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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

19. Lo que Siempre Estuvo Ahí

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09/10/2013, 12:55
Gabrielle

Gabrielle frunció el ceño, pensativa, sobre lo que habían dicho Lynn y Sion. Pero con la irrupción de aquella rivaína, no podía expresar en voz alta sus pensamientos. Parpadeó, y se quedó mirando fijamente a la joven.

—Estoy bien, gracias por preguntar —gruñó, viendo que ni siquiera se había interesado por ella.

Las cosas eran cosas. Por mucho que fueran de uno, las personas eran más importantes, o eso creía Gabby. Pero desde que había salido del Círculo no hacía más que encontrar gente que imponía demasiadas cosas a las personas.

Aceptó la mano de Lynn y se incorporó. Se frotó el hombro y lo movió en círculos con un gesto de dolor en el rostro. Se había pegado un buen topetazo al caer al suelo.

—Lo siento mucho, ha sido un desafortunado incidente. Él ha escuchado a mi amiga gritar y pensaba que la ocurría algo malo. Nos haremos cargo de los desperfectos.

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09/10/2013, 15:48
Rivaína

¡Ni se te ocurra largarte como si la cosa no fuera contigo o te echo de aquí a puntapiés!—interrumpió la mujer tirando de uno de los brazos de Sion, al parecer molesta porque la dejasen con la palabra en la boca—. Ya lo creo que la pagarás, y no va a ser más tarde.

Como Gabrielle pareció dispuesta al menos a responderle a la pregunta, lo soltó y centró su atención en ella.

No veo que a tu amigo parezca interesarle gran cosa cómo estás—gruñó—. ¿Debería preocuparme yo que os hagáis daño mientras nos tiráis abajo la posada?

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09/10/2013, 15:55
Lynn

Por favor, ¿podríais... —masculló Lynn con un suspiro tembloroso— ¿d... dejar de discutir?

Por norma general jamás se metía en vuestros asuntos pero los gritos nunca son de ayuda cuando alguien está tratando de calmarse.

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09/10/2013, 15:59
Rivaína

La rivaína miró a Lynn con el ceño fruncido pero bastante real debió parecerle el sofocón que la clériga tenía encima que, unido a la actitud abierta de Gabrielle, sirvieron para aplacar su mal humor. Tras unos instantes, cogió mucho aire y lo soltó para dirigirse a la maga bisoña.

Bien, vale. Vale... acepto tú disculpa—dijo masajeándose las sienes—. Yo tampoco suelo dar estas voces, lo siento, estoy algo tensa hoy. Vamos a olvidarlo. Pagáis la puerta y aquí no ha pasado nada, ¿de acuerdo?

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09/10/2013, 16:09
Belgar

¡Eh, eh! ¿Qué pasa? ¿Qué es todo este jaleo?—escuchásteis una voz aproximarse por el otro lado del pasillo y unos pasos cortos pero robustos—. ¡Como hayáis armado una bronca sin mí, os enteráis!

Belgar apareció sin la armadura puesta aunque vestido. El cómo lo había hecho en cuestión de segundos era todo un misterio. Alguna técnica secreta enana por lo menos. Al ver que simplemente estábais parados allí, os miró a unos y a otros como si se estuviese preguntando "¿Qué? ¿Dónde están los mamporros?".

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09/10/2013, 16:28
Rivaína

Lynn se tapó la cara con las manos como si quisiera que se la tragase la tierra allí mismo. La mujer suspiró y puso los ojos en blanco, como quien definitivamente no tiene la menor intención de repetirse.

—Voy a pedirle un presupuesto al carpintero.

Luego simplemente giró sobre sus talones y echó a andar por donde había venido.

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09/10/2013, 18:09
Sion

Mientras quedase en malentendido era suficiente. Las puertas se pueden reemplazar, las personas no. Aunque algunas se merecían cambios forzosos.

Frotó la cabeza de Kando un rato antes de volver a su habitación.

- Quédate con Lynn, necesitará protecciòn perruna por si acaso.

Mejor esta confusión que lamentar algo peor, intenta descansar aunque sea un par de horas, nadie merece una mala noche. -

Cerró la puerta.

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09/10/2013, 23:05
Gabrielle

Gabrielle dejó que Sion y la rivaína se marcharan antes de lanzar un largo y sonoro suspiro.

—Después de lo que ha sucedido hay aún más razones para explorar la cueva —le dijo a Lynn, antes de hablar a Belgar—. Es un sitio peligroso, y podríamos necesitar tu ayuda si mis peores sospechas se confirman. ¿Podemos contar contigo?

