Partida Rol por web

Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

Capítulo II

Cargando editor
21/09/2019, 14:01
Director

Cada uno de vosotros reaparece al otro lado del Portal, de regreso a los escalofriantes bosques de vuestra patria.

Os encontráis dispersos en las inmediaciones de lo que a vuestra llegada fue un enorme círculo de piedra y del que ahora no quedan más que ruinas. Los restos de lo que una vez fue Imgorlad la Egregia, la ciudad de los Altos Ogros.

La hambrienta tierra de Silvanesti ha devorado los cadáveres de vuestros enemigos goblins y de ellos no quedan más que algunos despojos aquí y allá como mudos testigos de la matanza que perpetrasteis en este lugar en el desesperado esfuerzo de Thorian por rescatar a Ecthelion. Ahora los dos están tan muertos como los goblins que secuestraron a Zeverúth y a su sargento para llevarlos a la fuerza hasta Tirintaal.

Valiéndoos de las señales de vuestros silbatos atrakha y de los anillos de comunicación de Gwyn y Lithiniel, no tardáis en reagruparos y en descubrir con inquietud que Kenthalas y su lechuza han desaparecido. Por más que lo llamáis, que rastreáis la zona y que Renan se afana en sobrevolar las inmediaciones, no encontráis evidencia alguna de ellos. Tal vez perdidos para siempre en algún lugar entre ambos Planos de existencia.

A quien sí descubrís es a un inquietante elfo al que todos conocéis si no personalmente, sí por el relato de sus andanzas: Tareth el Tuerto. Una figura de cierto renombre entre los kirath tanto por su espantosa figura como por sus gestas. Su reluciente coraza y su descomunal espadón parecen tan fuera de lugar entre los discretos kirath como su rostro de pesadilla.

Su espalda arqueda que le hace parecer más bajo de lo que realmente es, la palidez enfermiza de su carne, el cuerpo surcado de cicatrices y el ojo que le faltan, a menudo invita a quienes le contemplan por vez primera a la mofa o a la conmiseración, pero todos habéis oído relatos sobre los trágicos accidentes que sufren quienes le tratan de modo semejante.

Notas de juego

En rumores de campamento, de uno u otro modo, todos conocéis más o menos la historia de Tareth recogida en su ficha.

Ashe → 4/26
Gwyn → 17/24 (más 1 de daño no letal)
Lithiniel → 4/26 (conjuros gastados: curar heridas moderadas, convocar aliado natural I, orientación divina x4, gracia felina x2, flamear, buenas bayas, curar heridas leves x2)
Zeverúth → 6/27

Cargando editor
21/09/2019, 15:36
Director

Tienes tus órdenes y si hay algo en esta vida que se te de realmente bien es cumplir con lo que tus superiores esperan de ti. Los mismos superiores que desde hace días están reunidos en la ciudad de Rocío Matinal, situada a las afueras de Silvanesti, trazando la estrategia para reconquistar vuestra patria compartida y limpiarla de la Pesadilla que la azota desde hace tres años y contra la que has luchado hasta ahora con denuedo.

Te consta que todos los kirath tenían instrucciones de permanecer acuartelados en sus campamentos hasta el regreso de los oficiales. Y te consta también que algunos exploradores han desobedecido esas órdenes.

Los rumores vuelan acerca de que un puñado de desobedientes héroes elfos decidieron abandonar sus campamentos para viajar hasta la ciudad de Sithelnost. Allí, contra todo pronóstico, hallaron supervivientes de la Pesadilla y consiguieron evacuar a unos cuantos. Los refugiados fueron enviados a Rocío Matinal a contar lo sucedido y aquello ha causado un enorme revuelo. Se pensaba que nadie podía haber sobrevivido estos tres años a la Pesadilla.

Se ha tratado de localizar a los kirath que rescataron a los habitantes de Sithelnost pero hasta la fecha no ha sido posible. Se sabe que después de su periplo en el norte, regresaron al Campamento-Base E´li y después se adentraron en los bosques en una autoimpuesta misión de rescate de algunos kirath secuestrados por goblins. No está claro en qué circunstancias ocurrieron estos hechos pero sí hay una testigo que afirma haberlos visto desaparecer en el interior de un círculo de piedra.

Recibiste órdenes personales de tus superiores de localizar a esos kirath desertores y llevarlos hasta Rocío Matinal para someterlos a juicio. Localizaste el lugar donde fueron vistos por última vez y llevas días merodeando por las inmediaciones tratando de hallar su rastro. Cualquier otro en tu lugar se hubiera dado por vencido hace tiempo, pero tú eres terco como una mula y no pensabas regresar con la noticia de tu fracaso.

Ahora, por fin, tus esfuerzos han dado sus frutos. Los sonidos de los silbatos atrakha que únicamente llevan los kirath para trasmitirse señales secretas te han revelado la posición de aquellos a los que estabas buscando. Según tus informes debería haber al menos siete desertores pero tú únicamente cuentas a cuatro.

Un semielfa rubia que no puede ser otra que la heroica Ashe, la mestiza de la que todos hablan como la auténtica salvadora de los supervivientes de Sithelnost. Es fácil reconocerla porque con su metro y medio largo de estatura aventaja en varios centímetros a todos los demás. Viste una cota de mallas élfica y porta un extraño arco de cristal de aspecto frágil pero letal.

