Partida Rol por web

-Teóricamente es una cueva y más o menos está por la zona... Mal se tiene que dar, ¿no?-Pregunto sonriendo.-¿Puedes coger una de las antorchas? Una pena que una hechicera de esas no nos diese algo de luz...

Unos pocos chasquidos de la yesca y el pedernal acabaron por encender la cabeza de la antorcha. Ahora tocaba darse prisa y moverse con la mayor celeridad posible. Recordaba tener otras dos antorchas en la mochila por si le ocurría cualquier cosa a la actual.

- Si, iré primero, esperemos que no haya más sorpresas en el interior. -

Os asomásteis a la amplia entrada de la gruta y os topásteis con un escenario un tanto curioso por decirlo de alguna manera.

Desparramadas por el suelo, había un total de tres criaturas realmente grotescas, cadavéricas y con jirones de carne podrida colgando del macilento cuerpo. Todas muertas.

Una estaba partida en dos trozos de arriba abajo en medio de un charco de repulsiva sangre negra. Otra no parecía tener ninguna herida de arma pero estaba igualmente muerta y la tercera tenía una flecha incrustada en la cuenca de uno de los ojos.

Os pediría una tirada de saber para sacar más info de lo que son esos bichos pero va a ser que no tenéis.

-Decididamente necesitamos esa antorcha.-Digo al examinar la escena.-¿Alguna otra cosa que se te ocurra?

—Tranquila, no hagas esfuerzos ni movimientos bruscos. ¿Te encuentras bien?

—He... estado mejor—masculló Lynn con un ojo más cerrado que otro—. Tengo un dolor de cabeza del tamaño de la catedral de Orlais.

Tanteó con una mano en el aire intentando encontrar algo a lo que agarrarse y poderse incorporar.

—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está todo el mundo?

Era muy incómodo pelear llevando una antorcha, resultaba más peligrosa para ti que para el oponente en varias ocasiones, junto con la necesidad de mantenerla encendida lo único que hacía era limitar los movimientos en la lucha. Tres criaturas como esas habrían sido un problema enorme para superar.

- Seguir avanzando, pero si por cualquier motivo aparece algo como estas alimañas se mata primero y se pregunta después. -

Gabrielle suspiró.

—Nicolae estaba poseído por un Demonio de la Gula, y trató de matarnos. Ese montón de cenizas es lo que queda de él —miró en derredor, iluminando la caverna con el farolillo—. A Belgar no lo he vuelto a ver.

Lynn no parecía andar muy fina en coordinación todavía de modo que lo primero que agarró tanteando el aire fué uno de tus hombros. Al tirar para incorporarse a punto estuvo de quedarte el cuello de la túnica a la altura del codo de modo que tuviste que agarrarla tú para ayudarla a sentarse.

—¿OTRO demonio más?—tragó saliva y se tocó la cabeza con cautela, como si temiese que fuera a darle otro pinchazo—. Recuerdo la bandada de murciélagos, y que estábamos los tres aquí y de pronto... Hacedor... creí que esa última parte parte habían sido alucinaciones mías

Notar que tenía el pelo manchado de sangre le provocó un escalofrío aunque como le habías curado la herida suspiró aliviada y te dió un abrazo suave.

—Gracias, Gabby, no sé que haría sin ti—dijo—. Al parecer tengo un extraño don para ser el foco de todos los palos...

«Y de los zarpazos de los demonios del miedo, y de los conjuros, y de las flechas... » escuchaste comentar a Astucia en tu cabeza con el tono de alguien que enumera algo pensativamente. Mano en la barbilla incluida: «Sobre todo de las flechas»

Al parecer, aunque estaba físicamente presente podía seguir comunicándose de aquel modo.

—Espero que estén bien, esta cueva es un horror.

Lynn miró con gesto preocupado en ambas direcciones.

—Se ve que tenías razón al menos en que había un demonio implicado en esto. Aunque no esperé que fuese de la gula; no se me ocurre qué puede tener que ver—continuó, ajena al comentario del espíritu. Luego añadió con algo de inquietud:—. ¿Lo has... destruido del todo entonces?

