran haciendo su repugnante trabajo. Mejor sería que las siguieran buscando en la zona, que se quedaran lo bastante cerca como para poder echarles encima las manos y apretarlas entre sí hasta aplkastarlos, lo antes posible.

—No tengo ni idea de cuál es el lugar adecuado para empezar —dijo mirando a cada uno de los presentes de derecha a izquierda—, pero es mejor moverse que quedarse aquí sentado deliberando. Si es necesario, somos suficientes para ir en dos grupos, uno a la casa de apuestas y otro a buscar a ese hombre.

Cargando editor
14/08/2013, 19:32
Kayle

¿Seguro que quieres saberlo?—le suspiró Kayle a Bel, luego carraspeó diplomáticamente y se giró para responderle a a Danira—. Técnicamente, Morgan puede ayudarnos a encontrar las pruebas que necesitamos para demostrar que el mercader Jezzen está detrás de todo este asunto de los esclavistas...

Se le fue yendo la voz conforme caía en una cosa al terminar la frase, no tendría nada que ver aquél mercader con las Cinco Coronas de Oro, ¿verdad? Sería ya el colmo.

Lo cierto es que somos cinco... bueno, Aramil imagino que cuenta por dos—se corrigió, luego se encogió de hombros resignadamente—. No sé si me convence la idea de separarnos pero supongo que lo mejor que podemos hacer por el momento no es quedarnos sentados, sino intentar recabar algo de información de ambas cosas antes de mover ficha.

Cargando editor
14/08/2013, 19:43
Céfiro

¡Eh!—interrumpió el indignado elemental—. ¿El chucho cuenta como uno y yo no?

Cargando editor
14/08/2013, 19:44
Kayle

Kayle esbozó una encantadora sonrisa forzada.

—Tu más bien cuentas como un dolor de cabeza.

Cargando editor
14/08/2013, 19:46
Céfiro

Céfiro se fue a posar sobre la cabeza de la genasí, acodando los pequeños bracitos brumosos y apoyando la cabeza (o lo que debería ser la cabeza) entre las manos.

¡Hieres mis delicados sentimientos!—exclamó teatral y dramáticamente—. ¡Todos ellos!

Kayle hizo girar los ojos en redondo.

Cargando editor
17/08/2013, 04:08
Damira

La joven maga probablemente no tenía hijos todavía, era demasiado joven. O al menos lo parecía, pues Damira no era capaz de estimar su edad real, como le ocurría comúnmente con los no humanos, o no completamente humanos. Fuera como fuese, el comportamiento de pequeño elemental de aire que revoloteaba alrededor de su cabeza le recordaba a un niño, energético, histriónico y hambriento de la atención de sus progenitores. Un niño muy pequeño, que todavía no había empezado el tortuoso camino hacia la adultez y descubierto que todo aquello que hacía tiempo era maravilla inasumible, estaba ahora al alcance de sus manos.

La mirada de Damira se escabulló del pequeño torbellino. No era el mejor momento para pensar en niños, en hijos, aunque suponía que era inevitable. Y si había de hacerlo, que no fuera en niños etéreos, sino en unos muy reales, de carne y hueso. Las niñas que habían sido secuestradas por esa escoria, y liberados por las mujeres y hombres sentados en la mesa con ella. Las que tratarían de secuestrar en el futuro, o que ya habrían raptado en algún otro lugar, o estarían de camino a un comprador que las usaría con quién sabe qué propósito. Sacar de su cabeza los frágiles bracitos inertes que seguían aferrados aún a su espíritu, y ocuparla con aquello que inflamaría de nuevo su ira, recuperar el acero que arrancó de sus entrañas para transformarse en la mujer que era ahora.

Damira se sacudió las dudas y rompió el silencio que se había adueñado del grupo tras el intercambio entre la maga y su familiar.

