Partida Rol por web

Al fin el bosque dejó paso a unos campos de cultivo ya entrado el medio día.
Se trataba de una granja solitaria situada en unas pequeñas colinas junto al bosque de Brecilia. Estaba formada por un edificio central, un granero aledaño y varios cobertizos y casetas; todo el recinto estaba rodeado de cultivos, actualmente vacíos salvo por los rastrojos de la reciente cosecha.

El viento os trajo un olor desagradable, como a podrido o descomposición, lo cual no era buena señal. Todas las construcciones miraban hacia el otro lado, por donde pasaba el camino principal, impidiendo con sus paredes que pudiérais ver más allá. Sobrevolando las tierras de cultivo frente al edificio principal había una bandada numerosa de cuervos carroñeros con negras alas que no cesaban de graznar, también se escuchaban los animales de la granja moverse inquietos en uno de los cobertizos.
A simple vista no parecía haber nadie en aquella granja.

Al medio día del segundo día consiguieron llegar hasta Vintiver o hasta donde ellos creían que era el pueblo si es que no se habían perdido de camino
Encontraron una granja solitaria situada en unas pequeñas colinas junto al bosque de Brecilia. Estaba formada por un edificio central, un granero aledaño y varios cobertizos y casetas; todo el recinto estaba rodeado de cultivos, actualmente vacíos salvo por los rastrojos de la reciente cosecha.

El viento os trajo un olor fuerte y desagradable, el olor a hierro de la sangre derramada, familiar para los 2 mercenarios pero no tanto para Vivial. Sobrevolando las tierras de cultivo frente al edificio principal había una bandada numerosa de cuervos carroñeros con negras alas que no cesaban de graznar, también se escuchaban los animales de la granja moverse inquietos en uno de los cobertizos.

Al acercaros os disteis cuenta que donde revoloteaban los cuervos yacían los cadáveres de 6 hombres adultos, por el jardin de la casa y por los campos. Todos ellos portaron armas improvisadas como picas y palas y por su disposición debieron tratar de proteger la casa principal, estaban completamente cubiertos de sangre con grandes heridas abiertas que al sol se estaban pudriendo. 

- ¡Por el Hacedor!- Grito, viendo la masacre. He visto campos de batalla, pero eso es... retorcido.- ¡Es una masacre!

Me adelanto, observando con cuidado la disposición de los cuerpos, y las heridas que sean visibles, para adivinar que clase de arma (espero que sea un arma) ha podido causar la masacre: a partir de ahí, se puede deducir mucho.

Fueron 2 días muyyyyyyyyyy largos, pero finalmente parecía que habían llegado y al parecer en el mejor momento, cuando unos cadaveres se estaban descomponiendo.

-A esto lo llamo yo un buen recibimiento, ¿Que puede alegrar mas un día que este aroma que nos envuelve? Bueno, creo que ha llegado el momento de trabajar, hay que ganarse las cervezas. ¿Dejamos la casa principal para el final? Es la estancia mas grande y creo que deberíamos entrar los 3 juntos, ademas, prefiero no ser emboscado por unos simples ladronzuelos que estén escondidos en algún otro sitio por aquí.

Tras ver como su compañero avanzaba con cautela observando los cuerpos, Daarken se dirigió aparentemente despreocupado hacia uno de los cobertizos mientras silbaba y hacia malabares con sus dagas pasándoselas de una mano a otra mientras observaba atentamente por donde andaba.

-6 personas muertas, quien o que lo haya hecho no creo que siga por aquí, por su bien, pero más vale andar con ojo, no me apetecería dejar un cadaver tan joven y bonito aquí tirado.

Sabía que en cualquier momento podría asaltarle cualquier persona, cosa o animal de compañía, pero gracias a su destreza con las dagas tenia la certeza de poder acertarle en un ojo a un mosquito tan solo arrojandolas.

Salimos del bosque tras un descanso. Jorobar, como me dolía todo. Piensa que podría ser peor, podrías ser la víctima d eun asqueroso templario. No, prefiero seguir viva y libre, gracias.

