Partida Rol por web

«Magia de Sangre» resumió Gabrielle «Muchos magos y muy poderosos manejando magia sangre.»

Gabby sonrió.

—Claro que podemos comernos esto antes de ir a ver a Wynne.

Astucia pareció quedarse pensando tras tu respuesta.

—Lo tomaré como un "no"—suspiró Lynn algo menos tensa—. Pero haz el favor de no volver a quedarte callada mirando al infinito durante casi cinco minutos que estoy que no gano para sustos últimamente. ¿Seguro que estás bien?

La clériga esbozó una sonrisita tímida cuando mencionaste la comida.

—Eso no voy a discutírtelo...

—Sí, sí, estoy bien, sólo estaba pensando. Tranquila. No pasará nada.

No si ella podía evitarlo.

Os dirigísteis de vuelta a los jardines en los que por supuesto no había ni un alma ya que era casi la hora de almorzar. Os sentásteis donde siempre: en la hierba bajo un árbol y a Lynn esta vez le faltó tiempo para hincarle el diente al pastel de carne.

No obstante, no podías esperar que se olvidase tan fácilmente del tema de tu Angustia. En cuanto hubo tragado sus primeros tres buenos mordiscos, cruzó las piernas, acodó un brazo sobre una rodilla y te miró con la barbilla apoyada en dicha mano.

—Ahora no tienes escapatoria—sonrió—. Cuéntame, ¿cómo fue la Angustia?

Gabby se hizo la interesante durante unos momentos, aunque se moría por contárselo.

—¡Fue genial, Lynn! ¡Maravilloso! Osea, pasé mucho miedo cuando me enfrenté al demonio pero... —inspiró una bocanada de aire, paladeándola—, mereció la pena. ¡Había un espíritu interesado en mi!

Lynn se atragantó con el pastel.

—¡¿Un dem... ?!—empezó a toser y tuvo que darse unos cuantos golpes en el pecho antes de lograr tragar y coger una agónica bocanada de aire, tras lo cual añadió con voz estrangulada:—. ¿Un demonio?

Los ojos de la clériga se habían vuelto enormes por la sorpresa y parpadeó mirándote como si esperase que en cualquier momento te fueras a echar a reír diciéndole que había picado. Pero no ocurrió tal cosa.

—Hacedor... ¿es qué todo va de demonios últimamente?—suspiró mirando al cielo—. Sabía que en la Angustia os envían al Velo ¡Pero no me esperaba que te fueras a enfrentar a un demonio! ¿Cómo lo derrotaste?

La cara de Lynn iba perdiendo en estupor para ir ganando en curiosidad, y cuando llegaste a la parte del espíritu, hasta sonrió.

—¡¿De verdad?!—exclamó aunque en voz baja para que no se la oyese en todo el jardín—. Dime que no me estás tomando el pelo. ¿Un espíritu, Gabby? ¡Eso es alucinante! Es...  ¿Un espíritu de qué? ¿Hablaste con él?

Gabby ayudó a Lynn dándole palmaditas en la espalda.

—Lo derroté usando la astucia —le dijo, y se rió de su propio chiste—. Lo siento, es que el espíritu al que atraí es precisamente uno de Astucia. Y por cierto, piensa que eres mucho más guapa al natural.

Le guiñó un ojo con picardía.

Lynn asintió un par de veces escuchándote con las cejas enarcadas.

—¿Uno de la Astucia? Nunca he oído de esos... —entonces se puso colorada de golpe—¡E-Espera un momento! ¿Que piensa que soy... ? ¿Está ahora aquí o algo así? ¿Nos puede ver?

—Sólo si los dos queremos. Puedo comunicarme con él, y él conmigo. Y puede ver a través de mis ojos si así lo queremos los dos. Pero aún es muy pronto y estamos aún buscando el punto de intimidad en que sea cómodo para los dos. Los espíritus son... esquivos con los mortales.

Lynn seguía ruborizada como una doncella timorata, tenía la cabeza algo encogida entre los hombros y te miraba como si no estuviese segura de si había alguien más mirándola a ella en aquél momento.

—Ah, bueno pero... tienes que darle permiso tú, ¿no?—titubeó finalmente—. Es que si no mira que me voy a sentir rara hablando contigo sin saber quién me escucha...

Gabby esbozó una sonrisa de oreja y aguardó más tiempo del necesario.

—...claaaaro....

—Claro ¿qué?—respondió Lynn dejando el trozo de pastel que le quedaba a un lado y levantando ambos brazos "a la defensiva"—¿No estarás... ? ¡Ay, Gabby!

