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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

19. Lo que Siempre Estuvo Ahí

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10/11/2013, 19:14
Narrador

Lynn se rascó la barbilla unos segundos antes de seguirte. No parecía resultarle especialmente atractiva la idea de quedarse lejos de la fuente de luz.

El sonido se volvía cada vez más indefinible: primero parecía algo repiqueteando contra el suelo, luego el crujir de alguna cosa correosa... luego arañazos. No sabías definir qué demonios era. Al menos hasta que Kando se detuvo y aplanó las orejas contra la cabeza emitiendo un gruñido inquieto.

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10/11/2013, 19:16
Belgar

—Eso suena a malas noticias.

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10/11/2013, 19:27
Narrador

El suave rechinar comenzó a medrar repentinamente de volúmen y a convertirse en una cacofonía de lo que parecían chillidos inconexos, algo surgió de las profundidades de la cueva, algo enorme que ocupaba toda la cavidad pero sin embargo parecía estar compuesto de cientos de pequeñas cosas que terminaron por eclipsar la luz de tu farolillo batiendo el aire furiosamente. Alguna se te enredó en el pelo, otra te arañó la cara y tuviste que protegerte con los brazos.

¡Murciélagos!

Una bandada inmensa de murciélagos había sido escupida por la gruta y os estaba atravesando como una marea negra. Notabas docenas de pequeños cuerpos peludos y veloces chocar contra ti y llenar el aire de aquel estridente sonido. Lynn soltó un grito aunque no te quedó claro si por el susto o porque alguno la había arañado también. El mabari ladraba furiosamente y daba mordiscos al aire pero hasta ese sonido quedaba amortiguado.

Por supuesto no fue lo único extraño que pasó. El suelo había comenzado a... ¿temblar? ¿desde cuando los murciélagos hacen temblar el suelo? Bien, el caso es que no tuviste mucho tiempo para pensar en aquel sinsentido porque simplemente el susodicho suelo decidió desaparecer bajo tus pies, tal cual, literalmente de pronto sentiste que estabas en medio de ninguna parte. Escuchaste a alguien bramar algo, un estruendoso crujir de piedra que te dio escalofríos y sin más dilación caíste hacia la más absoluta negrura, golpeándote descontroladamente contra las paredes y perdiendo la noción de dónde estaba cada punto cardinal.

Lo siguiente fue un costalazo tremendo contra el suelo y... oscuridad. Conforme vino, el caos pasó.

No sabías si es que simplemente estabas aturdida o realmente habías llegado a perder el sentido en algún momento pero te encontrabas en la más absoluta oscuridad. Habías soltado el farolillo en la caída y te escocía todo el cuerpo de la cantidad de arañazos que seguramente te habrías hecho. También te dolía uno de los tobillos como si algo invisible te lo estuviera triturando. O te lo habías torcido, o te lo habías roto.

No veías nada, no tenías ni idea de dónde estaban los demás y todavía escuchabas el ocasional repiqueteo de rosarios de piedras desprenderse tras el derrumbe pero conforme pensabas eso, de pronto... hubo luz. Una tenue luz azulada proveniente del suelo no muy fuerte pero era mejor que nada. Miraste y viste que no era una luz cualquiera: era un símbolo. Un símbolo realmente grande que se extendía a lo largo del suelo de la pequeña caverna en la que habías ido a parar y que por supuesto no tenías ni la más remota idea de dónde había salido.

Irónicamente, aquello te ayudó a localizar el farolillo: había ido a parar a dos metros a tu derecha.

Gabrielle se ha hecho 6 puntos de daño (no letal)

Aparte de lo que quieras hacer, una buena tirada de percepción quizá te de más datos sobre el lugar (es totalmente opcional hacerla, pero para que lo sepas)

- Tiradas (1)
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11/11/2013, 02:07
Gabrielle

Gabrielle se reprimió por lo estúpida que había sido. La próxima vez se ataría el mango de la linterna a la mano. Juró por el Hacedor que no le volvería a pasar algo semajante.

Su primera reacción fue curarse las heridas que se había hecho. Después, se haría una composición de lugar.