Cinco centímetros más baja que la semihumana, reconoces a la druida Lithiniel; de la Casa de Arboricultura Estética. Una auténtica elfa silvanesti de piel clara, cabello dorado y mirada orgullosa. Porta una armadura de cuero, un inquietante escudo de acero negro que evidentemente no es de manufactura élfica y es la única de los cuatro que no lleva la típica capa de camuflaje de los kirath sino una de color gris con el rostro de un elfo varón bordado con exquisito detalle en ella.

El siguiente en estatura es un fibroso combatiente silvanesti, pero lo que más te llama la atención de él es el majestuoso soris titulado que porta; el arma de un auténtico kirath. Debe ser aquel que aparece en tus informes como Tërevan, un ex veterano de la Protectoría y esposo de la anterior, aunque su descripción no parece coincidir demasiado con la que figuraba en tus notas.

El último de los cuatro es un elfo regordete y tan bajito que es de los pocos a los que puedes mirar cara a cara sin tener que alzar la vista forzando tu arqueada espalda. Según tus informes de inteligencia este debe ser Gwyndrahir, al que se le conoce de forma despectiva como Gwyndaewar, en referencia a los enanos del clan Daewar por su corta estatura. Sin embargo, tus notas hablaban de un indivuduo vulgar y a juzgar por la espada que pende de su cinto, la ballesta de precisión que lleva a la espalda y su armadura de camuflaje a juego con la capa de elathas, bajo tu experta mirada no tiene nada de vulgar; al contrario, parece incluso peligroso.

No se te pasa por alto que todos ellos están malheridos, especialmente las dos mujeres. Sea lo que sea a lo que se hayan enfrentado recientemente está claro que ha estado a punto de costarle la vida a todos ellos. No obstante, está claro para ti también que tendrás que encontrar un modo de que te acompañen voluntariamente hasta Rocío Matinal porque, a pesar de su lamentable estado actual, te superan ampliamente en número e incluso a ti te resultará muy difícil llevártelos por la fuerza. Además, desertores o no, forman parte del grupo que ya empieza a conocerse como los Héroes de Sithelnost; lo menos que merecen es un juicio justo y no una muerte ignominiosa en este lugar.

Cargando editor
22/09/2019, 00:01
Zeverúth

Un extraño sabor se mezclaba en su boca mientras intentaba levantarse a duras penas del suelo. Hurgó con su lengua cada recoveco para expulsar junto con mucha saliva toda la tierra que casi se había tragado. Después de varias arcadas y escupitajos, lo consiguió. Sus músculos estaban agotados, su cuerpo lleno de polvo, y su escasa ropa hecha jirones, pero mantenía a Caladrithal, lo que le hizo suspirar de alivio.

Miró alrededor, y un pitido familiar terminó por hacerle casi llorar de felicidad. Aquel lugar era inconfundible, de allí había partido a la fuerza hacia aquella fortaleza de pesadilla, pero ahora estaba en casa con sus compañeros. Ashe, Lithiniel, Gwyn... todos se habían acabado reuniendo en torno a él después de lograr ubicarse gracias a los silbatos y a los anillos de comunicación, pero no podían evitar hacerse la misma pregunta: ¿dónde estaba Kento?

Los silbatos siguieron sonando mientras una sombra parecía empañar la felicidad de la vuelta. No todos lo habían conseguido. Al cabo de un rato dejaron de buscarlo, el último sonido del silbato atrakha indicaba lo que todos temían: no volverían a ver más al mago.

El monje se arrodilló unos momentos y comenzó a murmurar unas palabras. Tenía mucho que agradecer y que rezar: por sus compañeros caídos, por su vuelta a casa... había ganado y perdido tanto que su balanza estaba totalmente desajustada, pero ese no era el momento ni el lugar para meditar todo lo que necesitaba, por lo que tras unos momentos, volvió a levantarse con trabajo y alzó la mirada con tranquilidad, pero sus ojos no se encontraron con la foresta tranquila que esperaba ver, sino con una espantosa imagen. La figura cadavérica de un tuerto los miraba, con una inmensa espada y una coraza brillante. Por unos momentos, Zeveruth pensó que algún ser de Tirindaal los había acompañado hasta su plano, pero luego recordó las historias que habían escuchado alguna que otra vez en su campamento sobre un elfo tan loco como temerario que había perdido un ojo. Las historias de sus gestas y de como se quedó tuerto variaban, y nadie que las narrase admitía haberlas escuchado en boca del protagonista.

Sin saber muy bien si aquello era una ilusión o no, se acercó al elfo.

Pertenecemos a los grupos de los sargentos Ecthelion y Caladrun, ambos caídos en combate, y necesitamos ayuda, tenemos que llegar al campamento a informar de lo ocurrido...

Cargando editor
22/09/2019, 01:54
Tareth el Tuerto

Oh si... - Respondió aquel extraño elfo mirando de arriba abajo a quién no podía ser otro que... ¿Quién diantre era él?

El viaje de Tareth no había tenido sobresaltos. Había sido un viaje solitario, como a él le gustaba. No por nada, Tareth era conocido en algunos círculos como "el lobo" o "el solitario". Su misión estaba clara, encontrar a los héroes de Sithelnost y traerlos de vuelta a Rocío Matinal de una pieza.