Al menos mi compañera era de trato fácil. Los dalishianos seguían conservando la nobleza de su especie, no como el resto de elfos fereldeños. Una pena, con mi acompañante particular no sé cuanto tiempo tardaría en que ella o yo tuviésemos recelos la una de la otra. Un horror a podrido inundó mis fosas nasales, mientras vislumbraba una manada de cuervos. Xilyha en mi cabeza tatareaba entusiasmada una cancioncita. Oh, mierda, eso significaba que algo malo iba a ocurrir. Miré a mis alrededores, a ver si algo se avecinaba contra mi ... otra vez.

Estaba ansiosa por llegar al pueblo para poder investigar sobre mi hermana, por fortuna la extraña que había encontrado en el camino no me había retrasado demasiado y ya estabamos llegando al pueblo igualmente pero algo no estaba bien. Creo que ella tambien se dio cuenta pero igualmente hago un gesto con la mano para que se detenga hasta que podamos identificar de que se trata... el olor y esos cuervos no presagian nada bueno.

Ambas visteis una numerosa manada de lobos aberrantes dirigirse hacia la cabaña, os daban la espalda y por fortuna no habían reparado en vosotras. Caminaban lentamente, bien agazapados entre las ramas y matorrales de antiguas cosechas. avanzanban en filas bien organizadas, sin duda estaban acechando algo ¿Pero qué?
Os costaba discernir de cuantas bestias se trataban ya que nunca podíais verlos a todos a la vez, pero con seguridad eran más de 4.

Siguiendo la dirección de la manada, Lanaya pudo ver algo más allá: Un grupo de 3 personas llegaron desde el camino comercial y tras una pequeña pausa se dirigieron hacia la cabaña. A pesar de ver sus figuras a contra luz, el que caminaba en primer lugar destacaba sobre sus 2 compañeros, era un tipo muy alto y bastante fornido y se podía apreciar que llevaba 2 espadas colgadas del cinto. Tras él marchaba otro hombre pero de él solo se podían apreciar vagos reflejos de lo que debía ser el filo de un arma a la altura de su pecho. La tercera figura apenas era perceptible, era sin lugar a dudas más baja que los otros 2 e iba cubierta con una capa oscura que impedía distinguir ningún detalle.

Sin lugar a dudas los lobos iban directos hacia ellos y por como avanzaban no parecía que los hubieran visto.

Aunque el viaje estaba siendo largo disfrutaba con ilusión en su mirada de cada paso con ilusión en su mirada, del paisaje y los animales que la rodeaban como si fuera la primera vez que lo veía, incluso aprovechó para entablar conversación con los dos mercenarios, dejando atrás poco a poco aquellas formalidades que había mostrado en la posada.

En mitad del camino vislumbró una granja, colocándose la palma de la mano sobre los ojos para que no le molestara la luz cegadora del sol y poder observarla mejor.

- ¿Lo habéis visto? - Señaló con la mano libre los edificios por si alguno de los mercenarios no se había percatado todavía cuando la brisa trajo consigo aquel característico olor, paralizándola por completo. El dorso de la mano que anteriormente cubría sus ojos ahora tapaba sus fosas nasales, extrañada, mientras intentaba identificar el origen. ¿Qué es eso?

Fue al acercarse más cuando los vio, los cadáveres esparcidos y los cuervos buscando la comida entre sus restos. No pudo ver tal atrocidad, algo dentro de ella se removió y obligaron a sus pies a correr hacia los cuerpos.

- ¡Puede que alguno todavía esté vivo! – Era algo que necesitaba creer, por lo que corrió mirando por encima a los cuerpos pudriéndose y luego dirigiéndose a la Casa Principal, rezando mentalmente que no hubieran llegado tarde.

Al revisar uno de los cuerpos apreciaste que no tenía heridas de armas, sino que su costado estaba totalmente abierto de lo que parecía un gran zarpazo y en el hombro lo tenía completamente desgarrado hasta la altura del pecho con las marcas de una enorme mandíbula. Por su tamaño bien podría haber sido un oso el autor del crimen, pero no tenía ningún sentido que un animal matara a una familia entera y no se alimentara absolutamente nada, sino que dejara los cadáveres esparcidos por el campo de manera macabra.