Lanzo curar heridas hasta quedarme a tope de vida.

Después, recojo el farolillo y elijo 20 en percepción.

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11/11/2013, 12:54
Sion

Era bastante difícil no pensar lo peor cuando veías las aguas teñirse de rojo, algo parecía estar empeñado en estorbarles lo máximo posible y por lo visto no entendía de épocas.

Se puso a correr con el acero preparado, había demasiado en juego como para asumir cualquier tipo de riesgo.

- Es que no podemos tener ni un maldito día normal. -

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11/11/2013, 19:12
Narrador

En cuanto fuiste a utilizar tu magia para curarte las magulladuras decidiste que era mejor echar una inspección urgente al lugar. Concretamente, porque no lograste lanzar ningún hechizo.

Escrutaste los alrededores: Estabas en una estancia subterránea pero no era una cueva cerrada, más adelante, en la oscuridad, parecía que se vislumbrase un pasillo. Había multitud de estalagmitas aquí y allí, unas tan grandes que podrías esconderte detrás, otras más pequeñas que podían saltarse de un brinco y de una docena de tamaños más. Lo siguiente a analizar fué el símbolo del suelo y el resultado del análisis no te gustó: primero porque no era un símbolo aleatorio, era un glifo, y segundo porque era de Anulación.

Eso sí, era el glifo de Anulación más... grande que habías visto. No era uno que tú dominases pero lo habías visto durante el entrenamiento de muchos magos y no solían ocupar tanto. Había algo extraño, aparte del mero hecho de que había salido de la nada.

Intentaste ponerte de pie primero sobre la pierna que no te dolía, despacio, luego diste unos cautelosos golpecitos con la otra. Descubriste con alivio que era el dolor de un golpe fuerte, no de una torcedura ni de mucho menos una rotura como te habías temido. Podrías andar aunque correr igual tendría que esperar un poco a que se te bajase la hinchazón o a que pudieras, directamente, curarte tú misma.

Por lo pronto, te agachaste a recuperar tu farolillo que se había apagado aunque, por suerte, no parecía haberse roto.

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11/11/2013, 19:32
Lynn

Una piedra pequeña se desprendió del techo y te encogiste instintivamente. Esa misma piedrecita cayó sobre otra, plana, derribada sobre unos cuantos escombros que había a varios metros de ti, la cual tosió.

Dos segundos después te diste cuenta de que no era la piedra la que había tosido, sino que en realidad era Lynn que estaba debajo. Por suerte no parecía ser pesadaa porque la clériga se la quitó de encima con un gruñido y salió a gatas de allí. No parecía haberte visto todavía.

Por la sangre de Andraste—protestó para si misma entre toses mientras se sacudía el polvo de la cabeza y los hombros. Luego tiró de un pedazo de la túnica que se le había quedado pillado entre dos cascotes para poder liberarlo—. Eso no ha estado nada bien...

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12/11/2013, 09:30
Alexei

-¿En serio quieres dias normales?-Pregunto con una sonrisa de oreja a oreja mientras desenvaino mi alfanjón.-¿Y lo aburrido que sería todo?

Dicho esto, aprieto el paso hacia adelante en busca de qué o quién pueda haber hecho aquello.

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12/11/2013, 21:54
Gabrielle

Gabby levantó el faro para iluminar a su amiga.

—¿Estás bien? Yo me he dado un buen topetazo.

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12/11/2013, 21:57
Lynn

Lynn pegó un bote acompañado de un chillido tan agudo que resultó hilarante. A ella más bien debió hacerla sentirse idiota ya que carraspeó con incomodidad.

Hacedor, eres tú, Gabby. Que alivio que estás bien—suspiró—. Aunque como vuelvas a ponerte el farolillo debajo de la cara en plan tétrico mientras surges de la oscuridad, te doy...

Se puso de pie con un gruñido y se tambaleó ligeramente. Al recuperar el equilibrio se dedicó a sacudirse la túnica.

Un poco aporreada... —respondió—. Y me han arañado y mordido por lo menos una docena de esos bichos pero no me he roto nada. No te preocupes.