No parece que estéis en muy buenas condiciones... - Advirtió. - Queda un camino largo de regreso a Rocío Matinal. ¿Necesitáis descansar o nos ponemos ya en marcha? - Preguntó intrigado, aunque no dejó mucho tiempo para responder antes de seguir. - ¡Perdón, no me he presentado! Soy Tareth y vengo en misión de búsqueda y salvamento de los héroes de Sithelnost, de vosotros. He oído muchas cosas buenas de vuestras gestas. El alto mando de los kirath os busca. Han pasado cosas en vuestra ausencia. La pesadilla es una amenaza más grande ahora que nunca. - El elfo parecía preocupado mientras contaba todo aquello. - Tienen una nueva misión para vosotros. Llevo días rondando la zona en vuestra búsqueda. ¡El tiempo apremia, héroes!  

 

Cargando editor
23/09/2019, 00:59
Zeverúth

La palabra "héroes" resonaba en la cabeza del monje. ¿Se refería a ellos? ¿o sería un error del elfo tuerto? pero no quería hablar en nombre del grupo sobre si podían seguir o no, por lo que los miró para evaluar su estado y que ellos decidiesen. Mientras, observó impasible a Tareth.

Tus gestas también son conocidas entre nosotros, es un verdadero honor conocerte - dijo con sinceridad, a la par que se presentaba - yo soy Zeverúth, y mis compañeros aquí presentes son Ashe, Gwyndaewar y Lithiniel - fue señalando uno a uno según los iba nombrando - hemos perdido a un compañero muy recientemente.

Las noticias sobre la Pesadilla ensombrecieron aún más la mirada del monje. Si esperaban encontrar mejoría tras su vuelta, estaban totalmente equivocados.

Debemos informar sobre lo que nos ha pasado de manera urgente, no puedo hablar por el grupo sobre si continuar o no, pero yo estoy dispuesto a alejarme al menos de este sitio antes de descansar - el temor al portal iba desapareciendo según contemplaba el estado en el que había quedado todo aquello, pero los recuerdos se agolpaban y el deseo de irse de allí se acrecentaba con el paso de las horas - ¿podéis andar los demás? 

Cargando editor
23/09/2019, 18:15
Lithiniel

Cuando todo parecía perdido, y el caos del portal la única salida, la luz los acogió de nuevo, cayeron en el suelo del que partieron hace una semana aproximadamente, pero parecía que habían sido años...

No obstante, conforme se iban adaptando a estar en su mundo y se fueron encontrando, se percataron de una noticia terrible, el ingenioso mago no estaba con ellos para desamparo de Lithiniel. Kento era el único compañero en el que confiaba, era el único que la entendía y que le transmitía cierta tranquilidad a la hora de encargarse de cualquier tarea y ahora había desaparecido...

Mas antes de que la desesperación pudiera con ella, el famoso Tareth el Tuerto los encontró y les notificó que su presencia era necesaria en el campamento de nuevo, obviamente no pensaban demorarse allí más de lo necesario pero para la druida no era la mejor opción abandonar aquel lugar, por lo que respondió un tanto contrariada para con su compañero Zeveruth diciendo:

-Saludos Tareth, es un honor conocerle -"aunque no un placer para la vista" se dijo para sí- no obstante yo discrepo con mi compañero, necesitamos descansar, hace poco casi pagamos con nuestra vida el hecho de no haber descansado y no tener hechizos que nos pudieran ayudar, y me niego a cometer de nuevo el mismo error -expuso mirando con dureza a Ashe a la cual culpaba de aquella actitud suicida- y también parece olvidar que uno de nuestros compañeros no ha regresado, se trata del mago Kento, huyó con nosotros de Tirinataal, una fortaleza en otro plano sólo accesible por el portal que salimos, pero algo debió salir mal y el portal no lo ha dejado cerca de nosotros; no pienso irme hasta encontrar al menos un indicio de que ha podido pasarle... -concluyó con bastante tozudez y dispuesta a seguir buscando al único amigo que le quedaba a excepción de su fiel Renan, su águila.

Notas de juego

Bueno, primera discusión, empezamos bien XD. Yo quiero seguir buscando a Kento (sé que por motivos de abandono su personaje estará muerto, pero mi druida no lo sabe y no lo va a dejar tirado) y después descansar para recuperar la magia que ya la próxima no lo contamos jeje.

Cargando editor
23/09/2019, 19:12
Tareth el Tuerto

Bien... - Respondió secamente Tareth. - Bien... - Repitió mientras no dejaba de mirar fijamente a la tal Lithiniel. - Descansar es algo que debemos hacer todos. Creo yo. No es bueno salir allí afuera sin fuerzas. Éste bosque es traicionero en algunas zonas. Lo se bien... - Sonrió. - Si, lo sé bien... - Amplió todavía más su sonrisa.

Tareth se agachó mirando en una dirección aleatoria. Se mantuvo unos segundos totalmente quieto. Parecía estar olisqueando el aire, parecía como si hubiera visto algo en la espesura. El silencio de aquel elfo extraño podía poner nervioso a cualquiera, su sola presencia era incómoda. Su presencia... tuerto y calvo, encorvado y demasiado robusto para ser un elfo. No parecía ser un héroe precisamente, pero se había hecho un nombre. Al menos todos los allí presentes decían haber oído hablar de él. 

¿Kento? ¿El mago? - Se rascó el mentón mientras volvía a posar su mirada en la elfa que insistía en seguir su pista. - Buscaremos a Kento, sí. Le buscaremos un tiempo razonable. ¿Bien? - Miró entonces a Zeverúth. - Zeverúth... ¿De dónde has salido tú, Zeverúth?