—¿Esperáis problemas? —preguntó—. Si alguno de ellos es culpable de lo que creéis, no espero que vaya a montar una bronca en la ciudad si no está seguro de que nadie más se va a enterar. De cualquier modo, puedo ponerme la armadura y armarme.

Damira se preguntó si era cierto. La vieja armadura estaba ajustada a su cuerpo antes de los de los últimos embarazos, de los últimos años de vida sedentaria. Siempre quedaba la cota de malla. Probablemente le resultaría más cómoda en cualquier caso, después de tanto tiempo sin practicar.

Cargando editor
19/08/2013, 08:07
Aramil

-¿Chucho?-Pregunto mirando a Céfiro con una mueca de enfado y amenaza fingidas. Acto seguido me vuelvo hacia los demás.

-No creo que separarse sea una buena idea.-Añado en un tono más neutro.-Tampoco esperábamos encontrar problemas en la tienda de mi camarada enano y... bueno, todos sabéis lo que hemos visto, ¿no? Creo que la lección es que vale más prevenir.

Cargando editor
20/08/2013, 01:25
Damira

Damira enarcó una ceja ante la última afirmación del enano.

—No todos —aclaró—. ¿Qué pasó en esa tienda?

Durante los más de quince años que había vivido en Nesmé, los únicos problemas que había encontrado los habían provocado borrachos o aventureros sin escrúpulos. Y ni siquiera estos últimos eran tan corrientes como se podría haber esperado, pues la Frontera Salvaje no parecía atraer al tipo pendenciero. Y sin embargo, sus nuevos compañeros debían haber repartido más que palabras dentro de las murallas de la ciudad.

Cargando editor
20/08/2013, 09:30
Aramil

-Para abreviar, la mujer que acababa de adquirirla era una gorgona o algo por el estilo, transformó a Satara en piedra y había hecho lo mismo con Fasber, la legítima propietaria de la tienda. Podríamos haber muerto todos allí. Es más, se me pasó por la cabeza hundir el edificio para atraparla bajo los cascotes.

Mi voz no denota excesiva preocupación, es más un tono de anécdota animada el que acompaña mis palabras.

Cargando editor
20/08/2013, 11:56
Céfiro

—Y al tendero, también petrificó al tendero—comentó Céfiro como quien habla del clima.

Cargando editor
20/08/2013, 12:14
Kayle

«¿Q-Que se le pasó por la cabeza QUÉ?»

La ceja derecha de Kayle sufrió un curioso tick mientras una cómica gota de sudor le resbalaba por la sien.

Miedo le daba la reacción de Fasber si aquello hubiese llegado a pasarle a su tienda: La gnoma habría sido capaz de agarrar a Aramil para arrancarle las barbas a mordiscos. Y en la reacciónde Hakkon ya prefería no pensar. Menos mal que al final todo había salido relativamente bien.

Carraspeó diplomáticamente

Sí, eh... Estaría bien que pudiéramos hacer esto sin tener que despedazar, explotar o demoler nada—esbozó una sonrisa tan encantadora como forzada—. Por aquello de la discrección...

Miró a Damira.

¿Armadura? Si puedo preguntar, ¿a qué te dedicas, Damira?

Cargando editor
20/08/2013, 12:58
Damira

Fuera lo que fuese una gorgona, y Damira no recordaba haber escuchado la palabra, debía ser algo peligroso si era capaz de transformar a las gentes en piedra. Sí sabía que los basiliscos tenían ese poder, y que los lanzadores de conjuros experimentados podían aprender conjuros capaces de conseguir el mismo efecto, pero nunca se había enfrentado a nadie capaz de llevar a cabo tal aterradora proeza. No se atrevía a imaginar el horror de encontrarse atrapada en el interior de una estatua, incapaz siquiera del menor movimiento.

La pregunta de Kayle la sorprendió momentáneamente. Lo que importaba no era qué hacía con su vida, sino cómo podía ayudarles, y ambas cosas carecían de relación entre sí. Aunque entendía que conocer a quien iba a trabajar contigo, quizás luchar contigo y guardar tu espalda, era el primer paso para conseguir la confianza requerida.