No tenía buena pinta, y lo que era peor, aunque el sol de la mañana estaba acelerando el proceso de descomposición las heridas parecían bastante recientes, seguramente de la noche anterior.

La puerta del cobertizo estaba entreabierta aunque no parecía forzada, simplemente alguien la abrió y olvidó volver a cerrarla. A diferencia del resto de la granja el cobertizo no tenía ningún signo de violencia, el atacante quien quiera que fuera debió ignorarlo por completo.
Al asomarte a su interior no viste nada especialmente destacable, tan solo se apreciaba lo propio del cobertizo de una granja: Sacos llenos de cebada de la última cosecha, haces de heno bien atados y acumulados al fondo, lo único que parecía removido eran las herramientas. Faltaban varias, pero ya las visteis junto a los cadáveres y las que quedaban en el interior estaban  tiradas por el suelo.

Te hubiera gustado inspeccionar más, pero te llegó un alarmante sonido. Era un leve jadeo animal o tal ver un gruñido, casi imperceptible, sin embargo mucho más cerca de lo que te gustaría. El sonido venía de los campos de detrás de la casa principal, pero no lograste ver nada al asomarte, los mantos de cebada recién recogida eran una buena cobertura para cualquier cosa que quisiera ocultarse.

En una vista rápida a los cadáveres pudiste comprobar que estaban todos muertos y que sus heridas parecían las propias de una enorme fiera. Mientras Jareth inspeccionaba con más detenimiento uno de los cadáveres te apresuraste a dirigirte a la entrada de la cabaña, tus pocas esperanzas se perdieron al pisar el primero de los escalones de madera. Los tablones de las escaleras de la casa y la tierra del exterior estaban pegajosos por la sangre derramada, la puerta estaba medio destrozada y con una marca de sangre como si se tratara de una enorme pincelada, algo que dejó alguien a sabiendas como aviso o mensaje. Esto no solo había sido una terrible masacre, su autor sin duda pretendía aterrorizar a cualquier que pisara aquel escenario.

Te sentías paralizada, jamás habías visto algo así y lo que te esperaba en el interior de la casa podía ser mucho peor. Te disponías a tratar de entrar cuanto te llegó un alarmante sonido. Era un leve jadeo animal o tal vez un gruñido, casi imperceptible, sin embargo mucho más cerca de lo que te gustaría. El sonido venía de los campos de detrás de la casa principal, pero no lograste ver nada al asomarte, los mantos de cebada recién recogida eran una buena cobertura para cualquier cosa que quisiera ocultarse.

Si no hubiéramos hecho aquella parada a descansar. Si mis pies fueran más veloces o hubiera llegado antes a la posada.

Aunque sabía que la guerra y las bestias moraban en cada esquina no había visto con sus propios ojos la atrocidad de la muerte, menos en aquellas aterradoras circunstancias. Se detuvo en el primer escalón de la cabaña, obligándose a sujetarse a la barandilla para no resbalarse con el charco de sangre que había pisado.

Al hacerlo retrocedió, como si en vez de sangre hubiera pisado una persona, paralizada e hiperventilando, sintiendo que aquellas ropas de viaje que le habían dejado le quedaban pequeñas y le apretaban, impidiéndole respirar durante unos eternos segundos.

Intentó controlar el ataque de pánico que estaba notando, colocando una mano en el bajo vientre mientras contaba mentalmente hasta diez cuando lo escuchó. Creyó que su subconsciente estaría jugando con sus miedos pero algo dentro de ella había despertado, ese instinto de supervivencia que eriza tu columna e inmoviliza tus dedos.- No lo he soñado.

Con cuidado de no hacer más ruido del necesario para alertar aquél ser, se asomó por un lateral sin ver nada más que mantos de cebada.

Se mordió el labio inferior sabiendo que allí había algo más, por ello hizo señas a los mercenarios y, cuando sus miradas se cruzaran, señalaría a la dirección de donde lo había escuchado.