Cargando editor
23/09/2019, 20:26
Ashe

La exploradora semihumana se acercó al monje y le cogió de la mano para demostrarle su apoyo o quizá para buscar su protección frente al inquietante recién llegado.

—Si tú puedes seguir, yo también puedo —aseguró, dedicándole a su compañero una mirada cómplice y algo pícara, como desafiándole a llevarle la contraria. Después se dirigió a los demás—. Zeverúth tiene razón, no deberíamos quedarnos aquí más tiempo del indispensable. «Soy primero y antes que nada una observadora. Vivo para informar de los obstáculos, no para superarlos —recita parte del juramento de los kirath, algo a lo que ya os tiene bastante acostumbrados—. Un kirath muerto no transmite ninguna información.»

»No me malinterpretéis, admiraba a Kento, le apreciaba incluso. Pero se ha ido como se han ido tantos otros de los nuestros y ahora los oficiales de la reconquista nos reclaman para conocer nuestro informe. ¿Tenemos derecho a hacerles esperar después de todo lo que hemos visto y vivido? ¿No tiene derecho nuestro pueblo a saber el enorme mal que planeaba apoderarse de Silvanesti y que hemos destruido para siempre? ¿No tienen derecho nuestros muertos a ser recordados como héroes por lo que han hecho? Erindel, Thorian, Ecthelion, Kento tal vez... Tërevan más que ningún otro. ¿Les negarás eso sólo para poder dormir unas horas, Lithiniel? Tu desprecio hacia mí no me ofende, pero el desprecio a nuestros camaradas caídos sí lo hace.

Cargando editor
24/09/2019, 02:53
Gwyndrahir

Gwyn había saltado sin dudarlo, la magia lo había rodeado con un poder tan cegador e intimidante que tuvo que cerrar los ojos mientras atravesaba el portal. Luego apareció en un lugar conocido pero muy distinto a cómo lo había dejado, ni los huesos de los goblin estaban a la vista y el rechoncho enano frunció su ceño, cuánto tiempo hemos estado allí? Incapaz de saber la respuesta se juntó con sus compañeros, o parte de ellos, porque faltaba uno. Buscaron al Túnica Blanca por un rato, pero no lo encontraron, él les había mostrado el camino, no debe estar lejos... si es que está, pensó, temiendo que tal vez no lo hubiese logrado. Quedar perdido en alguna dimensión o consumido por el poder mágico de elfos e irdas era sin duda un final muy interesante para Kenthalas, pero aún así, le hubiese gustado compartir más momentos con el mago que alguna vez fue su amigo.

Una figura deforme se les apareció y de inmediato llevó su mano a la espada del sargento que colgaba de su cintura. Está vivo o muerto? se preguntó y tardó en reconocer la legendaria figura del famoso tuerto. Sacó su mano del pomo del arma cuando se dio cuenta que no era otro muerto viviente, pero su atención se desvió hacia el monje que desvariaba, lo miró como si estuviese borracho. Los sargentos murieron en combate? De qué habla? pensó, recordando cómo uno terminó en la sopa de una chamana y el otro se había suicidado poco después. Luego el acorazado elfo se presentó y les habló de su cometido, algo que Gwyn no le interesaba en lo más mínimo - Nosotros no estamos en buenas condiciones? Al menos lo nuestro tiene arreglo - murmuró. 

El monje los presentó, y Gwyn volvió a mirarlo como si no estuviese en sus cabales - Gwyndrahir, me llamo Gwndrahir!- le dijo molesto, y luego volteo hacia el extraño - Tareth, si buscas héroes, entonces no se trata de nosotros, ciertamente - nadie que los hubiese visto en Tirintaal podría llamarlos así sin lugar a dudas - Antes de ir a Rocío Matinal, tenemos que pasar por el campamento E'li y dar parte del rotundo fracaso de nuestra misión  - habían fallado en todo, no habían podido rescatar al sargento, habían caído muchos compañeros, apenas habían podido sobrevivir ellos y encima el tesoro milenario de los irda, que podría haber servido a los elfos de Silvanesti para luchar contra los draconianos había sido destruido sin ningún motivo1.

Luego la druida se presentó y no pudo con su genio, se opuso sin dudarlo un instante a la propuesta de Zeveruth. Tareth se veía dubitativo pero dispuesto a descansar, sin embargo la exploradora invocó un juramento kirath que todos ya habían olvidado - Ashe, es inútil, si Lithiniel quiere descansar y buscar a Kento, por más que nos opongamos y discutamos por horas, terminaremos descansando y buscando a Kento, hace tiempo que andamos juntos como para que no lo sepas ya - le dijo, recordándole que oponerse a la kirath era en vano - Además, cuál es el apuro? Hemos fallado en nuestra misión de rescate, han muerto más de los que hemos salvado, la amenaza de los nigromantes ya no existe, y el corazón Irda que podría haber servido para acabar con la pesadilla en la que está sumergida Silvanesti fue destruido... nada cambiará por unas horas más que demoremos nuestro informe - asintió luego hacia la druida, ahora que habían dejado ese lugar de muerte y horror atrás, esperaba poder recomponer un poco su relación con la kirath, o al menos evitar provocarla gratuitamente.