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12/11/2013, 22:19
Nicolae

Y ya puedes dar gracias, señorita—dijo una voz proveniente de la oscuridad. Viste entonces a Nicolae brotar de ella algo más atrás de Lynn. El erudito se sacudía los brazos—. Lo de intentar agarrarla fue una maniobra que me atrevería a calificar de imprudente. Has terminado cayéndote tú también.

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12/11/2013, 22:23
Lynn

¡Nicolae! Gracias al Hacedor... —Lynn primero se alegró de verlo de una pieza aunque al siguiente segundo reparó en lo que había dicho y aquello pareció avergonzarla un poco—. Eh... bueno, sí. Vale. Pero bien está lo que bien acaba.

Carraspeó y se cruzó de brazos con media sonrisa.

Además, veo que no he sido la única. Si no, por qué se ha caído usted también, ¿eh?

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12/11/2013, 22:26
Nicolae

Lo siguiente ocurrió demasiado deprisa aunque, en una imposibilidad lógica, tuviste la sensación de que transcurría a cámara lenta.

Uno de los brazos del erudito salió disparado como una serpiente en pleno ataque y agarró a Lynn por la cabeza. La clériga soltó un jadeo sorprendido pero no le dií tiempo ni a preguntar. De un violento tirón, Nicolae le estampó la cabeza contra una estalactita cercana provocando un sonido espantoso que te erizó el vello de la nuca. La muchacha gritó y apenas tuvo tiempo de intentar zafarse. Con toda la espeluznante frialdad del mundo, Nicolae la volvió a golpear dos veces seguidas más.

A la tercera directamente la arrojó a un lado haciendo que aterrizase dando vueltas por los suelos.

Cree lo que quieras—escupió con la indiferencia de a quien solo le faltaba añadir "disculpa pero tengo asuntos más importantes que atender". Luego volvió la cara pavorosamente hacia ti, tanto los ojos como la voz se le habían convertido en puro hielo—. Tenía que venir una maga a buscar al erudito, ¿verdad? Tenías que meter las narices en donde no te llamaban.

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12/11/2013, 23:12
Gabrielle

Gabrielle lanzó un chillido de horror, retrocedió, tropezó con una estalagmita y fue a caer de bruces en el suelo. Sabía que el miedo mataba la mente. Te bloqueaba y no te dejaba pensar con claridad. Pero no podía hacer nada por evitarlo. Sólo quería retroceder de aquella cosa. Lo que fuera.

Gateó, en busca de un escondite mientras la pierna le latía de dolor. Había dejado el farolillo atrás. La oscuridad la rodeaba. ¡Piensa! gritaba una vocecilla en su cabeza. Pero ella sólo quería alejarse. Hacerse pequeñita e invisible.

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12/11/2013, 23:45
Nicolae

Sin magia y ahora sin luz, o al menos sólo con la luz que desprendía el suelo que era tan tenue que le daba al rostro embozado de Nicolae un aspecto... más tétrico todavía, la escena se había vuelto a tus ojos algo aterrador.

Sonrió como un lobo cuando te vió retoceder presa del pánico entre las sombras y se detuvo un instante.

—¿Gabrrrrrrieeeeeelle... ?—dijo paladeando la consonante con tono meloso. —. ¿Por qué corres? ¿Dónde te has metido?

No obstante estabas segura de que lo sabía, es más, estabas convencida de que por alguna razón podía verte hasta en la oscuridad. Vislumbrabas debajo de la capucha que uno de sus ojos tenía un extraño brillo irisado que reflejaba la escasa luz, como los gatos por la noche.

¿No oyes algo?

En ese momento se llevó una mano al oído de forma totalmente teatral. Luego dió una palmada lenta

Se parece al sonido de una mocosilla patética que ha mordido más de lo que puede tragar porque no sirve para nada sin su magia—siguió dando palmadas mientras empezaba a avanzar de nuevo. Las hacía de dos en dos, como si fuesen el sonido rítmico de algo, primero despacio... y luego empezaron a ir cada vez más deprisa—. Suena más o menos así.