-Me parece bien.-Digo asintiendo.-Otra cosa que podemos o puedes hacer es clavarle la antorcha al primer bicho que veas... si cogemos unas ramas secas y algo de resina por esta zona, preparamos antorchas con punta al final y fuego en el centro, y se las clavamos a estos engendros es probable que sus harapos prendan y tengamos blancos luminosos y debilitados. 

Ademas, cuando alguien ha ido delante... habrá limpiado el camino. ¿No?

Modo "supervivencia como habilidad de clase" on XDDD

- Prefiero no suponer nada, hoy acabamos de viajar en el tiempo, esperar normalidad va ser más lujo que pasar meses en la corte de Orlais.

Y respecto a luchar... prefiero no andar jugando con la luz, yo al menos no veo en la oscuridad como hacen los enanos y no se porque sospecho que esas criaturas muertas si pueden.

Sera mejor continuar en silencio, esperemos tener al menos el factor sorpresa hasta llegar al fondo de este lugar, o al menos hasta algo normal que nos de una pista de dónde esta el maldito mago. -

-Bueno, en teoria algunos vinieron a investigar por delante de nosotros. Si los encontramos y están bien... pueden sernos de ayuda.-Digo tratando de aligerar la situacion un poco.

Gabby decidió no contestar a la gracieta de Astucia.

—No, sólo he destruido la posesión —dijo Gabby—, y con ello lo que quedaba del pobre Nicolae. Espero que ahora pueda descansar en paz. 

Giró la linterna.

—Debemos continuar. Para encontrar a nuestros amigos y destruir a ese demonio. Haga lo haga aquí, no es nada bueno. Este lugar no está bien.

Lynn suspiró con desmayo como quien piesa "era demasiado fácil para ser verdad".

—No, definitivamente no está nada bien—concordó. Luego se apoyó en ti para levantarse, soltó un gruñido y se masajeó la sien—. Tan solo dame un minuto que deje de ver tres Gabbys y la habitación pare de dar vueltas sobre si misma...

Te encargaste (ahora sí) de tu pie y empezásteis a andar las dos por aquel angosto pasadizo. Escuchábais el sisear irritado de los murciélagos molestos por la luz del farolillo cuando el techo bajaba demasiado, y aquello os ponía los pelos de punta temiendo otra inminente bandada de ratas voladoras. En contrapunto, también había veces en las que el susodicho subía tanto que se perdía en la oscuridad.

En determinado momento, miraste para la pared de vuestra izquierda por pura casualidad y caíste en la cuenta de un fenómeno rarísimo: Lynn y tú ibais caminando como caminan las personas normales. Sin embargo, vuestras sombras iban de... puntillas.

Gabby se asustó durante una fracción de segundos. Después enarcó una ceja.

«Astucia...» le reprendió, como a un niño pequeño.

«¿Qué?» respondió Astucia con el tono inocente del niño pequeño que no ha roto un plato en su vida «A mí no me eches la culpa, ¿no se supone que deberías estar haciendo lo mismo que tu sombra? Um... espera, ¿o era del revés?»

La sombra de Lynn se volvió hacia la tuya y le hizo un gesto de "shh" con el dedo. Tu sombra se rasco la cabeza, se encogió de hombros y ambas siguieron andando ya de forma normal.

«Como sea. Puedes estar satisfecha: Apuesto que a nadie antes se le había ocurrido algo tan astuto como usar un espíritu de linterna» comentó. Luego hizo una pausa anecdótica «Oh, sí. Perdón. A mí»

Soltó una risita.

«Si Lynn se da cuenta de que hay algo raro se lo vas a explicar tú» dijo, en un tono enfurruñado desmentido por la sonrisa que le formaba en los labios «Debemos estar alerta. El Demonio de la Gula debe estar cerca. ¿Por qué me dio la sensación de que te conocía? Pasó lo mismo con Schaudaron.»