- De dónde salió el monje asesino ?- repreguntó al tuerto - Del estiercol! - dijo y puso una expresión de asco, recordando cómo lo habían encontrado sumergido en la heces de los hobgoblin - Mejor no pidas detalles , a mi me costó un par de días volver a comer después de eso - dijo riendo, y abrió su mochila sacando una jarra que se llenó apenas la agarró - Tareth, una cerveza?-2  

Notas de juego

1 ninguno que conozca Gwyn ;)

2 jarra siempre llena 

Cargando editor
24/09/2019, 19:50
Director

Mientras el disfuncional grupo discute, echas un vistazo a los informes porporcionados por la Inteligencia del Alto Mando de los Kirath. En ellos figuran muchos nombres de compañeros desaparecidos en el periodo comprendido entre la marcha de los oficiales de los cinco campamentos a la ciudad de Rocío matinal y la recepción de tus órdenes.

La mayor parte de las desapariciones corresponden a los campamentos Fénix Azul y E'li. Del primero se había perdido la pista a cinco miembros de una de las cuatro patrullas: Erindel, Gwyndrahir, Kenthalas, Lithiniel y Tërevan. Todos ellos reclutas relativamente novatos a los que se sitúa como partícipes de la reciente evacuación de Sithelnost. Dos de ellos los tienes ahora mismo frente a ti.

Del campamento-base E¡li, el principal de los kirath, han desaparecido prácticamente la totalidad de los miembros de dos de las cuatro patrullas; un auténtico desastre. De la patrulla del sargento Ecthelion se los daba a todos por muertos con excepción de la exploradora Nimmai, un total de 8 kirath entre los que se contaba a Zeverúth. De la patrulla del sargento Caladrun se da por muertos a cuatro de sus exploradores y a otros 3, se los considera desertores: el propio Caladrun, Ashe y Manveru. Solo a esta última se la considera partícipe y posible cabecilla de la evacuación de Sithelnost.

Cargando editor
24/09/2019, 22:41
Tareth el Tuerto

Tareth escuchó atentamente todo lo que aquel tipo, Gwyndrahir tenía que decir. Parecía muy seguro de sus palabras, como convencido de que una vez dicho aquello, aquello que había dicho, sería lo que se haría. Así eran los líderes, confiados en que sus subordinados obedecieran todas sus órdenes. Aquel discurso no había sonado impositivo, pero si que era evidente que era una sugerencia a la que iba a ser complicado negarse.

Una vez Gwyn acabó de decir aquello, el extraño elfo tuerto le mantuvo si ciclópea mirada durante un rato. Un rato demasiado largo para lo que era las conveniencias establecidas. Casi llegando a ser su mirada incómoda por si sola, pronto se le sumó una extraña mueca que trataba de emular una sonrisa, aunque no lo llegaba a conseguir.

- Me temo que no haremos eso... - Respondió de pronto Tareth. - No sería buena idea, no... - Volvió a producirse una incómoda pausa. - E'li, bueno... Ya no hay mandos en E'li. Yo vengo de allí. Lo sé bien, si lo sé bien. La pesadilla ha alcanzado ese lugar. Tan solo unos pocos se refugian todavía allí. Demasido temerosos de salir, demasiado, si. - Se encogió de hombros. - Lo último que me dijeron fue que tratarian de partir al alba. Rudahur parecía querer liderarles. ¿Conocéis a Rudahur? Buen elfo, muy bueno, si...

Tareth empezó a caminar de un lado para otro mientras hablaba. Se fijaba en las plantas, agarraba alguna piedrecilla y la lanzaba. Deshojaba de hojas secas algunos arbustos y de tanto en cuando fijaba su mirada tuerta sobre alguno de sus nuevos compañeros.

- Me manda mi teniente del campamento Astarin. Sólo tiene por encima a un capitán y ese capitán depende directamente de Lareth Thlörendil. - Sonrió al ver la reacción en el rostro de aquellos elfos. - El propio Lareth Thlörendil, es quien me envía. No, no directamente él, pero si tras pasar por varios intermediarios. Vuestros mandos se han trasladado a Rocío Matinal. Los que quedan al menos. Las órdenes son claras. Me pidieron que reagrupase a los héroes en Rocío. A vosotros, si, a vosotros. Y eso haremos. ¿Bien? Si, muy bien... - Se respondió a si mismo.

Cargando editor
25/09/2019, 20:48
Ashe

La exploradora suelta la mano de Zeverúth para extraer del interior de su armadura un papel doblado en cuentro partes, arrugado, manchado de sangre y algo roto. Su pequeño mapa donde tenía garabateados sus descubrimientos sobre Silvanesti.

—Tardamos tres días en llegar hasta aquí desde el campamento base a marchas forzadas. Seguro que Lithiniel y Gwyn todavía recordáis cómo Thorian nos condujo casi sin darnos tregua. Parece que haya pasado una vida desde entonces. Posiblemente tardaremos cuatro jornadas en regresar y otras tres en llegar a Rocío Matinal desde allí.

»Me sorprende oírte decir que el campamento E'li va a ser evacuado —añade, dirigiéndose a Tareth con una nota de incredulidad en su voz—. Es nuestra punta de la lanza en la reconquista de Silvanesti y no consigo imaginar por qué nadie en su sano juicio ordenaría abandonarlo. Tal vez puedas contarnos a qué se debe pero, evacuado o no, se encuentra a mitad de camino desde aquí hasta Rocío Matinal. A menos que haya un allí un peligro insalvable, sería bueno que pasáramos al menos una noche allí para recuperar fuerzas.

Ashe mira al cielo, el sol está alto pero en descenso.