Escondió la cara entre las mangas sin tener muy claro si le estabas tomando el pelo o no.

Gabrielle estalló en carcajadas, rodeó a su amiga con los brazos y la depositó un besito en el pelo.

—¡Sólo estaba bromeando! Claro que soy yo. No está "mirando", tranquila.

Almorzásteis finalmente sin más incidentes extraños. Lynn era todo preguntas sobre el tema del espíritu pues era un hecho que le despertaba mucha curiosidad.

Una vez hubísteis terminado, os dirigísteis de vuelta a la habitación de Wynne. Tu amiga miró el reloj de agua de la arcada de piedra de los jardines, pensando evidentemente en cuándo os harían llamar y en cuánto tiempo os quedaba en la torre. Tal vez era la última vez en mucho tiempo que íbais a pisar aquel remanso de paz que tanto os gustaba...

Os dirigísteis a los aposentos de tu maestra cuya puerta, como siempre que estaba dentro o no fuera denoche, se encontraba abierta y dispuesta a dejar pasar a cualquiera que necesitase a la Encantadora Superior. La encontrásteis sentada en la mesa garabateando en un pergamino.

Cuando golpeaste suavemente con los nudillos la puerta de madera, la anciana levantó la vista y sonrió.

—Oh, ya has encontrado a nuestra cléiga perdida. ¿Qué os trae por aquí, hijas?—acto seguido esbozó una teatral mueca malvada—. Os advierto que se me han acabado las galletas conjuradas.

—Tenemos un problema —anunció Gabby sin preámbulos—, bueno creo que lo tiene Fritz en realidad. ¿Recuerdas cuando te sentiste débil y yo vi un rielar en el aire? Ha vuelto a pasar, pero esta vez ha sido Lynn la afectada. Astucia y yo pensamos que puede tratarse del aura del demonio que acecha a Fritz. Creemos que tiene algo que ver con la debilidad del Velo en el Círculo pero, no entiendo por qué sólo se manifiesta ese demonio. ¡Ni por qué sólo yo soy capaz de verlo!

Wynne se quedó unos segundos mirándote con expresión neutra, luego simplemente dijo:

—Vaya, no perdéis el tiempo vosotros dos.

Apartó suavemente el pergamino a un lado y os hizo un gesto con la mano para que os sentáseis.

—Me sorprende que se haya vuelto a poner en contacto contigo tan pronto. Sentáos hijas—sonrió y te miró—. ¿Dejarás de fruncir ese ceño si te digo que no tienes nada que temer aunque me alegra que te hayas dado cuenta de algo así?

Gabby rebulló en el asiento, sin dejar ir su ceño fruncido así como así.

—Estoy preocupada por Fritz. Es un buen chico, no quiero que le pase nada malo —tragó saliva—. Pero también estoy preocupada por lo que pueda pasarle al círculo. Creí que era buena idea avisarte después... después de lo de Uldred. ¿Es normal... que vea esas cosas, Wynne?

Astucia había bromeado sobre el hecho de que era una brújula de demonios, ¿sería eso?

Lynn se había sentado cerca de ti pero estiraba el cuello tratando de husmear el pergamino sin disimular para nada su curiosidad. Wynne por su parte pareció darse cuenta ya que rió un poco entre dientes y luego te dedicó su atención.

—Pequeña, me enternece que estés tan preocupada por ese chico y por el Círculo—sonrió—. Pero no temas, no estamos en peligro. De hecho, lo de que el manto que separa el Velo del mundo real aún está debil es algo de lo que nos dimos cuenta desde que terminó el incidente de las abominaciones.

Suspiró y su rostro se tornó algo pesaroso.

—Murió... tanta gente y esos Magos de Sangre invocaron tantos demonios que se resintió y se debilitó. Aunque eso es algo que únicamente sabemos Irving y los Encantadores Superiores. Somos los que tenemos la suficiente experiencia como para haber desarollado una sensibilidad con el mundo de los espíritus que nos permita sentir esos ligeros matices.

Lynn a estas alturas había acercado su silla al pergamino y lo estaba intentando leer directamente, con una expresión jeroglífica en el rostro.

—No se habla de ello ni a los aprendices ni a los nuevos magos porque si lo hiciésemos no podrían ni dormir por las noches. Pero lo primero que hicimos fue cerciorarnos concienzudamente de que no hay peligro de que se produzcan desgarrones. De lo contrario, no se habrían reanudado las clases en la torre.