Llegó un punto en que el ritmo iba al compás del latir de tu desbocado corazón. Y te diste cuenta de que era justo eso lo que estaba imitando.

Aquel sonido te ponía más nerviosa todavía. Llegó un punto en que te tapaste los oídos inconscientemente, deseando que parase. No tenías ni idea cómo habías llegado a aquella situación tan de repente y una parte de tu subconsciente sabía que parte de aquel terror era de origen sobrenatural pero esa vocecilla de alarma quedaba acallada por el rugir de la sangre en tus oídos.

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13/11/2013, 00:02
Gabrielle

Gabrielle ahogó un chillido y gateó en la oscuridad, haciéndose magulladuras en las manos y rodillas contra las afiladas rocas. Retrocedió todo lo que pudo, y se hizo un ovillo. Quizá... si se quedaba quieta, pasaría de largo.

El corazón le seguía latiendo desaforadamente en el pecho. No le extrañaba que Nicolae lo escuchara, lo que le extrañaba era que no la escucharan sus amigos. ¿Por qué no estaban allí? Ella siempre los ayudaba. Era injusto.

Frunció el ceño. Y estúpido pensar así, por otra parte. No ayudaba.

Se aferró a aquello para salir de aquel estado de pánico. ¡Piensa! ¡Piensa, piensa, piensa!

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13/11/2013, 00:11
Nicolae

Todo iba bien, este era el sitio perfecto en el que estar tranquilo. Puedo lidiar con pueblerinos estúpidos, con sabiondos que creen saberlo todo y no saben nada, pero un mago... No, no pienso dejar que un mago meta las narices en mis asuntos—dijo con aquel tono glacial ribeteado ahora de algo parecido al odio—. Estoy demasiado cerca de hacerme con el pueblo entero como para que me lo desbarates ahora.

Conforme hablaba sentías algo raro. Estabas mortalmente asustada, sí, pero aquel susto iba... poco a poco, convirtiéndose en indignación. Aquel tipo te caía mal. Te sorprendiste a ti misma pensando algo tan tonto como eso en una situación potencialmente peligrosa: "Este tipo me cae mal".

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13/11/2013, 00:23
Gabrielle

Gabby se obligó a respirar. El miedo que había sentido retrocedía en cada inspiración, y lo sustituía un sentimiento nuevo. Se sentía indignada.

¿Qué derecho tenía a decidir sobre las vidas de los demás? ¿Había atrapado en aquel sitio a todo el pueblo salvo a Dabona?

Dabona. Su marido.

Apretó las uñas contra las palmas de la mano. Tensó la mandíbula, y se obligó a respirar.

Miró en derredor. ¿Qué tenía a su disposición para enfretarse a él? Sin su magia, sólo le quedaba su...

«¡Astucia!»

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13/11/2013, 00:30
Nicolae

Quizá deberíamos hacer que se...

En vez de terminar la frase, Nicolae torció el gesto con algo de extrañeza. El ritmo de las palmadas que estaba dando empezó a menguar... cada vez más y más, hasta que cuando alcanzó la frecuencia de un latido normal y corriente, él mismo dejó de hacerlo.

...parase.

Gruñó y se quedó inmóvil, mirando furtivamente a ambos lados. Aunque tras varios segundos así giró bruscamente en redondo como si pretendiese pillar algo por sorpresa. A ti mas bien te dió la impresión de que le enfureciese que a tu corazón le hubiese dado por cachondearse de él "ralentizándose él solito para ahorrarle la molestia" pero no encontró nada. En aquella sala sólo estabais (en pie) él tú.

—¿Sabes que estás jugando con fuego, niña?—masculló con desdén. Volviéndose de nuevo hacia ti como un depredador dispuesto a averiguar qué era lo que habías hecho.

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13/11/2013, 00:41
Narrador

Y entonces le explotó la cabeza.

Bueno, no literalmente... pero fué como si alguien hubiese lanzado un petardo que estalló en las narices de Nicolae haciéndolo soltar un grito entre rabioso y dolorido mientras se manoteaba la barba con una mano, tratando de despejar el humo.