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10/10/2013, 00:03
Belgar

Vaya mierda de broncas en las que os metéis—resopló el enano, cosa que hizo revolotear sus bigotes. No obstante, tras la profunda reflexión en voz alta, pareció centrarse en el tema—. Podéis contar conmigo, sí. Para meteros en cuevas y en demás sitios que prometen ausencia de aburrimiento... Pero es que no sé qué es "lo que ha sucedido". Si me explicáis qué se supone que tenemos que hacer y por qué, os estaré agradecido.

Se sacudió las manos una contra otra como quien está satisfecho con el plan previsto.

—A todo esto, ¿quién era esa?

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10/10/2013, 00:10
Kando

Kando estaba hociqueando una de las manos de Lynn pero la dejó un momento, te mordió una manga, y tiró suavemente hasta que consiguió tu atención. Una vez logrado, la soltó, ladró y terminó por ladear la cabeza en una muda pregunta.

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10/10/2013, 00:37
Gabrielle

—Estuve hablando anoche con Dabona y me contó la historia de esta taberna.

Gabby hizo un sucinto resumen, pero no dijo nada de lo que le había dicho Lynn.

—Todo tiene el mismo hilo conductor: la culpa. Pienso que podría haber un demonio detrás de todo esto, y me gustaría comprobarlo. Además creo que Dabona se quedaría más tranquila si hayamos los restos de su marido. Los rivainos tienen costumbres distintas a las nuestras.

Dio un par de golpecitos a la cabeza de Kando.

¡A ti no te he preguntado porque no tienes elección! —dijo, achuchándole la cara con las dos manos—. ¡El perrito guapo se viene con nosotras y no hay más que hablar!

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10/10/2013, 00:45
Belgar

Tu recompensa fue un lengüetazo que te dejó la cara llena de babas de perro.

Por los paragones, vaya costumbre de meteros con cosas que no se pueden combatir fácilmente con un hacha—resopló el enano—. Pero he dicho que voy y voy. Nosotros también enterramos a nuestros muertos, nadie merece que sus huesos se llenen de moho en una cueva mugrienta.

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10/10/2013, 00:53
Lynn

Lynn no había dicho nada en absoluto pero dedujiste que, precisamente por eso, mantenía su palabra de ir contigo a la cueva pese a que ahora parecía haber más demonios de por medio.

Ha... —dijo de pronto, rompiendo el momentáneo silencio que se había generado en el pasillo. Se quedó callada un segundo y entonces añadió:—. ¿Ha dicho que iba a pedirle un presupuesto al carpintero?

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10/10/2013, 09:45
Gabrielle

—Sí, ¿qué tiene de raro? Lo llamarán de algún pueblo cercano.

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10/10/2013, 13:07
Lynn

—Estamos en medio del bosque de Brecilia—te recordó Lynn. Luego carraspeó incómoda—. Aquí no hay pueblos, Gabby.  Lo más cercano es Denerim y está a un día de viaje.

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10/10/2013, 13:42
Gabrielle

—Si llevan tanto tiempo habitando cerca del bosque de Brecilia es muy probable que tengan contacto con los clanes dalishanos. ¿Qué tiene de raro? —insistió Gabby.

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10/10/2013, 13:44
Lynn

Lynn fue a decir algo sobre los dalishanos pero luego pareció decidir que era absurdo poneros a hablar de algo tan trivial y negó con la cabeza.

—Nada... supongo.

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10/10/2013, 13:46
Belgar

Bien ¿Nos ponemos en marcha?—interrumpió Belgar—. ¿U os vais a traer a vuestro amigo el de las frases lapidarias? No me ha quedado muy claro qué pretende hacer dentro de la habitación él solo cuando ya es de día.

De Alexei no dijo nada seguramente porque, pese al escándalo, era evidente que ni se había coscado de lo que ocurría.

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10/10/2013, 13:50
Gabrielle

—No, mejor no —dijo Gabrielle con un suspiro—. Vámonos. Avisemos a Nolan y Balaena y pongámonos en marcha.

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10/10/2013, 14:59
Narrador

Os dirigísteis a la entrada de la posada. La luz del día entraba luminosa por las ventanas entreabiertas, cosa que, tras la lluviosa noche, se agradecía.

No obstante, al salir de la posada os quedásteis plantados como estatuas.

Delante de vosotros no había un bosque que casi se había comido las cuatro piedras ruinosas que quedaban de lo que un día fueron casas, delante de vosotros había un pueblo entero en medio del bosque. Un pueblo vivo. Un pueblo con gente pululando de acá para allá como en cualquier día normal. Con panaderos llevando su horneada matutina a vender en las casas, con mujeres portando ánforas para llenar de agua en el río, con chiquillos corriendo de un lado a otro mientras jugaban con espadas de madera y hechizos imaginarios a vencer poderosas bestias invisibles.

De Nolan, de Balaena y de la carreta no había ni rastro.