—En mi vida normal no me hace falta llevar armadura —respondió a la maga—. Me encargo de la tienda de la sastrería de la familia de mi esposo, y soy madre a tiempo completo, aunque los niños crecen y no necesitan a su mamá como cuando eran unos renacuajos.

Algunos crecen demasiado rápido.

Cargando editor
20/08/2013, 13:46
Kayle

Kayle soltó una risita entre dientes. Le encantaban los niños pero tuvo que refrenar el impulso de preguntar sobre "cuando eran unos renacuajos".

Me refería justo a la vida "no-normal"—dijo—. Confieso que no conocía a muchas tenderas que vayan cambiando el dedal por una armadura y la aguja por una espada según la situación, aunque está bien que haya más personas a parte de los paladines dispuestas a embutirse en una armadura y salir a repartir algunos cuantos capones.

¿Una antigua guerrera o simplemente alguien que se ha cansado de mirar cómo ocurren las cosas sin hacer nada? Tanto daba, a la genasí ambas cosas le parecían bien.

Volvió a carraspear y miró al resto de reojo, el tener que hacer aquella pregunta la ponía nerviosa.

En fin, ¿cuál... de las dos cosas queréis hacer primero?

Cargando editor
21/08/2013, 01:38
Damira

La línea recta de los labios de Damira se curvó levemente, y la severidad de su mirada se suavizó. Quizás era una de esas personas para quienes la sonrisa no era algo natural, sino que requería un esfuerzo. O puede que simplemente considerara una sonrisa como una puerta abierta, y no quisiese mostrar aún más que la cabeza por un resquicio. En cualquier caso, su expresión era más relajada y amable cuando respondió a Kayle.

—No tengo una vida no normal —dijo—. Hace años, fui una de esos aventureros que llegaban aquí en busca de peligro. No soy la luchadora más hábil, y menos ahora, pero no es fácil tumbarme, y mi patrona Santa Rodelia y el buen Ilmáter todavía me conceden la merced de su favor. Esa era mi vida normal entonces. Y por cierto, yo no soy sastre, ese es mi esposo. Yo solo negocio.

»Si no os convence la idea de separarnos —prosiguió, respondiendo a la segunda pregunta de la maga—, haré lo que digáis. Sabéis mejor que yo qué es más urgente. Pero hagámoslo sin demora.

Cargando editor
22/08/2013, 10:38
Payne, La Señora del Látigo

—Vayamos a las Cinco Coronas —propuso Payne—. La otra opción pasa por quedarnos sentados hasta que la amiga de la niñita tenga a bien informarnos.

Cargando editor
22/08/2013, 12:27
Tabin

Tabin se había pasado los últimos minutos cruzada de brazos y mirando a Payne con odio reconcentrado, sobre todo cuando mentó a Morgan. Sintió un nudo en el estómago cuando la escuchó referirse a ella. No estaba muy segura de cómo iba a reaccionar cuando la elfa decidiera aparecer. Payne aprovecharía cualquier ocasión para buscarle las cosquillas y echarle en cara su filosofía de vida. Probablemente Morgan se riera de ella o no le diera mayor importancia, pero dado que Payne conocía a Ulfe podía afinar sus golpes hasta dar donde más dolía. ¿Por qué, por qué dimos nuestro consentimiento a que esta imbécil viniera con nosotros?

-Yo tampoco creo que debamos separarnos. No es que no quisiera perder a ciertas personas de vista, pero teniendo en cuenta cómo acabamos con la aprendiz de medusa... Vayamos a las Cinco Coronas, pues.

Cargando editor
22/08/2013, 13:36
Kayle

Me temía que dijérais eso... —suspiró Kayle en una especie de murmullo ininteligible. Se bebió del tirón lo que le quedaba del refresco y se levantó con una sonrisa algo tirante— ...bueno, v-amos.