Oh, va a haber pelea, ¿qué te parece mirar? Me apuesto una noche de placer a que el fortachón de las dos espadas sangra como un cerdo. ¿Estás loca? Una vez les maten, por el olor quizás nos encuentren. ¿Entonces que vas a hacer? ¿Ayudar? Hola, soy la bruja de los bosques, confiad en mi. Sabes que no, voy a ver la situación y luego decidiré. Demasiado aburrido. Venga, démosles una oportunidad. Les avisamos y si mueren, bueno,ya les matamos nosotros.

¿Por qué diablos quería Xilyha ayudarles? Eso nunca era nada nuevo. yo preferiría irme, pero mis pies no se movían. - ¿Guapa, que te parece si les avisamos?

- Agh.- Gruño, con repugnancia.- Esto es obra de... No sé de qué, pero os aseguro que no es natural. Vivial, ¿puedes... puedes hacer un agujero en la tierra, para que los enterremos? No está bien que se pudran al sol.

Mientras me contesta, observo a mis alrededores, y comento en voz alta.

- Esto debe ser cosa de alguna criatura mágica o algo. Porque parecen heridas de animales salvajes, pero ¿por qué iba a atacar un animal y no comer?

- Agh.- Gruño, con repugnancia.- Esto es obra de... No sé de qué, pero os aseguro que no es natural. Vivial, ¿puedes... puedes hacer un agujero en la tierra, para que los enterremos? No está bien que se pudran al sol.

Mientras me contesta, observo a mis alrededores, y comento en voz alta.

- Esto debe ser cosa de alguna criatura mágica o algo. Porque parecen heridas de animales salvajes, pero ¿por qué iba a atacar un animal y no comer? Quiero decir...- Entonces me doy cuenta de que Vivial me llama. Me acerco a donde me dice, y miro. Mi mano se dirige al pomo de mi espada, por si acaso.

-¡Jareth, nos toca bailar, saca la espada que tenemos compañía!

La excursión en busca de whisky se le había fastidiado al elfo, pero darle un poco de movimiento a sus dagas también le parecía divertido.

-¡Recuerda que pase lo que pase Vivial debe sobrevivir, para motivarte más haz lo mismo que yo, piensa que es oro andante!

Tras un leve instante de duda, cogió 2 sacos de cebada y los puso uno encima de otro en el centro del cobertizo, mojando su dedo en un poco de barro que había por el suelo le dibujo unos ojos y una sonrisa al saco superior y sin mas demora, se escondió tras la puerta, en las sombras, esperando que aquello que causaba ese ruido entrara en el cobertizo.

A Narelle la voz del que gritó antes de entrar al cobertizo le resultó extrañamente familiar lo que hizo que Xilyha se removiera en su interior. - ¿conoces a ese elfo? - reveló. - Nunca lo he visto... ¿se trata de un antiguo amante? me gusta su aura... mucho mejor que con los idiotas con los que te codeas. - Te empujo a dar unos pasos al frente. - Vamos, ayúdales, quiero verle de cerca

De entre los rastrojos de la cosecha se dejaron ver una manada de lobos aberrantes. Se trataba de unas criaturas de mayor talla que los lobos normales, de rostros deformados y le piel ennegrecida, algunos mechones de pelo oscuro dejaba entrever como pudieron ser en antaño antes de que la corrupción de los engendros tenebrosos les consumiera. A simple vista no parecían manchados de sangre y por como se relamían debían haber acudido al lugar atraídos por el intenso olor al igual que vosotros, solo que con unas intenciones muy diferentes.

2 de ellos a causa de los gritos de Daarken rodearon la casa para ir en su busca al interior del cobertizo, el resto avanzó hacia Jareth y Vivial. Caminaban agazapados, gruñendo y con la cabeza agachada listos para abalanzarse sobre ellos.

Me quedo pensativa un segundo parece un grupo que posiblemente sea capaz de hacerse cargo de la situación solos pero es probable que salgan heridos en el proceso... saco el arco.

Creo que les echaré una mano no creo que se quejen por ello...

Evaluando la situación me parece que el elfo esta en peor situación que los humanos aparte de la "simpatía racial" así que apunto al perro 6 antes de disparar.