—Nos quedan unas cuantas horas de luz y nada que comer. Así no llegaremos muy lejos a ninguna parte. Alejémonos de aquí, donde la influencia escalofriante de este lugar no ahuyente a la caza, y busquemos un sitio donde acampar. ¿Os parece? Necesito flechas, ¿alguno tiene? —mira esperanzada al tuerto pero éste niega con la cabeza, avergonzado al comprobar que pasea su arco por el bosque sin proyectiles que disparar con él. Le queda al menos el consuelo de que a varios de los demás parece ocurrirles lo mismo.

Cargando editor
26/09/2019, 02:39
Gwyndrahir

Gwyndrahir sostenía la jarra con cerveza en la mano, con el brazo estirado hacia Tareth por si aceptaba la invitación. Ese kirath era de lo más extraño, hablaba entrecortado, por momentos parecía que dudaba de lo que decía y por otros se contestaba a sí mismo. Ha de haber sido una flecha, no sólo atravesó su ojo sino que le vació parte de la cabeza, dedujo el rechoncho elfo. Bebió un trago mientras el tuerto detallaba las novedades, haciéndoles ver que nadie en el campamento E'li estaría esperándolos. 

Se sintió respaldado por la exploradora, que sostuvo pasar de todos modos por el campamento mientras iban camino a Rocío Matinal, y también hizo caso a su consejo y aceptó descansar cerca, aunque no parecía dispuesta a hacerlo entre las ruinas. Le dedicó una sonrisa a Ashe agradecido por su apoyo y asintió hacia Lithiniel, la disputa estaba cerrada y se haría la voluntad de la druida, como todos sabían que iba a suceder. Entonces volvió a dirigirse hacia Tareth - Ni idea quién es Rudahur, pero podemos ayudarlo con los refugiados si es que aún siguen allí cuando pasemos por el campamento - era poco probable que los encontraran, porque entre que Tareth había salido de allí y hasta que volviera habría pasado casi una semana, tiempo suficiente para que se hayan ido o que hubiesen muerto. - A la que sí conozco es a Nimmaidiel, es amiga nuestra, la has visto? - dijo con interés renovado y una mirada intensa.

Cargando editor
26/09/2019, 17:43
Zeverúth

El monje ignoró por completo el exabrupto de Gwyn hacia él, pues estaba claro que la experiencia de Tirindaal había terminado por dañar su mente, y centró su atención en lo que decían Tareth y Ashe.

Estoy de acuerdo con Ashe. Lithiniel, puedes buscar a Kento si así lo deseas, aquí no hay oficiales que te puedan ordenar lo que debes o no hacer - le dijo con tranquilidad, aunque miró de soslayo a Tareth por si tenía algo que decir al respecto - cuando te canses de buscar puedes seguirnos la pista, estaremos en Rocío Matinal si no ocurre nada imprevisto - le informó debidamente - aunque pasaremos por el campamento E`li antes - coincidió con Ashe también.

Se dirigió a Tareth de nuevo.

¿nos conocen como héroes? sorprendente, que esperen a saber todo lo que nos ha ocurrido - rió, por primera vez en mucho tiempo - pronto conocerás las... particularidades, por así llamarlas, de nuestro grupo - se encaminó para alejarse de aquel lugar horroroso - los que quieran buscar a Kento, que lo hagan, los demás que me sigan. Tenemos que comer y descansar, y como ha dicho nuestra compañera, este no es el mejor lugar...

Cargando editor
26/09/2019, 18:36
Lithiniel

A Lithiniel no le daban ni un instante de tregua las discusiones internas del grupo, la maldita semihumana parecía ir en contra de todo lo que decía simplemente por el hecho de llevarle la contraria, por lo que dijo con dureza:

-¡Exacto! un Kirath muerto no transmite ninguna información, y eso es lo que seremos si no descansamos, mi magia es vital para sobrevivir, más aquí en el bosque, la mayoría estamos al borde de la muerte por las heridas que presentamos, incluida tú; puedo purificar la comida y el agua, algo imprescindible y puedo crear embarcaciones para cruzar ríos; así pues si piensas que estás preparada para un viaje tan largo, adelante, como bien dice el monje yo no os lo impediré; soy prácticamente indetectable en el bosque y lo que es más importante, autosuficiente, este es mi medio y puedo desenvolverme en él, de vosotros no diría lo mismo... -expuso dejando bien claro que sin su ayuda tampoco llegarían muy lejos- para mí hay cosas más importantes que el deber, y una de ellas es la lealtad, la lealtad para quien ha sido un gran amigo, como Kento, y si hay en mi mano algo que pueda hacer para salvarlo lo haré -concluyó bastante descorazonada por la falta de sensibilidad del grupo, estaba claro que allí predominaba la ley de "sálvese quien pueda", no había ni un mínimo de preocupación por los compañeros caídos.

Tras ello, ante las palabras de Zeveruth se apresuró a corregirle diciendo:

-¿Nos? no sé si te has percatado, pero los héroes somos nosotros, salvamos a lo que quedaba del pueblo de Sithelnost, y de ahí nuestra fama, en cuanto a ti, creo que deberás esperar un poco -aclaró con cierto placer por poner al monje en su sitio para luego girarse hacia Ashe diciendo- ¿tú arco no tenía flechas mágicas? no sé para qué necesitas más, las mías se quedan conmigo y con quien quiera buscar al mago... -sentenció sin margen de duda, si ellos iban a pasar de ella, la druida no iba a ser menos.

