Partida Rol por web

Al escuchar las ininteligibles palabras del minotauro Zenram recuerda su hogar y su entrenamiento militar.

Tu atrever a retarme!!!, Tu conocer a Zenram de-Entragath!!!, Tu morir!!!

Por un segundo se ve transportado a la isla de sus amores, por un segundo recuerda todas las veces que se enfrento a sus congéneres al querer convencerlos de unirse para luchar por su propio beneficio y no por el de los demás, por un segundo vio nuevamente a sus hermanos de raza riéndose frente a él, al tiempo que continuaban emborrachándose hasta el embotamiento con las miserias que les pagaban por arriesgar la vida... Un segundo después ya cargaba contra su congénere con los cuernos abajo y la mirada perdida...

Malon oye silbar la nueva (y nuevamente desacertada) flecha de Damrath, y de sus labios se escapa un juramento obsceno, reconocido como tal por lo menos desde Abanasinia hasta Tarsis.

¡Ya que te cargas mi espléndida argumentación, por lo menos dale, caramba!, dice luego en tono de reproche, sin perder de vista a los enemigos y balanceando con más fuerza su júpak.

Zenram ni siquiera se para a mirar por donde camina, sólamente agacha la cabeza en el último momento golpeando con extrema dureza a su congénere. Éste, sin poder hacer nada por evitarlo, sale despedido varios pies hacia atrás y cae al piso emitiendo un sonoro gruñido. Sin embargo, no tiene fuerzas para levantarse.

Damrath avanza varias zancadas mas, alejando al humano de su punto de mira y encaja una nueva flecha en su cuerda maldiciendo la verborrea del kender. No debía fallar. Esta vez, no había ningun seto delante que desviase la flecha.

La flecha de Damrath se clava en la gruesa piel del ogro, enfureciendo más aún a la bestia cuando aún estaba mirando a su compañero caído.

Damrath mantuvo serio el semblante mientras encajaba una nueva flecha en el arco. La proxima vez, el ogro encajaría dos.

Suspirando para sí, Malon suelta la piedra en dirección al ogro mientras pone cara de no haber roto un plato en su vida, impactando pero para poco efecto al no pillar ningún punto sensible.

¡Quién me manda meterme en un grupo con gente tan agresiva!; Gilean me valga, un minotaturo, y un elfo explorador, ¡ya les vale! Si quisiera combate me habría alistado en la Legión de acero, que por lo menos el uniforme es chachi.

Freya aparece detrás de Zenram, espada en mano. Se acerca un poco a la zona de acción, pero en vez de lanzarse hacia el ogro, se queda parada, sujetando con sus su mano libre el medallón y cerrando los ojos para concentrarse mientras murmura algunas palabras.

Selt, observando cualquier movimiento del descomunal ogro, avanza hacia él. Aferra firmememente su escudo, como pensando que el pequeño trozo de madera le mantendrá  a salvo del coloso que tiene enfrente.

El enorme ogro extiende el brazo al avanzar hacia Zenram y, si momentos antes el otro minotauro había volado con el golpe de su congénere, ahora es Zenram el que, al haberse desprotegido tanto para golpear con dureza el que salta por los aires cuando el enorme tronco que porta el ogro por maza le golpea en el pecho.
- Grraugh, ¡¡lo pagarrréis cahro!!- en dirección a los compañeros.

Damrath disparó rapidamente las dos flechas sobre el ogro.

Malon ha cogido una nueva piedra, la ha puesto en el júpak, y la hace girar velozmente. Se concentra y suelta una tremenda pedrada que impacta en plena frente del ogro.

Al ver, con desilusión, que su enemigo no cae fulminado, Malon se da una palmada y explica: ¡Ostras, no me acordaba de que para ese tipo de bicho ese no es un punto vital!