Finalmente, mirando a Tareth, un tanto avergonzada por semejante disputa dijo:

-Lamento que seas partícipe de tal disensión, no es mi intención retrasar el viaje, pero por tus palabras pareces bastante juicioso, mi intención es buscar a Kento mientras quede algo de luz, descansar, y emplear parte de mi magia por la mañana para buscar algún rastro, si no encuentro nada partiré tras ello -le comunicó con sinceridad esperando que entendiera su postura y la transmitiera así a los altos mandos en caso de que llegasen antes que ella- si preferís salir con el resto de mis compañeros adelante -aclaró haciendo ver que al Tuerto no le guardaría ningún rencor pues a fin de cuentas no tenía ninguna responsabilidad para con Kento- sino, ya sabéis cual es mi intención... -concluyó para dejar bastante claro el tema.

Notas de juego

Bueno, creo que ya está todo dicho por mi parte, como al final me tenga que quedar sola con Gwyn me habrá salido el tiro por la culata XDDD.

Cargando editor
27/09/2019, 06:25
Gwyndrahir

Mientras esperaba la respuesta de Tareth acerca de Nimma, el monje les habló como si tuviese algún tipo de autoridad y se desentendió de lo que la mayoría había elegido, lo cual inmediatamente fue corregido por la druida, como era de esperar. - Zevertuh, desde que te encontramos moribundo y sumergido en la mierda de los trasgos, no te vi hacer nada digno de un héroe, al contrario, hiciste actos viles como asesinar a mi prometida, así que dudo que estés incluido entre los héroes de Sithelnost - dijo reafirmando lo que Lithiniel le había dicho - Es sorprendente lo rápido que te olvidas de nuestro amigo Kento, el que te salvó el pellejo más de una vez, pero si pudiste matar a una elfa inocente y desarmada, viuda y madre de dos pequeñas, entonces puedes hacer cualquier cosa - sentía a Drielae cerca de su pecho y tal vez lo estuviese escuchando en ese momento, desde el más allá - Y no se de dónde sacas que puedes decidir qué haremos, si algo aprendimos todos en Tirintaal, es que eres el peor líder que hemos conocido, y nunca más cometeré el error de seguirte - le dijo con cierta indiferencia.

Gwyn sabía que oponerse a la druida era en vano, lo había aprendido por la fuerza y no quería llevarle la contra, al menos no por algo tan trivial como si acampaban o no. El resultado de ese cambio de actitud se vio en el momento, Lithiniel reprendió a todos menos a él, lo cual era sin duda algo extraordinario. Por si eso fuese poco, sus argumentos eran sensatos y convincentes, si bien en la fortaleza de cristal ella se había comportado de un modo inútil y caprichoso, en el bosque era la más idónea, y Gwyn confiaba más en las capacidades de supervivencia de la druida que en las de cualquier otro. - Ayudaré a Lithiniel a buscar a Kenthalas mientras aún hay sol, si logró atravesar el portal entonces seguro lo encontraremos - y sino lo logró, tendremos que seguir sin él. De repente se dio cuenta que no tenía ningún recuerdo de Kento, y eso lo angustió, así que se puso a disposición de la druida para buscar al mago, o en su defecto sus pertenencias.

Cargando editor
27/09/2019, 13:06
Tareth el Tuerto

La sonrisa de Tareth de amplió visiblemente. Su único ojo observaba la situación curioso. Aquel grupo, más que un grupo parecía una jaula de arpías listas para saltar a la cara del otro y tratar de arrancarle los ojos y la lengua a menor despiste

El tuerto se mantuvo expectante un rato. Hasta que todos acabaron de hablar. Luego permaneció unos segundos más de la cuenta en silencio. Parecía que tenía algo que decir, pero que le costaba abrir la boca. Sin duda alguna, se trataba de un ser que se comportaba de una manera, como mínimo, poco habitual.

Es muy curioso, si. Muy curioso. - Sonreía mientras agitaba la cabeza lentamente de arriba abajo. - Sois unos individuos extraordinarios. Tan impulsivos, tan hostiles, tan destructivos y en cambio... - Abrió su ojo de par en par. - Aún vivos. ¡Me encanta!

Tareth comenzó a caminar. Primero se acercó a Gwyndrahir y se detuvo a su lado. Lo miro de arriba abajo. 

No, no la conozco. - Respondió al fin. - Pasé poco tiempo en E'li. Muy poco sí. - Entonces se giró hacia el resto. - Podemos buscar a ese Kento. Podemos descansar y podemos pasar por E'li. Todo eso podemos hacerlo o no... - Sonrió de nuevo de forma enigmática. - Pero lo único ineludible es el viaje a Rocío Matinal. Eso es algo que debemos hacer si, debemos hacerlo. Así lo ordena el alto mando, si. Eso os he transmitido. ¿Bien?

​​

Cargando editor
27/09/2019, 18:34
Ashe

—No les hagas ningún caso —le dice la exploradora a Zeverúth, con una sonrisa dulce y tomándole nuevamente de la mano—. Eres el héroe que destruyó al guardián de cristal y el que activó el Portal para traernos de regreso a Silvanesti cuando ni siquiera Kenthalas supo hacerlo. Yo lo sé y cuando lleguemos a Rocío Matinal lo sabrá todo el mundo.

»Es cierto que no estuviste en Sithelnost para compartir con nosotros la gloria de aquel momento. Y no estuviste precisamente porque Gwyn, Lithiniel y el resto de sus compañeros de patrulla te fallaron a ti, a Thorian, a Ecthelion y a toda tu patrulla. Así que no tienes por qué escucharlos a ninguno de ellos si no quieren, tienen más por lo que disculparse contigo y más que agradecerte de lo que podrán hacerlo en los próximos doscientos años.

A continuación, se gira hacia la druida y no puede evitar soltar una carcajada al escucharla presumir de sus habilidades en el bosque y poner en duda las de sus compañeros. Si entre todos vosotros hay una persona que haya demostrado saber desenvolverse en la Pesadilla esa es la semihumana. Su elocuente mirada a la capa de la druida pone de manifiesto lo que piensa acerca de su "indetectabilidad".

—Espero de corazón que encuentres a Kento y te reúnas con nosotros más adelante. No te preocupes por las flechas, quédatelas para ti, yo me las ingeniaré para fabricar otras nuevas muy pronto —aunque sus palabras son amables, su sonrisa es visiblemente impostada, sarcástica casi—. Con la ayuda de Zeverúth, intentaré sobrevivir hasta que decidas reunirte con nosotros. ¿Y tú, Tareth, vendrás con nosotros o te quedarás a buscar a un mago perdido entre dos mundos? Si Kento estuviera vivo ya le habríamos encontrado.

Cargando editor
29/09/2019, 01:46
Gwyndrahir

- De qué hablas Ashe? - dijo el rechoncho elfo con el ceño fruncido - Estás alucinando? Entiendo que seas amiga de Zeveruth, es de tu campamento y has perdido a muchos de tus compañeros, pero no digas cosas que no son, que confundes a Tareth - miró a la druida, preguntándose porqué no había sido ella quién ubicase en su lugar a la cazadora - Lo que hicimos en Sithelnost salvó muchas vidas y fue importante para la supervivencia de nuestro pueblo, pero quien estaba al mando del rescate de Ecthelion era el sargento Thorian, nosotros estábamos bajo sus órdenes, y para cuando llegamos lo único vivo que encontramos fue el monje, y no porque lo hayamos elegido, que si sabía que iba a desperdiciar los brazaletes que le regalé y a asesinar a mi novia, lo hubiese dejado sumergido en la mierda de los trasgos y hubiese seguido de largo - apenas si miraba al monje, por el cuál había perdido toda simpatía por sus crueles actos.

- Además, yo no lo he visto destruir ningún guardián de cristal ni abrir el... por...tal...- la voz del kirath se pedía entre los sonidos del bosque que los circundaba, y sus ojos se abrieron con sorpresa como si se hubiese dado cuenta de algo importante. Giró hacia el monje - Fuiste tú quien lo activó? O mas bien el que hizo ese destrozo? Gracias a ti se perdió para siempre la magia irda que podría haber terminado con la pesadilla que azota Silvanesti? - negó con la cabeza con incredulidad - Un gran héroe has sido, sin duda... no me perderé por nada la cara del capitán Lareth Thlörendil cuando se entere - Drielae tendrá su venganza después de todo. En la mente de Gwyn podía ver al monje despellejado por su capitán, gritando de dolor y pidiendo piedad.

Recién entonces cayó en cuenta de lo que Tareth le había dicho - Cómo que no la has visto? - preguntó con seriedad - La desagradecida se quedó con nuestra mula!- dijo molesto, y pateó una piedra de las ruinas en la que estaban. Te buscaré hasta en el trono de Thakissis, pero me devolverás lo que es mío. Luego respiró hondo y trató de ser mas amable con el tuerto, que después de todo no tenía la culpa de que Nimma resultase ser una vulgar ladrona - Porqué no vienes con nosotros y nos ayudas con la búsqueda, y de paso nos pones al día con ese asunto de la evacuación del campamento - le propuso, no tanto por lo que un ojo pudiese aportar, que sin duda no sería mucho, sino porque dudaba que quedarse a solas con la druida fuese la mejor idea, demasiada agua había corrido entre ellos como para asumir ese riesgo.

 

 

Cargando editor
01/10/2019, 21:45
Tareth el Tuerto

- ¿Ponerte yo al corriente de la evacuación? - Frunció el ceño confundido. - No, no... Eso no va a poder ser, no. - Negó con la cabeza. - No creo que ni ellos sepan que están siendo evacuados, no... Allí no quedan mandos. Esa es la verdad. E'li está en clara decadencia. Cada vez quedan menos elfos allí. ¿Dije eso? Si eso creo. Eso dije. - Se encogió de hombros.

El Tuerto decía muchas cosas. La mayoría no tenían mucho sentido aparentemente, aunque podían tenerlo para él, o podía ser que ni en su desordenada cabeza, lo que decía tuviera cierta coherencia. Se mantuvo pensativo unos momentos y entonces volvió a hablar.

- Kento puede estar cerca o puede no estar. Eso es lo que he entendido. Podríamos buscarlo, si. Si que podríamos. - Miró a todos los elfos allí reunidos. - Pero podemos todos o no podemos ninguno. Separarnos no es buena idea, claro que no. Lo haremos juntos. ¿Bien? Buscaremos a Kento hasta el alba no de mañana si de de mañana de mañana. Luego todos partiremos a E'li y luego a Rocío Matinal. Si, eso haremos, si. Eso quiere el alto mando si. ¿Bien? - Miró a todos los elfos allí reunidos esperando confirmación.